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“ANTROPOLOGIA FORENSE ASOCIADA A LA ESCENA DEL CRIMEN

Y LA INVESTIGACIÒN CRIMINAL”

Mg. Aidee Elizabeth Chàvez Rodrìguez

Antropologa Fisica forense

Cada vez que se investiga el hallazgo de unos restos humanos, surgen múltiples
interrogantes a resolver. Para simplificar esta tarea, los interrogantes pueden ser
resumidos a diez puntos con el fin de efectuar una investigación completa. Para estos
interrogantes no existen respuestas obvias y a veces es necesario recurrir a ayuda
externa.

Los restos humanos pueden clasificarse de muchas formas: esqueletizados, en estado


avanzada descomposición, mutilación, carbonización, momificación. Todos estos
casos pueden abordarse desde la perspectiva de la Antropología Forense. Esta es una
rama especializada de la Antropología Física, cuya finalidad primordial es contribuir
con su conocimiento sobre las características biológicas humanas a la investigación y
solución de problemas médico-legales.

Se trabaja fundamentalmente con restos humanos con el fin de establecer los puntos
de partida para la identificación de un individuo o grupo de individuos; a primera vista
éstos restos no ofrecen al parecer mayor información para el investigador judicial
inexperto. Adicionalmente el estudio antropológico puede proporcionar información
sobre características como los rasgos físicos, hábitos cotidianos, patologías,
indicadores ocupacionales y culturales. Esta rama, utiliza el aporte de otras áreas del
conocimiento antropológico como la Arqueología y la Antropología Social.

El principal objetivo de la Antropología Forense es el auxilio que puede prestar a


aquellas personas que utilizan los mecanismos jurídicos en la solución de
problemáticas legales y, sobre todo, a la búsqueda de la identidad de un cuerpo sin
identificar.

El hallazgo de unos restos óseos de manera accidental y que no involucran ninguna


actividad de tipo funerario apunta hacia la posible consumación de un homicidio. No
obstante el hallazgo de restos humanos no siempre tiene que ver con la muerte
violenta, sino que no puede descartarse que se trate de un hallazgo arqueológico o de
un sitio funerario antiguo que no ha sido descubierto totalmente.

¿Es hueso?

Cualquier persona entrenada en principios de anatomía, ya sea un médico, un


patólogo, un antropólogo forense, puede reconocer los huesos de un esqueleto
humano. La tarea se vuelve mas complicada cuando los huesos se encuentran
fragmentados. Muchas veces fragmentos de materiales como plásticos o cortezas
vegetales pueden ser confundidos con hueso. Los huesos raras veces son
consumidos completamente por el fuego aunque pueden ser deteriorados o alterados
en su forma, textura y color. Solo personal entrenado y con experiencia puede
determinar si hay huesos presentes en una escena del crimen, donde ha ocurrido una
incineración.

Estos casos ocurren a menudo en escenas criminales o en los desastres masivos. La


destrucción y el calor es tal que puede destruir casi todo el cuerpo y deformar otros
materiales haciendo sus características externas semejantes a los de un hueso.

Con frecuencia la recuperación de de restos óseos humanos se hace


apresuradamente y con la participación de personal inadecuado para la tarea. El
hallazgo de restos óseos no siempre implica que se trate de restos humanos; es
importante confirmar si los restos son humanos o pueden pertenecer a los de un
animal por ejemplo. Son varios los casos reportados donde existen investigaciones
judiciales e incluso personas detenidas sobre evidencias de material óseo donde ni
siquiera se ha comprobado su origen.

En algunas oportunidades se ha confirmado el origen animal o artificial de estos restos


fragmentados o deteriorados.

Son necesarios para este fin estudios morfológicos y microscópicos hechos por
especialistas en estudiar huesos determinar si corresponde a un hueso la muestra que
se ha encontrado.

¿Es humano?

El entrenamiento constante en osteología humana nos ayuda a reconocer fácilmente


los huesos del esqueleto humano. La presencia de tejidos blandos y cabellos nos
ayudan a confirmar su pertenencia, pero cuando se trata de huesos dispersos y
fragmentados se presenta un problema mayor.

