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Magdalena Albero Andrés

Internet, jóvenes y
participación civicopolítica
Límites y oportunidades

OCTAEDRO
Colección Recursos, n.° 121

Título: Internet, jóvenes y participación civicopolítica.


Límites y oportunidades

La publicación de esta obra ha contado


con la colaboración de la
Universitat Autònoma de Barcelona

Primera edición en papel: septiembre de 2010


Primera edición: noviembre de 2012

©  Magdalena Albero Andrés

©  De esta edición:
Ediciones OCTAEDRO, S.L.
C/ Bailén, 5 - 08010 Barcelona
Tel.: 93 246 40 02 - Fax: 93 231 18 68
www.octaedro.com - octaedro@octaedro.com

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de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO
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ISBN: 978-84-9921-330-9
Depósito legal: B. 27.462-2012

Diseño y producción: Servicios Gráficos Octaedro


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Índice

Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Internet como motor de cambio: los límites de la utopía . . . . . . . . . . . . . . . . 17


Los sitios web de contenido civicopolítico y sus usuarios potenciales . . . . 23

Internet y el llamamiento a la participación civicopolítica:


perderse, sobrevivir o destacar en la red de redes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Los jóvenes e Internet . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
Internet como medio de comunicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
La participación social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
El contexto organizativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49

Nuevas y viejas formas de participación en la esfera pública . . . . . . . . . . . 57


Influencias del contexto: familia, historia y cultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
Política y políticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
La convivencia de nuevas y viejas formas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Educación civicopolítica e Internet . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

A modo de conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107


La participación cívica online . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
Historia, proximidad, y contexto nacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
Los retos para el futuro inmediato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
8 ■ Internet, jóvenes y participación civicopolítica

Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121

Sobre la autora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125

Sinopsis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
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Introducción

En Europa, y en todos los países industrializados en general, existe


una preocupación creciente por la aparente crisis de la democracia
moderna. Esta preocupación es debida básicamente a la constatación
de un notorio descenso del porcentaje de personas que acuden a vo-
tar cuando hay elecciones, y que va en disminución con el paso de
los años. Asimismo, el interés y conocimiento sobre política y cues-
tiones sociales por parte de los ciudadanos parece que es cada vez
menor, y los niveles de confianza con respecto a los políticos y el
sistema político están ya bajo mínimos.1 Para muchos analistas, es-
tos fenómenos son el reflejo del declive del capital social entendido
como el conocimiento y las habilidades que se desarrollan a través
de la participación a nivel informal en asociaciones públicas. Se co-
menta con frecuencia que esta situación afecta principalmente a los
jóvenes. Y se utilizan argumentos como que no están interesados en
cuestiones sociales o políticas, que tienen pocos conocimientos sobre
estos temas, que se fían menos de las formas tradicionales de auto-
ridad política que las generaciones anteriores, y que tienen menos

1. En España, al igual que en otros países europeos, se están promoviendo di-
versas iniciativas con el fin de intentar desarrollar el interés en cuestiones políticas
ya desde la infancia. Un ejemplo es la iniciativa que el Departament d’Interior, el de
Presidència y el de Educació de la Generalitat de Catalunya están llevando a cabo y
que se centra en la organización de visitas al Parlamento catalán para escolares de
5.o y 6.o de enseñanza primaria, y en el desarrollo y actualización de una página web
explicativa de cómo funciona una democracia, dirigida también a los escolares.
12 ■ Internet, jóvenes y participación civicopolítica

interés que los adultos en la participación cívica. Sin embargo, exis-


te también evidencia científica en diversos estudios realizados en
Europa, Estados Unidos y Canadá de que ese desinterés en política
no está relacionado con la edad sino que ha ido en declive durante
los últimos años, a todos los niveles y en todas las edades.2 A pesar
de ello, se sigue culpando a los jóvenes de ese desinterés y se les acu-
sa de apatía e incluso de pereza. Y cuando la acusación no recae en
los jóvenes, lo hace en los medios de comunicación, a los que se cul-
pa de promover muchas formas de entretenimiento y consumo que
son especialmente populares entre los jóvenes, y que los alejan de los
intereses sociales.
La acusación de que los jóvenes no están interesados en política
es un tema abierto al debate, ya que son muchos los analistas que
consideran que el problema de la baja participación política no se
debe a que los jóvenes hayan abandonado la sociedad civil o que es-
tén demasiado ocupados consumiendo productos propios de las tec-
nologías de la comunicación, sino que las élites sociales y políticas
han abandonado, o excluido, a los jóvenes. Además, los argumentos
acerca del declive del interés por la vida pública parecen concen-
trarse en lo que tradicionalmente se entendía como prácticas civico-
políticas,3 lo cual puede no ser relevante en la generación actual. Al-
gunas investigaciones realizadas sobre los jóvenes indican que éstos
pueden mostrarse especialmente apasionados y comprometidos en
campañas políticas concretas o en la defensa de una identidad espe-
cífica, o en cuestiones de su entorno más próximo, a pesar de que se
sientan completamente ajenos a las formas convencionales del dis-
curso político. Sin embargo, su nivel de compromiso con cuestiones
cívicas depende mucho de las oportunidades para participar en la
vida pública a las que tienen acceso. Desde este punto de vista, por
tanto, el problema puede estar más relacionado con la percepción

2. Según los datos aportados por la Agencia Catalana de la Joventut, de la Ge-


neralitat de Catalunya, los indicadores que marcan el interés por la política ofrecen
unas cifras que implican el aumento de este interés durante los últimos años. Así, se
pasó de un 43,9% en 2005 al 52,1% en 2008.
3.  Se entiende como «práctica civicopolítica» toda aquella actividad que se hace
en servicio del bien común, ya sea desde una perspectiva institucional, relacionada o
no con un partido político, como desde otro tipo de actividades de ayuda social, que
pueden estar relacionadas con ONG o con grupos o colectivos que trabajan en algún
aspecto concreto para ayudar a grupos de personas que lo necesitan, o para mejorar
la situación del propio colectivo al que pertenecen.
Introducción ■ 13

de la falta de relevancia que la política convencional tiene para este


grupo de edad, ya que ésta no representa sus intereses y preocupa-
ciones.
En términos de política y de cultura cívica, parece que la situa-
ción actual hace necesario que se desarrollen nuevas estrategias para
atraer a los jóvenes a la vida pública. Así pues, podría decirse que
la crisis de la democracia necesita urgentemente una reformulación
radical que amplíe el significado de la política y de la participación
cívica. Sin embargo, esto no parece estar ocurriendo. En cambio, las
nuevas tecnologías de la comunicación –especialmente Internet– son
consideradas por muchos como una forma de solucionar el problema
de la baja participación juvenil. Los defensores del potencial de esta
tecnología para generar interés en la vida pública argumentan que
Internet ofrece a los ciudadanos la posibilidad de que se escuche su
voz, de contribuir de forma anónima en los debates públicos y de
tener una parte más activa en el proceso político. Esto, se dice, ten-
drá especial relevancia para los grupos minoritarios que no tienen
voz ni presencia en la sociedad y para los jóvenes, quienes también
han sido ignorados de forma manifiesta en el discurso político. Sin
embargo, puede que en esta afirmación exista un riesgo de excesivo
romanticismo respecto a la relación que tienen los jóvenes con las
nuevas tecnologías de la comunicación, y de las dimensiones políti-
cas de sus intereses y preocupaciones cotidianas. Así, puede que sea
posible que Internet tenga un papel importante en la forma en que los
jóvenes desarrollan nuevas formas de participación y de acción co-
lectiva; pero hay que tener cierta cautela a la hora de hacer distincio-
nes simplistas entre los viejos y los nuevos medios de comunicación
o de generalizar las características de la relación de los jóvenes con
los medios de comunicación.
La situación planteada con respecto a los jóvenes, Internet y la
participación civicopolítica requiere cuestionarse una serie de afir-
maciones generalmente aceptadas. Por ejemplo, ¿Puede realmente
Internet hacer que los jóvenes se interesen y participen en la esfera
pública? ¿Hasta qué punto la participación online genera más par-
ticipación offline en el campo de la cultura civicopolítica? ¿Existen
grupos de jóvenes (por ejemplo, definidos con respecto a la clase so-
cial, el género o la religión) que tendrán más tendencia a responder
a la invitación de Internet que otros? ¿Hay grupos que estarán más
inclinados a mantener formas de participación cívica más tradicio-
nales o a abandonarlas del todo? ¿Y cuáles son los obstáculos que se
14 ■ Internet, jóvenes y participación civicopolítica

