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HOMICIDIO SIMPLE.-
Art.79 C.P: “Se aplicará reclusión o prisión de 8 a 25 años, al que matare a
otro, siempre que en este Código no se estableciere otra pena”.
En todas las formas de homicidio el bien jurídico protegido es la vida
humana, el ser humano, la persona física viva.
Ahora bien, ¿cuándo hay vida? El debate jurisprudencial y doctrinal nos
formula que el bien jurídico aquí protegido tiene inicio al comienzo de la
vida humana independiente y la importancia de su delimitación juega un
papel fundamental a la hora de pensar en un homicidio o un aborto. Por
otro lado es importante, también, delimitar cuando finaliza la vida humana,
cuando hay muerte, lo cual nos limitará entre el homicidio y el delito
imposible por falta del objeto material de protección (si no hay vida, no
hay qué proteger).
INICIO DE LA VIDA HUMANA: para poder considerar el momento en que la
vida humana comienza a existir el Derecho Civil considera que hay vida
humana desde el momento de la concepción; no obstante, para el Derecho
Penal existen 3 teorías, cada una de las cuales postula un momento distinto
de tal comienzo (y por ende, un momento diferente a partir del cual
comienza la protección penal):
a) Teoría de la fecundación: para la cual el comienzo de la vida humana
se produce con la fecundación del óvulo con el gameto masculino, es
decir, cuando de dos realidades distintas -ovulo y espermatozoide-
surge una nueva y distinta -cigoto-.
b) Teoría de la anidación o implantación: entiende que la vida humana
comienza cuando el óvulo fecundado anida en el útero materno, algo
que sucede aproximadamente a los 14 días de producida la
fecundación. Esto indica que el proceso fisiológico de la gestación no
comienza sino a partir del preciso momento en que el óvulo
fecundado anida en la matriz de la mujer.
c) Teoría de la formación de los rudimentos del sistema nervioso: Buscar
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- Tipo subjetivo:
El homicidio simple es un delito doloso, y se admiten los tres tipos de dolo
(directo, indirecto y eventual).
El error de tipo (sobre alguno de los elementos del tipo objetivo) excluye el
dolo y, por ende, la responsabilidad penal, si el error es invencible; de lo
contrario, si el error es vencible, el autor deberá responder por el homicidio
a título de culpa. En los casos de error in persona, el autor deberá
responder por homicidio doloso, por cuanto el derecho no hace distinción de
personas y todas son protegidas por igual. En los supuestos de error en el
golpe o aberratio ictus la doctrina no se ha mostrado uniforme y se ha
postulado que, según la doctrina tradicional, se comete un delito único de
homicidio y la subjetividad típica sigue siendo la misma (sigue existiendo
dolo).
Tratándose de un delito de resultado material, el homicidio se consuma con
la producción de la muerte de otra persona distinta del autor. La tentativa
resulta admisible, así como todas las formas de participación criminal.
HOMICIDIOS AGRAVADOS. -
Art. 80 C.P: “Se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo
aplicarse lo dispuesto en el artículo 52, al que matare:
1)A su ascendiente, descendiente, cónyuge, excónyuge, o a la persona
con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o
no convivencia.
2) Con ensañamiento, alevosía, veneno u otro procedimiento insidioso.
3) Por precio o promesa remuneratoria.
4) Por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la
orientación sexual, identidad de género o su expresión.
5) Por un medio idóneo para crear un peligro común.
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los sujetos se encuentran ligados por un vínculo de sangre en línea recta, sin
límite de grados.
Los descendientes son los sucesores consanguíneos del autor, o sea, hijo,
nieto, bisnieto, etc. Están comprendidos tanto el parentesco matrimonial
como el extramatrimonial. Se discute el vínculo de parentesco por adopción,
por lo cual se configuran dos posturas al respecto: a) una sostiene que no
entran en el agravante los hijos adoptados y padres adoptivos, dado que
el vínculo que adquieren los hijos adoptivos no es de sangre sino jurídico; b)
otro sector de la doctrina sostiene que no importa el vínculo consanguíneo y
que, por el vínculo jurídico, entran en el agravante.
Quedan al margen de la agravante los hermanos y el parentesco por
afinidad.
