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Javier Delgado
Coordinador
México, 2008
La urbanización difusa de la Ciudad de México.
Otras miradas sobre un espacio antiguo
Primera edición, 25 de agosto de 2008
Primera parte
Corona urbana alrededor de la Zona Metropolitana
de la Ciudad de México. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Claude Bataillón
La difusión de la urbanización o cómo superar la dicotomía
rural-urbana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Javier Delgado, Carlos Galindo y Mauricio Ricárdez
Diversidad y especialización económica en el subsistema de ciudades
de la Región Centro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Luis Jaime Sobrino
Fraccionamientos, pueblos y nuevas urbanizaciones
y las contradicciones del espacio público. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
Eduardo Nivón Bolán
Segunda parte
Enlaces aéreos de la Región Centro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
Luis Chías Becerril
Reconocimiento de patrones urbanosa través de la geometría fractal. . . . . 169
Hind Taud y Jean-François Parrot
Los fractales: una nueva geometría para describir el espacio geográfico. . . 194
Gerardo G. Naumis
Presentación
Introducción
tinguía una relación directa entre un polo único –la Ciudad de México– y ex-
tensas zonas campesinas densamente pobladas y con un rico pasado histórico.
Los criterios utilizados para la delimitación, a la vez geográficos e históricos
–básicamente los valles altos de Mesoamérica en donde se hablaba el náhuatl–,
lo llevaron a proponer las fronteras del centro-este en Guerrero y Oaxaca al sur
y sureste, y en Querétaro y Michoacán al norte y noroeste (Bataillon, 1972).
Este enfoque regional fue poco entendido y menos aún seguido, si juzgamos
por la bibliografía producida en el ámbito de los estudios regionales, aunque
es cierto que el concepto de región ha sido más utilizado por los historiadores
que por los geógrafos y, menos aún por los economistas.
Por esos años, Ángel Bassols publicó otro texto que ha sido fundamental
para la ciencia regional, México: Formación de Regiones Económicas, en donde,
bajo un enfoque que denominó geoeconómico, coincidía en identificar el papel
clave que jugaron los valles altos de México, Puebla y Toluca durante la
dominación Mexica primero y la ocupación colonial después. Desde aquella
etapa formativa el Centro-Este tenía una “clara frontera” en el Bajío y el centro
de Jalisco (Centro-Oeste) considerados como la “transición hacia la Gran
Chichimeca”, vasto territorio que se articuló alrededor de Guadalajara, el Bajío
y Valladolid como centros organizadores de una intensa especialización minera
y agropecuaria. En cambio, las tendencias del Centro-Este a extenderse hacia
el sur no cristalizaron, ni siquiera con la dominación colonial, durante la cual
se consolidó la diferenciación socioespacial definitiva entre la región central
que nos ocupa y los nortes, tanto como con el sur (Bassols, 1992:134-135).
A pesar de las diferencias entre uno y otro enfoques, Bassols coincidía con
Bataillon en la inexistencia de un sistema urbano similar a los que se encontra-
ban en Europa o en Norteamérica. En nuestros países, decía Bassols, el terri-
torio está “mal organizado”, los sistemas urbanos son “débiles” o con un “bajo
grado de integración”. En su lugar, aceptaba, más como evidencia empírica,
ciertas “áreas de influencia” de la aglomeración de la Ciudad de México, en
el territorio que hoy denominamos como “corona regional”. También advertía
que, en el caso de las capitales federales, la ciudad central tiene una función
polarizadora “madura”, por lo que concluye, citando a Milton Santos, que “…
que entre ciudad y región, en el subdesarrollo, existe –paradójicamente–, una
(...) más fuerte solidaridad que la existente entre capitales regionales y su tras-
país en el mundo industrializado” (Ibid.: 440).
Entonces, a fines de los años setenta apareció el libro de Unikel, Ruiz y
Garza El desarrollo urbano de México, uno de los más relevantes realizados en
el país en el campo de la ciencia regional. En él se presentó un diagnóstico
14 . Javier Delgado
las grandes regiones en los últimos 50 años, frente a una incipiente ganancia
de población y actividades en el norte y su disminución constante en el sur y
centro consolidado.
Sánchez Almaza (2002) presenta una original medición de la centrali-
dad de la Ciudad de México a partir de los flujos telefónicos entre pares de
ciudades en 1990 –de lo cual se habla mucho pero casi nunca con el respaldo
estadístico correspondiente–, así como de los flujos de carga y pasajeros. En
relación con las llamadas telefónicas, nuestra ciudad absorbe o emite 26% de
ellas y visto como promedio normalizado –del PIB producido, población y lla-
madas–, en nueve de las 11 ciudades de la región centro que Adolfo Sánchez
presenta –todas ellas dentro de la corona regional–, el porcentaje llega a 42.7.
Poco después, Adrián Guillermo Aguilar (2003) publicó un nuevo texto
sobre la región centro como parte de un proyecto de grupo. Ahí se abordan
nuevas formas de explicar el proceso que nos ocupa, además de la reestruc-
turación demográfica y económica. Así, para ejemplificar el proceso de dis-
persión industrial y los flujos de inversión extranjera, Aguilar y Santos (2003)
presentan el caso de la industria metal mecánica en Querétaro y San Juan del
Río, y el de la maquila textil en Tehuacán. El deterioro de las condiciones la-
borales y el aumento del empleo de baja calificación sobre todo de industria y
servicios regionales, es ofrecido por Ludgar Brenner (2003). Chías y Martínez
(2003) se encargan de mostrar cómo la infraestructura y los servicios regiona-
les de transporte se han orientado a satisfacer la demanda externa a la región
en detrimento de su propia estructuración interna. La síntesis ofrecida en el
libro como recomendaciones de política para el ordenamiento territorial tanto
como la presentación, rica en revisiones bibliográficas, son particularmente
interesantes, ya que, incluso, es poco frecuente proponer soluciones a los pro-
blemas estudiados aun cuando ello se haga en términos generales.
En 2005 Manuel Perló y Arsenio González publican el quinto libro que
vale la pena considerar dentro de la producción académica “sobre” la Región
Centro, aun cuando el termino no esté enunciado en su título y se aluda a
ella en forma limitada. En efecto, el texto ofrece un sólido abordaje regional
del aprovechamiento del agua por la Ciudad de México: primero, al conside-
rar como una sola unidad (“región hidropolitana” la llaman lo autores) a las
cuatro cuencas hidrológicas que los sistemas de abasto y desalojo de agua han
unificado funcionalmente; segundo, por el análisis de los actores sociales invo-
lucrados en los conflictos generados por ese funcionamiento, los movimientos
locales de resistencia y el trastrocamiento de los marcos jurídicos que norman
su gestión; y tercero, por la revisión crítica del uso político de un discurso am-
La Ciudad de México . 17
Bibliografía
Se da cuenta aquí de la dinámica de las ciudades que forman una corona de-
pendiente directamente de la capital mexicana, la cual se ha convertido ya
en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM).2 Para ello, cabe
recordar algunos hechos de los años cincuenta que no siempre están en la me-
moria, en tanto los cambios se han multiplicado durante estos decenios.
Hacia 1950 la dimensión metropolitana de la Ciudad de México propia-
mente dicha, apenas surgía, los límites de la ciudad eran los mismos que los
del Distrito Federal y, por ende, tenían la misma población: 1.7 millones de
habitantes, además de que algunos miles todavía “no urbanizados”, caso los
mismos que habitaban el Estado de México (Figura 1). Localidades como
Coyoacán o Azcapotzalco todavía no se habían conurbado al centro. Sin em-
bargo, a partir de los años ochenta, la Ciudad de México se ha convertido en
una nebulosa sin límites precisos que, probablemente, rebase ya los 20 millones
de habitantes, sin que ninguna autoridad se preocupe por establecer de forma
precisa los municipios de nueva incorporación, no acordar formas eficaces de
coordinación administrativa entre esos municipios y los estados involucrados.
Como a partir de dicha década, la expansión urbana ha sido menor, proba-
blemente eso explique esa falta de interés, mientras que la multiplicidad de zonas
construidas separadas del conglomerado principal (sobre todo al norte y noreste
del área urbana), vuelve a esa posible delimitación cada vez más incierta.
De las ciudades de la corona, en los años cincuenta, sólo la de Puebla tenía
alguna importancia. Si bien dejó de ser la tercera ciudad del país (desplazada
por Monterrey), todavía podía ser considerada como una “ciudad noble”, al
1 Título original del texto, escrito en 1997, “Couronne urbaine: autour de la ZMCM”,
N
Figura 1. Situación demo-
W E gráfica 1950.
Querétaro S
Pachuca
Cd. de México
Toluca
Puebla
Cuernavaca
0 25 50 km
Un millón de habitantes
N
Figura 2. Principios de mo-
W E dernización fuera de la ZMCM
Querétaro S 1960.