Es posible reconocer piezas como el cráneo y la pelvis cuando estas se encuentran


íntegras, pero los huesos largos, costillas, vértebras y huesos pequeños pueden ser a
menudo confusos. Los huesos de vertebrados de mediano tamaño pueden ser
problemáticos y pueden confundirse con los de un niño, por ejemplo.

Los huesos de infantes representan un problema particular ya que los centros


secundarios de osificación se encuentran separados y a menudo se deterioran muy
rápidamente y se pierden. Además la forma y el tamaño son poco reconocibles, sobre
todo en huesos de fetos humanos.

¿Es arqueológico o Forense?

Es posible determinar si los restos son de tipo arqueológico, antiguo o pertenecen a


los de una persona recientemente fallecida? La estimación del tiempo de muerte es
uno de los interrogantes mas difíciles de resolver debido a la infinidad de variables que
inciden sobre la descomposición de un cuerpo. Si estos se encuentran superficiales y
aún presentan tejido blando y cabellos es muy probable que el momento del deceso
ocurrió recientemente. Si se trata de un cuerpo enterrado, envuelto en plástico grueso
y sepultado en un cajón, los tejidos blandos se conservarán por mucho tiempo,
dificultando así el cálculo del tiempo de muerte.
Cuando se trata de restos óseos sin tejido blando presente el cálculo del tiempo de
muerte se complica. Para nuestro medio, los restos óseos arqueológicos son
fácilmente identificables, especialmente cuando se observan las piezas dentales. Los
individuos con ancestro indígena e incluso los que tienen ancestro mongoloide

Tienen características dentales particulares desde el punto de vista biológico como


cultural.

Otra manera de determinar restos de tipo antiguo de los individuos pertenecientes a


poblaciones modernas es por medio de la curvatura de la diáfisis femoral. Muchas
comunidades, antiguas y modernas, utilizan la posición de cuclillas como una posición
de descanso; esto causaba un arqueamiento de la diáfisis e incluso se podía ver
procesos degenerativos en los huesos tarsianos. Esta característica incluso puede
orientar a determinar el ancestro racial, sin embargo debe confirmarse el morfotipo con
la información craneal disponible.

El contexto del hallazgo también puede diferenciar unos restos de origen arqueológico
de unos modernos. Los restos arqueológicos generalmente son encontrados en
lugares fúnebres, donde la evidencia periférica indica la presencia de objetos
culturales de tipo ritual (vasijas, puntas líticas, utensilios, semillas, huesos animales).
Los casos forenses generalmente estudian individuos o grupos de individuos donde
los objetos asociados son de uso más moderno; no obstante objetos como monedas y
almanaques nos pueden dar un indicio sobre el tiempo cercano al momento de
fallecimiento de la víctima.

El estudio de insectos también puede ser útil para ubicar un rango de tiempo de
muerte. Para este fin es necesario consultar un entomólogo con experiencia para
efectuar este cálculo

Los casos forenses son diferentes. El tiempo de muerte en restos humanos se


determina en rangos de meses y de años. La observación de cambios cadavéricos
tardíos, el estado de las prendas, las características medioambientales, el nivel de
deterioro y disposición de los restos pueden sugerir un lapso de tiempo aproximado
entre el momento de la muerte y el momento del hallazgo de los restos. Estas
estimaciones jamás son absolutas y pueden cambiar si más hallazgos son aportados
en la investigación.

¿Cuántos y qué tipo de huesos tenemos aquí?

Responder a esta pregunta requiere conocer la osteología humana. Después de


haber completado la recuperación, hay que establecer un inventario concreto de todos
los huesos rescatados. La recuperación incompleta de los restos y otras evidencias
podría limitar la interpretación del caso e incluso su resolución. Cada hueso puede
ofrecer información clave sobre la identificación y las posibles causas de muerte.

Si se presentan casos de hallazgos de huesos incompletos debe establecerse con


certeza que se ha hecho una exploración y prospección minuciosa del área y así
descartar la presencia de mas huesos y evidencias en la zona. Con frecuencia
pueden encontrarse mas restos en un radio más amplio de espacio y hacer una
búsqueda exhaustiva. Siempre debe establecerse el porqué de la ausencia de partes
del esqueleto.

Aunque se trate de restos humanos con tejido blando presente, es necesario hacer el
inventario óseo completo. La ausencia de piezas no sólo se explica en una mala
recuperación de los restos sino que también puede tratarse de ausencias causadas
por comportamiento criminal.

