Professional Documents
Culture Documents
Desde hace algunos años, sin prisa y sin pausa, trabajo en un proyecto
que titulo Cervantes en las letras argentinas. Estando ya en prensa el primer
tomo, inicio los trabajos que contendrá el segundo con Ricardo Rojas y su
labor a favor de aquel autor clásico y su obra.
He elegido a Ricardo Rojas porque este ilustre polígrafo argentino, que
murió a los 75 años, el29 de junio de 1957, en su tarea de trabajaren pro de
la cultura desde muchas áreas, empeñado desde su juventud y hasta su
muerte en mover a los argentinos a través del periodismo, de las aulas
universitarias y de sus libros, merece ser tenido en cuenta cuando, en su afán
de obviar un posible vacío o paréntesis cultural entre España y la Argentina,
entre España e Hispanoamérica, batalla a través de una ciclópea y duradera
lucha para enraizar la cultura de este continente en los orígenes que marcan
fundamentalmente la tradición y la lengua. Tenía razón Roberto F. Giusti
cuando allá por 1912, en su ensayo Nuestros poetas jóvenes caracteriza a
Rojas como "un soñador, pero también un predicador, y tiene, en efecto, de
éste, el genio oratorio" 1 •
Este soñador y este predicador seguirá su tarea a través de El país de
la selva (1907), Blasón de plata (191 0), La argentinidad(1916). Historia de
la literatura argentina (1917-1922) etc. Fue en estos tiempos en que
emprende su labor de difusión y de análisis de la gran figura de Cervantes y
su obra, que como toda la gran literatura española clásica podía perder
predicamento, en una sociedad argentina que era "invadida" por inmigrantes
13n
y con una clase culta que se jactaba de europeizante con los ojos clavados
en París, y que hablaban francés o pretendían hablarlo.
No cabe duda, que con la Historia de la literatura argentina, su obra
magna que todavía hoy asombra por el caudal de información y el valor de
su médula espiritual-hecha por una sola persona- su autor pasó a ser ya el
"maestro" de las letras argentinas.
Este "maestro" de las letras argentinas, pretendía seguir, sin solución
de continuidad, una tradición que incluía la cultura española, la americana
colonial y la nueva cultura argentina y americana. El instrumento necesario
era la lengua castellana, aún con sus diversos matices americanos, regio-
nales y provincianos. Por lo tanto Cervantes se erigía en figura prócer de ese
instrumento necesario y al mismo tiempo paradigmático.
En un libro de poemas, que no es precisamente uno de los mejores del
autor, Ricardo Rojas, entre tanta poesía de circunstancia, divagaciones
sentimentales y hasta falta de lirismo, incluye lo que para nosotros es un
buen soneto, a pesar de que el libro deba incluirse en la corriente modernista
que el autor no alcanzó a manejar con soltura. Pues bien, en Los lises del
blasón (Buenos Aires, 1911) nos sorprende con un soneto dedicado a don
Quijote que dice así:
1378
llegan a Las mil y una noches. vale decir a la cuentística oriental 2 ,
aprovecha la ocasión para escribir un verdadero ditirambo en verso,
acomodado a ciertas peculiaridades modernistas. Cualquier conocedor del
Quijote podrá ver en el soneto todo un tributo a Cervantes, autor que
siempre destacó por sobre todos los demás clásicos españoles. Fue
Cervantes quien con su singular libro, nos eleva al sueño que embelesa al
lector. Así como Rocinante, una caricatura del caballo pero bien asentado
en la realidad de cada día, sirve como corcel en la ficción novelesca,
Clavileño emerge de una tradición multisecular para llevamos hacia el cielo
con inusitada velocidad y, desde allí, poder ver esta nuestra tierra desde
las alturas, con una visión mejorada por la distancia. No deja huellas en su
andar. Su manejo es simple. Sus viajes celestiales.
Sí, es un verdadero ··caballero del sol y las estrellas", son don Quijote
y su escudero volando en el original y divertido episodio. Quien lo dude deberá
refrescar su lectura de las palabras de Sancho que nos relata su alucinación,
pues nos cautiva irresistiblemente.
