Professional Documents
Culture Documents
Introducción
1. El cálculo como parte de un sistema lógico
1.1. Qué son los sistemas lógicos
1.2. Consecuencia y derivabilidad
1.3. Los cálculos de deducción natural
2. Cálculo de proposiciones
2.1. Sintaxis y semántica
2.2. Traducibilidad
2.3. Un cálculo de deducción natural
3. Cálculo de predicados
3.1. Sintaxis y semántica
3.2. Traducibilidad
3.3. Un cálculo de deducción natural
Conclusión
Bibliografía y webgrafía
Guión-resumen
Cuestionario
Introducción
¿Qué es la lógica y por qué nos puede interesar en filosofía? Desde un punto de
vista muy abstracto, se dice que la lógica es la ciencia matemática que estudia
relaciones de inferencia, de modo que sirve para determinar cuándo una pieza de
información (la conclusión) se sigue de un cuerpo inicial de piezas de información (las
premisas). Desde un punto de vista menos abstracto y más cercano a nuestras prácticas
cotidianas, se dice también que la lógica es la ciencia que estudia los argumentos
válidos, aquéllos donde la conclusión se sigue de las premisas. Bajo este punto de vista,
nos interesa la lógica porque nos interesa, en filosofía y en la vida cotidiana, tanto
producir como reconocer argumentos válidos.
Vamos a exponer la lógica de proposiciones y la de predicados, subdisciplinas
más elementales de esta ciencia, con especial mención a sus respectivos cálculos de
deducción natural. El apartado 1 introduce el concepto de sistema lógico, en relación al
cual se comprende mejor el concepto de cálculo. El apartado 2 es una exposición de la
lógica de proposiciones. Y el 3 una exposición de la lógica de predicados. En ambos
casos abordaremos (por este orden) la sintaxis, la semántica, la traducibilidad hacia y
desde el español, así como un cálculo de deducción natural. Una forma rápida de
abordar el tema sería estudiando sólo los apartados 1.1, 1.3, 2.3, 3.3.
Escribimos “sii” para “si y solamente si”. Al decir “completud” nos referimos
siempre a la completud de algún cálculo, mientras que en el tema 7 hablaremos unas
veces de la completud de cálculos y otras veces de la completud de teorías.
ENLACE: Este tema puede ser estudiado de forma independiente. Conviene, por otro lado, dominar este
tema antes de abordar el 5 (historia de la lógica) y el 7 (sistemas formales).
1. El cálculo como parte de un sistema lógico
PREGUNTA-CLAVE: Objeto de la lógica. Qué es un sistema lógico. ¿Por qué decimos que la inferencia
admite un enfoque estático y uno dinámico?
Dado cualquier sistema lógico, podemos definir desde su semántica (sin tener en
cuenta el cálculo) una relación de consecuencia; también podemos definir desde su
cálculo (sin tener en cuenta la semántica) una relación de derivabilidad. Estas dos
relaciones se definen sobre el lenguaje del sistema, determinando cada una a su modo
cuándo una fórmula del lenguaje (la conclusión) “se sigue” de un conjunto de fórmulas
(las premisas). Consecuencia y derivabilidad son, pues, dos intentos complementarios
de atrapar matemáticamente el concepto estático de inferencia.
Teorema de Corrección:
Teorema de Completud:
1. Para demostrar que C se sigue de {A1, ..., An} conviene usar la noción de
derivabilidad, pues en ella se menciona la existencia de una sola derivación,
mientras que en la noción de consecuencia se menciona la existencia de
infinitas estructuras.
2. Para demostrar que C no se sigue de {A1, ..., An} conviene usar la noción de
no-consecuencia, pues en ella se menciona la existencia de una sola estructura,
mientras que en la noción de no-derivabilidad se menciona la existencia de
infinitas derivaciones.