El esqueleto humano comprende 206 piezas distribuidas en huesos craneales, huesos


del esqueleto axial (incluyendo cintura escapular, cintura pélvica, columna vertebral,
caja torácica) y huesos del esqueleto apendicular (huesos de miembros).

¿Cuantos individuos tenemos aquí?

Una vez se ha establecido la cantidad total de huesos recuperados es necesario


establecer si se trata de un esqueleto completo (es decir un solo individuo) y descartar
o confirmar la presencia de piezas óseas adicionales, cualquiera que sea su origen.
El esqueleto humano tiene varios huesos en juegos pares, otros sencillos; cuando se
estudia un juego de huesos y empezamos a encontrar, por ejemplo, tres radios, dos
sacros, dos arcos zigomáticos del mismo lado etc., el asunto comienza a complicarse.
Mas aún cuando tenemos un conjunto de restos fragmentados, sólo un especialista
puede lograr determinar si tenemos una o más personas fallecidas.

Es muy importante hacer referencia del contexto del hallazgo de estos restos, ya que
por diferentes motivos, ya sea antes o después del hallazgo, los restos son mezclados
en un solo montón. Es muy posible, aunque encontremos en el mismo sitio los
huesos, que los fallecimientos ocurrieran al mismo tiempo o en dos momentos
diferentes.

Esta posibilidad se ajusta a los casos de fosas comunes o sitios donde un asesino en
serie deposita los cuerpos de sus víctimas.

¿En que casos interviene el Antropòlogo Forense?:

-Personas vivas: Homonimias, casos de naturaleza sociocultural, somatología,


antropología visual (imágenes), casos comparativos, valoración de la afectación
(ambiente sociocultural, estudios de violencia, casos de comportamientos culturales de
individuos y grupos, etc.)

-Muertos: cadáveres, restos humanos, esqueletizados, fragmentados, calcinados,o en


otros estado de conservación; restos de naturaleza arqueológica prehispanica,
histórica colonial, histórica republicana (S. XIX, XX, XXI) y forenses (25 años de data)

¿Los eventos Forenses que participa el Antropologo Forense?:

-Violencia: Política, común.

-Desastres: Terremotos, maremotos, incendios, inundaciones, catástrofes varias.

-Sucesos de transito: Aéreos, terrestres, marítimos, lacustres, etc.


¿En qué consiste el concepto PERFIL SOCIOCULTURAL? En el campo forense
antropológico?.

-Información referente a:

a. Identidad del individuo y el grupo, pertenencia a una comunidad determinada,


costumbres propias, tradiciones, valores propios, hábitos, Ideología, lengua común,
territorio.

b. Perfil biológico de la persona viva.

c. Perfil biologico bàsico: *Sexo biológico, Edad biológica, Rasgos individualizantes


(estatura, peso, lateralidad por osteometria y por estrés biomecánico)

*Patron ancestral, *Rasgo epigenetico, Estado de salud-enfermedad: *Traumas:


premortem, perimortem y postmortem, *Patologias oseas (heredadas y adquiridas)

*Deformacion cultural osea, *Tafonomia, *Intervalo postmortem, Conclusión


antropológica.

Los Métodos básicos para la investigación Antropológica Forense:


identificación en restos humanos NN se aplica las tres etapas.

a. Búsqueda de información sociocultural Premortem:

Consiste en la recopilación de la investigación preliminar proporcionada por familiares


y/o testigos. Esta etapa se complementa con la prospección antropológica,
exhumación y remisión de los restos al gabinete para su análisis. La información
obtenida en esta etapa se sistematiza en el informe de prospección y de exhumación.

b. Análisis de gabinete:

La muestra en el gabinete es analizada con el objetivo de reconstruir el perfil biológico;


diagnostico del sexo, estimar la edad y estatura; el estado de la salud-enfermedad en
patologías, traumas, rasgos epigenéticos, estrés biomecánico, tafonomía, manera de
la muerte y data. La suma de todos estos datos nos sirve para elaborar la pericia
antropológica.

