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Peronismo cuando y como comenzó

El peronismo es un movimiento político surgido en argentina en la década de lo 1940.

El peronismo surge en el curso de la llamada Revolución del 43, un gobierno militar heterogéneo
que había derrocado al último de los gobiernos fraudulentos del período conocido como la Década
Infame, caracterizado como revolución o dictadura, según la postura política del observador. Entre
los militares que actuaban en el seno del gobierno militar se encontraba el coronel Juan Domingo
Perón, sin ocupar inicialmente ningún cargo de gobierno. Algunos meses después del golpe, un
importante grupo de dirigentes sindicales socialistas y sindicalistas revolucionarios (entre los que
se encontraban los socialistas Ángel Borlenghi y Juan Atilio Bramuglia, y el sindicalista
revolucionario Luis Gay), estableció contacto con Perón y el coronel Mercante, que llevó a la
formación de una alianza para incidir juntos en la política laboral del gobierno militar.15 Los
sindicalistas propusieron a Perón y Mercante crear una Secretaría de Trabajo, fortalecer la CGT y
sancionar una serie de leyes laborales que aceptaran los reclamos históricos del movimiento
obrero argentino. En esas reuniones previas, Perón intentó sintetizar el reclamo sindical
definiéndolo como una política para dignificar el trabajo.16

Desde ese momento, el grupo de sindicalistas y militares dirigido por Perón, impulsó una
estrategia de tomar a su cargo la política laboral del gobierno militar. En primer lugar Perón logró
que se le asignara un cargo menor en el gobierno, como jefe del Departamento de Trabajo. Desde
ese cargo y con el apoyo activo de una cantidad creciente de dirigentes sindicales, Perón inició una
reforma profunda en materia de derechos laborales, convenios colectivos de trabajo y de
previsión social, que lo llevó a fortalecerse políticamente en el seno del gobierno. Sucesivamente
Perón logró elevar la jerarquía de su Departamento de Trabajo al rango de secretaría ministerial,
acumulando luego los cargos de Ministro de Guerra y Vicepresidente.

Las reformas laborales, el aumento del poder de los sindicatos y la consolidación de Perón dentro
del gobierno militar, generaron un fuerte movimiento de oposición a Perón en los sectores
empresariales y otros grupos militares del gobierno, a los que poco a poco se sumaron todos los
partidos políticos existentes en ese momento.17 A comienzos de 1945 el conflicto entre ambos
sectores se polarizó, de la mano de la participación protagónica del embajador de Estados Unidos,
Spruille Braden, como opositor público y acérrimo de Perón y organizador de los grupos
opositores.18 Cuenta el historiador radical Félix Luna, que en ese contexto de alta conflictividad,
apareció primero el término “antiperonismo”, que llevó a su vez a que los diferentes grupos
ideológicos sindicales que apoyaban las medidas de Perón, decidieran comenzar a identificarse
como “peronistas” y a movilizarse contra lo que denominaron “la reacción capitalista”.1920 De
hecho, considera Luna, el peronismo aparece como un movimiento político-sindical diferenciado,
el 12 de junio de 1945, en ocasión de un acto sindical para defender las conquistas laborales
amenazadas.21
Para ese momento, la estructura económico-social del país había cambiado profundamente desde
la gran depresión de 1929. La economía argentina, basada casi exclusivamente en la exportación
de carnes y granos, entró en crisis. El país inició entonces una acelerada industrialización basada
en la sustitución de importaciones de los productos manufacturados. Este proceso fue
acompañado de un importante flujo migratorio interno desde las zonas rurales del interior hacia la
periferia de las grandes ciudades (fundamentalmente Buenos Aires, Rosario y Córdoba). Este
crecimiento vertiginoso de la clase obrera, ocupada por las nuevas industrias y con mayor
presencia de mujeres, son las que constituirán la base del movimiento peronista

Pasos a la presidencia.

El 12 de octubre Perón fue detenido y llevado a la Isla Martín García. En ese momento los líderes
del movimiento opositor tuvieron el país y el gobierno a su disposición. «Perón era un cadáver
político»61 y el gobierno, presidido formalmente por Farrell, estaba en realidad en manos del
general Ávalos quien asumió como Ministro de Guerra en reemplazo de Perón y sólo pretendía
entregar el poder a los civiles lo antes posible.

