Mi planta de naranja lima

El personaje principal de la novela es Zezé, un niño de cinco años, provisto de una

inteligencia precoz, vive en los suburbios de la ciudad, incomprendido y maltratado por
sus padres y hermanos. Su padre se encuentra sin trabajo y su madre se pasa todo el
día fuera de casa para sacar adelante a la numerosa familia. Los hermanos se encargan
de las tareas domésticas y asisten a la escuela. Zezé, inocente y travieso, narra en
primera persona sus ocurrencias y travesuras, sus compañías infantiles y su
desbordante imaginación. Entre sus amistades ocupa el primer lugar Minguinho, su
planta de naranja-lima, confidente de sus juegos, alegrías y desdichas.

Pero ¿por qué leer este libro? Una de sus características más resaltantes es que en él
se muestra la ternura e importancia de la amistad brindada con sinceridad, como
solamente un niño puede sentirla, de la forma más pura, sin envidias ni intereses. Zezé
es un niño con gran madurez, con una sensibilidad tan profunda que su tío Edmundo
siempre le dice “si sigues siendo un niño tan sensible, vas a tener mucho por lo que
llorar en la vida”.

Otra de las características es que en la novela se muestra la gran imaginación del

personaje, pues Zezé es capaz de ofrecer al lector un mundo imaginario que es común
a cualquier infancia, si tenemos en cuenta la de los niños, capaces de imaginar un
universo a partir de una piedra. De esta manera, por ejemplo, el protagonista es capaz
de cabalgar a lomos de un corcel, que, a ojos adultos, no es más que una planta y que
es la metáfora sobre la que se constituye la obra.

Finalmente, en este libro se refleja el fin de la infancia y el comienzo de la edad adulta.

Y es que, a muchos niños, aun hoy, se les obliga a vivir su etapa muy deprisa y a
conocer antes de lo previsto las tristezas e injusticias de la vida.