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“DERECHO ADMINISTRATIVO”

Concepto:

“El derecho administrativo es una rama de derecho público que tiene por objeto
el estudio de la Administración Pública -en sentido subjetivo como el conjunto
de órganos que integran el Ejecutivo y la actividad que realizan-, y debe
entenderse como el Derecho del Estado, es decir, al aplicable a las relaciones
humanas entre las cuales una de ellas es el Estado”.

El derecho administrativo es un conjunto de principios y normas de derecho


público interno.

En primer lugar debemos decir que no es un derecho codificado, es decir, que


existen un sin número de leyes que regulan la materia pero que no se encuentran
agregadas en un texto único.

Esta rama del derecho público, se integra también con los principios generales
del derecho, la doctrina y la jurisprudencia.

El derecho administrativo es el derecho de la Administración Pública y está regida


por principios y normas que le son propios, distintos al derecho privado.

La Administración Pública en relación a los particulares se encuentra en un plano


superior, en virtud de las prerrogativas que posee el Estado, toda vez que las
relaciones son de subordinación y no de coordinación como lo son en el derecho
privado.

El derecho administrativo posee una nota peculiar y se vincula con las


prerrogativas que componen lo que conocemos como “régimen exorbitante” que
se configura como un sistema propio y típico del derecho administrativo, así lo
sostiene el Dr. Cassagne.

Ahora bien, el derecho administrativo no solo estudia las relaciones entre la


Administración y los particulares sino también tiene por objeto el estudio de las
relaciones entre distintos entes públicos, a las que llamamos relaciones ínter
administrativas e ínter orgánicas y que más adelante desarrollaremos.

También el derecho administrativo estudia todo lo relativo al control de la


actividad administrativa ya sea de tipo administrativo como de tipo judicial, el
que se hace efectivo a través del procedimiento administrativo y posteriormente
a través del proceso contencioso administrativo.

Caracteres:

El derecho administrativo es:


 Un derecho nuevo, porque es de formación reciente a partir del
nacimiento del Estado de Derecho.
 Mutable, porque se encuentra en permanente transformación.
 En formación, porque es una ciencia en construcción.
 De carácter local, por la multiplicidad de normas dictadas por las
autoridades provinciales.
 Disciplina autónoma, distinta al derecho privado, con principios que le
son propios.

En consecuencia, podemos decir que el “Derecho Administrativo”, es el


conjunto de principios y normas que regulan y rigen una de las funciones del
poder “La Administrativa” y el derecho administrativo constituye el régimen
jurídico de la función administrativa. Asimismo podemos definir a la función
administrativa como “la actividad directa, inmediata, tendiente a la satisfacción
de cometidos estatales a través de la realización de los “actos de la
administración”, a saber;
 acto administrativo: lo podemos definir como toda declaración
unilateral de voluntad dictada en ejercicio de la función administrativa,
productora de efectos jurídicos individuales en forma directa.
 contrato administrativo: es toda declaración bilateral, productora de
efectos jurídicos entre dos o más personas, de las cuales una debe
encontrarse en ejercicio de la función administrativa.
 simple acto de la administración, es una declaración unilateral interna
o interorganica que produce efectos jurídicos individuales en forma
directa.
 hecho administrativo, es toda actividad material traducida en
operaciones técnicas o actuaciones físicas dentro de la función
administrativa productora de efectos jurídicos directos e indirectos.
 reglamento administrativo, es toda declaración unilateral efectuada en
ejercicio de la función administrativa que produce efectos jurídicos
generales en forma directa.

En consecuencia, las formas jurídicas administrativas constituyen los modos de


exteriorización de la voluntad administrativa.

Objeto:

El objeto del Derecho Administrativo lo constituye la “función administrativa”.


Y lo podemos clasificar de la siguiente manera:
En razón de la materia, puede ser activa; cuando la actividad de la
administración es decisoria, resolutiva y directa, ejemplo de ello puede ser el
nombramiento de un agente público, consultiva; se produce cuando a través
de dictámenes u opiniones los órganos consultivos asesoran a los órganos que
ejercen función activa activos y de control; se vincula con el control que ejercen
unos órganos sobre otros, ejemplo de ello lo constituye la Auditoria General de
la Nación.
En razón de los sujetos, del órgano ejecutivo; se vincula con la actividad que
despliega el Poder Ejecutivo, Jefe de Gabinete y Ministros, del órgano legislativo,
es la actividad desplegada por el Poder Legislativo que abarca el control ínter
orgánico, como en el caso de juicio político y del órgano judicial, que es la
actividad desplegada que no contiene carácter de verdad legal.
En razón de la organización, centralizada; se produce cuando las
atribuciones se encuentran reunidas en los órganos superiores de la
Administración (Ej. Ministros), descentralizada; se produce cuando a través de
una ley la Administración Central, confiera personalidad jurídica propia a otros
órganos y que actúan en nombre propio bajo el control del Poder Ejecutivo (Ej.
Universidades Nacionales) y desconcentrada, se produce cuando a través del
dictado de una ley la Administración Central confiera atribuciones a órganos
inferiores pero sin dotarlos de personalidad jurídica propia, ejemplo de ello lo
constituye la Policía Federal.
En razón de los efectos, internos, la función administrativa produce efectos
dentro del ente de que se trata y son externos, cuando se producen dichos
efectos respecto de los administrados.
En razón de la estructura, unipersonal, se produce cuando la función es
ejercida por un órgano integrado por una sola persona o colegiada, cuando la
función es un órgano compuesto por más de una persona.
En razón de la regulación, reglada; cuando una norma jurídica indica la
conducta a seguir por el órgano administrativo y discrecional, cuando el órgano
en virtud de la oportunidad, mérito y conveniencia y de acuerdo a su leal saber
y entender opta y decide como actuar.

Organización Administrativa:

Concepto
Hemos dicho en el capitulo primero que la Administración Pública está
compuesta por el conjunto de órganos que forman parte del Poder Ejecutivo, en
este supuesto estaríamos ante una Administración “Centralizada”.
Sin embargo la Administración Pública también se compone de las llamadas
“Entidades Descentralizadas” que gozan de personalidad jurídica propia
separada de la persona pública Estado.
Ahora bien, para que la actividad de la Administración Pública sea más eficiente,
es necesario una estructura y principios que regulen el funcionamiento de la
misma, a través de la estructuración de órganos y entes, cada uno con
atribuciones propias.
Por ello, podemos definir a la Organización Administrativa como:
“El conjunto de normas que regulan las atribuciones, la composición y
el funcionamiento del aparato administrativo”.
En el párrafo precedente citamos que la Administración Pública está compuesta
por órganos y entes.
Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre ambos conceptos?
El “órgano” en principio estaría compuesto por dos elementos:
uno objetivo, compuesto por los poderes o facultades y uno subjetivo,
representado por a voluntad y capacidad de las físicas que desempeñan la
titularidad del órgano.
Dentro de esta concepción, el órgano, forma parte de la persona jurídica pública
estatal, entonces podemos decir que el órgano se encuentra dentro del “ente”
sirviendo como un medio del que se sirve para actuar.
Por último, la posición que ocupa la persona física en un órgano dentro de la
persona pública estatal se denomina “cargo”.

Principios jurídicos de la Organización Administrativa:


Con el objeto de instaurar una organización jurídica – pública es necesario
estudiar los cuatro principios jurídicos: jerarquía, competencia,
centralización y descentralización.
Jerarquía: El Dr. Cassagne define a la jerarquía como “el conjunto de
órganos armónicamente subordinados y coordinados”. Dentro de la
jerarquía podemos decir que implica la existencia de líneas y grados. La línea
está conformada por el conjunto de órganos en sentido vertical y el grado es la
posición que ocupan los órganos en dicha línea. La principal característica de la
jerarquía es que se trata de una relación entre órganos de un mismo ente
administrativo y no entre distintos sujetos administrativos. La superioridad
jerárquica se da siempre se haya superioridad de grado en la línea. Como
consecuencia de la jerarquía, los órganos superiores tienen ciertas facultades
tales como: dirigir e impulsar la actividad del órgano inferior, vigilar y controlar
la actividad de los órganos inferiores, delegar facultades de emitir determinados
actos que correspondan a su competencia, designación de funcionarios.
Competencia: Suele definírsela como “el conjunto de atribuciones que
corresponden a los órganos y sujetos estatales que les permiten actuar
conforme a derecho y distinguirlos de los demás”. Todo ente tiene
asignadas determinadas funciones y el ente actúa a través de sus órganos.
Caracteres de la competencia: Es objetiva, toda vez que surge de una
norma, es obligatoria, tanto el órgano como el ente tienen el deber de realizar
la tarea dentro de las atribuciones conferidas, es improrrogable, a menos que
la delegación o la sustitución estuviera autorizada, es irrenunciable pertenece
al órgano y no a la persona física que lo integra e intransferible, el órgano debe
ejercer su propia competencia no pudiendo cederla otro, salvo en el caso de
delegación.
Excepciones a la improrrogabilidad de la competencia: El Articulo 3° de la
Ley Nacional Nro. 19.549 establece como excepción las siguientes figuras:
“delegación” y “avocación”. La delegación consiste en la decisión del órgano
superior de transferirle parte de su competencia a un órgano inferior. Y la
avocación es le proceso mediante el cual el órgano superior asume parte de la
competencia que le corresponde al inferior.
Clasificación: En razón de la materia, se vincula con los cometidos
específicos o actividad que debe satisfacer el ente, en razón del grado, se
relaciona con la posición que ocupa un órganos dentro de la estructura a la que
pertenece; en razón del territorio, se refiera a la circunscripción territorial
dentro de la cual el órgano va a cumplir sus cometidos estatales, y por último,
en razón del tiempo, se relaciona con el tiempo de duración de la competencia,
la regla general es que la competencia es permanente.

Sistemas de Estructuración Administrativa


El Estado para el cumplimiento de sus fines, debe contar con una estructura
administrativa y ésta última puede asumir distintas formas:
“Centralizada”,
“Descentralizada”,
“Desconcentrada”,
Ahora bien, pero antes de adentrarnos en el estudio las distintas formas jurídicas
adoptadas por el Estado en materia de organización administrativa, corresponde
efectuar una breve distinción del concepto de persona para luego abordar el
análisis correspondiente. El artículo 30 del Código Civil define el concepto de
persona “como todo ente susceptible de adquirir derechos y contraer
obligaciones”.
Las personas las podemos dividir en:
 Personas de existencia visible
 Personas de existencia ideal
Y a las personas de existencia ideal las podemos clasificar en:
Personas Jurídicas Privadas (sociedades civiles y comerciales, asociaciones y
fundaciones);
Personas Jurídicas Públicas (Estado Nacional, las provincias, los municipios,
las entidades autárquicas);
El criterio de distinción entre las personas jurídicas públicas y privadas está dada
fundamentalmente en que:
Los entes públicos son creados por el Estado, en cambio los privados por los
particulares.
Los entes públicos persiguen un fin público mientras que las privadas persiguen
fines privados.
Los entes públicos gozas de ciertas prerrogativas de las cuales carecen los entes
privados.
Los entes públicos se rigen por el derecho público y los entes privados por el
derecho privado.
Ahora bien, en lo que respecta a nuestra materia nos interesa el estudio y
análisis de las “personas jurídicas públicas” que a su vez las podemos
clasificar en “estatales y no estatales”.
Pero cabe preguntarse ¿Cuál es el criterio de distinción entre unas y
otras?
Tal como lo señala el Dr. Cassagne existen diferentes concepciones para asignar
carácter estatal a una entidad.
1. La primera de ellas está vinculada a la “satisfacción de fines específicos
del Estado, y no fines comerciales o industriales...”
2. La segunda de ellas, se relaciona con que “el capital sea íntegramente
estatal es decir, de propiedad del Estado”.
3. La tercera, entiende que “si la persona jurídica pública pertenece a los
cuadros de la Administración Pública, se caracteriza por revestir el
carácter de estatal”.
Las personas jurídicas públicas estatales gozan de las siguientes características:
Son creadas por ley o decreto,
Tienen personalidad jurídica propia,
Su patrimonio es íntegramente estatal,
Sus bienes son de dominio público,
Y responden en forma directa por sus actos y los de sus órganos,
Dictan actos administrativos y celebran contratos administrativos.
A su vez, teniendo en cuenta la actividad que realizan podemos clasificar a las
personas jurídicas públicas estatales en:
Aquellas que realizan una actividad administrativa, denominadas ENTIDADES
AUTARQUICAS.
Aquellas que realizan una actividad comercial e industrial, denominadas
EMPRESAS DEL ESTADO Y SOCIEDADES DEL ESTADO.
Y las personas jurídicas públicas no estatales revisten las siguientes
características:
Su patrimonio no es estatal,
Sus bienes no integran el dominio público del Estado,
Tienen personalidad jurídica propia,
Sus empleados no son funcionarios públicos,
Sus decisiones no constituyen actos administrativos.
En consecuencia, no pertenecen orgánicamente al Estado ni integran la
Administración Pública.
Ahora bien, habiendo efectuado un breve análisis de la distinción entre persona
jurídica pública estatal y no estatal, en este acápite estudiaremos la
Administración Central y la Administración Descentralizada.
La Administración Central
La Administración Pública como ya hemos adelantado está compuesta por el
conjunto de órganos y entes estatales estructurados orgánicamente.
El Poder ejecutivo tiene a su cargo con exclusividad la función administrativa,
aunque también en ciertas situaciones ejerce funciones legislativas.
Los Poderes Legislativo y Judicial, tienen la función de legislar y juzgar,
respectivamente.
Pero en este acápite únicamente nos abocaremos al estudio de la actividad que
desarrolla el Poder Ejecutivo.
A nivel nacional la organización administrativa está representada por el Poder
Ejecutivo, sin perjuicio de que en el país rige la forma federal de gobierno y por
lo tanto supone la coexistencia de dos órdenes de autoridades y organizaciones
administrativas.
Dentro de la estructura del Poder Ejecutivo coexisten dos estructuras básicas:
la administración central y la administración descentralizada que supone la
creación de una
nueva persona jurídica vinculada al Poder Ejecutivo.
Tal como lo hemos estudiado en la primera parte de la materia, el Poder
ejecutivo está representado por un ciudadano que ostenta el título de Presidente
de la Nación y el Jefe de la Administración Pública Nacional, así lo prescriben los
artículos 87 y 99 inc. 1ª de la Constitución Nacional.
Las atribuciones del Poder ejecutivo se encuentran plasmadas en el los distintos
incisos del artículo 99 del texto constitucional, pero recordemos que dicha
enumeración no es taxativa, porque también se completa con otros disposiciones
de la Constitución Nacional.
Repasando alguna de ellas podemos citar:
Facultades políticas
Facultades normativas
Facultades administrativas
También hemos dicho que tiene a su cargo la Jefatura de Gobierno, es el
Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, es el Jefe de la Administración
Pública y es el Jefe de Estado. Y con facultades excepcionales puede conmutar
penal y aplicar el indulto.
La figura del Jefe de Gabinete incorporada en la reforma constitucional de 1994,
tuvo por objeto atenuar la figura del Poder Ejecutivo, muestra de ello lo
constituye la emisión de los
decretos de necesidad y urgencia dictados por el Presidente de la Nación pero
que para que sean constitucionalmente legítimos es necesario el acuerdo general
de ministros conjuntamente con el Jefe de Gabinete (articulo 99 inciso 3º).
Se supone que la relación entre ambos es de tipo jerárquica, toda vez que el
Presidente de la Nación tiene la facultad de nombrarlo y removerlo, impartirle
instrucciones, por lo tanto la relación no sería de coordinación, sino de
subordinación.
Y la relación que vincula al Jefe de Gabinete con los Ministros es de tipo
jerárquica, porque el primero ejerce la Presidencia en las reuniones de Gabinete
(Art. 100, inc. 5º), hace recaudar las rentas de la Nación (Art. 100 inc. 7º),
ejecuta la Ley de Presupuesto y ejerce la Administración General del País (Art.
100 inc. 1º).
Cono consecuencia de lo expuesto no hay duda de que la relación entre ambos
es jerárquica.
Los Ministros, en nuestro sistema constituyen el llamado “gabinete”. Cada uno
de los Ministros constituye un órgano diferenciado de los otros con poderes
propios relativos a la
competencia asignada y ejercen la jefatura de cada uno de los ministerios.
Según Cassagne, actúan como secretarios del Poder ejecutivo, refrendan y
legalizan los actos del Presidente de la Nación y sin ese requisito carecen de
eficacia.
El refrendo es un acto de “legalización” necesario para la validez de los actos
emitidos por el Presidente de la Nación.
Asimismo, dentro de la estructura del Poder Ejecutivo también se han creado
Secretarias y subsecretarias bajo la dependencia directa del mismo y se
encuentran en un escalafón
inmediatamente inferior los ministros.
La Administración Descentralizada
Tal como lo hemos reseñado oportunamente dentro de la Organización
Administrativa encontramos distintas formas jurídicas que pueden revestir las
entidades públicas estatales dependiendo de la actividad que estas realicen,
tales como Entidades Autárquicas, Empresas del Estado y Sociedades del Estado.
Régimen jurídico de las Entidades Autárquicas:
De acuerdo a lo prescripto por el Artículo 33 del Código Civil, las entidades
autárquicas son personas jurídicas públicas estatales, con funciones
administrativas o de gestión de servicio público.
Las entidades autárquicas las podemos clasificar en “territoriales” cuando su
actuación se limita a una circunscripción territorial; ejemplo de ello lo
constituyen los municipios. Ahora si la entidad cumple una finalidad de servicio
público, se trata de una entidad autárquica “institucional”.
En cuanto a su creación podemos decir que pueden ser creadas tanto por ley del
Congreso como por Decreto del Poder Ejecutivo y no poseen un régimen jurídico
normativo propio, toda vez que cada uno de los entes se debe regir por la norma
de su creación. En cuanto a su patrimonio, y tal como dijimos oportunamente es
íntegramente estatal.
Su personal reviste la calidad de empelado público.
Emiten actos administrativos y celebran contratos administrativos.
Las Empresas del Estado:
A diferencia de las entidades autárquicas, las empresas del Estado tienen por
objeto la realización de actividades industriales o comerciales o servicios públicos
de esa naturaleza, pero su régimen jurídico es mixto, es decir, de derecho
público y derecho privado.
El Dr. Cassagne reseña que “los servicios públicos de carácter industrial o
Universidad comercial han sido definidos como aquellos que prestan empresas
administrativas que aseguran prestaciones a los particulares por el ejercicio en
forma habitual de actos de comercio, sin adquirir la calidad de comerciantes en
el sentido del derecho privado”.
En nuestro país podemos citar como empresas del estado a “YPF” “Gas del
Estado” “Ferrocarriles” que mas tarde se transformaron en “Sociedades del
Estado” y finalmente privatizadas. El Poder ejecutivo tiene a su cargo la creación
de las Empresas del Estado y tiene la potestad de disolverlas.
El régimen jurídico mixto prevé que si el funcionario reviste una función ejecutiva
o de dirección estaría regida por el derecho público, mientras que los restantes
se rigen por el
derecho privado.
Las Sociedades del Estado:
La figura de la Sociedad del Estado obtuvo reconocimiento legal a partir de la
sanción de la Ley Nro. 20.705 que prevé la utilización de formas privadas por
parte del Estado, toda vez que su régimen es el de la legislación societaria,
utilizando la forma de Sociedad Anónima.
La principal característica de este tipo de sociedad es que no se permite el
ingreso de capitales privados y únicamente pueden ser socios el Estado Nacional
las provincias, los municipios, los organismos estatales y otras sociedades del
estado, por lo tanto su capital es íntegramente estatal y no se les aplica el
procedimiento concursal.