Con esta introducción donde compiten el brillo de los versos y la
sosegada opinión que de Cervantes y el Quijote tenía el autor, pretendemos
introducirnos en una análisis más bien sintético, del extenso libro titulado
CervanteS' en el que Rojas intentó reunir sus estudios sobre el famoso
a1calaíno. Todo empezó con ocasión del tercer centenario de la muerte de
Cervantes, en 1916, cuando Rojas era profesor de la Universidad de La Plata.
Algunos puntos de su propuesta no pudieron llevarse a cabo como por
ejemplo la farándula estudiantil que, con personajes del Quijote, paseara por
las calles platenses. Se trataba de un acto divertido pero, a la vez,
aleccionador, fundado en aquellos desfiles limeños que se celebraban en el
mismo siglo XVII, cuando se empezaba a leer el Quijote en la capital virreina!.
En cuanto al programa estrictamente universitario, se publicaron las
Poesías de Cervantes", compiladas por Ricardo Rojas, autor de un prólogo
y de los comentarios. Dictó un seminario sobre el Quijote y un curso para todo
público sobre la vida de Cervantes. La intención de su prólogo y de todo su
trabajo sobre la poesía cervantina era comentar su lírica y revisar muchos
de los juicios tradicionales sobre la misma. Otro curso más amplio aún que
el de La Plata lo dictó como profesor de Literatura Castellana, de la Facultad
de Filosofía y Letras, en la Universidad de Buenos Aires, con un público más
amplio y con un programa más extenso ya que incluyó también la obra de
Cervantes. Según el autor, en el Cervantes:
1379
Todas estos trabajos de mi especialidad docente durante años
en las aulas, han sido aprovechados y refundidos en el presen-
te libro. con mayor extensión que en el prólogo de 1916 a las
Poesías de Cervantes, germen primero de esta obra, y con otro
orden que el de las lecciones orales. Con ello dejo fijado en
forma definitiva lo mucho que antes dije o escribí sobre
Cervantes5 •
Hasta aquí estamos de acuerdo con Rojas. Pero poco más adelante al
afirmar que cuando se trata de Cervantes, las fuentes españolas ya dan "muy
poco fruto a pacientes y sabios investigadores, porque se ha trabajado
mucho en ellas", cae en una afirmación temeraria. Pues, en aquella misma
época y más desde la actual, se nota que la crítica, con sus trabajos
tesoneros, ha fructificado con novedades y verdaderos hallazgos.
Cuando uno se acostumbra a leer a Rojas y en el caso de este libro,
"donde intento aquilatar la significación de Cervantes considerado como
poeta", no le parecerá extraño que para explicar el lugar sobresaliente que
toda una tradición crítica ha dado al Quijote, en desmedro de sus otras obras,
especialmente de su poesía lírica, nos llegue a decir un tanto pomposamente
que "el Quijote es la cumbre en el cielo, pero toda cumbre corona una montaña
hecha de piedras menudas y de arena, con rincones áridos o apacibles en
su falda".
El libro se divide en tres partes: 1 ra., el poeta lírico; 2da., el poeta
dramático y 3ra., el poeta épico. Se nos aclara que "las tres concurren a
describir la personalidad de Cervantes como poeta" y, luego, que se ha
logrado la unidad porque en su libro "tienen análogo valor psicológico los
documentos biográficos y los documentos literarios". Hasta aquí no hay
mayores problemas. Sin embargo, tenemos que invalidar aquello de que
"como en otros libros míos, he prescindido de notas marginales, porque creo
que el andamiaje usado para construir ciertos edificios, debe desaparecer
cuando el edificio está concluido". Está de más decirlo, ningún investigador
puede prescindir de un aparato crítico. A pesar de que Rojas afirme que él
hace como Cervantes cuando en el prólogo del Quijote se burla de las notas
de fácil erudición.
