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LOS OFICIOS DEL SOCIÓLOGO EN PARAGUAY (1950 - 1980)

Lorena Soler

LOS OFICIOS DEL SOCIÓLOGO


EN PARAGUAY
(1950 - 1980)

2018

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LORENA SOLER

FICHA TECNICA

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LOS OFICIOS DEL SOCIÓLOGO EN PARAGUAY (1950 - 1980)

Índice

AGRADECIMIENTOS ...................................................................... 9

INTRODUCCIÓN .............................................................................. 11

Capítulo 1
IMAGINARIOS Y NARRATIVAS EN LOS INICIOS DEL CAMPO
CULTURAL ........................................................................................ 21

1.1 Independencia y guerra. La descomposición lopista y las


instituciones del proyecto liberal (1811-1970) ......................... 21

1.2 Nuevas narrativas en el escenario de la Guerra del Chaco ....... 33

1.3 Después de las guerras. El stronismo como respuesta política a


la crisis en el marco de la Alianza para el Progreso .................. 46

Capítulo 2
MODERNIZACIÓN Y CIENCIAS SOCIALES EN LA REGIÓN.
EL SURGIMIENTO DEL CENTRO PARAGUAYO DE ESTUDIOS
SOCIOLÓGICOS ............................................................................. 51

2.1 Institucionalización de la sociología en la región y el Centro


Paraguayo de Estudios Sociológicos ........................................ 51

2.2 Las instituciones y las redes del saber en Paraguay ................. 70

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LORENA SOLER

Capítulo 3
CAMBIOS Y CONSUMOS CULTURALES. LAS LETRAS, ELARTE
Y LOS MERCADOS EDITORIALES .............................................. 91

3.1 Los nuevos consumos del campo cultural. Artes, letras y política 91

3.2 La profesionalización del campo de las ciencias sociales.


Educación y mercados editoriales ............................................ 106

Capítulo 4
LAS TRAYECTORIAS PERSONALES DE LOS MODERNOS. EL
OFICIO ACADÉMICO Y EL MILITANTE ..................................... 117

4.1 El Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos y sus protagonistas 117

4.2 Los estudiantes de sociología y los nuevos sentidos políticos. El


oficio como militancia ............................................................... 131

Capítulo 5
CONSTRUCCIÓN DEL CAMPO Y DISPUTADAS
DISCIPLINARES. AUTONOMÍA Y LEGITIMIDAD ..................... 151

5.1 Sociología y las disputas por los límites del campo intelectual 151

5.2 Revista Paraguaya de Sociología y agendas de investigación. Lo


dicho y lo no dicho, lo propio y lo ajeno .................................. 167

Capítulo 6
LA OTRA TRANSICIÓN COMO PROBLEMA. EL ANHELO DE
LA DEMOCRACIA COMO ESPACIO DE INTERVENCIÓN. LA
DEMOCRACIA COMO ANHELO INCONCLUSO ........................ 185

CONCLUSIONES .............................................................................. 203

BIBLIOGRAFÍA ................................................................................ 211

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LOS OFICIOS DEL SOCIÓLOGO EN PARAGUAY (1950 - 1980)

DOCUMENTOS Y FUENTES ............................................................. 230

REVISTAS .......................................................................................... 233

ENTREVISTAS Y COMUNICACIONES ......................................... 234

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LORENA SOLER

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LOS OFICIOS DEL SOCIÓLOGO EN PARAGUAY (1950 - 1980)

Agradecimientos

Este libro recoge los principales resultados de mi tesis de doc-


torado que, con modificaciones sustanciales y un recorte abultado
de páginas, intenta ser una pieza amable para las y los lectores. La
distancia entre la tesis y el libro es de casi una década, tiempo en el
cual el libro fue abandonado y retomado con cierta frecuencia. El
último intento logrado se lo debo a Domingo Rivarola, dotado de
una tenacidad que explica, paradójicamente, el objeto de este tex-
to. Roberto Céspedes también ha insistido en cada encuentro asun-
ceno sobre el destino final de la publicación y su amistad me ha
permitido llegar al puerto (no sé aún si al destino). Sea lo que sea,
un día me convencí que tenía algo para decir o que valía la pena que
algo de tantos años de investigación fuera publicado. A menudo cuan-
do me consultan si soy paraguaya, ya no sé qué responder.

