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Huelguista, mi hermano, tú
Identificación al falo materno
Thierry Florentin
El primero es el hilo lógico seguido por el operador, hilo lógico que él va, por
otro lado, a desarrollar remontándolo: si A, si B, entonces C. Siendo A la
elección materna, B la evicción paterna y C, la desgracia filial resultante, donde
C aparece como la consecutiva de A y de B.
M.A.- Yo también
Esto arranca más bien mal, ya que si bien en ese yo también podemos
escuchar lo que se quiere y naturalmente la buena voluntad de un sujeto
dispuesto a cooperar en aquello que se le pida, se puede escuchar también, y
sobretodo, "aprés-coup", como me apareció a mi al releer el texto, una
delegación agresiva: Yo, yo me pongo a su disposición para que usted me
explique lo que me pasa.
M.A.- Si, exactamente, así es, sí. Una forma de ... en fin, yo destruyo un poco
lo que hay a mi alrededor, mi trabajo, mis relaciones, etc, inclusive ahora. Si
bien en este momento trato un poco de responder al llamado de la tropa, para
no hundirme.
M.A.- Y bien, de los amigos, que tengo algunos, amigos que había abandonado,
que, y luego como además, por añadidura, lo que yo he hecho, lo he hecho un
poco de tal manera que me consideren en el trabajo. La dirección comienza a
tomar medidas, tengo colegas que me estiman y que hacen lo posible para
que las cosas se den de la mejor manera.
Dr Cz.- Sin embargo, usted hace todo para que lo despidan. Hay que llamar las
cosas por su nombre ¿Hasta dónde va a ir con esto?
M.A.- Haciendo eso, yo creo que no tenía un proyecto en especial, más allá de
que, en los momentos en donde no quería afrontar mayormente tampoco,
porque de hecho creo que tengo un gran problema, en fin; una cosa que
realmente me causa un serio problema, y es que tengo dificultad para afrontar
las cosas cotidianas. De todo lo que hace la vida común y corriente de
cualquiera: buscar un alojamiento, cambiar de alojamiento, manejar su dinero,
todo eso es extremadamente difícil para mi. Creo que yo le huyo a eso, hem,
yo le huyo...
Entonces, el hecho de suspenderse voluntariamente del trabajo, se da porque
estaba harto, no me hallaba más, tenía la impresión de no realizarme a
plenitud y sobretodo de no aprender nada más.
Dr. Cz.- Voy a ser un poco fuerte, brutal y desagradable. No le digo nada nuevo
con lo que voy a decir, usted está buscando hundirse, ¿no es cierto? La
pregunta que yo me hago, es ¿hasta qué punto usted va a llegar con el
jueguito del huelguista? Ya que si recapitulamos lo que le ha pasado en estos
últimos años, el trayecto es claro, entonces ¿hasta qué punto?
M.A.- Hem, no tengo idea, en fin, no sé, porque al mismo tiempo la salida me
aterra.
Dr.Cz.- ¡Ah bueno!, estoy muy contento de enterarme que eso le aterra.
Porque en este momento, solo la gente que está alrededor suyo se aterra con
eso, parece ser que usted es el menos aterrado; !cuando es a usted que esto
debería aterrar¡
M.A.- Si, si, yo lo sé, pero creo que reacciono de una manera un poco
irreflexiva, hem, impulsivamente, siguiendo mis ganas y no... Está también el
hecho de que hubo un momento en el que de hecho tenía dificultades para
establecer proyectos. Entonces esto de mandar todo a volar, era una manera
para mi, -trato de decirle lo que yo creo comprender, tal vez en quince días
comprenderé otra cosa, no tengo idea- pero mandar todo a volar, era tal vez
una manera, hacer la limpieza total, tabla rasa; pero al mismo tiempo, yo sé
que no es una buena solución, sé que no es algo viable y ...
Mandar todo a volar, hacer la limpieza total, tabla rasa, se borra todo y se
empieza de nuevo.
De esta manera no tiene nada que asumir de sus actos y la prueba de la
castración es eternamente rechazada, evitada. Ustedes ven cómo se dibuja
rápidamente en la entrevista la postura fálica y notablemente la ausencia de
una falta en el ser que vendría a ordenar, a estructurar el deseo.