Pachuca
Cd. Sahagún
Lerma
Puebla
Cuernavaca
0 25 50 km
Un millón de habitantes
Industrias nuevas
Autopistas
partir de los años ochenta, la simple lectura de los innumerables trabajos sobre
la capital y su corona podría ocupar a un investigador de tiempo completo, a
medida que se conocen nuevas publcaciones. No obstante, todavía es difícil
encontrar publicaciones sobre la especificidad de los conjuntos urbanos de esta
corona de ciudades alrededor de la Ciudad de México, en cuanto a problemas
de urbanismo, economía y marginalidad social y, sobre todo, de las relaciones
entre ellas mismas y entre éstas y la propia ZMCM.3
Antiguas hipótesis
3 Una parte de las informaciones e ideas sobre este aspecto vienen de una conversación
con María Eugenia Negrete Salas, investigadora del CEDU del Colegio de México, y de
lecturas de textos que ella ha escrito para una tesis de doctorado en curso de redacción
sobre esta corona urbana; por otro lado, un primer texto, a consideración preliminar de
este escrito, ha sido propuesta en 1997 en una reunión sobre la ZMCM organizada en el
Palacio de Minería.
Corona urbana alrededor de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México . 27
N
Figura 3. Situación demo-
W E gráfica 1990.
Querétaro S
Pachuca
Toluca
Cd. de México
Puebla
Cuernavaca
0 25 50 km
Un millón de habitantes
Urbanización dispersa
El análisis efectuado de los años sesenta no era una aplicación ingenua y di-
recta de estas teorías, que al final se aplicaban mal al territorio estudiado. La
jerarquía de los lugares centrales, según Christaller, había sido concebida para
un territorio (el de Alemania del sur) poblado por un grupo humano igual-
mente denso y provisto de vías de comunicación en todo su territorio, sin to-
mar en cuenta las especificidades políticas que favorecen uno o varios lugares.
La Ciudad de México tenía ventajas socioeconómicas excepcionales por su pa-
pel como capital nacional, reforzado por un estatus internacional privilegiado,
la red de comunicaciones se oponía a algunas ciudades servidas por carreteras
revestidas o brechas; los contrastes del nivel de vida oponían a la gente del
campo y de las ciudades pequeñas frente a las clases medias de la Capital y a los
obreros de fábricas modernas. Esto no ha impedido reparar en las actividades
de comercio y de servicios o de algunas líneas de modernidad emergentes, en
relación con un tejido tradicional, sobre todo destinado a los pobres. Retome-
mos estas descripciones a la luz de este medio siglo de evolución.
Comercio al menudeo. Esta actividad diseminada por todos lados no ha
dejado de diversificarse en todas las localidades alrededor de la capital mexi-
cana. Cabe subrayar que en los años sesenta la característica de la “tradición”,
los días de plaza o mercados semanales de los pueblos, lejos de desaparecer,
se ha desarrollado y transformado enormentemente. Aquello que permitía los
intercambios necesarios a los pobres del mundo rural se ha convertido en un
comercio festivo, ruidoso, musical. Más que los alimentos, se venden cada vez
más las vestimentas y los electrodomésticos: son centenares de “lagunillas”
que viven por todos lados. Antes de la gran apertura económica posterior a
1982, el carácter “informal” de estos comercios permitía vender los innume-
rables bienes de consumo importados ilegalmente sin pagar impuestos. Pero
los días de plaza han sobrevivido a la desaparición de la fayuca: el comercio
informal continúa barato y se dispersa por todos lados.
En los años sesenta aparecen las primeras tiendas CONASUPO; éstas re-
presentaban pequeños “super” que vendían un pequeño número de bienes
de consumo básico, sobre todo en alimentos, a precios subsidiados, primero
en las grandes ciudades, luego en los pueblos. El clímax de este comercio
modernizado para los pobres se alcanzó hacia el período 1975-85, luego las
subvenciones públicas disminuyeron y poco después desaparecieron. Pero el
comercio privado ha tomado el relevo y se adaptó a esta modernización; pe-
queños “super” localizados, en principio, en las proximidades de los zócalos
Corona urbana alrededor de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México . 29
N
Figura 4. Comercio al ma-
W E yoreo, década de 1950.
Querétaro S
Pachuca
Cuernavaca Puebla
0 25 50 km
Un millón de habitantes
N
Figura 5. Comercio mayo-
W E reo, década de 1990.
S
Querétaro
Pachuca
ZM de la
Cd. de México
Toluca
Cuernavaca Puebla
Flujos internacionales
0 25 50 km (USA, ASIA)
tamente, la recepción directa no capta más que unos canales nacionales y uno
o dos que transmiten desde las ciudades de la corona: un mercado publicitario
permanece entonces entre sus manos, pero éste es muy modesto en compara-
ción con aquél que pasa por los grandes canales nacionales y extranjeros que
se reciben vía satélite: la parabólica y el cable son accesibles igual a nivel de las
clases medias bajas, si no es que más abajo.
Así, de esta manera, la jerarquía de servicios que pasan por las ciudades
de la corona, consideradas como lugares centrales, se ha borrado mayormente
por un consumo cada vez más banalizado.
Se verá que otros servicios, casi totalmente ausentes en las ciudades desde
hace medio siglo, ahora han aparecido y tienen un poder discriminante im-
portante: la enseñanza superior en particular.
más que por pequeños grupos donde el discurso era bastante vehemente y muy
complicado para entrar a un análisis regional a mediano plazo.
Es sólo a medida que se desarrollan nuevas élites locales a partir de los
años setenta que las diferencias de estilos socio-políticos regionales se hacen
perceptibles. En estos mismos años se darían a conocer estudios locales (de
historia, antropología, sociología) que precisamente interrogan la memoria
de las élites locales sobre su propio pasado, de esta forma revalorizado, pero
que examinan también cada vez más las relaciones de poder en el presente. La
toma de conciencia de esta diferenciación reemplaza este diálogo entre élites
locales y la investigación social acerca de lo local.
Para las ciudades de la corona y sus territorios, esta toma de conciencia
es más tardía que en el norte de México que reivindica su modernidad, en el
oeste que frente al PRI reivindica su catolicismo a través de la guerra cristera o
en los territorios del sur y sureste mexicano, donde los antropólogos ponen al
día los particularismos ligados a los mundos indígenas. Es que la política de
las ciudades de la corona no puede comprenderse en sí misma, sino solamente
en el tipo de relaciones establecidas entre un poder omnipresente, que es a la
vez Distrito Federal y Gobierno Federal. Por el contrario, las relaciones con el
extranjero (es decir, los Estados Unidos) son aquí más débiles que en el resto
del país.
Las diferentes ciudades de la corona han debido jugar principalmen-
te dos cartas para su desarrollo y ambas dependen, en los años cincuenta
y setenta de la capital nacional: por un lado estas ciudades pueden atraer
industrias como ya se ha subrayado. Al principio, esto está en relación di-
recta con el mercado de consumo de las clases medias de la ZMCM en ple-
no crecimiento. Desde los años ochenta, es cada vez más para un mercado
internacional. Por otro lado, estas ciudades pueden atraer habitantes de la
zona metropolitana para actividades temporales de turismo y vacaciones que
pueden transformarse eventualmente en residencia permanente primero para
los jubilados, luego cada vez más por familias que tienen una actividad pro-
fesional en la ZMCM, y que, además, de vez en cuando practican un empleo
descentralizado desde aquellas ciudades. Es para los dos tipos de actividad,
descentralización industrial y actividades ligadas al turismo y a la calidad del
medio ambiente, que las ciudades de la corona se diferencían cada vez más,
según las oportunidades asociadas a actitudes políticas en las que también
divergen ampliamente.
Cabe recordar que no se examinó aquí el fenómeno de la expansión de
la mancha urbana de la ZMCM como tal: es fundamental para el Estado
34 . Claude Bataillon
Los lugares
N
Figura 6. Relación capital
W E estatal / Poder Federal, dé-
Querétaro S cada de 1990.
Pachuca
ZM de la
Cd. de México
Toluca
Puebla
Cuernavaca
0 25 50 km Autonomía respecto
al poder federal
Dependencia respecto
al poder federal
Capacidades de negociación Un millón de habitantes
respecto al poder federal
pulco no era todavía de fácil acceso. Los siguientes decenios ven desarrollarse
un turismo de fin de semana que alcanza a todas las localidades del estado de
Morelos. Tras las clases acomodadas acude la clase media, y luego las clases po-
pulares. Pero Cuernavaca tiene una proporción de fraccionamientos y colonias
de alto nivel mucho más elevada que otras localidades morelenses.