Los cálculos de deducción natural, que son un tipo particular de cálculo, fueron
propuestos por el lógico polaco Jan Łukasiewicz (1878-1956) en un seminario de la
Universidad de Varsovia en 1926, de donde surgieron algunos artículos firmados por
Stanisław Jaśkowski (1906-1965). Pero fue el matemático alemán Gerhard Gentzen
(1909-1945) quien desarrolló suficientemente este tipo de cálculos. Lo hizo en su tesis
doctoral Untersuchungen über das logische Schliessen, “Investigaciones sobre la
inferencia lógica”, defendida en 1933 en la Universidad de Gotinga y publicada (en dos
partes) en la revista Mathematische Zeitschrift en 1934 y 1935. Uno de los propósitos
del autor era construir un cálculo lógico inspirado en el tipo de razonamiento que los
matemáticos llevan a cabo en sus prácticas cotidianas. Se trataba de reaccionar ante el
método axiomático de los tratados de lógica matemática de finales del XIX y comienzos
del XX, en los cuales se utilizan unos cálculos que se alejan mucho de la manera natural
de razonar, por lo cual resultan difíciles de utilizar. Más adelante, la monografía
Natural Deduction (1965) del lógico sueco Dag Prawitz (1936-) mejoró y popularizó
los cálculos de deducción natural de Gentzen.
Un cálculo de deducción natural no contiene axiomas (afirmaciones que puedan
tomarse como premisas en cualquier momento de cualquier derivación). El motivo es
que en las demostraciones matemáticas no se usan axiomas, sino que se parte de un
conjunto inicial de premisas que parecen relevantes, se parte asimismo de la conclusión
a la que se quiere llegar, se deducen de premisas y conclusión tantas afirmaciones como
es posible, y finalmente se combinan esas afirmaciones hasta construir los pasos
intermedios de la demostración. Así es que Gentzen, en consonancia con esto, diseña un
tipo de cálculo donde cada derivación parte de premisas particulares y avanza hasta la
conclusión mediante la aplicación de reglas de eliminación e introducción de conectivas
lógicas. Estas últimas son partículas que no significan nada si aparecen aisladas pero
que sirven para construir afirmaciones complejas a partir de afirmaciones más simples
(ejemplos: no, y, o, implica, si y sólo si, todo, alguno).
Cada paso de la derivación, siguiendo a Gamut (1991: 128), puede ser visto como
una respuesta a una pregunta.
1. ¿Qué fórmula podemos obtener aquí a partir de una fórmula previa cuya
conectiva principal es k? Con la regla Ek respondemos a esta pregunta.
2. ¿Qué fórmula cuya conectiva principal sea k podemos obtener aquí a partir de
fórmulas previas? Con la regla Ik respondemos a esta pregunta.
1. A1 Premisa
2. A2 Premisa
3. B1 Regla U en 2
4. B2 Regla V en 3
5. B3 Regla W en 1, 4
6. B4 Regla X en 5
7. B5 Regla Y en 6
8. C Regla Z en 3, 7
1. A1 Premisa
2. A2 Premisa
3. B1 Regla U en 2
4. B2 Supuesto
5. B3 Regla V en 3, 4
6. B4 Regla W 1, 5
7. B5 Regla X en 4–6
8. C Regla Y en 2, 7
1. A1 Premisa
2. A2 Premisa
3. B1 Supuesto
4. B2 Supuesto
5. B3 Regla U en 2, 3
6. B4 Regla V en 4–5
7. B5 Regla W en 3, 6
8. C Regla X en 3–7
Lo que no puede ocurrir es que se cierre una subderivación antes de que se hayan
cerrado los supuestos abiertos que caen dentro de ella. El esquema de derivación
siguiente sería inadmisible.
1. A1 Premisa
2. A2 Premisa
3. B1 Supuesto
4. B2 Supuesto
5. B3 Regla U en 2
6. B4 Regla V en 3–5
7. B5 Regla W en 4–6
8. C Regla X en 7
PREGUNTA-CLAVE: Relaciona los conceptos de argumento válido y derivación. Describe cómo son las
reglas en un cálculo de deducción natural. Describe cómo es una derivación en un cálculo de deducción
natural. ¿Qué diferencia hay entre premisas y supuestos?
2. Cálculo de proposiciones
Las subfórmulas de una fórmula son todas las subcadenas de símbolos que
asimismo son fórmulas. Ejemplo: las subfórmulas de ((p∨q)→(¬p→q)) serían ((p∨q)→
(¬p→q)), (p∨q), (¬p→q), p, q, ¬p.
