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El águila bifronte

Poder y liberalismo en México

Enrique 0J.ontalvo Ortega


(Coordinador)

Antonio Annino
Marco Bellingeri
Marcello Carmagnani
Elizabetta Bertola
Paolo Riguzzi

Serie Historia
Instituto Nadonal de An~ opología e Historia
( 19ctS)
Liberalismo y libertad
de los antiguos en México
(el siglo XIX y los orígenes
del autoritarismo mexicano)

Enrique Montalvo Ortega

Que ningún ciudadano se imponga y perpetúe


en el ejercicio del poder, y ésta será la última
revolución.

El autoritarismo recurrente y sus orígenes

Con estas palabras concluye un candente manifiesto


decimonónico al pueblo de México, plagado de exi-
gencias ·democráticas y de peticiones de principio libe-
rales. Ahí se · presentaba una interesante radiografía
que muestra el estado que guardaba entonces la vida
. política del páís:
En el Congreso, una mayoría regimentada por medios
reprobados y vergonzosos, ha hecho ineficaces los no-
bles esfuerzos de los diputados independientes y con-
vertido la representación nacional en una cámara corte-
sana, obsequiosa y resuelta a seguir siempre los impul-
sos del ejecutivo [... ]
Varios estados se hallan privados de sus aütoridades
legítimas y sometidos a gobiernos impopulares y tiránicos,

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impuestos por la acción directa .del ejecutivo, y sosteni-
dos por las fuerzas federales. [... ]
de nuestra historia. La Revolución Mexicana, que derri-
Los amantes de la Constitución y de la libertad bó del poder al dictador, teniendo por lema principal
electoral son bastante fuertes y numerosos [ ... ] para "sufragio efectivo, no reelección", terminó por encum-
aceptar la lucha contra los usurpadores del sufragio brar a un régimen que en muchas de sus formas políticas
popular. 1 ha mantenido sorprendentes similitudes con el que Díaz
describiera hace más de un siglo en su célebre plan, y
El autor de este documento, proclamado en noviembre con el que él mismo instituyera después. .
de 1871 y conocido como Plan de la Noria, Porfirio Díaz, El desarrollo de la vida política de México desde el
ignoraba que la fina radiografía que en ton ces hacía siglo pasado hasta nuestros días Pª[t;~erí~ desmentir
del país, se repetiría, magnificada, algunas décadas des- la idea generalizada de que dicha vida se lia · regido
pués, y que conduciría a una de las revoluciones más conforme a las propuestas liberales, ya que las for-
violentas del siglo xx. mas cotidianas de ejercicio del poder, las relaciones
No imaginaba el caudillo de Tuxtepec que a él mismo sociales y culturales, parecen responder a una me-
tocaría ocupar durante varias décadas la silla presiden- cánica y una lógica muy distante de la que define al
cial, a contrapelo de su propia declaración, según. la liberalismo.
cual creía haber "dado suficientes pruebas de que no A lo largo de nuestra historia moderna y contempo-
aspiró al po'der", y ofrecía: "Si el triunfo corona nuestros ránea nos encontramos ante regímenes que continua-
esfuerzos, volveré a la quietud del hogar doméstico mente apelan a las formas de legitimación democrático-
prefiriendo en todo caso la vida frugal y pacífica del liberales, y que incluso utilizan recurrentemente sus
oscuro labrador, a las ostentaciones del poder." 2 procesos rituales: elecciones, campañas políticas, organi-
La incongruencia manifiesta en la actitud posterior zación y acción de partidos políticos, llamadas continuas
del dictador mexicano va más allá de la simple anécdota a la voluntad popula:, etcétera, pero que niegan reitera-
personal o de la ambición individual por el poder. damente esos principios en la práctica, y establecen e
Remite a una cuestión más compleja y profunda: las imponen formas autoritarias de gobierno, cercanas a un
estructuras políticas en México y su articulación con la ejercicio absolutista del poder. .
sociedad y los individuos que ejercen el poder. Esta continua discordancia entre los discursos e ideo-
El régimen de Díaz representa uno de los ejemplos logías que se invocan para gobernar y las formas políti-
más claros de las dificultades que enfrentó el liberalismo cas con que se ejerce el poder, nos remite necesariamen-
para generalizarse como forma de relación política. El te a cuestionarnos sobre la vigencia que el liberalismo y
proceso que siguió constituye una constante a lo largo la democracia, como ideologías políticas y como prácti-
cas de organización, han tenido en nuestro proceso de
1
conformación nacional, en la cultura política, en las .
Plan de la Noria, elaborado por políticos descontentos con la perma-
nencia de Benito Juárez en la Presidencia de la República, y el cual sirvió
. prácticas institucionales y en general en las relaciones
como base a la revuelta encabezada por Porfirio Díaz (9 de noviembre sociales.
de 1871). En Planes de la Nación Mexicana, libro 6, 1857-1910, México, Esta disparidad manifiesta entre discursos políticos y
Senado de la República/Colegio de México, 1987, pp. 204 a 206.
2
ldem.
prácticas políticosociales es, a nuestro parecer, la pre-
ocupación principal que orienta los trabajos reunidos en
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245
este libro, y en torno a ella reflexionaremos a lo largo de El ·liberalismo surgió en Europa a raíz de la descom-
las siguientes líneas. · posición del viejo orden feudal e implicó la modificación
El examen del liberalismo mexicano conduce, como del sistema económico, de la vida política, de la cultura
veremos posteriormente, al de la cultura e identidad y de la religión misma. Con él nació un nuevo modelo de
nacionales, sustrato sobre el que tiene que asentarse civilización en el que -las concepciones éticas y morales
cualquier forma de ideología que pretenda implantarse de felicidad, trabajo, libertad, etcétera, se vieron trasto-
en una sociedad. 3 cadas radicalmente. Si antes el clero dominaba a la
En el caso de México el encuentro de ambos produjo sociedad y dictaba las formas de vida e imponía sus
un efecto peculiar, por el cual la cultura nacional modifi- concepciones míticas del mundo, ahora se celebraba la
có profundamente el contenido y los efectos del libera.:. ciencia y se postulaba a la razón como valor supremo.
lismo, al punto que se podría llegar a considerar que su Mientras en la época previa los vínculos de solidaridad
implantación derivó en una transformación radical de prevalecían en las relaciones entre los hombres, ahora
su propio contenido. surgía el individualismo como valor supremo.
Con el ascenso del comercio, primero, y después de
la producción capitalista en sus diversas fases, se abrió
El liberalismo y su contexto histórico una etapa en que la acumulación de bienes constituyó la
ambición suprema, e incluso surgió un nuevo código reli-
Antes de reflexionar sobre la implantación y modo de gioso, el del protestantismo, que a partir del puritanismo
operación del liberalismo en México, es necesario preci- colocó como valor supremo al éxito individual, el que se
sar brevemente el contexto histórico en el que surgió el vinculaba a la salvación en la vida ultraterrena. En esta
liberalismo europeo, punto de partida, o al menos transformación el liberalismo fue la ideología privilegia-
referente ideológico político del fenómeno que analiza- da que configuró el nuevo orden político y apuntaló el
remos en nuestro país. 4 desarrollo económico y la constitución moral de la
nueva sociedad.
Partiendo de la idea de que el individuo, por el sólo
3
hecho de serlo, posee derechos fundamentales que de-
Pretender estudiar, como se ha hecho en muchas ocasiones, las ideas
al margen de los procesos sociales, conduce a identificar tendencias que ben ser preservados, el liberalismo postula que el Esta-
nunca encontraron asiento en los hechos. Así, la simple mención de un do, que antes ejercía poderes absolutos, debe limitar
amplio despliegue inte1ectual de los liberales, que realmente existió duran- éstos y respetar los derechos y prerrQgativas fundamen-
te el siglo XIX, podría JJevar a la idea errónea de que entonces predomina-
ron instituciones liberales que operaban como _tales, y que las relaciones tales del individuo. El Estado tiene que limitarse tanto en
sociales se normaban a partir de eJJas. Resulta imprescindible analizar el sus poderes (debe someterse a normas ·universales)
sustrato social sobre el cual se trataba de implantar esas ideas. como en sus funciones (debe ser un Estado mínimo).
4
• E~ .c,omún cuando se habla de liberalismo, que se adopte cierta
1mprec1s10n conceptual. A diferencia del análisis económico, donde . los Las restricciones en el ejercicio del poder y en las fun-
términos son bien precisos (ganancia, interés, e incluso el debate económi- ciones que caracterizan a un Estado liberal no lo convier-
co sobre feudalismo y capitalismo, llevó a una amplísima precisión concep- ten por sí mismas en un Estado democrático. Más aún
tual), en el análisis político pareciera que dicha precisión fuera innecesaria.
Es po~ ello que en_ esta sección trataremos de limitar el concepto de en sus orígenes, el Estado liberal distaba mucho de ser
hberahsmo en relación con su referente histórico. democrático. Restringía la participación en el gobierno

