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EL ENFOQUE SISTÉMICO EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE EN EDUCACION

SUPERIOR

EL ENFOQUE SISTÉMICO EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE EN EDUCACION


SUPERIOR

El contenido de enseñanza es el componente que caracteriza el proceso docente educativo y


está determinado por los objetivos de enseñanza que se concretan en el programa analítico de
la asignatura. El contenido de la enseñanza es el componente del proceso docente-educativo
que representa las bases o fundamentos de cualquier campo de la cultura el cual esta
determinado por los objetivos de la asignatura y se concreta en el programa analitico que debe
estrucutrarse con un enfoque sistemico que comprenda un sistema de conocimientos y
habilidades.

En el sentido estricto de la palabra, el sistema es un conjunto de elementos relacionados entre


sí, que constituyen una determinada formación integral, no implícita en los componentes que
la forman es decir que, el enfoque sistémico, significa que el modo de abordar los objetos y
fenómenos no puede ser aislado, sino que tienen que verse como parte de un todo. No es la
suma de elementos, sino un conjunto de elementos que se encuentran en interacción, de
forma integral, que produce nuevas cualidades con características diferentes, cuyo resultado
es superior al de los componentes que lo forman y provocan un salto de calidad.

todo sistema tiene 4 propiedades fundamentales que lo caracterizan: los componentes, la


estructura, las funciones y la integración

Los componentes son todos los elementos que constituyen el sistema. Por ejemplo: en el
proceso docente-educativo, los componentes "no personales" son el objetivo, el contenido, el
método, el medio, la forma y la evaluación de la enseñanza.

La estructura comprende las relaciones que se establecen entre los elementos del sistema.
Está basada en un algoritmo de selección, es decir, en un ordenamiento lógico de los
elementos.

Las funciones son las acciones que puede desempeñar el sistema, tanto de subordinación
vertical, como de coordinación horizontal.

La integración corresponde a los mecanismos que aseguran la estabilidad del sistema y se


apoyan en la cibernética y la dirección. Esto se confirma mediante los controles evaluativos
que permiten la retroalimentación.

La sistematización en el proceso de estudio

La sistematización es una actividad mental que se efectúa en el proceso de estudio,


consistente en reunir en grupos los objetos y fenómenos según determinados rasgos o
principios y ordenar las materias según determinados sistemas, en los que al guardar cada una
de sus partes ciertas relaciones con las demás, forman un conjunto armónico.
El enfoque sistémico en el proceso docente-educativo

La tarea fundamental de la Didáctica consiste en organizar el proceso docente-educativo sobre


bases científicas y con un carácter sistémico, que se establece con un criterio lógico y
pedagógico para lograr la máxima efectividad en la asimilación de los conocimientos, el
desarrollo de habilidades y la formación de convicciones por parte de los alumnos, con la
finalidad de capacitarlos para que puedan cumplir exitosamente sus funciones sociales, de
prepararlos para la vida y el trabajo.

La organización del proceso docente-educativo con un enfoque sistémico se realiza con un


criterio lógico y pedagógico. El criterio lógico significa que el contenido de cualquier rama del
saber tiene una lógica interna propia y el criterio pedagógico indica que la lógica de cualquier
rama del saber se adecua a la lógica del aprendizaje, en la que hay que distinguir la lógica de la
asignatura y la correspondiente al propio proceso didáctico

Sistema de conocimientos

El sistema de conocimientos es el cuerpo teórico o núcleo conceptual del contenido de


enseñanza de cada asignatura; es decir, el conjunto de elementos que permiten caracterizar o
explicar determinados rasgos de los objetos y fenómenos que son motivo de estudio

Sistema de habilidades

El sistema de habilidades es el conjunto de acciones psicomotoras o prácticas y mentales o


intelectuales que deben realizar y dominar los estudiantes en respuesta a los objetivos de
enseñanza propuestos. En el proceso docente-educativo, las habilidades se clasifican en:
generales (docentes y lógicas) y específicas de cada asignatura.

Las habilidades generales (lógicas y docentes) deben desarrollarse en la enseñanza general. Sin
embargo, los estudiantes que ingresan en la enseñanza superior presentan diferencias en el
dominio de estas habilidades; por lo tanto, es necesario continuar trabajando sobre ellas. Para
el desarrollo de estas habilidades se realizo un manual de tecnicas de estudio, el cual es
organizado al inicio del curso.

