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Resumen Colonialidad del poder de Aníbal Quijano

Por: Carlos González

El descubrimiento y la colonización de América es la base del capitalismo mundial y de una Europa


centrada a través de la cual se imparte un patrón de poder mundial que hasta hoy se refleja en lo
que llamamos Globalización.

Ese patrón de poder mundial se cementa en una clasificación de la población mundial según su
origen racial como argumento para decir que una raza es superior a la otra, dándole el derecho de
ser dominante y en el control histórico del trabajo de los recursos y de sus productos.

Entonces, la idea de una raza inferior produjo en América la categorización de indios, negros y
mestizos, que en las relaciones sociales basadas en relaciones de dominación en la colonia se
convirtieron en un instrumento de clasificación social negándole a estas razas inferiores ninguna
representación social, política o de explotación de los medios de producción. Entonces la idea de la
raza permite otorgar legitimidad a las relaciones de dominación impuestas por la conquista y la
posterior colonización. De este modo, la raza definió la distribución de la población mundial y los
roles en la estructura de poder universal.

El capitalismo nace en el proceso de constitución histórica de Latinoamérica y se estipula alrededor


de la relación capital-salario y el mercado mundial, la raza inferior se convierten en fuente de
producción sin derecho a salario y excluidas del ejercicio del comercio y de la administración
colonial, civil y militar.

Ese mismo criterio de clasificación social fue llevado en el curso de la expansión mundial de la
dominación colonial a todos los pueblos borrando de tajo la identidad cultural, social e histórica de
esos pueblos e imponiéndose la de la raza blanca dominante.

La monetización del mercado mundial producto de los metales preciosos extraídos de América
genera un auge del comercio mundial que es dominado por Europa formándose un mercado
regional creciente, que colocan al Occidente como un claro dominador del mundo.

El control del trabajo fue determinante en la distribución geográfica del capitalismo mundial por lo
que Europa se constituye como el centro del mundo capitalista y desde ahí impone su dominio
colonial sobre las regiones del planeta, y en consecuencia traslada su estilo de vida, su idea de
sociedad y su idea de gobierno a cada una de estas regiones (siendo la excepción la región oriental)
como modelo etnocentrista que hace que los europeos se sientan naturalmente superiores a los
demás y como propiciadores de la modernidad de la humanidad.

América es determinante en la constitución de un nuevo patrón de poder mundial cambiando el


ámbito de la existencia social de los pueblos y de su gente, y contribuye a que Europa lleve a cabo
un proceso mundial de modernización, sin embargo, en dicho proceso no fue excluyente las
relaciones sociales de explotación y de dominación.

La relación capital-salario se convierte entonces en un factor de clasificación social y de construcción


de las estructuras de poder dándole ventaja al blanco dominante y que como consecuencia vendría
a ser el elemento que activaría los movimientos de independencia política.
La esclavitud y la servidumbre vistas como mercancía para producir mercancía para el servicio del
capital y el mercado mundial sobre la base que hoy denominamos capitalismo.

Otro aspecto clave en la construcción del poder mundial fue la separación radical entre la razón-
sujeto y cuerpo en el entendimiento de que las razas consideradas inferiores no eran sujetos
racionales por lo que se convertían en seres dominables y explotables, este estereotipo de raza
inferior se trasladaba a las relaciones sexuales de dominación, por lo tanto, su descendencia tenía
la misma consideración o forma de pensar.

Partiendo de que la modernidad como concepto fue secuestrada o asumida erróneamente por
Europa como única promotora o contribuyente, se evidencia la dualidad y la separación por
categorías de la subjetividad y los valores de cada cultura que ahora recaen o en el centro o en la
periferia del eurocentrismo. Las denominadas altas culturas (China, India, Egipto, Grecia, Maya-
Azteca, Tawantinsuyo) han hecho aportes importantes en los campos que cubre la modernidad
como lo es el secularismo, laicismo, novedad, racionalidad y ciencia, sin embargo han sido apartadas
de la historia eurocéntrica para, nuevamente, facilitar la hegemonía no solo física, sino intelectual
del mundo.

Europa es el primero en llevar a cabo cambios políticos para configurar el estado nación como fuente
de poder, esto lo logra a través de un proceso de democratización de la sociedad, donde la mayoría
de la población se siente representada. Sin embargo, este estado-nación en las colonias americanas
fue excluyente y conllevo en algunos casos al exterminio de la población indígena, y en conjunto
con la concentración de la tenencia de la tierra a una sociedad y estado oligárquico, no hubo en
consecuencia un proceso de homogenización de la sociedad con algunas excepciones.

El estado-nación entonces se constituye para conservar los privilegios de los blancos dominantes,
representados en el trabajo no asalariado de los negros e indios, protegiéndose así sus intereses
sociales y el estilo de vida europeo.

Esa exclusión de la participación en la organización social y política del estado de las razas
consideradas inferiores (indios, negros, mestizos, no blancos) es el origen de los movimientos
revolucionarios latinoamericanos, como un proyecto encaminado a despojar el control del estado
del poder feudal y entregárselo a las clases explotadas y dominadas, para imponer el control estatal
de los medios de producción y construir desde el estado la nueva sociedad, sin embargo todos estos
procesos han fracasado porque quienes han fungido como controladores del estado se convierten
en déspotas abusando del poder que se les ha entregado.

En conclusión, la dominación ha sido y será un requisito de la explotación y la raza es el instrumento


más eficaz de dominación que uso Europa y que le sirvió como clasificador universal conservándose
en el actual patrón mundial del poder capitalista. La única forma de rehacer esas relaciones de
dominación es a través de la democratización de la sociedad que conlleva a la construcción de un
estado nación donde todas las personas se sienten representadas y en consecuencia ayudan a la
construcción de la sociedad y el estado mismo sin que ello implique la desaparición del modelo
capitalista como modelo fundamental del crecimiento de la economía, soporte de cualquier
estructura estatal.

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