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45 - Daños por retracción del hormigón
Madrid, 24 / 06 / 2011
El tema que nos ocupa en esta ocasión hace referencia a daños por deformaciones
intrínsecas del hormigón, como los que se producen por movimientos en el interior del
material, por los fenómenos debidos a la pérdida progresiva de agua, siendo éstos:
Podemos distinguir las fisuras que se forman cuando el hormigón se encuentra todavía
en estado plástico y se desarrollan durante las primeras horas (2-4), que son las de
exudación y las de afogarado y aquellas que surgen en el proceso de endurecimiento del
hormigón, que son las de retracción hidráulica.
Las fisuras por asentamiento plástico o de exudación son fisuras longitudinales cuya
trayectoria es la dirección de las armaduras o viguetas de forjado, los estribos de la parte
superior de las vigas o lateral de los pilares. Son difíciles de evitar.
Las fisuras por retracción hidráulica que surgen en el proceso de endurecimiento del
hormigón se manifiestan también en grupos y se cortan en ángulos rectos. Presentan
bordes agudos y bien definidos y atraviesan granos de árido (fisura transgranular).
Surgen en las primeras semanas del hormigonado.
Cuanto más rígida es una estructura, más coartada estará, con lo cual mayor retracción y
fisuración experimentará. Cuando una viga sufre la retracción se acorta, en caso de
pilares esbeltos, éstos la siguen, por lo que aparecen fisuras en el pie del pilar; sin
embargo, si los soportes son rígidos, surgen fisuras en la viga, ya que la propia rigidez
de los pilares impide el acortamiento de la viga. En el caso de muros de hormigón, si no
se han dejado juntas de retracción, el muro se fisurará cada 10-12 m, pudiendo aparecer
a su vez con el tiempo un nuevo grupo de fisuras intermedias.
En elementos superficiales las fisuras de retracción son muy habituales suponiendo las
armaduras un impedimento interior al libre acortamiento del hormigón. En el caso de
placas apoyadas en sus bordes y sin libertad de movimientos en las dos direcciones
principales, la fisuración suele presentarse a inglete, formando ángulo de 45º, junto a las
esquinas.
Fig. 2.- Fisuras en solera de garaje por retracción del hormigón por falta de juntas de retracción.
El hormigón armado retrae menos que el hormigón en masa, ya que en este caso no
existe coacción ninguna y el hormigón se fisura por tracción, pues su resistencia a este
esfuerzo es inferior a las tensiones provocadas por el acortamiento.
Para evitar la aparición de fisuras por retracción plástica se debe evitar una desecación
rápida del agua superficial, con una protección adecuada del hormigón durante las
primeras horas (por ejemplo mediante plásticos), aplicando un retardador de fraguado
que hace que disminuya el calor de fraguado ocasionando menores tensiones internas.
Para el caso de cimientos se han de colocar juntas según distancias que van a depender
de la época del año y tipo de clima, estando los valores entre 16 y 24 metros. En el caso
de muros, las distancias entre juntas verticales dependen de la altura del muro, no
debiendo separarse más de 7,5 m sea cual sea su altura. En pavimentos de hormigón las
juntas longitudinales no han de disponerse a más de 5 m y en el caso de las juntas
transversales la separación máxima suele ser de 7,5 m.
Ya que las fisuras por retracción influyen en la durabilidad del hormigón más que en su
resistencia las reparaciones van enfocadas en este sentido: evitar que se merme la
durabilidad de ese hormigón, para lo cual se pueden colmatar las mismas mediante
lechadas fluidas de cemento puro para evitar la entrada de agentes agresivos.
Bibliografía:
“Tecnología y terapéutica del hormigón armado”. Ismael Sirvent Casanova.
“Hormigón Armado”. Álvaro García Meseguer.
“El lenguaje de las fisuras”. Artículo revista BIA. Ismael Sirvent Casanova.
“Juntas de dilatación en edificios”. INTEMAC.
“Cortante y punzonamiento. Teoría y práctica”. Florentino Regalado Tesoro.