Perón fue reemplazado en la vicepresidencia por el Ministro de Obras Públicas, general Juan
Pistarini quien mantuvo los dos cargos y el Jefe de la Marina el Contralmirante Héctor Vernengo
Lima asumió el ministerio de Marina. La tensión llegó a un punto tal que el líder radical Amadeo
Sabattini fue abucheado por nazi en la Casa Radical, un gigantesco acto civil atacó el Círculo Militar
(12 de octubre) y un comando paramilitar llegó a planear el asesinato de Perón.62

La Casa Radical de la calle Tucumán en Buenos Aires, se había convertido en el centro de


deliberaciones de la oposición. Pero los días pasaron sin que se tomara ninguna resolución y los
líderes opositores cometieron graves errores: uno de ellos, no organizarse y esperar pasivamente
que las Fuerzas Armadas actuaran por sí mismas. Otro error, mucho más grave, fue aceptar y
muchas veces impulsar el revanchismo patronal. El día miércoles 16 de octubre era día de pago:

“ Al ir a cobrar la quincena, los obreros se encontraron con que el salario del feriado 12 de
octubre no se pagaba, a pesar del decreto firmado días antes por Perón. Panaderos y textiles
fueron los más afectados por la reacción patronal. -¡Vayan a reclamarle a Perón!- era la sarcástica
respuesta.”

El miércoles 17 de octubre se produjo una gran movilización de trabajadores y sectores muy


humildes que ocuparon la Plaza de Mayo exigiendo la libertad de Perón. En la misma jugaron un
papel decisivo los dirigentes sindicales, los metalúrgicos Ángel Perelman y Patricio Montes de Oca,
o Cipriano Reyes del gremio de la carne, dirigentes de base de la CGT que iban recorriendo las
fábricas incitando a los trabajadores a abandonar el trabajo para marchar coreando consignas en
favor de Perón por las calles principales hacia el centro de la Capital Federal . El presidente
Edelmiro J. Farrell mantuvo una actitud prescindente. Los sectores más antiperonistas del
gobierno, como el almirante Vernengo Lima propusieron abrir fuego contra los manifestantes. El
nuevo hombre fuerte del gobierno militar, el general Eduardo Ávalos, se mantuvo pasivo
esperanzado en que la manifestación se disolviera sola, y se negó a movilizar las tropas.
Finalmente, ante la contundencia de la presión popular, negociaron con Perón y pactaron las
condiciones: Perón hablaría a los manifestantes para tranquilizarlos, no haría referencia a su
detención y obtendría que se retiraran y por otra parte el gabinete renunciaría en su totalidad y
Ávalos solicitaría su retiro; Perón también se retiraría . pero el gobierno debía convocar elecciones
libres.

A las 23:10 Perón salió a un balcón de la Casa de Gobierno y habló a los trabajadores mientras
celebraban el triunfo. Anunció su retiro del Ejército, celebró la "fiesta de la democracia" y antes de
pedir que volvieran pacíficamente a sus casas con cuidado de no dañar a las mujeres presentes
dijo:

“ Muchas veces he asistido a reuniones de trabajadores. Siempre he sentido una enorme


satisfacción: pero desde hoy, sentiré un verdadero orgullo de argentino, porque interpreto este
movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de trabajadores, que es lo único
que puede hacer grande e inmortal a la Patria... Y recuerden trabajadores, únanse y sean más
hermanos que nunca. Sobre la hermandad de los que trabajan ha de levantarse nuestra hermosa
Patria, en la unidad de todos los argentinos.”

