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EPÍSTOLAS
PARAFRASEADAS.
I
EPISTOLAS
DE S. PABLO APÓSTOL
PARAFRASEADAS,
TRADUCIDAS
0. S. B.
SEGUNDA EDICION.
MADRID EN
CON PRIVILEGIO,
hallará en casa de Coraminas tallt de las Carretas.
DISCURSO
SOBRE LA PARAFRASIS
i
DISCURSO. III
*
XIV DISCURSO.
AR
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Í 5 i f S f I « X
ARGUMENTO
DE LA EPÍSTOLA DE S. PABLO
Á LOS ROMANOS.
CAPÍTULO L
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO IL
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO III.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO IV.
ARGUMENTO.
c
^Somo en los capítulos antecedentes y siguientes contra
pone continuamente el Apóstol la fé á las obras , ense
ñando que la justificacion se obtiene , no por las obras,
sino por la fé ; con lo qual se podria ofender la de
licadeza de los simples fieles , como si las obras no
fueran necesarias , y bastase la sola fé : me ha pareci
do muy justo hacer aquí una breve advertencia muy
necesaria á los simples fieles , y nada desagradable á
los doctos y versados en la doctrina de este grande
Apósol.
Así , pues , enseñando el gran Doctor de las Gen
tes en este capítulo quarto , que Abrahan obtuvo la
justificacion por medio de la fé , y no por las obras :
que al que obra se le imputa el premio , no por
gracia , sino por débito ; mas al contrario , al que
no obra, pero cree en Dios que justifica al impío,
se le reputa la fé á justicia por pura gracia que Dios
mis-
Á LOS ROMANOS. CAP. W. 23
mismo le da ; y en el capitulo antecedente dixo ad :
Juzgamos que se justifique el hombre poV la fé , y
no por medio de las obras de la ley : no debemos
pensar que quiera S. Pablo abolir las obras virtuosas,
que son disposiciones para lajustificacion , y que se con
tente con la sola fe , sino que intenta enseñar á los Ro
manos , que la gracia de la justificacion se puede ob
tener por la fe , aunque no hayan precedido las obras
de la ley , como lo nota S. Agustín , lib. de Fide , et
Oper. cap. 14. Pretende , pues , el Apóstol baxar el
orgullo á los Judíos que confiaban demasiado en las
obras de la ley , haciéndoles saber primeramente , que
la ley hacia solamente conocer el pecado ; pero que no
suministraba la gracia , por la qual se evitase ó se
perdonase la culpa. 2. Que las obras de la ley como
tales , hacian parecer al Judío justo d la vista de
los hombres , pero no d la de Dios. En tercer lugar,
que la misma circuncision , que en sentir de los Judíos
era la grande obra de la ley , no fué la causa de la
justificacion de Ábrahan , a cuya norma creían ser jus
tos , sino meramente una señal de la justicia recibida
por medio de la fé¿ Mas por el contrario, quando dice
el Apóstol que la Fé justifica , no intenta hablar de la
fé en sí sola considerada , que los Teólogos llaman fé
informe y muerta , sino de la fé , como se explica en
otras partes , animada por la caridad , y que obra
por medio de la santa dileccion. Esta es aquellafé por
la qual consiguió Abrahan la justificacion , esto es , fe
viva , y que obra por la caridad : fé tan obediente y
sujeta á la voluntad de Dios , que sacrificó la pasion
mas viva y legitima que podia jamás tener por Isaac
su único hijo. En este sentido la entendio el Apóstol
Santiago , quando en su Epístola Canónica dixo : Abra-
ham Pater noster norme ex operibus justificarus
est,
24 EPÍSTOLA DE SAN PABLO
est , offerens Isaac filium suum super altare ?
Pero en lo tocante á la fé y las obras , respecto
a la justificacion , creo que nadie haya podido com-
prehender el sentido del Apóstol mejor que la Iglesia
Católica congregada en el Concilio de Trento , cuyos
oráculos están tan grandemente explicados en la Sesion
sexta.
Ante todas cosas , dice , creemos que de tal modo
nace el hombre por el pecado original hijo de la ira,
siervo del pecado , y sujeto á la potestad del demonio,
que ni el Gentil por las fuerzas de la sola naturaleza,
ni el Judio por las obras diciadas por la letra de la
ley , se pueda levantar y librarse de tan infeliz esta
do. Cap. i.
En segundo lugar decimos , que quando el Apóstol
enseña , que el hombre es justificado gratuitamente por
la fé , entendemos con la Santa Madre Iglesia Católi
ca , que en tanto se dice que la fé justifica ,en quanto
la fé es el principio de nuestra salvacion , el funda
mento y la raiz de toda nuestra justificacion. Tam
bien se dice , que somos justificados gratuitamente , por
quanto nada de lo que precede á la justificacion , sea
la fe\ ó sean las obras , merece la gracia de la justi
ficacion ; pues de otra suerte ya no seria gracia , si
las obras fueran la razon meritoria. Cap. 8.
Finalmente creemos , que nadie, debe lisonjearse de
tal modo de su fé , que crea debe ser el heredero de
la vida eterna por la sola fé , y que una vez justifi
cado quede exento de la observancia de los mandamien
tos divinos , y de hacer las obras de virtud ; porque
los hijos de Jesuchristo lo aman , y quien ama á Jesu-
christo guarda sus divinos preceptos. Cap. 1 1 .
Esto supuesto , se puede reducir el quarto capítulo
a este argumento ; Todos los hijos de Abrahan deben
ser
i
A LOS ROMANOS. CAP. W. 2$
ser justificados del mismo modo que fué justificado su
padre : es. así que Abrahan no fué justificado por las
obras , sino por la fé : luego los fieles , que son sus
hijos , serán justificados por la fé , y no por las
ebras.
Su segunda proposicion la prueba de esta tuerte ;
Si Abrahan hubiera sido justificado por las obras,
no seria justo delante de Dios ; porque la justicia
de las obras es una justicia exterior , que no reconci
lia al hombre con Dios ; porque no ha glorificado d
Dios , habiendo recibido la paga de sus buenas obras,
y no un don gratuito : es así que Abrahan fué justi
ficado delante de Dios , y lo glorificó por la fé , como
lo tenemos en el Génesis , en donde se dice , que la fé
se le contó por justicia , esto es , que fué justificado
por la fé : luego no fue justificado por las obras.
La tercera razon es esta : El premio se da al que
trabaja , como una merced : es asi que la justicia no se
dio á Abrahan como una merced ; pues de otra suerte
tío Oria la Escritura que la fé se le contó en vez de
justicia : luego no se le dio la gracia por haber tra
bajado , ó por las obras.