-Comparación de datos pre-postmortem: Identificaciòn

Se correlaciona la información pre y postmortem o de gabinete estos datos son


valorados para identificar la persona buscada. Cuando se identifica, se “reconoce”, es
decir se devuelve la identidad legal del desaparecido.

c.Tratamiento y orientación a familiares:

Identificado el desaparecido, el cuerpo será devuelto a sus familiares para que


cumplan el ritual de la inhumación. En esta etapa, el antropólogo orienta a estas
personas sobre el proceso de la reparación y el tratamiento terapéutico necesario para
superar las dificultades del caso.

ETAPA SOCIOCULTURAL:

En esta etapa, se ejecuta actividades hasta el proceso de exhumación.


-Primero: Información Premortem del desaparecido:

Se aplica para recoger información del perfil antropofísico y social que el individuo
tenía en vida, esta información es comparada con aquella obtenida en el análisis de
gabinete.

Consiste en aplicar la entrevista estructurada constituida por un conjunto de preguntas


que serán respondidas por los familiares directos y o testigos relacionados con la
persona desaparecida. Debido al tiempo transcurrido entre la desaparición y la
investigación, por ello los entrevistados en algunas ocasiones no recuerdan los rasgos
antropofísicos de sus familiares lo cual constituye un limitante para la investigación.

Segundo: Exploración, ubicación y evaluación de fosas:

Para ello el antropólogo recorre y ubica el área donde se encuentra la fosa de manera

exacta en base dos criterios: Información proporcionada por familiares y testigos:

Estos testimonios son verificados con la inspección de campo.

-Ubicación de la fosa con instrumental adecuado:


Recorrer el área y registrar la información necesaria, entrevistando y consolidando la
historia del caso.
En todo momento practicar la objetividad en la observación, de aquella información
proporcionada por familiares y testigos, un hecho importante es la realización de todo
un proyecto etnográfico con el objetivo de recoger información de campo válida de
primer nivel, asimismo establecer las conclusiones deberán responder a la
problemática estudiada. Evitar utilizar terminologías como “conocimiento blando” que
no expresan ningún contenido fáctico de prueba, en este caso es importante manejar
información metodológica en la construcción de los instrumentos a utilizar con
rigurosidad y certeza.
Tercero: Exhumación
Comprobada la existencia de la fosa donde se encontraría el cuerpo del desaparecido,
se planificarán estrategas para su recuperación del lugar de enterramiento.
Debe utilizar metodología de excavación arqueológica.
Todo proceso de excavación altera y destruye el contexto donde se encuentran
depositadas las evidencias, por eso se recomienda ejecutarlo cuando se tenga toda la
información preliminar con toda la metodología necesaria, sin este requisito esta
actividad pierde valor científico y probatorio porque altera la evidencia de manera
definitiva con el siguiente proceso:
Excavación:
Ubicar el área a excavar, establecer la cuadrícula, verificar el entorno, registrar en la
ficha correspondiente los datos observados. Prever la logística necesaria incluyendo
el personal necesario encargado de la excavación, consignar la seguridad y logística
necesaria.
Al excavar, remover el material que cubre el cuerpo con herramientas pequeñas por
niveles. Al nivel superior, utilizar herramientas grandes de manera controlada.
Remover la tierra, pasarla por una zaranda para recuperar fragmentos de proyectiles,
dientes, etc.
Un criterio básico: No remover ni recoger nada, sin antes haberlo registrado.
Seguir la profundidad hasta el nivel del piso que ocupan los restos, finalmente ejecutar
cateo para descartar la presencia de más evidencias.
Recuperación del cuerpo:
Una sola persona recupera los restos solo, en circunstancias necesarias participa más
de una.
Iniciar por los pies y culminar en el cráneo, cada elemento óseo recuperarlo en forma
individual sin utilizar la fuerza, fotografiar, codificar y empacar de manera adecuada, si
existe evidencia con tejido blando momificado y/o en otra circunstancia se deberá
recoger como está, no desarticular ni forzar más de lo debido en gabinete se tendrá la
oportunidad de analizar de manera adecuada.
Embalar los restos en orden anatómico (pie derecho en una bolsa, izquierdo en otra
bolsa, y así sucesivamente. Rotular con plumones indelebles para evitar borrones en
las bolsas empacadas con la nomenclatura asignada.
Metodológicamente, se debe establecer el tipo de entierro ubicado y exhumado, es
importante determinarlo con la finalidad de establecer el curso y sucesos de la
inhumación del cuerpo.
Tipo de entierros a considerar para la evaluación de fosas:
a. Por el número de cuerpos que contiene:
-Fosas individuales: Contienen restos de un solo individuo.
-Fosas comunes o múltiples: Contienen más de un cuerpo.
b. Según estado de conservación de la fosa:
-Fosas primarias: Aquellas, donde los restos conservan sus relaciones anatómicas.
-Fosas secundarias: Los restos, luego de su inhumación original, son exhumados y
vueltos a inhumar en otro sitio.
c. Según espacios temporales:
-Fosas sincrónicas: Los cuerpos son depositados todos en un mismo suceso
temporal.
-Fosas diacrónicas: Los cuerpos son depositados en diferentes sucesos temporales,
es decir la fosa es reutilizada. En algunas ocasiones existen proceso que de manera
involuntaria modifican del contexto original de la fosa, pueden ser.
Alteraciones por acción humana: Se ha removido la fosa luego de la inhumación.
Perturbaciones por acción no humana: Por la fauna carroñera, vegetación, movimiento
natural del terreno, lluvias, o sucesos que haya desarticulado la estructura anatómica
de la muestra.
Cadena de custodia.
Ciertas personas especialistas en seguridad deberán de trasladar los restos hasta el
gabinete empacados pieza por pieza rotulados en una caja sellada, anotar la
nomenclatura correspondiente, Apertura y cierre del acta Fiscal con la firma de todos
los responsables de la exhumación, luego entregar las evidencias al responsable de
seguridad para ser trasladada al gabinete bajo responsabilidad funcional.
SEGUNDA ETAPA:
Análisis de gabinete:
En esta etapa de trabajo se analizarán, en el laboratorio, los restos óseos recuperados
durante el trabajo antropológico, con el objeto de su identificación y determinación del
perfil biológico.

