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¿Quién está gobernando tu vida?

Apocalipsis 3:20
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y
abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
¿Quién está gobernando tu vida?

El carácter de un gobernante se ve reflejado en el gobierno que ejerce sobre quienes


están bajo su autoridad. El capítulo 28 del libro de Proverbios menciona que: con líderes
sabios y entendidos viene la estabilidad en una nación pero un gobernante sin
entendimiento oprimirá a su pueblo. Si pudieras definir cómo es tu vida el día de hoy,
¿dirías que está más inclinada hacia una vida estable o hacia una vida oprimida? Una
vida de opresión es aquella que constantemente está sometida y presionada por un
poder que la humilla y tiraniza, por un mal que la derriba una y otra vez para absorber lo
poco bueno que tiene y sustituirlo con tristeza, depresión, fracaso y cansancio físico y
emocional. ¡Esto es lo que el pecado hace en la vida de las personas! El vacío que
provoca en nuestro corazón una falta de relación con nuestro Señor es saciado por todo
aquello donde decidimos poner nuestro corazón, nuestras emociones y donde
escogemos saciar nuestros deseos y placeres personales. ¿Quién gobierna tu vida? ¿Un
pecado que te hace tropezar una y otra y otra vez de modo que te hace dudar de tu fe y
tu compromiso con Dios?, ¿una relación de amor que provoca celos e inseguridad en ti
al grado que te roba la paz, la capacidad de razonar y hasta el sueño?, ¿una venganza no
consumada que te mantiene con los dientes apretados recreando en tu mente escenas
de odio y dolor?, ¿un deseo por tener más y más riquezas que somete tu integridad para
que cometas actos de corrupción y menosprecio hacia los demás? Cuando todas las
conversaciones y el ruido del día se calla, ¿qué voz alcanzas a escuchar en tu mente y tu
corazón?, ¿un canto de libertad y gratitud hacia tu Salvador o una voz acusatoria que te
condena y roba la alegría y la paz?
Cuando buscamos un rey lejos de nuestro Señor

“Esta es la manera en que un rey gobernará sobre ustedes…”. En la porción de la Biblia


que estamos estudiando hoy leemos al profeta Samuel haciéndole al pueblo de Israel
una advertencia de parte de Dios sobre las consecuencias que vendrían a su vida como
resultado de menospreciar al Señor y buscar un rey para “ser como las demás naciones“,
esta advertencia sigue vigente el día de hoy, si aplicáramos los versículos 11 al 17 de la
lectura bíblica de hoy a nuestros tiempos actuales algo así es como menciona la Biblia
que es vivir si nuestro Rey no es el Creador del universo: Se nos demandará lo mejor de
nosotros, de nuestros recursos y nuestras fuerzas para que alguien más los use para sus
propios intereses; alguien más determinará nuestro valor, nuestra importancia y el rango
de autoridad que tendremos; alguien escogerá por nosotros cómo y en dónde
trabajaremos para obtener lo que necesitamos para vivir; nuestra familia se nos unirá en
esforzarse por darle gusto a alguien más; lo mejor de nuestra vida, nuestro tiempo y
recursos serán consumidos para enriquecer a alguien más y; finalmente tras haber
entregado lo mejor de nosotros solamente nos quedará vivir como esclavos para poder
vivir sintiéndonos seguros, protegidos y fuera de peligro. ¿Es así como quieres vivir tu
vida?, ¿llamarías a este estilo de vida una vida de plenitud, felicidad y libertad?,
¿sentirías viviendo de este modo que cumpliste con el propósito de tu vida y que le diste
lo mejor a tu familia? ¡Por supuesto que no!, ¡Esta no es la vida que Dios quiere para ti!,
¡Nuestro Señor no es un tirano que quiere quitarte todo lo que tienes y someterte a Él
para ser feliz a costa tuya! Quien sí lo es es el diablo y a través del pecado de
incredulidad, inmoralidad y orgullo que ha sembrado en tu corazón te tiene sometido y
esclavizado a Él, ¡es tiempo de dejar de vivir bajo su reinado de tinieblas para entrar al
Reino de la Luz y la Verdad al que fuiste invitado por Jesús en la cruz!