Despues de este exemplo de Abrahan alega un pa-
sage de David , en el qual , sin hacer mencion alguna
de las obras , dice , que aquellos son bienaventurados ó
justos , á quienes se les han cubierto , esto es , borra
do sus pecados : porque Dios no se contenta con escon
der una llaga baxo las faxas de su misericordia ,
sino que la cura tan perfectamente , que ni aun se per
cibe cicatriz alguna. Mas porque no faltaría alguno que
dixera , que esta justificacion gratuita miraba solamente
á los Judíos , muestra que los Gentiles han tenido
tanta parte como ellos, por esta razon: Los Gentiles pue-
d*n ier justificados en el mismo alado en que Abraban
. < se
26 EPÍSTOLA DE SAN PABLO
se hallaba guando fué justificado : es asi que Abrahan
no estaba circuncidado : luego los Gentiles pueden ser
justificados sin la circuncision. Despues da la razon de
haber sido justificado Abrahan antes de estar circunci
dado ; y luego demuestra que es el padre de todos los
creyentes , y que la herencia se prometio , no a los que
observaban la ley, sino d su fé , y á los que la imi
taban. Ved su modo de discurrir : Si la herencia perte
nece á los que observan la ley , es inútil la fé de Abra-
han ; y las promesas de Dios de nada sirven , habien
do Dios prometido la herencia á la fé , y no d la ley ;
es asi que es blasfemia decir que la fé de Abrahan es
inútil , y que las promesas de Dios de nada sirven :
luego la herencia se prometio á la fé. La prueba de
esta proposicion se hallará en esta paráfrasis. La se
gunda razon que produce es la siguiente : JVo puede
producir la justificacion , que es la paz con Dios , lo
que es causa de la ira é indignacion de Dios : es asi
que la ley produce la indignacion de Dios : luego la
ley no puede producir la justificacion. Despues se pone
á considerar la paternidad de Abrahan , y muestra que
es semejante á la de Dios ; porque aunque en la ver
sion se lee ante Deum , delante de Dios , siguiendo al
Griego he traducido ad instar Dct , á semejanza de
Dios. El observa todas las circunstancias de la fé de
este Patriarca para causar mayor admiración ; y dice
que Moysés la notó en sus escritos para mostrarnos que
seremos justificados como él, si creemos en Jesuchristo
sacrificado por nuestros pecados , y resucitado por nues
tra justificacion.
TA
4 LOS ROMANOS. CAP. IV.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO V.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
Chr
38 EPISTOLA DE SAN PABLO
CAPITULO VI.
ARGUMENTO.
CAPÍTULO VIL
ARGUMENTO.
CAPITULO VIII.
ARGUMENTO.
F
-*-'« el capitulo octavo dice para animar á los que
habia espantado con su precedente discurso , que aun-
sientan en si mismos ios movimientos de la concu
rrencia , no son por esto condenados , con tal que es-
«» inxeridos en Jesuchristo , y no consientan en la
titilacion , lo que llama caminar segun la carne. Esta
proposicion la prueba con su primera restriccion : Pri
meramente porque el Evangelio nos asegura , que Jesu
christo nos ha libertado de la muerte y del pecado. En
s%undo lugar porque vino para justificarnos , lo que
E3 no
gO EPÍSTOLA DE SAN PABLO
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO IX.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
* Tales nos amat D*tit, qtmUs futttrí sumus ipsius dono, non queits
flww nottn mtrite. Conc. ArausicaiiHiai. C«n. 12.
66 EPÍSTOLA DE SAN PABLO
Yo te he reservado hasta ahora , y te he resucitado pa~
ra mostrar en ti mi poder , y para que tus desgracias ,
hiciesen .conocer mi nombre , y lo hiciesen terrible en
toda la tierra. Concluyamos , pues , de esto por úl
timo ,. lo que tantas veces os he dicho , que usa Dios
de misericordia con unos , y endurece á otros , esto
es , permite que caigan en la dureza y obstinacion
del corazon , y los dexa en ella , porque así le agra-* i
da : no imprimiendo en su voluntad alguna malicia,
sino no dándoles la gracia que podria ablandar su
dureza ,. no teniendo obligacion de dársela. Pero me
pregruntará acaso alguno : „ ¿ Es Dios justo obrando y
^gobernándose así ? * ¿Por qué elige á aquellos, y en
durece á estos, segun el tenor de su voluntad? ¿Pues
,,por qué se lamenta y queja de que los hombres se
pierdan ? ¿Quién se atreve á resistir jamás á su vo
luntad?" ¡Ó hombre temerario ! ¿Quién eres tú para
que te atrevas á contradecir á Dios , y á pedirle
cuenta de lo que hace ? Los hombres están en su
mano , como el barro en manos del Alfarero. ¿ Pues
quién ha oido hasta ahora que la tierra diga al Al
farero, ¿ por qué me das esta forma ? ¿No tiene él la
facultad de hacer de ella los vasos que le parezca,
ya para usos honrados, ó ya para usos viles y ba-
xos? ¿Qué orgullo es este? Es fuerte cosa que no
se le ha de pedir cuenta alguna de su trabajo á nin
gun artífice , ántes bien se le dexa todo á su libre
disposicion , ¿y tú has de ser tan atrevido é impío, |
- „ que
* „Aut si et ¡sta , ut quídam distinguere maluerunt , verba surte
,,ejus cui Apostol us ait: Dias itaqne mihi , ut ipse dixisse acclpiaturr
„En;o eujus vntt miseretur, et quem vutt obdurat , et quas sequim-
„tur : id est , Quid adhuc conqueritur? Nam votun/ati ejus quis resis--
,,¡ii ? Numquid responsmn est al) Apostolo : O homo, falsum est, quod
,,dixisti? Non. Sed responsum est: O homo tu quis es, qui respon- ' \
„de¡is Deo? Numquid dicit figmentum ei qui se finsit: Quaie sic me
,,fecisti? S. Au¡j. (tb.& Pradttt. Sanct. c. 8.
Á LOS ROMANOS. CAP. IX. 6?
que quieras examinar los motivos de las obras de Dios?