Las habilidades específicas o propias de cada asignatura están orientadas hacia el modo de
actuación profesional específico de cada disciplina o ciencia correspondiente y comprenden los
métodos, procedimientos y técnicas que se utilizan en ella y que deben dominar los
estudiantes, sin olvidar que el egresado que se desea formar en las carreras de Ciencias
Médicas es un especialista general básico.

DIALÉCTICA ENSEÑAR – APRENDER


El proceso enseñanza-aprendizaje constituye un verdadero par dialéctico en el cual y, respecto
al primer componente, el mismo se debe organizar y desarrollar de manera tal que resulte
como lo que debe ser: un elemento facilitador de la apropiación del conocimiento de la
realidad objetiva que, en su interacción con un sustrato material neuronal, asentado en el
subsistema nervioso central del individuo, hará posible en el menor tiempo y con el mayor
grado de eficiencia y eficacia alcanzable, el establecimiento de los necesarios engramas
sensoriales, aspectos intelectivos y motores para que el referido reflejo se materialice y
concrete, todo lo cual constituyen en definitiva premisas y requisitos para que la modalidad de
Educación a Distancia logre los objetivos propuestos.

En la actualidad un currículo para enseñar a aprender requiere reformas profundas que


afectan no sólo a los contenidos de ese currículo, sino también a decisiones administrativas
que tienen que ver con la organización de los centros educativos y a los modos de actuar y
sentir de directivos profesores y alumnos para transformar la realidad educativa.

Para la transformación curricular, es necesario elaborar estrategias que posibiliten la


formación de competencias profesionales necesarias en el mundo de hoy lo que requiere del
papel activo y consciente del estudiante en su propio aprendizaje. Estas estrategias deben
partir de un diagnóstico de la realidad, una planeación adecuada de todos los recursos, una
ejecución según lo planeado y una validación del impacto, determinando los cambios
necesarios para contribuir a erradicar las debilidades y desarrollar el pensamiento reflexivo y
maneras de actuar y sentir en correspondencias con las necesidades sociales.

Palabras clave: Aprender a aprender, enseñar a aprender, profesional competente, estrategias


de aprendizaje, estilos de aprendizaje.

Limitaciones y desafíos de los proyectos curriculares para enseñar a aprender

Elaborar un currículo que enseñe a aprender, teniendo en cuenta las competencias


profesionales básicas, requiere de reformas profundas que afectan no sólo a los contenidos de
ese currículo, sino también a decisiones administrativas que tienen que ver con la organización
de los centros educativos y a los modos de actuar y sentir de directivos profesores y alumnos,
sin embargo, en la realidad educativa, de una forma mucho más amplia que la deseada, se
evidencia que:

· La acumulación de insuficiencias en el aprendizaje, se incrementan de un nivel educativo a


otro y se manifiestan en el limitado desempeño de los estudiantes en la apropiación y uso de
los conocimientos, con predominio del plano reproductivo, situación que se arrastra hasta la
universidad.

· La estimulación al desarrollo intelectual y la formación de habilidades y competencias para


aprender a aprender se trabajan en las aulas de forma limitada y no se tiene en cuenta las
particularidades psicológicas del escolar.

· La práctica pedagógica no siempre asegura la suficiente ejercitación para desarrollar en los


estudiantes la independencia, por apegarse a formas tradicionalistas, o por el contrario por
entender que aprender a aprender no requiere de una orientación y una preparación
pedagógica eficiente por parte de los docentes.

· Es insuficiente la atención a las formas de orientación y control de la actividad de aprendizaje,


que propicien eliminar la tendencia poco reflexiva de los estudiantes a ejecutar sin que medien
suficientemente los procesos de análisis y razonamiento requeridos, sobre lo que tiene que
aprender y sobre su propio aprendizaje.

· La concepción de las relaciones interdisciplinarias en muchas ocasiones queda a un nivel de


declaratoria, porque incluso en aquellos países donde las reformas curriculares han incluido
ejes transversales o los llamados programas directores del currículo, no se han trazado las
estrategias investigadas que permitan alcanzar ese propósito.

