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Y la Filosofía, ¿para qué?

La ciencia remplazó a la Filosofía


Durante veinticinco siglos ha existido una disciplina intelectual con el nombre de Filosofía. En sus
inicios se presentó como la primera forma de interpretación racional de los fenómenos físicos y
humanos. Prácticamente hasta el siglo XVII, se mantuvo como la única ciencia, y sus teorías y
conocimientos eran tenidos por muy verdaderos, a veces, inmodificables. A partir de aquella
época, se presentó el nacimiento de las ciencias empíricas, las cuales al margen y a veces contra-
diciendo a la Filosofía, comenzaron plantear sus propias explicaciones. Estas no sólo fueron en
muchas oportunidades más claras que la filosofía, sino que además, eran demostradas
suficientemente por la experiencia, prueba ésta, que la Filosofía estaba en completa incapacidad
de llevar a cabo.
Las ciencias se desarrollaron aceleradamente gracias a su carácter experimental y a su
aplicabilidad en la producción industrial. En consecuencia sus teorías aumentaron en número y
calidad.
Hoy en día, prácticamente cualquier fenómeno físico, orgánico o humano es afrontado por las
ciencias, y con mayor o menor éxito explicado. Con una gran ventaja: tales explicaciones superan
en mucho a las dadas por la Filosofía, en precisión, claridad y utilidad económica.
En el término de cuatro siglos los cambios y progresos de las ciencias son muchísimas veces
más numerosos que los presentados en la Filosofía, tanto que si Aristóteles resucitara, podría
discutir muy bien, con cualquier filósofo contemporáneo, siéndole en cambio, a Descartes, muy
difícil entender un sencillo libro escolar de ciencias naturales.
Entonces, ¿qué razón de ser tiene hoy en día el ejercicio de la Filosofía? Es decir, ¿la Filosofía
para qué? Si hoy, nadie mínimamente culto estaría dispuesto a aceptar como conocimientos
verdaderos, las explicaciones cosmológicas de los griegos, ¿por qué habría de recibir la Filosofía
como un conocimiento necesario, o siquiera útil? Dado el presente desarrollo científico, ¿qué
necesidad tenemos de la Filosofía?

El conocimiento científico es insuficiente

Veamos. El conocimiento científico está compuesto de datos y teorías positivas.


Nos presenta descripciones claras y verificables, estructuradas lógicamente dentro de sus teorías.
Pero, ¿acaso una descripción con estas características, como la que muy bien nos podría dar un
médico sobre los procesos de fecundación y gestación, permitiría entender nuestra propia
existencia? ¿Acaso los conocimientos psicológicos me pueden dar una explicación satisfactoria
sobre por qué amo a otra persona y qué sentido existencial puede tener ese sentimiento?
En ningún momento, ni la más perfecta sociología, podría explicarme qué sistema político sea el
más justo, o adecuado para la felicidad y naturaleza del hombre. Menos capaz sería aún de decir
por qué las profundas desigualdades sociales que vivimos, son una tragedia para millones de
seres humanos. Ni siquiera podría indicarme qué es una injusticia social y qué no lo es. A lo sumo,
haría una descripción fría de sus características, causas y consecuencias.
Estos son apenas algunos de los muchos problemas que tan sólo la Filosofía puede afrontar. Los
valores: ¿por qué puedo decir que mi acción es buena o no lo es? ¿Qué es lo que me permite
decidir los valores que debo perseguir en mi vida para darle a ella misma alguno?
La necesidad humana de filosofar
Existen preguntas que para la felicidad y satisfacción en la propia vida del ser humano, son de
gran importancia y que tan sólo la Filosofía puede afrontar.
El conocimiento científico nos da explicaciones descriptivas de los fenómenos, mientras que con
el saber filosófico buscamos un sentido humano de las cosas. Ni la ciencia podría darnos de la
realidad el sentido que necesitamos, ni la Filosofía podría hacernos una explicación descriptiva y
satisfactoria de aquella.
Y como para ningún ser humano es posible vivir sin sentido alguno, entonces, a toda persona es
necesaria la Filosofía.
¿Cuándo hago yo Filosofía?
Muchas veces y sin darnos cuenta, nos encontramos en medio de una reflexión típicamente
filosófica.
¿Qué carrera universitaria voy a estudiar? Pienso en el dinero que puedo ganar. También tengo
en cuenta la necesidad social de una profesión. Algo no menos importante de considerar:
¿encontraré como médico, profesor o piloto, la satisfacción de mí mismo como persona?
¿Por qué vivo en una ciudad, preocupándome por mi forma de vestir, los artículos superfluos que
quiero tener, las normas y costumbres que debo aceptar? ¿No podría acaso retirarme a un
apartado lugar y vivir conforme a la naturaleza, apenas con una pareja, y construir, y cultivar con
mis propias manos los alimentos, y conseguir los artículos necesarios para vivir sin los afanes
inútiles de la sociedad moderna?
¿Qué necesidad hay de estudiar tanto, si muchas personas con mediana preparación son felices?
Si después de la muerte no hay nada, ¿Por qué vivir? Y si hay una vida posterior, ¿qué sentido
tiene esta antesala?
Considerando que hay miles de millones de planetas sin posibilidad de vida, ¿será la Tierra y la
vida humana un privilegio? ¿O será un simple accidente momentáneo?
¿Por qué me aburro sin nada que hacer, y me desespero cuando tengo muchas cosas
pendientes? ¿Por qué razón aún existen el hambre, la opresión, la injusticia y la guerra, en un
mundo con un desarrollo científico como el nuestro?
¿Qué razón hay para que me entiendan mejor con personas de mí mismo sexo que con las del
contrario, cuando las que me atraen son las de este, y no existe más que una diferencia
anatómica?
Estas son unas pocas de los cientos de preguntas que una persona común se hace en el curso
de su vida. Ninguna de ellas tiene una respuesta científica. Cualquiera necesita ser contestada.
Ninguna de sus respuestas tendrá como los conocimientos científicos, validez igual para toda
persona y en todo lugar o circunstancia. Y sin embargo, es inaplazable para mí la necesidad de
contestarlas, bien o mal. Es entonces, cuando hago yo mi propia Filosofía.

