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Apocalipsis 3:20
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y
abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
¿Quién está gobernando tu vida?
“Cuando llegue ese día, suplicarán ser aliviados de este rey que ahora piden, pero
entonces el Señor no los ayudará”. Dios no creó robots que pudiera programar para que
hicieran todo lo que les pidiera, en el momento y las maneras que Él quisiera, sino que
creó seres semejantes a Él, con voluntad propia, capaces de tomar sus propias
decisiones y de enfrentar las consecuencias que estas provoquen. Y sin embargo como lo
menciona el apóstol Juan en el capítulo 1 del Evangelio que escribió dirigido por el
Espíritu Santo: “Vino al mismo mundo que él había creado, pero el mundo no lo
reconoció. Vino a los de su propio pueblo, y hasta ellos lo rechazaron“. Me sigue
sorprendiendo la facilidad con la que la gente rechaza todo lo que tenga que ver con
Jesucristo pero acepta rápidamente y llena de entusiasmo cualquier teoría, religión,
esoterismo y creencia a pesar de que muchas de estas solamente les roban su paz, su
dinero y su integridad. Lo cierto es que Dios no será nuestro rey a la fuerza, no nos
obligará a seguirlo, conocerlo ni obedecerlo, lo que sí hará es invitarnos una y otra vez
de más maneras de las que nos imaginamos a que nos acerquemos a Él, a que
voluntariamente nos comprometamos a buscarlo para entrar en una relación personal,
única e irrepetible con Él y todo su amor. Nos invitará a la Biblia para que conozcamos su
corazón y a orar para que le platiquemos nuestros sueños, anhelos y necesidades y
veamos en la respuesta de nuestras oraciones su poder, misericordia y gracia. Pero al
final del día, seremos nosotros quienes decidiremos si “queremos ser como todos los
demás” y dejarnos gobernar por los mismos reyes que controlan a la sociedad que nos
rodea o bien si escogeremos a Jesucristo como el Rey de nuestro Corazón y el Autor de
nuestra Salvación y nuestra Fe.
Conclusiones
1. Si nunca le has pedido al Señor que gobierne tu vida y sea el Rey de tu corazón, ¡este
es el día para hacerlo! Haz la siguiente oración en voz audible y con un corazón sincero:
“Señor Jesús, te entrego mi vida y mi corazón, ven a ser mi Señor, ven a dirigir mis
decisiones a sanar mi mente y mis emociones, ven a ser mi salvador. Yo creo que tú eres
el Señor del Universo y que has resucitado de la muerte. Gracias por dar tu vida en la
cruz por mí. Perdona todo lo malo que he hecho y guíame a conocerte, toma el control
de todo lo que soy y muéstrame el propósito que tienes para mi vida. Amén”.
¡Felicidades! Acabas de dar el primer paso de fe que cambiará el resto de tu vida,
necesitas comprar una Biblia y comenzar a leerla, seguir leyendo estudios de la Biblia y
acercarte a una iglesia donde haya persona que tengan una relación personal con Jesús y
te enseñen a desarrollar la tuya.
2. Si Dios te ha mostrado que hay áreas de tu vida que Él no está gobernando y que te
causan opresión y no estabilidad, dobla tus rodillas y arrepiéntete, confiesa tus pecados
y pídele perdón. Cambia de rumbo, comprométete a tomar las decisiones que sean
necesarias para hacer los ajustes que te lleven a acercarte más a Él y cortar con todo
pecado en tu vida.