interponen a la hora de desarrollar iniciativas de tipo civicopolítico


utilizando las nuevas tecnologías de la comunicación?
Estas preguntas fueron el punto de partida de la investigación Ci-
vicweb, financiada por la Comunidad Europea,4 que se desarrolló en
los años 2006-2009, y en la que participaron Eslovenia, España, Gran
Bretaña, Holanda, Hungría, Suecia y Turquía. El objeto del estudio
era explorar la contribución potencial de Internet para promover in-
terés y participación en la vida civicopolítica por parte de los jóvenes
con edades comprendidas entre los 15 y los 25 años. La investigación
se centró en lo que consideramos que son las tres dimensiones fun-
damentales del fenómeno Internet aplicadas a la cuestión civicopo-
lítica. En la primera dimensión, la producción, se intentaba conocer
las características de los sitios web con temática civicopolítica, in-
cluyendo la historia de su creación, la forma de trabajar de sus res-
ponsables y su financiación. En la segunda dimensión, se trataba de
explorar la naturaleza y características de los sitios web en cuanto a
su contenido, diseño, forma de dirigirse al usuario y estructura, y en
qué forma estas características eran útiles para invitar a los usuarios
potenciales, es decir, el sector juvenil de la población. La tercera di-
mensión buscaba conocer los usos y las interpretaciones que diferen-
tes grupos de jóvenes hacían de Internet en general y como vehículo
para la participación civicopolítica en particular. Se intentó también
conocer la relación que se establece entre las actividades civicopolí-
ticas realizadas online y las que tienen lugar offline. Para poder ha-
cer un estudio en profundidad sobre todos estos aspectos se optó por
utilizar tanto la metodología cuantitativa como la cualitativa.
El trabajo de analizar los sitios web con contenido civicopolítico,
de conocer las organizaciones, las personas responsables, las cir-
cunstancias y los objetivos por los que las páginas web fueron crea-
das, no hubiera sido completo sin explorar las perspectivas de los
jóvenes a las que potencialmente van dirigidos los sitios web que se
seleccionaron. Así, a través de una encuesta y con la organización de

4.  La investigación se desarrolló dentro del VI Programa Marco. El diseño y di-


rección general estuvo a cargo David Buckingham, director del Center for the Re-
search of Children Youth and the Media, de la Universidad de Londres. La lista
completa de los directores en Eslovenia, España, Holanda, Hungría, Suecia y Tur-
quía, y de los centros universitarios a los que pertenecen, puede encontrarse en
www.civicweb.eu.
Introducción ■ 15

grupos de discusión y observaciones de los jóvenes usando Internet,


se intentó entender el papel que actualmente ejerce este medio de
comunicación en el desarrollo de la identidad cívica de los jóvenes,
y en la formación de sus valores sociales y políticos. Esta observa-
ción se hizo desde el convencimiento de que no se puede definir a
los jóvenes como un grupo social homogéneo respecto al uso de In-
ternet. Por este motivo se tuvo en cuenta el capital cultural de estos
jóvenes, que puede definirse como las distintas formas de afiliación
y de posición social de las que disponen, y que están determinadas
por factores tales como la clase social y el género. También se intentó
observar aspectos relacionados con el aprendizaje. Es decir, la forma
en que se adquieren las habilidades necesarias para desarrollar el in-
terés en la participación civicopolítica. Para hacer esta observación
se partió de la hipótesis de que las bases para la educación civico-
política no están a disposición de todos los jóvenes, ni aparecen de
forma automática simplemente por tener acceso a la tecnología de
Internet.
En las páginas que siguen se intenta resumir qué se buscaba en
cada una de las fases de la investigación Civicweb, y qué puede infe-
rirse del análisis de los datos recogidos. En el primer capítulo, «Inter-
net como motor de cambio: los límites de la utopía», se cuestiona
el supuesto potencial de Internet para atraer a los jóvenes hacia la
participación civicopolítica y se definen brevemente algunas de las
características del sector juvenil de la población a partir de los resul-
tados de la encuesta realizada como parte de la investigación. Tam-
bién se comentan las características de una muestra de los sitios web
de contenido civicopolítico dirigidos a los jóvenes y se introducen
las siguientes etapas de la investigación. En el segundo capítulo,
«Internet y el llamamiento a la participación política: perderse, so-
brevivir o destacar en la red de redes», se describe de qué manera y
por qué los responsables de los sitios web de contenido civicopolítico
definen a los jóvenes, a Internet como medio de comunicación, y a la
participación política. También se muestra de qué forma el contex-
to organizativo desde el que trabajan influye en las características
de sus respectivos sitios web. En el tercer capítulo, «Nuevas y viejas
formas de participación en la esfera pública», se comenta lo que di-
cen distintos grupos de jóvenes activos en la vida pública acerca de
su experiencia en este ámbito. De sus comentarios se extraen obser-
vaciones importantes con respecto a la influencia de la familia, el
contexto histórico y la cultura en la decisión de participar o no en la
16 ■ Internet, jóvenes y participación civicopolítica

vida pública. Asímismo se observa de qué forma los jóvenes ven a los
políticos y por qué, cuáles son las distintas maneras que tienen de
entender la palabra política, y también en qué grado Internet contri-
buye a la educación civicopolítica de la juventud y por qué.
■ 17

Internet como motor de cambio:


los límites de la utopía

Ya desde la aparición de la televisión, existe una polaridad con res-


pecto a la forma de considerar el impacto de las tecnologías de la co-
municación sobre las personas, y más concretamente sobre los jóve-
nes. Así, para unos, cada nuevo medio de comunicación se convierte
en una panacea para solucionar problemas sociales. Sin embargo,
para otros, cada nuevo medio de comunicación representa una ame-
naza debido a su gran potencial para promover formas de conducta
que con frecuencia se consideran asociales y que tienen un impac-
to negativo tanto sobre el individuo como sobre el grupo social al
que pertenece. En el caso de Internet, parece que existen de entrada
bastantes buenas razones para pensar que el uso de esta tecnología
tendrá efectos significativos en el incremento de la participación po-
lítica en general, y de modo más concreto en la participación polí-
tica de los jóvenes, que todavía forman la mayoría de los usuarios
de Internet. En general, se cree que la mayor consecuencia de la
aparición de Internet es que esta nueva tecnología puede contribuir
de manera decisiva a crear nuevas formas de hacer política, porque
permite la participación directa de los ciudadanos. En este sentido,
al comparar Internet con otros medios de comunicación –como los
periódicos y la televisión– y formas de participación política como
votar, asistir a mítines o manifestarse en la calle, aparecen diferen-
cias bastante relevantes. (Buckingham, 2005). Veamos algunas de
ellas.
18 ■ Internet, jóvenes y participación civicopolítica

