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INTRODUCCION
Aunque el genocidio forma parte de los crímenes contra la humanidad, “El delito
de genocidio se describe mediante la enumeración de una serie de conductas que
han de ser cometidas con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo
nacional, racial, étnico o religioso. No se trata, como se ha mantenido en
ocasiones erróneamente, del móvil del delito”2, “sino de un elemento subjetivo de
lo injusto”3. El móvil con el que se actúe es irrelevante para la existencia del delito.
Se puede actuar con el propósito de destruir el grupo por motivos políticos,
económicos, xenófobos, por venganza”4. Estamos, por tanto, ante un delito de
intención5
3 Véase GIL GIL, A., ob. cit. (nota 3), pp. 177 y ss.
4 De la misma opinión VARELA
ley, por motivos económicos dejando lamentables hechos para estos pueblos
ancestrales, que se han mantenido durante siglos íntegros en sus costumbres y
en lo cultural, siendo su intención siempre velar y preservar los recursos
naturales que tienen en sus territorios.
5
Así SCHIMIDHÄUSER, Strafrecht, BT, 2 Auf., JCB Mohr, Tübingen 1983, p. 212; ROXIN, Strafrecht, p. 252,; TAMARIT
SUMALLA, J. M., en Varios, Comentarios a la Parte Especial del Derecho Penal.
En nuestro caso colombiano se han venido presentado una serie de masacres
cometidas en contra de comunidades indígenas, una muestra de esto es la
explotación petrolera en el Catatumbo Santander, que genero matanzas al pueblo
de Bari quien presento la defensa del territorio frente a la explotación petrolera “en
una lucha sin violencia ni muertes por preservar lo que es siempre y será nuestro:
la insthana (tierra)”.6
A lo largo de la historia está demostrado que los que cometen dichas atrocidades
finalmente asumen el control del territorio que antes ocupaban los grupos
eliminados.
Para el caso colombiano intentaremos demostrar que en los últimos veinte años
los grupos narco paramilitares y narco guerrilleros se han venido disputanto
inmensas porciones del territorio nacional para consolidar su negocio o para
asegurar la movilidad hacia zonas estratégicas para el transporte de las drogas
hacia el exterior.
6
El genocidio contra la unión patriótica, Iván David Ortiz Palacios
armados. Lo anterior claramente se consolida como un genocidio porque se están
está vulnerando
Derechos colectivos del pueblo indígena, de manera colectiva ya que una
comunidad
Indígena debe ser en conjunto sujeto de los derechos fundamentales que se
encuentran en la Constitución colombiana, que reconoce la diversidad étnica y
cultural
de la Nación. “Los Derechos que tienen que ver con la experiencia son:
Derecho a las minorías étnicas”.7
“Derecho al territorio, la Propiedad ancestral territorial y la Integralidad del
Territorio”8
“Derecho a la cultura étnica” 9
La libre movilización, la integridad personal.
“La participación social y comunitaria a través de los mecanismos de consulta y al
Debido Proceso en su realización”10
“Derecho a la autodeterminación”11.
OBJETIVOS
Se quiere demostrar en este trabajo que entre los grupos al margen de la ley y el
estado está acabando con las culturas indígenas existentes en Colombia.
11
Artículo 330 de la CP
DESARROLLO DEL TEMA
Los indígenas exigen desde hace años que todos los actores armados se retiren
de sus territorios. "Queremos vivir como antes"12, en paz, afirman, la guerra "no es
nuestra"13, que se les respete el derecho a tener una vida digna sin temores contra
su cultura y respetos por sus creencias frente a la preservación del medio
ambiente. También se quiere resaltar que ha hecho o que puede hacer la corte
internacional de los derechos humanos para acabar con estos abusos.
La división de Asuntos Indígenas del Ministerio del Interior registra un total de 567
resguardos en el territorio nacional, con una extensión aproximada de 36.500.416
hectáreas, que albergan a una población cercana a los 800.271 personas, 67.503
familias.
Los resguardos ubicados en la región central del país son 104, discriminados en
los departamentos de Arauca (26 resguardos), Boyacá (1 resguardo), Casanare (8
resguardos), Huila (5 resguardos), Norte de Santander (2 resguardos) y Tolima (62
resguardos). Su extensión se calcula aproximadamente en 643.735 hectáreas, con
una población de 26.973 habitantes, 5.224 familias.
12
Constanza Vieira, indígenas en Colombia, masacres contra la gente en silencio
13
Constanza Vieira, Indígenas en Colombia masacres contra la gente en silencio
resguardos) y Magdalena (3 resguardos). Ocupan un área de 1.828.515
hectáreas, con una población de 144.192 personas, 25.299 familias.
Los indígenas Alonso Rosero Moreano, Johnny Sotelo Rosero, Paulino Fajardo
Marín y Manuel Antonio Rosero recibieron tiros de fusil. En los dos últimos años
han sido asesinados 46 indígenas, crímenes todos que están en la impunidad.
.
Los diversos actores minaron extensas áreas de modo que los awá están
confinados en sus comunidades sin poder cazar ni sembrar. Los awá han dicho
mil veces esta no es nuestra guerra y le pidieron a los militares que abandonen
sus territorios. El ejército llega a las aldeas, ocupa las viviendas y exige
información, y si se les niega tortura y encarcela. Cuando se retira, llegan las
FARC y los acusan de colaborar con el ejército.
La ACIN concluye que en esa región se combinan todas las violencias para
acceder a las riquezas: “Mientras el trabajo sucio del terror es realizado por
diversos actores armados legales e ilegales con acciones criminales de guerra
entre sí y contra los pueblos, cuyo resultado estratégico, esperado e inevitable, es
el despojo y la privatización del territorio, el Estado colombiano implementa
políticas que proveen el blindaje legal institucional para la explotación de los
territorios”. La conclusión parece inevitable: Este es el Plan Colombia en marcha,
dicen los indios nasa agrupados en ACIN.
CONCLUSIONES
Existen las suficientes evidencias, para asegurar que las masacres de los últimos
años contra la etnia uwa entre otras apuntan a desterrar sus individuos de sus
territorios, por intereses oscuros de miembros de grupos ilegales y grupos
armados que actúan en nombre de conglomerados económicos o de sectores del
estado con fines inminentes de lucro y que es urgente que el Derecho
Internacional Humanitario, catalogue estas muertes selectivas como genocidio de
un pueblo ancestral a fin de terminar con este exterminio de sus miembros y su
cultura.
14
Raúl Zibechi, La masacre del pueblo
BIBLIOGRAFIA