La calidad de cónyuge se adquiere con el matrimonio legítimo y válido,
celebrado conforme a las leyes del país (ver CCyC). No están
comprendidas en la agravante las uniones extramatrimoniales
(concubinato), las relaciones que impliquen amancebamiento, por más
estables que éstas sean, los casos de matrimonios simulados o aparentes,
que son aquellos celebrados sin la presencia del oficial público autorizado,
ni los matrimonios inexistentes, es decir, aquellos que se celebran sin la
concurrencia de los requisitos enunciados por el CCyC.
En el caso de los matrimonios celebrados con impedimento que cause su
nulidad absoluta no un matrimonio válido, pues no ha sido celebrado de
acuerdo con las leyes del país y por lo tanto los contrayentes no son
cónyuges para el Código Penal. En los matrimonios de nulidad relativa,
hasta la declaración de nulidad por sentencia pasada en autoridad de
cosa juzgada, la unión es válida y los contrayentes tienen la calidad
jurídica de cónyuges.
Respecto de las parejas, deben existir cuando menos dos elementos para
establecer tal vínculo: primero la perdurabilidad en el tiempo, es decir que
el vínculo no resulte circunstancial o cuasi circunstancial y, en segundo
término, la detentación social del vínculo. Aun cuando los integrantes de la
pareja no convivan bajo el mismo techo. (Rómbola-Reboiras)
- La acción típica consiste en matar a otro, y ese otro debe ser uno de
los sujetos expresamente señalados en la ley: ascendiente,
descendiente, cónyuge, o excónyuge, pareja. Por consiguiente,
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hacer conductas que sabemos que están mal). Cabe distinguir que, si
la alteración del ánimo anula o bloquea la conciencia, entonces,
estamos frente a un cuadro de inimputabilidad.
c) El tipo penal requiere que la emoción violenta haya sido excusada
por las circunstancias. Esto quiere decir que el agente debe haberse
emocionado por circunstancias provenientes del exterior, ajenas a su
propio comportamiento. Pero no solo se requiere que provenga del
exterior, sino que, además, debe haber sido eficiente en el sentido
de poseer la suficiente intensidad o gravedad como para justificar el
estado de perturbación del ánimo.
Ha sido objeto de discusión doctrinal la naturaleza de la circunstancia
exterior. Algunos sostenían que ésta debía ser ética, otros lo contrario.
Pero concluían que lo que importa es que el individuo haya obrado bajo
los efectos de la emoción (“por”).
El delito, por ser de resultado material, exige para su consumación la
muerte del sujeto pasivo. La tentativa, por ende, resulta admisible.
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Homicidio culposo
Art.84 C.P: “Será reprimido con prisión de uno a cinco años e inhabilitación
especial, en su caso, por cinco a diez años el que por imprudencia,
negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los
reglamentos o de los deberes a su cargo causare la muerte a otro.
El mínimo de la pena se elevará a dos años si fueren más de una las víctimas
fatales.”
- Tipo objetivo:
La acción típica consiste en matar a otro, por imprudencia, negligencia,
impericia e inobservancia de los reglamentos o deberes de cargo. Para
nuestra ley, la culpa aparece como una violación del deber de cuidado
(riesgo permitido). El tipo objetivo está dado por el verbo de causar (la
muerte de otro), que representa la acción material punible. La estructura de
la acción en este delito admite tanto la comisión como la omisión impropia
(comisión por omisión), no así la simple omisión, que se caracteriza por la
irrelevancia del resultado.
Hay que reconocer un fundamento subjetivo para que se pueda dar como
presupuesto de la pena, la voluntariedad en la asunción de la acción
violadora del deber de cuidado y el conocimiento (o probabilidad de
conocimiento) del carácter peligroso de la conducta para el bien jurídico
protegido.
Entre la acción y el resultado debe mediar un nexo de causalidad, una
relación entre la conducta realizada y el resultado producido, sin
interferencia de factores extraños, como es propio de todo delito cuya
acción provoca una modificación en el mundo exterior.
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- Tipo subjetivo:
El tipo subjetivo de este delito se estructura sobre la base de dos
elementos; uno positivo, consistente en haber querido realizar la conducta
imprudente y en la infracción del deber de cuidado, y otro negativo,
consistente en no haber querido el resultado producido.