• El anonimato: Internet permite probar distintas ideas, posicio-


namientos ideológicos e identidades cívicas, sin la necesidad
de involucrarse personalmente.
• La instantaneidad: Internet es mucho más rápido que cualquier
otra forma de comunicación, tanto para hacer circular la infor-
mación como para recibir feedback, y también para actualizar
la información con regularidad.
• La accesibilidad: Al menos para el grupo –en constante creci-
miento– de los que tienen acceso a Internet, este medio es mu-
cho más barato y de mayor accesibilidad que cualquier otra tec-
nología de la comunicación.
• La participación continuada: La facilidad de acceso permite
una participación y diálogo regulares, si se la compara con la
naturaleza más episódica o esporádica de la mayoría de las for-
mas de participación civicopolítica, tales como, por ejemplo,
las reuniones de un grupo concreto.
• La ausencia de intermediarios: En la mayoría de los casos, no
se da un control de acceso. Esto permite un acceso directo por
parte de los usuarios. Es decir, si se trata de un partido político,
por ejemplo, no es necesario hacerse primero militante, ni tener
un mínimo de edad, ni vivir en una localidad determinada.
• La igualdad: Al menos en principio, Internet es un medio igua-
litario, en el cual todos los participantes gozan del mismo dere-
cho a decir lo que piensan.
• La abundancia: La información en Internet es abundante, quizá
demasiado abundante. Y el publicar esa información tiene un
coste significativamente menor del que tendría hacerlo en otro
medio de comunicación. Otra cuestión sería saber si la abundan-
cia de información es susceptible o no de generar conocimiento.
• La internacionalización: Internet permite el acceso instantáneo
a información de cualquier lugar del mundo. Esta caracterís-
tica hace que acontecimientos lejanos parezcan más cercanos.
Esto permite, al menos potencialmente, ofrecer oportunidades
de concienciación y participación en asuntos que tienen lugar
fuera de las fronteras del país de residencia.
• La personalización: Muchas de las características anteriores
permiten al usuario de Internet desarrollar formas personali-
zadas de uso de esta tecnología, adaptadas a sus motivaciones
y objetivos. Siempre y cuando estas motivaciones y objetivos
existan previamente.
Internet como motor de cambio ■ 19

A pesar de que estas características parecen generalmente acep-


tadas, lo cierto es que todas ellas son cuestionables y no se pueden
aplicar a todos los contextos, ni a todos los usuarios. Además, las
consecuencias de la aparición de Internet para usarlo como vehícu-
lo de participación civicopolítica pueden verse tanto de manera ne-
gativa como positiva (Bentivegna, 2002; Rice, 2002). Por ejemplo, es
cierto que el uso de Internet puede democratizar el debate público,
pero también es verdad que el debate puede resultar superficial, sin
respeto por las pruebas o los argumentos lógicos y terminar convir-
tiéndose en un diálogo incoherente entre ignorantes. Asimismo, el
aumento de grupos especializados, con alto dominio de Internet,
puede ser importante para sus miembros, pero es también suscepti-
ble de perjudicar a la legitimidad de formas oficiales de comunica-
ción y disminuir todavía más el interés en política de la mayor parte
de la población. Por otro lado, si bien la proliferación de la informa-
ción en Internet puede entenderse como una forma de promover la
diversidad de puntos de vista, tiene asimismo el peligro de conver-
tirse en un cesto caótico de información que tenga como consecuen-
cia la alienación de una parte de los usuarios. Si bien es cierto que
la ausencia de intermediarios permite generar una mayor libertad de
expresión, no ha de olvidarse que la preocupación sobre la fiabilidad
de la información que aparece en Internet puede conducir hacia una
forma de cinismo y desconfianza respecto a la información en Inter-
net o a tomar decisiones sin disponer de la información adecuada.
Finalmente, si bien puede decirse que Internet puede ser el vehículo
idóneo para generar grupos menos jerárquicos y promover el diálo-
go, también es susceptible de convertirse en un medio valioso para
difundir teorías conspirativas y grupos de presión de diversas clases
(Buckingham, 2005).
Los argumentos anteriores son una muestra del determinismo tec-
nológico que desde siempre se ha aplicado a la hora de explicar la
función de los medios de comunicación en la sociedad. Se constata
una vez más la tendencia a atribuir un poder inmenso a la tecno-
logía y a asumir que su mera existencia cambia la sociedad donde
aparece, tanto para bien como para mal. Pero en esta forma de en-
tender los medios de comunicación sólo se tienen en cuenta las ca-
racterísticas específicas de cada nuevo avance, pero no la forma en
que sus destinatarios lo van a usar. Así, a partir del análisis del me-
dio o de sus textos, se asume una determinada forma de utilización
y unos efectos concretos. Por este motivo, es importante investigar
20 ■ Internet, jóvenes y participación civicopolítica

el papel de las tecnologías de la comunicación en la vida social, es


decir, estudiar los avances tecnológicos a partir de sus contextos so-
ciales y usos y teniendo en cuenta los diferentes objetivos sociales
y motivaciones de sus usuarios. Es necesario, por tanto, asumir una
actitud de escepticismo hacia lo que se dice sobre el potencial de las
tecnologías de la comunicación. Dadas estas circunstancias, deviene
fundamental plantearse una serie de cuestiones que permitirán es-
tructurar una investigación empírica. Estas cuestiones se centraran
básicamente en los aspectos que relacionan la cultura cívica y políti-
ca con las identidades sociales de las personas, con su capital social
y con su diversidad, así como también con su forma de utilizar los
medios de comunicación anteriores a Internet y con las posibilidades
de acceso a un aprendizaje que les ha permitido –o no– desarrollar
un interés por las cuestiones civicopolíticas.
La tendencia al determinismo tecnológico que persiste a la hora
de analizar la relación entre sociedad y medios de comunicación im-
plica la permanencia de una posición dicotómica y de la alternancia
injustificada entre el pensamiento utópico y el catastrofista, por el
que cada tecnología de la comunicación se convierte en una profecía
para mejorar el mundo social o en un enemigo de la estabilidad de
ese mismo mundo. La causa de esta situación suele ser –como ya se
ha dicho– la tendencia a imaginar los efectos que un medio de co-
municación tiene sobre las personas únicamente a partir de definir
las características de ese medio y el tipo de contenidos que ofrece.
En el caso de Internet, la interactividad, la copresencia de comunica-
ción vertical y horizontal, la ausencia de intermediarios, la rapidez
y la ausencia de fronteras, llevan a muchos a pensar que todas estas
características pueden contribuir a crear una nueva esfera pública.
Pero, ¿es eso cierto? Para intentar responder a esta pregunta sería ne-
cesario preguntarse primero hasta qué punto el potencial de Internet
se llega a realizar, quién lo consigue, en qué circunstancias y con qué
efectos. Esta línea de análisis conduce a la comprensión de algunos
aspectos de la brecha digital que ponen en entredicho la asumida
mayor capacidad de Internet, comparada con otros medios de comu-
nicación, para distribuir mejor el capital social y la alfabetización
cívica. En este sentido, puede incluso parecer que, la brecha digital
–en constante aumento entre los conectados y los no conectados– es
el mayor peligro para la alfabetización cívica.
Es cierto que Internet ofrece nuevas formas de participación on-
line, pero –como ya se ha dicho anteriormente– cabe preguntarse si
Internet como motor de cambio ■ 21