Administración consultiva y contralor


La Organización consultiva:
Dentro del ámbito de la Administración Central y Administración Descentralizada
y cuya dirección es desempeñada por el Poder Ejecutivo, la “Procuración
General de la Nación” cumple una función de asesoramiento jurídico. Es un
órgano que equivale al de Secretario Ministerial y sus funciones son: asesorar
jurídicamente al Estado Nacional en juicio, dirige el cuerpo de abogados del
Estado , que está integrado por todos los servicios de asesoramiento jurídico del
Estado Nacional y entidades descentralizadas y representa al estado Nacional en
Juicio y dirige al Cuerpo de Abogados del Estado. La ley nacional de
procedimientos administrativos exige la intervención permanente de
asesoramiento jurídico previo a la emisión de cualquier acto, anticipando que los
actos dictámenes no producen efectos directos hacia los administrados y por lo
tanto no podrán se impugnados mediante la interposición de recursos.
La Organización de control:
La reforma constitucional de 1994 incorporo una nueva institución tendiente a
efectuar el
control externo del sector público nacional en sus aspectos patrimoniales,
financieros y económicos a cargo de la “Auditoria General de la Nación”, su
competencia está dirigida al control de legalidad, gestión y auditoria de toda la
actividad de la Administración Pública Centralizada y Descentralizada”.
El control interno de la actividad de la Administración se encuentra a cargo de
la “Sindicatura General de la Nación (SIGEN)”. Este sistema de control se
compone con las Unidades de Auditorías Internas (UAIS), creadas dentro de
cada jurisdicción y en las entidades que dependen del Poder Ejecutivo.

Formas Jurídicas Administrativas:

 Acto Administrativo:

Concepto:

“Es toda declaración unilateral efectuada en ejercicio de la función


administrativa que produce efectos jurídicos individuales en forma
directa”.

La función administrativa es la nota cualificadora del derecho administrativo toda


vez que el acto es dictado en ejercicio de la función administrativa.

La actividad de la Administración Pública se expresa a través de declaraciones


intelectuales que dependen de un solo sujeto: El Estado o ente Público no
estatal.
Dicha declaración es unilateral, por lo que descartamos los actos administrativos
bilaterales y el administrado no interviene en la preparación del acto, pero si
puede ser causa de su formación, pero debemos adelantar que dicha voluntad
no constituye un elemento ni presupuesto esencial del acto para que el mismo
sea válido.

Dijimos también que el acto administrativo produce efectos jurídicos; esto


significa que genera derechos y obligaciones tanto para la administración como
para el administrado.

Dichos efectos son directos y surgen del mismo acto no estando subordinaros a
ningún acto posterior, con esto adelantamos que las propuestas, dictámenes,
pericias e informes no constituyen actos administrativos en virtud de que son
meros actos preparatorios de la voluntad administrativa. Es decir, que se
producen hacia los administrados, agentes u órganos o entes administrativos,
es decir, dentro y fuera de la órbita de la administración.

Como ejemplo de acto administrativo podemos citar la resolución dictada por


ANSES que otorga el beneficio jubilatorio o el reconocimiento de materias a favor
de un nuevo ingresante por parte de la UNTREF aprobadas por otra Universidad.

Elementos del acto:

Resulta necesario estudiar los elementos del acto administrativo porque su


validez depende de la existencia de ellos, es decir que si faltan alguno de estos
requisitos o si se encuentran viciados, el acto es nulo de nulidad absoluta, con
estos queremos decir que no pueden subsanarse y vuelve la situación al estado
anterior como si no se hubiera dictado el acto.

La ley nacional de procedimientos administrativos Nro. 19.549 en su artículo 7º


enumera los requisitos esenciales del acto administrativo y cuya parte pertinente
dice:
“Son requisitos esenciales del acto administrativo los siguientes:
Competencia:
a. Ser dictado por autoridad competente.
Recordemos, que la competencia es el conjunto de atribuciones o facultades que
le corresponden a un órgano para dictar actos administrativos, a la que podemos
estudiar en
razón de la materia, en razón del grado, en razón de tiempo y en razón del lugar.
b. Causa:
Deberá sustanciarse en los hechos y antecedentes que le sirvan de causa y en
el
derecho aplicable.
Podemos agregar que la causa constituye todos los antecedentes de hecho y
derecho que dieron lugar al dictado del acto administrativo. La causa responde
al ¿Por qué? del acto administrativo.
c.Objeto:
El objeto debe ser cierto y física y jurídicamente posible, debe decidir todas las
peticiones formuladas, pero puede involucrar otras no propuestas, previa
audiencia del interesado y siempre que ello no afecte derecho adquiridos.
El objeto versa sobre el contenido del acto y es lo que el acto decide, certifica u
opina.
También lo podemos definir como la resolución que toma la Administración para
un caso
concreto.
d. Procedimientos:
Antes de su emisión deben cumplirse los procedimientos esenciales y
sustanciales previstos y lo que resulten implícitos del ordenamiento jurídico. Sin
perjuicio de lo que establezcan otras normas especiales, considerase también
esencial el dictamen proveniente de los servicios permanentes de asesoramiento
jurídico cuando el acto pudiere afectar derechos subjetivos e intereses legítimos.
Agregamos que el “procedimiento” constituye todos los pasos a seguir por la
Administración hasta el dictado del acto administrativo y tiene que ver con todas
las formalidades esenciales que le impone la ley, en cambio los pasos posteriores
a la emisión del acto corresponden a la forma del acto administrativo.
e. Motivación:
Deberá ser motivado, expresándose en forma concreta las razones que inducen
a emitir el acto, consignando, además, los recaudos indicados en el inc. B) del
presente artículo.
La Administración al emitir un acto administrativo deberá tener una “razón” para
hacerlo, un motivo expresado en forma concreta. La motivación es la
exteriorización de la causa.
f. Finalidad:
Habrá de cumplirse con la finalidad que resulte de las normas que otorgan las
facultades pertinentes del órgano emisor, sin poder perseguir encubiertamente
otros fines, públicos o privados, distintos de los que justifican el acto, su causa
y objeto. Las medidas que el acto involucre deben ser proporcionalmente
adecuada a aquella finalidad. Los contratos que celebre el Estado, los permisos
y las concesiones administrativas se regirán por sus respectivas leyes especiales,
sin perjuicio de la aplicación analógica de las normas del presente titulo, si ello
fuere precedente.
Por último, la finalidad responde al ¿para qué? del acto administrativo, que no
ser ni más ni menos que la satisfacción del interés público.

Seguidamente el artículo 8º de la citada ley prescribe lo siguiente:


“El acto administrativo se manifestara expresamente y por escrito,
indicara el lugar y fecha en que se lo dicta y contendrá al firma de la
autoridad que o emite solo por excepción y si las circunstancias lo
permitieren podrá utilizarse una forma distinta”.

De lo citado precedentemente se entiende por “forma” del acto administrativo el


modo a
través del cual se instrumenta y se da a conocer la voluntad administrativa.
La forma para los actos administrativos no hay dudas que deben ser escritos. La
admisión de la forma verbal debe ser interpretada en forma restrictiva y se aplica
en casos de urgencia de no poder emplear la forma escrita.

El artículo 11º prescribe:


“Para que el acto administrativo de alcance particular adquiera eficacia
debe ser objeto de notificación al interesado y el de alcance general de
publicación. Los Administrados podrán antes, no obstante, pedir el
cumplimiento de eso actos si no resultaren perjuicios para el derecho
de terceros”.

Es decir, que para el acto administrativo produzca efectos, es decir, el


nacimiento de derechos y obligaciones tanto para la Administración como para
el administrado es necesario que el acto se encuentre debidamente notificado.
Con ello decimos que no es factible la publicación de los actos administrativos,
toda vez que corresponde a los reglamentos administrativos.

Son elementos accidentales del acto administrativo:


Plazo, indica el término en el que el acto comienza a producir efectos.
Condición, se entiende el acontecimiento futuro o incierto al cual se subordina
el nacimiento o extinción de los efectos del acto administrativo que puede ser
suspensiva o resolutoria.
Modo, consiste en una carga u obligación que se le impone al administrado.

Caracteres:
Los caracteres jurídicos esenciales del acto administrativo son:

 Presunción de legitimidad: el Artículo 12° de la Ley Nacional de


Procedimientos Administrativos prescribe que el acto administrativo goza
de presunción de legitimidad, su fuerza ejecutoria faculta a la
Administración a ponerlo en práctica por sus propios medios –a menos
que la ley o la naturaleza del acto exigieren la intervención judicial- e
impide que los recursos que interpongan los administrados suspendan su
ejecución y efectos salvo que una norma expresa establezca lo contrario.
Sin embargo, la Administración podrá de oficio o a pedido de parte
mediante resolución fundada, suspender la ejecución por razones de
interés público, o para evitar perjuicios graves al interesado, o cuando se
alegare fundadamente una nulidad absoluta.
De la lectura del citado artículo se desprende que mientras la nulidad
del acto no haya sido declarada se presume que el mismo ha sido dictado de
acuerdo al ordenamiento jurídico, es decir que no se necesita que el acto sea
declarado legítimo, porque se presupone que la actividad de la Administración
es legítima.

Tal como lo reseña el Dr. Cassagne; “la presunción del legitimidad


constituye un principio del acto administrativo que encuentra
fundamento en la presunción de validez que acompaña a todos los actos
estatales, principio en el que se basa a su vez el deber del administrado
de cumplir el acto administrativo”.

 Ejecutividad: Consiste en la obligatoriedad, derecho a la exigibilidad y


deber de cumplimiento que el acto importa a partir de su notificación.
Ejecutividad es sinónimo de eficacia.
 Ejecutoriedad: Consiste en el reconocimiento a la autoridad con
funciones administrativas para obtener el cumplimiento del acto a través
de su poder coercitivo.
 Estabilidad: Consiste en la prohibición de revocación en sede
administrativa de los actos que crean, reconocen o declaran un derecho
subjetivo una vez que se encuentra notificado al administrado. Estabilidad
es sinónimo de irrevocabilidad del acto por la propia administración.
 Impugnabilidad: Todo acto administrativo es susceptible de ser
impugnado a través de recursos o reclamos, tanto en sede administrativa
a través de los recursos de reconsideración, jerárquico, alzada, de
revisión, etc., como en sede judicial a través de las acciones propias del
proceso administrativo.
 Retroactividad: El artículo 13° de la Ley Nro. 19.549, establece que el
acto administrativo podrá tener efectos retroactivos – siempre que no se
lesionaren derechos adquiridos – cuando se dictare en sustitución de otro
revocado o cuando favoreciere al administrado. Es decir que le principio
es la irretroactividad salvo cuando se lesionen derechos adquiridos,
cuando se subsane un acto anulable o cuando se favorezca al
administrado.

 Hecho Administrativo

Concepto

“El hecho administrativo es toda actuación material, traducida en


operaciones técnicas, ejecutadas en ejercicio de la función
administrativa productora de efectos jurídicos directos e indirectos”.

El hecho administrativo, al igual que el acto administrativo, exterioriza función


administrativa, toda vez que tiene la virtualidad de producir efectos jurídicos.
Según el Dr. Gordillo, se trata de una mera operación material que no explicita
formalmente una determinada decisión o declaración administrativa.
En cambio el acto administrativo, puede así, en primer lugar, ser un acto de
registro o registral, en el cual la administración anota ciertos hechos a los que
se quiere conferir autenticidad: nacimiento, defunción, etc., o inscribe en un
registro público ciertos actos pasados entre particulares: inscripción de una
hipoteca, etc.

En cuanto a su diferencia con el acto administrativo, en primer lugar podemos


decir que el hecho no consiste en una exteriorización intelectual, sino material,
sin embargo en ciertas ocasiones el hecho administrativo puede ser la ejecución
de un acto administrativo o bien una actuación material sin acto previo.
Ejemplo de ello podemos citar que en ciertas ocasiones la Administración puede
ordenar la destrucción de una cosa por constituir un peligro para la sociedad, en
este supuesto estamos ante un acto administrativo, pero cuando la
Administración destruye la cosa directamente, estamos ante un hecho
administrativo. Sin embargo a veces falta el acto previo.
En cuanto al régimen jurídico del hecho administrativo podemos decir que el
hecho administrativo no goza de presunción de legitimidad como el acto
administrativo, pues no existe ninguna norma que le otorgue tal característica.
El hecho no impone deberes y obligaciones a los administrados como el acto
administrativo.
Y en cuanto a la impugnabilidad debemos señalar que los hechos no son
impugnables a través de recursos administrativos, sino a través de reclamos o
denuncias en sede administrativa.
Y en cuanto a la impuganbilidad judicial, la legislación establece que los recursos
judiciales solo se interponen contra “actos, “resoluciones” pero no contra hechos
administrativos.
Sin embargo para el caso de que un hecho administrativo, lesione derechos
subjetivos e
intereses legítimos de los administrados, es posible su impugnación a través de
la acción judicial de “Amparo”.

