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Supervenus

(Frédéric Doazan)

“Los hombres interesantes son los que tienen un futuro,

las mujeres interesantes, las que tienen un pasado”.

-Oscar Wilde.

Actualmente, los estándares de belleza son impuestos casi en su totalidad por los
medios masivos de comunicación. Este fenómeno se da gracias a la llamada
“sociedad del espectáculo”. Es difícil pensar en la mujer sin el uso estético que se
le otorgaba en las dinámicas sociales del pasado. En el presente, además, hay un
derroche de simulacros, el cual ha logrado que se pierda la realidad de las cosas a
través de la objetivación de la mujer.

Resulta complejo asimilar que hoy en día el amor se vuelve un objeto completo. En
parte, es resultado de un proceso de viralización muy marcado en el sistema
capitalista y la globalización. En nuestros tiempos se concibe al amor como un
problema sexual; es visto como un objeto de rendimiento, un capital que hay que
aumentar para que, al final, el cuerpo funcione totalmente como mercancía.

No cabe duda de que, como menciona Lipovetsky1, la cultura del bello sexo es
jerárquica. Asimismo, forma parte de un amplio movimiento de especialización
intensa y sistemática de los roles sexuales, típico del proceso de racionalización
moderna.

1
Lipovetsky, G. (1999). El culto de la belleza femenina. En La tercera mujer. Barcelona: Anagrama. 113
Se ha llegado a tal límite cosificando a la mujer dentro de la sociedad del consumo,
que es evidente la problemática causada: existe decadencia ante el uso estético del
cuerpo humano y la generación de narcisismo con relación a la belleza. Sin
embargo, se debe tomar conciencia de esto y saber no somos “más que un collage
de todo lo que vemos, de la gente que nos rodea, de las modas e ideologías
impuestas. […] la suma de todas las personas que hemos conocido y de diversos
factores externos”.2

Es claro que Doazan lleva su obra a un nivel iconológico. En él, el campo de estudio
es la iconografía impuesta en la representación el género femenino que resulta ser
de gran relevancia en la sociedad actual. Supervenus maneja un campo simbólico
que puede ser de gran ayuda al tratar de descifrar la cultura visual en el contexto
capitalista.

Se ha hablado concretamente de la mujer como objeto visual para el uso de poder


ante las masas, ya que, como menciona Lipovetzky, separa y hace notoria la
dualidad de lo que está bien y lo que está mal. No es más que una simulación de lo
que se debería hacer, un grupo de personas controladas y sometidas por los que
tienen recursos: una relación de poder entre dominadores y dominados.

Entonces, ¿se debería continuar siguiendo estos cánones de belleza? Mi respuesta


es que, como tal, esto no lo podemos controlar. Estamos inmersos en una sociedad
saturada de datos e imágenes que te dicen cómo vivir. Toda esa información genera
en la población un criterio inconsciente de las pautas que se deben seguir para ser
“alguien”.

Desde mi perspectiva, es fundamental que las personas se cuestionen


constantemente qué y por qué son lo que son. Ser consciente de la posición que
uno ocupa como individuo dentro de la dinámica social, es el primer paso para
modificarla poco a poco.

2
Méndez, A. “El culto a la belleza Femenina” en Cultura Colectiva (sitio web), 19 de noviembre del 2015, Consultada el
13 de octubre del 2018, https://culturacolectiva.com/arte/culto-la-belleza-femenina/
Me parece que Supervenus posee un valor estético muy certero. Esto debido a que,
a lo largo de la historia, la “Venus” ha tenido un sentido iconológico relacionado con
lo sexual y que hace referencia al amor, la belleza y la fertilidad.

Baudrillard sugiere que hay una significación en la realidad de las cosas y que lo
real está vacío. Son los integrantes de la sociedad los que le ponen el sentido. Es
necesaria la representación de lo real para que sea significativa, pero ésta ya no es
lo que era, sino que ahora es un producto, un simulacro. Ocurre una suplantación
de lo real por signos que lo simbolizan. “Ya no estamos en una lógica de la
representación, hemos dejado de poder reconocer significados”.3

Desde mi punto de vista, Doazan ve a la mujer como un hibrido de la sociedad. Ésta


la moldea para que entre en cánones de belleza arbitrariamente impuestos. En la
animación se “muestra de una manera tragicómica cómo el cuerpo de una mujer se
modifica para llegar conseguir un ideal de la belleza que es difícil conseguir de forma
natural, sin pasar por salas de cirugía u otros métodos de tortura”.4 }

Esto es totalmente una simulación que se vende en nuestro sistema económico. Sin
embargo, se entra en el juego donde “disimular es fingir no tener lo que se tiene y
simular es fingir tener lo que no se tiene”.5

Además de que la animación funciona como crítica con un tono sarcástico, es


interesante cómo el autor maneja la técnica de collage en su obra. En lo personal
me agrada porque funciona como una analogía de lo que somos en realidad:
simulacros que han ido evolucionando a lo largo de la historia.

