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Cátedra:
Microanatomía
Catedrático:
Dr. Martin Portillo
Tema:
Efectos de cocinar con aceite y producción de
la ACRILAMINA y su relación con el Cáncer
Integrantes:
- Vila Obando Salvador Antonio
- Xenia
- Gordo
- Susana Grande
- Susana chiquita
Fecha de Entrega:
Jueves 10 de Mayo de 2018
Objetivos……………………………………………………………………………4
General
Específicos
Marco Teórico……………………………………………………………………….5-
Conclusiones………………………………………………………………………..
Recomendaciones…………………………………………………………………..
Bibliografía……………………………………………………………………………
Anexos…………………………………………………………………………………
El nombre le sonará a poco conocido, pero lo cierto es que la acrilamida es una habitual
compañera de viaje en nuestra dieta, tanto que la ingerimos a diario y de forma repetida,
sobre todo los niños, lo que, según la Organización Mundial de la Salud, OMS, pone en
riesgo el organismo, pues se trata de una sustancia potencialmente cancerígena.
La existencia de esta sustancia, presente en productos tan comunes como las patatas fritas,
el pan, los cereales del desayuno, el café, las galletas o los alimentos infantiles, no es nueva
y sus efectos contaminantes tampoco.
Las patatas tienen además de hidratos que son el sustrato perfecto para la formación de
acrilamida, un aminoácido llamado asparagina y fructosa que ha sido especialmente
asociados al desarrollo de acrilamida en una tesis doctoral de la Universidad de Estocolmo
publicada en 2005
General:
-
Específicos:
-
La interacción con el ser humano se da por medio de los alimentos y el humo de cigarrillos
son las fuentes principales de exposición a la acrilamida para gente de la población en
general (3, 4), tras el consumo, el tracto gastrointestinal absorbe la acrilamida, se distribuye
a todos los órganos y se metaboliza. La glicidamida es uno de los principales metabolitos
que resulta de este proceso.
Los alimentos que son la fuente principal de acrilamida son las papitas fritas; galletas y
pan; cereales para desayuno; aceitunas negras en lata; jugo de ciruela y café.
La disminución del tiempo de cocción para evitar un tostado o dorado en exceso; blanquear
las papas antes de freírlas; no guardar las papas en el refrigerador; y secarlas (en un horno
de aire caliente después de freírlas) son formas de reducir el contenido de acrilamida en
algunos alimentos (7, 8).
La gente se expone sustancialmente a más acrilamida por el humo del tabaco que por los
alimentos. La gente que fuma tiene marcadores del grado de exposición a la acrilamida tres
a cinco veces más altos que las personas que no fuman (9).
Niños (> 1 año) y adolescentes: los productos derivados de las patatas fritas (excepto
las patatas chips y los aperitivos) presentan hasta un 51% de toda la exposición a
través de la dieta. El pan blando, los cereales de desayuno, las galletas y otros
productos derivados de los cereales o de las patatas pueden contribuir hasta con un
25%. Los alimentos procesados para bebés con cereales representaban hasta el 14%
de la exposición para los bebés. Los pasteles y los productos de confitería hasta el
15% para niños y adolescentes, y las patatas chips y los aperitivos el 11% para los
adolescentes.
Bebés (< 1 año): los alimentos para bebés que no son elaborados a base de cereales,
los que han sido elaborados a base de cereales (sobre todo biscotes y galletas) y otros
productos derivados de las patatas contribuyen con un 60%, 30% y 48%,
respectivamente.
Aunque algunas categorías de alimentos, como las patatas fritas o los aperitivos y los
sucedáneos del café, contienen niveles relativamente elevados de acrilamida, su
contribución global a la exposición a través de la dieta es limitada si se sigue una dieta
normal variada.
Aun no se determinan cuáles son las investigaciones para determinar la relación entre el
cáncer y la acrilamida pero se necesitan más estudios epidemiológicos en los que se miden
en serie las concentraciones de acercamiento o de metabolitos en los mismos individuos en
determinado tiempo (cohortes longitudinales) para ayudar a determinar si los consumos
dietéticos de acrilamida están asociados con mayores riesgos de cáncer en la gente.
Gracias a los estudios realizados en la materia, sobre los efectos observados en animales de
laboratorio, hoy conocemos los potenciales efectos negativos que esta sustancia puede
tener para la salud, y como todo nuevo conocimiento, debe gestionarse adecuadamente: no
se trata de ignorarlo, con acciones fácilmente evitables y que no aportan nada, como por
ejemplo, el tostado excesivo del pan o el almacenamiento de las patatas en la nevera,
haciendo apología del típico "siempre lo he hecho así", ni tampoco de eliminar alimentos
básicos de nuestra dieta, por temor a sus efectos negativos sobre la salud.