No me resulta casual que después de tanta espera y deseos


ambivalentes, el libro se termine de escribir cuando la región vive
una nueva oleada neoconservadora, que pone en pausa décadas
de luchas y conquistas emancipadoras. El tiempo político se sus-
pende, el neoliberalismo parece haber subsistido a todo y el reposo
introspectivo de la lectura y la atracción por la escritura desplaza
a la vida pública. De nuevo a la torre de marfil. No hay condicio-
nes, diría mi sociólogo favorito.

Esta, como toda obra que se emprende en el largo tiempo, se


insertó en un ámbito colectivo de investigación y docencia sobre
América Latina, fundado por Waldo Ansaldi. A él le debo mayor
gratitud. Sin su vocación intelectual nada hubiera sido posible.
Tanta amistad construida nos ha permitido trabajar en absoluta
confianza, libertad y compañerismo.

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LORENA SOLER

Quiero agradecer a mi amiga Verónica Giordano y a mis com-


pañeros y compañeras del GESHAL (Grupo de Estudios de Socio-
logía Histórica de América Latina). Desde allí lo hemos pergeñado
casi todo.

Una investigación de tan largo aliento en un país diferente


al que se habita, solo es posible si se cuenta con la complicidad de
colegas del otro lado de la frontera, quienes dedicaron mucho de
su tiempo a largas conversaciones y detalladas respuestas por co-
rreo electrónico. Habilitaron además sus bibliotecas, su palabra y
su generosidad. La mayoría de los entrevistados no hubieran ac-
cedido sin la insistencia incansable de la amiga Susana Aldana,
como de tantos otros hoy queridos amigos y queridas amigas. Al
querido José Carlos Rodríguez, un amigo entrañable. A Ignacio
Sebastián González Bozzolasco por sus aportes y osadías. Y a
Charles Quevedo, por mostrar otros mundos posibles en la escri-
tura. A Celeste Gómez Romero por aguantar hasta el fin. A Fer-
nanda Saforcada que posibilitó el acceso a los archivos recónditos de
CLACSO. Inéditos aún.

Un libro, también se escribe hablando con otros. Y esos son


los amigos. A ellos, por sus escuchas y palabras. Y a Marita, por su
lente en la escritura y en la vida.

Por último, esta investigación fue posible gracias a los dife-


rentes subsidios de la programación científica de la Universidad
de Buenos Aires y del Consejo Nacional de Investigaciones Cientí-
ficas y Técnicas. Mi infinito reconocimiento a la universidad pú-
blica y al CONICET, por haberme permitido hacer de mi vocación
un trabajo, un orgullo en un país que busca horizontes más justos.

En mi corazón privado, a Esteban por ser mi lector silencio-


so y predilecto.

A Gino por todo. Pero más por su sonrisa incondicional.

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LOS OFICIOS DEL SOCIÓLOGO EN PARAGUAY (1950 - 1980)

Introducción

En 1999 Waldo Ansaldi me alcanzó el primer libro que tuve


en mis manos sobre Paraguay, titulado Una sociedad conservadora
ante los desafíos de la Modernidad. Escrito por Domingo Rivarola
había sido editado en el año 1991 por el sello Ediciones y Arte,
perteneciente al Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos (CPES).
El libro recogía los editoriales que el autor escribía cada semana
desde la caída de Alfredo Stroessner (1989) en el periódico Última
Hora. Era probablemente, a diez años de iniciada lo que hemos
llamado la transición a la democracia, uno de los pocos libros aje-
nos a la literatura que circulaban en Buenos Aires sobre el Para-
guay reciente. El resto de las obras sobre Paraguay que podían
conseguirse se encontraban en las bibliotecas de historia y estaban
dedicadas, como la mayoría de intelectualidad extranjera, a la
Guerra de la Triple Alianza.