Mi filosofía y La Filosofía

Si es de mi propia vida de donde surgen las preguntas que ha de resolver la Filosofía, y soy yo
mismo quien puede darles respuesta, ¿para qué estudiar Filosofía?
Del mismo modo podría decirse que siendo en mi cabeza donde se presenta el dolor, y pudiendo
yo mismo tomar la aspirina, ¿para qué la Medicina y la Química Farmacéutica?
No podemos pensar que veinticinco siglos de reflexión sobre los mismos problemas sean inútiles.
Si cuando en mi surge la pregunta, no tengo más ideas que las que yo pueda inventar, las
posibilidades que tengo para responderla con satisfacción, serían inferiores de no contar con los
conocimientos sobre las respuestas dadas por otros en el curso de veinticinco siglos. El número
de opciones, de herramientas conceptuales, será mucho mayor si se posee un conocimiento
filosófico.
Desde el nacimiento de la Filosofía, son muchas las personas que han gastado enormes
cantidades de tiempo, inteligencia y energía, en encontrar respuestas. Desechar por viejas o
difíciles sus ideas y teorías, sería como preferir estudiar planta por planta en busca de las
alimenticias y medicinales, por considerar inexactos o viejos los conocimientos en nutrición,
Botánica y Química.
Hemos de estudiar la Filosofía, no como la solución al problema o como la respuesta a las
preguntas, sino como el estudio de las herramientas y los ladrillos que nos permitirán y ayudarán
a construir nuestras propias respuestas, acordes a nuestras necesidades. Se tratará entonces,
en todo momento, de reflexionar sobre mis problemas personales, familiares y sociales, buscando
además de una solución práctica, un sentido, un fundamento a esta solución que me permita verla
no sólo como útil o conveniente, sino también como satisfactoria a mis anhelos e ideales en la
vida.
Ayudado por los grandes sistemas teóricos, puedo hacer con la Filosofía, mi vida a mi imagen y
semejanza.

Inicios del saber humano


El ser humano, aún desde cuando no se diferenciaba demasiado del simio, ha tenido necesidad del saber.
Por esta razón aprendió que el agua calmaba la sed, que el fuego calentaba la cueva, y reconoció el
peligro en el rugido de una fiera. Los mitos y creencias, ofrecían una explicación de los fenómenos que les
afectaban y daban una razón acerca del origen del mundo y del hombre. Estos se elevaban a la abstracción
en forma de religión o de tradiciones y por tanto, también fueron formas de saber, es decir, interpretaciones
de los fenómenos.

Como el hombre es un organismo natural, se puede concluir que se encuentra en relación de


interdependencia con la naturaleza. Es así como el organismo humano ha debido adaptarse al medio, a
través de órganos cada vez más adecuados. El proceso de adaptación ha sido bastante exitoso hasta el
punto de capacitarlo para transformar el mismo medio natural: ciudades, puertos, represas e industrias
químicas, entre otros. Semejante logro ha sido posible gracias a la facultad exclusiva del hombre, de
caminar en sólo dos extremidades, permitiendo la utilización de las otras dos en labores diferentes. La
libertad dejada a brazos y manos, permitió en los albores de la civilización, la aparición de herramientas
primitivas, útiles para golpear, cavar y hacer fuerza. La necesidad de enseñar cómo construir y utilizar
estas herramientas a los hijos, generó el lenguaje y la aparición de conceptos. A partir de entonces la
especie humana es la única capaz de hacerse más perfecta a sí misma, pues habiendo representado la
realidad práctica en conceptos, es ahora posible pensar en los objetos sin necesidad de tenerlos presentes.
Poder pensar es como experimentar mentalmente.
Obsérvese entonces, cómo el saber ya desde su forma más primitiva, posee una naturaleza concreta por
su origen, y una abstracta por su forma de transmisión y comprensión.
La conceptualización de las experiencias y su mejoramiento por la práctica continuada, lleva a la elabora-
ción de conceptos de mayor generalidad, y al establecimiento de relaciones lógicas entre ellos. Se originan
así las teorías, si bien qué muy rudimentarias.

Lo que fue un gran logro de las teorías iníciales, fue a la vez su principal impedimento: la generalidad.
Gracias a ésta se pueden explicar un sinnúmero de fenómenos, pero también debido a ella, la experimen-
tación de sus afirmaciones era casi imposible.
Entonces, la única solución que tenían sus gestores para el desarrollo del pensamiento teórico, era la
reflexión abstracta, especulativa, basada en suposiciones: ¿Qué es la materia? ¿De qué se compone?
¿Cómo se da el cambio y el movimiento? ¿Qué es el espacio y el tiempo? ¿Qué es el ser?
A los primeros practicantes de este tipo de reflexión, sus contemporáneos griegos les llamaron “sabios"(en
Griego sophos) por ser quienes tenían el saber más general que podía concebirse. Pero algunos de estos
"sabios" en acto de modestia se hicieron llamar mejor “amigos de la sabiduría”, que en griego se decía
“filosofo". De allí surgió pendientemente del significado que pudiera tener entonces, o que tenga ahora,
debe verse como la filosofía fue en sus inicios la primera forma de ciencia, entendiendo ésta como grupo
de conceptos organizados lógicamente.

