Professional Documents
Culture Documents
Convulsión:
Se debe tomar en cuenta el Índice de actividad del lupus eritematoso sistémico (SLEDAI) ya que
determina con cierta certeza el grado de actividad o la intensidad del brote de la enfermedad
lúpica en un momento dado, tomando en cuenta que nuestra paciente cuenta con 8 pts por
convulsion y 4 pts por proteinuria teniendo un índice total de 12 pts.
Muchos de estos pacientes pueden tener una vasculopatía que cause daño directo y que
además afecte la barrera hemato-encefálica, permitiendo a los anticuerpos llegar hasta el
sistema nervioso; caracterizandose por una acumulación perivascular pequeña-moderada
de células mononucleares, sin destrucción de los vasos sanguíneos. Puede haber
microinfartos por obstrucción luminal, teniendo un papel importante los anticuerpos
antifosfolípido ya que contribuyen a un estado de procoagulación, trombosis vascular e
isquemia cerebral. La vasculopatía no inflamatoria de los vasos pequeños es la lesión más
frecuente y puede asociarse a microinfartos. Los mediadores inflamatorios, como las
citocinas interleucina (IL)-6 e IFN-α y las metaloproteinasas de la matriz también
contribuyen a las manifestaciones neuropsiquiátricas del LES.
DEFINICIÓN
El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad sistémica, autoinmune, de curso crónico, que
puede afectar a cualquier órgano o tejido. Es el prototipo de enfermedad donde el daño mediado por
auto-anticuerpos (Ac) y su depósito en los tejidos juegan un papel fundamental [1] [2].
afectación multisistémica. Desde los años 80, los criterios utilizados para la definición diagnóstica de
LES fueron los definidos por la American College of Rheumatology [3] [4]. En el año 2012, el grupo
Systemic Lupus International Collaborating Clinics (SLICC) revisó estos criterios con el fin de mejorar
1) (Tabla 2) y (Tabla 3) [5]. Para el diagnóstico de LES, se deben cumplir al menos cuatro de estos
criterios, incluyendo un criterio clínico y otro inmunológico, o que el paciente tenga una biopsia renal
compatible con afectación secundaria a LES, junto con la presencia de ANA o anticuerpos anti-DNA de
doble cadena [6]. Con estos criterios, la sensibilidad diagnóstica es del 94% y la especificidad del
los parámetros serológicos más relevantes de LES y su importancia clínica. Es importante hacer un
diagnóstico diferencial con otras entidades atendiendo a la clínica que presente el paciente (Tabla
5) [7].
EPIDEMIOLOGÍA.
La incidencia y prevalencia del LES varía entre 1-5/100.000 y 20-150/100.000, respectivamente,
siendo más frecuente en mujeres en edad fértil (15-45 años), con una proporción de 9:1 frente a
hombres. Esta mayor afectación en mujeres es menos evidente en niños y en adultos de mayor edad.
La frecuencia del LES es de 2 a 8 veces mayor en la población de raza negra, afro-americana, hispana
(Sudamérica) y asiática [8] [9] [10] [11]. Por varios motivos, la incidencia y prevalencia de LES y
sus complicaciones son mayores en las poblaciones con menos recursos económicos [9] [10].
La afectación renal en el LES, agrupada en el término nefropatía lúpica (NL) se produce en el 40-50%
de los pacientes, oscilando entre el 25 al 75%, dependiendo de la población estudiada (edad, género,
raza, región geográfica) y de los criterios diagnósticos utilizados, pero hasta el 90% de los pacientes
presentan lesiones histológicas sugerentes de LES en la biopsia renal [12] [13]. Según los datos del
adultos, con una prevalencia del 10%, y la primera entre las enfermedades glomerulares
PATOGENIA.
