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Veremos en esta parte de la unidad que existen múltiples factores que inciden en la
adquisición y desarrollo de nuestras estrategias de estudio. Factores como la visión
de aprendizaje, el tipo de docente, el espacio físico, la dificultad de la tarea y por
supuesto, nuestro nivel de motivación.
Tema 1:
De todos, fue H. Witkin (1954), uno de los primeros investigadores que se interesó por
la problemática de los “estilos cognitivos”, como expresión de las formas particulares
de los individuos de percibir y procesar la informacion. Sus estudios y los de autores
como Holzman, P. S. y Clein, G. S. (1954); Eriksen, C. W. (1954); Golstein K. y Scheerer
M. (1951) (cit. por Allport G., 1961) pronto encontraron eco entre los pedagogos,
principalmente en países como Estados Unidos, donde ya para esta época venia
generándose un amplio movimiento de reformas curriculares que clamaban por
transformaciones cualitativas, la renovación de las metodologías tradicionales y el
rescate del estudiante como polo activo del proceso de enseñanza- aprendizaje.
Para Smith, R. M. (1988), los estilos de aprendizaje son “los modos característicos por
los que un individuo procesa la información, siente y se comporta en las situaciones
de aprendizaje” , a la vez que Kolb,D. (1984) incluye el concepto dentro de su
modelo de aprendizaje por experiencia y lo describe como “algunas capacidades
de aprender que se destacan por encima de otras como resultado del aparato
hereditario, de las experiencias vitales propias, y de las exigencias del medio actual.
Otro enfoque muy difundido en el mundo sobre los estilos de aprendizaje a través de
la obra de autores como Linda V. Williams (1988), es el de la mente bilateral,
sustentado en el estudio acerca de la asimetría funcional del cerebro humano
(Deglin, V., 1976).
Para estos autores, la tarea principal de la escuela moderna radica en lograr que los
estudiantes “aprendan con todo el cerebro”, y en consecuencia desarrollen un uso
flexible de los dos hemisferios cerebrales (Kinsella, K., 1995), para lo cual será
necesario que los propios profesores “aprendan a enseñar con todo el cerebro”.
Para este autor, los estudiantes divergentes se caracterizan por captar la información
por medio de experiencias reales y concretas y por procesarla reflexivamente, los
convergentes por percibir la información de forma abstracta por la vía de la
formulación conceptual (teóricamente) y procesarla por la vía de la
experimentación activa.
Desde esta concepción holística y persono lógica del aprendizaje, los estilos podrían
ser definidos como “las formas relativamente estables de las personas para
aprender, a través de las cuales se expresa el carácter único e irrepetible de la
personalidad, la unidad de lo cognitivo y lo afectivo, y entre otras, sus preferencias
al percibir y procesar la información, al organizar el tiempo y al orientarse en sus
relaciones interpersonales durante el aprendizaje”. Desde este enfoque, cuatro
serían las dimensiones de los estilos de aprendizaje:
Las dimensiones establecidas nos permiten apreciar los estilos de aprendizaje desde
una óptica holística, que supere la visión eminentemente cognitivista que ha
prevalecido en su estudio en el marco de la Psicología Educativa, permitiendo la
inclusión de un criterio, a nuestro juicio, básico y hasta ahora insuficientemente
valorado en el abordaje de los estilos de aprendizaje: el relacionado con la
dimensión socio- afectiva del proceso de aprendizaje.
¿Qué es lo que hace que existan tantas diferencias entre unos estudiantes y otros?,
¿qué diferencia a los buenos estudiantes de los que no lo son tanto?
Al respecto Brandt (1998) las define como, “Las estrategias metodológicas, técnicas
de aprendizaje andragógico y recursos varían de acuerdo con los objetivos y
contenidos del estudio y aprendizaje de la formación previa de los participantes,
posibilidades, capacidades y limitaciones personales de cada uno”.
ESTRATEGIA: se considera una guía de las acciones que hay seguir. Por tanto, son
siempre conscientes e intencionales, dirigidas a un objetivo relacionado con el
aprendizaje.