Filosofía

Reflexión especulativa

Teorías generales
Origen y conformación de la Filosofía

NECESIDAD HUMANA DEL SABER

Si dentro del proceso evolutivo fuera posible determinar un momento límite entre un estado animal previo
y uno característicamente "humano", éste sería aquél en el que por primera vez un antropoide tuvo un
saber en su cerebro, y fue consciente de él. En dicho instante se dieron dos cambios fundamentales en el
origen del hombre: se superaron las relaciones meramente instintivas con la naturaleza al aparecer una
representación consciente y tras esa representación consciente, aquél primer miembro de la nueva
especie, fue consciente de sí mismo. Las representaciones abstractas y la autoconciencia son
características exclusivas del ser humano. Obsérvese entonces, cómo se da primero la conciencia de lo
externo y esto a su vez genera la autoconciencia.
Conocimiento:--- Superación de las relaciones meramente instintivas-----autoconciencia.
Fue relativamente fácil para el primitivo comprender que los fenómenos naturales eran impulsados por
"fuerzas" similares a la que él mismo tenía; y él era consciente de esa fuerza, siendo entonces lícito pensar
que aquellas fuerzas eran de algún modo conscientes de sí mismas. El haber convertido los fenómenos
naturales en fuerzas conscientes y por tanto autónomas y poseedoras de voluntad, le obligó a rendirles un
culto que propiciará las buenas relaciones. A esto se le da el nombre de animismo.
Hombre consciente de sus fuerzas fuerzas naturales conscientes de sí mismas Culto animista.
Cuando el observador primitivo encuentra que no todas las fuerzas particulares son diferentes, sino que
entre ellas se pueden encontrar semejanzas, es muy posible que haya pensado en la existencia de volunta-
des menos particulares que esas fuerzas animadas, tales como deidades y seres mitológicos, quienes
controlaban a su antojo un grupo de fenómenos. Así es como aparecen dioses del agua, del fuego, la
fertilidad, los sueños y la muerte entre otros. Y cuando hay varios, iguales entre sí y aún más, con el
temperamento que les imprime el ser dioses de tal grupo de fenómenos o de tal otro, empiezan a
inventarse historias, apareciendo la mitología. Aquí ya se presenta una primera generalización en la
explicación de los fenómenos.
A través de los mitos son explicados como actos voluntarios e individuales la creación de montañas, mares,
ríos, el fuego, el sol, los hombres, el amor; los cuales surgen en instantes de ira, generosidad, emoción,
venganza, y todo tipo de vicio humano reflejado en los dioses. Estas son historias mitológicas como las de
Bochica, Zeus, Aton Ra.

SUPERACIÓN DE LA EXPLICACIÓN MÍTICA

En un comienzo, el mito se conforma como un modelo de explicación natural que desarrolla en forma
elemental el origen del Cosmos y del Hombre.
Por ser historias donde los dioses luchan entre sí, creando el mundo, y otras veces cambiándolo, se ha
dado a estos mitos el nombre de Cosmogonías. Para los griegos, tales historias son contadas por Homero
en la Ilíada y por Hesíodo en la Teogonía. Ante la validad de los fenómenos y ante el continuo aparecimien-
to de nuevos hechos por explicar, se creó la necesidad de reflexionar sobre las explicaciones ya dadas.
De esta forma se encontró lo común entre las explicaciones, estableciéndose así la tendencia a una sola
explicación para los muy diversos fenómenos.
Dioses específicos-------- fuerzas naturales semejantes-------------Mitologías
Tantos mitos y tantos dioses daban cada uno explicaciones diferentes a fenómenos similares. La
situación se agravó en el momento en que por medio del intercambio comercial se estableció un
enriquecimiento cultural. Llegan nuevas y aún más diversas explicaciones que terminan por crear
confusión ¿A qué atenerse? Nace entonces la necesidad de unificar las explicaciones. A partir de
ese momento la unidad se convierte en obsesión de la cultura occidental. Tal unidad consistía en
dar razones universales, es decir, válidas para todo fenómeno posible.
Por contraposición a un conocimiento cosmogónico explicación del Cosmos en términos míticos, mágicos,
de orientación religiosa— se establece una comprensión y explicación del Cosmos en términos universales
de pensamiento y razón (Logos). Es así como la Cosmología viene a constituirse en la primera forma de
Filosofía.

Diversos dioses--------- diferentes explicaciones del mismo fenómeno----- necesidad de unificar


explicaciones--------Universalización por la razón.

CONFORMACIÓN DE LA FILOSOFÍA

El primer aspecto en el cual se quiso encontrar unidad fue en la composición del Cosmos. Como idea
básica se tiene que esa composición es material. ¿Pero de qué tipo de materia?
Ante esta pregunta se establecen dos tendencias: una sensualista, orientada a determinar un elemento
visible en la naturaleza, que por su mayor presencia, o su importancia en el mantenimiento de la vida, se
considera la materia constitutiva. En este grupo encontramos a Tales de Mileto (el agua), Anaxímenes (el
aire). Heráclito (el fuego), Empédocles (los cuatro elementos), Jenófanes (tierra y agua).
Una segunda, racionalista, considera que determinar como elemento constitutivo de la materia a un
elemento claramente caracterizable, no es lícito por cuanto de sus características específicas no se
pueden desarrollar las características de otros fenómenos muy diferentes (el fuego no puede venir del
agua,-o la dura piedra del aire). Conciben entonces una entidad que elimina cualquier tipo de característica
sensible, es decir, que ignora todo aquello que está sujeto a la apreciación de los sentidos.
Tenemos aquí a Anaximandro (lo indeterminado o apeiron), Anaxágoras (las homeomerias, partículas
materiales con todas las características existentes), a Demócrito con el átomo y el más importante de
todos, Parménides. Quien encontró que lo único común e indispensable a toda cosa era el ser, y que por
tanto debía ser el constituyente fundamental de toda cosa.
Composición del cosmos:
Sensualista: elemento visible, dominante y presente en toda la naturaleza.
Racionalistas: Elemento indeterminado del cual surgieron los demás.
Parménides con su concepción funda una rama de la Filosofía llamada Ontología, es decir el tratado del
ser (ontos). Este ser como cosa concreta no existe. Es el producto de abstraer de cada cosa en el cosmos
la característica más general: el hecho de que es.
De esta manera se ve que del interno por explicar la estructura general del cosmos (cosmología), se genera
la ontología, que se constituye en una nueva forma de explicación del cosmos.
TALLER PARA ENVIAR.
A. Por un lado, creo que las cosas deben ser hechas como uno cree que están bien, es decir, que sean
justas para los demás o que expresen realmente mi forma de pensar y sentir. También es dicho que se
debe siempre ser sincero y honrado, o sea, no engañar a otras personas en beneficio propio. Pero por otro
lado, veo que se me incita a ser una persona con éxito social, económico y profesional, es decir, a subir
por encima de los demás y por ello, con no poca frecuencia es necesario hacer las cosas, no según yo
piense que deben ser, sino según la conveniencia o según lo que a los demás les pueda parecer correcto.
Para superar a los otros, también es necesario conservar para mí. Conocimientos y habilidades que
podrían servir a los demás para hacer mejor su trabajo, lo que les permitiría a ellos superarme.
B. Cuando me enamoro, siento que cualquier cosa que desee o haga, es posible, en razón del profundo
sentimiento que tengo, pero encuentro que muchas cosas no se pueden hacer por razones tales como las
costumbres, la falta de dinero, las condiciones reales de la vida práctica. Entonces veo que si bien, el amor
es uno de los principales valores de la vida y la sociedad, muchas veces hacer lo que creo correcto no es
posible porque puede perjudicar otros aspectos de mi vida, o bien porque va contra las normas sociales y
por tanto la sociedad me lo impide.
C. Encuentro que la sociedad no es como yo creo que debe ser. Sin embargo, para poder introducir en
ella algunos cambios, debo primero adaptarme a ella, aceptándola tal y como es, para una vez adentro,
intentar modificarla. Pero sucede que posiblemente una vez dentro de ella, yo mismo (a) haya cambiado
y ya no piense igual.
D. De un lado aprecio a mis amigos y amigas, y deseo su compañía, pero de otra parte, con frecuencia
siento que no los entiendo y no me entienden, o hacemos y decimos cosas que ofenden o molestan
mutuamente. Es entonces, cuando me pregunto, ¿qué es la amistad?
Es muy posible que en los puntos anteriores, no encuentres mencionados algunos problemas que
te preocupan. Menciónalos y descríbelos. Explica qué importancia tienen para tu vida y qué
significado tiene el tipo de solución que consideres la más conveniente.
Una vez hecha la lectura anterior, piensa y escribe un pequeño ensayo donde expongas:
- Tus ideas de lo que es Filosofía.
- La utilidad que puedas encontrar en el estudio de la Filosofía, para tu propia vida.
- La forma cómo crees que deben ser las clases de Filosofía.
- Los aspectos o problemas concretos en los que pienses o desees, se deba hacer
ORIGEN Y CONFORMACIÓN DE LA
FILOSOFÍA