· Se maximiza lo cognitivo, lo intelectual, lo informativo, sobre lo afectivo-emocional, lo ético y


sobre el saber hacer, por lo que no se trabaja sobre la base de la formación de competencias
integradas, cuyos rasgos deben incorporarse en la formación del profesional desde una visión
integral, “que además de promover el desarrollo de ciertos atributos (habilidades,
conocimientos, actitudes, aptitudes y valores), considere la ocurrencia de varias tareas
(acciones intencionales) que suceden dentro del contexto (y la cultura del lugar de trabajo)

· Se privilegia una formación para lograr adaptarse al medio, más que para aprender a
transformar ese medio, a desarrollarse en el, a aprender a convivir y a crecer.

El aprendizaje es un proceso constructivo; las actividades que se realizan llevan a una


construcción individual y social de la realidad. En este proceso el sujeto estructura los
contenidos informativos que recibe a través de las diversas formas en que se organiza el
proceso de enseñanza-aprendizaje. La construcción personal pone de manifiesto las
diferencias individuales en el aprendizaje, pero estas diferencias están mediatizadas por las
relaciones de intercambio y colaboración que se producen en el marco de las clases, en la
realización de tareas y otras actividades que se realizan en el colectivo de estudiantes. Estas
formas de colaboración van transformando el ritmo individual de aprendizaje, se convierten en
ayudas para ir elevando ese ritmo y alcanzando metas superiores

ASPECTOS DE LA INNOVACIÓN DOCENTE. HACIA UN NUEVO CONCEPTO DE APRENDIZAJE

La innovación docente, se refiere, en primer lugar, la necesidad de establecer con claridad los
diversos significados que se dan al término y su relación con conceptos como el de cambio y el
de mejora que, en muchas ocasiones se utilizan como sinónimos, pero que no son tales,
aunque su significado pueda estar estrechamente vinculado con la innovación. Si se establece
que la innovación significa la introducción de algo nuevo que produce mejora, el hecho de
pasar de lo que se tenía antes, a un estado de mejoría, supone la presencia de un cambio. Sin
embargo, no puede afirmarse que todo cambio sea una innovación, una innovación para ser
considerada como tal, necesita ser duradera, tener un alto índice de utilización y estar
relacionada con mejoras sustanciales de la práctica profesional

Muchas veces al hablar de innovación puede también hablarse de reforma puesto que
etimológicamente no existe una diferencia bien marcada entre ambas palabras, sin embargo
es posible establecer que la innovación está más vinculada a la práctica profesional de lo que
lo está la reforma y por lo tanto la interpela con mayor fuerza. Por otra parte la reforma
implica un cambio del sistema en su conjunto; un cambio estructural que impacta lo curricular
y las condiciones en que se ofrece un servicio.

La innovación puede ser caracterizada como un proceso intencional y sistemático, sin


embargo, éste puede ocurrir de diversas maneras; en ese sentido los teóricos de la innovación
han realizado cuidadosos análisis de experiencias de innovación ya ocurridas, identificando, a
partir de estas, tres modelos de proceso que son:
1. Modelo de investigación y desarrollo

2. Modelo de interacción social

3. Modelo de resolución de problemas.

El modelo de investigación y desarrollo muestra el proceso como una secuencia racional de


fases, por la cual una invención se descubre, se desarrolla, se produce y se disemina entre el
usuario o consumidor. La innovación no se analiza desde el punto de vista del usuario, quien se
supone que es pasivo; ni tampoco la investigación comienza como un conjunto de respuestas
exactas a problemas humanos específicos, sino como un conjunto de datos y teorías que son
luego transformados en ideas para productos y servicios útiles en la fase de desarrollo. El
conocimiento se produce, por último, masivamente, y se procura por todos los medios
difundirlo entre aquellos a los que pueda ser de utilidad.

El modelo de interacción social, se hace hincapié en el aspecto de difusión de la innovación, en


el movimiento de mensajes de individuo a individuo y de sistema a sistema; se subraya la
importancia de las redes interpersonales de información, de liderazgo, de opinión, de contacto
personal y de integración social.

El proceso de resolución de problemas tiene como centro al usuario de la innovación. Parte del
supuesto de que éste tiene una necesidad definida y de que la innovación va a satisfacerla. En
consecuencia, el proceso va desde el problema al diagnóstico, luego a una prueba y finalmente
a la adopción. Con frecuencia es necesaria la intervención de un agente externo de cambio que
aconseje a los individuos sobre posibles soluciones y sobre estrategias de puesta en vigor, pero
lo que se considera principal es la colaboración centrada en el usuario de la innovación y no en
la manipulación desde fuera

COMUNICACIÓN Y MOTIVACIÓN DE LOS PROCESOS EDUCATIVOS EN EDUCACION SUPERIOR.