Los cuatro tipos de culpa que admite la ley son:
a) Impudencia: obrar ligero, precipitado o peligroso. Obra
imprudentemente quien realiza un acto del cual se debería abstener,
según aconsejan las reglas de prudencia;
b) Negligencia: es sinónimo de descuido, desatención, falta de
precaución en el obrar;
c) Impericia: también conocida como “culpa profesional”, configura un
obrar deficiente de una profesión, arte u oficio. Implica una conducta
gruesa, de proporciones considerables, inexperta o inhábil para el
ejercicio de la actividad;
d) Inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su cargo:
configura un supuesto de culpa punible que puede derivar de
cualquier normativa de orden general emanada de autoridad
competente. Se trata de inobservancia de disposiciones expresas que
prescriben determinadas precauciones que deben observarse en
actividades de las cuales pueden derivar hechos dañosos.
Como en todo tipo de homicidio, el delito se consuma con la muerte de la
víctima. No se admite tentativa.
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La acción típica material consiste en ejercer violencia sobre otra persona (el
ofendido), quien es la víctima de los resultados acaecidos (lesiones o
muerte). Se deben tener en cuenta ciertos requisitos:
a) Riña de tres (como mínimo) o más personas: el homicidio en riña es
delito colectivo con pluralidad de individuos, al menos tres. Este
número puede estar conformado por sujetos inimputables y de
cualquier sexo o condición.
b) Resultado mortal o lesivo: La riña, en si misma, no es punible como
delito, sino como simple contravención de tipo policial. Solo es
punible en la medida que de ella resulte una muerte o una lesión. La
muerte o lesión debe resultar de la riña, esto es, ser una consecuencia
del tumulto y de las hostilidades mutuas; No necesariamente el
resultado debe producirse en la riña y en las personas de sus
participantes, sino que pueden ser una consecuencia de ella o
cometerse con motivo u ocasión de ella. (Debe haber un nexo causal
riña-resultado)
c) No constancia de la autoría: la individualización del autor de los
resultados previstos en la ley implica desplazamiento de la figura
hacia el homicidio o las lesiones.
d) Ejercicio de violencia: entendida como violencia física y debe ser
empleada sobre la persona que resulta víctima del delito, o sea, que
puede recaer sobre el cuerpo de ella o estar dirigida directamente
hacia ella. Queda excluida la violencia moral o intimidación.
En cuanto a la subjetividad del tipo, el delito requiere una conducta dolosa
dirigida necesariamente a la participación en una riña. El dolo no abarca
los resultados producidos, pero sí las violencias ejercidas sobre la otra
persona. En suma, el dolo es de riña, nunca de lesiones o muerte. Las formas
culposas no están previstas.
Tratándose de un tipo de resultado material, se consuma cuando se produce
el resultado típico, es decir, la muerte o lesiones de la persona ofendida.
Este resultado debe ser la consecuencia de las violencias ejercidas durante
la riña o agresión, no de otras circunstancias extrañas a ella.
Por las características del tipo, quedan excluidas la participación y la
tentativa.
El artículo 96 del C.P establece un atenuante por lesiones leves. Se trata de
una figura atenuada del tipo previsto en el art.95, que presupone como
resultado una lesión de carácter leve en la persona del ofendido. Y en
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Unidad Nª3: “Delitos contra las personas; Delitos contra las personas por
Nacer”.
Denominado aborto socialmente, se lo puede definir como la interrupción
del proceso fisiológico de la gravidez, con la consecuente muerte del feto,
ocurrida con posterioridad a la anidación del óvulo.
El Código Penal prevé distinto tipos de aborto doloso; El art.85 inc.1 se
ocupa del aborto sin consentimiento de la mujer (forma más grave),
mientras que en el inc.2 se castiga con menos penalidad el aborto
realizado con el consentimiento de la mujer. EN ambos supuestos y con
distinta penalidad, el hecho se agrava se si produce la muerte de la mujer.