La etiología del LES es en gran parte desconocida, pero está bien demostrado que hay una respuesta
autoinmune alterada con lesiones en varios órganos y sistemas [1] [2] [17]. La clave de su patogenia
exposición de material nuclear al sistema inmune y, por tanto, se activan procesos de reconocimiento
antigénico, de la misma manera que ocurre tras las infecciones virales o las vacunaciones. Sin
embargo, en el caso de LES esta respuesta es anormal dado que se mantiene una inmunización
permanente frente a antígenos propios. Se han descrito varios mecanismos genéticos y ambientales
veces más frecuente en familiares de pacientes con LES que en la población general. Se ha
demostrado una asociación con genes del complejo mayor de histocompatibilidad, particularmente
HLA-A1, B8, DR2 y DR3, tanto en raza blanca como negra [20] [21]. También se asocia con
enfermedades hereditarias por deficiencia de complemento: C1q y C4. Los factores genéticos son
(25%), muy superior a la tasa encontrada en dicigotos (2%) [22]. Varios estudios genómicos han
identificado hasta 17 locus asociados con un incremento del riesgo de desarrollar LES que incluyen
genes asociados a células B, receptores Toll-like y con la función de los neutrófilos [23]. También se
han identificado mutaciones implicadas en el aclaramiento de complejos inmunes [24] [25]. En todos
los casos el denominador común es la combinación de varias alteraciones genéticas que predispone a
material nuclear, que actúan como autoantígenos. También se han encontrado factores hormonales o
desarrollar LES durante el embarazo y su aparición en mujeres que reciben tratamiento con
y quinidina, que afectan al DNA, pueden inducir una variante de LES o síndrome lupus-like.
Finalmente, las infecciones pueden precipitar la aparición de LES al estimular clones linfocitarios auto
reactivos asociados a la respuesta inmune, como en el caso de la infección por el virus de Epstein-
AUTOINMUNIDAD.
El trastorno principal es la formación de complejos inmunes que se depositan en varios órganos. Por
sanguínea lo que favorece su depósito tisular [27]. Los pacientes con LES presentan una gran
variedad de anticuerpos procedentes de células B [28], la gran mayoría frente a ácidos nucleicos y
proteínas nucleares, que se comportan como antígenos. El origen de estos antígenos son restos
celulares que proceden de células apoptoicas que no han sido eliminados de forma adecuada. De esta
manera, las partículas procedentes de los núcleos celulares endógenos provocan una respuesta
anómala con aumento de la supervivencia de células dendríticas presentadoras de antígenos así como
policlonal autoinmune, posiblemente modulada además por factores genéticos y hormonales [2] [29].
proliferación [30]. Los Ac anti-DNA de doble cadena (anti-DNA nativo) son muy específicos de LES, se
encuentran en el 70-80% de los pacientes y solo en el 0.5% de personas sanas o con otras
enfermedades autoinmunes como artritis reumatoide. Sus niveles reflejan actividad de la enfermedad,
pueden estar presentes antes de tener clínica y son muy característicos de afectación renal. Otros Ac
como los Ac anti-Ro y anti-La se asocian en gestantes con un mayor riesgo de bloqueo cardiaco en el
feto. Los Ac anti-Sm (polipéptidos nucleares) son muy específicos de NL, pero son poco frecuentes
30% de los pacientes, se asocian con mayor prevalencia de trombos capilares, lesiones necrotizantes
y microangiopatía trombótica. Los anticuerpos antinucleares (ANA) aparecen hasta el 99% de los
investigaciones que van aclarando sus mecanismos y formas de tratamiento. Así, en 2016, según la
consulta en PubMed (NML), se publicaron al menos 280 artículos referente al término “lupus
nephritis”.
La NL se produce tras el depósito de complejos inmunes, bien formados localmente (in situ) o
inmunocomplejos contienen varios antígenos, como DNA, histonas y restos de núcleos celulares, así
con la consiguiente activación del complemento que ocasiona procesos de inflamación, necrosis y
fibrosis irreversible [10][33]. La localización y acumulación de los complejos inmunes definen las
diferentes clases de glomerulonefritis [33]. Las histonas tienen alta afinidad por la membrana basal
glomerular y podrían facilitar el depósito de complejos inmunes. Una vez depositados activan al
sistema del complemento, generando factores quimiotácticos que favorecen el acúmulo de leucocitos y
células mononucleares. Estas células fagocitan los inmunocomplejos y secretan mediadores (como
MANIFESTACIONES CLÍNICAS.
