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Cómo me convertí en “la peor madre del mundo”

CARLOS PAJUELO | 14-01-2018

En esta entretenida tarea que es la de educar hijos e hijas algunas madres y padres se encuentran, de
repente, con que sus criaturas que antes les profesaban algo parecido a la adoración pasan a mostrarles
una especie de inquina, mezcla de desesperación, manía, desprecio, hastío que se manifiesta con frases
del tipo: “no te soporto”, “eres odiosa”, deja de fastidiarme la vida” acompañadas de destierro, se van a
su cuarto y te castigan con el látigo de la indiferencia.
Triste y sola se queda la madre y el padre, preguntándose qué hemos hecho para merecernos esto.
Por qué nuestras criaturas que hasta hace nada nos decían papito bonito, mamita guapa, nos han
convertido en una mezcla de Ángela Channing, Cruella de Vil, el Jocker, Darth Vader, Maléfica y ni
nuestra presencia soportan.
¿Sabes por qué te has vuelto, a sus ojos, tan odiosa o tan odioso?
Porque le estás marcando límites.
Porque las normas siguen siendo válidas y eso molesta a los que las incumplen.
Porque les dices que fumar-beber es malo por mucho que ellos te lo quieran justificar como si el
tabaco-alcohol fuera una aspirina.
Porque a veces no se aguantan y les molesta hasta que les digas buenos días.
Porque les recuerdas que no están haciendo lo que tenían que hacer (y no me refiero solo a estudiar).
Porque, a veces, realmente eres muy pesada o muy pesado.
Porque lo que para ti es protección ellos lo interpretan como asfixia.
Porque los padres y madres de los demás, como no les dicen nada a ellos, son un encanto.
Sí, un día te convertirás en un ser odioso a los ojos de quién más quieres. Pero espabila, ¿qué quieres
que te digan, olé mi madre, olé mi padre, gracias por guiar mis pasos y mi vida?
No educamos para que nos hagan la ola. No educamos para ser unos padres guays. No educamos para
tener hijos modélicos. Educamos porque alguien tiene que mostrar el camino a nuestros hijos y a
menudo nuestros hijos se ven tentados por los atajos.
Así que cuando te digan odiosa-odioso, malvado-malvada, amargada-amargado y se encierren en su
habitación, tú solo contesta, con cariño: “pues yo te quiero”.
Te recuerdo que el adolescente no eres tú. Así que no te pongas en plan dramático y a seguir
educando.
http://blogs.hoy.es/escuela-de-padres/2018/01/14/como-me-converti-en-la-peor-madre-del-
mundo/?ns_campaign=rrss&ns_mchannel=boton&ns_fee=0&ns_source=fb&ns_linkname=blogs
Lunes, 5 de junio de 2017

La Guardia compartida fue consolidada en el STJ antes de convertirse en ley


Incluso antes de la promulgación de la Ley 13.058 / 14 , que consolida la custodia compartida como
una regla para los niños de padres divorciados, esta comprensión ya se pacificó la Corte Superior de Justicia
(STJ). El tribunal juzgó casos que acabaron por inspirar las modificaciones legislativas.

El concepto de la custodia compartida en la legislación nacional se produjo en 2008, con la Ley 11.698 , y se
ha mejorado con la Ley 13.058. Una de las posiciones interpretativas adoptadas por el STJ y que
posteriormente fueron incorporadas en la legislación es la idea de que la convivencia del niño con ambos
progenitores es la regla y, a falta de acuerdo, aun habiendo un clima hostil entre los padres, debe ser
determinada por el juez a menos que se haya comprobado en el proceso su absoluta inviabilidad.

El entendimiento del STJ busca priorizar el interés del niño, partiendo del supuesto de que no es
indispensable tener convivencia amistosa entre los padres separados para que se dé el compartir de la
guardia.

De acuerdo con las decisiones del tribunal, corresponde al juez de la causa establecer las reglas y determinar
las eventuales sanciones en caso de incumplimiento de lo que se haya acordado.

En agosto de 2011, al juzgar el caso que se convirtió en paradigma en el asunto, los ministros entendieron
que la custodia compartida es esencial para asegurar al niño el derecho de convivir con ambos padres.

Medida drástica

Este recurso se convirtió en referencia para las decisiones posteriores del tribunal, incluso en los casos de
rechazo de la guardia compartida. En el juicio, la ponente del recurso, ministra Nancy Andrighi, afirmó que la
imposición del régimen compartido, cuando la relación entre los padres es muy mala y no llega a un
acuerdo, puede ser una medida drástica, pero necesaria para resguardar los derechos de la mujer niño.

