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Pero cuando los ciudadanos se dieron cuenta de los negativos resultados que
produjeron, se opusieron y los rechazaron. Inclusive lucharon contra ellos, hasta
derrocar a los gobiernos y líderes que insistían en perpetuarlos.
Esto sucedió con los modelos del totalitarismo: comunista, fascista y falangista. El
modelo soviético-estalinista, fue rechazado y se derrumbó.
Igual pasó con el modelo fascista. Los que implementaron los dictadores militares,
en América Latina, entre 1970-1985, también lo fueron. Lo mismo aconteció con
los modelos desarrollistas-estatistas y neoliberales. Los dos fueron rechazados por
la sociedad.
Dichos modelos van desde la esclavitud pasando por el feudalismo hasta el socialismo y
capitalismo.En la actualidad subsisten el capitalismo en la mayor parte del planeta, y el
socialismo en algunos países.
COLONIALISMO
Sistema económico en virtud del cual el Capitalismo se adueña de los mercados de la metrópoli.
Concepto que hace referencia a los territorios ocupados y administrados por un gobierno
anteriormente ajeno a éstos mediante la conquista o asentamiento de sus súbditos, y en el que por
lo general se impone una autoridad extranjera. Puede hablarse de colonialismo cuando un pueblo
o gobierno extiende su soberanía y establece un control político sobre otro territorio, o pueblo,
como fuente de riqueza y de poder. Esta relación concluye cuando el pueblo subyugado alcanza su
soberanía o cuando se incorpora a la estructura política de la potencia colonial en igualdad de
condiciones.
El colonialismo ha existido desde la antigüedad. Egipto, Babilonia y Persia son algunos de los
imperios más importantes del mundo antiguo. Fenicia, constituida por un pueblo de exploradores
y mercaderes, es considerada generalmente como la primera nación colonizadora; los fenicios
establecieron sus asentamientos a lo largo de la costa del Mediterráneo en el 1100 a.C. Su espíritu
colonizador estaba guiado principalmente por su deseo de expandirse y controlar el comercio.
Hacia el siglo VIII a.C. muchas de las ciudades-estado griegas iniciaban su rápida expansión por las
costas del norte del Egeo, el mar Negro y el sur de la península Itálica. Les movía la necesidad de
encontrar suelo cultivable para sustentar a una población en aumento y el afán por mejorar el
comercio. Las dos ciudades-estado más famosas de Grecia, Esparta y Atenas, fueron potencias
coloniales hacia los siglos VI y V a.C.; la primera se expandió por la zona continental de Grecia; la
segunda principalmente por ultramar.
La ciudad de Cartago (actualmente en Túnez) fue en un principio una colonia fundada por los
fenicios, pero acabó convirtiéndose en una importante potencia colonial. Los cartagineses también
tenían interés en controlar el comercio en el Mediterráneo y, de este modo, establecer un imperio
marítimo que comprendiera las colonias de hispana y el oeste de Sicilia. Roma desafió al Imperio
cartaginés y, finalmente, lo derrotó en las Guerras Púnicas (siglos III-II a.C.); los romanos, a su vez,
gobernaron en la mayor parte de Europa y Oriente Próximo.
El periodo de la edad media que siguió a la caída del Imperio romano, ocurrida en el siglo
V, no fue una época de importantes colonizaciones en ultramar. No obstante, los vikingos
escandinavos ampliaron sus dominios considerablemente a lo largo de los siglos IX y X;
controlaron grandes áreas de las islas Británicas y fundaron colonias en Islandia y
Groenlandia
El Capitalismo:
Es el modelo político y social que mas se impone en el mundo, se basa en el monopolio de los
recursos y los medios de producción por personas o entidades privadas.
Este modelo ha generado una presión excesiva sobre los recursos naturales, además ha
provocado una desigualdad social abismal en todo el mundo.
El término capitalismo fue acuñado a mediados del siglo XIX por el economista alemán Karl Marx.
Otras expresiones sinónimas de capitalismo son sistema de libre empresa y economía de mercado,
que se utilizan para referirse a aquellos sistemas socioeconómicos no comunistas. Algunas veces se
utiliza el término economía mixta para describir el sistema capitalista con intervención del sector
público que predomina en casi todas las economías de los países industrializados.
