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MOVIMIENTO APOSTÓLICO “SAULO DE TARSO”

Fundado el 25 de enero de 1970

Jueves Santo – HORA SANTA ANTE JESÚS SACRAMENTADO

Comisión de Liturgia - 2009

Monitor:

Cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor, Dios está aquí, venid adoradores
adoremos, a Cristo redentor. Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra, bendecid al Señor.
Honor y gloria a Ti, Rey de la gloria, amor por siempre a Ti, Dios del amor.

CANTO INICIAL.
No adoréis a nadie

INTRODUCCIÓN.

Monitor: Todos:
- En tu noche triste. - No queremos dejarte solo.
- Cuando sientes miedo. - No queremos dejarte solo.
- Cuando sientes tristeza. - No queremos dejarte solo.
- Cuando buscas compañía. - No queremos dejarte solo.
- Cuando entras en agonía. - No queremos dejarte solo.
- Cuando sudas sangre. - No queremos dejarte solo.
- Cuando estás redimiendo el mundo. - No queremos dejarte solo.

Todos: Queremos ser para ti esta noche ángeles de consuelo.


Queremos orar contigo.
Queremos sentirnos redimidos por ti.
Queremos agradecerte tanto amor.

CANTO:
Quédate aquí

1. LA VID Y LOS SARMIENTOS.


(Lectura Jn 15, 5-17) (Usar Biblia)

1.1 - Meditación.
Permanecer. Es el verbo que más se repite. Si el sarmiento no permanece en la vid, se seca;
pero si permanece, da mucho fruto. Es la primera exigencia. Pero nos cuesta permanecer. Nos
cansamos enseguida. Nos olvidamos fácilmente. Estamos un ratito con el Señor, y enseguida a
nuestras cosas. La permanencia, la perseverancia, la fidelidad no son virtudes de nuestro tiempo.

Intimidad. Es lo que exige la comunión. Conocer a Cristo es llenarse de Cristo, vivir en Cristo,
vivir de y por Cristo. «El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él... El
que me coma vivirá por mí». Es una entera compenetración.

Dar fruto. Es la razón de ser de los sarmientos. Hemos de presentar frutos sabrosos de amor, de
justicia, de paz.
Y sentimos la necesidad de la poda, aunque sea dolorosa, para producir más frutos.
(Lo meditamos en silencio)
CANTO:
Eucaristía

1.2 - Meditación.
El mandamiento del amor. Vamos a dejarnos interpelar por esta palabra. El amor es realmente
nuestra savia, la que nos permite dar fruto. ¿Amamos como Jesús?

Hizo del amor un servicio. Y se puso a lavarles los pies, para que entendieran mejor.

Hizo del amor un sacrificio. Y partió el pan para significarlo: se deja partir, se deja comer. Y
ofreció la copa rebosante de su sangre derramada.

Hizo del amor un abrazo y comunión. El perdón regalado, la amistad ofrecida, la fraternidad
universalizada, la común-unión conseguida o meta a conseguir.
(Lo meditamos en silencio)

Canto:
Amaos

OREMOS. (Monitor) Como yo os he amado. Queremos sentir esta noche la fuerza de su amor,
su amistad y su ternura.
Queremos pedir a Jesús que nos enseñe a amar como él y que nos capacite para amar como él.

A cada invocación responderemos:


«Haz mi corazón como el tuyo»

* Para que pueda amar a mis hermanos.


* Para que pueda amar a los pobres.
* Para que pueda amar a los que nadie quiere.
* Para que pueda amar a los que no me quieren.
* Para que pueda amar a mis enemigos.
* Para que pueda amar a los pecadores.
* Para que pueda amar a todos los hombres.
* Y para que pueda amar como tú los amas.

Canto:
Si me falta el amor, no me sirve de nada. Si me falta el amor, nada soy. (Bis)

Aunque todos mis bienes dejase a los pobres y mi cuerpo en el fuego quisiera inmolar, todo aquello
sería una inútil hazaña si me falta el amor.

Aunque yo desvelase los grandes misterios y mi fe las montañas pudiera mover, no tendría valor, ni
me sirve de nada, si me falta el amor.

2.- LA NOCHE DE LA AGONÍA.


(Lectura Lc 22, 39-51) (Usar Biblia)

2.1 - Meditación.
El Dios de Jesucristo no es impasible. No sería Dios si no pudiera «padecer», a su manera,
porque la Pasión tiene mucho que ver con el amor. Y Dios es amor.

Jesús padeció en esta noche angustiosa de muerte: tristeza, miedo, repugnancia, soledad,
dudas, crisis total. Llega a una verdadera agonía, dramática, que se materializa en el sudor
sanguíneo. Es el misterio de la noche, de la debilidad, de la tentación. No podemos llegar a
comprender.
Jesús sufre de nuevo la tentación. El diablo no se dio por vencido en el desierto y vuelve a la
carga. Ahora no le tienta por el halago y la gloria, sino por el miedo, el asco, el sinsentido.

Jesús apela a la oración. «Padre, si es posible...» Padre... Padre... Padre... Pero el Padre
parece que no escucha. Tres largos espacios repitiendo la misma palabra, la misma oración. Es el
único asidero de Jesús, porque los discípulos fallaban.