¿ Puedes tú por ventura acusarlo de injusto, si des
pues de haberte llamado á penitencia , y haber su
frido con una grande suavidad y una larga pacien
cia los pecados que cometieron libremente aquellos de
quienes se sirve como de instrumento para hacer brillar
Jos justos furores de su ira, les da la muerte á que es
taban destinados solo por causa de sus delitos ? Su
justicia resplandece en su castigo , y resalta con la
comparacion de su justa severidad , resplandeciendo
despues tanto mas la gloria de la misericordia que
usó con los escogidos, colmando de gracias á aque
llos á quienes no estaba obligado á dárselas , y con
duciéndolos despues á la gloria. Estos electos han
sido escogidos , tanto entre los Gentiles , como en
tre los Judíos , para hacer ver que en la eleccion no
mira ni á la nobleza , ni al nacimiento , ni tiene
otro motivo que su propia voluntad. Esto ya lo ha
bía profetizado el Profeta Oseas por estas palabras :
Yo llamaré mi pueblo á aquellos que no son mi pueblo,
y la nacion que yo no amaba , será mi dilecta, y aque
lla que no ha conseguido la misericordia , conseguirá
la misericordia. Vosotros no sois mi pueblo ; pero
en qualquiera parte de la tierra que los hombres re
ciban mi palabra , mudarán de condicion , y serán
llamados hijos de Dios vivo. Isaías profetiza lo mis
mo hablando al pueblo de Israel con un grande sen
timiento , diciendo : Aunque el número de los lujos de
Israel sea igual al de las arenas del mar , serán aun
pocos los que se salvarán de esta multitud. Dios esco
gerá tan pocos de entre ellos para hacerlos participantes
de su justicia , que parecerá se haya acabado y des
truido enteramente toda la descendencia. La salva
cion de este pequeño número de personas es un efec
F4 to
68 EPÍSTOLA DE SAN PABLO
to de su bondad ; y si no hubiera agradado al Dioi
de los Exércitos ( dice el mismo Profeta ) conservar
el restante y la semilla de tan gran naufragio , hu
biéramos sido semejantes a los de Sodoma y Gomor-
ra , que pereciéron todos sin excepcion alguna. ¿Qué
sacaremos nosotros de tantos exemplos y profecías ?
Inferiremos lo que yo intentaba probar , esto es , que
las promesas de Dios se cumpliéron eu la persona
de los Gentiles , y que aquellos que no lo conocían,
ni buscaban la justicia con que se hiciesen agrada
bles á él , la han hallado y recibido , no como una
recompensa de sus obras , sino como un don. Pero
al contrario , aquellos que tenian una ley que les
enseñaba la justicia , y que hacian profesion de bus
carla , no llegaron á conseguirla. Mas alguno me
podria preguntar , que de donde procede esto ? Res
pondo : Porque no buscaban la justicia como se de
bía ; porque en vez de poner toda su confianza en
Jesuchristo , que es el fin de la ley , la fundaban en
el mérito de sus obras , y en la observancia de la
ley , cuya observancia es imposible sin la gracia.
Ni se contentaron con no confiar en él , sino que
tambien lo despreciaron quando vivia entre ellos, ta
paron los oidos á sus palabres , y sus milagros no
íes hiciéron mella. En fin , tomáron por piedra ofen
siva y de escándalo aquella sobre que debian fabri
car el edificio de su salvacion, como lo habia pro
fetizado el mismo Isaías con estas palabras : Mirad,
yo pondré en medio de Sion una piedra de ofension y
de escándalo ; pero qualquiera que crea en ella , no ve
rá defraudada su esperanza.
A LOS ROMANOS. CAP. X, 69
CAPÍTULO X.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO XI
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
es
EPÍSTOLA DE SAN PABLO
CAPÍTULO XII.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS,
CAPÍTULO XIII.
ARGUMENTÓ.
fA-
Á LOS ROMANOS. CAP. XIII.
PARAFRASIS.
No basta saber la mutua correspondencia que de
beis tener entre vosotros ; porque viviendo en un
estado político , es preciso que aprendais tambien í
respetar á los Magistrados y á los Príncipes que go
biernan este estado. El Evangelio no se opone á los
derechos de los Soberanos , ni dispensa á los subdi
tos de Ja obediencia que se les debe. Dios los ha
constituido sobre la tierra para conservar el orden;
de tal suerte , que el desobedecerles es desobedecer
al orden de Dios , y reprehender tácitamente la di
vina disposicion. Y si se hallase alguno á quien no
mueva esta razon , debe saber que su desobediencia
no puede quedar sin castigo ; pues ademas de que
la justicia divina lo sabrá castigar á su tiempo , la
del Príncipe , que él desprecia , tiene señaladas en
este mundo las penas que se merece. El Príncipe no
debe temerse sino por quien obra mal : y así, si tu
no quieres temer , observa la ley que ha estableci
do , y respétalo como debes ; pues ademas de esto
serás alabado y recompensado, porque Dios se sir
ve de su Ministro para conducirte á la virtud , y
para hacértela observar con mayor facilidad. Pero
si has obrado mal , teme ; pues no lleva en vano la
espada , mas la empuña para exterminar los culpa
dos y delinqüentes ; y si representa la persona de
Dios en premiar las buenas obras , lo representa
- tambien en castigar í los malos. Esta razon , digo,
os obliga á obedecer ; pero no es la que siguen los
ánimos generosos y verdaderamente christianos. Y
asi os exhorto á que obedezcais , no por fuerza, ni
por temor del castigo, sino porque Dios os lo man
da, y vuestra conciencia os lo dicta. En efecto, vo
so
88 EPISTOLA DE SAN PASLO
sorros sois subditos , y debeis servir á vuestros se
ñores. Vosotros pagais justamente los tributos , los
guales no los pagaríais si no fuerais subditos. Pues
él exige este reconocimiento , porque el Príncipe ha
sido constituido por Dios para hacer que el pueblo
viva quieto , para que vele quando duerme , y lo
defienda de las opresiones domésticas en tiempo de
paz , y de las violencias de los extraños en tiempo
de guerra. Por esto tiene derecho de pedir este re
conocimiento. Pues dad á cada uno lo que le toca:
el tributo á quien se le debe ; y el respeto á quien
debeis respetar. Desempeñad de tal suerte vuestras
obligaciones , que nadie tenga que requiriros , ni
deba exigir de vosotros sino los oficios de caridad
reciproca , porque las deudas de esta especie jamas
se pagan como se debe. La ley de Moysés agobia á
sus subditos con preceptos y ceremonias ; pero la de
Jesuchristo es mucho mas fácil , porque quien ama
í su próximo, la cumple perfectamente. En efecto,
todas estas prohibiciones : tú no adulterarás , no ma
tarás , no robarás , no dirás algun falso testimonio,
no desearás cosas malas , y si hay algun otro man
damiento, se comprehende é incluye en este: Ama
ras á tu próximo como á ti mümo. Pues no difera-
mos el hacer bien para otro tiempo. Ya es hora que
despertemos del sueño del pecado. Ahora que el
Evangelio se predica por todo el mundo , y que
Jesuchristo nos ofrece sus gracias con tanta abun
dancia , tenemos mas cerca la salvacion de nuestra
alma , que quando esperábamos la venida de nues
tro Señor. Ya pasó, la noche de la infidelidad , por
haberla disipado la luz de la fe , y haber ya ama
necido. Dexemos , pues , las obras propias de las ti
nieblas y de los hombres que las siguen , y empu-
J LOS ROMANOS. CAP. XIV.