M.A. Si
Dr. Cz.- No hay nada que hacer, ya que cuando se está en esa posición,
volvemos todo ficticio.
M.A. - Si, yo sé
M.A.- Eso me sirve a un... Hem? He pasado por el hospital de O., en otros
momentos, porque he ingerido cierto número de medicamentos con alcohol, ya
que hubo un momento en donde uno tiene la impresión de que no hay más
salida y luego después, pedí venir a la clínica, porque tenía la necesidad ...
Pero estoy de acuerdo, hay una voluntad de huída, a través de todo esto, eso
yo lo sé... y al mismo tiempo, tengo una dificultad increible para afrontar las
cosas más banales, las más corrientes.
Dr. Cz.- Solo que aquí hay una pequeña molestia, y es que mientras más hace
huelga, más se deprime y cada vez más la única salida que queda, es
mandarse a volar.
Hasta el día de hoy, nunca en mi vida he visto que lo que acabo de decirle se
haya desmentido.
M.A.- ......
M.A.- .....
Dr. Cz.- Y, si le recibo hoy día, es seguramente porque los médicos que se
interesan en usted, se dijeron: pero qué podemos hacer, ya que él ha tomado
una pendiente que no logramos invertir, ya que él mismo está en posición de
dejarse caer, a partir del momento en que se topa con una dificultad, él se
dice, bien, me lanzo...
M.A..- Si, estoy consciente de eso, al mismo tiempo, hay cosas en mis
gestiones, estoy lúcido, a pesar de todo, pero lo intento, eso no me impide huir
de esas responsabilidades, tengo tendencia a huirles, realmente huirles.
Dr. Cz.- Si eso ha sido su vida, esas contingencias, usted lo ha expuesto diez
veces, veinte veces, no vamos a hablar de eso otra vez, esto se tornaría
repetitivo, masticado...
M.A.- Si, estoy de acuerdo con usted, salvo que hay cosas de las cuales todavía
no he hecho el duelo, realmente. Cosas que están presentes todavía y que
influyen en mi manera de vivir.
M:A.- Y bien, conocí, viví con alguien que era atendida en el hospital, y nos
separamos, yo creo que esa fue una experiencia que me marcó
profundamente, porque de hecho, nos separamos en el preciso momento en el
que yo comenzaba a hundirme, eso pasó hace un año y aquella persona es a la
que yo cargué físicamente, a la que ayudé a sobrepasar los momentos dificiles.
En este momento, ya no estoy resentido con ella, siento rabia hacia ella, y
todo. No es el caso, es más... Hemm...
M.A.-....
Dr.Cz.- ¿Hem..?
Dr. Cz.- Entonces, usted tiene un radar muy preciso. Un radar muy preciso y
muy interesante que hace que una mujer le atraiga, y es inexorablemente
aquella que va a pedir un socorro imposible.
Dr. Cz.- Desde su punto de vista ¿de dónde viene esto, esta historia de misión
imposible, del lado de las mujeres?
M.A.- Ayer hablamos un poco de eso con mi médico, de una hipótesis que yo
sigo, en este momento, un poco..., hem, sobre la cual estoy reflexionando. Es
evidente, que tengo, eh, creo tener relativamente confianza en mi, en fin,
relativa en mi y el hecho de comprometerme en situaciones como estas que
me permiten aportar otra cosa, que yo mismo, en fin, de tener algo que dar, de
socorrer, etc. Pienso que yo refuerzo eso también, tengo ganas de reforzar eso
también, por el hecho de que tengo muy pocos amigos hombres y muchas
amigas mujeres.
LA ELECCIÓN MATERNA
Dr. Cz.- En su opinión ¿cómo se construye uno, una vocación salvadora frente a
una mujer que se encuentra en problemas?
Henos aquí de plano en la asignación del rol residual, ideal que este paciente
ha querido de buena gana constituir para su madre. No hay separación de las
generaciones.
M.A.- Si, si
1
"La clínica de la histeria masculina, conferencia dictada en Namur, el 23 de mayo de 1987, publicado en un
compendio de conferencias de Charles MELMAN hechas en Bélgica, Clinica psicoanalítica y lazo social,
Biblioteca del Bulletin Freudien, Asociation freudienne de Belgique.
Dr. Cz.- ¿Si esto empezó a los quince años, era porque estaba engranado,
desde antes?