En las fórmulas complejas podemos economizar paréntesis. Se eliminan los
paréntesis externos, conque escribimos ¬p→q en vez de (¬p→q). Disyunciones y
conjunciones reiteradas solamente necesitan paréntesis externos, de modo que ((p∨q)∨
¬q)→¬p es lo mismo que (p∨q∨¬q)→¬p. Conjunción y disyunción ligan más fuerte
que implicación y coimplicación, luego p∨q→p es lo mismo que (p∨q)→p.
interpretación p q
v1 1 1
v2 1 0
v3 0 1
v4 0 0
A ¬A
1 0
0 1
Análogamente, para el resto de conectivas tenemos que:
Mediante tablas podemos calcular paso a paso cómo los valores de verdad de los
átomos de una fórmula A determinan el valor de verdad de A. Basta escribir bajo las
columnas de la izquierda todas las interpretaciones posibles de los átomos de A, escribir
sucesivamente todas las subfórmulas que componen A, calculando en las columnas
todas las combinaciones de valores de verdad, y llegar finalmente hasta A.
Veamos cómo se construye la tabla de verdad de ¬(p∧q)→¬q.
T1. A→A
T2. A→(B→A)
T3. [(A→B)→C]→(B→C)
T4. (A→B)→[(C→A)→(C→B)]
T5. (A→B)→[(B→C)→(A→C)]
T6. (A→B)→[(A→(B→C))→(A→C)]
T7. [(A→B)→(A→C)]→(B→(A→C))
T8. [(A→B)→(A→C)]→(A→(B→C))
T9. (A→(B→C))→(B→(A→C))
T10. (A→(B→C))→((A→B)→(A→C))
T11. (A→(A→B))→(A→B)
T12. A→((A→B)→B)
T13. ((A→A)→B)→B
T14. ((A→B)→A)→A
T15. A→¬¬A
Τ16. ¬¬A→A
T17. (A→B)→(¬B→¬A)
T18. (¬A→A)→A
T19. A→(¬A→B)
Τ20. ¬A→(A→B)
T21. A∨(B∨C)↔(A∨B)∨C
T22. A∧(B∧C)↔(A∧B)∧C
T23. A∨B↔B∨A
T24. A∧B↔B∧A
T25. A↔A∨A
T26. A↔A∧A
T27. A∨(A∧B)↔A
T28. A∧(A∨B)↔A
T29. A∨(B∧C)↔(A∨B)∧(A∨C)
T30. A∧(B∨C)↔(A∧B)∨(A∧C)
Τ31. ¬(A∨B)↔¬A∧¬B
Τ32. ¬(A∧B)↔¬A∨¬B
T33. A→B↔¬A∨B
T34. (A→B)↔A∧¬B
Definición: Decimos que C es consecuencia de {A1, ..., An} sii para toda
interpretación v, si v(A1)=1, ... , v(An)=1, entonces v(C)=1. Escribimos en ese
caso {A1, ..., An}╞ C.
Otra manera de decirlo: C es consecuencia de {A1, ..., An} sii no existe ninguna v
tal que v(A1)=1, ... , v(An)=1, pero v(C)=0. Desde esta formulación es evidente que una
fórmula es tautología sii es consecuencia del conjunto vacío de premisas.
Mediante tablas de verdad podemos comprobar si C es consecuencia de A1, ..., An.
¿Cómo? Se construye la misma tabla de verdad para premisas y conclusión; en el caso y
sólo en el caso de que no exista ninguna interpretación que haga verdaderas a todas las
premisas y falsa a la conclusión tendremos que ésta es consecuencia de aquéllas.
2.2. Traducibilidad
Eliminación Introducción
[ ]
Negación A
¬¬ A ⋮
A B∧¬B
¬A
A B
A∧B A∧B ⋮ ⋮
Conjunción
A B B A
A∧B B∧ A
A∨B
⋮
[]
A
⋮
A A
Disyunción C
A∨B B∨ A
[]
B
⋮
C
C
[]
A A
⋮ ⋮
Condicional
AB B
B AB
A B B A
A↔B A↔B ⋮ ⋮
Bicondicional
AB B A B A B A
A↔B B↔A
Definición: Decimos que C es derivable a partir de {A1, ..., An} sii existe una
derivación de C a partir de {A1, ..., An} conforme el cálculo D0. Escribimos
entonces {A1, ..., An}├D0 C.