Necesidad humana del saber: Si dentro del proceso evolutivo fuera posible determinar un
momento límite entre un estado animal previo y uno característicamente ―humano‖, este
sería aquel en el que por primera vez un antropoide tuvo un saber en su cerebro, y fue
consciente de él. En dicho instante se dieron dos cambios fundamentales en el origen del
hombre: se superaron las relaciones meramente instintivas con la naturaleza al aparecer
una representación consciente, y tras esa representación consciente, aquél primer miembro
de la nueva especie, fue consciente de sí mismo. Las representaciones abstractas y la
autoconciencia son características exclusivas del ser humano. Obsérvese entonces, cómo
se da primero la conciencia de lo externo, y esto a su vez, genera la autoconciencia.
Conocimiento: superación de las relaciones meramente instintivas------autoconciencia.

Fue relativamente fácil para el primitivo comprender que los fenómenos naturales eran
impulsados por ―fuerzas‖ similares a la que él mismo tenía; y él era consciente de esa
fuerza, siendo entonces lícito pensar que aquellas fuerzas eran de algún modo conscientes
de sí mismas. El haber convertido los fenómenos naturales en fuerzas conscientes y por
tanto autónomas y poseedoras de voluntad, le obligó a rendirles un culto que propiciará las
buenas relaciones. A esto se le da el nombre de animismo.

Hombre consciente de sus fuerzas---fuerzas naturales conscientes de sí mismas---culto


animista.

Cuando el observador primitivo encuentra que no todas las fuerzas particulares son
diferentes, sino que entre ellas se pueden encontrar semejanzas, es muy posible que haya
pensado en la existencia de voluntades menos particulares que esas fuerzas animadas,
tales como deidades y seres mitológicos, quienes controlaban a su antojo un grupo de
fenómenos. Así es como aparecen dioses del agua, el fuego, la fertilidad, los sueños y la
muerte, entre otros. Y cuando hay varios, iguales entre sí, y aún más, con el temperamento
que les imprime ser dioses de tal grupo de fenómenos o de tal otro, empiezan a inventar
historias, apareciendo la mitología. Aquí ya se presenta una primera generalización en la
explicación de los fenómenos.

A través de los mitos son explicados como actos voluntarios e individuales la creación de
montañas, mares, ríos, el fuego, el sol, los hombres, el amor; los cuales surgen en instantes
de ira, generosidad, emoción, venganza y todo tipo de vicio humano reflejado en los dioses.
Estas son historias mitológicas como las de Bochica, Zeus, Aton Ra.

Superación de la explicación mítica: En un comienzo, el mito se conforma como un


modelo de explicación natural que desarrolla en forma elemental el origen del cosmos y del
hombre. Por ser historias donde los dioses luchan entre sí, creando el mundo, y otras veces
cambiándolo, se ha dado a estos mitos el nombre de Cosmogonías. Para los griegos, tales
historias son contadas por Homero en la Ilíada y por Hesíodo en la Teogonía. Ante la
variabilidad de los fenómenos y ante el continuo aparecimiento de nuevos hechos por
explicar, se creó la necesidad de reflexionar sobre las explicaciones, estableciéndose así
la tendencia a una sola explicación para los muy diversos fenómenos.
Dioses específicos---fuerzas naturales semejantes--- Mitologías.
Tantos mitos y tantos dioses daban cada uno explicaciones diferentes a fenómenos
similares. La situación se agravó en el momento en el que por medio del intercambio
comercial se estableció un enriquecimiento cultural. Llegan nuevas y aún más diversas
explicaciones que terminan por crear confusión. ¿A qué atenerse? Nace entonces la
necesidad de unificar las explicaciones. A partir de ese momento la unidad se convierte en
obsesión de la cultura occidental. Tal unidad consistía en dar razones universales, es decir,
válidas para todo fenómeno posible.

Por contraposición a un conocimiento cosmogónico—explicación del cosmos en términos


míticos, mágicos, de orientación religiosa –- se establece una compresión y una explicación
del cosmos en términos universales de pensamiento y razón (Logos). Es así como la
cosmología viene a constituirse en la primera forma de filosofía.