éstas ayudan o no a estimular la participación en la vida pública o


simplemente contribuyen a trivializarla. Así, ante la afirmación de
que Internet puede dar a los jóvenes un capital social y un conoci-
miento de la democracia que ayude a crear en ellos un interés por la
participación social, es necesario adoptar una actitud de cautela y
procurar estudiar y entender mejor qué está ocurriendo entre la ofer-
ta de posibilidades de participación política, las características de
esta oferta y el uso que los jóvenes hacen de ella según sus circuns-
tancias personales y grupales.
Al hablar de Internet y participación política se han de tener en
cuenta no sólo los conceptos de ciudadano, democracia, esfera públi-
ca, y participación política, sino también otros que están relaciona-
dos (Buckingham, 2005). Es decir, se han de conocer las posibles di-
ferencias en términos sociales y demográficos entre Internet y otros
medios de comunicación, así como qué tipos de contenidos puedan
generar los propios usuarios, tales como blogs, páginas web y redes
sociales. Al centrarse en los jóvenes es importante también actuali-
zar la información que se tiene sobre cuál es el uso que éstos hacen
de Internet en relación a otros medios de comunicación, y también
por qué lo usan de unas determinadas maneras y no de otras. En este
sentido, una observación fundamental sería la de tener en cuenta las
facilidades de acceso a esta tecnología y su relación con el género, la
clase social y la edad.
La relación de los jóvenes con la política constituye también un
elemento puntal para entender qué papel puede jugar Internet en este
campo. Tanto si se trata de política de partidos como de otras formas
de participación, es importante saber hasta qué punto la participa-
ción política de los jóvenes es diferente de la de los miembros de la
generación anterior, tanto en lo que se refiere a los tipos de intereses
como a la forma en que éstos se manifiestan. En relación con este
punto deviene importante conocer las distintas formas en que se ha
intentado educar a los jóvenes en política, tanto desde el núcleo fa-
miliar como desde instituciones sociales tales como la escuela o los
medios de comunicación de masas. Es decir, observar a los jóvenes y
su uso de Internet para la participación civicopolítica supone estu-
diar el avance tecnológico que supone Internet a partir del contexto
social donde se ha producido, y teniendo especialmente en cuenta
los diversos objetivos y motivaciones de sus usuarios. El punto de
partida para esta forma de observación sería el que toman algunos
autores, como Woolgar (2002), quien se describe a sí mismo como es-
22 ■ Internet, jóvenes y participación civicopolítica

céptico por principio hacia todo aquello que se asume –en positivo y
en negativo– sobre el potencial de Internet.
De lo dicho hasta ahora se desprende la necesidad de trabajar a
partir de preguntas que se inicien con el cuestionamiento de la asu-
mida capacidad de Internet para crear nuevas formas de participa-
ción política entre los jóvenes. Así, parece importante conocer qué
papel juega Internet en la promoción de compromiso social y partici-
pación política, pero también qué límites y qué problemas presenta.
Al llegar a este punto se abre un nuevo interrogante en el sentido
de que todavía no se sabe si Internet promueve una nueva forma de
crear cultura cívica o si estamos simplemente ante la aplicación de
una nueva tecnología para hacer las cosas como siempre se han he-
cho. En consecuencia, tampoco se sabe aún si Internet está apoyando
la forma de hacer política de los políticos o está transformando lo
que significa hacer política y el papel que tienen los ciudadanos en
este proceso. Y, en el caso de que esto último fuera cierto, ¿cómo es-
taría ocurriendo? Saber más acerca de de este proceso permitiría co-
nocer hasta qué punto Internet puede mantener su posición de medio
que guía el propio usuario o si, por el contrario, está cada vez más
dirigido por los imperativos del consumo.
Volviendo a las preguntas planteadas en la introducción, ¿puede
Internet conseguir despertar el interés de los jóvenes en la esfera pú-
blica? Para responder a esta pregunta es imprescindible saber prime-
ro hasta qué punto la participación online genera más participación
offline, y también conocer si algunos tipos de jóvenes, por ejemplo,
de cierta clase social, etnicidad, religión o cultura, están más incli-
nados a responder de forma positiva al uso de Internet que otros. Este
conocimiento permitiría tomar conciencia de si existen –o no– algu-
nos grupos de jóvenes que tienen mayor tendencia a quedarse con las
antiguas formas de participación civicopolítica o incluso a rechazar
la participación online. Tanto en un caso como en el otro, la pregunta
fundamental que seguiría sería la de investigar el por qué de esa si-
tuación. Esta aproximación permitiría llegar a identificar cuáles son
los obstáculos que existen para potenciar el buen uso de Internet con
el objetivo de generar participación política, y también detectar cuá-
les son las buenas y las malas prácticas en este campo y por qué. En
definitiva, se trata de saber hasta qué punto el modelo de ciudadano
en red corresponde a las prácticas diarias de la mayor parte de los
jóvenes, y cómo funciona. Asimismo, el conocimiento de las prácti-
cas y entornos sociales con respecto a Internet permite encontrar al-
Internet como motor de cambio ■ 23

gunas posibles respuestas a preguntas como por ejemplo si las redes


sociales son una forma de participación social en sí mismas o no.
Para intentar avanzar en el conocimiento de los jóvenes, Internet
y la participación civicopolítica a partir de las formas de acceso al
conocimiento sobre esta temática expuestas aquí, en el año 2006, la
Comisión Europea encargó a un conjunto de especialistas en juven-
tud, medios de comunicación, y ciencias políticas, el desarrollo de
una investigación –Civicweb– que permitiera conocer cómo, cuán-
do, por qué y en qué circunstancias los jóvenes utilizan el supuesto
potencial de Internet para generar participación política. Se buscaba
también identificar los sitios web disponibles para los jóvenes y que
tuvieran una orientación civicopolítica. Se intentó, por tanto, hablar
de las instituciones creadoras de sitios web, de sus características y
limitaciones, pero también de buscar las respuestas de los jóvenes,
no sólo como receptores de los sitios web, sino también como usua-
rios de Internet para implicarse en la vida pública. Para desarrollar
todos estos puntos se partió primero de una definición de persona
joven consensuada, a pesar de las diferencias culturales que existen
entre los siete países participantes en esta investigación.

Los sitios web de contenido civicopolítico y


sus usuarios potenciales

La definición de joven varía según las tradiciones nacionales, his-


torias, políticas, y también en relación a factores de identidad como
son la clase social, la etnia, el género y la religión que se practique.
Aunque la edad en la que empieza y termina la juventud es distin-
ta según las culturas y las épocas históricas, puede utilizarse como
base la definición de las Naciones Unidas, que es la que considera
como jóvenes a todas las personas con edades comprendidas entre
los 15 y 25 años. Estas edades se consideran generalmente como el
período más importante para el desarrollo de la conciencia cívica, a
partir de la cual los jóvenes empiezan a definir sus valores básicos
tanto a nivel social como político y a adoptar una actitud hacia la
esfera pública. Hoy, la mayor parte de los pertenecientes a este grupo
de edad en los países europeos ha crecido con la tecnología digital y
son los usuarios que más horas dedican a Internet. Algunos científi-
cos sociales consideran además que los jóvenes utilizan Internet de
forma más creativa y participativa que los adultos (Tapscott, 1998).
24 ■ Internet, jóvenes y participación civicopolítica