• El laboratorio en Antropologia Forense

En lo que respecta a la infraestructura con la que debe contarse para el análisis de


restos óseos, la misma es extremadamente sencilla. Se debe contar con una sala
amplia, bien iluminada, con agua corriente, algunas mesas lo suficientemente grandes
para poder extender un esqueleto articulado y un equipo de rayos-X. Es sumamente
importante que dicho laboratorio se halle disponible exclusivamente para la
investigación de restos óseos.

1) La preparación de los restos

Previo a la realización de cualquier análisis, el material proveniente del campo debe


ser preparado adecuadamente para su posterior estudio. Dicha preparación
comprende los siguientes pasos: Limpieza: todos los huesos y piezas dentarias deben
ser lavados con agua corriente, sin ningún agregado. Se pude utilizar un cepillo de
dientes para quitar la tierra, teniendo especial cuidado en los huesos que presenten
erosiones, como las epífisis de los huesos largos, y las caras de las sínfisis pubianas.

Las piezas dentales que no se encuentren fijas en sus alvéolos deben ser retiradas y
lavadas aparte para evitar su pérdida. En los casos en que los restos no se hallen
completamente esqueletizados se puede utilizar una solución de cloro y agua para
acelerar el desprendimiento de los tejidos blandos. Previamente debería extraerse una
muestra para posibles análisis genéticos.

Una vez finalizado el lavado, el secado debe efectuarse preferentemente a la sombra,


sin exponer los huesos al sol. Puede utilizarse un ventilador para acelerar el proceso.

Reconstrucción: a continuación, los huesos que presenten traumatismos "peri o post


mortem" deben ser reconstruidos, utilizando para ello un pegamento, tal que permita
unir los fragmentos y volver a separarlos sin causarles daño en caso de error.

Una vez efectuados todos estos pasos, el esqueleto debe ser extendido en orden
anatómico sobre una de las mesas, junto con las evidencias asociadas. A continuación
se puede comenzar el análisis de los restos, teniendo como guía los siguientes puntos:

1. Si se trata de restos humanos o no, 2. Si corresponden a uno o más individuos, 3.


Determinación de sexo, 4. Estimación de la edad, 5. Estimación de características
raciales, 6. Estimación de la estatura, 7. Estimación de lateralidad, 9. Observación de
patologías, anomalías o rasgos discretos.

2) Determinación de sexo
Antes de comenzar a describir los parámetros a utilizar en la determinación del sexo
de restos esqueléticos, debemos realizar dos observaciones.