Diversos dioses----diferentes explicaciones del mismo fenómeno----necesidades de unificar


explicaciones----- Universalización por la razón.

Conformación de la filosofía: El primer aspecto en el cual se quiso encontrar unidad fue


en la comprensión del cosmos. Como idea básica se tiene que esa composición es material.
¿Pero de qué tipo de materia? Ante esta pregunta se establecen dos tendencias: una
sensualista, orientada a determinar un elemento visible en la naturaleza, que por su mayor
presencia, o por su importancia en el mantenimiento de la vida, se considera la materia
constitutiva. En este grupo encontramos a Tales de Mileto (el agua). Anaxímenes (el aire),
Heráclito (el fuego), Empédocles (los cuatro elementos), Jenófanes (tierra y agua).

Una segunda, racionalista, considera que determinar como elemento constitutivo de la


materia a un elemento claramente caracterizable, no es lícito por cuanto a sus
características específicas no se puede desarrollar las características de otros fenómenos
muy diferentes (por ejemplo, el fuego no puede venir del agua, o la dura piedra del aire).

Conciben entonces un entidad que elimina cualquier tipo de característica sensible, es


decir, que ignora todo aquello que está sujeto a la apreciación de los sentidos.

Tenemos aquí a Anaximandro (lo indeterminado o apeiron), Anaxágoras (las homeomerias,


partículas materiales con todas las características existentes), a Demócrito con el átomo y
el más importante de todos, Parménides, quien encontró que lo único común e
indispensable a toda cosa era el ser, y que por tanto éste debía ser el constituyente
fundamental de toda cosa.

Composición del cosmos:


Sensualistas: elemento visible, dominante y presente en toda la naturaleza.
Racionalistas: elemento indeterminado del cual surgieron los demás.

Parménides con su concepción funda una rama de la filosofía llamada Ontología, es decir
el tratado del ser (ontos). Este ser como cosa concreta no existe. Es el producto de abstraer
de cada cosa en el cosmos la característica más general: el hecho de que es.

De esta manera se ve que del intento por explicar la estructura general del cosmos
(cosmología), se genera la ontología, que se constituye en una nueva forma de explicación
del cosmos.
Las ramas de la filosofía: Para la reflexión, el ser más cercano, con el que más
experiencia, y por tanto mayor necesidad de conocerse se tiene, es el propio ser del
hombre. Surge de esta manera la reflexión antropológica. Fue desarrollada por Sócrates.
Ahora, tenemos que la reflexión implica un esfuerzo por conocer. El problema que surge
es, entonces, cuál es la validez de esta reflexión, constituyéndose el problema de la validez
del conocimiento, tratada en filosofía como teoría del conocimiento. La primera
sistematización de este problema fue hecha por Platón.

Considerando el conocimiento como proceso de ignorancia al saber, ha de observarse


cuáles son las reglas que deben regir tal proceso. Se establece entonces la necesidad de
un armazón sobre el cual debe reposar la coherencia de todo conocimiento. Este armazón
sería el instrumento con el cual poder llegar con seguridad al saber y fue construido por
primera vez por Aristóteles, bajo el nombre de lógica.

En este proceso de formación de las diferentes ramas de la filosofía, es el momento de


considerar que el sujeto de la reflexión está inmerso en un medio social, es decir, está en
relación con otros hombres. Al reflexionar qué tipo de relación deben establecer los
hombres entre sí, nace la ética. Para una sociedad más importante que la relación entre los
hombres, es la correcta administración de esas relaciones para lo cual es necesaria la
reflexión política. Ambas, en sus primeras formas, son también debidas a Aristóteles,
aunque Plantón dejó una importante herencia sobre la segunda.

Otra relación que el hombre encuentra, es la que establece por los sentidos, y para el gozo
espiritual, con los objetos naturales. Nace un análisis de lo bello que posteriormente daría
origen a la estética.

Hemos visto cómo, a lo largo de un proceso, se han establecido los grandes temas de la
Filosofía:
Cosmogonía-------- Ontología ser----------------------------- Ser más inmediato…Antropología-
----
- Conocimiento del ser: Teoría del conocimiento.
- Coherencia del conocimiento:…Lógica
- Relaciones de los seres humanos…Ética Política
- Belleza del ser: Estética

CONOCIMIENTO FILOSÓFICO

El termino filosofía y la actividad filosófica: En el lenguaje humano existen varios


términos cuya definición es difícil y discutida. Algunos de los más utilizados son como por
ejemplo, libertad, amor, felicidad, belleza. No tan usado, pero no por eso menos importante,
es el termino filosofía y sus derivados: filósofo, filosofar y filosófico, para mencionar algunos.
El uso y abuso de la palabra, ha terminado por desgastarla y como aquellos objetos que
por último no se sabe qué color tenía, de la filosofía hemos perdido una clara noción de lo
que es y de lo que no es.

Para unos, su significado es etimológico, es decir que proviene del significado que tengan
las raíces griegas en que se pueda descomponer el término. Estos hablarán de la filosofía,
como el simple amor a la filosofía. En otros, el propósito de la filosofía es hallar la razón
última de todos los seres, y termina confundiendo a esta razón con Dios. También hay
quienes buscan en ella el principio constitutivo en la naturaleza, y entonces entran en el
campo de la física. Es posible encontrar quienes con la filosofía buscan mundos
suprasensibles y en otras dimensiones, y entonces ya no sólo se salieron de la filosofía
misma, sino que también abandonaron la realidad. Más aún, bajo el rótulo de filosofía y de
filósofo se ha clasificado aquello oscuro, extraño, difícil de comprender, o aquellos cuyo
comportamiento obedece a principios y a reglas alejadas del vulgar sentido común, o de la
forma normal del proceder.
FILOSOFÍA:
- Amor a la sabiduría
- Estudio de la razón última de todo: Teología
- Constitución de la naturaleza: Física
- Mundos suprarrenales
- El fondo profundo y oscuro de algo

Pero también podemos pensar la filosofía como una actividad. ¿Qué es lo que hace el
filósofo? Se puede estar tentado a responder: piensa. Pero si pensar es una actividad,
¿Cómo se realiza? ¿Tal vez sentado en la piedra mirando al mar? ¿O sentado en una
habitación silenciosa con un asiento cómodo en el medio de ella? Cualquiera de nosotros
cuando se ve obligado a pensar en busca de una solución para cierto problema busca
ciertas condiciones mínimas para hacerlo, tales como no ser interrumpido, el que no halla
ruidos distractores, etc. Pero cuando entramos a pensar ya hemos recogido antes toda la
información que hallamos considerado pertinente. Aún más, luego de haber llegado a una
conclusión comparamos nuestras ideas con la de los demás a través del comentario y del
diálogo de donde obtenemos perfecciones a nuestras conclusiones.