fiemos las armas resplandecientes de Ja luz para re--
sistir á nuestros enemigos. Hagamos obras que se
puedan presensar á la luz ciara del dia , y vivamos
honestamente. No pasemos nuestra vida en convites
disolutos , ni en la embriaguez brutal. Evitemos
cuidadosamente las impudicicias , y los desórdenes
a que nos incite la concupiscencia. Dexemos las con
tiendas y las envidias , y abandonemos los deseos
de nuestra carne. Desnudémonos finalmente del hom
bre viejo , y vistámonos de Jesuchristo, esto es, imi
temos quanto podamos á Jesuchristo. Los vestidos mas
preciosos de la tierra , se ensucian y sé rompen , mas
el vestido de la inocencia , que os exhorto traigais,
durará siempre sin romperse. No os prohibo que ten
gais algun cuidado de vuestro cuerpo , sino el que
obedezcais á sus movimientos desordenados , y el
«jue contenteis á sus deseos contrarios á la ley.
CAPÍTULO XIV.
ARGUMENTO,
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO XV.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPITULO XVI.
ARGUMENTO.
EPÍSTOLA PRIMERA
DE SAN PABLO
Á LOS DE CORINTHO.
ARGUMENTO.
CAPÍTULO L
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO IL
, ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO ra.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO IV.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS,
CA-
134- EPISTOLA DE SAN PABLO
CAPÍTULO V. >
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS..
CAPÍTULO VI.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO VIII.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO IX.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CA
A LOS DE CORWTHO. CAP. X. 145
CAPÍTULO X.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO XI.
ARGUMENTO.
PARAFRASIS.
CAPÍTULO xa
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS,
CAPÍTULO XIII.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO XIV.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
NT
J-^o penseis quando os exhorto a que procureis
adquirir una virtud tan eminente , que os quiero
impedir que deseeis hs gracias que el Espíritu San
to acostumbra comunicar, ya sea en la recepcion del
Bau-
l66 EPÍSTOLA DE SAN PABLO
Bautismo , ó ya quando os juntais. Solo pretendo
que las deseéis para serviros de ellas en utilidad y
edificacion de vuestro próximo. Estas gracias son di
versas , como os lo tengo dicho ; pero el don que
debeis mas apreciar , y por el qual os debeis mos
trar mas zelosos , es aquel que os haga mas capaces
de enseñar y explicar las verdades divinas. El que
habla las lenguas extrangeras sin interpretar lo que
dice , habla por la gloria de Dios ; pero no por la
utilidad de los hombres , porque no lo entienden.
Sin embargo de esto no se debe despreciar este don,
porque el espíritu de Dios es quien habla , y quien
le descubre los misterios de que discurre. Pero el
que hace que los otros entiendan lo que dice , edi
fica á los oyentes , los exhorta í la virtud , los con
suela en sus penas , y los confirma en la fé. El pri
mero solo es bueno para sí ; pero el otro es útil í
la Iglesia. Por esta razon , aunque quisiera , herma-
ros mios , oíros hablar toda suerte de lenguas , de
seo con mas ardor veros capaces de instruir á los
ig norantes que hay entre vosotros. Porque quien tie
ne este don debe ser preferido al que solo tiene el
primero , si este no entiende ni sabe explicar lo
que dice , para que los fieles logren alguna utilidad.
J De qué os servirian mis discursos, si fuera á veros
no llevando conmigo otro don que el de lenguas?
¿ Qué fruto sacariais de mis sermones , sí no os des
cubriera los misterios que se ocultan baxo de los ve
los obscuros que vuestra vista no puede penetrar
por sí misma : si no os explicara los lugares dificul
tosos de la Escritura : si no os comunicara los co
nocimientos que tengo ó por estudio , ó por revela
cion : ó si no os ensenara la doctrina de las buenas
costumbres ? Considerad por un rato las cosas inani-
roa
Á LOS DE CORINTHO. CAP. XIV. 1 6¡T
i
madas que producen algun sonido , como la flauta y
el harpa : \ cómo se podrá distinguir lo que en ellas
se toca ó canta, si su sonido es confuso ? La trompa
sirve para la guerra , y muestra todas las funciones
de la milicia ; pero los soldados no entenderian lo
que les mandaban , si la tocaran de un modo desco
nocido. Lo mismo sucede en el discurso. Si quando
hablais no os explicais en una lengua inteligible,
vuestro auditorio no podrá saber lo que le decis ; y
después de haberos cansado en gritar , conocereis que
llevó el ayre vuestras palabras sin utilidad alguna de
aquellos á quienes se dirigian. Cada Nacion tiene su
propio lenguage , y cada lenguage tiene sus términos
con su significado particular ; de tal suerte , que si
hablando con alguno me sirvo de una lengua que no
entiende, nos tendremos mutuamente ambos á dos
por bárbaros , porque no nos entendemos. Por lo
qual , hermanos mios , os debeis desengañar , y no
desear mas con tanto ardor las gracias de que os ha
blo : ó si deseais enriqueceros de ellas , sea para ser
vicio y utilidad de la Iglesia. Quien logra el don de
hablar todas las lenguas , pida al Espíritu Santo el
don de explicar aquello que se ha dignado revelarle;
porque si oro , por exemplo , en una lengua desco
nocida sin que nadie me entienda^ y sin entenderme
á mí , el discurso que hago no es mas que un soni
do de palabras , que hiere al oido , sin que mi alma
reciba instruccion alguna. \ Qué haré , pues , para
obviar el que hable y ore inútilmente ? Oraré de mo
do que me entienda , y me haga entender : cantaré
los salmos no solo con el espíritu , sino con inteli
gencia , esto es , para mi particular consuelo , y para
edificacion de los que me oyen. En efecto , qual-
quiera que tú seas , que en las congregaciones de les
l68 EPÍSTOLA DE SAN PABLO
fieles cantas las alabanzas de Dios , ó imploras sus
bendiciones sobre su pueblo , si te sirves de palabras