Ejemplo:
Demostrar A∧B ├D0 A∨B
1. A∧B Premisa
2. A E∧ en 1
3. A∨B I∨ en 2
Ejemplo:
Demostrar ¬A∧B, ¬B ├D0 C
1. ¬A∧B Premisa
2. ¬B Premisa
3. B E∧ en 1
4. ¬C Supuesto
5. B∧¬B I∧ en 2, 3
6. C I¬ en 4–5
Ejemplo:
Demostrar A→B, ¬A→¬B ├D0 A↔B
1. A→B Premisa
2. ¬A→¬B Premisa
3. B Supuesto
4. ¬A Supuesto
5. ¬B E→ en 2, 4
6. B∧¬B I∧ en 3, 5
7. ¬¬A I¬ en 4–6
8. A E¬ en 7
9. B→A I→ en 3–8
10. A↔B I↔ en 1, 9
Ejemplo:
Demostrar ├D0 A→(B→A)
1. A Supuesto
2. B Supuesto
3. ¬A Supuesto
4. A∧¬A I∧ en 1, 3
5. ¬¬A I¬ en 3–4
6. A E¬ en 5
7. B→A I→ en 2-6
8. A→(B→A) I→ en 1–7
Ejemplo:
Demostrar ├D0 A∨¬A
1. ¬(A∨¬A) Supuesto
2. A Supuesto
3. A∨¬A I∨ en 2
4. (A∨¬A)∧¬(A∨¬A) I∧ en 1, 3
5. ¬A I¬ en 2–4
6. A∨¬A I∨ en 5
7. (A∨¬A)∧¬(A∨¬A) I∧ en 1, 6
8. ¬¬(A∨¬A) I¬ en 1–7
9. A∨¬A E¬ en 8
PREGUNTA-CLAVE: Comenta una a una todas las reglas del cálculo de deducción natural D0, poniendo
ejemplos inspirados en razonamientos de la vida cotidiana. Trata después de demostrar que son teoremas
algunas de las verdades lógicas que aparecen en el apartado 2.1.
3. Cálculo de predicados
Vamos a construir un lenguaje artificial que nos permita hablar sobre los
individuos de un determinado universo de discurso. Y hablar sobre ellos supone ser
capaces de atribuirles propiedades y establecer qué relaciones guardan unos con otros.
En otras palabras, queremos ser capaces de hacer dos cosas: (i) identificar objetos, (ii)
caracterizar esos mismos objetos mediante propiedades y relaciones.
A nivel lingüístico, esto significa que en lógica de predicados distinguiremos entre
términos y fórmulas. Los términos, que no existían en lógica proposicional, sirven para
denotar individuos concretos dentro de un universo de dicurso. Las fórmulas, que sí
estaban presentes en lógica proposicional, sirven para hacer afirmaciones, aunque esta
vez las afirmaciones lo serán con respecto a un universo de discurso que se hace
explícito. Un término denota (o no) a un individuo del universo, mientras que una
fórmula es verdadera (o falsa) con respecto a ese mismo universo.
Si hay pocas variables, escribimos x, y, z ... en lugar de x1, x2, x3 ... Los nombres de
los cuantificadores son universal (∀) y existencial (∃). Si hay pocas constantes
escribimos a, b, c ... Si hay pocos predicados escribimos P, Q, R ...
Si queremos expresar que el individuo a cumple la propiedad P, escribimos Pa. Si
queremos expresar que a guarda con b la relación Q, escribimos Qab. Tomando a como
nombre de Antonio, b como nombre de Beatriz, P como la propiedad de ser perezoso y
Q como la relación de querer, tenemos que Pa ∧ Qab representa “Antonio es un
perezoso y Antonio quiere a Beatriz”, es decir, “Antonio es un perezoso y quiere a
Beatriz”. Las variables son nombres propios indeterminados. Para determinar su alcance
anteponemos los cuantificadores ∀x (para todo x) y ∃x (para algún x) ante la fórmula en
que aparece esa x. Por ejemplo, ∃xPx expresa que hay algún perezoso, ∀xQxb que todo
el mundo quiere a Beatriz, ∀xQbx que Beatriz quiere a todo el mundo, ∀x(Qbx→¬Px)
que aquellos a quienes quiere Beatriz no son perezosos, etc.