Actividad Filosófica:
Recolección de información (libros, realidad circundante)
Reflexión
Comparación crítica con sus colegas.

Del mismo modo, la actividad del filósofo incluye mucha, muchísima información previa, a
través de largas y profundas lecturas de libros clásicos o contemporáneos, así como de su
misma realidad política, social, económica y personal. El filósofo necesita arduas y
desapasionadas discusiones con sus colegas, donde por medio de la crítica mutua y de la
colaboración recíproca se pretende aclarar e incrementar las ideas y conocimientos. Se
puede observar de esto, como la actividad filosófica es un trabajo diario que no tiene fin ni
con la muerte del filósofo, pues nuevas generaciones vendrán que continúen con la labor,
tal como ha sucedido durante 26 siglos, desde los tiempos de Tales de Mileto.

Características del saber filosófico: La necesidad que el hombre siempre ha tenido de


saber, lo llevó en los inicios de la civilización occidental a la fundación de una disciplina
intelectual que los mismos griegos llamaron filosofía. Desde entonces lo que se entiende
por este término ha sido un problema.

En un intento por entender todos los fenómenos del mundo, de un modo racional, se
abandonaron explicaciones mitológicas y teogonías, instalando en su lugar interpretaciones
que se basaban en ideas teóricas y universales. Entonces la filosofía era “todo”, o mejor,
tenía “todo” por objeto de estudio. Se comprenderá que el problema surge en el momento
en que se extendía la filosofía como un saber de “todo”. Esto como definición es poco claro
o explicativo, por la gran extensión del objeto de estudio.

En el posterior desarrollo de la historia varias ciencias tuvieron su nacimiento gracias a la


separación que hicieron de un sector más específico de la realidad, lo que tenía también
consecuencias para la filosofía en cuanto a su campo de acción y por tanto su objeto de
definición, se veía reducido. Así pues, el campo de la filosofía era lo que iba quedando luego
de la separación de las demás ciencias, de modo que su objeto ya no era “todo”.

Pero tenemos que es igualmente difícil definir la filosofía como la disciplina que estudia
aquello que no es estudiado por ninguna otra disciplina o ciencia. No podemos definir algo
por lo que no es.

Pero no es éste el único problema que se representa al intentar definir el concepto filosofía;
ni siquiera es el más grave de ellos. La dificultad mayor proviene de la utilización misma
que se ha dado a la palabra. Se habla de la filosofía de la empresa, la filosofía de la
educación, la filosofía de la vida que alguna persona en particular tiene. Más aún, tildamos
de filosófica una idea, una pregunta o un pensamiento que se eleve demasiado hacia lo
general y que difícilmente podemos experimentar o imaginar, haciendo entonces de la
filosofía el lugar donde reposa las idas confusas y alejadas, y en general todo aquello que
no entendemos.

Sin embargo, por encima de las múltiples ideas que se pueden tener sobre que es o no es
la filosofía, siempre se ha aceptado que se trata de una forma de “saber”. De este modo, el
primer paso, para determinar lo que es la filosofía, será determinar qué tipo de saber
contiene y cuál puede ser su extensión.

* Primera característica: La Universalidad. Una característica que podemos encontrar en


el saber filosófico es que se trata de la primera forma de saber teórico, es decir, abstracto
y ordenado que se quiso desarrollar. Seguramente, esta circunstancia de haber querido ser
el primer intento de universalizar unos conocimientos, llevó la reflexión filosófica a sentir el
deber de ocuparse de la totalidad de los fenómenos, convirtiéndose en la ciencia del “todo”,
como ya se mencionó anteriormente.

Si bien ese rasgo de totalidad fue desapareciendo con el nacimiento y crecimiento de las
múltiples ciencias específicas que se ocupan de muy determinados sectores de la realidad,
(física, química, biología y demás) si quedó muy marcado en la filosofía el carácter universal
del saber. Entonces, la universalidad es la primera característica del saber filosófico. Pero,
¿Qué es exactamente universalidad?
Filosofía-----primer saber-------- saber universal

¿Qué es universal? Cuando hablamos del universo nos referimos a todas y cada una de
las cosas que puedan estar contenidas en él. Tenemos además la idea de que todo aquello
que existe, está dentro el universo. Entonces cuando decimos que “esto es una
circunstancia universal”, estamos indicando que esa circunstancia se presenta en cualquier
lugar del universo, y que es padecida por todo objeto que existe.

Cuando hablamos de un saber universal, estamos refiriéndonos a un conocimiento que se


cumple en todos y en cada uno de los objetos que podemos encontrar en el universo. Por
ejemplo podemos decir que la ley de gravitación es universal, puesto que el principio de
atracción de la masa se presenta en cualquier objeto material que habite el universo.

¿Por qué es universal el saber filosófico? El saber filosófico es universal porque no


pretende buscar conocimientos cuya validez se limita a lugares o momentos específicos,
sino que persigue aquellos fundamentos o principios esenciales de los grandes problemas.
¿Cuáles son estos? Ya mencionamos las ramas básicas en que se compone la filosofía, y
ahora vamos a ver algunos de sus conocimientos universales.

La Ontología, que nació a partir de la primera cosmología jónica, no pretendía encontrar las
características y principios de éste o aquél ser en particular, ni mucho menos llegó a pensar
alguna vez que ciertos objetos poseyeran un ser mientras otros no. Menos aún sin imaginar
que el ser de los objetos grandes fuera mayor que el de los objetos pequeños. Para la
Ontología siempre fue claro e irrefutable que el
“ser es y el no ser no es”. Saber evidente y universal.