En primer lugar, a diferencia de lo que ocurre con la edad, la estatura y la raza, se va a


decir que un esqueleto es masculino, femenino o indeterminado, es decir, no va a
haber un rango de posibilidades.

En segundo término, debe destacarse que debido a que el dimorfismo sexual se


expresa plenamente con la pubertad, es extremadamente difícil diagnosticar el sexo
de esqueletos de menores de diez a doce años.

Dos tipos de observaciones se realizan para la determinación del sexo: métricas y


morfológicas. Las mismas se pueden aplicar a cualquier hueso del esqueleto, pero dos
serán las áreas donde el dimorfismo sexual se expresa más claramente: la pelvis y el
cráneo.

3) Estimación de edad

La estimación de la edad en restos esqueléticos se refiere a la edad del individuo al


momento de su muerte y no a la cantidad de años que han pasado desde que el
individuo murió. A lo largo de la vida, diferentes elementos del esqueleto siguen una
secuencia cronológica de cambios. Cuando se trabaja con restos correspondientes a
fetos, niños y adolescentes, los principales indicadores a observar son el desarrollo
dentario, es decir la erupción y reemplazo de piezas dentarias, la fusión de centros de
osificación y la medición del crecimiento de los huesos largos.

El desarrollo dentario fue graficado por D.Ubelaker, desde los 5 meses de vida uterina
hasta los 35 años, comprendiendo una dentición decidual y una permanente. En el
análisis de la dentición de niños es fundamental trabajar con radiografías de las
arcadas dentarias, de modo a poder observar el grado de desarrollo de cada pieza.
Una vez que la dentición permanente erupciona, la pauta de edad será observable a
partir del desgaste oclusal de las piezas.

Con respecto a las suturas craneales, durante muchos años fueron utilizadas como
referente exclusivo en la estimación de la edad, pero la gran variabilidad interindividual
que se ha observado en su desarrollo, torna este método poco confiable. La única
sutura que es recomendable observar es la basilar o esfeno-occipital, que se une entre
los 20 y 25 años.

Uno de los indicadores más importantes es el grado de fusión de las epífisis de huesos
largos, vértebras, costillas y pelvis. La fusión de cada epífisis es progresiva, y cada
hueso presenta su secuencia propia. Para ponderar el grado de fusión se utiliza una
escala de 0 (no fusionada), 1 (1/4 de fusión), 2 (1/2 fusión), 3 (3/4 de fusión) y 4 (fusión
completa). Luego de haber valorado el estadio en que se halla cada hueso se hace
una estimación general.

Junto con la fusión de epífisis, el indicador más confiable y regular, entre los 18 y 40
años, es la observación de las sínfisis pubianas. Básicamente, el método consiste en
el análisis de las caras sinfisiales y su grado de desarrollo.
Este método, desarrollado por Todd en la década de los 20, contó posteriormente, con
modificaciones realizadas por McKern y Stewart(1957), Gilbert y McKern (1973) y, más
recientemente, por Suchey y Katz (1986). Estos autores, basándose en el trabajo
pionero de Todd, dividieron la cara sinfisial en tres componentes: a) cara dorsal b) cara
ventral y c) superficie interpúbica (anillo sinfisial). Cada uno de estos componentes, a
su vez, fue dividido en una escala de 0 a 5 de acuerdo con su desarrollo. Los valores
estimados para cada componente luego se suman y el total es referido a una tabla que
señala una edad y su correspondiente desvio estándar.

Debe resaltarse que, si bien el método brinda una estimación bastante exacta, su
empleo requiere de cierta experiencia por parte del investigador. Por otra parte, debe
considerarse que existen tablas diferentes para hombres y mujeres, y en estas últimas,
el parto pude modificar la morfología de la sínfisis, en especial, marcas adyacentes a
la cara dorsal del pubis.

Finalmente, a partir de la tercera década de vida, deben analizarse los procesos


degenerativos que comienzan a afectar al esqueleto. Dichas procesos, generalmente
observables en articulaciones (rodillas, hombros y tobillos) y en la columna vertebral,
se manifiestan como osteoartrosis, con proliferación de osteofitos y anquilosis
vertebral. Es importante, en el análisis de los procesos degenerativos, no confundirlos
con determinadas patologías que presentan manifestación ósea y que pueden llevar a
un diagnóstico apresurado.