TÉCNICAS
• COMPRENSIÓN Y UTILIZACIÓN O
APLICACIÓN DE LOS PROCEDIMIENTOS
Para explicar la diferencia entre técnicas y estrategias se podría usar una analogía
de Castillo y Pérez (1998): no tiene sentido un equipo de fútbol de primeras figuras
(técnicas) jugando al fútbol sin orden ni concierto, sin un entrenador de categoría
que los coordine (estrategias). Y éste poco podría hacer si los jugadores con los que
cuenta apenas pueden dar algo de sí...
Desde este punto de vista, las estrategias de aprendizaje no van, ni mucho menos,
en contra de las técnicas de estudio, sino que se considera una etapa más
avanzada, y que se basa en ellas mismas. Es evidente pues que existe una estrecha
relación entre las técnicas de estudio y las estrategias de aprendizaje:
• Evalúe su actuación.
Estrategias de ensayo
Estrategias de elaboración
Estrategias de organización
Agrupan la información para que sea más fácil recordarla. Implican imponer
estructura al contenido de aprendizaje, dividiéndolo en partes e identificando
relaciones y jerarquías. Incluyen ejemplos como: Resumir un texto, esquema,
subrayado, cuadro sinóptico, red semántica, mapa conceptual, árbol ordenado.
Estrategias de planificación.
Son aquellas mediante las cuales los estudiantes dirigen y controlan su conducta.
Son, por tanto, anteriores a que los estudiantes realicen alguna acción. Se llevan a
cabo actividades como:
• Prever el tiempo que se necesita para realizar esa tarea, los recursos que
se necesitan, el esfuerzo necesario
• Formularles preguntas
Estrategias de evaluación.
Durante el transcurso de nuestra vida académica, más de alguna vez nos hemos
preguntado el por qué algunas personas aprenden más rápido que otras.
¿Qué es lo que distingue a los estudiantes que aprenden bien de los que lo hacen
mal?
Existen muchas diferencias individuales entre los estudiantes que causan estas
variaciones. Una de ellas es la capacidad del estudiante para usar las estrategias de
aprendizaje:
Por otro lado, una actividad necesaria en la mayoría de los aprendizajes educativos
es que el estudiante estudie. El conocimiento de estrategias de aprendizaje por
parte del estudiante influye directamente en que el estudiante sepa, pueda y quiera
estudiar.
-SABER: el estudio es un trabajo que debe hacer el estudiante, y puede realizarse por
métodos que faciliten su eficacia. Esto es lo que pretenden las estrategias de
aprendizaje: que se llegue a alcanzar el máximo rendimiento con menor esfuerzo y
más satisfacción personal.
-QUERER: ¿es posible mantener la motivación del estudiante por mucho tiempo
cuando el esfuerzo (mal empleado por falta de estrategias) resulta insuficiente? El
uso de buenas estrategias garantiza que el estudiante conozca el esfuerzo que
requiere para realizar una tarea y que utilice los recursos para realizarla. Consigue
buenos resultados y esto produce que (al conseguir más éxitos) esté más motivado.
Para estos docentes, los estudiantes serían capaces por sí mismos, de aplicarlas a los
distintos contenidos, sin necesidad de una intervención educativa que promueva su
desarrollo o aplicación. Las últimas investigaciones indican:
Por tanto, hay que enseñar estrategias, pero ¿cuáles? o ¿Estrategias específicas (las
que se aplican en situaciones o en contenidos concretos) ó o generales (las que se
aplican por igual en diferentes situaciones o contenidos)?
Son muchos los autores que han trabajado en este tema. Algunos proponen un plan
que incluye las destrezas y estrategias básicas de aprendizaje, así como un
calendario a través de todo el sistema educativo.
• Comprensión lectora.
• Estrategias para los exámenes, para aprovechar las clases y para tomar
apuntes. o Realización de mapas conceptuales.
Todos estaríamos de acuerdo en afirmar que nadie puede enseñar lo que no sabe.
Si es el docente el que debe enseñar las estrategias de aprendizaje, es necesario
formar docentes estratégicos. Es decir, docentes que:
-Conozcan su propio proceso de aprendizaje, las estrategias que poseen y las que
utilizan normalmente. Esto implica plantearse y responder preguntas como: ¿soy
capaz de tomar notas sintéticas en una charla o conferencia?, ¿sé cómo ampliar
mis conocimientos profesionales?, etc.