Cuando los griegos, con Sócrates y los Sofistas, afrontaron el problema del hombre a través
de la pregunta ¿Qué es el hombre? No buscaban una respuesta que tan sólo hablara del
hombre ateniense, o del griego, o del hombre de aquella época, ni del blanco, negro o
amarillo. Para Sócrates la preocupación por la naturaleza del hombre se dirigía a cualquier
hombre que existiera, hubiera existido o estuviera por existir, en cualquier parte del
universo. Y cuando en materia de moral concluyó que el Bien es aquello que conviene a
todos los hombres, no hizo distinciones entre libres y esclavos ni entre griegos y extranjeros.

* Segunda característica: Carácter Racional. Ya estudiamos como la filosofía


resulta de la lucha por superar las explicaciones mitológicas de los fenómenos del mundo
humano y natural. Aquellas explicaciones llenas de imaginación y de creencias extrañas de
dioses vengativos llevados por odios y por cuanta pasión humana se pudo imaginar,
estaban igualmente cargadas de absurdos y contradicciones. Los mitos eran el reino de la
inventiva desbordada.

Origen de la racionalidad en la filosofía: La primera forma de superar esta situación sería


pues la de llevar rigor lógico a las explicaciones y las reflexiones de los problemas
afrontados. Pero, ¿De dónde obtener ese rigor lógico? ¿Cuáles serían los fundamentos o
las reglas con las cuales determinar cuándo había o no rigor suficiente? Para resolver tal
problema se debió acudir a una de las más importantes facultades humanas: la Razón. Y
en ella habían de ser buscados los principios más evidentes, es decir aquellos que no se
prestaran a ninguna discusión respecto a la validez o de su universalidad.

Algunos ejemplos de aquellos principios son: el todo es mayor que la parte; cualquier cosa
es identifica así misma; cualquier cosa es diferente de otra; la unidad mínima es indivisible,
o no sería mínima. Estos principios tan obvios que llevan a parecer superfluos, fueron los
que a partir de aquel momento se utilizaron como fundamentos lógicos de la reflexión
filosófica. Dado que los principios provienen de la razón, no de la imaginación, ni de la
experiencia, ni de ninguna otra facultad humana: y que éstos son el fundamento lógico de
la reflexión filosófica, podemos afirmar que el saber obtenido por la filosofía tiene un
carácter netamente racional.

* Tercera característica: Unidad Sistemática. Si la filosofía busca establecer un


saber único para toda cosa que exista (universalidad), partiendo de principios racionales
que son irrefutablemente evidentes, mal haría que esa racionalidad fuera para cierto tema
filosófico, y otra diferente para un tema distinto. El saber filosófico se caracteriza por poseer
una unidad sistemática. Es decir, que todos y cada uno de los diferentes temas de una
concepción filosófica están regidos por los mismos principios racionales, es decir la misma
lógica, conformando así un sistema.
Podemos sintetizar entonces diciendo que el saber filosófico tiene tres características
fundamentales: universalidad, racionalidad y unidad sistemática.
Saber filosófico:
Universal: por su objeto tratado en una óptica general.
Racional: por su método basado en la razón.
Sistemático: por su lógica basada en la unidad.

No tendremos una noción exacta de lo que es filosofía hasta tanto no hayamos hecho un
recorrido por ella, pero de momento es bastante lo que tenemos al haber logrado
determinar estas tres características indispensables a todo saber que se pretende filosófico.

La filosofía como actividad humana: No importa lo que se haya entendido como filosofía,
bajo este título se ha desarrollado durante 26 siglos una actividad que por encima de sus
diferencias es fácil de identificar en su continuidad y homogeneidad. Es además la más
antigua de las actividades humanas después del amor y la religión.

Como actividad humana ya vimos que nació de la necesidad de explicar teóricamente los
fenómenos físicos circundantes más elementales, tales como el movimiento, el cambio de
las cosas, la existencia de objetos diferentes que a la vez formaban una unidad.

Filosofía e historia: También se nos presenta la filosofía como actividad humana cuando
la comparamos con la historia, es decir, cuando vemos a los pensadores y sus sistemas
rodeados de los acontecimientos sociales, económicos y políticos que sucedieron en su
época.

En esta perspectiva es posible observar como la filosofía es una actividad humana que se
preocupó por los más fundamentales problemas de su tiempo. Por ejemplo, durante el
renacimiento en Europa, época en que debido a la necesidad de la naciente industria y el
pujante comercio se dio el aparecimiento de la ciencia experimental orientada hacia la
tecnología, la filosofía dirigió su mirada hacia lo que constituía la experiencia humana, hacia
el valor de la observación como medio del conocimiento general y válido a partir de
experiencias particulares.

Por el contrario, en la edad media, cuando la ciencia además de no practicarse era casi
prohibida por alejar al hombre del estudio de Dios, la filosofía trabajó exclusivamente sobre
la justificación de los dogmas de fe, como sobre los intentos de explicación racional de los
misterios cristianos. En épocas de grandes cambios políticos y sociales, como en los años
de la revolución francesa, la filosofía ha sido eminentemente humanista, preocupada por el
hombre, por sus sociedades y por sus formas de administración del poder público, o sea la
política.

La filosofía en las necesidades individuales: Por último vemos a la filosofía como una
actividad humana cuando la pensamos como una disciplina indispensable a todo hombre,
sabio o común. Olvidando las exigencias de rigor del pensar filosófico, haciendo de lado los
requerimientos lógicos y metodológicos, todo hombre en varios momentos de su vida se ve
enfrentado a pensar filosóficamente. Ha de preguntarse por la naturaleza de su existencia,
o por el sentido de su vida, o por la razón de ser de lo que lo rodea, o por la relación que
mantiene esa naturaleza circundante, en los momentos en que su vida diaria presenta
problemas e interrogantes concretos que atañen a esas preguntas.

En estos momentos es cuando vemos la filosofía como la más humana de las actividades
del hombre, en cuanto a través de su reflexión intenta dar ordenación y sentido racional a
las experiencias y realidades más fundamentales de su existencia. No obstante, siempre
hay que tener en cuenta que ésta es una reflexión llena de vicios lógicos, metodológicos y
de muy bajo nivel de abstracción y universalidad.