1.- los medios de producción —tierra y capital— son de propiedad privada, este contexto el capital
se refiere a los edificios, la maquinaria y otras herramientas utilizadas para producir bienes y
servicios destinados al consumo.
2.- la actividad económica aparece organizada y coordinada por la interacción entre compradores y
vendedores o productores que se produce en los mercados.
3.-tanto los propietarios de la tierra y el capital como los trabajadores, son libres y buscan
maximizar su bienestar, por lo que intentan sacar el mayor partido posible de sus recursos y del
trabajo que utilizan para producir; los consumidores pueden gastar como y cuando quieran sus
ingresos para obtener la mayor satisfacción posible. Este principio, que se denomina soberanía del
consumidor, refleja que, en un sistema capitalista, los productores se verán obligados, debido a la
competencia, a utilizar sus recursos de forma que puedan satisfacer la demanda de los
consumidores; el interés personal y la búsqueda de beneficios les lleva a seguir esta estrategia.
4.-bajo el sistema capitalista el control del sector privado por parte del sector público debe ser
mínimo; se considera que si existe competencia, la actividad económica se controlará a sí misma;
la actividad del gobierno sólo es necesaria para gestionar la defensa nacional, hacer respetar la
propiedad privada y garantizar el cumplimiento de los contratos.
El Socialismo:
Término que, desde principios del siglo XIX, designa aquellas teorías y acciones políticas que
defienden un sistema económico y político basado en la socialización de los sistemas de
producción y en el control estatal parcial o completo de los sectores económicos, lo que se oponía
frontalmente a los principios del capitalismo. Aunque el objetivo final de los socialistas era
establecer una sociedad comunista o sin clases, se han centrado cada vez más en reformas sociales
realizadas en el seno del capitalismo. A medida que el movimiento evolucionó y creció, el concepto
de socialismo fue adquiriendo diversos significados en función del lugar y la época donde arraigara.
Si bien sus inicios se remontan a la época de la Revolución Francesa y los discursos de Francois
Noel Babeuf, el término comenzó a ser utilizado de forma habitual en la primera mitad del siglo XIX
por los intelectuales radicales, que se consideraban los verdaderos herederos de la Ilustración tras
comprobar los efectos sociales que trajo consigo la Revolución Industrial. Entre sus primeros
teóricos se encontraban el aristócrata francés conde de Saint-Simon, Charles Fourier y el
empresario británico y doctrinario utópico Robert Owen. Como otros pensadores, se oponían al
capitalismo por razones éticas y prácticas. Según ellos, el capitalismo constituía una injusticia:
explotaba a los trabajadores, los degradaba, transformándolos en máquinas o bestias, y permitía a
los ricos incrementar sus rentas y fortunas aún más mientras los trabajadores se hundían en la
miseria. Mantenían también que el capitalismo era un sistema ineficaz e irracional para desarrollar
las fuerzas productivas de la sociedad, que atravesaba crisis cíclicas causadas por periodos de
superproducción o escasez de consumo, no proporcionaba trabajo a toda la población (con lo que
permitía que los recursos humanos no fueran aprovechados o quedaran infrautilizados) y generaba
lujos, en vez de satisfacer necesidades. El socialismo suponía una reacción al extremado valor que
el liberalismo concedía a los logros individuales y a los derechos privados, a expensas del bienestar
colectivo.
Sin embargo, era también un descendiente directo de los ideales del liberalismo político y
económico. Los socialistas compartían con los liberales el compromiso con la idea de progreso y la
abolición de los privilegios aristocráticos aunque, a diferencia de ellos, denunciaban al liberalismo
por considerarlo una fachada tras la que la avaricia capitalista podía florecer sin obstáculos.
Socialismo adoptó numerosas formas en sus comienzos. Tras la muerte de Marx en 1883 muchos
socialistas disentían sobre el modo de alcanzar la utopía. Karl Kautsky (izquierda), Rosa Luxemburg
(centro) y EduardBernstein (derecha), mantuvieron ideas diferentes respecto a la implantación del
socialismo. Rosa Luxemburg viajó a Varsovia (entonces bajo control ruso) para participar en la
Revolución Rusa de 1905. Bernstein creía que el comunismo podría evolucionar sin necesidad de
una revolución. Kautsky, aunque partidario en un principio de métodos revolucionarios, adoptó
criterios más liberales en su intento de mantener la pureza del marxismo.