Algunos años después volví a abrir el libro y reparé en el


epílogo. En él podía leerse: “A José Medina Echavarría, Gino
Germani y Aldo Solari, maestros y amigos, hoy desaparecidos,
quienes participaron —en difíciles circunstancias— en la consoli-
dación de las ciencias sociales modernas en Paraguay”. Esta dedi-
catoria, que había pasado tantas veces desapercibida en mis lectu-
ras, se convertiría —tiempo después— en el inicio de un proceso
de investigación.

Tiempo más tarde, apareció otra evidencia empírica: Gas-


par Rodríguez de Francia, el primer presidente de un Paraguay
emancipado de la corona y de los porteños, no sólo mereció los
elogios de Augusto Comte, sino que fue incluido en su calendario

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LORENA SOLER

de santos laicos. Inevitablemente, existía en ese país una relación


significativa entre sociología y orden político. O ese orden político
merecía una atención sociológica.

Avanzada ya la investigación, las intuiciones, que toda in-


dagación provee mucho antes que las hipótesis, fueron confirma-
das por el devenir histórico. No sólo el gabinete del presidente Fer-
nando Lugo (2008-2012) tenía entre sus filas a una cantidad con-
siderable de sociólogos, sino que, en marzo de 2010, cuatro “inte-
lectuales” —tal como los llamó la prensa nacional—, Domingo
Rivarola, Ramón Bruno Fogel, Luis Armando Galeano y José Ni-
colás Morínigo —director e investigadores principales del CPES—
, recibían el premio Hijo Dilecto de la ciudad de Asunción a la
Sociología1.

A su vez, en agosto de 2015, en el marco del III Congreso


Latinoamericano y Caribeño de Ciencias Sociales, llevado a cabo
en Ecuador, Domingo Rivarola fue distinguido con el premio Doc-
torado Honoris Causa, otorgado por el Consejo Superior de
FLACSO y en el año 2016 con el Premio Nacional de Ciencia. Re-
cientemente, en abril de 2017, CLACSO organizó el I Congreso de
Ciencias Sociales en Paraguay donde distinguió a una buena par-
te de los sociólogos acá interpelados. Una mención especial recibió
Domingo Rivarola.

Pero, ¿por qué la sociología y sus actores merecían un reco-


nocimiento público y social de tal envergadura? ¿Qué hacía esa
“nueva” clase política portadora de prestigio tras la identidad de
“sociólogos” en el gobierno de Fernando Lugo? ¿Por qué la socio-
logía formaba parte de un saber con reconocimiento social y por-
qué se habían constituido como tal durante el proceso de moderni-
zación conservadora del stronismo?

1 El acto se desarrolló en la Junta Municipal de Asunción, órgano legislador de la


ciudad, y contó con la transmisión en vivo de la televisión. Además, el
acontecimiento fue cubierto por toda la prensa nacional.

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LOS OFICIOS DEL SOCIÓLOGO EN PARAGUAY (1950 - 1980)

Problematización

A diferencia de otros países de América Latina, donde la


historia reciente es un campo de estudio consolidado, en Para-
guay la irrupción de un particular mundo cultural y político, ocu-
rrido en los años 1960 y 1970 no ha sido todavía problematizada.

Las producciones existentes, en una perspectiva analítica


marcada por la agenda politológica de los años 1980 o realizadas
desde la llamada “apertura democrática”, circunscribieron el es-
tudio del orden político al stronismo mismo y, desde allí, proyecta-
ron afirmaciones a todo el sistema político paraguayo. A partir de
estas premisas se desprendieron conclusiones acerca de la inexis-
tencia de elementos que habrían permitido adherir al régimen en
tanto orden legítimo, o bien que el miedo, la necesidad o la compli-
cidad no brindaron condiciones para el accionar político y el desa-
rrollo de un campo cultural y político contestatario.

Paradójicamente, muchas de esas miradas reforzaban el dis-


curso que el propio régimen stronista había recreado. En esa re-
presentación política sobre la tecnología del control —creada por
el propio régimen, pero utilizada en las explicaciones científicas—
, estuvo ausente una mirada que problematizara los entramados
de sociabilidad política tejidos bajo un sistema autoritario. En pa-
labras de José Carlos Rodríguez: “Occidente tomó a la dictadura
paraguaya como algo natural. (…). Paraguay fue visto como un
país sin sociedad, con gente niña, donde sólo podía funcionar con
eficiencia la misión y en donde el despotismo estatal tenía una
función civilizadora o, al menos, constituía un hecho inevitable”
(1991, p. 55).