LA FILOSOFÍA COMO GENERADORA DE


PROBLEMAS

La necesidad humana de interrogar: La actividad filosófica debe ejercerse con mentalidad


infantil. Se debe tomar la actitud del niño, interesado en cada cosa que encuentre a su paso,
buscando siempre detrás de los objetos tal como aparecen a primera vista, asombrándose
por todo. El filósofo debe ser un niño que constantemente pregunta por qué, cómo, dónde,
cuándo y quién.

Con esta constante actividad el hombre ejercerá un análisis sobre la naturaleza, en un


intento por comprender sus formas y sus mecanismos siempre con el propósito de
adaptarse o transformarla según sus necesidades.

Pero las necesidades humanas, desde las más elementales del alimento y el abrigo, hasta
la mayor complejidad intelectual como el conocimiento y la ética, tiene como característica
de no ser satisfechas más que por un breve tiempo. Entonces en la medida en que la
necesidad renace constantemente, la pregunta, el interrogante, vuelve a aparecer, aunque
se haya dado la mejor de las respuestas. No importa qué tan convincente parezca la
solución presentada siempre habrá manera de dudar de ella.
Necesidad humana----respuesta------ nueva insatisfacción-----respuesta.

La filosofía como interrogadora: La filosofía es el más claro ejemplo de esta característica


humana. Ha sido en la historia de la cultura la más activa generadora de preguntas,
atacando los más fundamentales aspectos de la vida humana, convertidos en las ramas de
la filosofía, siempre desde enfoque renovados, siempre criticando sus propias respuestas y
hasta las propias preguntas.

Hay que enfatizar, que no se trata de un puro juego teórico de pregunta-respuesta. No es


el hacer preguntas por no tener otro oficio. Los interrogantes son generados en la vida
misma de los hombres, en el diario enfrentar el mundo, lo que siempre es un problema.

La filosofía se origina en la vida: Por esto se puede decir que la filosofía no es un invento
caprichoso de sabios e intelectuales excéntricos, sino que proviene de la vida misma, más
aún, es la pregunta por la vida. Ante el cambio evidente de mi personalidad psíquica y física
deseo preguntar ¿Quién soy? ¿Para dónde voy? Pregunto al imaginar mi futuro en busca
de una razón o un objetivo. ¿Son realmente importantes mis problemas diarios?, ¿Es en
verdad necesario encontrar una razón para vivir?, o aún más, ¿Es necesario vivir?, ¿Soy el
producto de una razón o el resultado accidental de un hecho común entre los miles que
pueden suceder en un instante?

Surgen también las preguntas por el mundo físico, ¿Tiene un principio el cosmos? ¿Tendrá
un final?, ¿De qué está compuesto? ¿Qué razón hay para que exista todo un mundo tan
complejo? ¿Es el mundo verdaderamente así como lo percibimos? ¿O serán nuestros
sentidos deficientes para conocerlo en su verdadera naturaleza?

Estas preguntas y muchísimas otras que se nos pueden ocurrir, no importa que tan
absurdas o infantiles pueden parecernos, son quienes dan pie a la imaginación y luego la
reflexión que llevada de una manera lógica y rigurosa se convierte en filosofía y en las
diferentes ciencias.
Interrogantes cotidianos más lógica y rigor igual Filosofía y ciencia.

Filosofía y lenguaje: La necesidad de educar a los hijos sobre las herramientas y su


utilización, generó el lenguaje y por tanto los conceptos cada vez más generales. En síntesis
es posible ver como existe una íntima relación histórica entre filosofía y el lenguaje.

Herramientas------lenguaje-----concepto---reflexión de validez------Primera filosofía.

De otro lado hay que considerar que los conceptos con los que trabaja el pensamiento, son
producidos y perfeccionados por el lenguaje. De allí que una persona que posea un gran
vocabulario, está en mejores condiciones para utilizar su inteligencia, que una de
vocabulario escaso.

La filosofía como reflexión sobre el mundo, depende por completo de los conceptos que
tengamos sobre él. Entonces, desde el punto de vista de su misma estructura interna, existe
una íntima relación entre filosofía y lenguaje. Podría decirse: “Dime cómo hablas y te diré
qué y cómo piensas”.
Lenguaje Pensamiento
Conceptos representativos---realidad----- reflexión filosófica.

Es por esas consideraciones anteriores, que el estudio de la lingüística ha adquirido, hoy


día, una singular importancia para la filosofía. Habría que determinar por ejemplo, si el
significado de un concepto hace referencia a una realidad perfectamente identificable, o si
por alguna razón, su significado no es más que una relación lógica de otros conceptos, los
cuales a su vez no son definidos más que por otros conceptos, y no por hechos verificables.

Por ejemplo: “teléfono”, aparato eléctrico capaz de convertir las vibraciones eléctricas que
se pueden trasmitir a grandes distancias y viceversa. Conceptos como vibración mecánica
o eléctrica, transmisión o distancia, o bien son claramente definibles en otros conceptos ya
definidos por la experiencia, o bien son directamente experimentales.

En cambio, “libertad, sublime valor que el ser humano como ente consciente de su
fugacidad, busca afanoso a lo largo de su existencia”. Donde lo único que podemos definir
con realidades es “buscar” y “a lo largo”.

Reflexionar con conceptos que representan la realidad, es reflexionar sobre la realidad.


Pero si la reflexión se formula en conceptos meramente lógicos y no reales, no podemos
pretender que como resultado obtengamos noción alguna de lo real. Sería la reflexión sobre
fantasmas.

Concepto:
Definición por conceptos experimentales---realidad ----fantasía------definición por
conceptos lógicos---concepto.
Por último hemos de considerar que el pensamiento posee coherencia y validez gracias a
una lógica. Igualmente el lenguaje expresa un significado por su gramática (o lógica del
lenguaje) y si aceptamos que el pensamiento se origina en el lenguaje, podemos aceptar
que la lógica se origina en la gramática. Por lo tanto, el estudio lingüístico de la gramática
es de enorme importancia para el estudio de la coherencia y validez del pensamiento. En
últimas, para el conocimiento mismo.

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