desconocidas , ¿cómo el lego ignorante , ó el que
responde por él, que no sabe lo que significan , po
drá unir sus súplicas á las tuyas , y decir Amen , así
sea ? No porque tu accion de gracias no sea buena
en sí misma ; pues á la verdad tú das gracias í Dios
segun su voluntad , y las cosas que dices son santas,
y te pueden aprovechar mucho ; pero tu hermano
que te oye no saca edificacion alguna de tu discurso,
siendo esta y su instruccion el "principal fin que
siempre te debes proponer á tu vista , y en el que
mas faltas. En quanto k lo que á mí toca , doy gra
cias í Dios porque hablo las lenguas de todos voso
tros ; pero no aprecio tanto este don , que no esti
me mas el decir cinco ó seis palabras que sean en
tendidas , y sirvan de instruccion , que el hacer un
largo sermon , del qual no saque mi auditorio uti
lidad alguna. Seguid , hermanos mios , este mismo
sentimiento , y pensad como yo. Es preciso no te
ner mas malicia que la de los niños ; pero tampoco
habeis de pensar como niños. Si vuestras almas no
tienen ya los errores y la flaqueza de aquella edad,
sereis , sin duda , de mi parecer sobre el punto de
que- ahora se habij. Yo creo haberlo bastantemente
explicado para convenceros enteramente; sin embar
go de esto quiero añadir otras razones á las que ten
go propuestas. Hablando el Señor por boca de su
Profeta Isaías , dice : Ta hablaré á este pueblo en di
versas lenguas , y con labios extrangerot , y ni asi me
entenderán. Esto se cumplió quando los Apóstoles,
despues de haber recibido el Espíritu Santo , predi
caron á los Judíos la divinidad de Jesuchristo en di
versas lenguas j porque los Judíos en vez" de rendirse
y
Á LOS BE CORINTHO. CAP. XIV. l6()
y creer í este milagro , se obstinaron en su incredu
lidad : de donde se infiere , que el don de Jas len
guas es un signo ordenado por la Divina Providen
cia , no á la conversion de los fieles que ya creen
en el Evangelio , sino para la conversion de los in
fieles ; pero que sin embargo de esto, no logra siem
pre su fin. Mas el don de explicar y enseñar los
misterios divinos , es solo para los fieles que nece
sitan solamente ser consolados en sus aflicciones, é
instruidos en lo tocante á las costumbres. No hay
lugar en que el orden y el decoro se deban obser->
var mas religiosamente que en la Iglesia. En efecto,
si estando la Iglesia junta , entrase alguna persona ig
norante , infiel ó idólatra , y os oyese hablar diver
sas lenguas á un tiempo, ¿no os tendrian por locos?
Pero si al contrario os ven hablar entre vosotros
de las dificultades de la re , ó que os estais instru
yendo el uno al otro , su mala vida será convencida
y condenada por la boca de todos los que hablan.
Los pecados en que no habian reparado , ó que juz
gaban de poca importancia , aparecerán á su vista en
toda su deformidad ; de suerte que por este conoci
miento , postrados en tierra adorarán á Dios , y. pu
blicarán que Dios está verdaderamente con vosotros.
La distribucion que se os ha hecho de sus gracias , na
ha sido igual , como os he dicho ; pues uno ha reci
bido el don de componer salmos en alabanza de
Dios , y otro ha recibido el don de enseñar : uno
tiene el don de las revelaciones particulares , por
las quales penetra los pensamientos de los hombres,
ó explica los misterios divinos : otro habla toda suer
te de lenguas , y otro las explica ; pero es preciso
que unos y otros se valgan de estas gracias para
comun utilidad. Para conseguir mejor este fin es
muy
l?Q EPÍSTOLA DE SAN PABLO
CAPITULO XV.
ARGUMENTO.
~R este capítulo traía de la resurreccion , y prueba
lo de todos los hombres por la de fesuchrislo ,y per la
costumbre que tenían algunos 4c ellos de bautizarse por
EPISTOLA DE SAN PABLO
los que morian antes de recibir el Bautismo. To he st'
guido esta opinion y sentimiento , por haberme parecida
que sea el mas literal , y que la idea de San Pablo en ci
tar una costumbre supersticiosa , sea el mostrar que ellos
mismos se contradecian negando la resurreccion ; por'
que si no resucitaban los cuerpos , era inútil y por de
mas el bautizarse. Así interpretan este pasage San Juan
Chrisóstomo , Sa?i Ambrosio , Primado , y Tertuliano
en dos lugares. Tratando Santo Thomas de los sufragios
por los dijuntos , se opone por objeccion este pasage , y res
ponde diciendo , que el Apóstol habla en este lugar segun
el error de algunos que recibian el Bautismo por los
muertos. Yo cito estas autoridades , d las quales podrid
añadir muchas razones para justificar mi explicacion, la
que , juntamente con todas las demas , la sujeto al juicio
de ia Iglesia. En el Jin del capítulo explica cómo ha de-
ser la resurreccion , y la diferencia que habrá entre los
cuerpos gloriosos. s
PARÁFRASIS.
CAPITULO XVI.
ARGUMENTO.
7?
JELn fn este capitulo los exhorta á que hagan limosna d
los fieles de Jerusalcn ; pues se ha de notar , que era
tan grande el telo de los primeros convertidos , que
llevaban todos sus bienes a los pies de los Apóstoles pa
ra que los distribuyesen entre los pobres , necesitando
despues ellos mismos de la caridad de los demas para
vivir. Considerando esto los Apóstoles , ordenaron que
se hicieran peticiones en todas las Iglesias para socor
rer sus necesidades. Por esto en el principio de este ca
pítulo ordena á los Corinthios lo mismo que habia or-
denado en la Iglesia de Galacia. Despues les promete
que irá á visitarlos. Excusa á Apolo de no haber ido
d verlos , y les da esperanzas de que irá. En el fin
del capítulo les encarga favorezcan y honren á Timoteo,
por cuyo conducto les escribe , y que sigan los cxemplos
de Esté/ana , de Fortunato y de Acaico ; y concluye su.
Epístola con los acostumbrados saludos ; y maldice á los
que no aman á JJesuchristo, PA
A LOS DE CORINTHO. CAP. XVI» l8l
PARÁFRASIS.
EPÍSTOLA SEGUNDA
DE SAN PABLO
Á LOS CORINTHIOS.
ARGUMENTO.
CAPITULO I.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO II.
ARGUMENTO.