Conclusión:
Según el Dr. Gordillo, los actos son las decisiones, declaraciones o
manifestaciones de voluntad o de juicio; y que los hechos son las actuaciones
materiales, las operaciones técnicas realizadas en ejercicio de la función
administrativa. Si bien generalmente los hechos son ejecución de actos (en
cuanto dan cumplimiento o ejecución material a la decisión que el acto implica),
ello no siempre es así y pueden presentarse actos que no sean ejecutados o
hechos realizados sin una decisión previa formal.
El acto se caracteriza por cuanto, se manifiesta a través de declaraciones
provenientes de la voluntad administrativa y dirigidas directamente al intelecto
de los administrados a través de la palabra oral o escrita, o de signos con un
contenido convencional o ideográfico (el gesto del agente de tránsito al elevar
el brazo para detener el tránsito; las señales usuales de tránsito, tales como
flechas, círculos, etc.); el hecho, en cambio, carece de ese sentido mental y
constituye nada más que una actuación física o material.
Cuando la exteriorización de la decisión se hace recién a través de la ejecución
misma, o sea, de los datos reales (la destrucción de la casa; el retiro de los
obstáculos que cerraban la calle, etc.), no estamos ante un acto, sino ante un
Hecho Administrativo. La ejecución material, en todos los casos, es un hecho:
tanto cuando ejecuta un acto, como cuando en ausencia de acto transmite
directamente en la actuación material la voluntad a que responde.

 Simple Acto de la Administración

Concepto.

“El simple acto de la administración es una declaración unilateral


interna o inter-orgánica, realizada en el ejercicio de la función
administrativa que produce efectos jurídicos individuales en forma
indirecta. Son simples actos de la administración las “propuestas” y los
“dictámenes”.

Las relaciones de vinculación entre los distintos órganos de un mismo ente de la


Administración se denominan “inter-orgánicas”.

En cambio las relaciones que vinculan entre sí a distintas entidades estatales o


no estatales son calificadas como “interadministrativas”.
Los simples actos de la administración no requieren que sean publicados ni
notificados porque sus efectos se producen dentro de la órbita de la propia
administración y por lo tanto tampoco son susceptibles de ser impugnados, es
decir que son irrecurribles.
Estos actos de la administración se exteriorizan a través de las “propuestas” y
de los “dictámenes”.

Los órganos activos de la administración requieren a los órganos consultivos una


opinión no solo de naturaleza jurídica, sino también contable, financiera o
técnica, a los que denominamos dictámenes.
Los órganos consultivos se limitan a dictaminar, a aconsejar, asesorar formular
una opinión a los órganos activos para la emisión de la futura voluntad
administrativa.

El dictamen no obliga en principio al órgano activo ni produce efectos respecto


de terceros toda vez que se trata de una declaración interna.

Estos dictámenes emitidos por los órganos consultivos son efectuados siempre
a petición de un órgano activo, con esto decimos que nunca los hace de oficio y
son emitidos para un caso en concreto como parte de un procedimiento
administrativo.

Características de los dictámenes.


En primer lugar corresponde decir que pueden ser escritos o verbales, sin
embargo, y en atención a los intereses públicos en juego, se prefiere que sean
escritos, cumpliendo con ciertos requisitos formales tales como; lugar y fecha,
resumen de la cuestión en consulta, opinión fundada y conclusión.
Estos dictámenes son públicos y solo podrán ser declarados “reservados” por el
servicio jurídico correspondiente del ente de que se trate.
El plazo máximo para emitir un dictamen es de 20 días.
En segundo lugar, corresponde destacar que los dictámenes se caracterizan por
ser:
Indelegables, no se admite que su emisión sea delegad a otro órgano.
Preparatorios, es anterior a la emisión de la voluntad administrativa.
Irrevocables, es inmodificable.
Irrecurribles, no son impugnables a través de recursos administrativos.
En tercer lugar en cuanto a las clases de dictámenes, encontramos los
siguientes:
 Facultativos, se da cuando la norma no prevé y queda en el ámbito de
la discrecionalidad de la autoridad solicitarlo o no.
 Obligatorios, se da cuando una norma indica que el órgano activo debe
requerir al órgano consultivo una opinión, aunque no esta obligado a
conformarse al dictamen, es decir que puede no aceptar las conclusiones
del dictamen.
 Vinculantes, en este supuesto la ley le impone al órgano activo la
obligación de requerir el dictamen y de conforman su voluntad
administrativa de acuerdo a sus conclusiones.

En consecuencia, los actos consultivos son meramente preparatorios de la


voluntad administrativa y no constituyen un acto administrativo debido a que no
producen efectos jurídicos hacia terceros, sino solamente a través del dictado
del posterior acto administrativo.

Por último, en relación a las “propuestas”, decimos que consisten en la decisión


por la que un órgano sugiere a otro un determinado acto, con ello la voluntad
del órgano encargado de la decisión se encuentra condicionada por la propuesta.
El órgano que recibe la propuesta no puede introducirle modificaciones aunque
si puede rechazarla. Ejemplo de ello podemos citar; cuando un órgano propone
a otro la designación de personal.

 Reglamento administrativo:

Concepto:

“El reglamento administrativo es toda declaración unilateral dictada en


ejercicio de la función administrativa productora de efectos jurídicos
generales en forma directa”.
La LNPA regula en el Artículo 24º el reglamento administrativo y aparece como
acto administrativo de alcance general producto de la función administrativa.
Previo a adentrarnos en el estudio del reglamento administrativo corresponde
efectuar un breve análisis relativo a sus diferencias con la ley, ya que ambas son
normas de carácter general.
En primer lugar debemos decir que la ley es la expresión soberana de la voluntad
del pueblo, mientras que el reglamento es expresión de la competencia
reglamentaria de la Administración.
La ley emana del Poder Legislativa, mientras que el reglamento emana de la
Administración.
El reglamento administrativo se exterioriza a través de un decreto por ejemplo.
Esta forma jurídica al igual que el acto administrativo importa un proceso de
exteriorización intelectual y que se perfecciona por la voluntad de los órganos
públicos.
Dijimos anteriormente que el reglamento se dicta en ejercicio de la función
administrativa, de ello se desprende que es la propia Administración quien tiene
a su cargo la potestad reglamentaria.
También produce efectos jurídicos generales directos, estos es; derechos y
obligaciones tanto para la Administración como hacia los administrados.
Ahora bien, en cuanto al régimen jurídico de los reglamentos administrativos
debemos decir que es diferente al de los actos y de los simples actos y para ello
es necesario determinar cuál es la materia sobre la que puede dictarse un
reglamento administrativo.
Previo a ello, debemos definir o estudiar en qué consiste la “materia
reglamentaria”.
“La materia reglamentaria es aquella sobre la cual es posible construir un
régimen jurídico en cuya aplicación se asigna a la Administración un rol
fundamental”.
Los decretos reglamentarios pueden: fijar las relaciones internas de la
organización administrativa del Poder ejecutivo o bien precisar una ley, pero sin
modificar su letra ni espíritu o bien también regir las relaciones que se dieren
por aplicación de las leyes reglamentarias entre el Estado Nacional y sus
súbditos.
El reglamento no requiere una formalidad específica, sin embargo en la práctica
se utiliza en forma de decretos o de resoluciones.
Ahora bien, así como el acto administrativo para ser plenamente eficaz es
necesario que sea notificado al interesado, el reglamento para tener ejecutividad
debe ser publicado en el Boletín Oficial debiéndose efectuar una transcripción
íntegra del mismo y partir de su publicación son obligatorios.
La propia Administración tiene la potestad de revocar o modificar el reglamento
con la finalidad de adecuarlo a las necesidades públicas.
En relación a la impugnación del reglamento administrativo, debemos decir que
en nuestro ordenamiento jurídico no existe un recurso administrativo para
impugnarlo directamente, sin embargo la LNPA prevé la impugnación directa por
medio de la “reclamación administrativa”.
En cuanto a la impugnación judicial de un reglamento, debemos destacar que la
sentencia
que la admite solo produce efectos entre las partes del proceso impugnatorio y
que se encuentra normado en el citado Artículo 24 de la LNPA y cuya parte
pertinente dice:
“El acto de alcance general será impugnable por vía judicial:
a) Cuando un interesado a quien el acto afecte o pueda afectar en forma cierta
e inminente en sus derechos subjetivos, haya formulado reclamo ante la
autoridad que lo dictó y el resultado fuere adverso o se diere alguno de los
supuestos previstos en el artículo 10;
b) Cuando la autoridad de ejecución del acto de alcance general le haya dado
aplicación mediante actos definitivos y contra tales actos se hubieren agotado
sin éxito las instancias administrativas”.

Clases
 Reglamentos autónomos:
El "poder" reglamentario "autónomo" se funda en la necesidad del órgano de
contar con la competencia -explícita o implícita- para desarrollar los principios
de su propia organización y funcionamiento. Estos principios normalmente se
encuentran establecidos en una norma de jerarquía superior, que sólo en pocos
casos es suficiente en lo que hace a contemplar todos los aspectos de la
organización del órgano -más estrictamente, del complejo orgánico que
determinado órgano preside- o de la totalidad de las reglas para su
funcionamiento.

Son típicos reglamentos de organización administrativa que no regula la


actividad de los particulares sino de la propia Administración y se manifiestan a
través de “instrucciones y
circulares” que tiene efecto dentro de la Administración para asegurar el buen
funcionamiento de la actividad administrativa.

En realidad el dictado de normas que podemos denominar como "reglamentos


autónomos" no es una competencia exclusiva del Poder Ejecutivo. Se encuentra,
siempre según las reglas de la competencia, en cabeza de diferentes órganos de
la Administración pública (ministros, secretarios de Estado) o de entes
descentralizados de aquella.

También en los otros órganos constitucionales, o de creación constitucional,


reside la competencia de dictar Reglamentos Autónomos. Para el Poder
Legislativo tal competencia está prevista en el art. 66 CN -"Cada Cámara hará
su reglamento..."- y también en el art. 75., inc. 32 por el cual el Congreso puede
ejercer una competencia normativa generalizada incluso a través de
"reglamentos". Para el Poder Judicial la competencia para dictar Reglamento
Autónomos se encuentra distribuida entre la Corte Suprema de Justicia, en lo
que hace a su propia organización y funcionamiento (art.113, CN) y el Consejo
de la Magistratura, por el art. 114, apartado 6: "Dictar los reglamentos
relacionados con la organización judicial y todos aquellos que sean necesarios
para asegurar la independencia de los jueces y la eficaz prestación de los
servicios de justicia".
Según el Dr. Parra, estos reglamentos son "autónomos" porque no tienen
relación directa con una norma concreta de mayor jerarquía, salvo la
Constitución. Sin embargo, ello no los excluye de su obligatoria subordinación al
resto del ordenamiento jurídico legislativo, es decir, a la subordinación jerárquica
con respecto a cualquier ley formal. El RA, aunque no vinculado a ninguna ley
en concreto, se encuentra subordinado jerárquicamente a todas y cualquiera de
las leyes que sanciona el Congreso, a los tratados internacionales vigentes para
la Argentina y a las normas del llamado "derecho derivado" de los tratados de
integración. No pueden contradecir a ninguna de estas normas, ni en su letra ni
en su espíritu. Se trata, entonces de una "autonomía" relativa. Deberían ser
llamados"reglamentos orgánicos", nombre que se identifica más con su
verdadero contenido.
El Articulo 99 inc. 1º de la Constitución Nacional le confiera al Poder Ejecutivo la
competencia de dictar Reglamentos Autónomos por su calidad de "jefe del
gobierno" y "responsable político de la administración general del país", sin
embargo también el Jefe de Gabinete, que es quien ejerce la administración
general del país goza de la competencia de "expedir los actos y reglamentos que
sean necesarios para ejercer las facultades que le atribuye este artículo y
aquellas que le delegue el presidente de la Nación" (100.2 CN) norma que prevé
expresamente a los reglamentos autónomos.
Dicha competencia reglamentaria la hacemos extensiva a toda la estructura de
la Administración Pública centralizada y descentralizada.

 Reglamentos de ejecución:
La efectiva aplicación de una ley requiere de una actividad reglamentaria por
parte del Poder Ejecutivo, cuando del contenido de la propia norma legal o
convencional surge la necesidad de la fijación, ya sea del procedimiento según
el cual la norma será aplicada por parte de la Administración Pública, o bien la
necesidad de desarrollar su propio contenido en cuestiones de detalle, en la
precisión de datos (que pueden ser cambiantes según las circunstancias) o en
diferentes modalidades para su ejecución.
Según el Dr. Parra, “a diferencia de los Reglamentos Autónomos, los
Reglamentos de Ejecución mantienen una ligazón directa con la norma que
reglamentan -sin perjuicio de
que también se encuentran vinculados con el resto del ordenamiento de mayor
jerarquía normativa- y, de acuerdo con el ya citado art. 99, inc. 2 de la CN, sólo
pueden ser sancionados por el Poder Ejecutivo, con exclusión de los restantes
órganos y entes de la Administración pública.”

 Reglamentos Delegados.
La delegación, tal como lo estudiamos en el capítulo correspondiente a
Organización Administrativa, es un instituto por el cual se autoriza a que un
órgano transfiera a otro el ejercicio de su propia competencia y se requiere de
una norma que la autorice.
Lo mismo ocurre en el derecho constitucional. Hasta la reforma de 1994, la
delegación de
competencias constitucionales entre órganos establecidos en la Constitución, no
se encontraba siquiera prevista en el texto constitucional.
Hoy la cuestión se encuentra expresamente contemplada en la CN. Su art. 76
dispone:

"Se prohíbe la delegación legislativa en el Poder Ejecutivo, salvo en


materias determinadas de administración o de emergencia pública, con
plazo fijado para su ejercicio y dentro de las bases de la delegación que
el Congreso establezca...".

La regla general prohibitiva tiene dos excepciones.


La primera es la que se otorgue para enfrentar una situación de "emergencia
pública".
Aquí el caso, en su base fáctica, es similar al que justifica el dictado de
reglamentos de necesidad y urgencia aunque su diferencia estriba en que, en la
delegación, el Congreso actúa a priori, precisamente delegando, mientras que
en el segundo supuesto, existe unainactividad del Congreso por la imposibilidad
de seguir el procedimiento ordinario para la sanción de las leyes, como lo señala
el art. 99.3 CN. En este caso, el Congreso actuará a posteriori, aceptando o
rechazando el reglamento o decreto de necesidad y urgencia, en
definitiva ejerciendo una tarea de control específicamente establecida en la
norma constitucional. En el caso de la delegación, esta intervención posterior del
Congreso es posible, aunque no la prevea expresamente la norma constitucional.
Es que nada puede impedir que el Congreso se encuentre disconforme con la
manera en que el Ejecutivo ejerció la competencia delegada, y derogue o
modifique el RD, sin perjuicio de su validez y vigencia hasta ese momento. En
la situación de emergencia pública, discrecionalmente valorada por el Congreso
-lo que excluye su revisión judicial- el legislador entiende que la forma más
rápida y efectiva de enfrentarla es a través de la delegación en favor del
Ejecutivo, para lo cual debe establecer un plazo para su ejercicio y las "bases" o
políticas (las finalidades, criterios, incluso los medios fundamentales apropiados)
que el RD deberá respetar.
La ley de delegación debe contener estos requisitos para su validez
constitucional -lo que sí puede ser examinado por los jueces- y el RD debe
respetarlos. Este resultará inválido si es emitido fuera del plazo, el que debe
establecerse tanto para la sanción del reglamento como para su vigencia. Esto
último resulta del texto del párrafo final del art. 76: "La caducidad resultante del
transcurso del plazo previsto en el párrafo anterior no importará revisión de las
relaciones jurídicas nacidas al amparo de las normas dictadas en consecuencia
de la delegación legislativa", norma que no tendría sentido si el plazo -que es de
caducidad y por lo tanto de decaimiento automático- sólo se refiriera al dictado
del reglamento y no a su vigencia.
El otro supuesto de excepción a la prohibición de la delegación legislativa es el
que se refiere a las "materias determinadas de administración". En este caso se
ha interpretado, siguiendo a Marienhoff, que se trata de cuestiones
materialmente administrativas y que, por ello, corresponderían al ámbito de
competencia del Ejecutivo aunque, por expresa disposición constitucional han
sido atribuidas al Poder Legislativo.
El Congreso -que es el primer intérprete de la Constitución- las ha enumerado
taxativamente en el art. 2 de la ley 25148: "A los efectos de esta ley, se
considerarán materias determinadas de administración, aquellas que se vinculen
con:
a. La creación, organización y atribuciones de entidades autárquicas
institucionales y toda
otra entidad que por disposición constitucional le competa al Poder Legislativo
crear, organizar y fijar sus atribuciones. Quedan incluidos en el presente inciso,
el correo, los bancos oficiales, entes impositivos y aduaneros, entes
educacionales de instrucción general y universitaria, así como las entidades
vinculadas con el transporte y la colonización;
b. La fijación de las fuerzas armadas y el dictado de las normas para su
organización y gobierno;
c. La organización y atribuciones de la Jefatura de Gabinete y de los Ministerios;
d. La creación, organización y atribuciones de un organismo fiscal federal, a
cargo del control y fiscalización de la ejecución del régimen de coparticipación
federal;
e. La legislación en materia de servicios públicos, en lo que compete al Congreso
de la Nación;
f. Toda otra materia asignada por la Constitución Nacional al Poder Legislativo,
que se relacione con la administración del país.
La delegación legislativa debe cumplir con dos requisitos: establecer el plazo
fijado para el ejercicio de la delegación, que incluye el de la vigencia de los
Reglamentos Delegados, y
la fijación de la política legislativa.
El Reglamento Delegado, según lo dispuesto por el Artículo 100 inciso 12 de la
Constitución Nacional, debe contar con el refrendo del Jefe de Gabinete de
Ministros -sin lo cual se encuentra viciado de nulidad absoluta- y ser enviados
por el mismo funcionario al Congreso, donde quedarán sometidos a un primer
estudio por la Comisión Bicameral Permanente, cuyos cometidos incluyen el
análisis de los reglamentos de necesidad y urgencia y de los decretos de
promulgación parcial a las leyes (ver arts. 99.3 y 80, CN). El envío al Congreso
no es un requisito indispensable para la validez del RD, pues la Constitución no
lo exige expresamente y el Congreso puede comenzar su análisis, a través de la
Comisión Bicameral, a partir de la publicación del reglamento en el Boletín
Oficial. Sin embargo, resultará de buena práctica el envío específico del
reglamento al Congreso y, preferiblemente, dentro del plazo exigido para los
reglamentos de necesidad y urgencia, ya que ello dará mayor eficacia y rapidez
al control legislativo que se encuentra en la naturaleza del instituto: la
delegación siempre exige el control del delegado por el delegante acerca de
cómo la misma delegación se ha ejercido.