A consecuencia de lo expuesto, esta investigación considera


que estas perspectivas analíticas predominantes no alentaron una
mirada compleja, en tanto no han analizado la estructura social
en una perspectiva sociohistórica que diera respuestas significati-
vas para comprender la construcción de un orden social determi-
nado. Más que la visión estática de un orden centrado sobre el

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LORENA SOLER

personalismo o analizado bajo la categoría “dictadura”, busca-


mos cuestionar el imaginario político que ha triunfado a la hora
de analizar y entender el régimen político que se construye a par-
tir de 19542.

Esta investigación retoma, en términos de Theda Skocpol, la


“agenda clásica” de la sociología, y la historia y la voluntad de
unir dos lógicas analíticas —la de la historiografía y la de la socio-
logía— en el estudio del cambio social de larga duración (Tilly,
1991). En tal marco busca ofrecer una sociología histórica que exa-
mine las consecuencias que el tipo de modernización social y eco-
nómica, promovido en Paraguay por el régimen de Alfredo Stroess-
ner, tuvo en el desarrollo de las ciencias sociales y en la práctica de
los actores que lo impulsaron. En esa dirección estudia particular-
mente la experiencia de un grupo de jóvenes reunidos en el Cen-
tro Paraguayo de Estudios Sociológicos, espacio institucional fun-
dado en 1964 que dio origen a la formación de un campo intelec-
tual y a un desarrollo inédito de las ciencias sociales en el país.

La investigación parte de la premisa de que la moderniza-


ción conservadora, impulsada por el régimen de Stroessner me-
diante una “revolución desde arriba” (Moore, 2002) promovió un
proceso de cambio social que trastrocó las estructuras sociales exis-
tentes y que, consecuentemente, generó las condiciones para la
creación de un campo científico de las ciencias sociales protagoni-
zado por un grupo de estudiantes universitarios y recientes gra-
duados. Para ello se indaga en las condiciones sociohistóricas lo-
cales de posibilidad de creación de un campo intelectual ligado a
la conformación de un campo moderno de las ciencias sociales

2 Una advertencia temprana al lector: No nos vamos a detener aquí en explicar el


stronismo, dado que a) nos interesa centrar nuestra mirada en cómo en el contexto
de trasformación del capitalismo mundial, se creó un campo moderno de las
ciencias sociales a pesar de la existencia del stronismo y b) ya hemos dedicado
un libro con varias ediciones y algunos otros artículos: La larga invención del
golpe. El stronismo y el orden político paraguayo fue publicado por Imago Mundi
Buenos Aires, 2012 y en el mismo año por el Centro de Formación para la
Integración Regional, en Montevideo. En el año 2014 tuvo su edición en Arandurã
Editorial, Asunción.

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LOS OFICIOS DEL SOCIÓLOGO EN PARAGUAY (1950 - 1980)

situado en un marco más amplio de regionalización de las cien-


cias sociales en América Latina. Dicho proceso regional habilitó el
financiamiento internacional y multilateral y estimuló agendas de
estudios y una práctica de investigación local que, sin embargo,
no fueron acogidas de forma uniforme por todos los centros de
investigación periféricos.

Este libro busca centrar su mirada, en el contexto de moder-


nización de las ciencias sociales regionales, en la perspectiva de
los actores locales, de ahí que propone un acervo documental de
entrevista único en su especie. Como ya se sabe, sin institución no
hay acción social que pueda sostenerse en el tiempo; de ahí que
sean necesarias las instituciones para que la sociología se
institucionalice. Ahora bien, eso sólo ocurre en un momento histó-
rico determinado, bajo paradigmas ideológicos y, sobre todo, con
actores que en estructuras sociales determinadas están abocados a
hacer de ello una empresa personal; en definitiva, actores que es-
tán predispuestos a transitar por diversas experiencias culturales
y políticas. Por todo esto, entonces, se apela a la perspectiva de sus
protagonistas y se analizan las percepciones y las trayectorias de
los fundadores del CPES.