Características
2.- La propiedad es privada, es de los que realizan las inversiones para iniciar el proceso de
producción
3.- La sociedad se divide en capitalistas y obreros. Éstos venden su fuerza de trabajo a los primeros
a cambio de un salario.
4.- Los productos se distribuyen en un mercado de libre competencia que es el gran regulador de la
economía. La producción y distribución se rigen por la ley de la oferta y la demanda.
Doctrina politica que propone la propiedad colectiva de los medios de producción; practicados por
los anarquistas, socialistas y comunistas. Ha sido objeto de los análisis de los socialistas utópicos de
Fourier y Owen.
El Conservacionismo:
Es un modelo que surge hace pocos años, como medida para frenar el gran deterioro ambiental
que sufre el planeta, por causa del capitalismo excesivo y el enorme consumismo que reina en
todos los países del mundo.
Este modelo pretende aplicar medidas A laS empresas para generar procesos limpios y
concientizar a la población mundial para ser más responsable en su consumo.
IMPERIALISMO
Práctica empleada por las naciones o pueblos poderosos para ampliar y mantener su control o
influencia sobre naciones o pueblos más débiles. Los estudiosos suelen utilizar este término de
forma más específica para referirse únicamente a la expansión económica de los estados
capitalistas; otros eruditos lo reservan para caracterizar la expansión de Europa que tuvo lugar
después de 1870. Aunque imperialismo y colonialismo tienen un significado similar y pueden
aplicarse indistintamente en algunas ocasiones, conviene establecer ciertas diferencias entre ellos.
El imperialismo, tiene un sentido más amplio que remite al control o influencia ejercido sobre otra
región, sea o no de forma oficial y directa, e independientemente de que afecte al terreno
económico o político.
A mediados del siglo XIX, apareció el imperialismo del librecambio. Esta modalidad perduró en
este periodo pese a que el mercantilismo y la creación de imperios oficiales estaban disminuyendo
de forma significativa. El poder y la influencia de Europa, y sobre todo de Gran Bretaña, se habían
extendido de manera oficiosa, esto es, haciendo uso de vías diplomáticas y medios económicos, en
lugar de seguir canales oficiales como la creación de colonias. Sin embargo, el imperialismo basado
en el librecambio desapareció pronto: hacia finales del siglo XIX, las potencias europeas habían
vuelto a practicar el imperialismo consistente en la anexión territorial, expandiéndose en África,
Asia y el Pacífico.
Desde que terminó la II Guerra Mundial y la mayoría de los imperios reconocidos se disolvieron,
ha prevalecido lo que podríamos calificar como el moderno imperialismo económico, donde el
dominio no se manifiesta de manera oficial. Por ejemplo, Estados Unidos ejerce un considerable
control sobre determinadas naciones del Tercer Mundo debido a su poder económico y su
influencia en algunas organizaciones financieras internacionales, tales como el Banco Mundial y el
Fondo Monetario Internacional (FMI). Del mismo modo, las potencias europeas han seguido
interviniendo de forma significativa en la vida política y económica de sus antiguas colonias, por lo
que han sido acusadas de practicar el neocolonialismo, que consiste en ejercer la soberanía de una
nación sin que exista un gobierno colonial oficial
COMUNISMO
Comunismo, ideología política cuya principal aspiración es la consecución de una sociedad en la
que los principales recursos y medios de producción pertenezcan a la comunidad y no a los
individuos. En teoría, estas sociedades permiten el reparto equitativo de todo el trabajo en función
de la habilidad, y de todos los beneficios en función de las necesidades. Algunos de los conceptos
de la sociedad comunista suponen que, en último término, no se necesita que haya un gobierno
coercitivo y, por lo tanto, la sociedad comunista no tendría por qué tener legisladores. Sin
embargo, hasta alcanzar este último estadio, el comunismo debe luchar, por medio de la
revolución, para lograr la abolición de la propiedad privada; la responsabilidad de satisfacer las
necesidades públicas recae, pues, en el Estado.