Dios no será tu Rey a la fuerza

“Cuando llegue ese día, suplicarán ser aliviados de este rey que ahora piden, pero
entonces el Señor no los ayudará”. Dios no creó robots que pudiera programar para que
hicieran todo lo que les pidiera, en el momento y las maneras que Él quisiera, sino que
creó seres semejantes a Él, con voluntad propia, capaces de tomar sus propias
decisiones y de enfrentar las consecuencias que estas provoquen. Y sin embargo como lo
menciona el apóstol Juan en el capítulo 1 del Evangelio que escribió dirigido por el
Espíritu Santo: “Vino al mismo mundo que él había creado, pero el mundo no lo
reconoció. Vino a los de su propio pueblo, y hasta ellos lo rechazaron“. Me sigue
sorprendiendo la facilidad con la que la gente rechaza todo lo que tenga que ver con
Jesucristo pero acepta rápidamente y llena de entusiasmo cualquier teoría, religión,
esoterismo y creencia a pesar de que muchas de estas solamente les roban su paz, su
dinero y su integridad. Lo cierto es que Dios no será nuestro rey a la fuerza, no nos
obligará a seguirlo, conocerlo ni obedecerlo, lo que sí hará es invitarnos una y otra vez
de más maneras de las que nos imaginamos a que nos acerquemos a Él, a que
voluntariamente nos comprometamos a buscarlo para entrar en una relación personal,
única e irrepetible con Él y todo su amor. Nos invitará a la Biblia para que conozcamos su
corazón y a orar para que le platiquemos nuestros sueños, anhelos y necesidades y
veamos en la respuesta de nuestras oraciones su poder, misericordia y gracia. Pero al
final del día, seremos nosotros quienes decidiremos si “queremos ser como todos los
demás” y dejarnos gobernar por los mismos reyes que controlan a la sociedad que nos
rodea o bien si escogeremos a Jesucristo como el Rey de nuestro Corazón y el Autor de
nuestra Salvación y nuestra Fe.

Conclusiones

Triste y asombrosamente tras la advertencia que el profeta Samuel le dio al pueblo de


Israel su respuesta fue: “Aun así, todavía queremos un rey —dijeron ellos—. Nuestro
deseo es ser como las naciones que nos rodean. El rey nos juzgará y será nuestro líder en
las batallas”. La nación destinada a vivir gobernada únicamente por el Rey del Universo,
¡menospreció a su Creador y escogió a un hombre corruptible para que fuera su líder en
las batallas! ¡Cómo es posible que sigamos menospreciando el gobierno de nuestro
Salvador y decidamos vivir bajo la opresión de nuestro pecado! ¡Esta vida no es la que
Dios planeó para nosotros! Sus hijos somos llamados a ser el ejemplo a seguir, los vasos
sobre los cuáles vierta su poder, los reflectores donde la luz poderosa de nuestro Señor
se refleje, la muestra viva de que Dios aún vive y la sucursal de su Espíritu Santo
moviéndose entre este mundo para atraer más y más personas a los pies de la cruz.
Nunca lograremos vivir para el propósito que fuimos creados si permanecemos lejos de
una relación personal con nuestro Creador. Todo aquello con lo que estás llenando el
vacío en tu corazón, tu mente y tus emociones tarde o temprano te someterá y
esclavizará porque separado de Dios el pecado únicamente te conducirá a un solo final:
la muerte espiritual y eterna. ¿A quién has escogido como rey de tu vida?, ¿quién
gobierna tu mente, emociones y corazón?, ¿vives una vida de estabilidad y plenitud o de
opresión y esclavitud? Una decisión tuya el día de hoy ¡puede cambiar el rumbo de tu
vida! Corta relación con tu pecado, con todo aquello que está enfriando tu fe y
alejándote de la Biblia y los tiempos de oración. Atrévete a darle un voto de confianza a
Jesucristo, a ir más allá de una religión o una tradición y entrar en una relación personal
con tu Salvador. ¡Dios quiere ser el Rey de tu corazón! ¡No lo hagas esperar más! Invítalo
a entrar a vivir en él y a dale el control de cada área de tu vida para que su reino de
verdad se extienda por todo tu ser trayendo libertad y sanidad.

Ideas para tu Oración de Hoy

1. Si nunca le has pedido al Señor que gobierne tu vida y sea el Rey de tu corazón, ¡este
es el día para hacerlo! Haz la siguiente oración en voz audible y con un corazón sincero:
“Señor Jesús, te entrego mi vida y mi corazón, ven a ser mi Señor, ven a dirigir mis
decisiones a sanar mi mente y mis emociones, ven a ser mi salvador. Yo creo que tú eres
el Señor del Universo y que has resucitado de la muerte. Gracias por dar tu vida en la
cruz por mí. Perdona todo lo malo que he hecho y guíame a conocerte, toma el control
de todo lo que soy y muéstrame el propósito que tienes para mi vida. Amén”.
¡Felicidades! Acabas de dar el primer paso de fe que cambiará el resto de tu vida,
necesitas comprar una Biblia y comenzar a leerla, seguir leyendo estudios de la Biblia y
acercarte a una iglesia donde haya persona que tengan una relación personal con Jesús y
te enseñen a desarrollar la tuya.

2. Si Dios te ha mostrado que hay áreas de tu vida que Él no está gobernando y que te
causan opresión y no estabilidad, dobla tus rodillas y arrepiéntete, confiesa tus pecados
y pídele perdón. Cambia de rumbo, comprométete a tomar las decisiones que sean
necesarias para hacer los ajustes que te lleven a acercarte más a Él y cortar con todo
pecado en tu vida.

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