Sin embargo no nos debería preocupar siempre que un adulto normal, tendría que comerse
27 kilos de patatas fritas al día para llegar a los 13.600 microgramos diarios marcados
como peligrosos. En general, es muy difícil que una dieta supere esos 13.600 microgramos
y los españoles, en particular, consumen menos de un 30% en el peor de los casos.
¿A qué viene la alarma? Por un lado, al razonable (y, a veces, excesivo) trabajo de las
agencias de seguridad alimentaria procurando que nuestros alimentos sean cada vez
seguros. Y por el otro, a una dinámica social que se ha aficionado a ir de polémica en
polémica, aunque estas sean la peor forma de informar la salud y la alimentación de la
ciudadanía.
Por eso está catalogado como “probable” cancerígeno. No está nada claro que este
componente sea cancerígeno en humanos. Como suele ocurrir, los estudios con modelos
animales usan dosis muy altas: tanto que no solo no son extrapolares a una dieta normal, es
que ni en trabajadores industriales (que están muchísimo más expuestos a ella) se ha
demostrado una mayor incidencia relacionada.
2. Evita las temperaturas de cocción muy altas. Como norma general, cuando cocines
alimentos ricos en almidón evita las altas temperaturas, sobre todo en las frituras y los
horneados. La nueva legislación europea pone como límite a la industria los 170 ºC, pero
recuerda que las acrilamidas empiezan a formarse especialmente a partir de los 120ºC.
3. Confórmate con el blanco o un doradito suave. El tiempo de cocción también es, junto
a la temperatura, un factor clave: cuanto más tiempo frías o ases los alimentos, más
acrilamidas se generarán. Por tanto, cuando frías o ases algo al horno, además de moderar
la temperatura evita que los alimentos se doren demasiado.
Si eres de los que les gustan las cosas churruscadas, ¡olvídate! Mucho mejor un dorado
suave que un dorado oscuro y, sobre todo, nada de zonas negras quemadas. Esto sirve para
las patatas y para todo lo demás: el pan tostado, cuanto menos oscuro, mejor. Y lo mismo si
horneas unas galletas: basta con que estén hechas y mejor si quedan claras. Si te despistas y
se te queman algunas patatas o la capa tostada del arroz pegada a la sartén está más negra
de la cuenta, retira las partes quemadas y descártalas.
Guarda las patatas siempre en un lugar fresco pero no refrigerado, como un armario o una
despensa. A ser posible, elige también un sitio oscuro para evitar que germinen.
Si compras patatas congeladas, sigue bien las instrucciones del fabricante y los consejos
hasta ahora mencionados. En cualquier caso, son preferibles las patatas fritas que los chips
horneados, que suelen llevar más acrilamida.
Aprendiendo a deshidratar puedes hacer tus propios chips y crackers mucho más saludables
y nutritivos, pero igualmente sabrosas y crujientes. En el deshidratador no se sobrepasan los
40-42 ºC, lo que preserva mejor los nutrientes de los alimentos que utilices.
Puedes elaborar chips con hortalizas como remolacha, boniato o incluso kale. Para los
panes y crackers lo ideal son las semillas y los frutos secos, aunque las posibilidades son
múltiples.
También se han hallado altos niveles de acrilamidas en los cafés instantáneos. En cuanto a
los cafés de tueste natural, no se pueden evitar las acrilamidas, pero sí hay grados.
En cuanto a las variedades, conviene dar preferencia a la variedad arábiga sobre la robusta,
pues esta última produce más acrilamida.
Los frutos secos sin tostar, las semillas o la fruta son tentempiés más saludables que unas
patatas fritas o unas galletas por muchos otros motivos. ¡Y están libres de acrilamida!
https://www.youtube.com/watch?v=0h8NfgpFDyA
https://www.youtube.com/watch?v=PLubQX8qE5o
https://www.youtube.com/watch?v=NOnz0ZsAl5Q
https://www.youtube.com/watch?v=oltTO2vwQtw
https://www.youtube.com/watch?v=lHIrnOKcG5I
https://www.youtube.com/watch?v=eLkORJCXW3M
https://www.youtube.com/watch?v=CTcLZbcYurI
https://www.youtube.com/watch?v=676jS8Rt2eI
https://www.youtube.com/watch?v=C7zheIkbZMM
El nuevo reglamento indica al sector cómo reducir este componente y, por primera vez, se
detallan «los valores máximos de esta sustancia que deben incluir los productos procesados,
que oscilan entre 40 y 4.000 microgramos de acrilamida por cada kilo de alimento. Dichos
límites son razonables, aunque son cifras sujetas a revisión», matiza López de Ceráin.