Por tanto, este libro busca problematizar el vínculo entre


cambio y ciencias sociales dentro de un orden autoritario y, de
este modo, exponer cómo el CPES se presentó ante sus fundadores
como una posibilidad de encontrar nuevos sentidos y espacios de
sociabilidad, en el contexto de clausura del espacio público y polí-
tico. Se detiene en los oficios del sociólogo dentro de la coyuntura
de los años del stronismo, tanto en la experiencia del CPES —es-
pacio a partir del cual ingresó la sociología al país—, y de los acto-
res reunidos en torno a este centro, como en los estudiantes de los
primeros años de la carrera de sociología de la Universidad Cató-
lica.

Esta investigación busca demostrar que, como parte del cam-


bio social impulsado por el stronismo, determinados actores de la
burguesía ilustrada de Asunción, inmersos en un clima de fuerte

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LORENA SOLER

ebullición cultural y bajo un orden político autoritario que había


reducido o modificado los canales de sociabilidad política (univer-
sitaria y partidaria), buscaron sus nuevos sentidos en los marcos
interpretativos que la sociología de la época ofrecía para explicar
o dirigir el proceso de cambio social.

Así, obstaculizados los canales para el quehacer político, al-


gunos jóvenes de los sectores medios asuncenos terminaron tran-
sitando por el Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos y por su
órgano de difusión, la Revista Paraguaya de Sociología. Otros, tiem-
po después, entendieron que la sociología les prestaba una voca-
ción política que bajo el régimen stronista tenía una singularidad
inédita. Para los jóvenes que comenzaban a circular por la recien-
temente formada carrera de Sociología (1972) de la Universidad
Católica de Asunción (1960), la sociología era el camino obligado
para cambiar la sociedad. En este caso, el oficio del sociólogo y los
sentidos militantes estaban cobijados en una institución de ense-
ñanza católica.

También, al mostrar los sentidos de la sociología encarnados


en los actores que dieron lugar a los oficios, se busca discutir con la
dicotomía abstracta entre una profesionalización escéptica y una
radicalización antiacademicista. Si bien se muestran las oposicio-
nes, se intenta sumar argumentos a favor del desplazamiento de
los actores, o bien de las posiciones “dobles” que pueden ocuparse
en los campos. Por eso, se trabaja la idea de los oficios3 mucho
antes que la de los “modelos intelectuales” o “tipos intelectuales”.
En efecto, la sociología, como cualquier otra ciencia moderna, se
encarna en las prácticas de actores sociales que portan una singu-
laridad histórica y, en razón de ello, la entendemos como un oficio.

3 Es una apropiación laxa de lo que Bourdieu, Chamboredon y Passeron (2002)


han utilizado para referirse a aquello que podríamos señalar como distintos
habitus científicos. Sin embargo, aquí también se lo utiliza para borrar los límites
entre científico o académico y la sociología como un oficio portador de sentido
político.

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LOS OFICIOS DEL SOCIÓLOGO EN PARAGUAY (1950 - 1980)

Aquí se entiende “intelectual” en una perspectiva muy am-


plia y de esa forma fue armada la muestra de los entrevistados. Es
decir, quienes son reconocidos por los otros (sus pares, los centros
de conocimiento, el mundo editorial especializado y los medios de
comunicación) como portadores de un discurso que tiene legitimi-
dad en el campo del saber. Ese lugar social no siempre estuvo ocu-
pado por el conocimiento, sino que a lo largo de la historia fue
ejercido por diferentes figuras, entre las que estuvieron magos,
adivinos, suplicantes, brujos y chamanes.

Como ha dicho Zygmunt Bauman (2005), intelectual es quien


se anuncia como tal; no es otra cosa que una autodefinición que
hay que considerar como un recurso legítimo de quienes la enun-
cian. Los entrevistados aquí se autoconsideran intelectuales y so-
ciólogos. Muchos no “entrarían” en la categoría rigurosa. Otros
tantos no son formalmente sociólogos. Sin embargo, se presentan
y son presentados por otros como sociólogos e intelectuales. Esos
espacios están juntos y son proveedores de una legitimidad tal que,
entre otras cosas, les permiten realizar intervenciones públicas y
ocupar espacios en el Estado, en tanto son portadores de una voz
autorizada y de un conocimiento específico.