También parece que este grupo de edad está viviendo cambios socia-
les importantes, y que no forman un conjunto de iguales, sino que
parten de capitales sociales diferentes. Por este motivo es fundamen-
tal tomar consciencia de que no se puede pensar en los jóvenes como
un grupo social homogéneo. Muy al contrario, es necesario analizar
las diversas formas de afiliación y posicionamiento social a las que
tienen acceso jóvenes que viven en circunstancias sociales y cultu-
rales diferentes. Es importante, por tanto, conocer las oportunidades
de participación civicopolítica que tiene el colectivo heterogéneo al
que denominamos jóvenes, según su clase social, etnia y religión, y
como éstas se reflejan en las relaciones entre generaciones. Por ejem-
plo, con los padres y los líderes políticos. No hay que olvidar que los
conocimientos necesarios para la participación política no están a
disposición de todos de la misma forma, ni se adquieren de manera
automática con el uso de Internet.
Para conocer mejor las características que presentan los jóvenes
con respecto a su entorno, educación, y uso de Internet, una parte
importante de la investigación realizada dentro del marco de Civic-
web fue una encuesta online a la que respondieron chicos y chicas
de los siete países que participaron en este estudio. Los resultados de
la encuesta mostraron una tendencia generalizada de los jóvenes
de todos los países a utilizar Internet como forma de comunicación
y de entretenimiento. Sin embargo, pudo observarse también la per-
sistencia de una brecha digital con respecto a la educación. Así, los
jóvenes con un nivel de estudios más alto son también los que más
utilizan Internet. Los resultados de la encuesta confirmaron asimis-
mo la sospecha de que en todos los países el porcentaje de jóvenes
interesados en política es muy pequeño. Por otro lado, entre los que
sí mostraban un interés en asuntos políticos se detectó una tendencia
significativa a estar activos tanto offline como online. En general, y
de acuerdo a los resultados de la encuesta, podría afirmarse que la
actividad que se realiza a través de Internet aparece como comple-
mentaria a la que se hace fuera, y en modo alguno una substituye a la
otra. Una más de las observaciones generalizadas en todos los países
participantes es que los jóvenes hablan de cuestiones civicopolíticas
con sus familias, y que el hecho de ser hombre o mujer no parece
modificar su actitud con respecto a su interés –o desinterés– en la
participación civicopolítica.
La investigación realizada buscaba, a lo largo de los tres años que
duró el proyecto, conocer también de qué forma los responsables de
Internet como motor de cambio ■ 25

instituciones civicopolíticas, partidos políticos, organizaciones no


gubernamentales, grupos de presión o iniciativas individuales usan
Internet para atraer a los jóvenes e invitarlos a participar en la vida
pública. Para obtener esta información se identificaron, contabiliza-
ron y analizaron algunos de los sitios web a los que pueden acceder
los jóvenes, y se realizaron entrevistas con las personas responsables
de su contenido. Pero la parte central de la investigación pretendía
conocer de cerca la opinión de los jóvenes como usuarios de Internet,
como individuos, como miembros de una familia y de una genera-
ción, y como ciudadanos europeos y del mundo. Con esta finalidad
se habló con los jóvenes, se escucharon sus experiencias, sus opinio-
nes, sus deseos de un mundo mejor, y el papel que ellos creen que
pueden desempeñar para conseguirlo.
La metodología usada para esta investigación se adaptó a las ne-
cesidades del tipo de información que se estaba buscando, y termi-
nó siendo tanto cuantitativa –se contabilizaron las principales ca-
racterísticas de los sitios web, se hizo una encuesta para conocer el
uso de Internet por parte de los jóvenes y el grado en que distintas
cuestiones sociopolíticas despertaban su interés– como cualitativa.
Así pues, en la parte cualitativa se entrevistó a los responsables de
los sitios web, se analizó la estructura, la interactividad, el diseño
y los contenidos de una selección de páginas web, y finalmente se
escucharon las opiniones de los jóvenes que participaron en los gru-
pos de discusión. En el capítulo siguiente se intentará mostrar qué
piensan de Internet, de los jóvenes y de la participación política los
responsables de las páginas web, pero también cuáles son las con-
diciones en las que se realiza su trabajo y las limitaciones que éstas
suponen.
Para tener una visión general de la tipología y características de
las páginas web de contenido civicopolítico a las que los jóvenes
pueden acceder se realizó primero un análisis cuantitativo y cualita-
tivo acerca de las temáticas, los objetivos, las cuestiones técnicas, el
diseño, la forma de dirigirse a los jóvenes, y las características ideo-
lógicas de los sitios web previamente seleccionados. Las páginas web
se escogieron partiendo de una deliberada concepción amplia de lo
que constituye la acción cívica, incluyendo tanto aquellas de origen
gubernamental orientadas a dar informaciones a los jóvenes, como
también las que corresponden a partidos políticos, a grupos mino-
ritarios; las que responden a una movilización continuada sobre un
tema específico, y las que pertenecen a organizaciones no guberna-
26 ■ Internet, jóvenes y participación civicopolítica

mentales de carácter internacional, entre otras. El resultado de la pri-


mera parte de este análisis permitió observar que existen diferentes
formas de entender lo que es la acción cívica y política. Por un lado
se podría decir que están las organizaciones que apoyan las decisio-
nes gubernamentales, pero junto a éstas también se encuentran otras
más críticas, que cuestionan al gobierno o que trabajan para ayudar a
personas en situación de desamparo social. Finalmente existen algu-
nas páginas web que invitan a la participación política desde la ideo-
logía anticapitalista de izquierdas, pero también las hay que incitan
a la participación, y que presentan una retórica relacionada con la
ideología de derechas, e incluso de extrema derecha.
Las páginas web analizadas en esta parte de la investigación se
ocupan de diferentes temas de interés civicopolítico, y tienden a ha-
blar de cuestiones actuales. En general, puede observarse que los si-
tios web orientados hacia el activismo político se ocupan de unos
temas u otros según la ideología a la que pertenecen. Así, las des-
igualdades sociales, el imperialismo, y los derechos humanos pare-
cen ser las temáticas preferidas en los sitios web de ideología de iz-
quierdas. Sin embargo, la economía, el terrorismo o la posición anti-
aborto, son temas que se repiten en las páginas web que representan
a organizaciones de ideología de derechas. En la mayoría de los sitios
web analizados –tanto los de ideología de extrema derecha como los
de extrema izquierda– se observa que todos ellos tienen mensajes
en contra del gobierno y en contra del capitalismo. Además, tanto
unos como otros tienden a afirman que los medios de comunicación
tradicionales están dominando a las personas; impidiendo que éstas
piensen por sí mismas. Se puede decir que, casi todas las páginas
web analizadas, utilizan lenguaje estándar y hacen un uso gramati-
cal correcto. Ahora bien, los sitios web con orientación de extrema
derecha o de extrema izquierda, a menudo hacen uso de un lengua-
je incendiario («imperio opresivo», «invasión de Europa») y utili-
zan técnicas de asociación de nombres tales como relacionar Islam
con violencia, inmigración con crimen y Estados Unidos con guerra
(Banjai, 2009).
La calidad del diseño varía de forma substancial entre los sitios
web. Como norma general, aquellas organizaciones que tienen unos
ingresos regulares, invierten más dinero a la hora de generar un sitio
web atractivo y profesional. Sin embargo, es interesante señalar que
muchas páginas web que disponen de un presupuesto muy bajo e
irregular utilizan la estructura de blog para dar una imagen clara y
Internet como motor de cambio ■ 27