Golpe de 1930

…ocurrido el 6 de septiembre de 1930 en el cual un grupo de militares encabezado por el general


José Félix Uriburu se apoderó del gobierno, derrocando al presidente Hipólito Yrigoyen y
estableciendo una dictadura militar. No fue el primer intento de golpe de estado posterior a la
sanción de la Constitución en 1853, pero sí el primero en tener éxito total…”

Durante la primera presidencia de Yrigoyen las fuerzas políticas conservadoras no pudieron


construir un partido que pudiera pelear electoralmente. Cuando pensaban que luego de la
presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear podrían impedir el retorno de Yrigoyen fomentando
disidencias en la Unión Cívica Radical, la elección de 1928 les convenció de intentar el acceso al
poder mediante otros medios. Agustín Pedro Justo, exministro de Guerra de Alvear, y los jefes que
le eran adictos empezaron a conspirar esperando el desgaste del gobierno. A mediados de 1930
tomó contacto mediante intermediarios con el exdiputado conservador general José Félix Uriburu
y un grupo de jóvenes deslumbrados por Mussolini, que también estaban conspirando. El objetivo
de los dos movimientos era distinto ya que Justo se proponía desplazar a Yrigoyen y llegar a la
presidencia con un frente de radicales antipersonalistas, conservadores y socialistas
independientes, en tanto Uriburu pretendía reformar la Constitución para establecer un Estado
corporativo, con voto calificado y con un sistema de gobierno jerarquizado y autoritario; sin
embargo, Justo aceptó la utopía de Uriburu sabedor de su poca habilidad política y obtuvo que se
modificara la proclama para no asustar con sus sueños fascistas.

A fines de agosto la revolución en preparación se discutía abiertamente. El jurista y el político


socialista Nicolás Repetto hicieron llamados infructuosos a la cordura y sólo faltaba una chispa
para completar la etapa prerrevolucionaria.

El 29 de agosto en carteles aparecidos en las paredes de Buenos Aires la Liga Patriótica Argentina
exigía la renuncia de Yrigoyen. Al día siguiente otros carteles, esta vez firmados como "Juventud
Universitaria" exigían explicaciones al presidente sobre supuestas "alarmantes actividades
bélicas". El 3 de septiembre se conoció la renuncia de Dellepiane, hubo algunas manifestaciones
estudiantiles sin muchos concurrentes y el diario Crítica saca un titular a toda página: "La situación
del país es una bomba que no tardará en estallar". El día 4 se repiten las manifestaciones, hubo un
tiroteo frente a la Casa Rosada y muere un joven que, pese a ser un bancario radical se convierte
en boca de los adversarios del gobierno en el "estudiante asesinado", o sea el mártir que les
permite hablar de la "sangre derramada".

Yrigoyen, enfermo de gripe, el 5 de agosto delegó el cargo en el vicepresidente Martínez, quien


suspende las elecciones en Mendoza y San Juan. El mismo día el brazo derecho del general Justo,
el coronel Bartolomé Descalzo, se reunió con Uriburu para coordinar el papel de los civiles y este
acepta que concurran a los cuarteles para procurar persuadir a los militares de unirse a la
revolución

Es posible que dentro de las fuerzas militares leales hubiera quienes pensaran que solo se trataba
de obtener la renuncia de Yrigoyen y la actitud del vicepresidente Martínez es congruente con esta
tesis ya que el 5 de septiembre comenzó a modificar el gabinete, lo que quedó frustrado con el
golpe. El general Severo Toranzo, inspector general del Ejército, afirmó que cuando la columna
avanzaba hacia la Capital no pudo mover las tropas ubicadas en la ciudad porque Martínez se negó
a nombrarlo como jefe de la defensa.

En 19930 Juan Domingo Peron .fue contactado por Angel Solari .quien le dijo sin rodeos "El
general Uriburu está con intenciones de organizar un movimiento armado". En lo siguientes días
Peron realizo gestiones para la incorporación de oficiales al “proyecto”. Pero comenzó a tener
seria dudas sobre quienes estaban a cargo del proyecto..por esta razón El 3 de septiembre le
comunico a Alsogaray que se separaba del movimiento.pero se comprometia a colaborar cuando
se produjera. La víspera del golpe, Perón fue designado ayudante del teniente coronel Descalzo y
el 6 de septiembre los dos fueron a la Escuela Superior de Guerra donde aseguraron su adhesión.
Luego, fueron al Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín con una columna,
arrestaron a su jefe que se negaba a adherirse y lo reemplazaron por otro. Se formó entonces una
columna con tropas. Durante ese día permaneció en el lugar, resguardando la seguridad hasta que
llegaron las tropas restantes; por la noche patrulló las calles de la ciudad de Buenos Aires para
prevenir desmanes.

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