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2019
Azul de ti (Eduardo Carranza)
La poética ensoñadora, cuán vil y engañosa puede ser, pero a su vez, tan maravillosa y
solemne, tan cálida como el canto de sirenas que encantaba a los marinos en las obras épicas, tan
poeta dice: “pensar en ti azul” claramente es una metáfora para referirse al mar, a esa inmensa
corriente de agua cuyo contenido en su totalidad es aún un misterio, al comparar el pensar en esa
persona como sumergirse en el mar, se refiere a una infinidad de pensamientos, miles y miles de
cavilaciones. “como ir vagando por un bosque dorado al mediodía” como caminar por un lugar
naturaleza. “nacen jardines en el habla mía y con mis nubes por tus sueños ando” en sus
evocaciones poéticas a través de la palabra, nacen bellos campos florales que enaltecen el
discurso y a la persona que se está alabando. El andar por tus sueños con mis nubes, es como si
el autor quisiera decir que por medio de sus pensamientos más profundos pudiese alcanzar a
“Nos une y nos separa un aire blando, una distancia de melancolía” cual Miguel Unamuno,
cual Shakespeare, cual Edgar Allan Poe, el poema trasluce un amor que no se puede dar, un
amor, una pasión, un hilo rojo del destino que es cortado por algo tan diminuto pero tan áspero
que obstaculiza toda una ilusión. “yo alzo los brazos de mi poesía, azul de ti, dolido y
esperando” el uso de medios para no pensar en tan deseado momento, el plasmar literariamente
cada imagen, cada sueño, cada miedo y cada tribulación que llegase a acontecer, el escape de la
pulcritud, ese azul de ti, que conecta a ese ser amado con la densidad infinita del océano,
acompañada de una melancolía impune, que deja estelas de angustia y preocupación a su paso.
que nos presenta Carranza, bien podría ser un referente de un amor complicado, de esos que al
parecer están destinados a darse pero nunca llegan a serlo. El horizonte de violines se comprende
como un camino a seguir fácil, totalmente plano, acompañado de melodías suaves y arrulladoras
que son lo más parecido a lo que imaginamos como perfección, o por el contrario, aquel tibio
sufrimiento de jazmines, que trasluce una dolencia indolora, ese tibio sufrimiento, común en
estas épocas modernas, ese fuego que nos quema poco a poco pero al que somos adictos, esa es
la intención del autor, narrar el dolor que le produce ese complejo amor del cual no se puede
desprender. “pensar en ti, de azul temperamento” se nos muestra una característica de ese ser
tan anhelado, ese azul temperamento típico de alguien receloso, taciturno y reservado. Un
pensamientos son imposibles de adivinar, un ser que cuyas actitudes son casi imposibles de
acertar.
“El mundo se me vuelve cristalino y te miro, entre lámparas de trino, azul domingo de mi
pensamiento” tras recorrer el soliloquio del autor, concluye su epifanía en lo que para mí es un
sentido lúgubre, su mundo se ha vuelto de cristal, frágil, fácil de quebrar, su amada, ilumina el
lugar en el que este habita, se transforma en una lámpara que cuelga del techo y da luz a todo el
lugar, tal como lo dijo Juan Gabriel, suplicándole a su amada que volviese a él, ya que ella, era la
luz de todo su mundo, cosa que se repite en este profundo soneto, que cuenta brevemente, cómo