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Resumen
1
El presente texto se deriva del proyecto de investigación en curso: Pragmatismo y Fenomenología:
Aproximación a la Racionalidad del Discurso Religioso. Aprobado en la convocatoria interna No 012-
2017 de la Dirección de Investigaciones de la Universidad de San Buenaventura, Bogotá, Colombia.
proceso iniciático del itinerarium místico. El Itinerarium mentis in Deum es considerado
por investigadores actuales del pensamiento de San Buenaventura (tales como E. Falque,
L. Solignac, etc) como una obra de madurez en la que el Doctor Seráfico re-crea la
influencia recibida por la tradición escolástica cristina (Platón, Aristóteles, Plotino,
Pseudo Dinisio Aeropagita, San Agustín, Ricardo y Hugo de San Víctor, entre otros)
y expone una perspectiva original de carácter holístico en la articulación del saber
filosófico, la especulación teológica y la descripción de la experiencia mística.Grosso
modo en este Opúsculo San Buenaventura parte del conocimiento sensitivo sobre el
que nos dice “(…) se ha de observar, pues, que este mundo que se dice macrocosmos,
entra en nuestra alma, que se dice mundo menor, por las puertas de los cinco sentido…”
[Itin.II.,n.2.p.577] y a partir de este conocimiento sensible el hombre en virtud de su
razón e intelecto se eleva al conocimiento intelectual que le posibilita la contemplación2
de la divinidad.
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Según el Lexique Saint Bonaventure de Jacques Guy Bougerol (1969) San Buenaventura distingue dos
tipos de “contemplación”. 1. Contemplación Intelectual [Cognitio Speculationis] que alude a la mirada
fija, libre y penetrante del espíritu sobre los fenómenos. 2. Contemplación Sapiencial [Contemplation
Sapientielle] con la que se alude al conocimiento experimental, a la percepción afectiva, al conocimiento
concreto de Dios, sabiduría alcanzada por la influencia en el hombre de la gracia santificante. En suma
el grado más alto de “contemplación” a Dios. Cfr. Bougerol, J.G (1969). Lexique Saint Bonaventure.
Paris. Edition Franciscaines.
La visión de las cosas sobrepasa la mera empiría material para ver
en todo una referencia a algo, que está fuera de las cosas mismas,
pero que de algún modo, por ella es presencializado, y a esa realidad
de las cosas significadas, quedan estás referidas […] Para el pensador
medieval, el mundo aparece como una doble realidad, y de ahí, que
deba ser interpretado desde una clave física y una clave metafísica.
La primera nos hará ver la quiditas del mundo, al segunda, su
significactio (Chavarro, 1988,p,52).
(…) Al cuerpo de escritos en los que los místicos han formulado sus
experiencias. Todo, o casi todo, lo que nos es dado conocer de esas
experiencias llega a nosotros a través de ese cuerpo de escritos que
constituyen una forma peculiar de lenguaje humanos” (Velasco, 2003.,p.
50). El lenguaje místico aflora en el contexto del lenguaje religioso
materializado en diferentes géneros literarios. Entre los géneros más
usados encontramos: “relatos autobiográficos, expresiones poéticas, textos
exhortativos y descripciones psicológicas sobre la experiencia del
sujeto con la divinidad” (Velasco, 2003.,p.50).
El lenguaje místico nos hace visible lo vivenciado por una determinada subjetividad
en donde al decir del, fenomenólogo colombiano, Germán Vargas Guillén:
Por otra parte, el fenomenólogo español, Marín Velasco nos subraya el carácter
experiencial del lenguaje místico al decirnos que:
Según, el filósofo y teóloga español, Raimon Pannikar, el rasgo descriptivo del lenguaje
místico materializa “el principio de la teología monástica” que grosso modo reza: no afirmar
con la boca a no ser lo que antes se ha experimentado, al respecto recordemos con Raimon
Pannikar que “la experiencia mística es fruto del ser antes que del hacer, es la
consciencia del ser como acto más que de los resultados de la
acción”(Pannikar,2001,p.2).Por su parte, San Buenaventura se inserta en esta tradición
cuando en la especulación de la vía iluminativa subraya mediante la metáfora de la
luz la unión amorosa con la divinidad que una vez vivida pasa a ser inferida o
categorizada en donde la experiencia pre-categorial es fuente de dicha categorización.