El LES puede afectar prácticamente a cualquier órgano y su curso clínico se caracteriza por episodios
astenia y anorexia. La afectación de piel y mucosas puede cursar con alopecia, úlceras bucales o
denominada “livedo reticularis” aparece hasta en el 15% de los casos y puede estar asociado con la
presencia de Ac anti fosfolípido. Puede aparecer afectación articular con artralgias y artritis no
deformante. La serositis, en forma de pleuritis o pericarditis, puede afectar hasta el 40% de los
pacientes. Las alteraciones hematológicas incluyen anemia por eritropoyesis deficiente, hemólisis
incluyen cefalea, parálisis, coma y psicosis. La hipertensión pulmonar puede desarrollarse de forma
detectados por los hallazgos clínicos o por ecocardiografía. Las complicaciones trombóticas y los
dismórficos y cilindros hemáticos e hipertensión arterial (Tabla 6). En muchos casos existe un daño
grave con desarrollo de síndrome nefrótico y disminución del filtrado glomerular. Los hallazgos clínicos
suelen relacionarse bien con los hallazgos histológicos glomerulares, que se detallan en otro
apartado [13]. También hay que tener en cuenta que en ocasiones, las lesiones renales en el LES no
trombótica en los casos de síndrome antifosfolípido secundario. También puede aparecer nefropatía
diabética (en ocasiones inducida por esteroides) o enfermedad vascular por la acumulación de factores
intersticial aguda o crónica. En raras ocasiones se puede encontrar acidosis tubular tipo 1 o
4 [17][35].
ANATOMÍA PATOLÓGICA.
Ante la sospecha de NL, es obligado realizar biopsia renal, a menos que existan contraindicaciones
mayores [36], dado que sus resultados son muy importantes para confirmar el diagnóstico, planificar
biopsia renal [37] [39] [40] [41] [42]. Los datos clínicos y analíticos habituales no son capaces de
predecir el pronóstico ni ayudar a establecer un tratamiento. Por tanto, los datos histológicos son
claves para el manejo de los pacientes con NL y la biopsia renal es obligada en los pacientes con LES
con signos de afectación renal, como aumento de creatinina, disminución inexplicada de filtrado
glomerular, proteinuria superior a 0.5 g/día, hematuria y sedimento activo [43] . La clasificación
Renal Pathology Society (RPS) [44] cuyo objetivo principal es la orientación en cuanto a pronóstico y
tratamiento, ya que las distintas clases tienen evolución y respuesta al tratamiento diferentes. En esta
clasificación se diferencian 6 Clases según datos del estudio con microscopio óptico,
reproductibilidad entre varios observadores y suele haber una buena correlación entre los datos
clínicos e histológicos (Tabla 7) [13]. Las (Figura 1) (Figura 2) y (Figura 3) son ejemplos típicos de las
Clases III y IV. No obstante, esta clasificación ha recibido algunas críticas dado que se basa en datos
histopatológicos y no hace mención a otras lesiones que reflejan ciertos mecanismos patogénicos. Así,
en la nueva revisión que se está llevando a cabo se recomienda que se incluyan la presencia de
afectación tubulointersticial [38]. De forma complementaria hay que indicar los grados de actividad y
cronicidad (Tabla 8). En la (Figura 4) (Figura 5) (Figura 6) (Figura 7) (Figura 8) se muestran imágenes
pacientes puede variar de forma considerable entre diferentes patólogos, como se ha señalado
recientemente [45]. También hay que resaltar que las lesiones renales en la NL no son estáticas y
puede haber transiciones entre las distintas clases, bien de forma espontánea o tras el tratamiento;
por otro lado, puede haber un cierto solapamiento entre ellas en cualquier momento de la
evolución. Las indicaciones de una segunda biopsia son más debatidas, pero aporta información
evaluación de las lesiones activas o crónicas [37]. En cualquier caso, está indicada si los resultados de
las biopsias de control contienen información que puede cambiar la estrategia de tratamiento o de
descrito una mortalidad del 10% al cabo de 20 años de evolución. Esto es debido a múltiples factores
que incluyen aumento de la susceptibilidad a infecciones [48], arteriosclerosis acelerada, tumores, así
como daño en órganos diana debido a fallo del tratamiento o sus complicaciones [49]. No obstante, la
supervivencia de los pacientes con LES ha mejorado en las últimas 3-4 décadas [50], lo cual es
atribuido a un diagnóstico y tratamiento precoz, un uso más adecuados de los corticoides, la aparición
renal (NL) es el predictor más importante de morbilidad y mortalidad en los pacientes con LES y es
Supervivencia renal.