No podemos terminar este somero análisis de un prólogo, a mi modo
de ver, tan franco como necesario, sin recalar en el orgullo sano y casi
inocente del autor cuando entre otras cosas dice:
1380
he caído en poder de la arbitrariedad: sin justificación ni
proceso, he sido confinado en Ushuaia. la población más
austral del globo. Exilado en este lugar. ha traído, para
distraer mis ocios, los borradores y notas de mi Cervantes,
cuya elaboración empezó antes del 23 de abril de 1916,
tercer centenario de la muerte de aquel maestro. Tales son
las ingratas circunstancias en que he dado forma definitiva
a este libro.
1383
hermosa voz grave y sus manos finas y aristocráticas. Sus
exposiciones que, en verdad, eran conferencias, estaban
confiadas totalmente a su memoria. Jamás vi en sus manos
una guía. un plan, una ficha bibliográfica. Pero cuando
sonaba el timbre que anunciaba el término de la clase. la
disertación, que alcanzaba allí su climax, estaba conclusa.
cerrada, perfectamente equilibrada en sus partes. Rojas era
un orador nato, de expresión elegante y severa, en la que.
sin embrago. no faltaban los exordios retóricos, que adminis-
traba con cautela. precisión y efecto' 0 •
1384
una cosa: nunca se atenuó mi respeto por su dignidad total;
jamás lo vi precipitarse por la pendiente del chisme o la
maledicencia. Rojas vivió algunos desgarradores padeci-
mientos con silencioso estoicismo. Su decoro, el amor a su
pueblo y a su país, sobrepasaron los límites previsibles de
la abnegación".
1385
Quijote, porque lo escribió ca/amo currente, es historia que se remonta al
siglo pasado y por citar algunos nombres notables limitémonos a Clemencín,
Pellicer, Andrés Bello, Ramón Menéndez Pidal y Rodríguez Marín. Rosenblat,
autor de ese precioso libro titulado La lengua del Quijote, es terminante:
1386
predilecto, Antonio Pagés Larraya, que tanto lo acompañó y, además se
convirtió en un verdadero exégeta de la obra de Rojas. Este crítico afirma
atinadamente sobre la obra de Rojas, lo que nosotros, ahora podemos
aplicar a su Cervantes:
NOTAS
1. C1tado por Raúl H Castagnino en "El compromiso con la argentinidad", d1ario Clarín.
Buenos A1res. 9 de septiembre de 1982.
2. Vid. mi trabajo "Ciavileño: la tradición onental en una nueva obra de arte". Actas de/111
Congreso Nacional del Siglo de Oro Español Buenos Aires, U.BA. 1997. En prensa.
3. Buenos Aires. La Facultad. 1935. XVII. mas 424 páginas. Reeditado por Losada. como
volumen XXVI de las Obras Completas de Ricardo Rojas. Buenos Aires, 1948.
4. Ricardo Rojas. Poesías Completas. Buenos Aires. Coni. 1916. Cll. mas 530 paginas.
5. Ricardo Rojas. Cervantes. Buenos Aires. Ed. Losada. 1948. p. 15. Prólogo escnto en
Ushuaia el 23 de abril de 1934.
6. Ibídem, Caps. 1y 11.
7. Ibídem, p. 44.
8. lbidem. p. 50.
9.lbídem.Cap.XIll.
10. Celina Sabor de Cortazar. "Ricardo Rojas". Testimonios sobre Ricardo Rojas. Buenos
Aires. U.BA. 1984. p. 174.
11 Antonio Pagés Larraya "Los signos lejanos de una amistad". Testimonios sobre
Ricardo Rojas. ed. cit.. p. 145.
12. Ricardo Rojas. Cervantes. ed. cit., p 210.
13. Vid. Ángel Rosenblat. La lengua del Quijote Madrid. Gredos. 1971. p. 245. El autor dedica
toda la tercera parte de su libro a las "incorrecciones" del Quijote
14. Antonio Pagés Larraya en el discurso de asunción como miembro de número de la
Academia Argentina de Letras. en el capitulo "Tradición e innovación en la literatura
argentina".
1387