You are on page 1of 4

“Señor, te encuentro en tu Palabra”

LA BIBLIA: me acompaña en mi vida.


"Tus Escrituras sean mis castas delicias; que ni yo me engañe acerca de
ellas, ni engañe a los otros con ellas. Concédeme tiempo para meditar sobre
los secretos de tu ley, no cierres la puerta a quien a ella llama. No en vano
hiciste escribir tantas páginas impregnadas de misterio: Señor, realiza tu
obra en mí y desvélame aquellas páginas. He aquí que tu voz es mi alegría,
tu voz está para mí por encima de toda dulzura. No abandones tus dones, ni
eches en olvido esta hierba del campo sediento. Haz que encuentre gracia
en tu presencia, y que se me abran, cuando llamo a la puerta, los secretos
íntimos de tu palabra. Te lo pido por nuestro Señor Jesucristo, en quien
están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y ciencia. Estos tesoros
son los que yo busco, oh Señor, en tus libros".
(San Agustín, Confesiones XI, 2,3-4)

¿Cómo se divide la Biblia?

La Biblia se divide en dos grandes partes: Antiguo Testamento y Nuevo


Testamento. La palabra “testamento” significa pacto o alianza, que Dios
hizo con los hombres.

El Antiguo Testamento comprende lo sucedido desde la creación del


mundo, hasta que llegó el tiempo de la venida del Hijo de Dios, y contiene
los pactos o testamentos que hizo Dios con los primeros padres, con los
patriarcas (Noé, Abraham, Moisés), con los profetas y con el pueblo de
Dios. Narra también los éxitos que obtuvieron quienes cumplieron estos
pactos o testamentos, y los fracasos que sufrieron quienes no los
cumplieron. Por eso, la Biblia nos enseña a hacer el bien y a evitar el mal.
El Nuevo Testamento contiene lo que sucedió desde el nacimiento del
Hijo de Dios en Belén, sus enseñanzas, su vida, su Pasión, su Muerte,
Resurrección y Ascensión a los cielos. Y, además, la historia de los
apóstoles, las cartas de algunos de ellos, y el libro de Apocalipsis. El
primer pacto que hizo Dios fue con Moisés. El segundo pacto o Nueva
Alianza lo hizo a través de Jesucristo, su Hijo. El antiguo Pueblo de Israel
viene ahora sustituido con un nuevo Pueblo: La Iglesia, fundada por Jesús.
El Antiguo es preparación para el Nuevo y ambos están estrechamente

1
unidos. Ambas Alianzas constituyen la historia de la salvación, en la cual
Dios interviene con sus palabras y con sus obras en la vida de los hombres
para llevar a cabo su plan.
 La Biblia es palabra de Dios porque ha sido escrita por inspiración de
Dios. La inspiración es el influjo del Espíritu Santo en el autor humano
al escribir la Biblia para transmitir el mensaje de salvación.
 La Biblia no nos quiere enseñar principalmente cuestiones científicas, o
de otra rama de las ciencias humanas; sino las verdades que se
refieren al misterio de la salvación.

Aprendiendo a usar la Biblia.

 Cada libro de la Biblia se divide en capítulos y cada capítulo en versículos.


 Se indica primero el libro, de modo abreviado (Ej. Lc: Evangelio de Lucas, Mt:
Mateo, Mc: Marcos, Jn: Juan, etc.).
 La primera cifra indica el capítulo y la segunda, separada por una coma, el
versículo. Así, Lc 2, 4 significa: Evangelio de Lucas, capítulo 2, versículo 4.
 El guión sirve para unir varios versículos (o capítulos). Lc 2, 4-8 significa:
Evangelio de Lucas, capítulo 2, versículos del 4 al 8 (incluido).
 El punto separa versículos diferentes del mismo capítulo: Lc 2, 4.8.11 remite
a los versículos 4, 8 y 11 del capítulo 2 del Evangelio de Lucas.
 La "ss" añadida a una cifra significa "y siguientes": Lc 2, 4ss indica que hay
que leer el versículo 4 y los siguientes versículos del capítulo 2.
Ej: Mt 9,1-5: Evangelio según San Mateo: Capítulo 9, versículos del 1 al 5:

Desde – Hasta
Capítulo inclusive

Abreviatura
del Libro
Mt 9, 1-5
No lleva punto Versículos
de abreviación

2
Propuesta para la oración: El llamado de Mateo. (Mt 9,9-13)
9Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que
estaba sentado a la mesa de recaudación de
impuestos, y le dijo: «Sígueme.» El se levantó y
lo siguió. 10Mientras Jesús estaba comiendo en la
casa, acudieron muchos publicanos y pecadores,
y se sentaron a comer con él y sus discípulos.
11Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: «¿Por qué su Maestro

come con publicanos y pecadores?». 12Jesús, que había oído, respondió:


«No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los
enfermos. 13Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no
sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los
pecadores.».
La “Lectio Divina”
1.- Lectio: ¿qué dice la Palabra?
Es el momento de la escucha en el recogimiento. Leo el texto que
he escogido. La repito una y otra vez sin cansarme, en voz alta, en
voz baja… Escucho a una Persona viviente, Autor de este mensaje
que me es dirigido personalmente. Puedo escribir el texto que he
escogido. Si es posible, lo memorizo. Me tomo el tiempo de
recibir por largo tiempo esta Palabra, como si la leyera por primera vez.
Me empeño en buscar su verdadero sentido en plenitud. Interrumpo mi
lectura con grandes silencios de adoración. Inspiro, expiro… Dejo al
Espíritu Santo que haga descender esta Palabra en mi corazón.

2.- Meditatio: ¿qué me dice la Palabra?


Del texto que acabo de leer, escojo algunas palabras para meditar.
Por la rumia constante, la repetición incansable las aprendo de
memoria, las alojo en mi corazón como lugar de donde pueden
emerger como recuerdo, armonizándose unas con otras,
profundizándose, explicándose mutuamente, descubriendo de este modo
el sentido cada vez más hondo que las habita. Escribo otras palabras de
Dios que iluminen el sentido de la Palabra que estoy meditando. El Autor
del Libro (Dios) se dirige a mi libertad a través de esta Palabra. (Escribo…)

3
3.- Oratio: ¿qué digo a la Palabra?

La Palabra no me informa del hecho de Cristo, sino que crea


mi contacto vivo con ese hecho. En un diálogo de amor con el
Autor del Libro, brotan de mi corazón clamores, gritos de
mendicidad, a veces lágrimas. En mi impotencia para cambiar,
dejo que mi corazón sea traspasado por mi miseria y por el Amor de Dios.
Entro en conversación con Dios. Un encuentro continuo entre la
misericordia infinita de Dios y mi miseria. Puedo escribir mi oración…

4.- Contemplatio

Mendigo de Dios el don gratuito de la oración continua del


corazón. El Espíritu del Hijo amado del Padre se une a mi
espíritu y me hace clamar con gemidos inenarrables: Abba,
Padre. Esta entrada en la relación filial del Hijo único con su
Padre en su Espíritu de Fuego es silencio de comunión con la Vida de
Amor de las Tres Personas Divinas. A través de los actos de
transformación que hago con Él, Jesús me atrae a recibir su Amor hasta el
punto de que ya no soy yo quien vivo sino Cristo quien vive en mí.

Salmo 118: Lámpara es tu Palabra para mis pasos

Yo te busco de todo corazón, aparta de mis ojos lo que es vano


no permitas que me aparte de tu Ley; dame vida, Señor, con tu Palabra;
guardo tu Palabra en mi interior cumple conmigo la promesa
para nunca pecar contra Ti; que hiciste a tus fieles.

en tus preceptos está mi alegría, Me creaste y formaste con tus manos,


no olvidaré tus palabras; instrúyeme en tu ley;
bendíceme, Señor, para que viva tus mandamientos son mi alegría,
cumpliendo tu ley. los amo intensamente;

Condúceme por la senda de tu ley para mí, vale más tu Palabra


porque ella es mi alegría; que el oro y la plata;
inclina mi corazón a tus preceptos tu Palabra es lámpara para mis pasos
sin que busque mi provecho; y luz en mi camino.

You might also like