En el art.86, párrafo 1°, se castiga el aborto profesional, mientras que en
el párrafo 2° se encuentran previstos los abortos impunes: el llamado
aborto terapéutico y el aborto eugenésico. El art.87 contempla el
denominado aborto preterintencional y el art.88, finalmente, prevé pena
de prisión para el autoaborto o la prestación del consentimiento para que
otro se lo causare. El último párrafo del mismo precepto declara la
impunidad de la tentativa de aborto de la propia mujer.
El bien jurídico protegido por las distintas figuras de aborto es la vida del
feto. (ver unidad 1, las mismas teorías de la concepción).
El objeto de protección del delito de aborto debe quedar delimitado a
partir del momento en que se produce la anidación del óvulo fecundado en
el útero de la madre, lo cual implica que la protección penal sólo abarca al
embrión y al feto, no así al preembrión o embrión preimplantatorio.
El aborto es un delito de lesión, instantáneo y de resultado material, cuya
estructura exige la concurrencia de tres elementos comunes a todas las
figuras de aborto previstas en el Código Penal:
a) Una mujer embarazada (Estado de embarazo o preñez): exige como
presupuesto la existencia de una mujer embarazada, por vía natural
o artificial, indiferentemente. Constituye un elemento del tipo objetivo
que debe ser comprobado a través de la prueba pericial médica.
b) Existencia de un feto (vida del feto): El delito presupone la existencia
de un feto vivo. -Si el feto está muerto al momento de realizar la
acción, el hecho es atípico; las maniobras realizadas sobre una mujer
que no está embarazada (inexistencia del feto) son atípica, por
ejemplo-.
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Art.85 C.P: “El que causare un aborto será reprimido:
1. Con reclusión o prisión de tres a diez años, si obrare sin el
consentimiento de la mujer. Esta pena podrá elevarse hasta quince años,
si el hecho fuere seguido de la muerte de la mujer.
2. Con reclusión o prisión de uno a cuatro años, si obrare con el
consentimiento de la mujer. El máximum de la pena se elevará a seis
años, si el hecho fuere seguido de la muerte de la mujer.”
Establecido la figura básica, o tipo básico del aborto, debemos mencionar
el fundamento por el cual deriva la distinta punición del hecho: el
consentimiento de la mujer.
El consentimiento es el acuerdo, permiso o autorización que la mujer
embarazada da a otra persona para que ésta practique sobre su cuerpo
un aborto. En estos casos, el tercero es el autor del delito, mientras que la
mujer en penada autónomamente por el art.88.
El consentimiento puede ser expreso (directo, explícito o inequívoco), tácito
(cuando está constituido por actos que permiten deducir claramente la
voluntad de abortar) o presunto (meramente conjetural, existente solo en la
mente del autor), pero en todo caso, sólo tienen eficacia a los fines de la
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Con otros términos, según esta interpretación del máximo tribunal, el inc.2°
del art.86 contempla tanto el aborto eugenésico (embarazo proveniente de
la violación de una mujer idiota o demente) como el aborto sentimental
(embarazo proveniente de la violación de una mujer sana).
Aborto preterintencional
Art.87 C.P: “Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que con
violencia causare un aborto sin haber tenido el propósito de causarlo, si el
estado de embarazo de la paciente fuere notorio o lo constare.”
Para la configuración de esta figura se precisa la concurrencia de una serie
de requisitos o elementos:
a) Ejercicio de violencia -física o psíquica- sobre el cuerpo de la mujer.
Entendido el término violencia como el despliegue de energía física
sobre la mujer.
b) Una mujer en estado de embarazo.
c) Que el estado de embarazo le conste al autor o sea notorio: sea de
modo subjetivo o de modo objetivo. Es decir, ver que esté
embarazada o saber que está embarazada.
d) Muerte del feto, como consecuencia del empleo de violencia.
e) Inexistencia de dolo de aborto por parte del autor: el dolo debe ser
de ejercer violencia sobre la mujer, no del resultado.
Autoaborto
Art.88 C.P: “Será reprimida con prisión de uno a cuatro años, la mujer que
causare su propio aborto o consintiere en que otro se lo causare. La tentativa
de la mujer no es punible.”
La disposición contempla dos figuras: el aborto causado por la propia
mujer y la prestación del consentimiento para que un tercero se lo causare.
