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ACTIVIDAD 2 COLABORATIVA
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TUTOR
Las plantas son una parte vital de la diversidad biológica del mundo y un recurso
esencial para el bienestar humano. Además de las plantas cultivadas que
proporcionan nuestro alimento muchas plantas silvestres y medicinales tienen una
gran importancia económica, cultural y potencial proporcionando el alimento, la
medicina.
Sin embargo, a pesar de nuestra confianza en las plantas, se ha alcanzado un punto
crítico. Aunque sigue habiendo mucho trabajo por hacer para evaluar el estado de las
especies vegetales y medicinales en el planeta, está claro que entre las especies
están amenazadas en todo el mundo.
Las plantas son puestas en peligro por una combinación de factores. El exceso de
recolección, la práctica de la agricultura y la silvicultura insostenibles, las
urbanizaciones, la contaminación, los cambios en la utilización del suelo
Desde los tiempos más remotos, todas las sociedades han recurrido a las plantas como
fuente de medicamentos. Actualmente, según la Organización Mundial de la Salud
(OMS), el 80% de la población mundial recurre a la medicina tradicional para atender
sus necesidades primarias de asistencia médica.
La terapéutica tradicional se basa sobre todo en el empleo de extractos o principios
activos de las plantas. Los resultados preliminares de un estudio realizado en nombre
de la OMS muestran que son muchas las personas que utilizan plantas medicinales y
que su número tiende a aumentar incluso entre los jóvenes. la importancia de las
plantas medicinales no se limita a los países en desarrollo. En los Estados Unidos de
América, por ejemplo, en el 25% de todas las recetas despachadas por las farmacias
públicas entre 1959 y 1980 figuraban sustancias procedentes de plantas superiores.
Durante el último decenio la Asamblea Mundial de la Salud ha adoptado cierto número
de resoluciones en respuesta al interés que vuelve a manifestarse por el estudio y el
empleo de la medicina tradicional en la asistencia médica, y en reconocimiento de la
importancia que tienen las plantas medicinales para los sistemas sanitarios de muchos
países en desarrollo. En respuesta al llamamiento de la OMS, los administradores y las
autoridades de salud de estos países han decidido ocuparse más seriamente de las
formas tradicionales de medicina y explorar la posibilidad de utilizarlas en la atención
primaria de salud.
Este renovado interés del público por el empleo de las plantas como medicamentos se
basa en el supuesto de que siempre se podrá disponer de plantas. Sin embargo, no se
ha hecho ningún esfuerzo concertado para garantizar esa continuidad, pese a las
amenazas que suponen la demanda creciente, la explosión demográfica y la
destrucción masiva de habitat de gran riqueza vegetal tales como los bosques
tropicales, los humedales, los ecosistemas mediterráneos y ciertas partes de la zona
árida. Muchas plantas medicinales están hoy amenazadas de extinción o de graves
pérdidas genéticas, pero no se dispone de información detallada a este respecto. En el
caso de la mayor parte de las especies de plantas medicinales en peligro, no se ha
adoptado ninguna medida de conservación. En los bancos de genes, por ejemplo,
apenas hay material procedente de ellas. Por otra parte, se está insistiendo demasiado
en las posibilidades de descubrir nuevos «medicamentos milagrosos», y apenas se
habla de los numerosos problemas que plantea el empleo de medicinas tradicionales
en el plano local.
En la mayor parte de los países ni siquiera se ha hecho un inventario completo de
plantas medicinales. Casi todo lo que se sabe sobre el empleo de éstas está en manos
de las sociedades tradicionales, cuya propia existencia se ve actualmente amenazada.
Y esa información no se ha recopilado casi nunca de manera sistemática. Pero además
de la identificación y selección de plantas medicinales para su empleo por los servicios
sanitarios, cabe la posibilidad de que las plantas constituyan un reservorio inagotable
para descubrir y aislar componentes químicos eficaces contra síndromes tales como el
SIDA, para el cual no se dispone todavía de ningún tratamiento.
OBJETIVOS
OBJETIVOS ESPECIFICOS
La pérdida y degradación del bosque conlleva a una reducción en los demás bienes y
servicios ambientales que prestan, incluidos la regulación hídrica, la producción de
materias primas y alimentos, el mantenimiento y conservación de la biodiversidad. Para
las Autoridades Ambientales las actividades de seguimiento, control y vigilancia
presentan un significativo nivel de dificultad, por esto las Alertas tempranas de
deforestación se convierten en una herramienta para tomar decisiones rápidas
priorizando actividades de control en las áreas identificadas con un cambio en los
bosques provenientes de acciones de aprovechamiento ilegal de los recursos
forestales.
El conflicto entre el ser humano y la fauna silvestre, está dado principalmente por la
degradación de los ecosistemas donde habitan especies de mamíferos con hábitos
carnívoros como el Oso Andino, el Puma, el Jaguar, tigrillos, zorros; que sumado a la
cacería ilegal de las especies que estos animales consumen en su medio natural
(venado, conejo, lapa o borugo, tinajo, fara, cui, etc.), y al manejo inadecuado de
sistemas productivos extensivos de ganado ovino, caprino y vacuno; ocasionan que se
presenten ataques a ganado, como último recurso de alimentación, en zonas aledañas
a bosques y páramos. La estrategia que está implementando Corpoboyacá es
diagnosticar el problema, trabajar de la mano con las oficinas territoriales de Miraflores,
Soatá, Socha y Pauna, realizar campañas de educación ambiental y promover el
manejo adecuado de la producción agropecuaria, especialmente evitando dejar el
ganado suelto en zonas de bosque y páramo.