A medida que la edad del individuo estudiado es mayor, la posibilidad de estimar su


edad con precisión es menor. Por ejemplo, podremos decir que la edad de un
individuo es de 20 años con un desvío de 3 años, pero cuando se trata de un individuo
mayor el rango incrementa, por ejemplo, 35 años ± 4 años.

Siempre que se analicen restos óseos debe tenerse presente que además de la
variabilidad individual, existen una serie de factores culturales, como el tipo de
alimentación o el trabajo desarrollado, que afectaran el desarrollo del esqueleto en
diferentes formas dificultando, en algunos casos, el uso de estudios y tablas
tradicionales.

4) Estimación de características raciales

La estimación de las características raciales de un esqueleto es quizás una de las más


difíciles. Esto se debe a que, cuando trabajamos con poblaciones contemporáneas,
como es el caso en investigaciones forenses, los grupos se hallan mezclados, lo que
hace sumamente difícil poder afirmar que un individuo pertenece claramente a uno de
los tres grandes grupos raciales. Por lo tanto, cuando hablemos de "raza" de un
individuo vamos decir que el mismo presenta ciertas características que son propias
de tal grupo, por ejemplo, prognatismo alveolar = negroide.

Un problema que se presenta habitualmente en algunos países es el siguiente: ante la


aparición accidental de restos óseos surge el interrogante acerca de si se trata de
restos contemporáneos, y por ende correspondientes a una investigación forense, o si
se trata de restos no contemporáneos, correspondientes a algunos de los grupos
indígenas que habitaron en la zona. Ante tales circunstancias, existen dos formas
básicas de proceder para tratar de dilucidar el enigma.
La primera consiste en el análisis del contexto de inhumación y/o hallazgo de los
restos y su excavación. En general, los entierros indígenas presentan ciertas
características particulares que nos pueden aportar elementos para precisar el origen
de los restos. Entre los elementos a los que hay que prestar especial atención se
cuentan la posición de los restos en la fosa (muchos grupos acostumbraban
desenterrar a sus muertos y volverlos a enterrar, produciendo entierros secundarios);
la estratigrafía del sitio; el material asociado a los mismos (adornos funerarios, tejidos
de textura no contemporánea, restos óseos de animales).

Sobre el cráneo: si bien este punto se halla desarrollado más extensamente a


continuación, cuando estamos intentando diferenciar entre un cráneo contemporáneo
y otro que no lo es, uno de los elementos que nos pueden ser de mucha utilidad es la
presencia de deformaciones artificiales. Diferentes grupos humanos utilizaron la
deformación artificial del cráneo, mediante la aplicación de tablas o vendas que
presionaban, por ejemplo, el occipital. Esta característica es un importante indicador
para diferenciar la muestra.

Otros elementos más generales que pueden resultar de importancia en la


diferenciación de la muestra hacen a la arquitectura general del esqueleto (fuertes
inserciones musculares, presencia de platimería, desmineralización de los huesos).

El cráneo es la zona del esqueleto más importante para notar características


raciológicas; en él es posible realizar una serie de observaciones y mediciones que
nos pueden acercar a un diagnóstico bastante certero.

Desde el punto de vista métrico, uno de los métodos más importantes es el


desarrollado por Giles y Elliot (1962), denominado Análisis de Funciones
Discriminantes. El mismo consiste en la toma de ocho medidas en el cráneo, para lo
cual es necesario que esté intacto, las cuales se combinan con un factor constante
preestablecido (ver pg. 278/9 de THSFM). Posteriormente, Howells (1973) desarrolló
un método semejante, pero aplicable a diversas poblaciones y tomando mayor
cantidad de mediciones. Con respecto a los métodos no métricos, frecuentemente son
los más utilizados, ya que no requieren un equipo específico y las observaciones
pueden ser realizadas rápidamente.

Algunos de los indicadores más importantes son: Distancia intraorbital, -


Características del hueso nasal, Apertura nasal, prognatismo alveolar, Proyección de
los malares, Incisivos centrales en forma de pala, -Forma del mentón.