Durante la evolución de los años ochenta y noventa, muchas casas de fin
de semana se transforman en residencia permanente: para los jubilados en un
principio, luego para las familias donde los adultos tienen un empleo lo bas-
tante flexible en el D.F. para sólo ir ciertos días a ciertas horas (consultores,
investigadores); y, por último, para cuadros profesionales donde las empresas
han creado anexos o sucursales en Cuernavaca. Centros de investigación de-
pendientes de la UNAM (biología, ciencias humanas) son también un ejemplo
significativo. Paralelamente, la Universidad Autónoma del Estado de More-
los, muy limitada hasta los años setenta, se desarrolla también.
Desde los años sesenta la zona industrial de Cuernavaca ha recibido in-
dustrias modernas (particularmente automotrices). Por el contrario, ni en
Cuernavaca ni en el resto de las localidades morelenses hay un crecimiento
industrial, es probable que el turismo sea la prioridad; los terrenos son costo-
sos y el agua se destina cada vez más a las piscinas, las cuales entran en franca
competencia con la agricultura de riego. Los usuarios del turismo y del hábitat
de nivel elevado desean evitar la contaminación atmosférica relacionada con
empresas industriales, de lo cual justamente creen librarse dejando la ZMCM.
Además, Cuernavaca y numerosas localidades morelenses se convirtieron
en una suerte de anexos directos de la ZMCM, sin gran poder de iniciativa lo-
cal. Sin duda, los votos en 1997 a favor del PRD en todo Morelos (salvo la capi-
tal que quedó con el PRI), se deben interpretar más como un comportamiento
de capitalinos avecindados que como una tradición de protestas zapatistas.
Toluca. Como el Estado de México, es el “doble” del D.F. Paradójica-
mente es una segunda capital de la ZMCM, situada fuera de ésta. Contrario a
lo que sucede con Puebla, segunda ciudad fundamental del sistema colonial,
Toluca no era más que una pequeña localidad sin prestigio cuando el gobier-
no federal separó al D.F. del Estado de México. Si el país había adoptado la
solución “hiperfederal” de los Estados Unidos de América, el Distrito Federal
debió instaurarse en Toluca o en otro lugar, a un costado de la gran ciudad,
como Washington se fundó a 50 kilómetros de Baltimore y 180 de Filadelfia;
las dos metrópolis portuarias anteriores a la explosión urbana de Nueva York.
Al contrario, la federación mexicana conserva la metrópolis colonial como
capital federal y duda, al dotar de una capital al Estado de México, entre va-
Corona urbana alrededor de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México . 37
rias pequeñas localidades del Valle de México, antes de elegir Toluca un poco
más alejada (50 km), en el corazón de otro valle muy poblado, y en posición
para servir al norte, oeste y este del nuevo estado. Este papel político, desde
1830 (tres años después del nacimiento del Estado de México), no ha dado a
la ciudad un gran prestigio; ésta no se convierte en sede episcopal hasta 1950.
Toluca tiene, desde 1830, un Instituto Científico y Literario del Estado de
México que reúne desde el siglo XIX diversos intelectuales modernistas, pero
no es sino hasta los años setenta que la Universidad heredada de este Instituto
alcanza una mayor dimensión, pero sin competir con las universidades cerca-
nas a la ZMCM.
Cuando el ferrocarril une a Toluca con la Ciudad de México, a finales del
siglo XIX, varias industrias modernas (cervecerías y textiles) se desarrollan,
pero este dinamismo es interrumpido por más de medio siglo de concentra-
ción industrial en beneficio del D.F. y de su zona metropolitana. A mediados
de los sesenta, Toluca se mantiene marcada por su mercado (día de plaza) que
atrae, en todas las calles del centro, una actividad comercial destinada a las
numerosas poblaciones rurales pobres del Valle de Toluca, lo que la vuelve una
ciudad descuidada, con bloqueos de circulación y provista de monumentos pú-
blicos inacabados. No es sino hasta los años setenta que se instala un mercado
moderno muy grande a orillas del periférico (Paseo Tollocan), a un costado de
la Central camionera. Este sistema de comercio y de transporte asegura los
servicios necesarios a un millón de rurales pobres. Es posible ahora hacer una
limpieza general del centro, donde los monumentos son al fin terminados, el
mercado cubierto, edificio metálico de fines del siglo XIX, es simbólicamente
transformado en invernadero y decorado con vitrales.
Es desde los años setenta que Toluca se convierte en una gran ciudad con
funciones más complejas. Ella está provista, en Lerma, de la más importante
zona de industrias modernas en la proximidad de la ZMCM (automotriz, quí-
mica, mecánica). Pero empresas industriales más pequeñas o actividades ar-
tesanales son recibidas también en numerosos pueblos del sur y este del Valle
de Toluca, lo que ha creado una urbanización dispersa que forma parte de la
zona suburbana de la ZMCM, separada sólo por la barrera montañosa donde
los bosques son protegidos, interrumpiendo la urbanización únicamente por
unos 20 km de longitud.
Pero, sobre todo, Toluca es la capital política que administra la mitad de
la ZMCM, sus clases medias (al norte y noroeste de la mancha urbana), sus
industrias (al noroeste y noreste), sus poblaciones pobres (al noreste y sureste).
Una ciudad de menos de medio millón de habitantes gobierna una nebulosa
38 . Claude Bataillon
Este desarrollo reciente, comparable al del este del Valle de Toluca, tiene
por consecuencia la multiplicación de nuevos municipios donde las cabeceras
son pequeños centros en estas semillas de pueblos que forman cada vez más
un tejido casi totalmente urbanizado entre Puebla y Apizaco a lo largo de casi
50 km.
Querétaro. A más de 200 km de la ZMCM, es la otra ciudad incorporada
al sistema de satélites de la capital mexicana desde 1960, cuando la “nueva ruta
panamericana” por San Luis Potosí destrona al antiguo itinerario por Pachu-
ca, Tamazunchale y Valles. Hasta esta fecha, Querétaro pertenecía a la familia
de las apacibles ciudades del sistema minero colonial: una zona de agricultura
irrigada y de cría de animales para alimentar a los trabajadores de las minas
cercanas y el esplendor de los palacios de aquellos que han hecho fortunas o de
iglesias que estos últimos hicieron edificar para agradecer su oportunidad con
Dios y el obispado. Muy parecidas son también San Luis Potosí, las ciudades
del estado de Guanajuato, o Zacatecas. Ciudad tradicional hace un medio
siglo, Querétaro es la ciudad más antigua de la corona en recibir a partir de
1960 nuevas industrias (Singer en particular), sobre la autopista más moderna
del país, conectada directamente con Texas.
No es hasta los años ochenta, a medida que los chilangos van a distraerse
más lejos, que el turismo de fin de semana le da a la ciudad un estilo similar al
de Cuernavaca. Los balnearios vecinos se desarrollan, en los edificios colonia-
les restaurados nacen hoteles de lujo, completados por otros de estilo “neoco-
lonial”, mientras que el público intelectual descentralizado desde la ZMCM...
o desde que Estados Unidos se instala aquí, como en San Miguel de Allende.
La universidad se desarrolla también con carreras de calidad, mientras que
diversos bancos nacionales instalan aquí sus servicios de gestión informática.
Pero la distancia, a pesar de una renovación parcial de la vía férrea, se
mantiene muy fuerte para que las conexiones con la ZMCM sean tan diver-
sificadas como en las otras ciudades de la corona. Como otras ciudades de
Guanajuato o del oeste mexicano, la de Querétaro está gobernada por el PAN.
Se puede remarcar que San Juan del Río, 60 km más cerca con respecto a la
ZMCM por el mismo eje, ha conocido sólo un desarrollo modesto: una ocasión
más para subrayar que una capital de Estado, sostenida por su gobernador,
tiene un poder incomparablemente más fuerte que un simple municipio, para
atraer las inversiones y los cuadros de alto nivel.
De esta forma, nuestra corona de ciudades está lejos de responder al es-
quema “regional” clásico. El conjunto de seis estados, donde son capitales las
cinco ciudades que se han examinado no forma de ninguna manera un territo-
Corona urbana alrededor de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México . 41
Bibliografía
Carlos Galindo
Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM),
Universidad Nacional Autónoma de México.
Mauricio Ricárdez
Posgrado en Urbanismo, Instituto de Geografía,
Universidad Nacional Autónoma de México.
Presentación
3 Al parecer los flujos commuter desde ciudades pequeñas y las metrópolis de la región son
aún muy limitados (Galindo, 2006). Por otro lado, los efectos previsibles de las nuevas
tecnologías previstas para la Región Centro, podrían provocar una “contracción” mayor
de esos flujos dentro de la Cuenca de México al favorecer los flujos transregionales (por
ejemplo, a Guadalajara), si no se acompañan de trenes suburbanos o de cercanías Villa-
señor et al., 2006.