En palabras de San Buenaventura:
Respecto a este rasgo Velasco subraya el carácter simbólico del lenguaje místico
que lo faculta para hacer visible la invisibilidad del fenómeno al que alude. Pues para
Velasco dicho lenguaje:
Para Martín Velasco este rasgo del lenguaje místico se caracteriza por el constantes
uso del símbolo en la descripción del desarrollo o aspectos fundantes de la vivencia
mística. Según Velasco la transgresividad-simbólica:
Este rasgo del lenguaje místico subraya la vivencia interior del sujeto que hace la
experiencia. De tal manera que el lenguaje nos posibilita la recomprensión de lo que
ha sido vivido por el otro o los otros. Al respecto Husserl nos dice: “(…) Los signos
gráficos, considerados en su pura corporalidad, son objetos de una experiencia
simplemente sensible y se encuentran en la posibilidad permanente de ser, en comunidad,
objetos de la experiencia intersubjetiva” (Husserl,182,p.57). Por su parte, Martín Velasco
acota que:
Obsérvese que la intención significativa del lenguaje utilizado por San Buenaventura
no solo nos comunica la vivencia de una experiencia mística, sino que nos enfatiza
la veracidad de la misma en tanto el correlato de los enunciados no alude de “hecho
externos” sino a la experiencia vivida o “acontecimiento” padecido en el camino de
ascenso a la divinidad. Este rasgo del lenguaje evocativo o rememorativo del lenguaje
místico lo describe Martín Velasco al decirnos que: “(…) Es un lenguaje que no solo
describe desde fuera, sino que hace aflorar a la conciencia el objeto descripto que
debe ser asumido en su verdad y que implica de facto un compromiso existencial
con ella”(Velasco, 2003.,p.,58).
El sentido en el que el oyente aprehende “el estado interno del hablante” es descripto
por Husserl al decirnos que:
La tercera característica eidética son los Símbolos [3]. Al respecto Husserl nos
dice que “la expresión parece desviar de sí misma el interés y dirigirlo al sentido,
señalar hacia el sentido” [IL., I., 242]. Reeder (2011) acota que “(…)Es una característica
esencial del símbolo que cuando funciona correctamente difícilmente lo notamos a él
mismo, más bien nos enfocamos sobre su sentido” (Reeder, 2011,p.129). Otra característica
fundamental del símbolo, según Reeder, “es que no hay conexión esencial entre su
forma y su significado. La conexión es arbitraria, establecida por convención [IL.,II.,
§14].
Obsérvese que en la cita anterior San Buenaventura nos notifica que la búsqueda
que él realiza en primera persona y a la que invita al lector a participar exige ejercitar
la voluntad o el querer ir hacia… Además aparece como conditio sine qua non de
esta búsqueda la vivencia de la oración en la que los “sentidos espirituales” permiten
que el corazón pueda “exhalar en alaridos sus gemidos” visibilizando con esta metáfora
la angustia interior del hablante.
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Según el Lexique Saint Bonaventure del franciscano Jacques Guy Bougerol (1969) San Buenaventura el
vestigio [vestigium] es el término que San Buenaventura aplica a las creaturas tanto espirituales como
corporales. Aulude a las creaturas que representan a Dios como causa determinada e inconfuesa. Dentro
de la gradación ontológica de los seres creados que expone San Buenaventura en su ejemplarismo, el
término hace referencia a aquellos seres que están distantes del creador pero que lo ex- presan de forma
confusa. Para San Buenaventura podemos contemplar a Dios fuera de nosotros en y por los vestigios
de Él en las creaturas. Cfr. Bougerol, J.G (1969).Lexique Saint Bonaventure. Paris.Edition Franciscaines.
existencia de las cosas, esto es, en la materia, en la inteligencia y en
arte eterna…[Itin., I. n. 3]/(…) En conformidad con esta triple
progresión, nuestra alma tiene tres aspectos principales. Uno es hacia
las cosas corporales exteriores, razón por la que se llama animalidad
o sensualidad; otro hacia las cosas interiores y hacia sí misma, por
lo que se llama espíritu; y otro, en fin, hacia las cosas superiores a
sí misma, y de ahí que se le llame mente… [Itin., I. n. 4].
Véase como San Buenaventura nos da razón de los “estados internos” que ha
padecido en la vivencia de la vía purgativa en donde va de la vivencia del vigor en
el primer bien, el rigor en el segundo bien hasta el dulzor en el tercer bien. Dulzor
que no se degusta corporalmente sino espiritualmente ad intra de lo más recóndito
del alma del homo viator.
Referencias Bibliográficas
Fuentes Primarias
San Buenaventura (1945).Itinerarium mentis in Deum. in Opera omnia, Vol V, studio et
cura PP.Coleggii a S. Bonaventura (Typ. Colegii a S. Bonaventura, Ad Claras Aquas,
Quaracchi Florentiae, 1891)Versión española: Breviloquio, en S. BUENAVENTURA,
Obras de San Buenaventura. Edición bilingüe, T. 1, ed. L. Amorós, B. Aperribay, M. Oromí
(BAC, Madrid, 1945).
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Amoros et al (1945). Introducción al pensamiento de San Buenaventura. En. Obras de
San Buenaventura. Edición bilingüe, T. 1, ed. L. Amorós, B. Aperribay, M. Oromí. Madrid.
BAC.
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Bougerol, J.G (1969). Lexique Saint Bonaventure. Paris. Edittions Franciscaines.
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Chavarro,F.B.(1988). Ser y significar.Aproximación al simbolismo bonaventuriano.
En:Thémata Revista de Filosofía.
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