Somos un collage y el sistema nos maneja como un álbum de estampillas. Pone


sobre nosotros etiquetas de lo que deberíamos ser. Quita y agrega características

3
Umanoidemanme, “Baudrillard y la precesión de los simulacros” en Theorein Wordpress (sitio web), 18 de junio del
2010, Consultada el 14 de octubre del 2018, https://theorein.wordpress.com/2010/06/18/baudrillard-y-la-precesion-de-
los-simulacros/

4
Paula Aschel, “Animación que muestra las locuras por el patrón de belleza “en Jornal Da Moda Brasil (sitio web),
Consultada el 13 de octubre del 2018, http://www.jornaldamodabrasil.com/loucuras-que-fazemos-pela-beleza/
5
Baudrillard, J. (1978). La precesión de los simulacros [selección]. En Cultura y
simulacro. Barcelona: Kairós. 12
a su antojo, nos segmenta y divide en sectores sociales que se rigen por
simulaciones de formas de vida.

A lo largo de su corto, Doazan esboza una categorización de la mujer, un simulacro


total de lo que fue, es y será. ¿Podría ser que Gilles Lipovetzky también esté
hablando de esto en su obra La tercera mujer?

Sí, el filósofo francés analiza la estandarización de la imagen como sentido de poder


y señala cómo las féminas toman relevancia para la sociedad. Habla de la
concepción del género femenino en etapas importantes en la historia del arte: desde
la imagen de la mujer como divinidad máxima o como ‘’satanización’’. Lipovetzky
separa muy bien la parte significativa de éstas como el bien y el mal.

Me parece agradable el hecho de que ambas obras tienen puntos de contacto, como
la categorización de la sociedad, entre otras cuestiones. Doazan, por su parte, lo
hace muy bien con Supervenus, pues no dice ni más ni menos, representa la
realidad y lo hace muy bien: “La imagen es el reflejo de una realidad profunda. La
imagen no es la realidad, pero la refleja.”6

Todo esto es un tema vigente y complejo por el cual estoy interesado. La cuestión
de que la masa funciona por medio de la imagen me parece esencial al momento
de hablar sobre muchas de las problemáticas de la sociedad actual.

Considero que esto no es un asunto que podamos solucionar tan rápido. Reconozco
que debemos despertar y sobre todo ser conscientes acerca de la realidad de las
cosas, no dejarnos acosar por el mundo de las imágenes utilizadas como medio de
poder para controlar a las sociedades. ¡Sapere aude!

Una simple reflexión de lo que nos imponen hoy en día y tratar de entender lo que
pasa ante nuestros propios ojos. No ir por la vida encubriendo lo que en verdad
somos. Pienso que, de alguna forma, es imposible no poder caer en la simulación

6
Umanoidemanme, “Baudrillard y la precesión de los simulacros” en Theorein Wordpress (sitio web), 18 de junio del
2010, Consultada el 14 de octubre del 2018, https://theorein.wordpress.com/2010/06/18/baudrillard-y-la-precesion-de-
los-simulacros/
de tu personalidad. Al final creo que es muy poco certero decir que tenemos
originalidad, pues nuestra forma de pensar ha sido construida a través de la historia
del hombre.
Bibliografía

- Aschel, P. “Animación que muestra las locuras por el patrón de belleza “en Jornal Da
Moda Brasil (sitio web), Consultada el 13 de octubre del 2018,
http://www.jornaldamodabrasil.com/loucuras-que-fazemos-pela-beleza/:
- Baudrillard, J. (1978). La precesión de los simulacros [selección]. En Cultura y
simulacro. Barcelona: Kairós.
- Lipovetsky, G. (1999). El culto de la belleza femenina. En La tercera mujer. Barcelona:
Anagrama.
- Méndez, A. “El culto a la belleza Femenina” en Cultura Colectiva (sitio web), 19 de
noviembre del 2015, Consultada el 13 de octubre del 2018,
https://culturacolectiva.com/arte/culto-la-belleza-femenina/
- Umanoidemanme, “Baudrillard y la precesión de los simulacros” en Theorein
Wordpress (sitio web), 18 de junio del 2010, Consultada el 14 de octubre del 2018,
https://theorein.wordpress.com/2010/06/18/baudrillard-y-la-precesion-de-los-
simulacros/

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