48 . Javier Delgado, Carlos Galindo y Mauricio Ricárdez
i) La mayoría (90%) de los municipios con valores altos y muy altos del
ICUR se encuentran dentro de la corona regional, en un radio de 100 km
y sólo 8% de ellos se ubican entre los 100 y 120 km, pero son también
lugares centrales importantes como la región metropolitana de Puebla-
Tlaxcala y Tulancingo en el estado de Hidalgo (Cuadro 3).
ii) Otros tres municipios con un rango alto (2% del total), Zacaulipan
en Hidalgo, Teziutlán y Tehuacán en Puebla, están más allá de los
120 km, pero a lo largo de rutas transregionales, lo que podría explicar
su incipiente consolidación, aparentemente lejos del centro.
iii) En el otro extremo, en la periferia regional se encuentra la mayoría
(87%) de municipios con los valores más bajos de ICUR, pero que re-
presentan casi la mitad regional (43%), mientras que sólo 35 munici-
pios de la periferia (13%) alcanzan valores altos y medios.
dinámica de expansión del proceso) y el de sectores o núcleos múltiples (que mide la dife-
renciación de los contornos), no son modelos “alternativos” (uno es “mejor” que el otro),
sino complementarios, ya que se refieren a aspectos distintos del proceso. Ambos son
necesarios al mismo tiempo.
Cuadro 2. Resumen de los valores totales de cada variable por rango del valor del Índice de Consolidación Urbano Regional
(ICUR) 2000
ICUR 2000 Núm. de Población PEA no Distancia Nivel de PEA con alta PEA con baja Inmigrantes
municipios 2000 (%) agrícola (%) al centro urbanización calificación calificación (%)
(km) con (%) en el empleo en el empleo
fricción (%) (%)
de relieve
Muy Alto 36 60.2 99 31.8 94.3 19.7 51.8 74
Alto 76 15.1 91 77.1 52.7 9 48.9 15.1
Medio 147 12.2 76 104.7 7.8 5.4 60 6.7
Bajo 172 8.4 54 158.3 1.5 2.7 69.8 3.1
Muy Bajo 101 4.1 26 217.8 0 1.4 87.3 1.1
Fuente: elaboración propia con base en INEGI, 2001.
La difusión de la urbanización o cómo superar la dicotomía rural-urbana . 49
50 . Javier Delgado, Carlos Galindo y Mauricio Ricárdez
Cuadro 3. Resumen de población y municipios con contorno regional y valor del ICUR
2000 (habitantes en miles)
tificada lleva al sistema urbano regional hacia una distribución mejor reparti-
da en el territorio. Empecemos con la dispersión rural.
5 Una parte muy desigual, pues esa característica ha sido utilizada como justificación de
los bajos niveles de servicios públicos con que generalmente cuentan estos lugares. “Espe-
ren a ser urbanos (a tener el “umbral”), y entonces tendrán derecho a sus servicios”. Con
nuestro enfoque, es posible una nueva lectura de la segregación socio-espacial, lo cual no
ha sido abordado por nuestro grupo.
6 El índice de dispersión de Demangeon se calcula de acuerdo con la siguiente fórmula:
puesto de que, a mayor valor del índice es mayor la dispersión y menos urbano,
y viceversa, a menor valor del índice, menor dispersión y más urbano.
En el caso de la Región Centro, los valores muy alto, alto y medio (que
bajo el enfoque convencional serían los “más rurales”, es decir, “más disper-
sos”, representan la quinta parte (21.4% o 6.7 millones de personas) de la
población regional, de los cuales la mitad (10%) está en la corona regional en vez
de la periferia como cabría esperar bajo el enfoque tradicional (Cuadro 4).
Adicionalmente, un pequeño porcentaje (2.8%) de 16 municipios con
alta dispersión, esto es, supuestamente “muy rurales”, paradójicamente está
“dentro” de la ZMVM, lo que avala la preocupación de Connolly y Cruz
respecto a la importancia de esta población considerada sin más, como “me-
tropolitana“ (son 886 mil personas, una cantidad nada despreciable). En el
otro extremo geográfico y social, la mayor parte (55.5%) de la población
menos dispersa o más urbana está dentro de la ZMVM (consistente con el
modelo centro-periferia), pero ese mismo tipo de población llega a 16.7%
en la corona y a 27.8% en la periferia, lo que ya no es tan consistente con
aquel esquema.
El siguiente paso es saber si los pobladores rurales viven en localidades
pequeñas, como se afirma en el esquema dicotómico. Para ello se reagrupó la
base de datos anterior, ahora por rango de población, de acuerdo con su índi-
ce de dispersión (Cuadro 5). De este análisis se puede deducir que el supuesto
de que la población rural habita principalmente en localidades pequeñas es, al
menos, impreciso:
Huamantla
Continuación cuadro 7
Servicios 19 Actopan, Huejutla de 546.9 191.9 13.1 46.1 128.4 6.2 24.1 67.3
predominante Reyes, Ixmiquilpan,
Progreso, Ciudad
Sahagún, Tula de
Allende, Atlacomulco
de Fabela, Capulhuac
de Mirafuentes,
Ixtapán de la
Sal, Tejupilco de
Hidalgo, Santiago
Tianguistenco, Valle de
Bravo, Jojutla, Atlixco,
Huauchinango,
Izucar de Matamoros,
Tecamachalco,
Tepeaca, Zacatlán.
Subtotal 43 1 151.5 405.4 41.2 118.2 236.9 17.2 30.1 50.9
60 . Javier Delgado, Carlos Galindo y Mauricio Ricárdez
ciudades
pequeñas
Subtotal 11 23 939.4 9 086.5 196.4 2 535.7 6 033.7 7.5 34.0 56.1
Zonas
metropolitanas
Total 54 25 091.0 9 491.8 237.6 2 653.9 6 270.6 12 32 53
Fuente: INEGI, 2001.
Cuadro 8. Especialización económica en zonas metropolitanas, Región Centro, 2000
9 Los cuatro subsectores económicos más dinámicos de la región, de los cuales dos están
i) La primera, la ASP del Valle del Río Necaxa que tiene a Tulancingo
como lugar central, cuatro ciudades pequeñas especializadas (126 mil
pobladores en total) y diez municipios “rurales” con medio millón de
habitantes, con una distancia promedio al centro de 53 km.
ii) La segunda ASP del Valle del Mezquital con centro en Mixquihuala y
cinco ciudades pequeñas (123 mil personas en conjunto) y 12 munici-
pios con 490 mil personas a 50.4 km de distancia promedio al centro.
iii) La tercera, la ASP del Valle de Tepeca cuyo lugar central fuerte es la aglo-
meración de Puebla-Tlaxcala que agrupa a otras cinco ciudades (120
mil personas) y nueve municipios con 300 mil pobladores y 60.4 km al
centro (Cuadro 9 y Figura 3).
Zacatlán Tula
Tepeji
Tecamachalco
Especialización de ciudades
Diversificación
Hasta ahora los datos expuestos parecen sustentar con cierta certeza que es-
tamos frente a un proceso de urbanización difusa en un radio de aproxima-
damente 100 km alrededor de la Ciudad de México en la que coexisten diná-
micas que pueden ser atribuidas a factores “urbanos” (a través del concepto de
“corona regional”) tanto como “rurales”.
Para averiguar las características de la distribución territorial que adopta
un sistema urbano regional, el índice de Clark-Davies (Rn) es útil para deter-
minar las regularidades en cuanto a la distribución que adoptan las ciudades
La difusión de la urbanización o cómo superar la dicotomía rural-urbana . 67
R n = 0 R n =1 R n = 2.15
Pachuca Pachuca
Pachuca Tulancingo Tulancingo
112.4 km Pachuca 112.4 km 45.4 km 45.4 km
Ciudad de Ciudad de Ciudad de
México México México Apizaco
59.5 km 99.5 km 99.5 km
Ciudad de 53.8 km
161.8 km Toluca Toluca Toluca
México 35.3 km Puebla 35.3 km Puebla 85.9 km 35.3 km Puebla
129.1 km 85.9 km 129.1 km 129.1 km
Atlixco Cuernavaca Atlixco Cuernavaca Atlixco
Toluca 39.3 km
Izúcar Tehuacán
Puebla Tehuacán Tehuacán
2
Rn = 2 x d √ (N/S) Rn = 2 x 129.1 √ (6/86721 km ) Rn = 2 x 70.2 √ (8/86721 km2) Rn = 2 x 65.5 √ (10/86721 km2)
Rn = 2 x 118.3 √ (4/86721 km2) Rn = 1.42 Rn = 1.35 Rn = 1.41
Rn = 1.61
Figura 4. Índice Clark-Davies (Rn) para localidades de más de 15 mil habitantes en la Región Centro de México. 1930-2000.