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a algunos grupos privilegiados. En muchos de los pri- cia o grupo de socialización de su medio (familia, Iglesia,
meros Estados liberales, para ser electo se requería Estado). Las nufvas ideas e instituciones se oponían a
poseer cierta cantidad de bienes o ingresos, y para tener lo que consideraban era una forma de opresión, consis-
derecho a votar se exigían también requisitos similares. tente en ubkar los intereses de la comunidad o corpo-
La liquidación de los obstáculos a la generalización ración, en su caso, por encima de los del individuo. 5
del derecho a votar y ser votado fue el resultado de una En México y en América Latina el terreno no estaba
transformación del liberalismo, que derivó en liberalis- abonado para el desarrollo del liberalismo, por el contra-
mo democrático o democracia liberal. En realidad fue- rio, se presentaba adverso a una organización liberal e
ron necesarias décadas de intensas luchas sociales para individualista de la sociedad.
que los liberales conservadores fueran por fin derrota- Así, las leyes de Reforma, elemento sustancial de ese
dos y se llegara a establecer la democracia. proceso, se dirigían- "contra las costumbres, los hábitos,
los privilegios y -más profundamente- contra el modo
de vivir y pensar de la mayoría de los mexicanos de
Liberalismo origi,nario y liberalismo mexicano aquella época". 6
En Europa el liberalismo impulsó el grito victorioso
En apariencia, el liberalismo mexicano es igual que el de las masas frente al absolutismo opresivo. En México,
europeo. Las mismas ideas,. por un proceso de expan- y en gene.ral en muchos países latinoamericanos, el
sión o de adopción,habrían sido asimiladas en realidades liberalismo fue la punta de lanza de un proceso homo-
o contextos diferentes, sufriendo algunas pequeñas geneizador, elitista y en ciertos aspectos racista, que en
modificaciones insustanciales. nombre de la libertad impondría sobre un vasto y
Sin embargo los esfuerzos por encarnar las institu- variado mosaico cultural el peso de un Estado nacional
ciones y prácticas liberales en el contexto mexicano ' 1 excluyente, bajo las condiciones de una ideología que
!
enfrentaron resistencias tales que modificaron su pro- no lograría, ni lejanamente, el arraigo que tuvo en otras
pio contenido esencial, cuando no impidieron de lleno latitudes.
su funcionamiento.
En Europa el liberalismo se generó de manera más 5
Para el liberalismo el Estado sólo se justifica en cuanto "acuerdos entre
o menos espontánea, como el resultado de un proceso individuos en principio libres que convienen en establecer los vínculos
económico y social autopropulsado, que incluye la ex- estrictamente necesarios para una convivencia duradera y pacífica", Norberto
pansión del comercio y de la producción capitalista, con Bobbio, Liberalismo y democracia, México, Fondo de Cultura Económica
(FcE), 1989, p. 14. Toda asociación, como lo •postula la Declaración de los
el consiguiente surgimiento de nuevas clases y grupos Derechos del Hombre y del Ciudadano, encuentra justificación en "la
sociales, el crecimiento de las ciudades y el declive del conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre".
régimen feudal. La Ilustración, como gran revolución Citado en Bobbio, op. cit., p. 13. De lo anterior deriva que, para el
liberalismo, toda asociación que ponga cualquier tipo de interés comuni-
cultural, había abonado el terreno sobre el que se fue tario por encima de los individuales resulta contraria a la naturaleza. El
conformado el proceso liberal. bienestar social y económico sólo se logra a partir de la competencia y lucha
El desarrollo del liberalismo implicaba también que el entre individuos, como lo pensaban los filósofos (Locke, Hobbes) y
economistas (Smith, Mili) que dieron forma al liberalismo.
respeto al individuo, a sus derechos y garantías indivi- 6 Edmundo O'Gorman, La supervivencia política novohispana, México,

duales, se colocara por encima de cualquier otra instan- Universidad Iberoamericana, 1986, pp. 60 y 61.

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A lo largo de nuestra historia el liberalismo fraca- Este cúmulo de contradicciones e interrogantes
saría en la creación de instituciones y prácticas capaces apenas comienza a ser objeto de análisis bajo el empuje
de garantizar las libertades que decía perseguir. de uria historiografía que ha renünciádo ·a las tenden-
Durante muchos af)os la historiografía dio por hecho cias viciadas de la historiografía anterior: sustituir el
que el liberalismo tuvo un éxito indiscutible en México, estudio de los procesos políticos reales por el de su
y sugirió que dicha ideología se encontraba en el origen expresión legal o jurídica; buscar preferentemente cons-
de nuestra nacionalidad. 7 tantes· evolutivas, dejando al margen los momentos
La historia patria oficial otorga un papel preponde"7 de ruptura; explicar los procesos históricos a partir sólo
rante-al liberalismo dentro de su perspectiva evolucionista. o principalmente de la acción de los grandes héroes
Lo que en los hechos se presentó como un violento nacionales.
enfrentamiento entre grandes masas que se oponían a
las élites liberales, aparece como una suave y gloriosa
amalgama, una síntesis fácil ayuna de conflictos. La lucha por implantar el liberalismo en México
Ante estas versiones que traducen la presencia de las
ideas liberales entre los miembros de las élites, como su A pesar de los reiterados esfuerzos realizados a través
indudable operación y funcionamiento institucional, de la historia de México por sus grupos gobernantes,
surgen un cúmulo de interrogantes. ¿Por qué la legisla- hasta nuestros días el liberalismo no ha pasado .a formar
ción ha estado tan distante de su operación real, lo que parte predominante de nuestra cultura política. De ahí
ha desembocado en la inexistencia, hasta nuestros días, que los proyectos para modernizar la estructura política
de un auténtico Estado de derecho?, ¿cómo explicar la se hubieran encontrado con obstáculos insalvables, y
fragilidad de la libertad y derechos individuales?, ¿a qué que los cambios caminaran a un ritmo extremadamente
remitir el escaso contrapeso a la fuerza de un Estado lento. Lo anterior ha llamado la atención hacia el estudio
que frecuentemente se extralimita en sus funciones, de la cultura política mexicana.
sin que ello le reporte problemas graves para su ope-
ración?, ¿cómo explicar la reiterada inexistencia del
sufragio efectivo?, ¿por qué el liberalismo no evolu- Civilizadores contra bárbaros
cionó hacia formas democráticas y, por el contrario,
bajo su manto se cobijaron procesos oligárquicos? Desde una perspectiva histórica de largo plazo, dos
grandes corrientes políticoculturales se han desarroll~-
do en México, enfrentándose y midiendo fuerzas conti-
nuamente entre sí, la que ha enarbolado la bandera del
7
Investigaciones tan valiosas en su recopilación y análisis ideológico, progreso y el triunfo de la civilización occidental, · y
como la de Jesús Reyes Heroles, al mantenerse en ese terreno, olvidan la
importancia de las comunidades extendidas en vastas regiones del país, que
aquella que d_ifusamente podríamos denominar nacio-
se oponían al desarrollo del liberalismo impulsado desde arriba por la clase nal popular, conformada por quienes han resistido de
gobernante compuesta de criollos y mestizos. Véase al respecto Jesús Reyes diversas maneras y en diferentes mómentos de nuestra
Hernies, El liberalismo mexicano, México, FCE, 1982. Algo similar sucede
con el reciente libro de Charles A. Hale, La transformación del liberalismo en
historia los embates del progreso y han defendido las
México a fines del siglo XJX, México, Vuelta, 1991. manifestaciones culturales autóctonas.