Los principales elementos del cambio o pilares fundamentales para el cambio educativo, son:
la educación como proceso holístico, la comunicación participativa y la motivación.

Como educación como proceso holistico

En el más amplio sentido de la palabra, educar es un proceso dirigido al hombre por el


hombre; con esto estoy afirmando, primero, que se produce entre los seres superiores de la
naturaleza, y que no es un hecho aislado o circunstancial, sino un conjunto de sucesos
interrelacionados, y, segundo, que dentro de ese proceso hay que considerar como variables
ineludibles todos aquellos componentes de que está hecho el hombre: mente, espíritu,
corporeidad, afectos, emociones y sociabilidad, elementos que intervienen para determinar la
ocurrencia o no de los sucesos, su grado de intensidad y la orientación hacia donde ellos se
dirigen. Es decir, hay que educar al hombre en su totalidad, o sea, holísticamente.

“El hombre es un animal racional y comparte con los demás animales irracionales la facultad
de la sensación y el apetito sensitivo, mientras que tiene de común con los ángeles el intelecto
y la voluntad, que son facultades superiores. Por el entendimiento el hombre conoce la verdad
y por la voluntad desea o ama aquellos objetos que el entendimiento declara buenos. La
voluntad es una facultad libre, cuya acción depende de nosotros mismos, de tal manera que
ningún objeto creado puede obligarla a actuar”3.

La comunicación efectiva.

Tradicionalmente, la comunicación se ha concebido como un proceso lineal: un emisor que


genera un mensaje, el medio o medios que lo conducen y un receptor que percibe, decodifica
e interpreta a su manera el contenido del insumo y, en consecuencia, lo toma o lo deja, según
lo considere compatible o incompatible, factible o irrealizable, motivante o carente de interés.

Esta comunicación lineal difícilmente afecta todos los elementos constitutivos del hombre:
mente, espíritu y cuerpo, y, por consiguiente, las reacciones que se producen en quien recibe
el mensaje provienen, a su vez, solamente del elemento afectado, y cuando logra afectar más
de uno, no permite el fluir de la comunicación en un sentido bi o multidireccional.

Vista de esta manera, la comunicación, que denomino lineal, sirve para transmitir noticias,
exponer teorías, contar experiencias y muchas otras cosas más, pero siempre en forma
unidireccional, sin promover la acción de respuesta de uno o varios interlocutores; por
consiguiente, está lejos de ser el proceso interactuante en el cual el hombre establece un
circuito de dar y recibir, en el que los mensajes del uno estimulan las respuestas del otro, y se
genera un permanente fluir de ideas, posiciones y argumentos, que, como ya lo decía, son los
elementos que van a permitir que los interlocutores enriquezcan sus conocimientos,
fortalezcan y afiancen sus ideas, y se vayan formando sus propios criterios de acción y
compromiso, sin que esto implique, en un momento dado, la aceptación o el rechazo total de
las posiciones de su interlocutor.

En efecto, si la comunicación continúa siendo lineal y si no cambiamos los mensajes


persuasivos unidireccionales por otras formas de comunicación interactuante, es posible que
el hombre pensante del cual hablamos, el hombre que posee mente cuestionadora y voluntad
libre, no solo permanezca desmotivado ante el deseo de cambio que a diario se predica, sino
que, al contrario de lo que se espera, genere un rechazo a los mensajes especulativos o a las
disposiciones de mando, y cree para sí y para los demás, argumentaciones defensivas, hecho
que está muy lejos de ser el método adecuado para lograr que se produzca un proceso
educativo

La motivación.

Motivación es una palabra derivada del vocablo latino movere, que significa mover. La
motivación es la fuerza interna que permite iniciar, guiar y mantener un determinado
comportamiento, hasta que se alcance la meta deseada.

Las metas son importantes en cualquier actividad humana, ya que motivan, guían nuestros
actos y nos impulsan a dar un mejor rendimiento. De esta forma, las personas se
comprometen al máximo sin tener en cuenta el esfuerzo que ello les implique.

Las metas específicas motivan más que las de índole general; asimismo, las de naturaleza más
difícil motivan más que las que se logran fácilmente. Sin embargo, las metas deben plantearse
como algo alcanzable, pues aquellas para cuyo logro se requieren esfuerzos sobrehumanos
pueden disminuir la motivación, y si no se alcanzan, llevarán a una frustración.