 Reglamentos de Necesidad y Urgencia:

Son los dictados por el Poder Ejecutivo por razones graves y urgentes cuando
no es posible aguardar el trámite de sanción de leyes por parte del Congreso de
la Nación.
La sanción del DNU es de competencia exclusiva del Poder Ejecutivo, y debe ser
decidido "en acuerdo general de ministros", quienes, junto con el Jefe de
Gabinete de Ministros, deberán refrendarlo. Este es un requisito que hace a la
validez formal del reglamento, susceptible de revisión judicial.
La regla general es la prohibición de la sanción de este tipo de normas, "salvo
cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites
ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes", como
aclara la norma constitucional. Se trata de dos requisitos sustanciales
habilitantes de la competencia para el dictado del Decreto de Necesidad y
Urgencia:
a) La razón de necesidad y urgencia, de naturaleza, excepcional, en resolver una
determinada situación política, social, económica o cualquier otra que precise de
una determinada respuesta legislativa;
b) La imposibilidad de seguir el trámite legislativo ordinario, lo que indica que la
cuestión -la justificación habilitante- es estrictamente temporal y no referida a
los alcances de la norma formalizada en el DNU.
Aprobado el reglamento por el Órgano Legislativo se convierte en Ley, pero si el
Órgano lo rechaza queda derogado a partir de ese momento.
Contrato Administrativo

Concepto
“En un acto de voluntad común, productor de efectos jurídicos, entre un
órgano estatal en ejercicio de la función administrativa y un particular
u otro ente público estatal o no estatal”.

Los contratos del Estado, llamados "contratos de la Administración” o “contratos


administrativos", “contratos de la función administrativas” están regidos
predominantemente por el derecho público y con un régimen jurídico único.

El contrato es una de las técnicas de colaboración de los administrados con la


Administración que coopera en la ejecución de cometidos en materia de
suministros, obra pública, empleo público, servicio público, concesión de servicio
público, concesión de obra pública.
La caracterización del contrato de la Administración resulta: del objeto del
contrato, es decir, las obras y servicios públicos cuya realización y prestación
constituyen precisamente los fines de la Administración; de la participación de
un órgano estatal o ente no estatal en ejercicio de la función administrativa, y
de las prerrogativas especiales de la Administración en orden a su interpretación,
modificación y resolución. Conceptualmente entendemos que contrato
administrativo es toda declaración bilateral o de voluntad común, productora de
efectos jurídicos entre dos personas, de las cuales una está en ejercicio de la
función administrativa.
Ahora bien, podemos decir que el contrato es:
una declaración de voluntad común; toda vez que se requiere la voluntad del
Estado por un lado, y la de un particular u otro ente estatal o no estatal por otro;
productora de efectos jurídicos; toda vez que genera derechos y obligaciones
para las partes, entre un ente estatal y un particular u otro ente público; el
contratista puede ser una persona física o jurídica u otro ente estatal o no
estatal; pero en este último caso estaríamos ante un contrato
interadministrativo.

Caracteres del contrato.


Formalismo, la eficacia y validez de todo contrato administrativo se encuentra
subordinada al cumplimiento de las formalidades exigidas en materia de forma
y procedimiento de contratación.
Cláusulas exorbitantes, son cláusulas inusuales en el derecho privado, o que
incluidas en un contrato de derecho común resultarían "ilícitas", por exceder el
ámbito de la libertad contractual y contrariar el orden público. En virtud de estas
cláusulas, la Administración puede modificar unilateralmente las condiciones del
contrato, dar directivas a la otra parte, declarar extinguido el contrato por sí y
ante sí, imponer sanciones contractuales, etcétera. Con esto decimos que el
contratista se encuentra en un plano de subordinación en relación a la
Administración y no de coordinación. Aquí desaparece el principio de igualdad
de las partes porque las partes contratantes se encuentran en un plano de
desigualdad donde la Administración aparece e en un plano de superioridad en
relación al contratista.
Derechos y obligaciones personales, una vez celebrado el contrato la
Administración prohíbe la cesión o transferencia de los derechos contractuales y
las obligaciones del contratista emergentes del contrato son de carácter
personal.
Efectos, generalmente los efectos de este tipo de contratos se extienden a
terceros que no son parte.

Elementos del contrato


Encontramos como elementos: sujetos, voluntad, forma y objeto, que
constituyen los elementos esenciales y de cuya validez depende el contrato.
Sujetos, son la Administración, es decir, el Estado Nacional, Provincial,
Municipal, entidades autárquicas, empresas del estado, en ejercicio de la función
administrativa y por otro lado el contratista que puede ser una persona física o
jurídica o bien una persona jurídica pública estatal o no estatal, pero recordemos
que ante este último supuesto nos encontramos frente a un contrato
interadministrativo.
Voluntad, para la formación del contrato se necesita la concurrencia de las dos
voluntades: de la Administración y del contratista. Es decir, se necesita la
competencia del órgano que ejerce función administrativa y la capacidad del
contratista.
Objeto, es la obligación que surge del contrato que puede consistir en una
obligación de hacer, de no hacer o de dar. Es necesario que el mismo sea cierto,
posible y jurídicamente posible.
Forma, dicho elemento constituye el modo concreto de cómo debe
exteriorizarse o materializarse el contrato, generalmente se requiere que sea
escrito.

Formación del contrato


Según el Dr. Dromi, el contrato se forma por la concurrencia de dos voluntades,
una de ellas es la de la Administración, sujeto imprescindible en el contrato
administrativo y el sujeto contratista. La formación de la voluntad de la
Administración Pública recorre una serie de etapas, cumplidas por distintos
órganos. La selección del contratista de la Administración está sujeta a las
normas que instauran distintos procedimientos especiales y reglados a tales
fines. La libre elección del contratista es una excepción.
Como dijimos anteriormente, el contrato es una de las formas jurídicas de la
función administrativa, y se aplica el régimen jurídico de la función
administrativa donde encontramos el procedimiento administrativo, es decir, las
reglas que rigen la intervención de los administrados interesados en la
preparación e impugnación de la voluntad administrativa.
Por todo ello hay que aplicar en la contratación administrativa las normas del
procedimiento administrativo, porque la selección del contratista por cualquier
procedimiento (licitación pública, licitación privada, contratación directa, remate
público, concurso), no se agota en un acto administrativo único, sino que es el
resultado de varios actos, hechos, reglamentos y simples actos administrativos,
que reciben concurrencia y colaboración de los particulares por medio de actos
y hechos jurídicos privados, siempre que el oferente sea una persona privada.
Las distintas formas de preparación de la voluntad administrativa y de selección
del contratista en nuestro ordenamiento jurídico son:
 Licitación pública, es el procedimiento administrativo por el cual la
administración, invita a los interesados a que, sujetados a las bases
fijadas en el pliego de condiciones, formulen propuestas de las cuales se
seleccionara y aceptara (adjudicación) la más ventajosa, o conveniente.
 Licitación privada, Es un procedimiento de contratación en el que
intervienen como oferentes solo las personas o entidades expresamente
invitadas por el Estado.
 Concurso público, es un procedimiento de selección del contratista en
razón de la mayor capacidad técnica, científica, económico-financiera,
cultural o artística entre los presentantes o intervinientes. Es un medio de
selección de la persona más idónea para ejecutar una prestación pública.
 Remate público, consiste en la compra y venta de bienes en público, sin
limitaciones de concurrencia y al mejor postor. La adjudicación se hace
en el mismo acto, en público, previa publicidad del llamado, ante una
concurrencia indiscriminada, con base estimada o sin ella a favor del
precio más elevado que se ofrezca.
 Contratación directa, es el procedimiento por el cual el Estado elige
directamente al contratista, sin concurrencia, puja u oposición de
oferentes.
 Concurso de proyectos integrales, es el procedimiento por medio del
cual participan las propuestas integrales de los interesado las que deben
detallan los antecedentes completos de los oferentes y todas las
condiciones contractuales, técnicas y económicas incluyendo la estructura
financiera y los proyectos constructivos.

Licitación Pública:
Fase preparatoria. Es exclusivamente interna de la Administración, sin
intervención ni participación de los administrados, oferentes o terceros
interesados y abarca los estudios de factibilidad física, jurídica, contable,
financiera, económica y política de la obra o servicio objeto de la futura
contratación, la imputación previa de conformidad al crédito presupuestario y la
preparación del pliego de condiciones. Una vez que se adopta la decisión de
contratar, se realizan los proyectos de orden técnico en cuanto a las ventajas,
beneficios y posibilidad de realización del objeto del contrato, y económicos,
respecto del costo del contrato, la existencia de créditos y su asignación
presupuestaria.
Fase esencial. Comprende la licitación propiamente dicha, o sea, los actos
dirigidos a lograr la manifestación de voluntad común del ente público licitante
y de un tercero contratista. En esta fase, como en la siguiente, las relaciones
que se entablan son bilaterales, afectan o pueden afectar a terceros, y se
desarrolla a través del llamado a licitación, la publicación del anuncio, la apertura
de las ofertas, la admisión de oferentes, el estudio de las propuestas, la pre-
adjudicación y la adjudicación.
Fase integrativa. Por último, la fase integrativa da lugar a la voluntad objetiva
y a su exteriorización en un contrato, perfeccionado en la forma en que el
derecho positivo lo prevea: notificación de la adjudicación, aprobación de la
adjudicación, instrumentación escrita, etcétera.
La licitación no es ni un contrato, ni un acto. Es un conjunto de actos, en suma,
un procedimiento administrativo especial que tiene que ver con la formación del
vínculo jurídico, con la forma de celebrar los contratos.
Así, en la licitación pública, a lo largo del procedimiento, tenemos la participación
de la voluntad administrativa del licitante con la voluntad particular del licitador,
exteriorizada a través de las formas jurídicas siguientes:
 pliego de condiciones generales (reglamento administrativo)
 pliego de especificaciones técnicas (acto administrativo)
 llamado a licitación o concurso (acto administrativo)
 publicaciones (hecho administrativo)
 solicitud de inscripción registral, constitución de garantía y presentación
de propuesta, (acto jurídico privado)
 exclusión de oferente (acto administrativo)
 recepción de ofertas (acto administrativo)
 negativa a recibir oferta (acto administrativo)
 apertura de ofertas (hecho administrativo)
 observaciones e impugnaciones al acto de apertura (acto jurídico privado
 admisión (acto administrativo);
 desistimiento del licitador (acto jurídico privado)
 desistimiento del licitante (acto administrativo)
 pre-adjudicación (simple acto de la Administración);
 adjudicación (acto administrativo),
 notificación y aprobación de la adjudicación (acto administrativo).
A esas formas jurídicas, públicas y privadas, se reduce, en suma, todo el
procedimiento de la licitación pública.

Principios jurídicos del procedimiento de licitación pública


 Libre concurrencia, implica la prohibición para la Administración de
imponer condiciones restrictivas para el acceso al concurso. No obstante,
el principio no es absoluto. La normativa jurídica impone ciertas
limitaciones, dado que el interés público exige un control de la capacidad
de los concurrentes. Dichas limitaciones o restricciones son por ejemplo
la exclusión de oferentes jurídicamente incapaces; la exigencia de
honorabilidad profesional y comercial del proponente (se excluyen los
fallidos no rehabilitados, o los anteriores adjudicatarios que no ejecutaron
correctamente el contrato o si éste se rescindió por su culpa), y la
exigencia de honorabilidad civil, al preverse en los pliegos de condiciones
o reglamentos de contrataciones, la exclusión de oferentes condenados
penalmente o de funcionarios públicos incompatibles por su empleo para
intervenir como proponentes. Pero además de esta capacidad genérica, la
Administración puede exigir en los pliegos de bases y condiciones,
determinados recaudos de capacidad técnica y de solvencia económico
financiera, que le aseguren un contratista idóneo.
Por último, cabe señalar que la Administración no puede elegir individualmente
a sus proponentes; si así lo hiciera, la concurrencia no sería libre. Por tanto, la
publicidad del llamado a licitación es una consecuencia obligada del principio
jurídico de la libre concurrencia.
 Igualdad entre los oferentes, la igualdad exige que todos los
licitadores u oferentes se encuentren en la misma situación, contando con
las mismas facilidades y haciendo sus ofertas sobre bases idénticas. Toda
ventaja concedida por el licitante en favor de un licitador, que
simultáneamente no haya sido dada en beneficio de los demás oferentes,
lesiona o infringe también el principio de igualdad.

Llamado a licitación
Cuando la administración decide contratar, confecciona un pliego de condiciones,
en el que se especifica el objeto de la contratación y se prescriben los derechos
y obligaciones de las partes, tanto del licitante y los licitadores.
Una vez aprobado el pliego de condiciones se invita a los interesados a presentar
su oferta: esto es lo que tradicionalmente se denomina “llamado a licitación”.
El llamado a licitación debe contener la determinación del procedimiento de
selección, la fecha a partir de la cual se abre el llamado, el objeto, la aprobación
de los pliego, lugar, día y hora para la presentación de las ofertas. Debemos
recordar que no es lo mismo el llamado con la publicidad del llamado, porque el
primero es un acto administrativo propiamente dicho en cambio la publicación
es una actividad material tendiente a dar a conocer por los medios de prensa el
llamado a licitación. Las personas interesadas que estén en condiciones de
efectuar el suministro o realizar la obra, prestan sus ofertas ante la autoridad
administrativa correspondiente. Las propuestas se formulan por escrito y en
sobre cerrado. En el día, hora y lugar indicados, en presencia de los
intervinientes y de los órganos competentes, se procede a la apertura de los
sobres a través de un procedimiento formal y actuado. Después la actividad
licitatoria pertenece casi exclusivamente al dominio de los
órganos administrativos. Una vez finalizado el acto se pasan las propuestas a
estudio de organismos técnicos encargados de asesorar a la autoridad que ha
de adjudicar la licitación. Del estudio que hacen los organismos técnicos, se
concluye que tal o cual propuesta es la más ventajosa. Si esta no merece
observaciones y se halla en un todo de acuerdo con lo estipulado en el pliego de
condiciones es “aceptada” a través de la adjudicación.
El acto de adjudicación forma parte del procedimiento administrativo
precontractual.
Posteriormente se perfecciona la voluntad contractual y el contrato mismo con
la notificación de la adjudicación, aprobación, homologación, formalización
escrita, etc. de acuerdo con las particularidades de cada ordenamiento jurídico.