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La primera corriente, que de aquí en adelante llama- torio en todas sus formas ha impedido que se des-
remos "corriente _de~ progreso",.ha partido del supuesto mantelaran plenamente las raíces tradicionales de
que uno?e., los p~mc1pales problemas y exigencias nacio- nuestra cultura, sus formas comunales o colectivas
nales res1d1a en implantar las tendencias, hábitos, cos- de producción, lo cual no quiere decir que dichas
tu°:1?res y formas de vida propias de Occidente en la raíces hubieran permanecido íntocadas, sino que han
region que hoy ocupa México. tenido que adecuarse para subsistir.
. ~os conquistadores primero, y después quienes se La primera ola de progreso vino con los conquistado-
hicieron cargo del proceso de colonización, enarbolaron res españoles, que al establecer el régimen colonial
la bandera del progreso y la civilización como uno de sus realizaron una imposición cultural de proporciones in-
objetivos principales, e hicieron todo cuanto pudieron · conmensurables.
para modificar el modo de vida indígena y orientarlo de La Independencia no resolvió el problema, más aún,
acuerdo con la cultura europea en boga. en muchos aspectos lo agravó, al introducir la fuerza
Cuando los prin~ipi_os li1?erales se extendieron por devastadora del liberalismo, que eliminó las medidas
Europa, sectores s1gmficativos de la élite mexicana patrimonialistas que en cierto grado limitaban y contro-
los adoptaron como dogma supremo, difundiendo la . laban la explotación de los indígenas.
defensa de la propiedad privada frente a las formas Este nuevo elemento, aunado al inveterado anhelo de
~o~~nale~ de propiedad indígena y postulando al progreso y modernización, así como al de alcanzar un
11:1div1duahsmo en contra del predominio de las rela- rápido enriquecimiento, sentó las bases para la creación
Ciones ~omunalistas prevalecientes entre las mayorías y engrandecimiento de los latifundios y la destrucción
campesmas. de comunidades y formas autóctonas de vida indígena y
Estos mismos grupos fueron los que impulsaron el campesina. Terratenientes y gobernantes contribuye-
desarrollo del capital comercial, agrario e industrial. ron, a lo largo del siglo XIX, al avasallamiento y sujeción
Los propugnadores de la corriente nacional popular, de aquellos que se opusieron al sueño de progreso que
po_r su parte, han enfrentado por medio del combate proclamaban.
ª?~e.rto o !ª resist~ncia pacífica los embates del proceso Con la Revolución Mexicana no cambió mucho el
civihzato_no,_ ~amfiestos tanto en la conquista como en panorama. Triunfaron los militares norteños, compro-
la _colomzac10n, y en la instauración de la propiedad metidos cultural y económicamente con el capitalismo.
pnvada. Seguidores del sueño norteamericano impulsaron las
. Co1: esta lucha han propiciado la permanencia de una ruedas de la modernidad por encima de cualquier cosa.
diversidad cultural autóctona, de relaciones sociales Cambiaron los métodos, otorgaron un nuevo papel al
op~est:is a l~ homogeneización social que caracteriza al Estado y'sustituyeron a la rancia aristocracia terratenien-
capitalismo. Se han resistido a la disciplinarización de los te por la naciénte burguesía, pero continuaron la vía de
~rab~jadores a método_s m_<:dernos de producción que la occidentalizaciói:t forzosa del país. Redujeron la cultu-
i~phcan la deshumamzacion del obrero y su someti- ra popular a elementos folclóricos que debían ser exal-
miento pleno al capital. tados en murales y discursos, mientras se le sometía a los
1:ª acció? de defensa o reformulación cultural y férreos dictados del autoritarismo del Estado nacional
soCial de qmenes no se han sometido al proceso civiliza- posrevolucionario. A la vez se pugnaba por implantar un

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. capitalismo agrario e industrial como forma predomi- ción de buena parte del patrimonio cultural de Occiden-
nante de desarrollo de la sociedad. te. La corriente popular, por su parte, ha perseverado en
El gobierno de Lázaro Cárden~~ amin-0ró, en ciertos la preservación -resistiendo continuas agresiones- de la
aspectos, la velocidad del proceso de integración y diversidad cultural, de las tradiciones frente a la moder-
desarrollo capitalista, respondió a la secular demanda de nidad y ha sústentado formas de participación y demo-
tierras que el ala vencedora de la Rev.olución se había cracia inéditas y·autóctonas. A la vez ha sido en ocasiones
negado a considerar e intentó atemperar los desniveles parte de procesos como el de la guerra cristera, aliado a
existentes entre el capital y el trabajo. Con ello otorgó fuerzas profundamente opresivas.
bases de legitimidad al nuevo Estado, pero no pudo Ahora que se inicia en nuestro país un nuevo experi-
frenar el empuje "civilizador" que venía de antaño. mento liberal, el de,neo liberalismo implantado desde la
Los gobiernos posteriores, con uno u otro énfasis, cúpula del Estado: es buen momento para enjuiciar y
haIJ. continuado el proceso modernizador, avasallando analizar históricamente el papel protagónico y formativo
todo aquello que se les ha puesto enfrente. que ha tenido el desempeño liberal en nuestro siglo xrx,
La corriente nacional popular se ha conformado con como gran corriente occidentalizadora y mod~rnizante
todos aquellos que han · sido víctimas, conscientes o que ha prevalecido por casi dos siglos.
inconscientes, del proceso civilizatorio occidental y del El siglo XIX mexicano en su conjunto, es quizá la etapa
desarrollo capitalista que le ha acompañado. Se ha for- más difícil y oscura de la historia de México. Si bien
mado principalmente por indígenas dispersos por todo existen magníficos estudios que se avocan a la Indepen--
el país, campesinos y trabajadores urbanos de reciente dencia, la Reforma y el Porfiriato, o que tratan de lograr
migración a las ciudades, miembros de los grupos me- interpretaciones generales, el peso de los presupuestos
dios (profesionales e intelectuales), . así como margi- ideologicopolíticos .es aún muy grande, al igu~l que las
nados y obreros que aún conservan sus raíces tradiciona- tendencias a reconstruir la realidad sólo o principalmen-
les. Es notable la diversidad de la composición de clases te a partir de los procesos de expansión de las ideas.
entre quienes participaron de esta corriente. Así, una de "las justificaciones políticas más frecuentes
Mientras los abanderados del progreso han contado del Porfiriato, aquella que veía en las décadas que le
con la fuerza del Estado nacional, que ha actuado como precedieron desde la Independencia tan sólo una suce-
elemento unificador, los miembros de la corriente nacio- sión de procesos anárquicos y desordenados, sin ningu-
nal popular han vivido dispersos geográfica y política- na lógica aparente, se presenta aún como recurso expli-
mente, .resistiendo cada uno a su manera las embestidas cativo en los análisis de la primera mitad del siglo XIX.
del .progreso y defendido de mil formas sus raíces Con la interpretación del Porfiriato sucedió, durante
cµlturales. mucho tiempo, otro tanto. La percepción de ese régi-
No todo lo que produjo la corriente modernizadora men como una dictadura pura, rígida e inflexible, exal-
ha .sid9 negativo. Tampoco es válido idealizar a la tada como una especie de leyenda negra por los· revolu-
corriente popular exaltando cada uno de sus logros y cionarios en el poder, impidió durante muchos años
luchas ..Si bien la pdmera fue la principal artífice de las comprender los procesos de legitimación que promovió,
formas autoritarias que aún .hoy prevalecen, también a y que le permitieron, aunados a los mecanismos repre-
ella debemos la .sep 4 ración Iglesia-Estado y la asimila- sivos, gobernar y llevar adelante su proyecto económico.
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Es conveniente puntualizar aquí que cuando hablamos La resistencia popular al liberalismo
de legitim~ción nos referimos a acciones que tendían a
lograr el respaldo hacia las formas de poder (muchas Prácticamente todos los que se han ocupado del libera-
veces autoritario) y no a procesos de legitimación demo- lismo mexicano coinciden en subrayar su carácter exter-
crática. No es que se pretendiera imponer formas de- no a nuestro país, que fue una doctrina trasplantada
mocráticas para lograr legitimidad, sino que se trataban desde el exterior. Algunos enfatizan la influencia gaditana
de legitimar los mecanismos dictatoriales por los cuales mientras que otros atribuyen mayor importancia a la
se ejercía el control. Revolución Francesa.
Orientados sus mrjores esfuerzos por estas preocupa- La discusión parece haberse centrado en torno al
ciones, la historiografía eludió mucho tiempo pregun- grado de pureza alcanzado por el liberalismo en rela-
tas y problemas capitales, sobre cuestiones como la ción con ·el modelo original o ideal, a la manera en que
continuidad política y económica a lo largo del siglo XIX, se combinó con elementos autóctonos, en que se amal-
las formas y procesos electorales, los mecanismos reales gamó o fue utilizado para instrumentar la dominación
de representación política, el sentido del discurso y la oligárquica, dando lugar a un régimen político pecul_iar
práctica del liberalismo, y sobre todo la manera en que que se ha dado en llamar liberal oligárquico, 9 o introdu-
esta corriente cultural se articuló como parte del pro- . jo preocupaciones sociales que eran ajenas a los ideólogos
ceso de racionalización occidental, enfrentándose así europeos que lo crearon, originando una especie de
a la mayoría, que participaba de una cultura diferente, liberalismo propio, mi liberalismo que fue social desde
si no antitética. sus orígenes, 10 o siendo finalmente el patrimonio de una
Por ello se perdió a la vez la posibilidad de reflexionar élite desvinculada del pueblo, que terminó por imponer
sobre el sentido profundo, sobre las raíces de las actuales a éste.sus proyectos, cristalizando en un Estado distante
formas del poder · político en México, que, a nuestro de su sociedad. 11
juicio, provienen en buena medida del siglo XIX. 8 En este tipo de interpretaciones suele desestimarse la
consideración sobre el sustrato humano, sobre la pobla-
ción que se pretende asimilar a la ideología y práctica
8
liberales. Más específicamente no se consideran las
Con esto no pretendo negar la importancia indiscutible de la etapa
colonial, sino tan sólo enfatizar la significación especial y relevante del siglo
características de la identidqd y la cultura nacionales de
x1x para este tema, en la medida que fue en esa centuria cuando los perfiles la población mexicana. ·
políticos preexistentes, las tradiciones de ejercicio del poder y la cultura o Es pertinente realizar aquí un bqsquejo del panorama
culturas regionales, amalgamadas y sedimentadas en el sincretismo produ-
cido por la colonización se ven por primera vez en la situación de
sociocultural en el que se despliega la controversia,
enfrentarse a la cuestión de su sobrevivencia, en el momento que la ruptura ampliamente documentada por muchos autores, entre
del status colonial permite el surgimiento de nuevas fuerzas que pugnan liberales y conservadores.
por imponerse política y culturalmente en el naciente espacio nacional. De
esta pugna surgirían los antecedentes de instituciones políticas propias,
que irían, a través de su vacilante práctica, moldeando, definiendo el 9 Juan Felipe Leal es uno de los principales expositores de esta