Jesús está redimiendo la pasión del alma. Todo ese mar inmenso de la tristeza, la depresión, el
miedo, el vacío, la duda, la tentación. Es el momento más duro de la Pasión de Cristo. Fue como
un infierno. En verdad que descendió a los infiernos.

Es la respuesta de Dios al sufrimiento. No lo elimina, sino que lo asume, y así lo redime. Vence
al sufrimiento, sufriéndolo Él. Así lo convierte en fuente de gracia.

Al fin llegó el ángel del consuelo. Fue un poco de luz en la noche. También Dios necesita ser
ayudado y confortado. Gracias, Señor, por aceptar nuestra ayuda. Todos podemos ser ángeles
del consuelo. Y todos necesitamos algún ángel del consuelo.

Canto:
Cristo nos da la libertad, Cristo nos da la salvación, Cristo nos da la esperanza, Cristo nos
da el amor.

Cuando luche por la paz y la verdad, la encontraré; cuando cargue con la cruz de los demás, me
salvaré. Dame, Señor, tu palabra; oye, Señor, mi oración.

Cuando sepa perdonar de corazón, tendré perdón; cuando siga los caminos del amor, veré al
Señor. Dame, Señor, tu palabra; oye, Señor, mi oración.

Cuando siembre la alegría y la amistad, vendrá el Amor; cuando viva en comunión con los demás,
seré de Dios. Dame, Señor, tu palabra; oye, Señor, mi oración.

3.- ORACIÓN POR LOS QUE SUFREN.

Monitor: Presentamos al Cristo de Getsemaní a cuantos están marcados por el dolor y la pena,
por la oscuridad y el abandono, por el sufrimiento del cuerpo y del alma.

* Por los enfermos crónicos, terminales, agonizantes. Que no les falte el ángel del consuelo.

* Por los que viven sin luz, sin sentido, sin ganas. Que no les falte el ángel de la esperanza.

* Por los que apenas pueden sobrevivir a causa de la pobreza. Que no les falte el ángel de la
solidaridad.

* Por cuantos se encuentran socialmente excluidos. Que no les falte el ángel de la caridad.

* Por cuantos están oprimidos y esclavizados (mujeres maltratadas, niños sin hogar, presos
políticos, inmigrantes sin papeles...). Que no les falte el ángel de la liberación.

* Por todos los que de una manera u otra viven en un infierno. Que no les falte el ángel de la
redención.

- Rezamos muy unidos la oración de la fraternidad: Padre nuestro... (Puede ser cantada)

- Rezamos también a María, madre de los desamparados: Dios te salve…


4. ACCIÓN DE GRACIAS. (Monitor)

R. Gracias, Señor, gracias.

- Gracias Señor, por tu muerte y resurrección que nos salva. /R.


- Gracias Señor, por haber instituido la Eucaristía que nos alimenta. /R.
- Gracias Señor, por este tiempo que nos has concedido para adorarte y venerarte. /R.
- Gracias Señor, por todos los beneficios que nos concedes. /R.
- Gracias Señor, por esta hora de comunión contigo. /R.
- Gracias Señor, por tus palabras que reconfortan y sanan. /R.
- Gracias Señor, por tu cruz que tanto enseña. /R.
- Gracias Señor, por tu sangre que a tantos salva. /R.
- Gracias Señor, por tu amor sin tregua y sin fronteras. /R.
- Gracias Señor, por la Madre que al pie del madero nos dejas. /R.
- Gracias Señor, por olvidar nuestras traiciones e incoherencias. /R.
- Gracias Señor, por perdonar el sueño que nos aleja del estar en vela. /R.
- Gracias Señor, por ese pan partido en la mesa de la última cena. /R.
- Gracias Señor, porque aún siendo Dios, te arrodillas y a servir nos enseñas. /R.
- Gracias Señor, por tu sacerdocio que es generosidad, ofrenda y entrega. /R.
- Gracias Señor, por tu amor sin límites y en la cruz. /R.

ORACIÓN FINAL

Solo les pido que se amen; no hacen falta otras leyes ni otros ritos; que se amen unos a otros, que
multipliquen los encuentros, las ternuras, los abrazos y los besos; solo quiero que se quieran, y que
pongan en común lo que tienen, lo que son; que dialoguen, se entiendan. Solo quiero que se
quieran.

Quiero amigos míos, que se sirvan, que se laven los pies unos a otros, que se acompañen y se
ayuden en el caminar; que se curen mutuamente las heridas; que se perdonen y que no dejen a
nadie solo. Dense el tiempo que haga falta. Regálense mutuamente algún detalle, cosas, gestos,
como signo de amistad y de presencia, como yo hice con vosotros; que lleve vuestra marca y
vuestro espíritu; regálense en todo a vosotros mismos, como un pequeño sacramento. El amor es
siempre gracia y presencia. Ya solo vale el amor. Pero como una condición, una pequeña
circunstancia que debéis tener en cuenta: que vuestro amor sea como el mío, que os sirváis y que
os améis, como yo lo hice con vosotros. Y nada más.

Canto:

Cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor, Dios está aquí, venid adoradores
adoremos, a Cristo redentor. Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra, bendecid al Señor.
Honor y gloria a Ti, Rey de la gloria, amor por siempre a Ti, Dios del amor.

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