Las cadenas de símbolos de L1 que son términos son aquellas y sólo aquellas
combinaciones de símbolos del afabeto que cumplen estas reglas:
Escribimos t1≠t2 en lugar de ¬t1=t2. Cuando en algún lugar de una fórmula hay
varios cuantificadores universales seguidos (ejemplo: ∀x∀y∀z), podemos escribir
solamente el primero, seguido de tantas variables como había antes (ejemplo: ∀xyz). Lo
mismo vale para los cuantificadores existenciales. Las convenciones sobre subfórmulas
y sobre economía de paréntesis son las mismas que en lógica proposicional. En cuanto a
la forma lógica, tenemos dos novedades:
Las siguientes leyes informan sobre cómo interactúan los cuantificadores si están
pegados unos a otros. Por T39 y T40, cuantificadores idénticos pueden variar su orden
de aparición. Por T41, del existencial-universal se sigue el universal-existencial.
En cuanto a las variables ligadas por los cuantificadores, las siguientes leyes nos
dicen que carece de importancia el nombre exacto de tales variables.
Las leyes que siguen reflejan el modo en que los cuantificadores interactúan con
la conjunción, la disyunción, el condicional y el bicondicional. Las leyes 47, 50 y 53
son las más representativas.
En último lugar, repasamos algunas leyes acerca de la identidad. T59, T60 y T61
dicen, respectivamente, que la identidad es una relación reflexiva, simétrica y transitiva.
T62 dice que, dada una propiedad expresable mediante A, si dos cosas son idénticas
entonces o bien ambas cumplen A o bien ninguna de ellas cumple A.
Τ59. ∀x ( x = x )
T60. ∀xy ( x = y → y = x )
T61. ∀xyz ( x = y ∧ y = z → x = z )
T62. ∀xy ( x = y → (A(x) ↔ A(y)) )
Otra manera de decirlo: C es consecuencia de {A1, ..., An} sii no existe ningún m
tal que m(A1)=1, ... , m(An)=1, pero m(C)=0. Desde esta formulación es evidente que una
fórmula es válida sii es consecuencia del conjunto vacío de premisas.
Como en lógica proposicional, esta definición de consecuencia no dice cómo
demostrar que una fórmula es consecuencia de un conjunto de fórmulas. Sin embargo, y
al igual que sucedía en lógica proposicional, esta definición de consecuencia sí que
sugiere una manera de demostrar que una fórmula no es consecuencia de un conjunto de
fórmulas. Basta encontrar un contraejemplo, es decir, un modelo que haga verdaderas a
las premisas y falsa a la conclusión. (Si se trata de demostrar que una fórmula no es
válida, lo que hacemos es buscar un modelo que la haga falsa.)
Un ejemplo. Por T41 sabemos que ∃x∀yPxy→∀y∃xPxy es una fórmula válida. Lo
que no sabemos todavía es si su inversa, ∀y∃xPxy→∃x∀yPxy, también lo es. A
continuación demostraremos que no. Lo haremos exhibiendo un modelo que hace
verdadero al antecedente ∀y∃xPxy pero falso al consecuente ∃x∀yPxy. Sea el modelo m
= (U, I) con universo U = {3, 4, 5} e interpretación I(P) = {(3,3), (3,4), (4,5)}.
Claramente, m hace verdadero al antecedente, pues para todo elemento y de U es cierto
que hay un x con (x, y) ∈ I(P); tomando y = 3 tendríamos x = 3, tomando y = 4
tendríamos x = 3, tomando y = 5, tendríamos x = 4. Por otro lado, m hace falso al
consecuente, pues no hay un x en U tal que (x, y) ∈ I(P) para todo y de U.
La búsqueda de contraejemplos, como se acaba de ver, requiere algo de ingenio.
También en lógica proposicional podía ser complicado dar con un contraejemplo, sólo
que entonces podíamos optar por el método de las tablas de verdad; un método que no
existe en lógica de predicados.
PREGUNTA-CLAVE: ¿Para qué sirven los términos y para qué sirven las fórmulas? Explica por qué una
fórmula que no es sentencia no puede ser verdadera ni falsa con respecto de ningún modelo.