espacio de lo público, de lo político, y dando lugar a determinadas formas tendencia interpretativa. Véase al respecto su libro La burguesía y el Estado
de representación política y de ejercicio del poder político, muchas de las mexicano, México, Ediciones El Caballito, 1972.
cuales prevalecen hasta nuestros días y constituyen claves para comprender 10 Jesús Reyes Hernies sostiene esta interpretación, op. cit.

nuestra historia contemporánea. II Esta es la hipótesis de Frarn;ois Xavier Guerra, op. cit.

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·=-"· Una ojeada sobre lo que era el territorio. mexicano al de la política nacional, el de las instancias de ejerciciü'del ·
momento de la Independencia nos muestra una sor- poder en el espacio nacional, y que utilizaban las ideolo-
prendente diversidad, pero sobre todo da cuenta de una gías como ·marcos referenciales para constituir su discur-
gran contradicción entre la élite ilustrada, que comenza- so de dominación sobre todo el territorio. 13 -La jmput-
ba a levantar los .esbozos de lo ·que sería un proyecto saban · principalmente los sectores ilustrados de ·la
nacional, y la mayoría formada por una multiplicidad de sociedad, los modernizadores que aspiraban a eso que
etnias y grupos indígenas, de campesinos y obreros que ,¡ Constant denominó la libertad de los modernos: la creáción
permanecían ajenos a este proyecto, y · que vivían sus de instituciones que garantizaran "la seguridad en los
realidades regionales como el único espacio , válido, goces privados" y en algunos casos, la preservación de
·digno de ser considerado. .. privilegios. Era ésta una tendencia· general, ur1ificadora
Mientras los liberales discutían sobre las leyes que . y totalizarrte, que pretendía supeditar ·al conjunto de
habrían ·de. constituir a la nación (el amplio y docu- la sociedad a su ritmo y a sus exigencias.
mentado debate sobre las constituciones, entre otros), Frente a esta corriente se .manifestaban, a lo largo y
la 1;nayoría hablaba otro lenguaje y tenía otras preocupa- ancho del territorio nacional, una multitud de expresio-
oones. nes socioculturales que tenían en comúri su carácter de
El liberalismo fue la ideología que sustentó la organi- premodernas, caracterización ésta que sin duda.implica
zación del poder criollo, la cual, · como lo muestra una indefinición terminológica, pero que ·empleamos
Marcello Carmagnani para el caso de Oaxaca, c~adyuvó aquí a falta de otra mejor. Mientras la élite ·. de los
a una "segunda conquista",. que produjo "la destrucción ·modernos luchaba por un cambio que produjera el
de los fundamentos materiales e inmateriales que garan- progreso e instaurara la propiedad privada, los premoder-
tizan la interacción de las sociedades indias entre sí con nos tratfl,ban de conservar sµs fo.rmas comunales de
las otras" .12 apropiación, de reproducir sus procesos culturales y
Lo que se vivió a lo largo del siglo XIX fue el desarrollo sobre todo, de defenderse de .l a continua invasiqn y de
de dos grandes ,tendencias políticoculturales, con códi- los riesgos que implicaba la expansión de los modernos.
gos y lenguajes diversos. L.a primera era representada La primera tendencia estaba formada por quienes se
por quienes dominaban un conocimiento específico, el ponían como meta el progreso y la modernización,, y
postulaban el liberalism'ü, la segunda, que antes hemos
deno,m inado nacional popular, postulaba una ideología
12 muy diferente, esencialmente comunalista y luchaba por
Marcello' éarmagnani, El regreso de los di~se;, el proce~o de reconstitución
de la identídad étnica en Oaxaca, México, FCÉ, 1988, p . ~32. No·es casual que manten.er la diversidad y heterogeneidad cultural. La
"El proyecto .mestizo-blanco adquiere n~al efectividad duranie el gobierno coútr·a dicción entre estas dos tendencias ha ·. quedado
. .
de Benito Juárez", es entonces cuando· se_con5;truye en la región un poder
militar capaz de someter a la población, ... fo.r talecidas por este 11uevo
poder directo, sostenido por las armas, las autoridades locales comenza-
ron a controlar efectivamente los grupos étnicos que, todavía en . 1848,
continuaban ton 'sus Ayuntamientos y Repúpljca' que elegí4 n 'conforme 13
Véase al respecto Antonio Aninno, ''El pacto y la norma. Los
a sus antiguas costumbres', ejerciendo sobre .ellos · 'la vigilancia que les orígenes de ~ª-legalidad oligárqúica en México", en Historias, núm. 5,
cometen las leyes y que el Gobierno les recomienda incesantemente'." enero-marzo de 1984, p. 16. Véase Richard M. Morse, El espejo 'de Próspáo,
(!bid., pp. 233 y 235): . . . . . .. . . México, Siglo XXI, 1982, p. 114.

