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No siempre podemos tener lo que queremos, pero siempre podemos querer lo que tenemos, estar
satisfechos con ello. Se dice que el tamaño de la decepción puede ser medida por la distancia que existe
entre lo que esperas y lo que realmente sucede.
Se dice que el tamaño de la decepción está marcado por un lado por tus expectativas y por
otro lado la realidad. Así que cuanto más alejadas estén las expectativas de la realidad más
grande será la decepción.
La idea es cerrar la brecha entre expectativa y realidad justamente en vez de estar esperando
una compensación del mundo que nos haga justicia y empezar a distiguir la diferencia entre
deseo, necesidades y demandas.
Comienza cambiando tus necesidades, demandas por deseos. Reemplaza “los necesitos”, “los
deberias”, “tengo que”, “tienes que”, “tú deberias hacer” por decir “ “me gustaria que
hicieras esto”, “preferiria tener esto”, “desearia tener esto”. Cambiar este suit de necesidades
y demandas por la realidad que generalmente lo que tenemos son deseos y lo expresamos de
otra manera.
Reemplaza las palabras necesito, debería, debo, tengo que... por me gustaría, quisiera, preferiría,
desearía... En vez de generar decepción traduce esto en una meta o un deseo. Recuerda que hay cosas
de las cuales ni tu vida ni tu felicidad dependen y hay otras que ni están enteramente en tu CONTROL
alcanzar o lograr.
Hay que entender que hay cosas posibles y otras que no, cosas que suceden y cosas que no.
Cuando confías en que todo pase como tiene que pasar vas a saber que cuando algo no
sucede es que no tiene que suceder, lo que ocurre es que no confiamos en el proceso natural
de la vida y en que las cosas pasan como tienen que pasar.
Centraté en lo que si puedes controlar. Una base de la decepción es la de querer controlar
cosas que son incontrolables por nosotros. Ejecutas las cosas que si esten en tu control, esto te
dará una sentido de autoeficacia.
Hay que expresar tus expectativas no solamente las pienses. Muchas veces no decepcionamos
de las personas porque actuan de una manera inesperada porque hacen cosas que nosotros
no deseamos. La realidad es que antes de sentirnos decepcionados de alguien tenemos que
pensar si esa persona sabia lo que esperabamos de ella y si sabiendolo se comprometio a
hacerlo o solamente es lo que yo esperé a que el otro hiciera de tal o cual manera porque creo
que es lo correcto o simplemente porque a mi me gustaría. Entonces ahí está, si esperas algo
de la gente mejor dicelo, no se trata de exigirlo al otro se trata de hacerle saber cuales son tus
deseos y necesidades, ahora bien si el otro no lo hace entonces vas a tener una mejor base
para negociar o al menos para replantearte la relación.
Casi siempre la gente nos da mucha información y nosotro en vez de tomar esa información
para tomar nuestra decisión, tomamos esa información como si fuera un manual para ver que
hay que cambiarle a la otra persona.
Y recuerda que está bien que no siempre esté bien. Date la oportunidad de aceptar que
muchas veces las cosas no van a ser como las imaginas o no van a ser perfectas como tú
concibas la perfección.
Y no olvides que lo perfecto es enemigo de lo bueno. Todo es un proceso y los procesos llevan
tiempo y los errores son los grandes maestros del aprendizaje. Si no cometes errores, si no
haces calculos inadecuados como te das cuenta que vas a poder corregirlos, como te vas a
preguntas como hacer para ser mejor si todo en esta vida te fuera maravilloso.