Excepciones al procedimiento de licitación pública


Las excepciones al procedimiento de la licitación pública se fundan en razones
de imposibilidad legal, de naturaleza, de hecho, por razones de conveniencia
administrativa, por atendible "razón de Estado" y por "seguridad pública".
De conformidad con el derecho positivo vigente, las excepciones a la licitación
pública están taxativamente señaladas. Se indican como causas que las
justifican, al monto menor, la urgencia, los trabajos adicionales, la reserva o
secreto de Estado, etcétera.
 Monto menor. Cuando el monto del contrato no alcanza la base o tope
fijado para la realización del procedimiento licitatorio, la regulación indica
que estará exceptuado en razón del "monto menor".
 Urgencia. Tanto la ley de obras públicas como la de contabilidad
autorizan a contratar directamente por razones de urgencia. La urgencia
es una cuestión de hecho, concreta, actual, que debe ser debidamente
acreditada y fundada en los pertinentes estudios técnicos, y verificada por
la autoridad competente.
 Adicionales. Los trabajos adicionales complementarios y accesorios de
una obra en curso de ejecución, también pueden contratarse
directamente. Esta excepción sólo la prevé nuestro ordenamiento jurídico
para los contratos de obras públicas, no así para los contratos de
suministro, locación y otros.
 Reserva o secreto de Estado. Se autoriza la contratación directa
"cuando la seguridad del Estado exija garantía especial o gran reserva o
"cuando las circunstancias exijan que las operaciones del gobierno se
mantengan secretas.
 Capacidad especial. Exceptúase también de la licitación pública la
contratación en que resulta decisiva la capacidad artística, técnica o
científica, la destreza o habilidad o la experiencia particular del sujeto, en
razón de que su ejecución sólo puede ser realizada por empresas,
personas o artistas especializados.
 Marca o privilegio. Las leyes prevén también la excepción para la
ejecución de trabajos amparados por patente o privilegio, o la adquisición
de bienes cuya fabricación o venta sea exclusiva.
 Monopolio. Se trata del suministro de productos o prestación de trabajos
"poseídos sólo por una persona o entidad", que lleve a cabo de hecho su
fabricación, venta y explotación exclusiva. En el caso de marcas, patentes
y privilegios, la exclusividad es conferida por el derecho que le otorga el
monopolio. El monopolio de hecho, por sí solo no es suficiente para
autorizar la excepción en los casos en que los objetos a adquirirse sean
poseídos exclusivamente por personas determinadas, si carecen de título
jurídico justificativo de la exclusividad.
 Contratos en otros Estados. Las compras y locaciones que sea
menester efectuar en países extranjeros, siempre que no sea posible
realizar en ellos licitación, pueden hacerse por contratación directa.
 Escasez. Exceptúase también de la licitación pública el supuesto de
notoria escasez en el mercado local de los bienes a adquirir.
 Productos perecederos. Otro caso de excepción al procedimiento de la
licitación pública, contemplado en la normativa vigente como supuesto
particular de urgencia, es la venta de productos perecederos y de
elementos destinados al fomento de las actividades económicas del país
o para satisfacer necesidades de orden sanitario.
 Reparaciones. En cuanto a la reparación de vehículos y motores, sólo se
autoriza como excepción, cuando sea indispensable, el desarme total o
parcial del vehículo o motor para determinar las reparaciones necesarias.
Su regulación normativa no deja de ser un caso más de urgencia, cuyos
principios son aplicables extensivamente (decr. Ley 23.354/56, art. 56,
3, ap. e, y RCE, art 56, inc. 12).
 Material docente y científico. Si bien la normativa no contempla este
supuesto como excepción a la licitación pública, entendemos que se debe
facultar la realización de contratación directa para la adquisición de
material docente, científico y bibliográfico.
 Contratos interadministrativos. Cuando el contratista de la
Administración es otro ente público estatal o no estatal supuesto de los
contratos interadministrativos, la ley admite la contratación directa como
procedimiento para su elección.
Licitación pública desierta. Se denomina así a la licitación pública a la que no
se ha presentado ningún proponente. Ello habilita a contratar directamente o a
efectuar un nuevo llamado a licitación privada, según la Administración lo estime
conveniente
Licitación pública fracasada por inadmisibilidad de las ofertas. La
normativa en materia de contrataciones administrativas también prevé como
causal de contratación directa la licitación pública fracasada por inadmisibilidad
de las ofertas y se trata de una oferta que no ofrece exactamente lo solicitado o
no lo ofrece en las condiciones o con los requisitos requeridos.
Licitación pública fracasada por inconveniencia de las ofertas. También
es posible que el procedimiento licitatorio público fracase por ofertas
inconvenientes. Esto es, ofertas presentadas, admisibles, ajustadas a las bases,
cláusulas y condiciones del pliego y al objeto solicitado, pero que por razones de
inconveniencia de precio, financiación, etc., son rechazadas.

Ejecución del contrato administrativo


La Administración posee prerrogativas para la ejecución del contrato.
Los principios jurídicos que imperan en la ejecución de los contratos
administrativos son:
 CONTINUIDAD, la Administración, como dijimos oportunamente se
encuentra en un plano de subordinación respecto del contratista y por ello
se encuentra en condiciones de exigir la no interrupción de la ejecución
del contrato, fundado en la finalidad propia de todo contrato
administrativo; esto es, la satisfacción del interés público.
 MUTABILIDAD, la Administración puede modificar unilateralmente los
términos del contrato y varias las prestaciones por parte del contratista.
Este principio es una condición exorbitante del derecho privado y no
necesita ser incluido en el contrato administrativo.

 Derechos de la Administración
Exigir la ejecución del contrato en término y forma.
Aplicar sanciones ante las faltas contractuales.
Disponer unilateralmente la rescisión del contrato.
 Derechos del contratista
Exigir el pago en tiempo y forma y en las condiciones que hayan sido fijadas en
el contrato.
Exigir la rescisión del contrato por culpa de la Administración.
Exigir el resarcimiento de los daños y perjuicios ocasionados que le produzca la
rescisión del contrato.

Finalización del contrato


La finalización del contrato puede obedecer a modos normales y modos
anormales.
Dentro de los modos normales encontramos, aquellos contratos que finalización
por el cumplimiento del plazo, por cumplimiento del objeto.
Mientras que en los modos anormales encontramos aquellos contratos que
finalizan por motivos que sobrevienen durante la ejecución del contrato y que
ponen fin; tales como la caducidad, rescate, rescisión, muerte, quiebra o
renuncia.
Contratos Administrativos en particular
 Empleo Público
Concepto
“Es una relación de empleo de subordinación del sujeto particular
respecto del Estado, que cumple las funciones asignados al órgano
institucional sin tener en cuenta la jerarquía, importancia o
responsabilidad de cargo que ocupe.”

La naturaleza jurídica de la relación de empleo público, es decir, de la relación


entre la organización administrativa (órgano-institución) y el sujeto particular
(órgano-individuo) es de carácter contractual.
Constituye nota esencial del contrato de empleo público que el ejercicio o la
prestación son de carácter personal y no puede delegar en otro el desempeño
de sus funciones.
No caben dudas de que únicamente pueden ser empleados públicos, o
funcionarios públicos o agentes del Estado las personas físicas, quedando
excluidas las personas jurídicas.
Ahora bien, ¿cuál es el requisito de admisión para acceder a un empleo público?
Nuestra Constitución Nacional establece que únicamente es requisito de
admisión la idoneidad.
El Artículo 14 bis de nuestra Carta Magna, establece que son derechos del
empleado público:
Retribución: La retribución, sueldo o contraprestación por los servicios o
trabajos que el agente realiza y que el Estado le paga periódicamente, es un
derecho al cual se hace acreedor aquél a partir de que preste efectivamente el
servicio. El sueldo a pagar es una obligación del Estado, que nace del carácter
contractual de la relación de empleo público. El sueldo no puede ser disminuido
ni suprimido, pero sí puede ser aumentado o reajustado en más. Por el principio
de la intangibilidad de las remuneraciones no se admite la disminución del
sueldo, ni aun en el supuesto de una disposición de carácter general, que
afectara por igual a todos los empleados o funcionarios públicos, pues tal
situación repugnaría a los derechos consagrados por la Constitución (arts. 14
bis, 16 y 17). Además del sueldo o asignación básica, el agente público percibe
asignaciones complementarias. Dependiendo del cargo que desempeñe el
agente, las asignaciones complementarias pueden ser por gastos de
representación, viáticos (gastos de traslado y alimentos), subsidio familiar,
aguinaldo, asignaciones por título profesional o técnico, antigüedad,
insalubridad o riesgo de la actividad, etcétera.
Estabilidad. Es el derecho del agente a la continuidad en el cargo o empleo del
que no puede, en principio, ser separado. La estabilidad puede ser propia
impropia. La propia es la estabilidad absoluta, por la cual no cabe la
indemnización como sustitución por el cargo. La impropia es la estabilidad
relativa, por la cual procede la indemnización sustitutiva.
Carrera: El derecho a la carrera comprende el nivel escalafonario, o jerarquía
alcanzada, el ascenso y la jubilación. El ascenso del agente obedece a dos
requisitos: antigüedad y mérito. Así, en las clases inferiores se asciende por
antigüedad, en tanto que en las superiores se asciende además por mérito, es
decir, teniendo en cuenta la idoneidad o mayor eficacia técnica para el cargo.
Descanso: El descanso comprende vacaciones y licencias. Las vacaciones son
de carácter general; se otorgan anualmente; mientras que las licencias son de
carácter personal y se otorgan intuitu personae, a solicitud del interesado, en
las circunstancias que establece la norma pertinente.
Renuncia: Se trata de un derecho reglamentado en cuanto a sus aspectos
formales y temporales. El decr. regl. 1797/80 dispone en su art. 24 que la
renuncia debe ser presentada por escrito ante el Superior del cual dependa el
agente; se debe verificar la inexistencia de sumarios que impliquen la aplicación
de sanciones disciplinarias; puede mantenerse la aceptación de la renuncia en
suspenso durante 180 días, a partir de su presentación, y mientras no sea
notificada su aceptación puede ser retirada. Por su parte, el art. 24 de la LEP
establece que la renuncia se considerará aceptada, si la autoridad competente
no se pronuncia dentro de los treinta días corridos de su presentación.
Propiedad social y participación en las ganancias. La norma programática
del art. 14 bis de la Constitución Nacional adquiere vigencia operativa con la
institución del Programa de Propiedad Participada que determina la ley 23.696
(Cap. III, arts. 21 a 40).
Son deberes del Agente Público:
Prestación personal. El empleado público queda obligado a dedicarse personal
y directamente a su función, cumpliendo eficazmente con su servicio, en las
condiciones de tiempo, forma, lugar y modalidad que las normas pertinentes
indican.
Relación jerárquica. La relación jerárquica implica el llamado poder jerárquico,
por el cual el superior imparte órdenes o instrucciones o solicita informes de su
inmediato inferior.
Deber de obediencia. Como consecuencia del poder jerárquico se infiere el
deber de obediencia del inferior respecto de las órdenes emanadas del superior
jerárquico competente para darlas.
Conducta decorosa. La conducta del agente debe ser digna, debe observar
buena conducta, mantener el honor y las buenas costumbres.
Ética pública. El ejercicio de la función pública debe estar signado por la
diafanidad del obrar de sus empleados y funcionarios, fundamentalmente en el
manejo de los fondos, del patrimonio y de los procedimientos de actuación y
decisión gubernativas.
Reserva y discreción. Es una obligación esencial del empleado o funcionario
público la reserva y discreción respecto de los hechos e informaciones a los que
tenga acceso, es un requisito para el fiel desempeño del cargo y hace a la lealtad
para con el Estado. Por su parte, hay cuestiones trascendentales que atañen a
la seguridad del Estado, que encierran la razón de Estado, y que obligan a los
funcionarios y/o empleados a guardar secreto o reserva.
Promoción de acciones judiciales. El agente público a quien se le impute un
delito, debe promover las pertinentes acciones judiciales, querellando a quien
realizó la imputación. Tal deber tiene por objeto mantener fuera de toda
sospecha su honor y dignidad y los de la Administración.
Deber de dedicación. Implica la consagración a las funciones públicas. Por ello,
se establecen incompatibilidades que impiden al empleado que realice otras
actividades. El empleado debe declarar las actividades comerciales y
profesionales que realice, con el objeto de establecer si existe o no
incompatibilidad entre las funciones públicas que cumple y otras de distinta
naturaleza. Así, pues, el agente público no puede, por principio, acumular dos o
más cargos públicos, salvo excepciones legales expresas; tampoco puede
realizar otras actividades que por su índole sean incompatibles con el cargo
público.
Extinción del contrato de empleo público
La relación contractual de empleo público puede extinguirse por diferentes
causas, tales como; muerte, renuencia, baja por jubilación, retiro, incapacidad
física, y por razones disciplinarias.

 Contrato de Obra Pública


Concepto
“Es el contrato administrativo a través del cual la Administración Pública
le encarga a una persona (física o jurídica) que realice una obra
destinada al uso colectivo a cambio de un precio en dinero”.

La obra pública es una obra artificial realizada por el trabajo humano y el


contrato de obra es un medio para su realización.
Existen dos modos de concretar la obra pública:
La primera de ellas es el “modo directo”, es decir por la propia administración.
El segundo es “indirecto” por el contrato de obra pública o por concesión de
obra pública y a través del procedimiento de licitación pública se selecciona al
contratista que llevara adelante la obra y éste último debe estar inscripto en el
Registro Nacional de Constructores de Obra Pública para poder presentarse en
la licitación pública. Según Dromi, la obra pública se la define como un bien (cosa
mueble, inmueble u objetos inmateriales) que pertenecen a una entidad pública
estatal o no estatal y tiene por finalidad satisfacer un interés colectivo o general.
Los caracteres jurídicos del contrato de obra pública son:
 Bilateral
 Oneroso
 Conmutativo
 Formal
En cuanto al sistema de contratación y las diversas formas de realizar el pago
del precio podemos decir que puede efectuarse mediante:
Sistema de precio unitario, el precio de la totalidad de la obra se calcula por
unidad de medida e ítem de todos los rubros que la componen.
Sistema de ajuste alzado, se conviene un precio total, global, para la
realización de la obra.
Coste y costas, en este sistema el dueño de la obra paga los materiales y la
mano de obra a lo que se denomina coste y las costas constituyen todas las
ganancias que percibe el contratista. La suma de estos dos rubros traducen el
precio total de la obra.
Afectación presupuestaria
La Administración al momento de celebrar un contrato de obra pública debe
previamente
contar con afectación presupuestaria para efectuar el gasto y debe existir al
momento del
llamado a licitación.

Recepción de la obra
Hay dos clases:
Provisional, en este caso la Administración recibe la obra pero durante el plazo
de garantía se limita a estudiarla y revisarla.
Definitiva, una vez vencido el plazo de garantía se recibe la obra en forma
definitiva.
Extinción del contrato
Existen dos modos de extinción de este tipo de contrato:
Modo normal, por el cumplimiento del contrato.
Modo anormal, desaparición del objeto, rescisión por fuerza mayor, rescisión
por parte del contratista.
En caso de muerte, quiebra o concurso del contratista, puede suceder que los
herederos o el síndico de la quiebra o concurso ofrezcan a la Administración
cumplir con las obligaciones del contrato, y en ese caso se formalizará un nuevo
contrato causado en el anterior.

 Contrato de Concesión de Obra Pública


El contrato de concesión de obra pública se diferencia del contrato de obra
pública por cuanto la modalidad del pago del precio se particulariza en que la
Administración contrata la realización de una obra pública otorgándole la
explotación de la nueva obra durante un plazo determinado.
La forma de elección del contratista es la licitación pública.
Este nuevo contrato reviste las mismas características que el contrato de obra
pública, pero también es aleatorio, porque los beneficios o ganancias dependen
de un hecho incierto: los ingresos durante el plazo de la concesión.
En el contrato de concesión de obra pública encontramos dos fases bien
definidas:
La construcción de la obra
La concesión para su explotación
Una vez finalizada la obra, el constructor queda como concesionario del servicio
a que estaba destinada hasta cobrarse su costo más las ganancias.
El peaje, constituye un ejemplo muy claro.
Sin embargo cabe señalar que en ciertas ocasiones o por razones de interés
público la administración decide poner fin al contrato de concesión antes del
vencimiento del plazo, por lo que estamos frente a lo que se denomina “rescate”
como forma de extinción del contrato, donde la Administración continua con la
actividad a su exclusivo cargo reorganizando el servicio público.
Derechos y deberes de las partes:
Derechos del concesionario:
Recuperar los gastos e inversiones, realizadas mediante el pago que efectúan
los beneficiarios, usuarios y contribuyentes de la obra a utilizar.
Percibir la indemnización, correspondiente ante la extinción injustificada o
revocación
de la concesión.
Derechos de la Administración:
Controlar: la explotación de la obra pública.
Declarar la caducidad, rescate o revocación, cuando así corresponda.

