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4. Conclusión.
En este artículo he abordado la problemática que representa el término oppidum referido al
mundo ibérico. Aunque el término latino conlleva unas connotaciones de recinto fortificado,
hemos visto como en la sociedad ibérica esta simbiosis no es nada clara. Estoy de acuerdo
que prevalece un trasfondo guerrero y militar, pero en la mayoría de los casos estas
fortificaciones sirven para aumentar el prestigio social y económico de un asentamiento.
También me gustaría añadir que existe una dicotomía importante entre los pueblos ibéricos del
interior y del litoral. El comportamiento de los pueblos ibéricos del nordeste peninsular que
tenían acceso al Mediterráneo, como los indiketes, layetanos o cosetanos, es de mostrar una
mentalidad mucho más abierta hacia la llegada de nuevos colonizadores y mercaderes, que
provenían de otras zonas mediterráneas. Estos pueblos enseguida vieron la oportunidad de
conseguir un beneficio tanto social como económico con estas nuevas relaciones. La influencia
de colonias como Emporion y Rhode fueron decisivas en la extensión y aculturación de nuevas
formas de vida. Por otro lado los pueblos del interior, como los ilergetes o los bergistanos,
ofrecieron una resistencia mayor a esta aculturación y fueron los pueblos que lideraron las
sublevaciones militares contra el poder romano. En estos asentamientos del interior la
existencia de unas fortificaciones, tienen seguramente una lectura diferente, en la que
prevalece más la función militar y defensiva.
Aun teniendo en cuenta esta heterogeneidad, he realizado una clasificación, que puede
considerarse clásica, sobre los tipos de asentamientos en el nordeste peninsular. Así hemos
visto la diferencia entre poblados de cima, de barrera y de vertiente o ladera, aportando
ejemplos para cada uno de ellos.
La parte central del trabajo, ha consistido en un análisis sobre algunas de las investigaciones e
interpretaciones que se pueden extraer del asentamiento de Las Toixoneras-Alorda Park. He
querido resaltar por encima de todo, la idea de que nos encontramos ante un importante centro
agrícola con una principal función comercial y de redistribución. Mi opinión es que esta función
le proporcionó una preponderancia territorial, más que por razones de sometimiento o
militares. El asentamiento de Alorda Park nos permite entrever muchos de los entresijos de la
estructura social y económica ibérica, que tan difícil es extraer en la mayoría de casos.
El yacimiento de Alorda Park gracias al magnífico trabajo en el ámbito de la arqueología
experimental, junto con los avances tecnológicos que permiten la identificación y la datación de
los restos arqueológicos de un modo más fiable, favorecen la labor del investigador y facilitan el
acercamiento del público tanto para la docencia, como para el conocimiento del público en
general, de nuestro pasado histórico.
Notas.
(1) En el fragmento que muestro a continuación, que corresponde al relato que hace Livio de la
lucha de Catón contra el pueblo de los lacetanos, podemos observar que se hace mención al
término oppida. La descripción que hace de un poblado largo (oppidum longum), hace que
podamos pensar que se trata de un asentamiento de ladera o vertiente.
“Con esta tropa tan pequeña (Catón) tomó algunos poblados (oppida). Los sedetanos,
ausetanos y suesetanos se le sometieron. A los lacetanos, pueblo apartado y salvaje, les
mantenía en armas su nativa fiereza y especialmente la conciencia de haber devastado los
pueblos aliados (sociorum) con repentinos ataques mientras el cónsul y su ejército estaban
ocupados en la guerra de Turdetania. Así pues, el cónsul llevó, para poner sitio a su ciudad
(oppidum eorum), no sólo las cohortes romanas sino también los jóvenes de los aliados,
irritados con razón con ellos. Habitaban un poblado largo (oppidum longum) que no se extendía
otro tanto en anchura. Se detuvo a unos 400 pasos de él (...)..”
Livio (Ab urbe condita 34, 20).
(2) En este otro texto Livio nos describe la situación en el año 195 aC. en la que el cónsul
Marco Porcio Catón es enviado a Hispania Citerior para sofocar la revuelta indígena. Catón
tiene miedo de los pueblos indígenas y no se fía de su lealtad. Por esta razón toma la decisión
de destruir las murallas de sus oppida. Este mismo hecho es explicado por otras fuentes
(Apiano) y sabemos por ellas que Catón envió a cada pueblo una carta el mismo día,
obligándolos a destruir sus murallas en la misma jornada.
“Cuando se informó al cònsul de ello, mandó que se llamara a su presencia a los senadores
(senatores) de todos los poblados y les dijo: “Os importa a vosotros más que a nosotros no
rebelaros, supuesto que la rebelión hasta el día de hoy siempre fue con mayor quebranto de
los hispanos que esfuerzo del romano. Para que ello no ocurra, pienso que sólo se puede
precaver de una única forma: si se logra que no tengais posibilidad de rebelaros. Quiero
conseguirlo por el camino más suave posible. Ayudadme vosotros también en este asunto con
vuestro consejo. No seguiré ningún otro con más agrado que aquel que vosotros mismo mes
indiquéis”. Al quedarse ellos callados dijo que les daba un plazo de unos pocos días para
deliberar. Como, vueltos a llamar, guardaron silencio también en una segunda reunión,
habiendo hecho destruir en un día los muros (muris) de todas las ciudades, marchando contra
aquellas que no obedecían recibió la rendición (in dicionem) de todos los pueblos que
habitaban en derredor, según se acercaban a cada región”.
Livio (Ab urbe condita 34, 17).
5. Bibliografía.
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Protohistoria: colonitzacions i iberització. Enric Sanmartí-Grego. UOC. Barcelona 2000.
Història romana de Catalunya. Marc Mayer Olivé. UOC. Barcelona 2000.
L’urbanisme protohistòric a la costa de Catalunya. Sanmartí, J; Santacana, J. Cota Zero, 1994,
pág. 30-32.
Modelos de Hábitat en el mundo ibérico. Una década de investigaciones. Lorenzo abad Casal.
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Ciutadella ibérica de Calafell. Vídeo realizado por Bonavista Multimedia Calafell en 1998 y
publicado por la UOC.