Motivar, desde mi punto de vista y dentro del marco del aprendizaje, a cualquier nivel que
este se lleve a cabo, debería conjugarse más como un verbo reflexivo, que como una decisión
ejecutada desde afuera por alguien denominado maestro, quien en un empeño sobrehumano,
se propone hacer algo para que los estudiantes desarrollen un sentimiento de entusiasmo, de
gusto, de ilusión, que los conduzca a hacer o desarrollar acciones para el logro de sus objetivos
de aprendizaje, o lo que en el lenguaje común manejamos como lograr que aprendan.

Si nos detenemos en las implicaciones que tiene el utilizar uno u otro vocablo, motivar a versus
motivarse, podremos observar que:

1. Motivar al estudiante implica, académicamente hablando, que el profesor, quien sabe algo
sobre algo, haga esfuerzos a veces no muy específicos sino más bien generalizados, para que
en todos sus alumnos nazca, se desarrolle o se reavive un interés por conocer o profundizar
sobre un tema, que él como docente se ha comprometido a que manejen teórica o
prácticamente.

2. Si es el docente quien se propone “motivar”, es él quien debe hacer las acciones para que
los discentes logren aprender, en contraposición a si se concibe este ejercicio como la acción
que recae sobre el estudiante. A este, motivarse le implica hacer por sí mismo el esfuerzo de
buscar, en los entornos en donde se mueve, los elementos que llenen sus expectativas y que le
van a ayudar a iniciar y mantener el impulso, el gusto y el reto de aprender, para lograr sus
metas personales y profesionales.

3. Nadie motiva a nadie. La motivación es algo personal, que depende de un número de


variables; por eso, en el intento de motivar, el docente se enfrenta a la necesidad de llegar a la
individualidad de cada uno de sus estudiantes, para tocar sus fibras personales y lograr que
cada uno, con las particularidades de su personalidad, con el bagaje de sus experiencias y sus
intereses personales y profesionales, presentes y futuros, reaccione positivamente y aprenda
sobre el tema en cuestión. Lograr esto en grupos que sobrepasan los 40 ó 50 alumnos resulta
casi una utopía, y por esta razón el profesor opta, en el mejor de los casos, por realizar
procesos de motivación grupal, en los que posiblemente algunos estudiantes encuentren
elementos de interés, pero que para otros solo son ejercicios de integración o de descanso,
que caen bien dentro de la monotonía de una clase, pero que no son determinantes para un
cambio de actitud ante la responsabilidad de su aprendizaje.

4. Al contrario, motivarse implica, por una parte, que cada alumno, utilizando su propio
conocimiento en cuanto a sus cualidades, debilidades, intereses y metas, asuma la
responsabilidad de encontrar, en todo cuanto le brindan la institución y el profesor, los
elementos significativos para su aprendizaje, en términos de beneficios presentes y futuros, de
logro de metas, de satisfacciones personales, familiares, sociales, de elevación de su
autoestima, y, por otra parte, que el profesor centre sus esfuerzos ya no en procesos para
lograr que cada estudiante se motive, sino en la creación de ambientes adecuados y
posibilidades y opciones de elección, en la presentación de posibles caminos que hay que
seguir y en el señalamiento de diversidad de recursos que se han de utilizar, para que cada
estudiante pueda elegir aquello que lo impulse a aprender no solo lo previsto en los cursos,
sino todo lo que le sirva de complemento, de respuesta a sus inquietudes y de oportunidades
de incursionar en nuevos terrenos, que posiblemente no tenía previstos al inicio de su proceso
de aprendizaje.

Cuando el profesor logra proveer entornos enriquecidos, los estudiantes no miden ni tasan los
esfuerzos que deben realizar, y dedican a su aprendizaje todo el tiempo que este les exija. En
este proceso de motivarse, el estudiante por lo general va más allá de las cortas metas
impuestas en un curso determinado; logra ejercitar simultáneamente sus potencialidades
cognitivas, físicas y sociales, de modo que alcanza su desarrollo integral

Visto desde este ángulo, el acto de motivarse le corresponde ejecutarlo al estudiante, y le


implica que, al igual que en el proceso de aprendizaje, sea él quien busque, dentro del
contexto académico, las vías y mecanismos que le sean significativos, de manera que pueda,
apoyado en ellos, mantener activa la fuerza íntima que se requiere en todo el tiempo que dure
su proceso de aprendizaje.

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