Dr. Cz.- Cuando uno se dedica de esa forma a su madre, además, dándole una
mano para que se divorcie, es que..
M.A.- Bueno ella se divorció más tarde, pero desde los quince años yo tenía el
rol de su asistente, digamos... y luego, ella me atribuía el rol de confidente, yo
estaba enterado de cuantos amantes tenía.
Dr.Cz.- ¡Ah si!, ella le participaba de sus confidencias, ¡además! Es una curiosa
situación para un hijo, aquella de ser el confidente de los amores de su mamá.
Dr.Cz.- Hay hijos que dirían ¡Mamá arreglátelas sola, eh! ¡No son de mi
incumbencia tus amores!
Dr. Cz.- Entonces, ser tomado como testigo y confidente de las desgracias
sexuales y amorosas de su madre, lo menos que podríamos decir es que es
una curiosa postura, ¿o no?
M.A.- Si, si
Dr. Cz.- De parte del hijo, no es inocente, ¿debe encontrar algo para él, no? Hay
hijitos que dirían:
" ¡Escucha mamá, basta!” ¿Eh?
M.A.- ....
El operador insiste aquí para señalar la colusión incestuosa entre una madre y
su hijo, pero hay silencio. Ese silencio podría ser el tiempo de una reflexión
crítica que se esbozaría o de una molesta incomodidad que vendría a inhibir la
palabra.
Para nosotros clínicos, yo creo que ese silencio testimonia sobretodo de hasta
qué punto el incesto es antes que nada destructor del lazo de palabra, pero
también de la gran dificultad que él tiene de abodar este goce y de renunciar a
él. Estamos en el cerrojo de la problemática de este paciente.
Dr. Cz.- ¿Parece que prestar oído a la queja de su madre, caía por su propio
peso?
M.A.- Ella expresaba su desesperación , y entonces, si, yo estaba ahí para
escucharla también.
Dr. Cz.- ¿Cómo es eso? ¿Desde cuándo el hijo está ahí para escuchar los
sinsabores amorosos de Mamá? ¡es un curioso lugar, ese!
M.A.- Veinte años después, estoy de acuerdo con usted, pero en ese momento,
ella estaba desesperada, ella necesitaba, tenía ganas de hablar, yo estaba
cerca de ella, tal vez el mayor problema, lo que provocó esto, es que había un
conflicto abierto entre mi madre y mi padre, y que yo, estaba en conflicto con
mi padre, entonces al mismo tiempo, me aproximé efectivamente a mi madre
y ella me utilizó, utilizó esa cercanía tal vez para ... para atribuirme ese rol,
que...
Hela ahí, esta vez al fin enunciada la complicidad secreta que se fundamenta
en el tercero excluido, el padre o los amantes desventurados, complicidad
entre un hijo y una madre que explota sin vergüenza el conflicto edipiano,
legitimando, animando y sosteniendo el rechazo del padre e invistiendo al hijo
en el lugar viril que el padre alcohólico, catálogado como alcohólico extremo,
nunca asumió.
LA EVICCIÓN PATERNA
Dr. Cz.- Y ¿por qué tenía usted conflictos con su padre? ¿Podría haber tenido
conflictos con su madre?
M.A.- Hem, él no, no sé, yo fui su hijo, de hecho, en fin, biológicamente, yo soy
su hijo, sin embargo él nunca me lo ha demostrado.
M.A.- Si pero, tal vez se interesan en lo que el hijo vive, en fin, yo, él no sabía,
él no sabía lo que yo hacía, es más, le importaba un comino.
Eterna pregunta propuesta por Joël Dor al final de su obra sobre la función
paterna: ¿por qué, cómo y con cuanta complacencia, un padre deja que lo
destituyan de la función simbólica que le corresponde representar? Y ¿qué es
lo que ocurrió primero? ¿La demisión del padre llevado a la impotencia por la
superioridad pulsional dominante materna, o un padre ya enredado, cuesta
arriba con sus propias dificultades frente a la cuestión de la transmisión
paterna, y en la imposibilidad de asumir de forma duradera la más mínima
posición en este orden? A menos que, -como es lo más frecuente., se trate de
la conjunción de las dos, de lo imposible y de la impotencia...