A pesar de los avances en el tratamiento inmunosupresor, la insuficiencia renal crónica continúa
siendo un problema no resuelto del todo. Aproximadamente el 5-20% de los pacientes con NL
evolucionan hacia la insuficiencia renal crónica [52][53]. Dado que la mayoría de los pacientes
debutan en edades jóvenes o relativamente jóvenes es muy importante disponer de estrategias que
Los factores de riesgo mas importantes para el desarrollo de insuficiencia renal crónica son: i) retraso
en el diagnóstico, ii) factores demográficos (edad, género), étnicos (raza negra, pacientes
filtrado glomerular), iii) presencia en la biopsia de necrosis fibrinoide, semilunas y fibrosis intersticial
con atrofia tubular, iv) fracaso para alcanzar remisión, v) aparición de recidivas, y vi) clase
TRATAMIENTO.
El LES no tienen curación y no disponemos de una etiología que permita su control en todos los
basados en bloquear la respuesta autoinmune que conlleva las lesiones de varios órganos.
diferentes órganos, pero a continuación nos centramos en los tratamiento de la afectación renal.
Los objetivos del tratamiento de la NL son: i) preservar la función renal a corto y a largo plazo
(remisión completa o parcial), ii) prevenir recidivas, iii) disminuir efectos secundarios, iv) mejorar la
tratamientos han demostrado con claridad un menor riesgo de progresión hacia la insuficiencia renal,
clínicos controlados que han cambiado las estrategias a seguir de cara a mejorar el pronóstico y
disminuir los efectos secundarios [59] [60]. Así, en el año 2012 se publicaron cuatro Guías Clínicas,
elaboradas por: American College of Rheumatology (ACR) [61], Kidney Disease: Improving Global
Outcome (KDIGO) [62], Joint European League Against Rheumatism and European Dialysis and
Interna [63]. Recientemente se ha publicado otra Guía muy completa, elaborada en España para el
manejo global del paciente con LES, que cuenta con varios especialistas y ofrece unas
expertos [64] [65] [66]. En todas estas Guías clínicas hay cierta coincidencia respecto a la actitud a
seguir ante una NL, que se indican mas adelante. En todas ellas se comprueba la necesidad de un
Tratamiento inmunosupresor.
El tratamiento inmunosupresor se programa acorde con los resultados de la Clase histológica, según la
clasificación ISN/RPS [44] [69], dado que la biopsia renal es obligada ante la sospecha fundada de
Clase II (proliferativa mesangial). Si la proteinuria es < 1g/día se deben tratar las manifestaciones
utilizar bloqueantes del sistema renina-angiotensina se recomienda usar dosis bajas de prednisona o
Clases III (focal) y IV (difusa). Estas Clases tienen peor pronóstico y su tratamiento es similar en
ambas, puesto que pueden existir transformaciones en un corto periodo de tiempo. El tratamiento se
divide en 2 periodos: i) fase inicial o de inducción, y ii) fase de mantenimiento [69] [73] [74].