. PA
Á LOS CORINTHIOS. CAP. II. 189
PARÁFRASIS.
CAPITULO III.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS*
CAPÍTULO IV*
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS,
CAPITULO V.
ARGUMENTO*
N
i- ^ o tememos , pues , exponer nuestra vida, ni per
derla; porque sabemos que por esta terrena habita
cion en donde el alma está encerrada, estoes, por
este cuerpo sujeto í tantas miserias , que se desmo
rona y arruina con los tormentos , nos ha prepara
do Dios un palacio en el Cielo , el qual no siendo
fabricado por algun hombre , no está por lo consi
guiente sujeto á ruina alguna. La esperanza de esta
feliz morada, y el deseo de ser vestidos de inmor
talidad , que no nos puede faltar si en el instante
de nuestra muerte en que se da, no se nos hallase
desnudos de buenas obras, sino vestidos de inocen
cia y de santidad , nos hace que estemos en un con
tinuo gemido suspirando por ella. Y si nuestra alma
desea quedar libre del cuerpo , no es porque desee
üna eterna separacion de él, antes bien lo desea para
vol
202 EPÍSTOLA 2.a DE SAN LKiSLO
CA-
J LOS CORINTHIOS. CAP. VU 30g
CAPÍTULO VX
ARGUMENTO,
PARÁFRASIS,
P
J- ero no basta saber que Dios se ha reconciliado
con vosotros , y que nosotros estamos encargados de
llevaros la nueva de esta dichosa paz ; sino es preciso
tambien que recibais una gracia tan grande con un
corazon agradecido , procurando que no quede ociosa
en vosotros. Nosotros contribuimos con Dios con la
mayor diligencia para ayudaros á producir las obras
buenas , que deben seguir y acompañar á vuestra vo
cacion. Nosotros os exhortamos á que correspondais
con una vida santa , por hallarnos en aquella bella
estacion , de la qual el Profeta Isaías hablaba así : To
te oi en el tiempo propicio y aceptable , y U asistí en los
dias de la salud. Jesuchristo ha venido para hacernos
participantes de sus tesoros. Pues no pasen estos dias
tan deseados y favorables inútilmente , y sin prove
cho alguno. Por esto no nos contentamos nosotros
mismos con permanecer sin culpa , sino que ademas
de eso apartamos qualquiera sospecha de ella , no
dando jamás motivo á alguno ni con nuestras pala
bras , ni con nuestras obras , aunque en sí indiferen-
P tes,
206 EPÍSTOLA 2.a DE SAN PABLO
CAPÍTULO VIL
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO VIII.
ARGUMENTO.
mos rehusar de dar algo á los pobres, que son sus miem
bros. Tercera , porque los que reciben esta caridad rue
gan a Dios por ellos , y les procuran los bienes espi
rituales en lugar de los temporales que reciben. Final
mente les dice que se habia alabado que las limosnas es
taban prontas ; y que si no era así, quedaria sonrojado
y confuso , como asimismo los discípulos que les envia
ba , y les mostrarian que no hacian caso de ellos.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO IX.
ARGUMENTO.
SÍ
Uigut el mismo discurso en este capitulo , y añade es'
tas razones , esto es , la liberalidad de los Macedonios,
que habian dado mucho , en lo qual no quiere que les
sean inferiores. Muestra eljruto de la limosna , la glo
ria
EPÍSTOLA 2.a DE SAN PABLO
2l6
ria que recibirán de Dios , y el socorro de los pobres,
que rogarán á Dios por ellos,
PARÁFRASIS.
CA
i18 EPÍSTOLA 2." DE SAN PABXM
CAPITULO X.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO XI.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS. ~"
CAPÍTULO XII.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO XIII.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
Á LOS CALATAS.
ARGUMENTO.
T
-*—¿a Galana es una Provincia del Asia menor lla
mada Natalia. Los pueblos de esta Provincia llamados
Gálatas ó Galo-creeos , fueron convertidos á la fé por
el Apóstol S. Pablo ; pero lo mismo fue dexar el Santo
aquellos países para pasar á anunciar á otros la mis
ma doctrina , que perder el fervor con que habían abra
zado ¡a fé , seducidos por los falsos Apóstoles , que lle
garon alli despues de su salida , que les decian que no
bastaba para salvarse creer en Jcsuchristo , sino que
ademas de esto era necesaria la práctica de las ceremo
nias judayeas. Para esto alegaban el exemplo de los
Apóstoles que las observaban religiosamente , cuya auto
ridad , decian , era mucho mas considerable que la de
S. Pablo , que no habia conversado con Jtsuchristo , co
mo lo habian hecho Pedro , Santiago y Juan , que ha
bian sido testigos de sus predicaciones y milagros. Pero
no pudiendo tolerar S. Pablo que aquellos en cuya con
version habia tanto trabajado , se perdiesen miserable
mente ; y sabiendo que era preciso desengañarlos con
tiempo , les escribio esta Epístola , en la qual trata di
fusamente de las ceremonias de la ley antigua , y de la
fé de Jesuchristo á que atribuye la justificacion. Se po
dria decir que fuese un compendio de la Epístola a ¡os
Romanos , porque ambas a dos enseñan la misma doc
trina , y se sirven de unas mismas frases, San Geroni-
EPÍSTOLA DE SAN PABLO
mo , San Ambrosio y Teodoreto dicen , que fué enviada
desde Roma ; pero el Chrisóstomo lo niega , sin decir en
donde fué escrita.
CAPÍTULO L
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS*
- CA
Á LOS GALATAS. CAP. U. 2tf
CAPITULO II.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS,
CA-
EPÍSTOLA SE SAN PABLO
CAPITULO III.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CA
EPÍSTOLA DE SAN PABLO
CAPÍTULO IV.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO V.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO VI.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
A LOS EFESIOS.
ARGUMENTO.
CAPÍTULO I.
ARGUMENTO.
PA-
2Ó2 EPÍSTOLA DE SAN PABLO
PARÁFRASIS,
CAPÍTULO II.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPITULO III.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
ARGUMENTO.
CA
Á LOS ZFESIOS. CAP. V.
CAPÍTULO V. • _
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO VI.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
EPIS-
Á LOS FIL1PENSES. CAP. U 285
A LOS FILIPENSES.
ARGUMENTO.
CAPITULO I.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO II.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO III.
ARGUMENTO.