La difusión de la urbanización o cómo superar la dicotomía rural-urbana . 69
Conclusiones
1. En particular, hay que subrayar que los lugares centrales –zonas me-
tropolitanas, centros urbanos–, siguen siendo los principales organi-
zadores del hinterland que les rodea. En el caso de México, asistimos a
una difusión urbana en un amplio espacio periurbano que alcanza no
sólo a ciudades medias y pequeñas, sino también –rasgo inédito en la
historia urbana nacional–, a un numeroso grupo de municipalidades
rurales, que prefiguran futuros espacios de la urbanización.
2. Estos racimos de municipios rurales en donde se han identificado in-
dicios de una industrialización incipiente, tienen como características
principales: i) consolidarse alrededor de otros centros urbanos peque-
ños, pero que alcanzan ya una especialización económica particular;
La difusión de la urbanización o cómo superar la dicotomía rural-urbana . 71
Agradecimientos
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des ciudades. Dinámicas recientes en México y otros países, Instituto de Geografía,
CONACYT, CRIM, Porrúa, México, pp. 445-473.
72 . Javier Delgado, Carlos Galindo y Mauricio Ricárdez
Estas aportaciones no han podido dilucidar cuál de los tres tipos de eco-
nomías de aglomeración son más importantes. Existe consenso en que las
Diversidad y especialización económica en el subsistema de ciudades de la Región Centro . 79
1 Esta delimitación de RCP aparece en Bassols (1986) y Unikel et al. (1978). El Programa
Nacional de Desarrollo Urbano, 2001-2006 no incluye a Querétaro dentro de la Región
Centro. Sin embargo, el desarrollo industrial de sus dos principales localidades –las zonas
metropolitanas de Querétaro y San Juan del Río– ha estado muy vinculado con el creci-
miento económico de la Ciudad de México, por lo que existe una interrelación muy estre-
cha entre dichas localidades, aspecto que refuerza la tendencia a considerar a las ciudades
queretanas como más integradas al sistema de ciudades de la Región Centro del país.
2 Una estimación realizada por quien elabora este documento encontró que la expulsión
neta de población del área urbana de la Ciudad de México entre 1980 y 1990 fue de
432 287 habitantes (Sobrino, 1996:115).
82 . Luis Jaime Sobrino
Por otro lado, las seis entidades restantes de la región obtuvieron una
TCPA superior al promedio nacional. El menor ritmo demográfico de la RCP
respecto al país en la década de los ochenta se atribuye, entonces, exclusi-
vamente a los movimientos migratorios del Distrito Federal, mientras que
el resto de las entidades federativas observaron un crecimiento poblacional
significativo, al tiempo de fungir como destino de una buena parte de los mi-
grantes de la capital del país.
Los cambios observados en el patrón de distribución regional de la pobla-
ción en los ochenta se mantuvieron durante los noventa, aunque con algunos
matices. Como se mencionó anteriormente, la TCPA de la RCP durante este
período superó a la nacional; el Distrito Federal tuvo ahora un incremento
absoluto en su población; Hidalgo, Puebla, Querétaro y Tlaxcala redujeron su
ritmo de crecimiento, quedando incluso el primero por abajo del crecimiento
nacional relativo, en tanto que los estados de México y Morelos aumentaron
su tasa con respecto a la década anterior.3 Lo interesante a resaltar aquí es que
la dinámica poblacional conjunta de las entidades federativas integrantes de la
RCP durante la década 1990-2000 fue, otra vez, superior a la experimentada
por el país en su conjunto, lo que repercutió en un aumento en su concentra-
3Sin embargo, el saldo neto migratorio del área urbana de la Ciudad de México en este
período siguió siendo negativo, según cálculos propios, pero ahora por una cantidad de
121 165 habitantes.
Diversidad y especialización económica en el subsistema de ciudades de la Región Centro . 83
Cuadro 2. Región Centro: producto interno bruto, 1980-1998 (en millones de pesos
de 1993)
6 Esto se puede comprobar con el uso de información proporcionada por las encuestas de
ingreso-gasto de los hogares elaboradas por el INEGI.
86 . Luis Jaime Sobrino
Puebla con 41 y San Martín Texmelucan con 30. Desde el punto de vista de
los municipios en donde se asientan las localidades censales pertenecientes a las
áreas urbanizadas, la Ciudad de México nuevamente abarca la mayor cantidad
de células político-administrativas con 58 (16 de las cuales corresponden a
las delegaciones del Distrito Federal), quedando muy abajo Puebla con 19, Tolu-
ca con 12 y San Martín Texmelucan y Tlaxcala con nueve (Cuadro 4).
Entre 1980 y 2000, la dinámica demográfica conjunta de estas 20 áreas
urbanizadas fue ligeramente superior a la del país en su conjunto, por lo que
su participación poblacional, o concentración demográfica, se elevó de 24.6%
en 1980 a 24.9% en 2000. Prácticamente todas las áreas urbanizadas tuvieron
un ritmo de crecimiento por arriba del ocurrido en el contexto nacional, salvo
la Ciudad de México y Amecameca (Cuadro 4). El hecho de que la Ciudad
de México, el nodo jerárquico del sistema urbano nacional, haya crecido por
abajo de la tasa de crecimiento poblacional del país como un todo, habla de
una segunda etapa en el ciclo del desarrollo urbano nacional, caracterizado
por una polarización regresiva en los niveles de concentración, gracias a la
actuación de fuerzas centrípetas y centrífugas (Geyer y Kontuly, 1993); las
fuerzas centrípetas se comprueban con el significativo ritmo de crecimiento
poblacional de algunas de las áreas urbanizadas de la RCP como San Juan del
Río, Tehuacán, Querétaro y Toluca, en tanto que las fuerzas centrífugas se
perciben con el cambio en los niveles de participación demográfica de otros
subsistemas del país, como los de la Frontera Norte y el Sureste.
En términos absolutos, entre 1980 y 2000 la población del país se incre-
mentó en 31.2 millones de habitantes, de los cuales 7.9 se ubicaron en las 20
áreas urbanizadas de la RCP y 4.4 millones en la Ciudad de México. Si bien es
cierto que esta ciudad mostró un ritmo de crecimiento inferior al experimen-
tado por el país en su conjunto, no se debe perder la perspectiva absoluta, ya
que dicho crecimiento fue 1.2 veces superior al volumen de población del área
urbanizada de Guadalajara en 2000, la segunda metrópoli más poblada del
país; en otras palabras, el crecimiento absoluto de la Ciudad de México entre
1980 y 2000 fue mayor que toda la población existente en la segunda área
urbanizada del país en 2000.
Cambio en el personal
1980 1998
Grupo 1980-1998
Personal Porcentaje Personal Porcentaje Absoluto Relativo
Total 4 618 485 100.00 11 802 307 100.00 7 183 822 155.54
31 Alimentos, bebidas y tabaco 426 047 9.22 791 297 6.70 365 250 85.73
32 Textil, vestido y calzado 355 155 7.69 894 005 7.57 538 850 151.72
33 Madera y sus productos 89 980 1.95 213 998 1.81 124 018 137.83
34 Papel, imprenta y editoriales 117 609 2.55 222 609 1.89 105 000 89.28
35 Química, hule y plástico 232 806 5.04 411 310 3.48 178 504 76.67
36 Minerales no metálicos 115 679 2.50 200 643 1.70 84 964 73.45
37 Metálica básica 97 284 2.11 44 981 0.38 -52 303 -53.76
38 Metálicos, maquinaria y equipo 639 550 13.85 1 318 808 11.17 679 258 106.21
39 Otras industrias manufactureras 34 989 0.76 66 126 0.56 31 137 88.99
61 Comercio no alimenticio al mayoreo 150 258 3.25 536 824 4.55 386 566 257.27
62 Comercio alimenticio al mayoreo 141 273 3.06 334 390 2.83 193 117 136.70
63 Supermercados y tiendas de departamentos 127 420 2.76 354 157 3.00 226 737 177.94
64 Comercio alimenticio al menudeo 538 593 11.66 1 183 749 10.03 645 156 119.79
65 Comercio no alimenticio al menudeo 499 799 10.82 1 375 749 11.66 875 950 175.26
91 Restaurantes y hoteles 352 318 7.63 942 372 7.98 590 054 167.48
92 Servicios inmobiliarios 72 571 1.57 81 294 0.69 8 723 12.02
93 Servicios al productor 146 159 3.16 1 169 879 9.91 1 023 720 700.42
94 Servicios de educación y salud 184 740 4.00 650 426 5.51 465 686 252.08
95 Servicios de recreación y esparcimiento 65 813 1.42 150 821 1.28 85 008 129.17
96 Servicios personales y sociales 230 442 4.99 858 869 7.28 628 427 272.71
Diversidad y especialización económica en el subsistema de ciudades de la Región Centro . 93
Fuente: cálculos elaborados con información de los censos económicos de 1981 y 1999.