5) Estimación de estatura

Una de las principales dificultades con la que nos enfrentamos al tratar de


estimar la estatura de un esqueleto, es que las tablas utilizadas como referencia
provienen de algunas poblaciones específicas, no pudiendo ser aplicadas
universalmente, como si sucede con las de edad, donde la variación, al menos en
casos forenses, es menor. Para población centroamericana contamos con pocas
tablas, que no presentan una casuística significativa. A pesar que en muchos países
se ha estado trabajando en la confección de tablas locales, aún pocas de ellas han
sido aprobadas.
Existen dos métodos principales para estimar la estatura de restos
esqueléticos. Uno es el método matemático, desarrollado por Trotter y Gleser, el otro
es el método anatómico, que corresponde a Fully.

El Método matemático: consiste en la medición de cada hueso largo y la multiplicación


de ese resultado por un factor constante al que se le suma otro valor constante,
resultando de ello una ecuación.

Esta operación matemática dará la estatura aproximada, con un rango de tolerancia de


entre 3 y 5 cm, según el hueso utilizado. Los huesos que ofrecen un rango menor son
el fémur más la tibia.

Cómo se mide un hueso largo: Existen dos formas de medir el fémur. La primera,
llamada longitud máxima, se toma apoyando el cóndilo medial en el extremo fijo de
una tabla osteométrica hasta alcanzar la longitud máxima. La otra forma de medición,
llamada longitud fisiológica, consiste en apoyar ambos cóndilos en el extremo fijo y
tomando la distancia a la cabeza del hueso.

La tibia se mide apoyando en el extremo fijo de la tabla el maléolo medial y llevando el


taco al cóndilo lateral. El hueso debe hallarse perpendicular con respecto a los
extremos de la tabla.

Cuando se realiza la estimación de la estatura, debe tenerse presente que los


métodos descritos fueron realizados a partir muestras de esqueletos pertenecientes a
poblaciones específicas. En el caso de Trotter y Gleser, trabajaron con restos de
soldados norteamericanos, que representaban poblaciones blancas, negras y
mongoloides. En el caso de Fully, trabajó con restos de franceses muertos en campos
de concentración alemanes.

6) Estimación de lateralidad

Cuando hablamos de lateralidad, estamos haciendo referencia a que miembro superior


era utilizado con mayor frecuencia por el individuo. Al igual que en otras estimaciones,
en este caso vamos realizar mediciones y observaciones de características
morfológicas.

Con respecto a las mediciones, se debe tomar la longitud máxima de la clavícula,


húmero, cúbito y radio de ambos lados. Si el húmero, cúbito y radio de un lado son
más largos que los del otro y la clavícula de ese mismo lado es más corta que su
opuesta, ese será el lado predominante.

En cuanto a las características morfológicas, se debe observar el borde posterior de la


cavidad glenoidea del omóplato (ver pg. 239/44 de EOFA). Debe apreciarse cual de
ambos bordes posteriores presenta mayor desgaste. Se debe tener especial cuidado
de no confundir ese desgaste con procesos osteoartríticos.

7) La identificación de restos humanos

La identificación de restos humanos es uno de los puntos fundamentales solicitados al


antropólogo. Tal como mencionáramos en las páginas precedentes, la identificación
será posible, en la mayoría de los casos, mediante la comparación de los datos
aportados por la familia (ficha pre mortem) con los datos extraídos de los restos en
estudio (ficha post mortem).

Cualquier identificación debe basarse en una serie de puntos coincidentes y no en una


sola variable. Pero en muchas ocasiones, no se cuenta con suficiente información pre
mortem, debido, fundamentalmente, a dos razones: a) el tiempo transcurrido desde la
muerte del individuo, lo que implica la destrucción o pérdida de los archivos médicos y
odontológicos; b) el escaso acceso de la población bajo estudio a centros médicos u
odontológicos (por ejemplo, la mayoría de la población campesina e indígena.

C) EL INFORME PERICIAL EN ANTROPOLOGÍA FORENSE.

El informe antropológico forense sobre un resto humano, se debe mencionar en


cuanto a los tipos datos generales y específicos.

1º Procedimientos de preparación del material (lavado, radiografiado, rotulado y


reconstrucción).

2º Inventario de huesos presentes.

3º Determinaciones y estimaciones efectuadas.

4º Métodos y tablas utilizadas.

Bibliografia:

 Bass, W.M.: Human Osteology (HOS), Missiouri Archaeological Society,


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Lima, Junio 2015

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