 Concesión de servicio público


Concepto:

“La concesión de servicio público es un contrato por el que el Estado


encomienda a una persona, física, jurídica, privado, o publica la
organización y la prestación de un servicio público por un determinado
plazo”.

En este contrato, el Estado, llamado “concedente” le delega a una persona


llamada “concesionario” la autorización para la explotación de un servicio
público por un tiempo determinado.
La diferencia con el contrato obra pública radica en que el objeto de este último
es construir mientras que en el contrato de concesión de servicio público consiste
en la prestación de un servicio determinado.
En cuanto al pago del precio corresponde señalar que no lo paga la
Administración sino los usuarios pero lo fija el Estado concedente.
Caracteres:
Bilateral,
Oneroso,
Conmutativo
Intuito personae.

 Contrato de Suministro
Concepto:
Según Dromi;
“Hay contrato de suministro, de abastecimiento, o de provisión cuando
la Administración conviene con una persona o entidad en que éstos lo
provean de ciertas elementos mediante un precio que les abonara”.
Este contrato se refiere a la provisión de cosas muebles porque si se trata de
inmuebles será un contrato de compraventa y la entrega puede ser por entregas
sucesivas o por entrega única.
El contratista debe estar inscripto en el Registro de Proveedores del Estado.
Caracteres.
Bilateral, puesto que las partes quedan recíprocamente obligadas, el proveedor
a suministrar las cosas muebles y el Estado a pagar el precio.
Consensual, queda concluido desde el momento en el que las partes expresan
su consentimiento, que de acuerdo a su regulación legal tiene lugar a partir de
la notificación de la adjudicación.
Oneroso, la prestación de cada una de las partes es en función de la
contraprestación que recibe.
Puede ser de ejecución instantánea o de ejecución sucesiva o escalonada.

 Contrato de empréstito público

Concepto:

“Es aquel contrato por el cual el Estado obtiene recursos financieros


destinados al cumplimiento de necesidades publicas y se obtienen a
través de la emisión de títulos valores que devengan intereses”.

Para que la Administración pueda llevar a cabo este tipo de contratación es


necesario que el órgano legislativo le otorgue la facultad para contraer
empréstitos en dinero.

 Otros contratos administrativos


 De transporte.
 De locación.
 De compraventa.
 De fianza.
 De depósito.
 De mutuo hipotecario.

Servicio Público:
Concepto

El servicio público forma parte de la actividad administrativa del Estado que


puede ser realizada directamente por el mismo Estado como encomendar el
ejercicio del mismo a los particulares, a través de una concesión o un permiso.
Sin embargo debemos destacar que aunque la prestación sea realizada por los
particulares no hay dudas que se rigen por régimen jurídico de la función
administrativa, toda vez que el particular se halla sujeto bajo el control y
fiscalización de la Administración, es decir que en este supuesto los particulares
son colaboradores de la Administración Pública.
El interés público a satisfacer por medio del servicio público justifica que su
régimen jurídico sea exclusivamente de derecho público.
En consecuencia, podemos definir al servicio público como:

“Las prestaciones que realiza el Estado con la finalidad de satisfacer


necesidades de carácter general”.

Creación
El acto de creación del servicio público no hay dudas de que debe provenir de
una ley nacional o provincial, por medio de la cual se declare una actividad como
servicio público.
Es decir, que es competencia de las Provincias de acuerdo a lo prescripto por el
artículo 121 de la Constitución Nacional, sin embargo la creación le
correspondería a la competencia federal si se trata de las potestades incluidas
en los incisos del artículo 75 del texto constitucional (servicio de correo,
ferrocarriles, etc.).
Los municipios por ser entes autárquicos, tendrán facultades para crear un
servicio público siempre que la Constitución Provincial así lo disponga, en virtud
de que no es una competencia originaria.

Clasificación
Podemos clasificar los servicios públicos en:
Propios, son los prestados por el Estado.
Impropios, son los prestados por una persona privada.
Facultativos, en este supuesto el usuario decide si lo usa o no.
Obligatorios, el usuario debe utilizar el servicio aunque no lo desee.
Onerosos, el usuario solo abona lo que utiliza.
Gratuitos, son los que pagan todos los habitantes por medio de los
impuestos usen o no el servicio.
Singulares, el usuario esta individualizado.
Universales, se presta a toda a comunidad sin determinación de usuario.
De gestión pública o privada, se vincula con el sujeto que brinda la
prestación.

Modificación y supresión
Siempre que exista una necesidad, el órgano que tiene su cargo la creación del
servicio público, es quien tiene a su cargo la potestad de modificarlo, como así
también suprimirlo siempre y cuando haya desaparecido la necesidad que dio
lugar a su creación.

Organización
El Poder ejecutivo es quien tiene a su cargo la organización de la infraestructura
del servicio público (artículo 99 inciso 1º) y el Poder Legislativo tiene a su cargo
organizar la parte normativa, es decir, el marco regulatorio del servicio público.

Bienes
Los bienes afectados a la prestación de servicio público revisten las siguientes
características:
Son inembargables
Son inalienables
Son imprescriptibles

Retribución
La retribución constituye el pago que efectúa el usuario por el servicio
que se le presta.
La fijación del precio puede establecerse por vía contractual o mediante un
contrato de adhesión entre el usuario y el prestador del servicio público.
Las tarifas de los servicios públicos deben sujetarse a los principios de
proporcionalidad e irretroactividad, toda vez que constituyen principios
generales del derecho administrativo.
El principio de proporcionalidad deriva del artículo 28 de la Constitución Nacional,
en virtud de que una tarifa desproporcionada podría vulnerar derechos
fundamentales tales como el derecho de propiedad y de libertad.
Mientras que el principio de irretroactividad, entiende que tanto los precios
(aquel que se abona por el servicio no obligatorio, porque se paga lo que se usa)
y las tasas (se paga por el servicio obligatorio se use o no), no pueden imponerse
en forma retroactiva a los usuarios, porque se tornaría inconstitucional, ello
surge de la aplicación de la Articulo 3º del Código Civil que prescribe que para
la aplicación de las leyes rige en principio de irretroactividad.

Partes
Podemos señalar como partes del Servicio Público en primer lugar al:
Usuario; aquel administrado o particular que usa el servicio público.
En segundo lugar al;
Prestador, quien puede ser el Estado a través de entes descentralizados, entes
autárquicos, etc. o bien un particular o empresa privada o entidad pública no
estatal a través de una concesión o permiso.
Y en tercer lugar;
Los Entes Reguladores, tienen por objeto efectuar el control de la prestación
de quienes prestan el servicio público, resolver conflictos entre usuarios y
prestadores, controlar la correcta aplicación de las tarifas, aplicar sanciones y
multas y proteger a los usuarios y consumidores. Podemos citar a la Comisión
Nacional de Regulación del Transporte, ente Nacional Regulador del Gas,
Comisión Nacional de Comunicaciones.
Pero cabe preguntarse ¿quién controla a los Entes Reguladores?
Los mismos son controlados por el Congreso Nacional a través de la Comisión
Bicameral de Seguimiento de la Reforma del Estado y de las privatizaciones
compuesto por 6 miembros de Cada Cámara y por la Auditoria General de la
Nación.

Caracteres
Las necesidades colectivas satisfechas a través de la prestación de un servicio
público conducen a la constitución de un régimen jurídico propio exorbitante de
derecho privado, toda vez que posee caracteres específicos que lo tipifican y lo
distinguen de otras formas de acción de la Administración Pública.
Continuidad; el servicio público debe prestarse de manera ininterrumpida, toda
vez que debe prestarse siempre que la necesidad este presente. Esta continuidad
puede ser absoluta, cuando el servicio no debe interrumpirse, como el servicio
de luz, gas, agua o bien puede ser relativo, cuando se preste en determinados
momentos, como los colegios, la justicia que funcionan en días y horarios
específicos.
Regularidad; como dijimos anteriormente el Estado es el encargo de dictar el
marco regulatorio del servicio público y ello significa que el mismo debe ser
prestado de acuerdo a las reglas preestablecidas.
Igualdad; está íntimamente relacionado con el artículo 16 de la Constitución
Nacional, que prescribe que todos los habitantes son iguales ante la ley, ello
significa que el servicio debe ser prestado a todos los usuarios con idéntico
tratamiento.
Obligatoriedad; constituye el derecho de todos los usuarios de utilizar el
servicio y reclamar su prestación efectiva por parte de quien lo presta, ya sea el
Estado o los particulares.

Dominio Público

Concepto. Distinción con el dominio privado del Estado.

En primer lugar debemos destacar que el Estado, como persona jurídica, es


titular de bienes de dominio privado y de dominio público, tal como lo prescriben
los artículos 2340 y 2342 del Código Civil.
La distinción entre ambos, está básicamente dada por el régimen jurídico
aplicable a los bienes de dominio público, toda vez que el mismo es inalienable
e imprescriptible, en cambio, los bienes de dominio privado están sujetos al
régimen jurídico de las reglas de propiedad privada, es decir que no se diferencia
del dominio privado de los particulares.
En consecuencia, podemos definir al dominio público como:
“El conjunto de bienes de propiedad pública del Estado afectados a los
usos públicos, directos o indirectos, de los habitantes y sometidos a un
régimen jurídico especial de derecho público, exorbitante del derecho
privado”
El criterio para distinguir el dominio público del dominio privado, está
básicamente atribuido al destino o uso asignado al bien.
El fin de utilidad pública y uso es el que determinada uno u otro tipo de dominio.
Es decir, que un bien o una cosa se considera como parte del dominio público
cuando está afectado al “uso público” al “uso común”, como ejemplo de ello
podemos citar a los parques, las plazas, las playas, paseos, etc.
Nuestra legislación no tiene una definición de dominio público, sin embargo, su
existencia
depende de una ley que le sirva de fundamento, por lo cual ninguna cosa o bien
será considerada dominio público sin la norma que lo declare como tal.
De acuerdo a lo previsto por el artículo 236 del nuevo Código Civil y
Comercial , son bienes de dominio privado del Estado:
“…Bienes del dominio privado del Estado. Pertenecen al Estado nacional,
provincial o municipal, sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales:
a) los inmuebles que carecen de dueño;
b) las minas de oro, plata, cobre, piedras preciosas, sustancias fósiles y toda
otra de interés similar, según lo normado por el Código de Minería;
c) los lagos no navegables que carecen de dueño;
d) las cosas muebles de dueño desconocido que no sean abandonadas, excepto
los tesoros;
e) los bienes adquiridos por el Estado nacional, provincial o municipal por
cualquier título.

Y son bienes de dominio público de acuerdo a lo prescripto por el artículo 235


del nuevo Código Civil y Comercial:
“…Bienes pertenecientes al dominio público. Son bienes pertenecientes al
dominio público, excepto lo dispuesto por leyes especiales:
a) el mar territorial hasta la distancia que determinen los tratados
internacionales y la legislación especial, sin perjuicio del poder jurisdiccional
sobre la zona contigua, la zona económica exclusiva y la plataforma continental.
Se entiende por mar territorial el agua, el lecho y el subsuelo;
b) las aguas interiores, bahías, golfos, ensenadas, puertos, ancladeros y las
playas marítimas; se entiende por playas marítimas la porción de tierra que las
mareas bañan y desocupan durante las más altas y más bajas mareas normales,
y su continuación hasta la distancia que corresponda de conformidad con la
legislación especial de orden nacional o local aplicable en cada caso;
c) los ríos, estuarios, arroyos y demás aguas que corren por cauces naturales,
los lagos y lagunas navegables, los glaciares y el ambiente periglacial y toda
otra agua que tenga o adquiera la aptitud de satisfacer usos de interés general,
comprendiéndose las aguas subterráneas, sin perjuicio del ejercicio regular del
derecho del propietario del fundo de extraer las aguas subterráneas en la medida
de su interés y con sujeción a las disposiciones locales. Se entiende por río el
agua, las playas y el lecho por donde corre, delimitado por la línea de ribera que
fija el promedio de las máximas crecidas ordinarias. Por lago o laguna se
entiende el agua, sus playas y su lecho, respectivamente, delimitado de la
misma manera que los ríos;
d) las islas formadas o que se formen en el mar territorial, la zona económica
exclusiva, la plataforma continental o en toda clase de ríos, estuarios, arroyos,
o en los lagos o lagunas navegables, excepto las que pertenecen a particulares;
e) el espacio aéreo suprayacente al territorio y a las aguas jurisdiccionales de la
Nación Argentina, de conformidad con los tratados internacionales y la
legislación especial;
f) las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra pública
construida para utilidad o comodidad común;
g) los documentos oficiales del Estado;

Cabe destacar y tal como lo citamos anteriormente, el dominio público no es de


creación de la naturaleza, porque sin ley que le sirva de fundamento ningún bien
tendrá ese carácter.
Ahora bien, corresponde citar cuales son los elementos del dominio público.
Elemento subjetivo, se refiere el titular de la cosa o bien afectado a dominio
público.
No hay dudas que el titular, es el Estado. Los titulares de bienes de dominio
público deben ser personas jurídicas públicas estatales. De ello se desprende
que las personas jurídicas públicas no estatales no pueden ser titulares de bienes
de dominio público.
Elemento objetivo, se refiere a las cosas o bienes que pueden integrar el
dominio público y comprende tanto a los bienes inmuebles (principales y
accesorios), bienes muebles (banderas, armas de las FFAA y de la policía) y
objetos inmateriales y derechos (derechos intelectuales).
Elementos finalista, se refiere al destino o el fin al que se le asigna a un bien.
El uso público puede ser directo (playa) o indirecto (obra pública) o individual o
colectivo.
Elemento normativo, los bienes del dominio público están sometidos a un
régimen de derecho público, y solo puede resultar de una disposición dictada por
el Congreso. Es decir sólo existen bienes de dominio público por declaración
legal.

Caracteres
Los bienes afectados a dominio público se encuentran afectados a un régimen
jurídico exclusivo de derecho público.
Los caracteres del dominio público son:
La inalienabilidad; significa que los bienes afectados a dominio no pueden ser
objeto de compraventa ni de ningún acto que implique su transferencia, es decir
que se encuentran fuera del comercio. Tampoco pueden ser hipotecados, ni
afectados a servidumbres de derecho privado.
La imprescriptibilidad; se refiere a la imposibilidad jurídica de que tales bienes
no pueden ser objeto de prescripción adquisitiva o usucapión por parte de
terceros.
La inembargabilidad; se refiere a la imposibilidad de ser ejecutados
judicialmente.

Clasificación
De acuerdo a la formación de los bienes los podemos clasificar en:
Bienes naturales, son los bienes que se hallan en la naturaleza (ej. Playas,
mares, ríos).
Bienes artificiales, son los bienes creados por la voluntad del hombre (ej.
Plazas, calles, caminos).
Y de acuerdo al uso público los podemos clasificar en:
De uso común, es el que le corresponde a todos los ciudadanos y se caracteriza
por ser libre, gratuito e ilimitado.
De uso especial, es el que le corresponde en forma exclusiva a una sola
persona a través de un permiso o concesión otorgada por el Estado y se
caracteriza por ser limitado, oneroso y personal.
Creación y extinción
Afectar un bien a dominio público significa consagrarlo a al uso público o al uso
común, a través de una declaración de voluntad o en el accionar del órgano
estatal, mediante el dictado de una ley.
En cambio, cuando se le sustrae el destino o uso asignado, se produce la
desafectación al dominio público, es decir, una manifestación de voluntad donde
el bien deja de estar afectado al uso público, debiendo provenir del mismo
órgano que dispuso su afectación.

Protección del dominio público


El Estado tiene el deber de proteger sus bienes.
Esta función de protección y tutela la puede realizar la propia Administración a
través del ejercicio del Poder de Policía o bien a través de la interposición de las
acciones posesorias ejerciéndolas antes el Poder Judicial.