94 . Luis Jaime Sobrino
Fuente: cálculos elaborados con información de los censos económicos de 1981 y 1999.
Cuadro 7. RCP: Personal ocupado por grupo de actividad en las áreas urbanizadas, 1980-1998
Cambio en el
Grupo 1980 1998 personal 1980-1998
Personal Porcentaje % del país Personal Porcentaje % del país Absoluto Relativo
Total 2 133 260 100.00 46.19 4 001 820 100.00 33.91 1 868 560 87.59
98 . Luis Jaime Sobrino
31 Alimentos, bebidas y tabaco 155 541 7.29 36.51 229 663 5.74 29.02 74 122 47.65
32 Textil, vestido y calzado 192 411 9.02 54.18 320 286 8.00 35.83 127 875 66.46
33 Madera y sus productos 36 434 1.71 40.49 48 560 1.21 22.69 12 126 33.28
36 Minerales no metálicos 51 858 2.43 44.83 55 254 1.38 27.54 3 396 6.55
37 Metálica básica 37 008 1.73 38.04 9 052 0.23 20.12 -27 956 -75.54
64 Comercio alimenticio al menudeo 160 895 7.54 29.87 343 911 8.59 29.05 183 016 113.75
65 Comercio no alimenticio al menudeo 198 627 9.31 39.74 453 825 11.34 32.99 255 198 128.48
91 Restaurantes y hoteles 121 846 5.71 34.58 284 982 7.12 30.24 163 136 133.89
94 Servicios de educación y salud 86 716 4.06 46.94 257 765 6.44 39.63 171 049 197.25
95 Servicios de recreación y esparcimiento 27 939 1.31 42.45 55 335 1.38 36.69 27 396 98.06
96 Servicios personales y sociales 100 475 4.71 43.60 286 912 7.17 33.41 186 437 185.56
34 Papel, imprenta y editoriales 82 337 3.86 70.01 113 236 2.83 50.87 30 899 37.53
35 Química, hule y plástico 161 009 7.55 69.16 212 519 5.31 51.67 51 510 31.99
38 Metálicos, maquinaria y equipo 381 515 17.88 59.65 326 925 8.17 24.79 -54 590 -14.31
39 Otras industrias manufactureras 24 108 1.13 68.90 22 464 0.56 33.97 -1 644 -6.82
61 Comercio no alimenticio al mayoreo 69 290 3.25 46.11 217 544 5.44 40.52 148 254 213.96
62 Comercio alimenticio al mayoreo 59 828 2.80 42.35 100 392 2.51 30.02 40 564 67.80
63 Supermercados y tiendas de 58 831 2.76 46.17 118 327 2.96 33.41 59 496 101.13
departamentos
92 Servicios inmobiliarios 40 683 1.91 56.06 31 183 0.78 38.36 -9 500 -23.35
93 Servicios al productor 85 909 4.03 58.78 513 685 12.84 43.91 427 776 497.94
Fuente: cálculos elaborados con información de los censos económicos de 1981 y 1999.
Diversidad y especialización económica en el subsistema de ciudades de la Región Centro . 99
Especialización Diversificación
Absoluta Relativa
Rango Área urbanizada Grupoa IEA Grupoa IER Área urbanizada IDR
1 Teziutlán 32 61.93 32 8.18 Toluca 5.25
2 Tehuacán 32 44.52 32 5.88 Puebla 4.21
3 Tepeji del Río 32 32.90 32 5.27 Ciudad de México 4.11
4 Huamantla 31 34.56 31 5.15 Querétaro 3.69
5 Ciudad Sahagún 38 54.06 38 4.84 Cuernavaca 3.61
6 Amecameca 64 19.00 34 4.48 Pachuca 2.92
7 San Juan del Río 32 39.90 32 4.10 Apizaco 2.59
8 Tlaxcala 32 27.51 32 3.63 Cuautla 2.22
9 San Martín Texmelucan 32 27.17 32 3.59 Tlaxcala 1.93
10 Apizaco 32 16.89 37 3.31 Atlixco 1.86
11 Tulancingo 32 21.46 32 2.83 Tulancingo 1.85
12 Puebla 38 13.09 36 2.32 Amecameca 1.84
13 Huauchinango 64 21.95 64 2.19 San Martín Texmelucan 1.73
14 Pachuca 65 15.13 62 2.12 Huauchinango 1.67
15 Toluca 38 13.15 35 1.98 Tepeji del Río 1.39
16 Atlixco 64 19.73 64 1.97 Tehuacán 1.35
17 Cuautla 64 18.80 64 1.87 San Juan del Río 1.31
18 Cuernavaca 65 12.70 36 1.83 Huamantla 1.30
19 Ciudad de México 93 15.00 34 1.74 Ciudad Sahagún 1.17
20 Querétaro 38 19.39 38 1.73 Teziutlán 1.01
a 31, alimentos, bebidas y tabaco; 32, textil, vestido y calzado; 34, papel, cartón, imprentas y editoriales; 35, química, hule y plástico; 36, mi-
nerales no metálicos; 37, metálica básica; 38, productos metálicos; 62, comercio alimenticio al mayoreo; 64, comercio alimenticio al menudeo;
65, comercio no alimenticio al menudeo; 93, servicios al productor.
Diversidad y especialización económica en el subsistema de ciudades de la Región Centro . 101
4
IDR
0
10 000 100 000 1 000 000 10 000 000 100 000 000
Población
3 Toluca 3 3 3 0 19 10 15 4
4 Cuernavaca 5 4 4 1 13 18 18 -5
5 Querétaro 4 5 5 -1 15 16 20 -5
6 Pachuca 6 7 6 0 17 12 14 3
7 Cuautla 14 6 7 7 5 4 17 -12
8 Tehuacán 8 10 8 0 10 14 2 8
9 Tlaxcala 13 9 9 4 4 5 8 -4
10 San Martín Texmelucan 7 8 10 -3 11 9 9 2
11 Tulancingo 9 11 11 -2 9 13 11 -2
12 Tepeji del Río 10 12 12 -2 6 3 3 3
13 San Juan del Río 19 16 13 6 12 7 7 5
14 Teziutlán 15 14 14 1 2 11 1 1
15 Apizaco 11 13 15 -4 7 19 10 -3
16 Amecameca 12 15 16 -4 1 1 6 -5
17 Atlixco 16 17 17 -1 14 8 16 -2
18 Huamantla 18 19 18 0 8 6 4 4
19 Ciudad Sahagún 17 18 19 -2 3 2 5 -2
20 Huauchinango 20 20 20 0 16 17 13 3
Fuente: cálculos elaborados con información de los censos generales de población y vivienda de 1980, 1990 y 2000 y de los censos económicos
de 1981, 1986 y 1999.
Diversidad y especialización económica en el subsistema de ciudades de la Región Centro . 105
Consideraciones finales
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Fraccionamientos, pueblos y nuevas urbanizaciones
y las contradicciones del espacio público
Eduardo Nivón Bolán
Departamento de Antropología,
Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa.
1Se refiere al 2°. Seminario del Proyecto “La rurbanización de la Corona Regional de la
Ciudad de México”, organizada por el Instituto de Geografía, de la Universidad Nacional
Autónoma de México en 2002.
Fraccionamientos, pueblos y nuevas urbanizaciones y las contradicciones del espacio público . 109
2He tenido oportunidad de leer un trabajo muy interesante sobre esto último de José
Martín Álvarez P., presentado como tesis de licenciatura en Sociología en la UAM-
Azcapotzalco.
110 . Eduardo Nivón Bolán
Sin embargo, tal vez el tema que más ha causado preocupación para la polí-
tica urbana es la transformación del sentido de lo público en la vida urbana.
Centro y periferias se ven sometidos a un constante ataque que se expresa en
la reducción de zonas urbanas para el consumo de unos cuantos o, por el con-
trario, en la construcción de límites simbólicos que no pueden ser traspuestos
por el conjunto de las clases.
La transformación del sentido de lo público en la vida urbana ha sido com-
prendida a través de tres enfoques íntimamente relacionados. En primer lugar
la reducción de los espacios comunes y su paulatina transformación en espacios
privados. El cierre de las calles, el control de los accesos a ciertos barrios o colo-
nias, el uso de las aceras para el estacionamiento de vehículos o la instalación de
locales comerciales, ha venido limitando la participación en espacios comunes
y la responsabilidad pública en el cuidado, seguridad y mantenimiento de am-
plias zonas de la ciudad. A las razones de seguridad y control se sobreponen las
diferenciaciones sociales y económicas. Quién no ha presenciado esos pequeños
pero cotidianos enfrentamientos entre vecinos o parroquianos que son urgidos
a moverse de cierto lugar público, arguyendo, a veces como recurso definitivo,
que el solicitante paga mucho dinero en contribuciones y que por tanto tiene
derecho a disponer de algunos espacios públicos de manera privada.
