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Psicología Social
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Actitudes
Las actitudes son parte fundamental de la psicología humana. Las personas
no son indiferentes a aquello que ocurre en el mundo, toman posición frente
a todo lo sucedido a su alrededor, adhieren o rechazan ideas, conductas e
individuos, simpatizan con un equipo de futbol, se afilian a un partido
político con el que comparten ideales, etcétera.
Fuente: [Imagen sin título sobre sexismo]. (s. f.). Recuperado de https://goo.gl/x15jRY
Un objeto de actitud puede ser algo concreto (por ejemplo, las armas de
fuego, los autos de carrera, etc.), algo abstracto (por ejemplo, la igualdad de
género, la política, etc.), ideas y opiniones (por ejemplo, la pena de muerte,
la tala de bosques, etc.), conductas (reciclado de desechos, consumo de
productos orgánicos, etc.), personas (el papa Francisco, el presidente de
Estados Unidos, etc.) o grupos (por ejemplo, los extranjeros, los políticos,
etc.).
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Las actitudes tienen tres componentes: cognitivo, afectivo y conductual. El
componente cognitivo hace referencia a pensamientos y creencias que se
posee respecto de un objeto de actitud, mientras que el componente
afectivo alude a los sentimientos y las emociones respecto de un objeto de
actitud y el componente conductual hace referencia a los comportamientos
o las intenciones de acción hacia el objeto de actitud o las experiencias en
comportamientos anteriores (Morales Domínguez et al., 2007).
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Esto permite que los demás puedan identificar quiénes somos y cuáles son
nuestros principios, además de formar y fortalecer nuestra identidad.
Consecuentemente, podemos identificarnos con grupos que comparten
nuestros intereses, valores, etcétera, y esto permite satisfacer la necesidad
de pertenencia que tienen los seres humanos.
Cambio de actitudes
El ser humano en interacción con otros individuos está vinculado con
procesos de influencia social. Cuando elegimos vestirnos de acuerdo con lo
que indica la moda, cuando pedimos ayuda a un compañero en el trabajo
para terminar una tarea, cuando reprendemos a nuestros hijos por alguna
travesura, cuando nos apetece comer una hamburguesa luego de ver un
comercial en la televisión, etcétera, son acciones de la vida cotidiana en las
que se ejerce una influencia social. A veces somos nosotros quienes
ejercemos influencia sobre otros y, en otros casos, somos objeto de la
influencia de otros. Los procesos de influencia permiten mantener o
modificar la estructura y los valores de una sociedad. Por eso, el estudio de
las actitudes y la influencia social son temas de gran importancia para la
psicología social.
Según Robert Cialdini (como se cita en Gaviria Stewartet al., 2010), existen
seis principios psicológicos básicos que podemos encontrar en los procesos
de influencia social: compromiso/coherencia, reciprocidad, validación
social, escasez, simpatía y autoridad:
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cómo nos tratan. De esta manera, por ejemplo, colaboramos con
alguien que colaboró con nosotros antes, confiamos más fácilmente en
aquellos que confiaron primero en nosotros.
El principio de validación social hace referencia a lo postulado por la
teoría de la comparación social de Festinger (como se cita en Gaviria
Stewartet al., 2010). Los seres humanos buscan compararse con sus
pares para estar seguros de que aquello que hacen puede considerarse
la conducta más correcta. Hay dos situaciones en las que esta conducta
comparativa se maximiza: cuando el individuo duda sobre qué debe
hacer o qué no y ante la presencia de personas similares, ya que
tendemos a imitarlas.
El principio de escasez hace referencia a la tendencia a una mayor
valoración de aquello que está fuera de nuestro alcance o es difícil de
adquirir. Por ejemplo, cuando nos enteramos que un curso que nos
interesa tiene cupo limitado, queremos asegurarnos el lugar lo más
rápido posible y cuando una publicidad nos muestra un producto con la
leyenda edición limitada, nuestro deseo de adquirirlo es mayor.
El principio de la simpatía consiste en “provocar un estado de ánimo
positivo y asociarlo a un producto que se desea vender o a una persona
a la que se desea promover, como en el caso de un candidato político”
(Gaviria Stewart et al., 2010, p. 226).
El principio psicológico basado en la autoridad hace referencia a cuando
un individuo siente la obligación de obedecer a una autoridad y se
considera a sí mismo un mero instrumento al servicio de un poder
(Gaviria Stewart et al., 2010). Este tipo de influencia social es eficaz, ya
que desde pequeños se enseña a los individuos que obedecer a la
autoridad es una conducta considerada correcta.
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Referencias
Gaviria Stewart, E., Cuadrado Guirado, I. y López Sáez, M. (2010).
Introduccion a la psciología social (Teoría). Madrid: Sanz y Torres.