Limitaciones a la propiedad privada


La Constitución Nacional establece que el derecho de propiedad es inviolable y
que ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella sino en virtud de
una sentencia fundada en ley.
Sin embargo hay ciertas medidas que se imponen a la propiedad privada en
beneficio del interés público.
Pueden ser de diferentes clases y de diferente naturaleza jurídica. Algunas
generan derecho a indemnización y otra no y se clasifican en:
 Restricciones Administrativas.
 Servidumbres Administrativas.
 Expropiación.
 Ocupación Temporaria.
 Requisición.
 Decomiso.
 Secuestro
Estas limitaciones encuentran su fundamento en la Constitución Nacional dado
que el derecho de propiedad no es un derecho absoluto, sino que es relativo ya
que se encuentra limitado por las leyes que reglamenten su ejercicio.
El derecho de propiedad reviste tres características:
Es absoluto,
Es exclusivo,
Es perpetuo.
Sin embargo se ve atemperado por la restricción administrativa, por la
servidumbre administrativa y por la expropiación; respectivamente y que a
continuación se desarrollan.
Las limitaciones a la propiedad privada en función del interés público son
competencia del
Congreso de la Nación junto con las Legislaturas Provinciales.

Restricciones Administrativas:
Las “restricciones administrativas” son “las condiciones legales del
ejercicio normal del derecho de propiedad”. Tienen por finalidad
condicionar el ejercicio del derecho propiedad y compatibilizarlo con el interés
general y fijan límites al ejercicio ordinario del derecho de dominio, pero no lo
desmiembran.
Marienhoff enseña que “la restricción señala, así, el marco o esfera dentro del
cual el particular podrá ejercer su derecho”.
Villegas Basabilvaso cita a Mayer, la restricción es “una debilitación inherente a
la propiedad de una manera general”, y agrega “las restricciones son límites
normales de la propiedad”, son “una condición legal inherente al ejercicio, uso y
doce de la propiedad.
Bielsa entiende que las restricciones al dominio “constituyen un presupuesto
necesario del
reconocimiento del derecho de propiedad en el Estado y derivan de la propia
naturaleza de ese derecho y de la necesidad de conformarlo al derecho ajeno”.
En concordancia con Mayer agrega, se trata de una debilitación inherente a la
propiedad y establecida de manera general.
Para Marienhoff, las restricciones constituyen una especie dentro del género
limitaciones y las define como “el conjunto de medidas jurídico- legales
concebidas para que el derecho de propiedad individual armonice con los
requerimientos del poder público o general, envidando así, que el mantenimiento
de aquel derecho se convierta en una traba para la satisfacción de los intereses
del grupo social”. Las limitaciones son de diferente tipo, su contenido es distinto
y por ello su naturaleza jurídica no es idéntica. Inciden en el carácter absoluto
del dominio las restricciones; en el carácter exclusivo del dominio la servidumbre
y la ocupación temporánea; y en el carácter perpetuo la expropiación y
decomiso. El art. 2611 del Código Civil dispone: “Las restricciones impuestas al
dominio privado sólo en el interés público, son regidas por el derecho
administrativo”
Las razones de imposición de las restricciones por interés público pueden ser
muy variadas, se pueden fundar en razones de seguridad, higiene, salubridad,
moralidad, cultura, y por razones de urbanismo para lograr una ciudad armónica,
equilibrada y modernamente en la normativa urbanística por razones
ambientales, con el objetivo de alcanzar un medio ambiente urbano sano. Es
uno de los medios jurídicos empleados para procurar la calidad del medio
ambiente urbano.

Caracteres:
Es general, es decir que se aplica a todos los propietarios en igualdad de
condiciones.
No se indemniza, es decir que no implica un resarcimiento al derecho de
propiedad limitado pues no implica un perjuicio.
Recae sobre cualquier bien, es decir tanto bienes inmuebles como muebles.
Es imprescriptible, es decir que no se extingue por desuso ni su no uso.

Competencia
Las restricciones administrativas pueden ser establecidas por la Nación y por las
Provincias, en virtud de que son competencias concurrentes, es decir por ley
nacional o por ley provincial e incluso por ordenanzas municipales.
Límites
Las restricciones administrativas tienen dos tipos de límites que deben ser
respetados al momento de su imposición:
Razonabilidad: las restricciones deben adecuarse a la necesidad pública que
debe satisfacer.
Integridad: las restricciones no deben desmembrar la propiedad.

Servidumbres Administrativas
Por otro lado, las “servidumbres administrativas”, constituyen una limitación
al ejercicio del derecho de propiedad que puede serlo tanto en interés privado
como en interés público.
La servidumbre es un derecho real sobre inmueble ajeo afectado al beneficio de
un tercero.
La servidumbre limita lo exclusivo del dominio, restringe su uso.
El Código Civil lo define como el derecho real perpetuo o temporario sobre un
inmueble ajeno, en virtud del cual se puede usar de él o ejercer ciertos derechos
de disposición, o bien impedir que el propietario ejerza algunos de sus derechos
de propiedad.
Por este derecho el propietario del fundo sirviente está obligado a no hacer
alguna cosa o a soportar que la haga el propietario del fundo dominante en el
predio sirviente. Se trata de un derecho real, por cuanto se ejerce sobre el
inmueble, y no sobre su propietario, en cuyo caso se trataría de una obligación
personal.
La servidumbre limita el carácter “exclusivo” del derecho de propiedad.
Podemos definir a la servidumbre administrativa como: un derecho real
público que integra la dominialidad pública constituida por una entidad
pública sobre un inmueble ajeno con el objeto de que este sirva al uso
público.
Según Marienhoff la servidumbre administrativa es el derecho real
administrativo constituido por el Estado sobre un bien del dominio privado o del
dominio público, con el objeto de que sea usado por el público en la forma que
resulte del acto o del hecho constitutivo del gravamen.
Cuando el Estado -sea la Nación, las provincias o los municipios-, actuando en
ejercicio del poder público, impone servidumbres a los propietarios o poseedores
de inmuebles con un fin público o de interés general, se trata de las
servidumbres administrativas.

Caracteres.
I. Es un derecho real público,
II. Integra el dominio público,
III. Constituido por una entidad pública,
IV. Sobre inmueble ajeno,
V. Con el objeto de que sirva al uso público.

Indemnización:
La servidumbre administrativa genera una relación jurídica obligacional y
creditoria entre la entidad beneficiaria y el propietario del fundo sirviente,
asumiendo calidad de deudor la
primera y de acreedor el segundo. Este deber resarcitorio surge del Art. 17 C.N.
y la indemnización repara el desmembramiento del dominio.
Dicha reparación debe ser proporcionada a la reducción y desmembramiento de
atribuciones jurídicas.
Formas de constitución
Las servidumbres administrativas pueden ser establecidas por:
Ley Formal: ya sea nacional o provincial, general o especial. El requisito es que
sea una manifestación del órgano legislativo.
Acto administrativo fundado en ley: ya que la ley puede autorizar
expresamente al poder administrador para la imposición de determinada
servidumbre.
Contrato administrativo: aquí la servidumbre se constituye por convenio
entre el propietario de la cosa y el estado, revistiendo la forma contractual que
puede ser gratuita u onerosa.
Accesión: aquí, una servidumbre existente sobre un bien privado se hace
pública porque la cosa a la cual sirve se convierte en pública.
Usucapión: la prescripción puede ser la vía procesal adquisitiva y constitutiva
de las servidumbres públicas, ya que si por prescripción se puede adquirir lo más
que es el dominio, también se podrá adquirir el uso.
Tipos de servidumbres administrativas
Según el Dr. Héctor Pozo Gowlan, se pueden definir a los tipos de servidumbres
administrativas como: De sirga o camino ribereño, el Artículo 2639 del Código
Civil dispone: “Los propietarios limítrofes con los ríos o con canales que sirvan
de comunicación por agua están obligados a dejar una calle o camino publico de
35 m hasta la orilla del río o del canal sin ninguna indemnización. Los
propietarios ribereños no pueden hacer en ese espacio ninguna construcción, ni
reparar las antiguas que existen, ni deteriorar el terreno en manera alguna”.
De acueducto: se encuentra enmarcado dentro de los términos del Art. 3082
del C.C.y consiste en el derecho real de hacer entrar las aguas en un inmueble
propio viniendo por heredades ajenas. Se aplica a las aguas de uso público,
corrientes bajo la concesión de la autoridad competente, subterráneas, etc.
Ferroviarias: son limitaciones a las propiedades linderas con vías férreas por
razones de seguridad y mantenimiento del servicio ferroviario.
De electroducto: es un tipo se servidumbre que permite el pasaje de líneas
conductoras de energía eléctrica para el uso público.
De monumentos y lugares históricos: implica que los lugares, bienes y
monumentos de contenido histórico o artístico de propiedad de la nación, las
Provincias, municipalidades o instituciones públicas quedan sometidos a la
custodia y conservación del gobierno federal, y en su caso en concurrencia con
las autoridades respectivas.
De frontera: las propiedades con las fronteras están sometidas a dos
limitaciones a la propiedad en interés público: 1) permiso de libre acceso a los
lugares de comunicación internacionales existentes en el inmueble y al libre
tránsito o pasaje de los agentes públicos nacionales a lo largo de la frontera; 2)
consentir la construcción o instalación de edificios para destacamentos que la
administración pública nacional considere indispensables para la vigilancia de los
pasos no habilitados al tránsito internacional.
De minería: son las otorgadas por razones de explotación minera.
De seguridad de la nación: encontrándose la administración pública
legalmente autorizada a constituir las servidumbres necesarias para la utilización
de las fracciones de terreno donde deban fijarse marcas o construcciones
especiales como ser: faros, balisas, etc.
Aeronáuticas: establecidas en el código aeronáutico y prohibiendo en las
inmediaciones de los aeródromos hacer construcciones, plantaciones u obras de
cualquier naturaleza que dificulten la partida o llegada de aeronaves sin
autorización previa de la autoridad competente.
Panorámicas: son las que se imponen al propietario para que permita al público
contemplar la belleza panorámica.
De salvamento: es la que obliga al propietario de tierras cercanas al mar a
permitir el uso de ellas para el salvamento de victimas de naufragio.
Ocupación Temporaria
La “ocupación temporaria”, constituye una limitación al carácter de absoluto
y exclusivo
del derecho de propiedad.
Lo podemos definir como: “El derecho real por el cual un ente público
estatal o no estatal expresamente autorizado adquiere por razones de
interés público de forma permanente o transitoria, el uso u goce de un
bien de persona no estatal”.

Tipos
Ocupación anormal, se produce ante una situación de emergencia o estado de
necesidad que exigen una solución urgente. Este tipo de ocupación no da
derecho a indemnización alguna. Debe ser declarada por una decisión
administrativa y no por ley.
Ocupación normal, debe ser declarada por ley la utilidad de la cosa o bien. La
ocupación normal da derecho a indemnización, debido a que se desmiembra la
propiedad por un tiempo determinado. La indemnización debe ser justas, actual
e integral y comprende el valor del uso del bien por el tiempo que dure la
ocupación y los daños y perjuicios ocasionados.

Expropiación:

Es un instituto de derecho público por medio del cual es Estado priva


coactivamente de la propiedad de un bien a su titular mediante una calificación
de utilidad pública (por medio de una ley) y previo pago de una indemnización.
En este caso el Estado para cumplir con sus cometidos traslada el bien de domino
particular y lo incorpora al patrimonio común.
Requisitos.
Declaración de utilidad pública por medio de una Ley del Congreso.
Identificación del bien a expropiar.
El pago de una indemnización justa.
El traspaso de dominio a favor del Estado
Naturaleza Jurídica.
La expropiación la encontramos regulada a nivel nacional por la ley 21.499 y en
el ámbito de la Pcia. De Bs. As. Por la ley 5.708. Ambas normas nos dirán que
pueden ser objeto de expropiación, los sujetos pasivos de esta, el procedimiento
judicial a seguir, etc.
Procedimiento.
La legislación prevé dos procedimientos expropiatorios:
El administrativo o extrajudicial, de avenimiento o acuerdo entre las partes,
donde el expropiante ofrece al expropiado el valor que fija el Tribunal de
Tasaciones de la Nación que luego se perfecciona con el traspaso de dominio al
expropiante.
El judicial o contencioso, en este caso el sujeto expropiante deberá promover
una acción judicial de expropiación para lograr la transferencia del bien. En el
juicio se va determinar el monto de la indemnización. Sin embargo el
expropiante puede desistir de la acción, pero si se produjeran daños y perjuicios
al propietario, éste último tendrá derecho a ejercer las acciones que le
correspondan para lograr un resarcimiento.
Asimismo cabe señalar que en ciertas ocasiones se produce lo que conocemos
como “abandono de la expropiación”, y tiene lugar cuando vencidos los
plazos sin que se haya ejecutado la expropiación, la declaración de utilidad
pública es inexistente.
Otra situación que puede configurase es la “expropiación irregular” que
consiste en que la acción es instaurada por el sujeto expropiado a fin de que el
sujeto expropiante adquiera el bien calificado de utilidad pública.
Por último, puede suceder que el sujeto expropiado solicite el reintegro del bien
expropiado cuándo el expropiante no cumple con la causa de utilidad pública.
Este procedimiento recibe el nombre de “retrocesión”.

Otras limitaciones a la propiedad privada


Requisición
Es un tipo de limitación administrativa que consiste en la ocupación o adquisición
coactiva de un bien por el Estado a efectos de satisfacer una necesidad pública
calificada por ley e
indemnizada.
La finalidad de la requisición puede ser utilización de inmuebles, adquisición de
cosas muebles, o prestación de un servicio, etc.

Decomiso
Es la destrucción de mercaderías o bienes por parte de la autoridad
administrativa en ejercicio de su poder de policía. No hay derecho a
indemnización. Ej. Se toma lo capturado por contrabando.
Secuestro
Consiste en la custodia temporaria de los bienes muebles como consecuencia de
una me medida procesal ordenada por un juez.
Proceso y procedimiento administrativo:

Concepto.
Algunos autores utilizan en forma indistinta los términos de proceso y
procedimiento administrativo, sin embargo podemos decir que constituyen dos
conceptos diferentes, en razón de que:
“El procedimiento administrativo es la parte del derecho administrativo
que estudia las reglas y principios jurídicos que rigen para la
intervención de los administrados en la preparación e impugnación de
la voluntad administrativa”.
También lo podemos definir, como el cauce formal por el que se desenvuelve la
función administrativa y que se encuentra sujeto a una serie de normas que la
Administración debe respetar para garantizar y respetar los derechos e intereses
de los administrados.
La función administrativa requiere de un procedimiento propio que regule la
preparación, la formación, la emisión e impugnación de la voluntad
administrativa y que justamente forma parte del derecho administrativo.
La Administración es parte del procedimiento administrativo y su decisión no
tiene fuerza de verdad legal.
El procedimiento administrativo tiene como finalidad satisfacer el interés
general.
Por último en el procedimiento es necesario agotar la instancia administrativa
cuando la pretensión del administrado no es satisfecha, es decir que es la etapa
previa al proceso judicial.
En cambio, el proceso contencioso administrativo:
Es un conjunto de actos ordenados en donde hay un litigio entre dos
partes (Administración y administrado) que es resuelto por un tercero
neutral, llamado juez y quien aplica la ley. El juez no es parte del proceso
ya que es imparcial al momento de resolver el litigio con fuerza de
verdad legal a través del dictado de una sentencia.
Como dijimos anteriormente, para dar inicio al proceso contencioso
administrativo es necesario el agotamiento previo de la instancia administrativa.
Podemos concluir que habrá “procedimiento administrativo” en el ámbito de los
tres órganos esenciales del Estado cuando realicen funciones materialmente
administrativas y habrá “proceso contencioso administrativo” cuando el Poder
Judicial ejerce la función judicial, entendida como la solución de controversias
con fuerza de verdad legal.

Tipos de procedimiento administrativo.


I. Procedimiento técnico, en este tipo de procedimiento la Administración
obtiene datos, información, elementos de juicio necesarios para decidir en
cuestiones relativas al interés general.
II. Procedimiento de gestión, la Administración tiene por objeto tomar una
decisión concreta en beneficio de un sujeto en particular, generalmente
para que se le reconozca un derecho. Ejemplo: el otorgamiento de un
beneficio jubilatorio.
III. Procedimiento sancionador, la Administración persigue sancionar a los
administrados cuando son violan las normas jurídicas administrativas.
Ejemplo: la aplicación de una multa por incumplir las normas de tránsito.
IV. Procedimiento recursivo, en este tipo de procedimiento la
Administración tiene por objeto resolver un recurso a fin de que la misma
modifique, revoque un acto administrativo cuando lesiona derechos
subjetivos e intereses legítimos. Ejemplo: Interposición de un recurso de
reconsideración contra un acto administrativo.