258 259
i
claramente expresada en nuestra historia por la lucha Los supuestos anteriores implicaban una ruptura,
entre el capitalismo (con sus propuestas de uso y orga- cuando no un enfrentamiento, con los principios pre-
nización del espacio), las formas de organización comuna- dominantes entre la población de nuestro país, especial-
lista y los proyectos socialistas, que trataron de construir mente los- sectores agrarios e indígenas, que entonces
sociedades fundadas en la solidaridad y la autosubsistencia. · constituían la inmensa mayoría de los mexicanos.
Quienes querían modernizar a México e incorporarlo En las condiciones del siglo XIX, el liberalismo impli-
al proceso civilizatorio occidental pensaban en lo que caba para la mayoría una agresión económica, en
Guillermo Bonfil denominara un "México imaginario", cuanto permitía y promovía la expansión de latifundios
rico y mode.rno, a cuya realización se oponía la incuria a costa de las tierras de cofradías y comunidades, con
y la ignorancia de la mayoría indígena. Sin embargo, ese el consiguiente ahondamiento de la desigualdad frente
México imaginario a los propietarios.
No queremos decir con esto que los liberales no
... habitaba únicamente en algunos rincones de las mayo- tuvieran base social alguna, tratamos tan sólo de subra-
res ciudades. La acción educativa que sí se emprendió yar el contenido y las implicaciones del movimiento
y que alcanzó logros notables, no cruzó la barrera liberal para la sociedad mexicana. De hecho en ciertas
colonial del perímetro urbano. Llegó por excepción al regiones bajo sus banderas lograron movilizar a sectores
medio rural y apenas si se intentó en las comunidades importantes de la población, buena parte de ellos de
indias. Y eso, a veces contra la oposición abierta e origen popular.
inclus~ violenta de los propios indios ... 14
Brading muestra cómo el movimiento liberal (al igual
que sus personajes más significativos) se desarrolló prin-
Los supuestos filosóficos y políticos de la minoría
cipalmente en algunas regiones del país, aquellas donde
dirigente poco o nada tenían que ver con los de la
eran menos fuertes las culturas indígenas.
mayoría de la población, el México profundo, como
le llama el mismo Bonfil. El liberalismo, con sus pre-
supuestos básicos, fincados en el individualismo pose- Un examen de la Guerra de los Tres Años (1858-1860)
sivo, que supone el aislamiento de los individuos en sugiere que no se trataba simplemente de una lucha de
la Iglesia y el ejército contra los liberales; era también
la sociedad y su inserción en relaciones de mercado,
una guerra entre dos regiones. Contra los principales
consideraba "que el individuo solamente puede consis- estados conservadores de México y Puebla, la cuna del
tir en una serie de relaciones entre propietarios, esto es, Imperio Azteca y de la Nueva España; allí se hallaba la
en una serie de relaciones mercantiles." 15 En este media luna liberal, un amplio arco de territorio que iba
esquema la sociedad política se nos presenta como ga- de Guerrero, atravesaba Michoacán, Jalisco, parte de
rante de la propiedad del individuo y de las relaciones Guanajuato, Zacatecas, San Luis Potosí y llegaba hasta
entre propietarios. Veracruz. Con excepción de Juárez los liberales más
importantes también provenían de esos estados: Álvarez,
Degollado, Ocampo, Ogazón, Doblado, González Orte-
14
Guillermo Bonfil, México profundo, México, Sep/Ciesas, 1987, p. 158.
ga, Lerdo de Tejada y Gutiérrez Zamora. ¿Era un mero
15
C. B. Macpherson, La teoría política del individualismo posesivo, Barce- accidente esta división regional, producto de exigencias
lona, Fontanella, 1911-1179, p. 226. militares, o estaba basada en diferencias de estructura

260 261
social? Seguramente el abloque central del área liberal tiempo, encontrasen los estímulos y las posibilidades
se hallaba históricamente al margen de los imperios para su progresiva actualización. 18
.azteca y tarasco y efectivamente fue establecido fuera de,
esa zona después de la Conquista. Más aún, es probable Por otra parte, el hecho de que tuviera que tratar de
que, c9n la obvia excepción de los tarascos y de los · imponerse en un contexto que no era favorable para su
indios de la Huasteca, el proceso de mestizaje estuviera desarrollo, le obligó a emplear la fuerza.
más avanzado en estos territorios qué en los valles
·centrales. 16
La contraposición cultural
Lo anterior evidencia el carácter obviamente antiindi-
genista que tuvo el movimiento liberal, que si bien en En lo cultural, el -liberalismo, como propuesta de organi--
sus inicios "sus puntos de ataque eran precisamen_te zación social chocó frontalmente con las tradiciones de
la Iglesia; el ejército y los españoles", 17 en su desarrollo '
poblaciones casi milenarias, organizadas con u?a raCib-
.
posterior se enfrentó contra los intereses de la población
indígena y de todos aquellos que no compartían· los
nalidad muy distinta de- la occidental. ~as 1d':as ?e
explotación de la naturaleza, competencia, efic1enc1a,
presupuesto~ del liberalismo. progreso, desarrollo técnico, acumulación, e~c.étera, con-
Al desaparecer los mecanismos paternalistas de pro- ,. trastan drásticamente con las formas trad1c10nales de
tección propios de la Colonia, se dio la posibilidad adaptarse a la naturaleza para convivir ·con ella; las
de una mayor _expoliación de dicho sector y se les cosmovisiones indígenas que suponen un respeto al
impusieron crecientes lazos de dependencia en relación · predominio de lo colectivo sobre lo individual. Tanto en
con el mercado. la noción del ser, como en el uso de los recursos, las
En lo político, el liberalismo abrió las puertas al formas colectivistas, comunalistas, constituyen la cotidia-
autoritarismo, en la medida que operó principalmente neidad de estos grupos. Existen incluso rnecanismos que
como un mecanismo para regular los conflictos entre los operan en el interior de esas comun~dades J?ª~': evitar _las
notables, y desmembró las formas de relación política concentración de recursos, y la d1ferenc1ac1on soCial,
preexistentes en la sociedad. dando lugar a formas de redistribución de la riqueza.
No existió, a lo largo ·del siglo XIX mexicano, la base
Se buscaría en vano -dice Bonfil- un solo ejemplo que social, el sedimento y la tradición culturales sobre las
mostrase la intención de conocer y reconocer los siste- cuales podría haber prendido el liberalismo _como con-
mas reales que se emplean en los diversos gr.upos de la
cepción nacional generalizada. Por el contrar~o, la I?ªYº-
sociedad mexicana para obtener o legitimar la autori-
dad, con el fin de estructurar un sistema nacional en el
ría era reacia al proyect()_liberaL Po~ ello el hberahsmo,
que esas formas locales tuviesen cabida y, al mismo con todas sus impljcaciones filosóficas y prácticas: se
extendería únicamente como el proyecto de unas mmo-
rías ilustradas.
16
David Bracling, Los orígenes del nacionalismo mexicano, México, Era,
1980, pp. 135 y 136. ·
17
!bid., p. 134.
1 ª Guillermo Bonfil, op. cit., p. 107.