Que es lo que tratará de aclarar Marcel Czermak
Dr. Cz.- Voy a decirle algo, ya que hace un rato, le decía que teniendo en
cuenta el interés que los hombres tienen en las mujeres y visceversa, no es
posible no tomar en cuenta la función del compañero para saber lo que le pasa
al otro. Si su padre estaba ausente, es posible que su madre haya tenido algo
que ver con eso. Si un tipo escoge una mujer que lo traiciona, que encima llora
en el regazo del hijito, el tipo, tiene que estar seriamente mal parado, también
¿o no?
Dr. Cz.- Si usted pudo dudar de que su padre fue su padre, es que había un
hueso a roer del lado de su madre. Normalmente, eso no causa problemas, o
incluso cuando tales o tales pueden fantasear eso o aquello -en realidad- una
duda seria en cuanto a la paternidad de su padre, eso, eso pasa por la madre.
M.A.- Aclaro, porque tal vez me exprese mal. Biológicamente, yo estoy seguro
de ser el padre de... en fin de ser el hijo de mi padre, para mis hermanos y
hermanas, es menos seguro. Para uno de mis hermanos es evidente que no es
él, que...
Dr. Cz.- Entonces, si su madre tenía tantos amantes, es decir que incluso si
esos chicos eran de su marido, ella tenía la cabeza en otra parte, ¿al lado de
otros hombres?
M.A.- Si, si, y si yo entre en ese rol del confidente, es porque ella acudía a mi,
pidiendome ayuda. Y como yo no era especialmente...
Dr.Cz.- !Ah, eso además¡ ¿Esto llegó hasta ese punto, "ayudarle a echar de la
casa a mi padre"?
Dr. Cz.- Habría podido pensar en lo inverso, si Mami no está bien con Papi,
podía largarse ella.
M.A.- Si
Dr.Cz.- ¿Uhm?
No, es a ¡Papá al que se echa! ¿Usted hizo la maletita?
M.A.- Le ayudamos.
Dr.Cz.- ¡Bravo!
¿Cómo es que alguien se mete en ese tipo de cosas, ¿Ah?
Porque eso se paga, es imperdonable. ¡ Como ve, no voy suavecito con usted!
Dr.Cz.- ¿Por qué su madre, que estaba tan descontenta de vivir con él, no se
largó, ya que ella de facto se tiraba con los tipos que tenía?
Dr.Cz.- ¡Ah!. Eso, eso es una gran desgracia femenina, efectivamente. Hay
tantas mujeres que están descontentas de su hombre y se quedan con él por
cuestiones de plata, eso es una cobardía, se lo señalo...
M.A.- Si , yo sé.
Dr.Cz.- ¿Usted cree que es fácil para un tipo vivir con una mujer que está en la
casa, únicamente porque los problemas financieros, le impiden largarse? ¡Es
una situación podrida!
M.A.- Efectivamente, usted me hace pensar que yo entré en ese rol, atribuí a
mi madre el rol de víctima y a mi padre el de verdugo.
Dr.Cz.- Víctima de ella misma, pero en fin, hem, ¡entretanto es su padre él que
está muerto!
Y ella ¿dónde está?
M.A.- Rompí contacto con ella, hace algunos meses
M.A.- Porque, como de costumbre, la primera vez que caí enfermo, ella estaba
presente y la cosa iba un poco mejor, o yo creía que iba un poco mejor. Como
de costumbre, ella me utilizaba, cuando era útil, el resto del tiempo, hum,
entonces, me harté, Tenía las llaves de su casa, se las devolví, no busco, no
busco mucho tener contacto con ella.
M.A.- Trabaja.
Creo que podemos deternos ahí, en lo que concierne a la entrevista. Más allá
de lo patético de este último cuarto de la entrevista y , en particular, lo que
tiene que ver con la suerte que corre el padre y de su evicción, de esta
recusación paterna que es uno de los avatares del declinamiento del Nombre
del Padre en nuestras sociedades, creo que esta entrevista nos enseña sobre
múltiples planos.
Antes que nada, es poco común, que podamos dirigirnos a un paciente a partir
de una posición como la que ha mantenido a lo largo de toda la entrevista,
Marcel Czermak, a su deseo de terapeuta, así como a la autenticidad de este
paciente, en el cual es perceptible que ya ha trabajado sobre sí mismo, pero
del cual hubiéramos podido esperar más palabras evasivas, o banalizaciones,
rodeos y negaciones.