En sus obras, Marx y Engels intentaron analizar la sociedad capitalista. Pusieron de manifiesto las
contradicciones existentes en el seno de la sociedad contemporánea: los derechos fundamentales
no habían abolido la injusticia; los gobiernos constitucionales no evitaban ni la mala gestión ni la
corrupción; la ciencia posibilitaba el dominio de la naturaleza pero no el de las fluctuaciones de los
ciclos económicos; y la eficiencia de los modernos modos de producción no evitaba la existencia de
barrios marginales en medio de la abundancia.
Se creía que el colapso de la economía capitalista culminaría en una revolución política en la que el
proletariado se rebelaría contra la clase opresora y acabaría con la propiedad privada de los
medios de producción. Dirigida por y para el pueblo (tras un breve periodo de dictadura
proletaria), la economía produciría, no en virtud del lucro y la rentabilidad, sino de las necesidades
de la sociedad, con lo cual, una vez satisfechas éstas, las desigualdades desaparecerían a la par que
los gobiernos coercitivos. Este proceso ocurriría, según las previsiones de Marx y Engels, en los
estados más industrializadas de Europa occidental, donde el capitalismo había creado las
condiciones necesarias para que estos cambios tuvieran lugar.
APROXIMACIÓN A AL REALIDAD
Los nuevos tiempos del milenio, han introducido cambios en todos los niveles de las
estructuras sociales, políticas, ideológicas, culturales, educativas y de salud.
Hoy América Latina, está ante el espectro de los modelos: cubano, venezolano
(chavista), nicaragüense, etc. Como tales, pueden y deben ser evaluados en sus
resultados concretos. No hacerlo sería una irresponsabilidad social y política.
según la Comisión para la Reforma del Estado (1989)6 las tres formas o modalidades
de Estado pueden definirse como:
Desde estas modalidades de gobierno, funcionan tanto las Repúblicas, el Estado Nación
Centralizado y el Estado Federal Descentralizado, de aquí que sociopolítica y
epistemológicamente, sea tan controversial, ubicar a Venezuela en su
contemporaneidad en una sola forma, pues históricamente, aparecen hibridadas y
desde tal hibridación se han construido también las políticas y prácticas educativas y
de salud. Ello explica, el por qué de currículos sin precisión del tipo de ciudadano/a, de
Estado y sociedad que se desea alcanzar, de aquí los vacíos epistemológicos y
sociopolíticos de los diseños curriculares, de estructuras mecanicistas y tecnicistas que
permiten encubrir el desconocimiento de lo que según sea el tipo de Estado y sociedad
que se pretende alcanzar en las instituciones de Educación Superior e inclusive, el por
qué no logran comprenderse los cambios en materia de políticas educativas y de salud
desde pensamientos internacionales.
Sin duda, el debate más importante frente a estas nuevas formas de gobierno o de
reconfiguración de la matriz socio-política es su relación con la democracia. Algunos
investigadores plantean que algo que caracteriza a los países de la región hoy es la aceptación
de la democracia y la valoración de la institucionalidad por parte de los gobiernos. Esta
afirmación se basa en el hecho que la mayoría de las crisis se dan respetando las instituciones y
la vía constitucional. Si se acepta la afirmación que la democracia se sostiene por sí sola, la
discusión sobre el futuro de la democracia en América latina no es tanto determinar la
orientación populista, neopopulista, de izquierda o de derecha de los nuevos gobiernos sino
saber cómo la democracia seguirá siendo viable con ellos (Ver fichas 52 y 14). Dentro del
contexto de crisis del sistema de representación la pregunta es si la democracia puede seguir
existiendo sin partidos políticos. Frente al populismo, cabe interrogarse si se trata de un
proyecto de reconstrucción de la nación y una alternativa incluyente y democratizante que
articula nuevas formas de participación o por el contrario moviliza a la sociedad de una forma
plebiscitaria, callando las diferencias y limitando la autonomía.
El gobierno venezolano ha sido ejercido por Hugo Chávez Frías desde 1999 y en
las últimas elecciones presidenciales su mandato fue prolongado hasta el 2013.
Con una ideología “bolivariana” que ha venido definiéndose cómo el “socialismo
del siglo XXI”, este gobierno ha llevado a cabo una gran cantidad de reformas
antineoliberales, objeto de grandes controversias en la sociedad y la política
venezolana. Hugo Chávez presentó igualmente un proyecto de reforma
constitucional que no fue aprobado por el Consejo Nacional Electoral en diciembre
del 2007.