IR este capítulo les encarga se guarden de los falsos
-I—¿n
doctores que les quieren obligar á las observancias lega
les. Los llama perros por razon de su rabia , de su male
dicencia y su codicia. Dice que si el haber nacido Judío
era motivo para gloriarse , él lo podia hacer con mayor
razon que todos los demas ; pero que estimaba su origen,
su fama , su sabiduría , y todas las buenas obras que ha
lta hecho debaxo de la ley , como el estiércol. JVo conoce
otra justificacion sino la de Jesuchristo , la que desea
conseguir , y ser revestido de ella , no en apariencia co
mo pretenden los Judíos , sino real y verdaderamente. JVo
cree que sea perfecto ; pero dice que se va acercando al
término de la carrera , y que no vuelvejamás la cara ha
cia
epístola se san pablo
cia el camino ya andado , sino que solo piensa en las obras
buenas que le restan cumplir. Se propone á sí mismo por
exemplo , y dice , que los predicadores de la nueva doc
trina no tienen otro Dios sino su vientre , y que son ene
migos de la Cruz ; y acaba diciendo : Vosotros debeis ser
vir al que os puede castigar ó premiar : es así que solo
Jesuchristo tiene este poder , como aquel á quien su Pa
dre dio toda la potestad , y el que puede comunicar á
vuestros cuerpos la gloria del suyo: luego le debeis ser fie
les : lo que no sois si creeis á los que os quieren hacer ju
daizar ; no los escucheis pues.
PARÁFRASIS.
CAPITULO IV.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS,
CA-
Á LOS COLOSENSES. gOI
Á LOS COLOSENSES.
ARGUMENTO.
CAPÍTULO t
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO II.
ARGUMENTO.
- PARÁFRASIS.
CAPÍTULO III.
ARGUMENTO.
CAPÍTULO IV.
PARÁFRASIS.
EPÍSTOLA PRIMERA
DE SAN PABLO
k LOS THESALONICENSES.
ARGUMENTO.
CAPÍTULO t
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
ü
X ablo , Silvano y Timoteo desean una abundante
gracia celestial y la paz interior del corazón á la Igle
sia de Tbesalónica , congregada por la misericordia
de Dios y de nuestro Señor Jesuchristo. No cesamos
de dar gracias á Dios , y le rogamos continuamente
que os aumente sus favores , por los trabajos que tan
generosamente habeis sufrido , por las pruebas que
habeis dado de vuestra ardiente caridad á vista de
todo el mundo , por la firmeza de vuestra espe
ran-
J tos TMESAiomesNSES. cap, i. 321
ranzá en todas las persecuciones que habeis padecido
por el nombre de Jesuchristo , y por las obras exce
lentes que proceden de vuestra fe , que obra por la
caridad ; pues os consideramos, hermanos mios muy
amados , como aquellos que logran la fortuna de ser
del número de los escogidos de Dios : y como esta
vocacion proviene de su inefable bondad , esto nos
obliga á respetarla en vosotros , considerando que no
solo se os ha predicado el Evangelio con palabras efi
caces , sino que lo han acompañado felizmente los
milagros , los dones del Espíritu Santo , y todas las
demas cosas necesarias para hacerlo fructificar. No
hablo de nuestro modo de vivir , así público como
privado , por ser vosotros testigos de ello. Diré sí
que os habeis mostrado nuestros imitadores, ó, por
decirlo mejor , de Jesuchristo ; pues así como quando
predicó su doctrina , estuvo expuesto á las injurias y
i las calumnias de los Judíos , y nosotros en nuestro
ministerio hemos hallado muchos peligros y males
que sufrir y temer ; así tambien vosotros , luego que
recibisteis el Evangelio , empezasteis á sufrir persecu
ciones , que en vez de entristeceros , os llenaron de
un gozo que el Espíritu Santo derramó en vuestros
corazones. De esta suerte os habeis hecho maestros,
y modelos de paciencia y de virtud á todas las Igle
sias de Macedonia y de Acaya. No solo por estas
partes se ha oido el eco y la fama de vuestra fe , sino
que tambien se ha extendido por todas las regiones
vecinas, por cuyo medio ha sido tan celebrado y co
nocido el Evangelio , que no necesitamos publicar
los grandes progresos que ha hecho entre vosotros;
pues los mismos que nos persiguen , publican el amor
con que nos habeis recibido , y vuestra prontitud en
abandonar los ídolos por la fuerza de nuestras pre
Yj di-
i
CAPÍTULO II.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO III.
ARGUMENTO.
w este eapítulo les declara el grande deseo que tenía-
J-Jn
de verlos , y el consuelo que recibió con las noticias que
le dio de ellos su amado discípulo.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO IV.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CA
Á LOS THESALONICENSES. CAP. V. 33 1
CAPÍTULO V.
EPÍSTOLA SEGUNDA
DE SAJV PABLO
Á LOS THESALONICENSES.
ARGUMENTO.
CAPÍTULO L
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO II.
ARGUMENTO.
PARAFRASIS.
CAPITULO III.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
EPÍSTOLA PRIMERA
DE SAN PABLO
Á TIMOTEO.
ARGUMENTO.
c
lian Pablo áníes de partir de Efeso dexó alli á Timo
teo por Obispo. Las Actas de los Apóstoles nos dicen
que este discípulo muy amado , era hijo de una viuda
Christiana , y de padre Gentil , y que todos lo tenian por
un hombre santo; por lo qual el Apóstol lo tomó por
compañero , circuncidándolo ántes por no escandalizar á
los Judíos que habitaban en aquel pais. Escribiendo á
los Filipenses dice que no tenia entre sus discípulos otro
que le tuviese mayor inclinación ; y en otras partes acre
dita el aprecio y amistad que le profesaba ; pero con es
pecialidad en esta Epístola , en que lo instruye en las
obligaciones de un Obispo , y cómo se debe gobernar en lo
perteneciente á -Dios , á sí mismo , á los Diáconos : y
cómo se debe portar con las viudas , con ti pueblo , y con
los que esparcen errores.
Á TIMOTEO. CAP. 7. 343
CAPÍTULO L
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO II.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO III.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPITULO IV.
ARGUMENTO.
Aa4 FA-
EPÍSTOLA 1.a DE SAN PABLO
PARÁFRASIS.
Tóales son las verdades que la Iglesia tiene firme
CAPITULO V.
ARGUMENTO.
PARAFRASIS.
CA
EPISTOLA I." DE SAN PABLO
CAPÍTULO VI.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
EPÍSTOLA SEGUNDA
DE SAN PABLO
Á TIMOTEO.
ARGUMENTO.
CAPÍTULO I.
ARGUMENTO.
PA-
Á TIMOTEO. CAP. I.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO II
ARGUMENTO.