Y más bien, nos sorprende la precisión de sus palabras, del empuje de las
mismas, palabras orientadas, afiladas, que no deja adormecer: "Eso que ha
sido su vida, de sus contingencias, usted lo ha expuesto diez veces, veinte
veces, no vamos a hablar de eso otra vez, eso tendría un aire repetitivo,
masticado." y no lo suelta, ya que él sabe, todo podría deshacerse como un
suspiro. Pero para llegar ahí se trata de sorprender al paciente, y la sorpresa
es el estilo, es el hablar franco en la lengua.
"¡Cómo se recupera uno de ese tipo de cosas, porque eso se paga, eso es
imperdonable!"
2
S. Tomkiewicz, L'adolescence volée, Hachette, Pluriels, 2002.
3
E. Kantorowicz, Mourir pour la patrie et autres textes, prefacio de Pierre legendre, Fayard, 2004.
4
F. Gros, Etats de violence, Essai sur la fin de la guerre, NRFessais, 2005. Y ahora, como lo dice Frédéric Gros, ya
no se habla de guerra, sino de "intervención" ¿qué hay de la virilidad masculina?. El investigador británico Richard
de Visser planteó la pregunta: "¿qué es un comportamiento de hombre?"a 31 londinenses, con edades entre 18 y 21
años. El análisis de las entrevistas fue edificante: ir al estadio de fútbol y, para los que no podían, agruparse en bares
con pantallas gigantes, "bajarse" vasos de cerveza y gritar para animar su equipo favorito.
propio uso las condiciones del amor cortés: yo no puedo forzarme y
enamorarme de alguien que esté bien. Es un Caballero a su manera: ella
expresaba su desesperación, entonces yo estaba ahí para escucharla, un
hombre que ama a las mujeres, con sus propias reglas, dispuesto a hacer las
maletas a un padre vaciado de cualquier función simbólica, dispuesto a
someterse a cualquier manipulación e incluso a ser el padre de sus hermanos y
que no quiere saber de las ratoneras en las que él cae. Pero él es leal, a su
manera, él no se sale de la fila, salvo cuando inevitablemente, se revela
decepcionado y traicionado: el sentimiento de haber sido abandonado en un
momento que era crucial. Hay una caballerosidad en este hombre siempre
listo a caer y recomenzar, a subirse al caballo por el amor de su Dama, imagen
en el espejo.
Ahora bien, resulta que sin duda, ese es el único acto de libertad, más allá de
él mismo, es más, incluso en su huida, en su cobardía. Por lo demás él nos
dice claramente lo que le ata, está dispuesto a recomenzar, en otro lado,
siempre, incansablemente...
DISCUSIÓN
Nuestra angustia, nuestro rechazo, viene de ahí. Mientras que toda nuestra
existencia, en nosotros neuróticos ordinarios se organiza con tan poca facilidad
y de forma tan sacrificada, -podríamos decir-, alrededor de ese falo paterno
que nos ordena, nos persigue, nos prescribe, sin permitirnos un instante de
respiro en nuestras vidas. El día en nuestros actos, la noche en nuestro reposo,
en nuestros sueños y hasta después de nuestra muerte en nuestras tumbas
con la inscripción funeraria.
Cyril Veken.- Una de las cosas sobre la que yo quería retornar, es a propósito
de la impresión de ironía. Las intervenciones de Marcel Czermak, en su
virulencia, tienen como objetivo permitirnos -esa es la cuestión de la cual
hemos hablado desde el inicio, la cuestión de la transferencia- tienen como
objetivo permitirnos avisorarlo que significa ese "yo también" antes que
elucubrar sobre eso. Es decir, ¿ cómo va a reaccionar él frente a esas
preguntas que le acorralan un poquito? No es cuestión de apreciar si él
responde bien o mal, o emitir juicios. Hay lugar para apreciar que, justamente,
sus respuestas son interesantes. Para aclarar la pregunta de Bernard, en mi
opinión, es decir ¿ es qué él puede o no hacer de otra manera? Sin embargo,
¡el tipo normal tampoco puede hacer de otra manera! Es lo que Melman nos
mostraba, es así, hay personas que están muy lejos de ser psicóticos y que son
así.