262 263
Se trataba entonces, en el caso de México, de la vieja Es por ello, agrega, que "el liberalismo es perfectamente
contraposición entre la libertad de los modernos y adaptable como vocabulario, como ideología, como
de los antiguos, señalada por Constant: programa selectivo o como estrategia económica, pero
nq como modo de vida política" (subrayado de E. M.); su
El fin de los antiguos era la distribución del poder político función ha sido la de contribuir al cálculo del poder,
entre todos los ciudadanos de una misma patria: ellos 'Justificando la investidura de nuevas élites, legitiman-
llamaban a esto libertad. El fin-de los modernos es la se- do fórmulas republicanas para la época moderna y
guridad en los goces privados: ellos llaman libertad a las proponiendo estrategias para integrar economías de
garantías acordadas por las instituciones para estos goces. 19 exportación al mercado mundial y, después, para
internalizar el proceso de desarrollo." 22
La participación directa de las decisiones colectivas, Al convertirse en ideología de una minoría, el libera-
como dice Bobbio, "termina por someter al individuo a lismo adoptaría en México muchas de las características
la autoridad del conjunto y a no hacerlo libre como y de las funciones que Morse define para el caso ibero-
persona; mientras hoy el ciudadano pide al poder pú- americano, pero a ellas añadiría las que marcaría su
blico la libertad como individuos". 2º contraposición con los indígenas, a quienes vela como el
En nuestro caso se presentaba una profunda contra- principal obstáculo para la realización de su proyecto.
posición social y cultural entre la racionalidad occiden- Al no hallar una base social amplia y encontrarse
tal, con todas sus consecuencias, y la racionalidad tradi- limitado a las élites, el liberalismo vería trastornadas
cional, secularmente arraigada. sus premisas fundamentales, e incluso operaría de
La diferencia entre el caso mexicano (y en general forma radicalmente distinta a como lo había hecho en
el de América Latina) y el angloamericano ilustra perfec- realidades en las que encontró una recepción social
tamente sobre los elementos que dificultaron la opera- ·considerable.
ción del liberalismo. Según Richard Morse, en éste la En tal sociedad el indio no es concebido, no puede ser
cuestión se reduce al "simple enfrentamiento de liberalismo considerado como ciudadano, Ignacio Ramírez ejemplifica
y democracia", mientras que a este respecto la perspectiva liberal, "para contar con
ellos como ciudadanos, tenemos necesidad·de comenzar
... El problema iberoamericano era más vasto. Allí el
por hacerlos hombres [... ] Tenemos instituciones repu-
liberalismo era ajeno a la "cultura política", término que
hemos utilizado para designar tanto las nociones infor- blicanas y no ciudadanos, porque ni siquiera tenemos
males de autoridad, comunidad y salvación personal hombres. "23 Como se ve, Ramírez alude a la contradicción
que permean la sociedad como las creencias de am- en.tre un conjunto de estructuras e instituciones que no
plias y variadas interpretaciones que subyacen a las encuentran el sustrato cultural necesario para su desa-
expresiones intelectulizadas del pensamiento político. 21 rrollo. Los indios, que no son para Ramírez hombres en

19
Citado por Norberto Bobbio, op. cit., p . 8.
20
/bid., p. 134. 2
2
!bid., pp. 112, 113 y 114. .
21
Richard M. Morse, El espejo de Próspero. Un estudio de la dialéctica del 23
Ignacio Ramírez, citado por David Brading, Mito y profecía en la historia
Nuevo Mundo, México, Siglo XXI, p. 112. de México, México, Vuelta, 1988, p. 136.

264 265
el sentido ,de individuos modernos, sujetos que partici- sibilitó el establecimiento y generalización del princi-
pen del concepto burgués de ciudadano, de propietario pio de ,igualdad liberal, y otorgó al liberalismo la doble
individual, para serlo tenían por consiguiente que re- función de mecanismo de regulación de conflictos entre
nunciar a su cultura y adoptar la cultura occidental. las clases,-a la vez que instrumento ideológieo del proce-
Para la mayoría de los liberales mexicanos confor~a: so civilizatorio de occidentalización, de racionalización
la nación llegó a ser sinónimo de introducir los pnnci- en:el país.
pi9s de la cultura occidental entre los indígenas, liq~idar De esta manera,, la constitución de la ·.clase terrate-
su modo de ver el mundo y de relacionarse entre si, sus niente a lo largo del siglo x1x constituye la base de una
instituciones y tradiciones, y sustituirlos por el ~redo ?e determinada ·forma ·política autoritaria, que en México
la modernidad liberal. Una empresa de estas dimensio- encontró su expresión más evidente en el Porfiriato.
nes queda perfectamente caracterizada bajo el apelativo La hacienda es la unidad privilegiada donde se con-
de segunda cónquista. . · densa su proceso de a~ción y su práctica ideológica.
La contraposición cultural entre modernos liberales En ellá se ·retinen dos antiguos contrincantes·, antes
(libertad de los modernos) e indígenas promodernos irreconcili~bles: liberales y clero_, .e n pacífica y funcional
(libertad de los antiguos), constituyó el principal obstá- coexistencia que abre pas? a .Üna nueya alianza entre
culo para el desarrollo del liberalismo, y se halla en la ambos sectores.
base de sus fracasos. En la hacienda se incuba la ideología dominante del
autotitari~mo, aquepa que, el). nombre .de Dios y del
progreso, legitimaría la explotaciqn despiadada de los
Terratenientes y autoritarismo indígeµas y configuraría el nuevo código mor~l de. la
oligarquía. A la vez .ahí surgirían los ~lementos funda-
Los esfuerzos por imponer el liberalismo en un co?texto mentales del autoritarismo, que se extenderían a toda la
de polarización cultural como el que hemos refendo no sociedad, que la moldearían a su im,a gen y .semejanza.
podían sino desembocar en la conformación de una .El dominio de la sociedad por los ,terratenientes, la
nueva oligarquía convencida de su superioridad sobre di~léctica entre la .hacienda y el dominio del Estado, se
los indios atrasados e inmutables. palla e~ la raíz de las. formas políticas ~utoritarias que
Esta nueva oligarquía, que encontró su época ?e se ac.e ndrarían en México, dando lugar a form,as despó-
esplendor durante el Porfiriato, acabaría por renunciar ticas de gobiernos que trascenderían revoluciones y
a muchos de los principios liberales, y tendría como transforµiaciones de tipo económico.
principal base de sustentación la propiedad de la tierra. . Dé nuevo una comparación, esta_vez con Costa Rica,
Ésta había ido pasando a manos de los nuevos terra~e- viene a ilustrarnos sobre algunas características de la
nientes por la vía del despojo a los indios de las extensio- especificidad mexicana. En Costa Rica, donde no hubo
nes que secularmente habían poseído. . . una población indígena y no existió una población
El dominio de una oligarquía terratemente convenci- mayoritariamente imbuida por una cultura tradicional
da de la inferioridad racial indígena y proclive a utilizarla diversa o contraria al desarrollo o~cidental, el liberalis-
en valor de sus intereses ~conómicos, a través de la mo pudo enraizaise sin hallar grandes obstáculos, sobre
sobreposición del elemento racial con el clasista, impo- una base social amplia. Ahí el proceso de formación de

