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La película nos va mostrando otra realidad: el conflicto es un proceso paulatino, progresivo,

que va creciendo y si no se expone y se afronta, pasa a manifiesto, y seguidamente a la

acción. Ana Margarita Maida (2006) “sostiene que los relatos de violencia suelen ir apareciendo

en forma paulatina en la psicoterapia”.

No suele haber problemáticas espontáneas en los primeros momentos, sino una multitud de

variados incidentes que se van acumulando y si no se pone un pare y se busca una

solución acabara con la destrucción.

Para Salvador Minuchin (1982) la familia es un grupo sociocultural que se enfrenta a una serie de

etapas de desarrollo.

Un factor importante que aumentar la carga de conflictos es el de ceder a los intereses del

otro contra las propias convicciones. Precisamente la película nos muestra esos primeros

indicios de que la cosa empieza ya a ir mal: la comunicación no verbal, los gestos de las

caras de los protagonistas cuando se dirigen el uno al otro.

Al respecto Steve De Shazer (1999) opina que las palabras hacen parte del lenguaje, pero también

los silencios, los gestos, las expresiones faciales, etc. Por lo anterior se entiende en psicoterapia

sistémica que el terapeuta acude al lenguaje en todas sus dimensiones.

Es muy evidente la complementariedad rígida en esta relación; Bárbara quería que Oliver la

tomara en cuenta no sólo como ama de casa, sino como una mujer independiente que podía

valerse por sí misma. Sin embargo, Oliver no la veía así, para él, ella representaba fuerza,

vitalidad y sexo, dentro de la casa, bajo sus términos y su dominio y poderío económico.
Los aspectos violentos van desde las discusiones constantes, la indiferencia, el rechazo, la

desvalorización, la queja hacia el otro y los silencios, hasta la violencia verbal, física y

sexual. Ravazzola (2003)

Comenta que algunos elementos del contexto sociocultural como la falta de reconocimiento

del rol de la mujer dentro del ámbito laboral, la impunidad de la que gozan algunos

torturadores e inclusive las imágenes que muestran a las mujeres como objeto de placer

sexual, son sólo unos pocos ejemplos de los elementos que alimentan el discurso dominante

autoritario.

Cualquier acción que realice el otro será malinterpretada en el peor sentido y atribuyéndole

al otro la voluntad consciente de hacer daño, aunque la realidad fuera totalmente la opuesta.

(la escena en que quedan a cenar tras una de las broncas, y ella lleva paté y él vino; los dos

con la mejor intención, pero enseguida se siembre la duda sobre las intenciones del otro:

“¿espero que no esté envenenado?”, dice Kathleen Turner). Esta percepción errónea

posiblemente hará reaccionar de forma defensiva y desajustada, contribuyendo al

atrincheramiento y a la escalada.

Ella quiere iniciar un proyecto profesional para realizarse como persona pero él no le hace

especial caso, está muy ocupado con su proyección profesional. Una emergencia

hospitalaria, que no es más que un susto, en la que él cree que iba a morir, es el punto de

inflexión. Ella no va a verle y él se lo recrimina al llegar a casa

La Sra. Rose le dice que, ante la posibilidad de que hubiera fallecido, sintió libertad y

felicidad. Esto deja a las claras que los sentimientos de ella sobre él habían cambiado.
De forma similar, el otro es culpable de todo, no se ve nada bueno en el otro. La percepción

de uno mismo es totalmente opuesta (escena del dormitorio cuando Kathleen Turner le pide

el divorcio).

adoptando ambas partes un lenguaje propiamente bélico (“tengo que ganar”,

“venceremos”), y pasando de los sentimientos y de las meras expresiones a otras acciones

en escalada cada vez más contundentes, incluyendo la agresión física. Derrotar y vencer

totalmente al otro, aniquilarlo, suele ser uno de los objetivos de cada una de las partes

(escena de la primera negociación de los dos frente al abogado de Kathleen Turner).

Al mismo tiempo, curiosamente las acciones de maltrato físico comienzan por parte de la

mujer (escenas del golpe con los papeles del contrato en la cara, el apretón de piernas en la

cama, el negro en el hospital con la puñalada en el estómago, el puñetazo en el dormitorio).

La película trata varios temas muy interesantes dentro de la relación de pareja: inicio,

proyectos, crisis matrimonial y disolución del matrimonio.

La película transcurre con un matrimonio feliz. Ella tenía un gato, él un perro, una hija y un

hijo, una casa estupenda “los Rose trabajaban duro para que todo les fuera bien”

Desde terapias de pareja así como desde mediación se recalca mucho que es importante la

comunicación

Los Roses no se comunicaban bien, se agredían repetidamente de manera verbal y no

verbal. Bárbara sentía continuamente como él la minimizaba y lo entendía como un tipo de

traición imposible de perdonar. Oliver provocaba que Bárbara se sintiera avergonzada; por

ejemplo, en una cena le pide que cuente una historia que la hace lucir ignorante. Ella podía
sentir humillación, tristeza, enojo, pero no lo decía. Estos pequeños actos de traición

dañaron a Bárbara y la inclinación a castigarlo o hacerlo pagar por el daño se fue

acrecentando.

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