ordenada. Estas estructuras prediseñadas tienen la ventaja de hacer


que la navegación sea más fácil en estos sitios web sencillos y sin
pretensiones, que en los más caros de producción y más sofisticados.
En estos últimos, muchas veces resulta fácil perderse a la hora de na-
vegar. Por otro lado, es importante mencionar aquí que es muy difícil
encontrar una página web de las características de las que se han
analizado para esta investigación que incluya vídeos profesionales.
Sin embargo, la inclusión de vídeos de YouTube es muy popular en
muchos de los sitios web observados.
Un aspecto importante del análisis del diseño y contenido de los
sitios web era el de observar de qué forma estos productos se dirigen
al público juvenil y por qué. Así se vio que, mientras las maneras de
dirigirse al público juvenil que se encuentran en las páginas web de
contenido cívico, pueden ser más o menos académicas o formales, las
ideologías de que parten las distintas organizaciones o colectivos a
los que pertenecen los sitios web están en la base de la forma en que
invitan a los jóvenes a participar. Por ejemplo, las webs religiosas, a
pesar de incluir muchas fotografías de jóvenes sonrientes, no pueden
librarse de un cierto tono moralista y de un contenido temático limi-
tado. Sin embargo, los sitios web organizados por personas jóvenes
consiguen reflejar una mayor cantidad de las preocupaciones, inte-
reses, deseos e identidades grupales de los jóvenes. Puede observarse
también que algunos sitios web son el resultado de tiempo y esfuerzo
dedicados al diseño original, pero sin dinero para su mantenimien-
to. Otros disponen de un presupuesto para el mantenimiento y se
actualizan regularmente, y los hay que utilizan el sistema blog que
es gratuito, y cuentan con un grupo de voluntarios que actualizan los
contenidos. Estas diferencias pueden interpretarse como indicado-
res del papel que la página web tiene dentro de la organización a la
que representa, y a cuyos objetivos quiere contribuir. Las diferencias
indican también un aspecto más importante; es decir, si la organiza-
ción considera su sitio web como algo secundario, complementario
o fundamental para su comunicación offline y para su estrategia de
acción.
Curiosamente, la mayoría de los sitios web analizados ofrecen
una sorprendente falta de posibilidades para la participación online.
Funciones simples, tales como poder dejar escrito un comentario
sobre algo, no están disponibles en muchas de las web analizadas.
Por tanto, también puede observarse que tecnologías más avanzadas,
como el wiki por ejemplo, son prácticamente inexistentes. La mayoría
28 ■ Internet, jóvenes y participación civicopolítica

de las web analizadas eran, en el momento del análisis (año 2008),


básicamente un espacio online para una organización que centraba
toda su actividad offline. Quizá sea por este motivo por el que parece
que hacen una buena labor en cuanto a su apartado de Agenda, dan-
do a conocer allí todas las actividades previstas que se realizaran
offline, y también facilitando el contacto con los responsables. Sin
embargo, se observa que la mayoría de los sitios web analizados no
ofrecen opciones para promover participación online. Esto, de algu-
na forma, conduce a pensar que muchas organizaciones únicamente
utilizan Internet para dar a conocer qué es lo que hacen, y animar a
la participación offline.
Entre las páginas web analizadas por parte de los siete países par-
ticipantes, se detectó un número importante de sitios web de acti-
vismo político, y da la impresión de que esas páginas parecen tener
más actividad que las que representan otros intereses. Sin embargo,
si bien en el caso de España se hallaron muy pocos sitios web dirigi-
dos especialmente a los jóvenes (básicamente la rama juvenil de los
partidos políticos mayoritarios y algunas organizaciones juveniles),
la mayor parte de las webs seleccionadas para su análisis son muy
populares entre los jóvenes que navegan por Internet. De hecho, pue-
de decirse que los únicos sitios web que intentan de manera conspi-
cua atraer al público juvenil son los que están relacionados con ins-
tituciones gubernamentales, pero son precisamente este tipo de pro-
ductos los que no parecen tener demasiado éxito entre los jóvenes.
De todas formas, las páginas web que tienen más posibilidades de
despertar el interés entre el público juvenil, son aquellas que ofrecen
participación online, tienen un diseño atractivo y hablan de temas
que interesan a los jóvenes. Y estos temas no son necesariamente mú-
sica y sexo, sino también política y asuntos sociales.
El tono local o nacional de los contenidos que aparecen escritos en
los sitios web, y la casi total ausencia de referencias europeas y op-
ciones en otros idiomas, parecen indicar que la existencia de Internet
no implica necesariamente que los jóvenes se sientan interesados por
cuestiones políticas de carácter europeo o por aprender lenguas ex-
tranjeras. Es decir, parece que se da una tendencia a vivir los asuntos
sociales a nivel local y nacional. Esto no es ninguna sorpresa, ni tam-
poco una novedad, ya que el concepto de «nación estado» es el que
domina en muchos países europeos. Los países se estructuran por la
lengua, la cultura, la tradición y la historia, y podría afirmarse que,
por ahora, el concepto «Europa» es algo que se percibe como externo
Internet como motor de cambio ■ 29

a las formas culturales propias de cada país europeo. Se trata de un


concepto que es todavía demasiado nuevo, que puede verse incluso
por algunos como una imposición, y que, por ahora, afecta única-
mente a algunas decisiones gubernamentales.
Parte del análisis en esta etapa de la investigación se centró en ob-
servar la relación entre los sitios web y los medios de comunicación
tradicionales (radio, televisión, prensa diaria). Así pudo verse que las
noticias de los periódicos, la radio y la televisión parecen ser la for-
ma de actualizar los temas que son recurrentes en muchos sitios web;
tales como el terrorismo, las batallas dialécticas entre los partidos
políticos más importantes o la concienciación ecológica. Sin embar-
go, muy pocos sitios web animan al usuario a dar su opinión sobre
lo que está ocurriendo. Al observar estos productos da la impresión
de que, en general, se están usando las nuevas tecnologías de la co-
municación de la misma forma en que se utilizan los medios de co-
municación tradicionales. Es decir, que parece que exista todavía la
expectativa de una recepción pasiva por parte del usuario, a quien,
por otro lado tampoco se le intenta estimular de forma alguna para
que desarrolle el pensamiento activo, propio.
Lo dicho anteriormente dibuja una imagen de los sitios web de
contenido civicopolítico como productos que, en la mayor parte de
los casos, desempeñan un papel secundario con respecto a la orga-
nización a la que representan. En consecuencia, hay que tener cierta
cautela a la hora de opinar sobre el trabajo de una organización a
partir de visitar su página web. Y es que, visto el papel secundario
que ocupan los sitios web, las características e intensidad del trabajo
de una organización determinada no pueden medirse sólo mirando
la estética y la tecnología disponible en su sitio web o incluso única-
mente por las invitaciones a participar online. Sin embargo, eso no
quiere decir que no deba observarse el sitio web de la organización
dentro de un contexto más amplio, que incluye su trayectoria offline
y sus actividades, sus estrategias de comunicación y de utilización
de los medios de comunicación de masas, y el porqué de la función
que le han otorgado a su sitio web.
En relación con la audiencia, en los sitios web analizados parece
que prevalecen dos tipos de discursos acerca de los jóvenes: uno que
considera que ya están interesados en política y participando en ac-
ciones offline, y el otro, que los imagina como pasivos y sin interés.
La mayoría de los sitios web parecen estar dirigiéndose a aquellos
que ya están implicados e interesados. Podría decirse que muchas de
30 ■ Internet, jóvenes y participación civicopolítica