tiempo (6-12 meses), mientras que el tratamiento de mantenimiento utiliza menos dosis pero durante
un periodo de tiempo más prolongado (2-3 años). Los fármacos más utilizados en la actualidad se
agudas, se recomienda empezar por 3 pulsos i.v. de 6-metil-prednisolona de 500-1000 mg, en 3 días
semanas, para reducir posteriormente de forma paulatina. Para evitar los efectos secundarios algunos
autores han encontrado resultados satisfactorios con menos dosis de prednisona, combinada con
pulsos iv de metilprednisolona a dosis bajas [32] [75]. Hay varios inmunosupresores para añadir a los
esteroides, pero la elección se hace entre 2 de ellos: micofenolato o ciclofosfamida [68]. En las Guías
Clínicas indicadas [41][61] [62] [63] [64] y en ciertos meta análisis [76], se deduce que el
micofenolato es, en la mayoría de las ocasiones, el fármaco de elección por su eficacia y perfil de
seguridad. Está especialmente indicado cuando se quiere preservar la fertilidad o en pacientes de raza
negra y de origen sudamericano. Las dosis máximas son 3 gr/día, pero en nuestro medio de 2 gr/día
son suficientes [77] [78]. La ciclofosfamida ha pasado a un segundo término aunque tiene algunas
indicaciones: pacientes con poca adherencia a la medicación oral, deterioro agudo o subagudo de
función renal, elevado porcentaje de semilunas en la biopsia renal y/o necrosis fibrinoide. Hay 3
National Institute of Health “NIH”, ii) protocolo del “Euro-Lupus”, y iii) vía oral. En el esquema
diseñado por el NIH se usan esteroides y ciclofosfamida (0.5-1 gr/m2 i.v. mensual durante 6 meses),
por el grupo Euro-Lupus se basa en la administración de ciclofosfamida a menos dosis (500 mg i.v.
cada 2 semanas durante 3 meses, en total 6 dosis), seguido de azatioprina (2 mg/Kg/día) durante la
fase de mantenimiento. Este esquema ha demostrado ser eficaz en pacientes europeos de raza blanca
y con función renal preservada. No obstante, su papel en formas graves o con otros antecedentes
étnicos no está del todo demostrado [9] [79]. El uso de ciclofosfamida oral (1-1.5 mg/Kg/día) se ha
demostrado eficaz pero apenas se usa por los efectos adversos [37] [68] [72] [80].
oral (5-10 mg/día) asociado bien a micofenolato a dosis más bajas que la utilizada en el periodo inicial
(1-1.5 g/día) o azatioprina (1.5-2.5 mg/kg/día) [81] [82] . Aunque el fármaco tradicional ha sido la
micofenolato [71] [76] [83] [84]. El micofenolato sódico con recubierta entérica es una alternativa
válida al micofenolato mofetilo cuando este no se tolera por síntomas digestivos. En la (Figura 9) se
indica el algoritmo de tratamiento de las NL proliferativas, que resume los mas recomendados en la
Clase V (membranosa lúpica). En la NL membranosa sin cambios proliferativos (formas puras), hay
Clase VI (esclerosis avanzada). Solo deben recibir tratamiento inmunosupresor de acuerdo con las
manifestaciones extrarrenales y preparar al paciente para iniciar diálisis o recibir trasplante renal.
completa) se debe esperar al menos 6 meses. En los pacientes con NL resistentes a micofenolato y
cambiar al esquema basado en micofenolato y esteroides [86]. La recidiva de NL que aparece tras
alcanzar remisión se debe tratar con el esquema inicialmente empleado. Si la recidiva aparece en
pacientes que habían recibido esteroides y ciclofosfamida como inducción y reciben azatioprina como
bajo tratamiento con micofenolato, se sugiere utilizar ciclofosfamida i.v. o iniciar nuevos tratamientos,
que se indican a continuación . En los casos en los que no se tolere micofenolato ni azatioprina, se
Nuevos tratamientos.