Esta preocupación por la suerte de los espacios públicos en las ciudades ha
conducido a reflexiones sobre el propio diseño de las ciudades. Un número re-
ciente de la revista Casas Internacional de Argentina (2001), hace una revisión del
curso que ha asumido la creación de barrios privados en la zona conurbada de
Buenos Aires. Con una argumentación de escasas pretensiones políticas, la tesis
fundamental del autor de la revisión de los diez casos tratados en la revista es que
el objetivo de los barrios cerrados, que es lograr una forma de vida y una estudia-
da calidad visual, no se satisface exclusivamente con el diseño de unidades resi-
denciales centradas en la vivienda. Se requiere, dice, de una “urbanización pro-
funda y planificada” que integre los servicios comunes, de consumo, diversión e
incluso de empleo. En realidad, a lo que nos llevan los arquitectos especialistas
en estas urbanizaciones es a que la contradicción público-privado se expresa más
allá del ámbito reducido de la residencia, y abarca en cambio la totalidad del
diseño urbano, así sea sólo de una región del conjunto metropolitano.
El segundo énfasis depositado en la contradicción público-privado, con-
siste en el reacomodo de las relaciones de la ciudadanía en el medio urbano.
Se sabe que el origen de la ciudad moderna en Occidente está relacionado con
Fraccionamientos, pueblos y nuevas urbanizaciones y las contradicciones del espacio público . 111
3Para un análisis más amplio de la política cultural de Antanas Mokus, véase a López
Borbón, 2002.
112 . Eduardo Nivón Bolán
a. Segregación
Nosotros no queríamos negar nuestro pasado (...) Ya ves que en las colonias
residenciales como Polanco o La Condesa se construyó de todo: que el colonial
californiano, que el afrancesamiento con el art decó, casas polacas, orientales,
de todo... ¡No, no, eso no está bien!” Era curioso que mientras los nuevos resi-
Fraccionamientos, pueblos y nuevas urbanizaciones y las contradicciones del espacio público . 115
dentes creaban entornos y estilos de vida muy similares a los suburbios norte-
americanos, pretendieran “conservar un sentido arquitectónico del pasado.
b. Homogeneidad
Yo creo que soy una persona de formación muy racional (...) justamente lo
que hago es planear, prever, tomar todas las medidas precautorias (...) Todos
los días me levanto a las 6:00 AM, escucho las noticias de Radio Red: no hay
una mañana en la que no den el reporte de las tragedias: la muerte de no
sé quién, el asalto de no sé cuántos, el secuestro de no sé quién ... Entonces
bueno, no puedes perder la objetividad. Ante lo que sucede puede uno tomar
ciertas medidas (...) Y no es que le tema ... el vivir uno con miedo es lo peor.
Toma uno sus precauciones y hace hasta lo que puede ... y se encomienda
uno a Dios.
La calle donde nuestra informante vive cuenta con dos casetas de vigi-
lancia y el acceso está cerrado mediante rejas y plumas. La organización veci-
nal ocurre cuando se colectan las cuotas para contratar la seguridad privada,
nombrar representantes anuales, turnarse las responsabilidades de la adminis-
tración, dar parte a las autoridades municipales y organizar eventos de con-
vivencia vecinal. La igualdad económica y social de los participantes produce
un sentimiento natural de confianza en el manejo honesto de las aportaciones
vecinales.
Si en el ámbito concreto de la calle se manifiesta la organización familiar
y vecinal, sus efectos rebasan la esfera particular del espacio público, envol-
viendo esferas más privadas y selectivas. El caso llamativo es la formación de
asociaciones de colonos al interior de cada fraccionamiento. En la zona exis-
ten 16 de estas organizaciones, la incidencia de participación puede variar de
acuerdo con las dimensiones y con la antigüedad propias del fraccionamiento,
pero también de las prestaciones administrativas que puedan ofrecer a los resi-
dentes y del grado de problemas urbanos en que se involucren. La Asociación
de Colonos de la Herradura tiene 950 familias afiliadas (cerca del 52.7% del
total de familias al interior), que pagan una cuota anual de 1 300 pesos cada
una, misma que les da derecho a integrarse a las mesas directivas que repre-
sentan al fraccionamiento. Las mesas directivas se forman por medio de la
elección de vecinos a través de planillas, que en caso de resultar electas presi-
den y administran los problemas cotidianos al interior de su fraccionamiento.
Se elige una mesa directiva cada dos años, pero además se promueve la partici-
pación de delegados (vocales) que manejan asuntos tales como la arquitectura,
118 . Eduardo Nivón Bolán
... hay que afrontar la responsabilidad que uno tiene, enfocarse a lo que a uno
le corresponde hacer, ¿no? Sin distinción, sin malos manejos, sin dar cabida
a que a uno de mujer, pues, te vean mal ante un grupo, porque uno de mujer,
debes de llevar … debes de guardar tu posición.
122 . Eduardo Nivón Bolán
Por otra parte, las relaciones que sostienen los nativos y los avecindados, per-
miten vislumbrar otras formas de vivir lo público y lo privado. En San Juan
Yautepec han llegado a radicar relativamente pocas familias. A diferencia de
otros pueblos, los nativos predominan en número. Éstos se conocen muy bien
entre sí e identifican fácilmente a las familias de avecindados y saben de dónde
vienen. En la definición de la política local, se ha determinado que los avecin-
dados también aporten su cooperación para la fiesta, pertenezcan a la religión
católica o no. Y deben hacerlo porque de otro modo no tendrán derecho a los
servicios de la iglesia o bien no podrán realizar algunos trámites administra-
tivos. Muchos señalan la justicia de esta decisión, pues ellos son los que llegan
y tienen que adaptarse a la comunidad. La contraparte de su cooperación es
el derecho a participar en la organización y realización de la fiesta. Los ave-
cindados que ya tienen algunos años viviendo ahí, pueden incluso ser elegidos
para ocupar el cargo de fiscales, aunque en los hechos tienen menos posibili-
dades que un nativo. Se afirma que los avecindados deben ser participativos
en los diferentes ámbitos de la vida social del pueblo, sin embargo, en realidad
se encuentran marginados, pues los nativos no conciben la idea de que algún
día aquéllos tengan una mayor participación dentro de la comunidad y tomen
decisiones que “no les corresponden”.
Fraccionamientos, pueblos y nuevas urbanizaciones y las contradicciones del espacio público . 123
... La cultura mexicana ha tejido el mito del héroe campesino con los hilos de la
añoranza. Inevitablemente, la imaginería nacional ha convertido a los campe-
sinos en personajes dramáticos, víctimas de la historia, ahogados en su propia
tierra después del gran naufragio de la Revolución mexicana... (Bartra: 47).
Estado de México (1 febrero 2002). Como desde hace más de 100 años, tres
días antes del Miércoles de Ceniza, las calles de Atenco serán invadidas por
hombres vestidos de catrines en tonos serios y coloridos, y bailarán con un
paraguas en la mano derecha, durante 72 horas.
... Sin embargo, este año ante el desgaste que ha traído la protesta en
contra del aeropuerto en Texcoco, la tradición, que llevará el nombre de
“Carnaval de la resistencia”, será económicamente austera, pues los lugare-
ños de este Municipio, catalogado como rural, han gastado hasta un millón
y medio de pesos en su realización (Reforma).
... Las herramientas del campo, como las guadañas, palas, vertederas y asa-
dones, también fueron personajes principales en la plaza, custodiada por una
catrina de trapo que representaba a los ricos y al Presidente de la República,
y una calavera pulquera, que representaba a los pobres y campesinos” (Refor-
ma, 5-11-2001).
... La marcha, que inició alrededor de las 8:45 horas, congrega a vecinos
de Santa Isabel Ixtapan, Nexquipayac, Acuescómac, Colonia Francisco I.
Madero y a la cabecera municipal, San Salvador Atenco.
El recorrido de unos 28 kilómetros hasta el Ángel de la Independencia
que se ubica sobre el Paseo de la Reforma, en el Distrito Federal, es hecho a
pie, a caballo, en camionetas y tractores, así como en una decena de autobu-
ses contratados por los inconformes (Reforma, 14-11-2001).