Principios jurídicos del procedimiento administrativo


Los principios jurídicos deben ser tenidos en cuenta como pautas fundamentales
de todo procedimiento administrativo y resultan aplicables a toda actividad que
implique el ejercicio de la función administrativa de modo tal que deben
considerarse esenciales en todo procedimiento y la trasgresión a estos principios
puede acarrear la nulidad del acto o
procedimiento.
La fuente de estos principios jurídicos son la Constitución Nacional y la Ley
Nacional de Procedimientos Administrativos (Ley Nro. 19.549).
 Legalidad objetiva, significa la que la actuación de la Administración
debe realizarse en el marco del ordenamiento jurídico, es decir que debe
estar sometido a la legalidad.
 Impulsión de oficio, significa que la Administración y los órganos deben
impulsar el procedimiento hasta su finalización independientemente que
el administrado haya actuado. Este principio se fundamenta en que la
actuación de los órganos no debe satisfacer únicamente el interés
individual sino un interés colectivo, de allí que la inacción del administrado
no puede determinar la paralización o extinción del procedimiento.
 De instrucción, en el procedimiento administrativo la Administración
tiene la potestad y la facultad de instruir, estos es, obtener las pruebas
tendientes para el esclarecimiento de los temas que se ventilan, como así
también la reunión de todos los elementos que coayuden a la elaboración
de una decisión final, material y correcta.
 Verdad material, en el procedimiento administrativo interesa la
averiguación de la verdad material de lo acontecido, de modo que la
administración debe atenerse a la verdad de los hechos, prescindiendo de
que hayan sido alegados y probados por el administrado.
 Debido proceso, este principio persigue garantizar respecto de todos
aquellos que puedan tener un interés en el procedimiento su derecho de
defensa. Este principio proviene de la Constitución Nacional que en su
artículo 18 prescribe “que es inviolable la defensa en juicio de la persona
y de los derechos”. También la ley nacional de procedimientos
administrativos (19.549) en su artículo 1º inc. f) dice: “derecho a ser oído,
derecho a ofrecer y producir pruebas de descargo, derecho a una decisión
fundada”.
 Informalismo a favor del administrado, si bien el procedimiento
administrativo debe estar sujeto a ciertas normas de índole procesal la
misma no debe ser tal que impida la libre actuación de los administrados,
es decir, que las normas y su cumplimiento no deben ser obstáculo para
que los administrados expresen sus peticiones. La ley Nacional de
procedimientos administrativos dispone como requisito de las normas de
procedimiento, el informalismo definiéndole como la excusación de la
inobservancia de parte de los interesados de exigencias formales no
esenciales y que pueden ser cumplidas posteriormente.
 De Contradicción, en ciertos procedimientos administrativos hay
intereses de los particulares que se contraponen y en estos casos el
mismo adquiere un carácter contradictorio, pero se debe respetar la
participación de los interesados bajo pena de ilegitimidad de la decisión.
 Ausencia de costas, las costas son todos los gastos y honorarios que
genera la tramitación de un proceso, pero en virtud de que no resulta un
requisito necesario el patrocinio letrado en el procedimiento
administrativo, la normativa no exige la imposición de costas a la parte
cuya pretensión no fue acogida. En consecuencia, cada uno paga sus
costas tanto la Administración como los administrados interesados, no
existe un vencido en costas porque no hay litigio en el sentido estricto de
contienda judicial porque la Administración es juez y parte.
 De eficacia, tiene por objeto hacer más eficiente las actuaciones
administrativas de ahí que el procedimiento debe ser más rápido, sencillo
y de mínimo costo procesal, debiendo cumplir con el requisito de
celeridad.
 Escrito, resulta necesario que el procedimiento sea escrito ya que obliga
a los órganos a fundar y decidir las peticiones.

El procedimiento administrativo:

Inicio: El artículo 3º del Reglamento de la Ley Nacional de Procedimientos


Administrativos prescribe que el procedimiento puede iniciarse de oficio o a
petición de parte. Una vez iniciado el procedimiento la Administración tiene la
obligación de impulsarlo de oficio.
Los escritos: Los escritos deben presentarse por escrito en idioma nacional, a
máquina o a mano legible con la firma del interesado, indicando nombre
completo, domicilio, relatando los hechos y petición en forma clara y precisa,
ofreciendo la prueba pertinente. Deberá presentarse en la Mesa de Entradas del
organismo correspondiente y deberán exigir que en el escrito pongan el cargo o
sello fecha sobre la copia del escrito.
Vista de las actuaciones: El interesado o su apoderado pueden ver el
expediente cuando quieran salvo que se haya guardado por alguna
circunstancia. Constituye el derecho de los administrados a tener pleno acceso
a las actuaciones administrativas. El artículo 38 del RNLPA consagra el derecho
a la vista “La parte interesada, su apoderado o letrado patrocinante podrán
tomar vista del expediente durante todo su trámite, con excepción de aquellas
actuaciones, diligencias, informes o dictámenes que, a pedido del órgano
competente y previo asesoramiento del servicio jurídico correspondiente, fueran
declarados reservados o secretos, mediante la decisión fundada del respectivo
subsecretario del Ministerio o del ente descentralizado de que se trate”. El
interesado también está facultado para sacar copias de las piezas a su exclusivo
cargo. La solicitud de vista tiene un efecto importante cual es la suspensión de
los plazos para recurrir durante el plazo que se le conceda la vista. La obtención
de la vista implica la notificación de los actos administrativos.
Los plazos: Constituyen el lapso en que deben cumplirse las etapas del
procedimiento. El plazo general es de 10 días si no se establece otro diferente y
se computan por días hábiles administrativos y a partir del día siguiente de la
notificación. Los actos y diligencias se practicaran en días y horas hábiles es
decir aquellas en los que trabaja la Administración, es decir que no se computan
los días de semana, igualmente por razones de urgencia podrá solicitarse la
habilitación de días y horas inhábiles. También se admiten el otorgamiento de
un plazo de gracia en la presentación de escritos en las dos primeras horas
hábiles administrativas del día siguiente al del vencimiento del plazo.
Notificación: Si la Administración emite un acto administrativo de alcance
particular deberá notificarlo al interesado a fin de que produzca efectos jurídicos.
Si se trata de reglamentos deberán ser publicados en el Boletín Oficial.
Finalización del procedimiento: Existen modos normales y modos anormales
de finalización del procedimiento administrativo. La resolución se produce
cuando se dicta un acto que decide sobre la cuestión que dio inicio al
procedimiento. La caducidad, como modo anormal, se produce por la
paralización o inactividad del procedimiento por un mínimo de 90 días por causa
imputable al administrado. El desistimiento se produce cuando el administrado
desiste voluntariamente del tramite promovido y la Administración dicta un acto
que da por clausurado el procedimiento, pudiendo el administrado volver a
plantear su petición, en cambio en la renuncia el administrado no tiene la opción
de volver a plantear su pretensión.

Impugnación de las decisiones en sede administrativa


La actividad de la Administración se encuentra sujeta a una serie de controles a
fin de que la misma se mantenga dentro de los límites de la legalidad.
Sin embargo en muchas ocasiones dicha actividad puede repercutir tanto en
forma positiva como en forma negativa hacia los administrados, por lo que es
importante resaltar la función de la Administración de reveer sus actos o bien
por el actuar de los particulares a través de los recursos, de las reclamaciones o
denuncias, cuando sus derechos subjetivos e intereses legítimos son vulnerados.

Los recursos. Introducción.


Los recursos son los medios que disponen los particulares con el objeto de atacar
una decisión emanada de la Administración con la finalidad de que sea revocada
o modificada.
En un sentido más restringido, podemos definir al recurso como:
“Remedio procesal con que cuenta el titular de un derecho subjetivo o
un interés legitimo para impugnar un acto administrativo que lo afecta
a fin de obtener su modificación, sustitución o revocación ya sea por el
mismo órgano que lo dictó o por uno superior”.
Según el Dr. Cassagne el recurso “es toda impugnación en término de un acto
administrativo tendiente a obtener del órgano emisor del acto, de su superior
jerárquico o de quién ejerza el control de tutela, la revocación, modificación o
saneamiento del acto administrativo que cause agravio o lesión en forma
ilegitima.
A través de ellos se busca impugnar un acto administrativo para controlar su
legalidad y defender los derechos o intereses quien dicho acto lesiono.
A través de la impugnación de un acto administrativo comienza un nuevo
procedimiento llamado impugnatorio.
A diferencia de los recursos, “las reclamaciones” no son en principio medios
para impugnar actos administrativos, en virtud de que la Administración no se
encuentra obligada a tramitarlas ni a dictar una decisión definitiva.
Por otro lado “la denuncia” administrativa a diferencia de los recursos y
reclamaciones, consiste en un acto por el cual el administrado pone en
conocimiento de la Administración de un hecho ilícito o la irregularidad de un
acto administrativo sin que la Administración se
encuentre obligada a resolverla.

Fundamentos.
Los recursos en principio podemos decir que son, un medio de control de la
actividad de la administración a fin de que la misma se ajuste a derecho, y
también constituyen una garantía para el administrado en protección de sus
derechos subjetivos e intereses legítimos.

Legitimación y sujetos.
La interposición de un recurso requiere que quien lo promueva tenga aptitud
para ser parte del procedimiento impugnatorio.
En relación a los sujetos del procedimiento impugnatorio tenemos en primer
lugar al “recurrente” como sujeto activo del procedimiento.
El otro sujeto que interviene en este procedimiento es “órgano
administrativo” que resuelve el recurso, que puede ser el mismo que lo dicto
o bien un órgano jerárquico superior.
Objeto.
Tal como lo vinimos adelantando, no hay dudas que el objeto de los recursos
administrativos lo constituyen” los actos administrativos”, dictado en
ejercicio de la función administrativa y que se encuentren firmes, esto es,
debidamente notificados.
Descartamos así lo actos internos o inter-orgánicos de la Administración que no
producen
efectos hacia los administrados y no son recurribles.
Efectos.
La interposición de los recursos administrativos trae aparejada la suspensión o
interrupción del curso de los plazos del procedimiento, incluido el de la
prescripción.
En relación al órgano, a partir de la presentación de recurso, el órgano emisor
del acto debe abocarse a su tratamiento y con relación a la ejecución del acto,
la interposición del recurso no suspende la ejecución y efectos del acto atacado.
Formalidades de la presentación.
La presentación de los recursos debe ajustarse a las previsiones contenidas en
los artículos 15 y siguientes del RNLPA, esto es: Indicación del acto que se
recurre y petición expresa a fin de que la Administración revoque o modifique el
acto. Redactado por escrito.
La firma del recurrente o apoderado.
Resolución.
El recurso debe ser deducido por la autoridad competente y la decisión que
adopte el órgano será la modificación, la revocación o sustitución como la
ratificación o confirmación del acto impugnado o bien el rechazo del recurso.

Los recursos en particular:


Reconsideración: Es aquel que se interpone ante la autoridad que ha dictado
el acto administrativo a fin de que lo revoque, modifique, según sea el caso.
Recibe otras denominaciones como revocatoria o de reposición. Se interpone
contra actos administrativos que impidan totalmente la tramitación del reclamo,
o que lesionen un derecho subjetivo o interés legitimo. Se interpone dentro del
plazo de diez días de notificado el acto y se cuenta a partir del día siguiente de
la notificación. El órgano debe resolver el recurso dentro del plazo de treinta días
contados desde la interposición del mismo y está facultado para rechazarlo o
desestimarlo.
La denegación puede ser expresa o tacita, y en cuyo caso queda habilitada la
vía para la
interposición del recurso jerárquico debiendo las actuaciones ser elevadas al
superior inmediato. El recurso de reconsideración lleva implícito el recurso
jerárquico en subsidio.
Jerárquico: Tal como lo vimos en la unidad correspondiente a la Organización
Administrativa, la jerarquía es uno de los principios jurídicos que la rige y una
de las manifestaciones de la potestad jerárquica de los órganos superiores es el
control que efectúan sobre la actividad de los órganos inferiores. La ley le otorga
al administrado la posibilidad de acudir a los órganos superiores para que revisen
las decisiones de los órganos inferiores. Esto se concreta en la interposición del
recurso jerárquico ya que abre una nueva posibilidad de revisión del acto por un
órgano distinto al que lo dictó. El plazo para interponerlo es de quince días de
notificado el acto que se desea recurrir y este debe elevarlo al superior jerárquico
dentro de los cinco días y el plazo para resolverlo es de treinta días a contar
desde la recepción de las actuaciones por la autoridad que debe resolver el
recurso.
Alzada: Este recurso se interpone contra los actos administrativos definitivos o
que impidan totalmente la tramitación del reclamo o pretensión y que hayan
sido emitidos por el órgano superior de un ente autárquico, sin embargo la ley
brinda la posibilidad de demandar judicialmente. Debe interponerse dentro de
los quince días de notificado el acto que se impugna y debe ser resuelto dentro
de los treinta días. Es opcional para el recurrente interponer este recurso porque
no es necesario agotar la instancia administrativa para demandar judicialmente.
Revisión: Este recurso procede cuando resultan contradictorios la parte
dispositiva del acto que se ataca; cuando se descubriesen nuevos documentos
que se ignoraban y eran necesarios para la emisión del acto. El plazo para
interponerlo es de 10 días y debe resolverse dentro de los treinta días por el
mismo órgano que lo dictó.
Denuncia de ilegitimidad: La LNPA dispone que una vez que se encontraran
vencidos los plazos para interponer un recurso administrativo se perderá el
derecho de articularlo, sin embargo ello no obsta a que se considere la
presentación como una denuncia de ilegitimidad. Pero dejemos en claro que no
es recurso y su admisión es restrictiva.
Proceso Contencioso Administrativo
Tanto la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos como su reglamento
regulan la protección judicial a los administrados cuando los actos de la
Administración lesionan sus derechos subjetivos e intereses legítimos.
Cuando la Administración emite un acto de este tipo, los administrados pueden
interponer un recurso administrativo contra dicha resolución a fin de que sea
revocada o modificada, tal como lo vimos en los acápites precedentes.
Una vez ocurrido ello, la Administración contesta el reclamo en sede
administrativa, ya sea positivamente o negativamente. Es así como se agota la
instancia administrativa dando lugar al inicio de las acciones judiciales para
defender un derecho o interés legítimo, es decir que no se podrá demandar al
Estado antes sin hacer el reclamo administrativo previo (salvo los casos en que
no se exige; es decir contra los actos emitidos por Entidades Autárquicas).
El proceso contencioso administrativo comprende todos los conflictos que
puedan ocasionarse entre la Administración y los particulares.
Para acceder a la instancia judicial no se requiere la presentación de un recurso
sino de una “acción judicial”.
La justicia, en el caso que corresponda efectuará un control de legalidad de los
actos de las administración (quedando excluido el control de merito,
oportunidad, juicios ejecutivos,
expropiación, desalojos, daños ocasionado a la Administración), de modo que el
fundamento del proceso administrativo estriba en la necesidad de cumplir con la
protección de los administrados contra la administración, defendiendo los
derechos subjetivos contra la exigencia administrativa.
La ley Nacional de Procedimientos Administrativos en su artículo 23 enumera los
casos en que puede ser impugnado por vía judicial un acto administrativo de
alcance particular:
Cuando revista la calidad de definitivo y se hubieran agotado las instancias
administrativas.
Cuando pese a no decidir sobre la cuestión de fondo, impida totalmente la
tramitación del reclamo interpuesto.
Cuando se diere el caso de silencio o ambigüedad que alude el artículo 10° de
la citada ley.
El particular afectado por un acto administrativo recurre administrativamente y
una vez agotada la vía, puede acceder a la judicial interponiendo una acción.
Por lo tanto, el titular de una situación jurídica administrativa (derecho subjetivo
e interés legítimo) puede defenderla en juicio, en virtud del principio
constitucional del artículo 18.
El proceso administrativo se inicia con la presentación de la demanda.
La primera etapa del proceso se la denomina “habilitación de la instancia
judicial” y significa la declaración que efectúa el juzgado relativa a que el actor
puede utilizar la vía judicial y ejercer sus derechos.
Una vez cumplida la etapa de admisión, “se corre traslado de la demanda”
para que responda, luego se producirán las pruebas pertinentes.
Finalizada la etapa probatoria se pasa a una etapa denominada de “alegatos”
donde se examina y meritúa la prueba rendida por las partes.
Una vez presentados los alegatos se llaman “los autos a resolver dictando
sentencia” produciéndose la terminación normal del proceso.
Finalmente la sentencia, puede ser recurrida mediante la interposición de
recursos por aclaratoria, revisión o nulidad.

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