266 267
la burguesía cafetal era no desembocó en la desaparición de manera natural y desembocó en la formación del
de la pequeña propiedad, sino por el contrario la reforzó Estado. Como en la mayoría de los casos en los que se
y permitió su expansión. 24 De esa manera se abrió la h_a desarrollaqo exitosamente un liberalismo que evolu-
posibilidad de una generalización de pequeños propieta- Ciona hacia formas democráticas (Estados Unidos es el
rios, que fueron la base social de un liberalismo expan- respecto prototípico ), 27 la ciudadanía "se comienza a
sivo, que evolucionó hacia formas democráticas casi desenvolver con el establecimiento de las instituciones
únicas en el contexto latinoamericano. republicanas, las que sólo tienen sentido ailí donde
José Luis Vega ha denominado a ese proceso como emerge un grupo de hombres formalmente 'libres' que
"igualitar.ismo básico", y fue posible gracias a pueden decidir con respecto a opciones de cambio
según mecanismos de representación legal". 28
... que el _país .pudo desarrollar un capitalismo basado en Dicha ciudadanía fue desarrollándose de manera
la exportación agrícola, que no tuvo que "arrastrar" expansiva, creciendo hacia núcleos más amplios de
superestructuras sociales e institucionales heredadas de la población, lo que dio lugar a luchas sociales por la
un pasado "feudal", esclavista y despótico que quedaran creación de mecanismos que limitaran el poder guber-
incrustadas en él como resabio sobre todo de la estruc- namental y propiciaran un respeto de las formas jurídi-
tura que tuvo la colonia española entre los siglos xn y cas. "En Costa Rica el sentido de nacionalidad antecedió
XVIII. a la formación del Estado y éste vino a darle un conteni-
do politicojurídico y territorial mucho más definido" .29
Por el contrario, el desarrollo hacia fuera se vio respal- La diferencia con México es abismal. Aquí el resulta-
dado "por el régimen parcelario o pequeño campesino do de la conformación estatal - se presenta como un
que floreció en la región central y alta del país, donde se conjunto de pactos y una voluntad nacional, encarnada
concentró y concentra cerca del 80 por ciento de la P?r las élites políticas liberales. El Estado trata de supe-
población. 25 ditar a las mayorías, de asumir una función educativa
Esta forma de estructuración social frenó los apetitos y cultural, e incluso de conducirlas a la negación de
monopolistas y de sobrexplotación de los grandes ca- rasgos sustanciales de su identidad, para conformar
fetaleros, y propició "el surgimiento y desarrollo de la nación. De ahí que la nación se erige como el resulta-
instituciones democráticoliberales, en especial la del do de un Estado que en ningún momento expresa la
sufragio que se fue haciendo cada vez más universal. "26 voluntad general, en cuanto precede arbitrariamente
Otro elemento digno de señalarse en el ~aso" costarri- (como el colofón de un conjunto de procesos de facto)
cense es el proceso de nacimiento de la ciudadanía y de a la nación. En Costa Rica, por el contrario, la nacio-
la nacionalidad. Ahí la conformación nacional se dio nalidad precede al Estado, y éste viene a ser la conse-

27
Para un análisis de este aspecto en la formación nacional de Estados
24 Ciro F. Cardoso, "La formación de la hacienda cafetalera en Costa
Unidos puede verse el ensayo ele Daniel ll'ell, "El 'secreto hegeliano', la
Rica", en Estudios Sociales, núm. 6, septiembre-diciembre de 1973.
25 José Luis Vega Carballo, "Las bases sociales de la democracia en Costa sociedad civil y el excepsionalismo norteamericano", en Vuelta, núms. 157
y 158.
Rica", ponencia presentada al XIII Congreso Latinoamericano de Sociolo- 28
José Luis Vega, op. cit., p. 91.
gía, Panamá, 1979, p. 15. 29
26 /bid., pp. 91 y 92.
!bid., pp. 19 y 20.

268 269
cuenda lógica: de la reunión . de un. conglomerado de el líberalismo encuentra dificultades para expandirse
hombres libres. a toda la sociedad y se convierte, por consiguiente, en
En síntesis; podemos afirmar,que el liberalismo mexicano, una ideología de minorías. Ideología que además, al
contrariamente a sus propias . .premisas (que suponen cobrar forma institucional niega muchos de sus princi-
que un grupo de ciudadanos conforman . un Estado para pios ·fundamentales, y que, en su etapa posterior, no
regular su vida y defender sus intereses), implicó el evoluciona en liberalismo democrático, como sucedió
proyecto de implantar sobre grupos de personas que no en otras latitudes, sirio por el contrario, genera un
se consideraban ciudadanos, un Estado, que se esforza- híbrido autoritario.
ba inútilmente por imponer la nueva normatividad Precisamente en torno a estos problemas se desarrolla
liberal a una sociedad heterogénea, que se resistía a ello, la reflexión de los ensayos que forman parte de este
porque tenía una cultura y unas tradiciones contrapues- libro. Han sido escritos por investigadores italianos
tas a . la liberal. El Estado y las instituciones que se preocupados por comprender nuestro devenir histórico
pretendían fundar de acuerdo con los principios libera- desde diversas perspectivas analíticas y en diferentes
les resultaron híbridos que sin el sustento de ciudada- aspectos: relaciones entre economía y política, efect_os
nos, encarnaron en formas más o menos despóticas, de la política económica en el esfera del poder, eleccio-
p ara poder imponerse y adaptarse a esa resistente reali- nes y su repercusión en las relaciones sociales, designa-
d ad nacional. ción de candidatos, política exterior, especificidad de
Hemos tratado de ubicar en esta reflexión la cuestión nuestros procesos internos. .
de las formas políticas nacionales dentro del contexto del A pesar de la diversidad de sus objetos de análisis, e
conflicto entre el liberalismo y la cultura nacional por incluso de sus enfoques teóricos, todos ellos tienen en
un lado, y por el otro, de la .relación entre un Estado común el hecho de investigar las formas específicas
que, asumiendo . sustancialmente .los presupuestos libe- en que se ejerce el poder político en México y de
rales, se contrapone o, para decirlo de otra manera; se confrontarlas implícita o explícitamente con uno de los
adelanta a la conformación nacional, con lo que da lugar procesos ideológicos que han tenido mayor peso e
a un liberalismo que resulta incapaz de extenderse y influencia en nuestro país, el liberalismo.
generalizarse, y sobre todo genera instituciones muy Tal confrontación pretende recuperar la especifici-
distantes de los mismos principios del liberalismo.,· dad histórica concreta de nuestros procesos políticos, .
·y desprender de ellos el papel y significado de eso que
en México se ha denominado liberalismo o ideología
Una nueva perspectiva. en torno al Estado liberal.
y al liberalismo Marcello Carmagnani, en los dos trabajos aquí pu-
blicados, desarrolla un conjunto de hipótesis de gran
A lo largo de este artículo hemos tratado de analizar originalidad. En el primero, referente a las finan~as y la
algunas .de las contradicciones .de un liberalismo que política fiscal, enfatiza el papel del Estado nacional como
trata de insertarse en un contexto en el cual es rechazado mediador de intereses regionales y su relación con los
por la mayoría, en la medida que se opone a su cultura terratenientes, la clase más resistente al cambio social y
y a isus tradiciones. Dicho rechazó explica por qué a la constitución de un poder nacional.
270 271
Propone por otra parte una tesis en la que confronta Antonio Aninno ha explorado también la problemá-
la mayoría de las interpretaciones existentes sobre la tica y las contradicciones del liberalismo mexicano. En
primera mitad del siglo pasado. Sugiere que esa etapa un ensayo publicado en 198431 Aninno inició su incur-
de nuestra historia se define precisamente por la presen- sión en este terreno. Ahí señalaba la inexistencia, o más
cia de rasgos de continuidad en.las políticas nacionales, específicamente la irrealidad de la norma escrita en la
y no fue, co.m o muchos habían pensado, una etapa de tradición política mexicana, y su virtual supeditación al
absoluta anarquía administrativa, sucedida después pacto político ·entre grupos y facciones. La norma escrita
por otra de pleno orden. El desarrollo que siguieron no llegó nunca a institucionalizar la lógica de los conflic-
las finanzas públicas demuestra, a su juicio, la validez de tos políticos, pues el Estado ha actuado por encima de
su protesta. ella para salvaguardar los pactos.
Por otra parte, en lo que a nuestro parecer es una de Se invierten así, nos advierte Aninno, las premisas del
sus aportaciones fundamentales, se interesa por un Estado liberal según las cuales el derecho, como norma
aspecto hasta ahora apenas explorado en su plena di- universal, racionaliza la competencia política. En su
mensión en este periodo: la libertad política. En torno lugar la realidad de facto, los grupos en competencia,
a ella sugiere otra tesis de .gran significación para com- subordinan a las instituciones y su autonomía.
prender los orígenes de lo que ha sido nuestra ya secular Se crean de esta manera las bases de un sistema con
tradición estatista: la sociedad política mexicana fue gran capacidad de autoconservación, en la medida que,
víctima de un "estancamiento", resultado de su incapa- respondiendo a los pactos, es capaz de racionalizar y
cidad para expandirse, debido al hecho de que un resolver los conflictos sin necesidad de respetar las
reducido grupo asumiera el poder de Estado. La sobera- normas.
nía nacional actuó así para "limitar la libertad, favore- En el artículo publicado en este libro Antonio Aninno
ciendo la expansión del poder estatal", con lo trata de explorar los orígenes del régimen notabiliar
cual la c~racterística fundamental del liberalismo, su mexicano. A partir de estudiar la elección en la ciudad
capacidad para equilibrar la tensión existente entre de México, el 29 de noviembre de 1812, año de implan-
poder y libertad se resuelve en una lucha entre pode-
res que impide un modus operandi real de la tradición
liberal; y en una inexistencia de la noción de ciudada-
"segunda conquista" la toma Carmagnani prestada a Nancy M . Farriss,
nía, que tuvo como contraparte la asimilación de la quien la emplea para explicar la dominación de los mayas hacia finales del
soberanía al poder estatal. 30 siglo XVIII y durante el XIX. Maya society under Colonial Rule. The collective
Ente,prise of Suvival, Princeton, Princeton University Press, 1984. "La
segunda conquista -apunta Carmagnani- da efectividad al proyecto elabo-
rado por los criollos a partir de la Independencia tendiente a hacer
30
En un libro publicado recientemente, (véase nota 12), dedicado al coincidir la idea de nación exclusivamente con la coherencia y la proyec-
estudio de la cuestión étnica en Oaxaca durante los siglos XVII y xvm, ción del grupo étnico menos numeroso pero más afortunado de la
Carmagnani percibe el li~eralismo como una "segunda conquista", tan población mexicana." M. Carmagnani, op. cit., p. · 237. A partir de ahí
desvastadora como la primera. Por ella se organiza el p9der criollo con la se inaugura una nueva idea de nación, ésta deja de ser "una unidad de la
centralidad del grupo mestizo-blanco y se desestructura la cqnvivencia diversidad", y su definición se hace coincidir "exclusivamente con
plural de los diferentes grupos sociales, rompiéndose las bases para la la coherencia y la proyección del grupo étnico menos numeroso pero más
interacción de las sociedades indias entre sí. Se trata, en síntesis, de la lucha afortlil1ado de la población mexicana".
por obtener un rígido contr_ol sobre los grupos indios. La categoría de 31
Antonio Aninno, op. cit.

