“Las mujeres, identificadas con el cuerpo, somos especialmente
bendecidas en los trabajos chamánicos. En nuestros sagrados vehículos físicos y a través de ellos también, experimentamos las intensidades más dramáticas, tanto espirituales como materiales. Con el parto nos abrimos física y psíquicamente más de lo que pudiera parecer razonable. Las cumbres del placer y las profundidades del dolor coexisten en nosotras y a menudo las pisamos al mismo tiempo.
Durante la menstruación disponemos de una amplia gama de aptitudes
paranormales y de experiencias que sólo están al alcance de nuestras posibilidades. Estas ventajas biológicas son naturales y se inscriben en la esfera de la actividad cotidiana de las mujeres.
Nuestra sexualidad se ve recompensada con una función multiorgásmica
que abre, con la primera satisfacción, una puerta a posteriores satisfacciones. Esta sexualidad tan activa no está directamente relacionada con la procreación, como sucede en el mundo animal, pero constituye realmente un cosmos sagrado y mágico en sí mismo. Las antiguas tradiciones chamánicas conocían la enorme capacidad de curación que tenían las prácticas sexuales, a las que atribuían los beneficios de la salud y la longevidad”.
La mujer Shakti. Vicky Noble. Editorial Perito en Lunas.