estas páginas web constituyen un buen ejemplo de lo que llamamos


«predicar a los conversos». Y en esta línea puede observarse que, en
general, los sitios web analizados no ven a los jóvenes todavía no ini-
ciados, o no «convertidos», como posibles usuarios de su producto.
Otra observación importante es que la mayoría de las páginas web de
orientación civicopolítica parecen estar dirigidas a jóvenes educados
y pertenecientes a la clase media o media alta. A aquellos que pueden
encontrarse en una situación social desfavorecida se les trata general-
mente como víctimas, pero no como posibles receptores y usuarios
de las diferentes páginas web que se han analizado. Esta situación se
deduce fácilmente a partir de algunos indicadores, tales como, por
ejemplo, el uso del lenguaje y el estilo, los temas que se tratan, e in-
cluso las fotografías con jóvenes que aparecen en la web en cuestión.
Esta tendencia está tan generalizada que incluso puede observarse
en los sitios web orientados a aconsejar a la población juvenil o en
aquellos que promocionan el voluntariado y que están hechos por los
propios jóvenes. También en estos casos, los sitios web resultan im-
plícitamente exclusivos de aquellos con menor nivel educativo.
En relación con el diseño y la estructura de las páginas web, se
observa que, en general, cuanto más nueva y menos conocida es la
organización a la que pertenece el sitio web, más tendencia muestra
a utilizar fotografías, vídeos y formas de ofrecer a los posibles usua-
rios la oportunidad de dar su opinión. Es, por tanto, más habitual
encontrar este tipo de sitios web en los grupos donde no hay una
organización offline que las ha precedido en el tiempo y a la que per-
tenecen. En el otro extremo se sitúan los sitios web que muestran
básicamente textos escritos, sin ilustraciones de ningún tipo. En ge-
neral, podría afirmase que –como ya se ha dicho más arriba– el con-
tenido más habitual que se encuentra en las páginas web analizadas
corresponde básicamente a información sobre las actividades off-
line de la organización a la que pertenece. En este sentido, un punto
crucial de diferencia entre los sitios web es saber quién decide qué
es importante, y por tanto vale la pena que se informe sobre ello on-
line. Así, las páginas web más informales, que pertenecen a grupos
pequeños, donde los jóvenes deciden qué contenidos son preferentes,
contrastan con los sitios web de organizaciones formales. Éstas sue-
len confiar en los líderes y expertos para definir cuáles son los temas
que tienen importancia para los jóvenes. En el término medio se en-
cuentran los sitios web de organizaciones de caridad, voluntariado
u ONG. En estos casos, si bien es cierto que la agenda la establece la
Internet como motor de cambio ■ 31

organización, se suele también invitar a los jóvenes a contribuir con


ideas y temas.
Los sitios web analizados son, en general, muy diferentes con res-
pecto al tipo de política que favorecen. Los hay en los que se ve que
claramente promueven ideas acerca de política institucional, pero
también se han hallado otros que ofrecen formas alternativas de par-
ticipación civicopolítica, y cuestionamiento de los partidos políticos
actuales. Podría afirmarse que la función principal de la mayoría de
las páginas web parece ser que es dar información acerca de la ideo-
logía de la organización y de sus actividades offline. Dicho esto, es
necesario hacer constar también que la participación online posee
una importancia crucial en los sitios web que no tienen una organi-
zación offline. Sin embargo, incluso en estos casos, el objeto funda-
mental de la acción online es llegar a cambiar algo offline. Por otro
lado, se observa que en aquellos casos en que la participación online
es fundamental, los foros parecen ser el instrumento más utilizado.
En las páginas web analizadas existen también diferencias im-
portantes con respecto a los distintos grados en que se facilita o
no la interactividad. Así, por un lado se encuentran los sitios web
construidos de forma jerárquica por las organizaciones a las que
representan, quienes utilizan su espacio en Internet como canal de
transmisión de información y de promoción. Estos sitios web no son
interactivos. En el otro extremo se hallan las páginas web que se es-
tructuran y mantienen a partir de los contenidos que generan los
propios usuarios. En esta modalidad se encuentran muchos sitios
web de activismo político, y también algunos cuyo tema principal
es la identidad (nacional, sexual, etc.) que ponen a disposición de los
visitantes todas las herramientas necesarias para promover el diá-
logo y el feedback. Sin embargo, se observa también que no todos
los sitios web que promueven la interactividad resultan igualmente
efectivos. Dependerá mucho del tema y de la importancia política,
cultural o personal que éste tenga en un momento dado. Otro pun-
to a destacar es que los sitios web con posibilidades de interacción
pertenecen generalmente, pero no exclusivamente, a grupos que no
disponen de una organización offline. Sin embargo, como ya se ha
dicho, los niveles de uso de las herramientas de participación en
las páginas web que las incluyen son variables. Por este motivo, po-
dría afirmarse que la existencia de la posibilidad de interactividad
en una web no parece ser garantía de obtener una participación y
discusión online activa y continuada, y mucho menos de generar un
32 ■ Internet, jóvenes y participación civicopolítica

debate democrático. Por otro lado, puede verse también que los sitios
web que disponen de opciones de participación online son diferen-
tes según si su intención es la de promover y estimular el debate y la
diversidad de opiniones o si, por el contrario, intentan censurar los
contenidos y adaptarlos a los objetivos y características de la organi-
zación o grupo al que representan.
La descripción de los sitios web dirigidos a los jóvenes o utiliza-
dos mayormente por este grupo de población, no estaría completa si
no se hubiera hecho también un intento de conocer cómo son los jó-
venes a los que se dirigen los sitios web de contenido civicopolítico.
Para conocer si la población con edades comprendidas entre los 15
y los 25 años utilizan Internet para la participación civicopolítica,
y cómo, se diseñó la encuesta a la que ya se ha hecho referencia an-
teriormente. Los jóvenes de los siete países participantes en este es-
tudio tuvieron acceso a la encuesta online desde la página web de
MTV, y también desde el sitio web de algunas organizaciones loca-
les. Un total de 3.307 jóvenes del grupo de edad en el que centró el
estudio Civicweb, residentes en los siete países participantes en esta
investigación, completaron la encuesta. Sus respuestas constituyeron
el punto de partida del análisis de los usos de Internet por parte de la
juventud, tanto a nivel internacional como nacional.
Los datos recogidos en la encuesta5 revelan que, tanto en España
como en los otros seis países, el 90% de los jóvenes usan Internet
principalmente en su casa y que lo utilizan un término medio de 6,2
días por semana, y de 3,3 horas por día. Un 74% comentan que tienen
total libertad para utilizar Internet como quieran, y que llevan una
media de siete años utilizándolo. La mayor parte de los jóvenes que
respondieron la encuesta comentaron que estaban satisfechos con
la forma en que utilizan Internet. De todas las variables sociodemo-
gráficas que se correlacionaron con las formas de usar Internet, la
variable de género fue la que producía una correlación significante,
probablemente en la dirección que ya se intuía desde el principio, y
que se desprendía de los estudios anteriores, aquellos que se centra-
ban en las causas y características de la brecha digital. Es decir, las
chicas y mujeres jóvenes en general se sentían menos seguras en el
uso de Internet que los chicos. Ellas, además, indicaban menos años
de experiencia y decían usar Internet de manera menos intensiva