272 273
tación de la Constitución de Cádiz, el autor refiere que dificultaba y obstaculizaba la aceptación del princi-
algunos de los cambios que sufre ese .modelo constitu- pio de alternancia en el poder. .
cional en ·torno a la cuestión de la soberanía" y la ·. A la vía electoral se contrapuso la tradición corpora-
representación, modificaciones que, considera, caracte- tiva como elemento definitorio de la soberanía. No fue
rizaron al liberalismo decimonónico. por · consiguiente posible resolver el problema de la
Porte en claro cómo la introducción de la representa- alternancia en -el poder, que aparece como extraña
ción liberal sirvió a los criollos miembros de la élite social a la tradición política de la época. . .
para hacerse del poder político y transformar y dominar A -lo largo· del trabajo logramos comprender cómo
el espacio urbano, antes fragmentado entre el espacio alg~nos .rasgos del liberalismo de Cádiz se introducen y
indígena, el administrativo y el religioso. aplican dentro de una sociedad definida por la separa-
Las elecciones sirvieron, entonces, para legitimar for- . ción étnica. Y cómo las viejas tradiciones coloniales, con
mas jerárquicas preexistentes. Por la manera en que se fuertes. tintes corporativos, chocan con las nuevas, de
desarrolló, la representación ·en los cabildos introdujo origen liberal.
una lógica por la cual operaba un juego entre poderes . Elizabetta Bertola inicia . en' su ensayo la explora-
centrales y térritoriales, regulada ·por pactos o por pro- ción de los procesos de elección en el Porfiriato. Nos
cesos electorales que les daban legitimidad. Así podía muestra cómo se conforman los pactos entre el dictador
pasarse de regímenes militares a parlamentos, sin que y los · gobernadores para designar a los candidatos
esto fuera signo de una situación irracional sino, por el a . diputados propietarios ·y suplentes. Las elecciones
contrario, expresión de la nueva lógica que se estaba decididas de antemano, antes de realizarse, cumple1~
instaurando. l~ función de mecanismos de gestión del poder polí-
El régimen notabiliar así surgido fue, para Aninno, el tico, de reparto de cuotas de poder entre las fuerzas
resultado de la relación que se establece entre la "heren- regionales y las federales, y son expresión de la fuerza
cia" colonial y el liberalismo. de cada grupo. De nuevo no existe norma universal
Marco Bellingeri, en su ensayo dedicado a un periodo ni ~odelo ideal, sin? un Estado que se construye a
muy próximo al anterior, comparte la perspectiva de partir del compromiso, que rige por encima de la
Aninno sobre la existencia de cierta lógica en la política legalidad. . ·
mexicana durante la primera mitad del siglo XIX. Frente La investigación de Paolo Riguzzi apunta a ubicar al
a la imagen tradicional del periodo posindependiente, México del Porfiriato en el contexto internacional. Ahí
considerado como anárquico y al margen de cualquier se ve cómo la imagen_ exterior de México resulta clave
forma de legalidad, Bellingeri analiza en un caso regio- para el ejercicio de la política interior.
nal, el de Yucatán, la manera en que el principio del Ante_ la imagen deteriorada de un país que llegó a
voto es introducido y adaptado como forma de repre- ser considerado como la.Turquía de América, el Porfiriato
sentación de grupos sociales y como mecanismo de trató de consolidar la idea de un régimen estable, prós-
dominio y legitimación de los grupos en el poder. Dicho pero, en el que predominan las instituciones y las
intento por alcanzar la representaci~n de intereses garantías p~r~ los inversionistas dispuestos a explotar
oligárquicos por la vía electoral, .se rompió, como la Eldorado Mex1co. De nuevo el acuerdo entre las princi-
muestra el autor, ante el peso de una tradición cultural pales fracciones oligárquicas, el pacto de grupos en el

274 275
poder, vendría a predominar sobre la presencia y los la confrontación de los avances y de las perspectivas
principios de un Estado liberal. Lo fundamental para es la única forma de aproximarnos a la complejidad
el Porfiriato era conservar ese pacto, basado en la de los procesos estudiados. Esperamos que esta publi­
estabilidad, y para ello recurre a promocionar esta cación contribuya a una mejor comprensión del con­
imagen, para fortalecer el referido pacto, para defender tradictorio fenómeno del liberalismo decimonónico y de
su v1genc1a. la realidad de este siglo al reunir trabajos antes descono­
Acaso el interés mayor de los ensayos que conforman cidos o poco conocidos para el lector en español.
este libro resida en una suerte de descentramiento en
la manera de ver los p.rocesos históricos mexicanos,
en una mirada que, sin los obstáculos epistemológicos
tan sólidamente inscritos en la tradición que nos es
propia, es capaz de orientar su perspectiva hacia fenó­
menos que por mucho tiempo parecieron irrelevantes
o hacia hipótesis que desde una visión convencional
podrían parécer descabelladas.
Este descentramiento en la perspectiva de análisis
viene a consolidarse con esfuerzos que parten de la
combinación de una búsqueda de nuevas fuentes,
poco visitadas previamente, muchas veces desprecia­
das, y con un análisis teórico riguroso. En estos análisis
se conjuga un conocimiento profundo del desarro­
llo histórico europeo, en particular de sus procesos
institucionales, junto con el de nuestra evolución his­
tórica y con las categorías del desarrollo económico
y político.
Sólo de esta manera ha sido posible que surjan un
conjunto de nuevas hipótesis sobre la vida política y los
procesos institucionales en nuestro siglo XIX.
Hay que advertir sin embargo, que los trabajos
aquí publicados forman parte de la reconstrucción de
una realidad. Todos ellos son artículos que reflejan un
conocimiento parcial, inacabado, fragmentos si se
quiere de investigaciones más amplias que al concluir
seguramente vendrán a reformular y precisar algunas de
las �esis aquí esbozadas.
Creemos sin embargo que el trabajo de investiga­
ción es, al fin y al cabo, una tarea col_ectiva en la que

276 277

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