En el primer supuesto, el autor es la propia mujer, que es quien ejecuta el
aborto. La ejecución del aborto por la propia mujer no descarta la
posibilidad de actos de cooperación o ayuda por parte de terceros,
participación que se resuelve mediante la aplicación de las reglas comunes
de los arts.45-46 C.P. En el segundo supuesto, el artículo solo declara la
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pena que debe aplicarse a la mujer que consiente que se practiquen sobre
ellas maniobras abortivas que darán lugar al aborto.
Esta última figura debe hacerse jugar armónicamente con la del art.85,
inc.2 del C.P. El arti.88 abarca un caso de delito de acción bilateral, pues
requiere la acción conjunta del tercero que practica el aborto y de la mujer
que presta el consentimiento. La retracción o revocación del consentimiento
realizado antes de la provocación del aborto, tiene eficacia
desincriminante para la mujer (tentativa no punible), no así para el tercero
que incurrirá en el tipo previsto en el art.85, inc., del Código Penal.
La tentativa de aborto de la propia mujer no es punible. Se trata de una
excusa absolutoria establecida a favor, aunque también se extiende a los
terceros que han participado con actos de complicidad secundaria en el
aborto tentado. La excusa tiene una razón político criminal que la
fundamentan: evitar el escándalo que significaría un proceso judicial frente
a un hecho que sólo queda en la intimidad de la mujer y que no tiene
ninguna repercusión social relevante (Principio de reserva); para evitar que
tal fundamento quede totalmente desvirtuado, es que también la excusa
beneficia al cómplice.
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El delito puede cometerse por acción o por omisión. Esta última modalidad
solo habrá de operar únicamente para aquellas personas que se hallen en
posición de garante respecto de la evitación del resultado. La lesión es un
delito de resultado material e instantáneo, pues para su consumación se
requiere la producción de un daño efectivo en el cuerpo o en la salud de la
víctima. Por la propia naturaleza del delito, resulta admisible la tentativa.
Lo que hace a la diferenciación de las lesiones entre sí, es el tiempo de
perdurabilidad en el cuerpo o en la salud del “otro”.
Lesiones leves
Art.89 C.P: “Se impondrá prisión de un mes a un año, al que causare a otro,
en el cuerpo o en la salud, un daño que no esté previsto en otra disposición de
este Código.”
Se estipula que el tiempo de recuperación de estas lesiones es menor a 30
días, de lo contrario estaremos en presencia de las figuras de lesiones
graves o gravísimas.
Por lesión debe entenderse, entonces, todo menoscabo de la integridad
corporal o de la salud física o mental de una persona. Por consiguiente,
para su configuración no son suficientes las simples vías de hecho sin
resultado.
Daño en el cuerpo: toda alteración anormal en la estructura física o
anatómica de una persona, producida por una extirpación, destrucción o
cambio de las características propias del organismo. El daño puede ser
externo o interno y carece de importancia que exista o no un
derramamiento de sangre.
Daño en la salud: desorden de carácter fisiológico o psíquico. El daño en la
salud afecta al desarrollo funcional del organismo humano sea en su
aspecto físico o mental.
Lesiones graves
Art.90 C.P: “Se impondrá reclusión o prisión de uno a seis años, si la lesión
produjere una debilitación permanente en la salud, de un sentido, de un
órgano, de un miembro o una dificultad permanente de la palabra o si hubiere
puesto en peligro la vida del ofendido, le hubiere inutilizado para el trabajo
por más de un mes o le hubiere causado deformación permanente del rostro.”
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Lesiones gravísimas
Art.91 C.P: “Se impondrá reclusión o prisión de tres a diez años, si la lesión
produjere una enfermedad mental o corporal, cierta o probablemente
incurable, la inutilidad permanente para el trabajo, la pérdida de un sentido,
de un órgano, de un miembro, del uso de un órgano o miembro, de la palabra
o de la capacidad de engendrar o concebir.”
Lo que caracteriza a esta figura es la definitividad de la lesión o del daño
en la integridad personal.