Los tratamientos considerados en la actualidad como estándares, basados en esteroides, micofenolato
y ciclofosfamida, no consiguen remisiones en todos los casos y suelen fracasar en alrededor del 20%
de los pacientes. Esto significa que hay que buscar nuevas estrategias que se basen en una
inmunosupresión mas específica y a ser posible de forma personalizada en cada uno de los pacientes.
es un campo en plena ebullición y cabe esperar que en los próximos años se incorporen a la práctica
clínica para mejorar resultados, tratar formas refractarias así como minimizar sus efectos
anticalcineurínicos en triple combinación, iii) inhibidores de las proteasomas, iv) inhibidores del
Entre los tratamientos anti-células B destaca el uso de rituximab, que es un anticuerpo monoclonal
anti CD20. En varios estudios observacionales, se han descrito remisiones renales en alrededor de un
80% de los pacientes (40% completas y 40% parciales). También se han llevado a cabo 2 ensayos
clínicos controlados. El primero de ellos, EXPLORER [88] evaluó la eficacia de rituximab frente a
placebo sin encontrar diferencias en los resultados ni en los objetivos planteados, si bien se apreció
una mayor respuesta en la población Afroamericana e Hispana. Por otro lado, el ensayo LUNAR [89],
rituximab en la NL de forma específica, demostró que la evolución al cabo de un año fue similar en
ambos grupos, aunque había mas respuestas renales y mayor reducción de Ac anti-DNA, así como
aumento de complemento en el grupo tratado con rituximab. En ambos ensayos, los resultados no
favorables claramente al uso de rituximab pueden ser debidos a su diseño más que a la falta de
estándares o bien cuando no se pueden utilizar esteroides a las dosis habituales [90] [91]. En la
actualidad, hay varios ensayos clínicos controlados en marcha (RITUXILUP, CALIBRATE, RING, entre
otros) que pretenden evaluar la eficacia de rituximab en la NL y posiblemente demuestren que su uso
pacientes [10] [17] [32] [37] [80] [91] [92] [93] [94] [95] [96] [97]. También se ha estudiado el
papel de belimumab (Ac monoclonal anti-BAAF o B-cell activating factor) en la evolución de los
pacientes con LES. Aunque los pacientes incluidos en los ensayos BLISS-52 y BLISS-76 no tenían
afectación renal grave ni datos de actividad, en un análisis post-hoc se ha comprobado una mayor
sistemática y en una comunicación se ha encontrado que belimumab puede ser eficaz para mantener
una respuesta renal mantenida, posiblemente tras utilizar rituximab [99] [100]. Los datos respecto al
El uso de varios fármacos en triple combinación, como ocurre con la inmunosupresión de los pacientes
trasplantados, es una opción válida en pacientes con NL. Hay varios trabajos, la mayoría realizados en
pacientes chinos, que demuestran la eficacia y seguridad de esta triple combinación (esteroides,
micofenolato y ciclosporina o tacrolimus) como tratamiento eficaz tanto en la fase de inducción como
El uso de los inhibidores de las proteasomas, entre los que destaca el bortezomib, se justifica por el
hecho de que los tratamientos anteriormente indicados no destruyen las células plasmáticas de vida
larga. Por tanto, la inhibición de la síntesis de anticuerpos se plantea como una excelente diana en el
disminución del recuento de células plasmáticas y de la actividad de interferón tipo 1 en una serie de
pacientes con NL tratados con bortezomib [104]. Esta línea de tratamiento necesita ser confirmada
Dado que la activación del complemento juega un papel clave en el daño renal en los pacientes con
LES, el bloqueo de los componentes terminales (C5b-9) se presenta como una opción justificada
desde un punto de vista patogénico [33]. En los casos de LES y microangiopatía trombótica, el
eculizumab (Ac monoclonal anti C5) se ha demostrado eficaz, así como en casos de NL refractarios a
También se ha abierto un campo prometedor en la investigación del bloqueo de las citocinas como
mediadores del daño renal en la NL [80] [112]. La inhibición de la vía del inductor de la apoptosis
TNF-like y su receptor es atractiva para disminuir la inflamación y el daño renal, por lo que se han
puesto en marcha algunos estudios con Ac monoclonales anti-Tweak [74]. Aunque el papel de las
células B es clave en la patogenia de la NL, las células T también contribuyen al daño renal, por lo que
se han diseñado varias estrategias destinadas a combatir las moléculas expresadas en las células T o
moléculas que modulan su actividad, con la intención de restaurar sus funciones a un estado
normal [30].