3.2. Traducibilidad
Una dificultad típica es confundir lo que uno sabe acerca del universo con lo que
la interpretación hace explícito. Por ejemplo, si queremos expresar que Dora es madre
de Ester, no basta con escribir Pde, sino que hay que escribir Md ∧ Pde, ya que en la
primera expresión hemos sobreentendido que Dora es mujer tan sólo porque su nombre
en español suele ser nombre de mujer. Este problema aparece ya en las traducciones a
nivel proposicional, pero aquí es especialmente peligroso.
PREGUNTA-CLAVE: Formaliza estas afirmaciones: “Carlos es padre de alguien a menos que Dora sea
Ester ”, “Quienes tengan primos son primos de Carlos”, “Ester no tiene antepasados sin antepasados”.
Las reglas del cálculo D1 son las diez de D0 más seis reglas nuevas. A cada
cuantificador le corresponde una de eliminación y otra de introducción. Lo mismo
sucede con la identidad. Las reglas de eliminación son E∀, E∃, E=, las de introducción
son I∀, I∃, I=. Las convenciones relativas a puntos suspensivos y corchetes son aquí las
mismas que en D0. La principal novedad estriba en que algunas reglas de D1 solamente
pueden aplicarse bajo ciertas restricciones.
Las expresiones A(x), A(c) y B en las nuevas reglas son esquemas de fórmulas. La
variable x en A(x) indica que dentro de la fórmula esquematizada por A hay al menos
una ocurrencia libre de x,. La constante c en A(c) indica que dentro de la fórmula
esquematizada por A hay al menos una ocurrencia de c. La fórmula ∀yPxy↔Qy podría
ser un caso particular tanto de A(x) como de A(y), la fórmula ∀xPxy↔Qy solamente
podría ser un caso particular de A(y), la fórmula ∀yPxy↔Qc podría ser un caso
particular tanto de A(x) como de A(c).
[ ]
Ac Ac no cancelado, ni en las
Existencial
⋮ ∃ x A x premisas, ni en ∃xA(x),
B ni en B.
B
∀ x x=c A x A c
Identidad No hay restricciones.
A c ∀ x x=c A x
Haremos dos observaciones que, si bien se siguen de todo cuanto llevamos dicho,
pueden presentar alguna dificultad.
Las reglas E∀, I∃, E=, I= son bastante intuitivas. La primera dice que si todos los
individuos tienen cierta propiedad, entonces un individuo cualquiera c también la tiene.
La segunda dice que si un individuo cualquiera c tiene una propiedad, entonces hay
alguno que tiene esa propiedad. Las dos últimas, tomadas conjuntamente, dicen que el
hecho de que un individuo c tenga una propiedad se puede parafrasear diciendo que
cualquier individuo que sea c tiene esa misma propiedad.
La regla I∀ tiene algo más de dificultad. A fin de cuentas, ¿cuándo podemos
concluir que todo individuo cumple cierta propiedad a partir de la afirmación por la cual
el individuo particular c la cumple? Respuesta: cuando c sea el nombre de un individuo
“arbitrario”, es decir, un individuo acerca del cual no hemos hecho previamente ninguna
suposición. Y esta es la idea que está detrás de la restricción formal.
En E∃ partimos de que algo cumple cierta propiedad. Entonces, mediante A(c),
damos nombre de forma temporal a un individuo que la cumple, deducimos de ahí
alguna consecuencia en la que haya desaparecido el nombre de ese individuo, cerramos
la subderivación y nos quedamos con la conclusión. Imaginemos que estoy hablando
con alguien acerca de la última fiesta de Nochevieja. Se menciona lo que hicieron Juan
y Pedro. Cuando mi interlocutor dice que alguien dejó el congelador abierto, respondo:
no sé quién lo hizo, pero llamémosle “Patoso”; entonces, si Patoso dejó el congelador
abierto, se tuvo que derretir el hielo, luego nadie pudo comer tarta helada a las dos de la
mañana. He deducido información sobre una tarta a partir de información sobre un
congelador. Necesitaba un nombre en mitad del razonamiento, así es que propuse
“Patoso”. Pero ese nombre tenía que desaparecer de la conclusión, pues no identifica a
un individuo concreto; por otro lado, no podía utilizar un nombre que hubiera surgido
en la conversación, como “Juan”, ya que hubiera atribuido las características de Juan a
la persona que dejó el congelador abierto a pesar de que yo no sabía si era Juan o no.