PA
Á TIMOTEO. CAP. II.
PARÁFRASIS.
yX o deseo que aprendas de mí á sufrir lo que te
acaezca sin temer á tu flaqueza ; porque la gracia
de Jesuchristo , que no falta á quien la pide fielmen
te , te fortalecerá. Enseña lo que me has oido decir,
en presencia de muchos, para que habiendo testigos
que depongan á tu favor , no seas acusado de que
enseñas cosas diversas ni contrarias. Elige discípulos
fieles que puedan enseñar á los demas. Piensa en que
eres buen soldado de Jesuchristo , y que como tal
debes trabajar sin impacientarte ni cansarte. No te
entrometas ni te embaraces en los negocios del mun
do , sino que todo tu pensamiento debe ocuparse en
agradar al Capitan , baxo de cuya bandera te has
alistado. Á todos aquellos que combaten y pelean
en la estacada ó plaza pública por ganar el premio,
no les basta el combatir , sino que es preciso que
observen todas las leyes del combate, si quieren ser
premiados y coronados. Asimismo no basta ser Sa
cerdote u Obispo , ni exercer sus funciones , sino que
es necesario exercerlas perfectamente si se quiere
conseguir el premio : el que no faltará jamás si se
cultivan las almas , así como no le falta al labrador
que cultiva la tierra; porque es muy justo que él
sea el primero en gozar del fruto que produce. Con
sidera bien lo que te digo , y ruega al Señor que te
dé la luz necesaria para entender mis palabras. Ten
muy presente para tu consuelo y para instruir á otros,
que Jesuchristo ha resucitado de la muerte. Yo he
publicado esta nueva con el mayor zelo , y por eso
soy maltratado como un malhechor. Tengo encade
nadas mis manos ; pero no tengo encadenada la len-
Bb4 gua,
EPÍSTOLA 2." DE SAN PABLO
CAPITULO m.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
YA o sé que llegarán ciertos tiempos penosos , fas
tidiosos y muy peligrosos. Vendrán hombres idóla
tras de sí mismos, que no buscarán sino su gloria,
y hollarán y despreciarán la de Dios. Serán devora
dos y consumidos de una avaricia indecente : ten
drán una ridicula opinion de que son muy útiles : se
levantarán sobre los demas, y se harán insufribles en
sus propias alabanzas. Vomitarán horribles blasfemias
contra Dios , sin quedar exento de su lengua Poten
tado alguno de la tierra. Los Magistrados , y aun sus
padres los hallarán igualmente rebeldes á las leyes
del estado y de la naturaleza. Ningun beneficio los
contendrá : y violarán las cosas mas santas sin escrú
pulo alguno. No guardarán ni amistad ni fe en sus
promesas. La vida mas inocente no estará libre de
sus calumnias. No habrá especie alguna de deshones
tidad de que no estén manchados. Las bestias fero
ces serán mas humanas que ellos : se declararán ene
migos de todas las cosas buenas y de todos los bue
nos. La perfidia les será una cosa muy comun y or
dinaria , y seguirán el ímpetu de sus pasiones de tal
suerte , que no pensarán sino en contentarse á sí mis
mos , y á darse gusto en todo ; y amarán mas í
los deleites que á Dios. La piedad aparecerá en sus
semblantes y en sus discursos y conversaciones ; pero
EPÍSTOLA 2.a DE SAN PABLO
CAPÍTULO IV.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
Á TITO.
ARGUMENTO.
CAPÍTULO I.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPITULO IL
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO III.
- ARGUMENTO.
PA.
Á TITO. CAP. III.
PARÁFRASIS.
EPIS-
Á F1LEM0N. 3^
Á F I L E M O N.
ARGUMENTO.
CAPÍTULO ÚNICO.
PARÁFRASIS.
Á LOS HEBREOS.
ARGUMENTO.
T /<2 idea
. de San Pablo en esta Epístola es, primera
mente enseñar á los Judíos convertidos que no mezclen
con la ley de Jesuchristo las observancias mosaycas , ni
consideren mas las hostias y víctimas legales , sino sola
mente el sacrificio de nuestro Señor. Para hacerles com-
prehender la dignidad y eficacia de este sacrificio , que
abolía todos los demas , trata á fondo del nuevo Sacer
docio del Hijo de Dios , y prueba quan superior es al dt
Melquisedec y al de Aaron.
En la segunda parte exhorta á losfieles a que perse
veren en lafe , a pesar de las persecuciones que padecían,
con
A LOS HEBREOS. CAP. I. 393
con el exemplo de los antiguos , y del Maestro en quien
creían , y por el premio que les estaba preparado.
Escribe á los Hebreos de Jerusalen , y acaso tam
bien á todos los demas que se habian convertido al Chris-
íiamsmo. Se cree que escribia desde su misma prision
Romana , y en el mismo año en que escribio á Filemon , á
los Colosenses y Filipenses,
La Epístola carece de los acosumbrados jrrincipios
que usaba en otras ; lo qual ha sido causa de que algunos
creyesen , por algun tiempo , que no era de San Pablo.
Véase al doctísimo Estio que trata esta qüestion , y prue
ba con su acostumbrada erudicion , que es de San Pablo,
y que mas se debe llamar un libro que una Epístola.
En ella nota las ventajas que lleva el nuevo Testa
mento al antiguo. La primera es, que en el antiguo ha
blaba Dios por los Profetas , y en el nuevo por su mismo
Hijo. Segunda , la ley se dio á los Hebreos por el mi
nisterio de los Angeles y de Moysés , y la nueva por
jfesuehristo , cuya excelencia dice es superior infinita
mente á la de los Angeles y á la de los Profetas : todo
lo qual lo prueba largamente con muchas razones y mu
chos pasages de la Escritura. De esto se infiere que los
dichos pasages se deben entender del Mesías , y no de,
David , ni de Salomon , ni de ningun otro.
CAPÍTULO I.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO II.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
Dd2 CA
EPÍSTOLA DE SAN PÁRLQ
CAPÍTULO III.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS,
CAPÍTULO IV.
ARGUMENTO.
• . PARÁFRASIS,
CAPÍTULO V.
- .1
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO VI.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CA-
Á LOS HEBREOS. CAP. Vil. 41 X
CAPITULO VIL
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO VIII.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO IX.
ARGUMENTO.
Eej PA
41 8 EPÍSTOLA DE SAN PABLO
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO X.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPITULO XI.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
capítulo xn.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
CAPÍTULO XHI.
ARGUMENTO.
PARÁFRASIS.
ÍNDICE