En el caso entonces apreciado, el padre era contrario a la guardia compartida y buscó la guardia unilateral,
pues deseaba mudarse de ciudad, y alegó tener mejores condiciones de criar al niño. Al rechazar el pedido,
la ministra destacó que las justificaciones presentadas, en relación a la dificultad de entendimiento de la ex
pareja, no eran obvias para la custodia compartida.

" De hecho, requiere un consenso para la custodia compartida da distorsiona el enfoque problema, ya que se
centra en la existencia de litigios e ignora la búsqueda de los mejores intereses del menor ", dijo el ponente.

Motivos graves

Para impedir el compartir la guardia, las peleas entre padres separados deben ser suficientemente graves. Al
analizar el tema, el ministro Paulo de Tarso Sanseverino afirmó que la simple mención a un estado de
beligerancia entre la pareja separada no puede ser utilizada por el juez como fundamento para deferir la
custodia unilateral en favor del padre o de la madre.

" Las razones que puedan justificar la supresión de la guardia de uno de los padres deben ser lo
suficientemente grave como para poner en peligro la sana interacción con los niños, tales como amenazas de
muerte, asalto físico, acoso sexual, consumo de drogas, etc. ", Resumió el ministro, en voto presentado en la
Tercera Turma en marzo de 2016.

Antes de esa evolución jurisprudencial, era común que la custodia compartida fuera rechazada debido a las
animosidades entre los padres. Para la ministra Nancy Andrighi, tales decisiones a menudo acababan
perjudicando al niño.
Según el voto presentado por la ministra en junio de 2014, acoger tales argumentos sostenidos por uno de
los padres sería premiar un comportamiento "egoísta" de quien exige la custodia, negando al niño el
derecho de convivir con ambos padres.

Poco después de este ensayo, el Congreso dio nueva redacción a los artículos 1583 y 1584 del Código Civil, la
Ley 13.058, con lo que la custodia conjunta un sentido legal más armonioso a la interpretación adoptada por
la jurisprudencia.

Doble residencia

Otro punto discutido por los ministros es la cuestión de la alternancia de residencias en el caso de la guarda
compartida. En un juicio de agosto de 2011, la ministra Nancy Andrighi destacó que lo importante es
garantizar la convivencia del niño con ambos padres tras la separación.

" Se considera que la custodia compartida no sólo incluye la custodia legal, sino también la custodia física,
tanto porque no hay ninguna restricción en el texto legal en relación con el ejercicio del poder de la familia en
la custodia compartida, como la imposibilidad de única cuota la custodia legal del niño ", resumió el
magistrado.

En ese recurso, los ministros rechazaron el argumento de que la rutina dividida entre dos hogares sería
perjudicial para el niño y configuraría guardia alternada, lo que no es reconocido por la legislación brasileña.

Nancy Andrighi declaró que la innovación legislativa de la guardia compartida pretendió romper la
monoparentalidad en la creación de los hijos, que genera, según la ministra, la figura del "padre de
domingo".

NADIE PUEDE NEGAR LA EXISTENCIA DE CASOS DE ABUSO EMOCIONAL

Inclusive, quienes dudan y hasta quienes intentan negar el ‘Síndrome de Alienación Parental’ (SAP), se ven
obligados a reconocer que existen impedimentos de contacto injustificados por parte de uno de los
progenitores que esté ejerciendo la tenencia del hijo, con respecto del otro padre.

Tales situaciones están comprendidos dentro del subtipo de maltrato o abuso emocional, “definido este –
siguiendo a Glazer,1993- como “las acciones u omisiones que, juzgadas por expertos y parámetros sociales
de la comunidad, son psicológicamente dañinos. Dichos actos son cometidos por personas que (dadas sus
características: edad, status, conocimientos, modalidad organizacional, etc.) se encuentran en una posición
de poder desigual que convierte al menor en vulnerable.

“La negligencia y el abuso emocional se definen como una relación cuidador-niño que se caracteriza por
patrones de relación nocivos y que no requieren contacto físico con el niño. Para su definición NO es
necesaria la existencia de motivación para hacer daño”. Se señalan como “Categorías de negligencia y abuso
emocional” entre otros: “El fracaso en el reconocimiento o la toma de conciencia de la individualidad del
niño y las fronteras psicológicas; el usar al niño para el logro de las necesidades psicológicas de la persona
adulta.

Es innegable que, en esas situaciones, la voluntad del menor aparece gravemente condicionada por la
actitud manipuladora de la persona que detente la tenencia”.
.

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