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Lesiones agravadas
Art.92 C.P: “Si concurriere las circunstancias enumeradas en el artículo 80, la
pena será: en el caso del artículo 89, de seis meses a dos años; en el caso del
artículo 90, de tres a diez años; y en el caso del artículo 91 de tres a quince
años.”
El precepto contempla circunstancias agravantes de las lesiones previstas en
los arts.89 a 91. Para la aplicación de la agravante es suficiente que
concurra una de las situaciones previstas en el art.80; si fueran varias en el
mismo hecho, la punibilidad se mantiene (la agravante no se multiplica).
La diferenciación con la tentativa de homicidio es el elemento subjetivo del
agente, ya que si no se presentó en ningún momento el dolo de homicidio se
está en lesiones, mientras que si se hiso presente la concurrencia del dolo
(aun eventual) nos desplazaremos, al menos, a la tentativa de homicidio.
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Lesiones atenuadas
Art.93 C.P: “Si concurre alguna de las circunstancias enunciada en el inciso 1),
letra a) del artículo 81, la pena será: en el caso del artículo 89, de quince
días a seis meses; en el caso del artículo 90 de seis meses a tres años; y en el
caso del artículo 91, de uno a cuatro años.”
Se trata de lesiones cometidas en estado de emoción violenta, por lo que
resultan de aplicación las consideraciones realizadas con motivo de
analizar este delito. (ver homicidio en estado de emoción violenta, art.81
inc. A)
Lesiones culposas
Art.94 C.P:
Art.94 bis:
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Los sujetos, activo y pasivo, son indiferenciados. Esto es, puede ser
realizado por cualquier persona, sin que se requieran condiciones o
cualidades especiales.
La estructura típica del delito exige la concurrencia de los siguientes
elementos:
a) Que se dispare un arma de fuego: La acción típica consiste en
disparar un arma de fuego, y esto se da cuando se acciona un
mecanismo y sale disparado el proyectil.
Debe entenderse como arma a todo instrumento que aumenta el
poder ofensivo de la persona. El tipo legal exige que el arma sea de
fuego, esto es, que dispare proyectiles a través de un medio
mecánico basado en la ignición de sustancias que producen gases
que los impulsa.
b) Que el disparo sea contra una persona: La acción material sólo es
típica en la medida que haya sido encaminada en cierta dirección, o
sea que es necesario que hay sido dirigida “contra una persona”.
Contra la persona significa en dirección a ella de manera que
aparezca en peligro la incolumidad. Resulta irrelevante que se trate
de una o varias personas, ya que la multiplicidad de sujetos no
multiplica el delito.
c) Que no se cause herida: Esta expresión debe entenderse como no
haber causado ningún resultado, aunque se hubiera pensado en dar
en el blanco. Si se hubiera causado algún resultado, el hecho s
mantiene dentro del art.104 si no corresponde pena menor. Si la
pena fuera mayor en función del mayor daño producido, la figura se
desplaza hacia la que corresponde a tales resultados.
Subjetivamente, el disparo de arma de fuego configura un delito doloso, de
dolo directo. Se acepta como suficiente el dolo eventual.
El delito se consuma con la acción de disparar el arma de fuego, es decir,
que es necesario que el disparo se haya producido y el proyectil haya sido
disparado. La tentativa no es posible.
Agresión con arma.
La figura está prevista en el último párrafo del art.104, cuyo texto pena
con prisión de quince días a seis meses, la “agresión con toda arma, aunque
no se causare herida”. Cualquier persona puede ser sujeto activo o pasivo
de este delito.
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Abandono de personas
El Capítulo VI del C.P contempla, bajo la denominación común de
abandono de personas, des delitos de estructura bien diferenciada: en la
exposición a peligro por desamparo (art.106), con las agravantes y
atenuantes establecidas en el art.107, y la omisión de auxilio (art.108).
El bien jurídico protegido por estos delitos es la vida o la salud de las
personas.
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Art.108 C.P: “Será reprimido con multa de setecientos cincuenta pesos a doce
mil quinientos pesos el que encontrando perdido o desamparado a un menor
de diez años o a una persona herida o inválida o amenazada de un peligro
cualquiera, omitiere prestarle el auxilio necesario, cuando pudiere hacerlo sin
riesgo personal o no diere aviso inmediatamente a la autoridad.”
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