mejorar la calidad y cantidad de vida de estos pacientes [64]. Recientemente se han publicado en las
Guías Británicas para el manejo de los pacientes con LES donde se indican recomendaciones basadas
diagnóstico así como los tratamientos en las formas leves, moderadas y graves [6]; no obstante no se
analiza la afectación renal dado que los autores acuerdan como aceptables las recomendaciones
Es recomendable una dieta saludable, mediterránea, para evitar el sobrepeso y la obesidad, dado el
aumento del riesgo cardiovascular en los pacientes con NL [113]. El consumo de tabaco está
totalmente contraindicado y se debe evitar el sedentarismo y realizar ejercicio físico de forma regular.
recaídas, además de tener otros efectos beneficiosos como la protección frente a eventos trombóticos
o la posibilidad de disminuir dosis de esteroides. Por tanto, se recomienda que todos los pacientes con
NL deben recibir tratamiento con hidroxicloroquina, con vigilancia oftalmológica anual para evitar
Los inhibidores del enzima de conversión y los bloqueantes de los receptores de la angiotensina II se
deben emplear en los pacientes con NL cuando la proteinuria es superior a 0.5 g/día y/o la presión
arterial es > 130/80 mmHg. En cualquier caso, la presión arterial debe ser vigilada y controlada bien
Los pacientes con LES tienen riesgo elevado de enfermedad vascular [116]. En caso de hiperlipemia,
se deben utilizar estatinas para que los niveles de LDL-colesterol sean ≤ 100 mg/dL [10].
Para evitar la osteopenia por esteroides, es recomendable el uso de vitamina D, calcio y bifosfonatos.
Vacunaciones.
tratamiento y monitorización es similar [117] [118], ajustando dosis según peso, talla y filtrado
glomerular así como poner énfasis en el apoyo familiar y en la adherencia a la medicación [10] [72].
En ciertas áreas geográficas (Japón) se ha utilizado mizoribina (inhibidor selectivo de la enzima inosín
obligada y se han descrito buenos resultados con eculizumab [33] [110] [119]. La anticoagulación
normal y no hay actividad inmunológica antes de la concepción, al menos 6 meses [69] [120].
bloqueantes del sistema renina-angiotensina. El uso de aspirina a dosis bajas (100 mg/día) reduce el
riesgo de pre-eclampsia. La gestación se debe controlar por un equipo multidisciplinar que incluya
Protección ovárica. Con análogos de GnRH si la dosis acumulada de ciclofosfamida es >10g [69].
Diálisis y trasplante.
La hemodiálisis o la diálisis peritoneal son buenos procedimientos para tratamiento sustitutivo de los
pacientes con NL, si bien hay una mayor incidencia de trombosis de accesos vasculares y de
infecciones. Los resultados del trasplante renal son, en general, aceptables y no están en absoluto
contraindicados [122].
MONITORIZACIÓN.
Los pacientes con NL deben ser evaluados periódicamente de forma indefinida con el fin de controlar
Finalmente, hay que destacar que la NL es un campo de la nefrología en continuo desarrollo dado que
es un desafío para investigadores básicos y clínicos [69]. A pesar del desconocimiento de su etiología
y de muchos de sus mecanismos moleculares, se han planteado nuevas estrategias que pueden