Si restringimos nuestra atención a las fórmulas de L1 sin variables libres (las
sentencias), el concepto de derivabilidad en D1 es análogo al de D0.
Definición: Decimos que C es derivable a partir de {A1, ..., An} sii existe una
derivación de C a partir de {A1, ..., An} conforme el cálculo D1. Escribimos
entonces {A1, ..., An}├D1 B.
Ejemplo:
Demostrar ∀xPx ∨ ∀xQx ├D1 ∃x (Px ∨ Qx)
Demostramos ahora que T41 es un teorema de D1, lo que implica (por el teorema
de corrección) que T41 es efectivamente una fórmula válida. Es una demostración
interesante porque intervienen cuatro reglas nuevas: E∀, I∀, E∃, I∃.
Ejemplo:
Demostrar ├D1 ∃x ∀y Pxy → ∀y ∃x Pxy
1. ∃x ∀y Pxy Supuesto
2. ∀y Pay Supuesto
3. Pab E∀ en 2
4. ∃x Pxb I∃ en 3
5. ∃x Pxb E∃ de 1 en 2–4
6. ∀y ∃x Pxy I∀ en 5
7. ∃x ∀y Pxy → ∀y ∃x Pxy I→ en 1–6
Ejemplo:
Demostrar ∃xFx → ∀x (Mx → Ex) ├D1 ∃x (Fx ∧ Mx) → ∃x (Fx ∧ Ex)
Ejemplo:
Demostrar ├D1 ∀x ∀y ( x = y → y = x )
1. a=b Supuesto
2. ∀x ( x = b → a = x ) I= en 1
3. a=b→a=a E∀ en 2
4. a=a E→ en 1, 3
5. ¬(b = a) Supuesto
6. ∀x ( x = b → ¬(x = a) ) I= en 5
7. a = b → ¬(a = a) E∀ en 6
8. ¬(a = a) E→ en 1, 7
9. (a = a) ∧ ¬(a = a) I∧ en 4, 8
10. ¬¬(b = a) I¬ en 5–9
11. b=a E¬ en 10
12. a=b→b=a I→ en 1–11
13. ∀y ( a = y → y = a ) I∀ en 12
14. ∀x ∀y ( x = y → y = x ) I∀ en 13
PREGUNTA-CLAVE: Comenta una a una todas las reglas del cálculo de deducción natural D1, poniendo
ejemplos inspirados en razonamientos de la vida cotidiana. Trata después de demostrar que son teoremas
algunas de las verdades lógicas que aparecen en el apartado 3.1.
Conclusión
Bibliogafía y webgrafía
Badesa, C. et al. (2007). Elementos de lógica formal. 2ª ed. Barcelona: Ariel. 11998.
[Tras una primera parte sobre teoría de conjuntos, este manual expone de manera
accesible pero rigurosa la lógica proposicional y la de predicados. Hay abundantes
ejercicios propuestos.]
Barwise, J., Etchemendy, J. (2002). Language, Proof and Logic. Stanford: CSLI. 11999.
[Una de las mejores introducciones al lenguaje de predicados, que puede
aprenderse de forma muy intuitiva con el programa “Tarski’s World” que
acompaña al libro. Se incluyen otros dos programas: “Boole” para el manejo de
tablas de verdad, y “Fitch” para construir y verificar demostraciones en un cálculo
de deducción natural.]
Deaño, A. (2007). Introducción a la lógica formal. Madrid: Alianza. 11974. [Como el de
Garrido, un manual clásico en español. Muy desfasado como libro de texto. Pero
todavía es de ayuda al docente por su selección de ejercicios resueltos, tanto de
formalización como de derivación en deducción natural.]
Falguera, J.L., Martínez, C. (1999). Lógica clásica de primer orden. Madrid: Trotta.
[Muy útil por su exposición pormenorizada del cálculo de deducción natural. Va
acompañado de un cuaderno de ejercicios.]
Gamut, L.T.F. (1991). Logic, Language and Meaning. Volume 1: Introduction to Logic.