Asimismo, esta investigación examina cómo un centro peri-


férico mantuvo grados mayores y menores de autonomía con res-
pecto al clima de ideas impuesto por el stronismo, la relación con
el paradigma de la modernización, el desarrollo y sus crisis, las
agencias internacionales de financiamiento y las otras ciencias e
institutos de investigación locales. En ese recorrido busca recupe-
rar la dimensión del conflicto como elemento constitutivo de los
límites del campo intelectual y de todo proceso de cambio tanto
como cuestionar el mito de la isla y la premisa del Paraguay como
espacio de desconocimiento. ¿Qué agenda de investigación siguie-
ron? ¿Qué se publicaba en la Revista Paraguaya de Sociología? ¿Has-
ta qué punto sus debates son deudores de este nuevo mapa políti-
co e institucional regional? Se persigue averiguar cómo fue posible
la formación de un nuevo campo intelectual, quiénes lo conforma-
ron y cuáles fueron los dispositivos institucionales de esta nueva

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LORENA SOLER

actividad, atendiendo a la temporalidad y al contexto en los que


tuvo lugar la formación de ese campo, con relación no sólo a la
situación política de Paraguay y de los países del Cono Sur, sino
también a la situación de las ciencias sociales de la región. Recons-
truye el campo cultural, da cuenta de los debates en torno a la
construcción del campo intelectual, las trayectorias personales y
los proyectos institucionales mediante entrevistas realizadas al
grupo de intelectuales en estudio y el análisis de los productos cul-
turales gráficos de la época, particularmente de la Revista Para-
guaya de Sociología (1964).

Asumimos que es relevante y necesario volver a preguntarse


por el profundo proceso de cambio que atravesaban grandes ma-
sas de la sociedad mediante el proyecto de modernización conser-
vadora que dio origen a nuevos sujetos y otras subjetividades. Esos
actores portadores de diferentes trayectorias, pero reunidos bajo
la identidad de “sociólogos”, expresaban estos cambios que el stro-
nismo estaba produciendo. En efecto, no se recurre a ellos en bus-
ca de una historia del conocimiento, ni de las ideas, ni sólo de la
consolidación o institucionalización de la sociología científica a
nivel regional. Se avanza desde los márgenes de todos estos cam-
pos, considerando la aseveración de Fernand Braudel, en tanto
“todas las ciencias del hombre, comprendida la historia, están con-
taminadas unas por otras. Hablan o pueden hablar el mismo idio-
ma, pues lo social es una liebre mucho más esquiva” (1968, p.75).
Además de fuentes escritas, este libro recoge más de 40 entrevistas
a los actores privilegiados de la época, desde los vinculados con la
creación del CPES hasta los estudiantes de la carrera de Sociología
y los productores de bienes culturales de los años 1960-1970.

El libro atraviesa de manera indisciplinada por diferentes


registros hermenéuticos. Desde la densidad contextual, el sentido
de la acción, la historia intelectual, la historia de las ideas. Se nutre
de ellas, porque cada uno puede iluminar aristas diversas del obje-
to que estamos estudiando. Es al tiempo que rico, decididamente
incompleto.

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LOS OFICIOS DEL SOCIÓLOGO EN PARAGUAY (1950 - 1980)

Como bien ha proclamado Immanuel Wallerstein en El lega-


do de la sociología, la promesa de la ciencia social, es necesario desa-
fiar la institucionalización de las divisiones nominales de las cien-
cias sociales. Hay que apelar entonces a la unidisciplinariedad,
pues ésta es el mayor soporte a la lista actual de disciplinas, en
tanto implica que cada una tiene algún conocimiento especial que
sería útil combinar con algún problema práctico. En fin, hay que
animarse a tratar lo universal y lo particular como una pareja
simbiótica que nunca desaparecerá.

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