5.  Pueden consultarse los resultados completos de la encuesta y su análisis en


www.civicweb.eu.
Internet como motor de cambio ■ 33

que ellos (Kennedy, Wellman, Klement, 2003; Romero, 2004; Zoonen,


L. Van, 2002).
Según los resultados de la encuesta, en general, las páginas web
de música, las de películas y las de noticias son las que los jóvenes
de 15 a 25 años visitan con más frecuencia. Si bien las respuestas a
las preguntas no parecen indicar que los pertenecientes a este gru-
po de edad muestren interés por los sitios web de búsqueda de pa-
rejas, o los pornográficos, también es cierto que tampoco lo hacen
por los relacionados con la política tradicional; es decir, aquellos que
pertenecen a los partidos políticos. Al analizar los datos, se obser-
va, sin embargo, que se dan una serie de factores que se relacionan
con el tipo de páginas más visitadas. Estos son: el entretenimiento,
viajes y propuestas ocio, la cultura digital, las cuestiones de justicia
social, los nuevos movimientos sociales y afiliaciones, y la política
electoral. Según estos resultados, puede decirse que los jóvenes no
se interesan únicamente por aquellos aspectos relacionados con las
distintas formas de entretenimiento a su alcance, sino también por
cuestiones que podrían definirse como civicopolíticas. Sin embargo,
no hay que olvidar que el interés por estos asuntos se da únicamente
en un grupo muy pequeño de jóvenes. Además, la política electoral
es el asunto que despierta el menor interés, incluso entre ese gru-
po minoritario. Se observa, en cambio, que un 20% de los que res-
pondieron la encuesta tienen interés en asuntos relacionados con el
medio ambiente, y con los nuevos movimientos sociales. Otro dato
a tener en cuenta es que el interés por los sitios web de contenido
civicopolítico parece ser más alto entre los más mayores del grupo de
edad seleccionado, entre los que ya no viven en casa de sus padres y
entre jóvenes que se definen como practicantes de alguna religión.
A excepción de las páginas web de estudiantes y las relaciona-
das con cuestiones juveniles, casi ninguna de las categorías de las
páginas web cívico políticas que aparecían en la encuesta despier-
tan la atención de más del 10% de los que la respondieron. De forma
similar, únicamente un 10% de quienes participaron en esta parte
del estudio reconocen tener alguna forma de participación civicopo-
lítica online. Según las respuestas analizadas, tres factores parecen
motivar el interés de los jóvenes por visitar páginas de contenido ci-
vicopolítico: los asuntos relacionados con la justicia social, con la
política institucional, y con los temas que afectan más directamente
a la juventud, como por ejemplo el acceso al mercado laboral y a la
vivienda. Aquí también, los jóvenes que se encuentran en la franja
34 ■ Internet, jóvenes y participación civicopolítica

de edad de 22 a 25 años suelen visitar este tipo de sitios web con


más frecuencia que los del grupo de edad más joven. Se observa, asi-
mismo, que cuantos más años se ha pasado en el sistema educativo,
más interés se tiene en visitar sitios web que se refieren a la política
institucional, y también a las páginas web dirigidas a los jóvenes.
Los datos recogidos indican también que las chicas y las mujeres jó-
venes visitan con menos frecuencia las páginas web de política ins-
titucional de lo que lo hacen los chicos. Por otro lado, enviar correos
electrónicos, y firmar peticiones online constituyen, según las res-
puestas, la forma más habitual de participación política online entre
los jóvenes. Incluso en estas circunstancias, aquellos que ya no viven
con sus padres, y los que practican una religión tienden a participar
en este tipo de actividades con más frecuencia que otros, y también
es este el caso entre los más mayores, y los que han recibido mayores
oportunidades educativas.
Las respuestas de los jóvenes indican también que algunos de
ellos tienen una participación civicopolítica offline. Trabajar para
una organización de voluntariado o de caridad, y dar dinero para
causas sociales o políticas son las formas de participación offline
más habituales entre los jóvenes de la muestra. Una vez más, los más
mayores, los que ya se han independizado de sus padres, y los que
practican alguna religión resultan ser también los que tienen activi-
dades civicopolíticas offline con más frecuencia. El visitar los sitios
web y el participar en actividades offline ofrecen una correlación po-
sitiva. Esto parece indicar que la acción política online y offline se
complementan mutuamente en vez de enfrentarse.
Al analizar lo que indican las respuestas de los jóvenes respecto
a sus intereses civicopolíticos puede verse que la forma y el conteni-
do de este tipo de participación parecen estar relacionados. Es decir,
para aquellos jóvenes que tienen un interés en política electoral y
para aquellos que visitan los sitios web del gobierno y de las compa-
ñías multinacionales, contactar a los políticos online y offline es la
actividad que prefieren. Sin embargo, la mayor parte de los encues-
tados muestran poco interés en la política tradicional y en el gobier-
no, y básicamente no intentan conectar con ellos ni online ni offline.
Puede decirse, sin embargo, que el activismo offline parece despertar
algo más de interés. Y, finalmente, añadir que parece constatarse que,
en general, la casi totalidad de esas actividades está corelacionada
con variables sociodemográficas tales como género, religión, lugar de
residencia y clase social.
Internet como motor de cambio ■ 35

Vistas por un lado las características del uso que hacen los jóve-
nes de Internet, de los temas civicopolíticos que les interesan y los
que no, y de las razones de carácter socioeconómico y cultural que
pueden despertar ese interés, parece constatarse que, en general, la
oferta existente de sitios web de carácter civicopolítico no parece cu-
brir las necesidades de información y de estímulo a la participación
en la esfera pública que podrían atraer a un grupo amplio de jóvenes.
Las preguntas que suscita la anterior afirmación son ¿hasta qué pun-
to es cierta?, ¿por qué los sitios web tienen las características que se
han observado?, ¿quién, cómo y por qué decide sobre su contenido,
diseño y formas de interactividad?, ¿qué idea se tiene de los jóvenes,
de Internet, y de lo que es participación política, desde los grupos
e instituciones que presentan y/o promueven este tipo de activida-
des? En el siguiente capítulo se intentará aportar algunas posibles
respuestas a estas preguntas.
■ 125

Sobre la autora

Magdalena Albero Andrés es doctora en Comunicación y Educación


por la Universidad de Indiana (Bloomington) y profesora titular en
la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autó-
noma de Barcelona. Sus investigaciones están orientadas hacia el co-
nocimiento de las relaciones que se establecen entre las tecnologías
de la comunicación y los niños y jóvenes, tomando como punto de
partida el estudio y la comprensión de su entorno cognitivo y socio-
cultural. En esta línea de trabajo, ha publicado varios libros y artí-
culos sobre la temática de televisión e internet en la infancia y en la
adolescencia. También trabaja en aspectos relacionados con la edu-
cación audiovisual en las escuelas. Ha sido profesora e investigadora
visitante en la Universidad de Indiana (Bloomington) y en la Uni-
versidad de California (Berkeley), en Estados Unidos, y en la Univer-
sidad Simon Fraser (Vancouver) y la Universidad de York (Toronto),
en Canadá. Ha trabajado en proyectos conjuntos con investigadores
norteamericanos y europeos y dirigió la parte española del proyecto
europeo Civicweb, en cuyos resultados se basa este libro.
■ 127

Sinopsis

En las democracias modernas existe una preocupación por la cre-


ciente falta de interés de los ciudadanos en la actividad civicopolíti-
ca. Asimismo, se tiende a pensar que los jóvenes son el grupo de po-
blación al que menos preocupan estas cuestiones. Y se culpa de ese
desinterés a la existencia de las tecnologías de la comunicación, que
los mantiene entretenidos y en una actitud pasiva con respecto a la
realidad social. Al mismo tiempo, se asume que, como son usuarios
avezados de Internet en su vida cotidiana, la mejor manera de intere-
sarlos en política es dirigirse a ellos a través de este medio.
Este libro cuestiona estas premisas, a partir del análisis de los
datos recogidos en una investigación financiada por la Comunidad
Europea. Así, se observa que a los jóvenes sí les preocupan las cues-
tiones civicopolíticas, pero que sus intereses no coinciden necesa-
riamente con los de los políticos. También se muestra que Internet es
un excelente vehículo para la participación civicopolítica, siempre y
cuando ya exista un interés previo por estas cuestiones.
Internet, jóvenes y participación civicopolítica: límites y oportuni-
dades está dirigido a todo tipo de público, pero en especial a quienes
están interesados en los jóvenes y las tecnologías de la comunica-
ción, a los partidos políticos, a las instituciones públicas, a los edu-
cadores, a los padres, y a los trabajadores sociales.

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