Chicago / London: The University of Chicago Press. 11982. [Excelente
introducción a la lógica para filósofos y lingüistas, con el acento puesto en la
capacidad expresiva del lenguaje de predicados. El segundo volumen contiene
material avanzado sobre lógica modal, teoría de tipos y gramática de Montague.]
Garrido, M. (2001). Lógica simbólica. 4ª ed. Madrid: Tecnos. 11974. [Como el de
Deaño, un manual clásico en español. Pocos ejercicios propuestos. Incluye un
apéndice sobre historia de la lógica.]
Manzano, M., Huertas, A. (2006). Lógica para principiantes. Madrid: Alianza. 12004.
[Se presenta la lógica como herramienta para modelar información. Pensado para
estudiantes de filosofía y de informática. Se exponen cuatro cálculos: tablas
semánticas, diagramas de Venn (para lógica de predicados monarios), deducción
natural y resolución, aunque se apuesta decididamente por el primero de ellos.
Incluye CD con apéndices técnicos y cientos de ejercicios.]
Tugendhat, E., Wolf, U. (1997). Propedéutica lógico-semántica. Barcelona: Anthropos.
Original: Logisch-semantische Propädeutik, 1989. [De orientación filosófica, muy
influido por Strawson. Se utiliza la lógica para analizar enunciados de existencia,
negación, contradicción, posibilidad, obligación, analiticidad, verdad, etc.]
Valdés, L.M. (1989). “Lógica elemental”. In M. Garrido [ed.], Lógica y lenguaje.
Madrid: Tecnos, pp. 11-115. [Exposición condensada pero suficiente de la lógica
de proposiciones y de predicados.]
Libros de ejercicios
3. Cálculo de predicados
3.1. Sintaxis y semántica
En el lenguaje de predicados utilizamos términos para denotar individuos y
fórmulas para hacer afirmaciones. Las fórmulas que vayan a usarse para hacer
afirmaciones deben ser sentencias, es decir, fórmulas sin variables libres.
Los términos y las fórmulas reciben significadocuando se compara con un
universo, que es un conjunto de individuos.
Entre el lenguaje y el universo definimos una interpretación que a cada
constante del lenguaje le hace corresponder un individuo del universo y a cada
predicado n-ario del lenguaje le hace corresponder un conjunto de secuencias de
individuos (cada una de n miembros).
Un universo más una interpretación conforman un modelo.
Tres tipos de fórmulas: fórmulas válidas (siempre verdaderas), contradicciones
(siempre falsas), contingencias (a veces verdaderas y a veces falsas).
Una fórmula es consecuencia de un conjunto de fórmulas sii todo modelo que
hace verdaderas a las premisas hace verdadera a la conclusión. Una fórmula
válida es consecuencia del conjunto vacío de premisas.
3.2. Traducibilidad
Para la traducción español-L1 han de determinarse los individuos, las
propiedades y las relaciones que aparecen en el discurso.
Las consideraciones generales sobre traducibilidad hechas en 2.2 siguen siendo
válidas. A ellas se añaden dos tipos de dificultad típicas en lógica de predicados.
Una dificultad es elegir bien el orden y alcance de los cuantificadores.
Otra dificultad es confundir lo que sabemos sobre un predicado o un individuo
con lo que explícitamente se dice en las fórmulas.
3.2. Un cálculo de deducción natural
El cálculo de deducción natural para lógica de predicados contiene las diez
reglas del cálculo proposicional más otras seis reglas, dos para el existencial, dos
para el universal y dos para la igualdad.
A diferencia del cálculo anterior, algunas reglas de este cálculo sólo pueden ser
aplicadas bajo ciertas restricciones.
Cuestionario
10. Al aplicar la regla E∃ a una expresión ∃xA(x), debemos introducir en primer lugar:
a) No hace falta introducir nada.
b) Una premisa auxiliar A(c) cualquiera.
c) Una premisa auxiliar A(x) donde x no aparezca en ningún supuesto previo no
cancelado.
d) Una premisa auxiliar A(c) donde c no aparezca en ningún supuesto previo no
cancelado ni tampoco en ∃xA(x).
Respuestas: 1.a, 2.c, 3.c, 4.b, 5.d, 6.b, 7.d, 8.b, 9.a, 10.d