... Afilamos los machetes porque estamos en época de corte (en sus cul-
tivos); ¿qué más podemos decir?, Ahorita, paso que demos es pensado como
si quisiéramos ir en contra de los granaderos, pero ellos no son nuestro obje-
tivo, sino defender nuestra tierra y de alguna agresión, no sabemos de quién
(Reforma, 28-11-2001).
La imagen del campesino en México está asociada por otra parte al uni-
verso político de la revolución, movimiento social por excelencia. El campe-
sino por otra parte representa al “México bronco”, metáfora de los sectores
sociales que no ven en las instituciones jurídicas instrumentos adecuados para
lograr sus demandas sociales y que fácilmente desplazan su expresión política
hacia la acción directa, extra-legal, pero legítimamente sostenida por la ur-
gencia de su situación de vida.
Así en las fechas consagradas por el calendario y el panteón político mexi-
cano los campesinos de Atenco expresan su tono revolucionario, pero éste no
mira hacia el futuro sino hacia el pasado.
... Durante todo el día, en lapsos de tres a diez minutos, lanzaron cañones de
pólvora en la plaza municipal para reafirmar su negativa a la negociación y
criticar la postura de Mandatario federal (Reforma, 5-11-2002).
... La marcha se hace por el 20 de noviembre [fecha oficial de conmemora-
ción de la Revolución mexicana] y también para advertirle al Gobierno que no
estamos jugando, y que si quiere una revolución la va a tener; si se retracta de
su decreto, estaremos calmados, pero si no, quien sabe (Reforma, 21-11-2001).
Con motivo del aniversario del asesinato de Emiliano Zapata los vecinos
de Atenco junto con grupos campesinos y sindicales de otros puntos del país
volvieron a las calles esta vez directamente contra la residencia oficial. Los pe-
riódicos sólo recogieron de ese día el incremento de la beligerancia de los mani-
festantes (fue herido con una piedra un jefe policiaco) y el enorme caos vial de
130 . Eduardo Nivón Bolán
ese día, pero se trató para los de Atenco en una puesta en escena de la renovada
lucha por la tierra. Una entusiasta reportera puso en su nota lo siguiente:
ción del aeropuerto en Texcoco, existen otras voces que ven en la obra una oportunidad
para lograr el rescate definitivo de la zona. Este es el caso de los diseñadores del proyecto
“México, ciudad futura”, en su mayoría arquitectos, que defienden la opción Texcoco
precisamente por criterios ambientalistas (Proceso 21-01-02).
Fraccionamientos, pueblos y nuevas urbanizaciones y las contradicciones del espacio público . 131
En resumen se tiene que la “política de identidad” que han seguido los po-
bladores de Atenco se ha desplegado por tres campos o recursos simbólicos:
Agradecimiento
Bibliografía
Introducción
Los estados que conforman la Región Centro cuentan con una importante y
sofisticada infraestructura aérea: dos aeropuertos internacionales, siete nacio-
nales, 41 helipuertos y 28 aeródromos, donde se realiza un significativo volu-
men de los servicios aéreos nacionales e internacionales. Esta región también
cuenta con 42% de los centros de capacitación aérea, lo que permite suponer
que este es el principal enclave nacional para la prestación de los servicios
aéreos y la formación del personal altamente capacitado que demanda la com-
pleja operación de aeronaves, aeropuertos y radioayudas en todo el país.
De la infraestructura mencionada, en este capítulo sólo se analizaron
las actividades de los siete aeropuertos de la Región Centro administrados
por Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), se obtuvieron estadísticas para
evaluar su participación y, como se constatará, en ellos se realiza la mayor
parte de las actividades aéreas comerciales de México. De acuerdo con ASA,
estos aeropuertos (Cuadro 1) se clasifican de la siguiente manera:
Aeropuerto (sigla) Categoría Clasificación Tipo Sup. Altura habs. Distancia Tiempo Año 1
ha (msnm) benefi- km (min)
ciados
Miles
Cuernavaca, Mor. (CVA) Quinta Nacional R 110 1280 600 15 20 1989
140 . Luis Chías Becerril
%
Figura 1. Participación de
los vuelos por región y tipo
100
75.4 72.8 75.9
83
de aviación, 1995.
80 Fuente: ASA, 1996.
60
40 24.6 27.2 24.1
17
20
0
Total Comercial Regional General
Tipo de aviación
Figura 2. Aeropuertos de la
76.1
Región Centro, participa-
ción de los vuelos, 1995.
80 % de vuelos respecto % de vuelos respecto
70 a la Región Centro al Total Nacional
Fuente: ASA, 1996.
60
50
40 18.8
14.6
30 3.6
20 3.3 2.5 1.8 1.1 0.7 0.8 0.6 0.4 0.3 0.2
10
0
Figura 3. Participación de
pasajeros transportados por
100% 35.8 36.3 13.2 16.6 región y tipo de aviación,
80% 1995.
60%
Fuente: ASA, 1996.
64.2 63.7 86.8 83.4
40%
20%
0%
Total Comercial Regional General
Del total nacional, el AICM atendió al 98.3%, lo que significa que la parti-
cipación de los otros seis aeropuertos analizados, a escala nacional y al interior
de la Región Centro, es en términos generales insignificante. Sin embargo, al
analizar dicha participación por aeropuerto y por tipo de servicio resulta que
(Figura 4):
Los 15.5 millones de pasajeros atendidos por las seis aerolíneas que ope-
ran en la Región Centro se distribuyeron de la siguiente manera: 97.9% utilizó
a las empresas troncales y un 2.1% restante a las regionales.
40.7369925
82.4
Aeromar Aeromorelos
Cuadro 2. Pares de ciudades con más tráfico de pasajeros. Rutas internacionales, 1995
Orden* Pares de ciudades Vuelos Pasajeros
Núm. % (Miles) %
2. Los Ángeles-México 5 263 8.0 317.8 9.2
7. Chicago-México 1 428 2.2 132.1 3.8
11. Houston-México 2 221 3.4 88.3 2.6
15. Dallas-México 2 035 3.1 66.6 1.9
18. Guatemala-México 721 1.1 48.0 1.4
24. La Habana-México 421 0.6 41.3 1.2
4. México-Nueva York 1 899 2.9 177.6 5.2
12. México-San Antonio 1 071 1.6 84.4 2.5
14. México-Miami 3 073 4.7 69.4 2.0
23. México-San Francisco 1 408 2.1 42.3 1.2
31. México-San José, Costa Rica 647 1.0 30.1 0.9
Subtotal México 20 187 30.8 1 098 31.9
1. Guadalajara-Los Ángeles 4 520 6.9 393.0 11.4
6. Guadalajara-San Francisco 2 083 3.2 139.5 4.0
9. Guadalajara-San José, Costa Rica 1 139 1.7 93.8 2.7
10. Chicago-Guadalajara 1 114 1.7 92.3 2.7
Subtotal Guadalajara 8 856 13.5 719 20.9
3. Cancún-Miami 2 188 3.3 177.9 5.2
5. Cancún Nueva York 1 171 1.8 143.4 4.2
16. Cancún-Los Ángeles 509 0.8 58.1 1.7
21. Cancún-Houston 710 1.1 44.1 1.3
Subtotal Cancún 4 578 7.0 423 12
13. Los Ángeles-Puerto Vallarta 1 174 1.8 74.3 2.2
19. Chicago-Puerto Vallarta 722 1.1 47.8 1.4
29. Denver-Puerto Vallarta 589 0.9 35.3 1.0
22. Puerto Vallarta-San Diego 698 1.1 43.6 1.3
Subtotal Puerto Vallarta 3 183 4.9 201 5.8
20. Morelia-San Francisco 571 0.9 46.2 1.3
25. Chicago-Morelia 677 1.0 39.6 1.1
Subtotal Morelia 1 248 1.9 85.8 2.5
8. Los Ángeles-San José del Cabo 1 396 2.1 94.9 2.8
30. Los Ángeles-Zacatecas 359 0.5 34.7 1.0
27. La Paz-Los Ángeles 1 304 2.0 36.3 1.1
17. Del Bajío-Los Ángeles 729 1.1 51.0 1.5
26. Mérida-Miami 1 656 2.5 38.2 1.1
28. Cozumel-Miami 714 1.1 35.9 1.0
Subtotal 31 pares de ciudades 44 210 67.4 2 818 81.8
Otros pares de ciudades 21 374 32.6 628 18.2
Total 65 584 100 3 446.2 100
que viajan por TAESA, 23% se ha subido por primera vez a un avión y 40% de
los que utilizan los servicios de esta aerolínea por primera ocasión, ya habían
viajado antes con otras aerolíneas.
El proceso de desregulación permitió que de 1991 a 1994 las aerolíneas
pasaran de 11 a 35. Sin embargo, la mayoría estaba representada por pequeñas
empresas (Quassar, Estrellas del Aire, Aerosudpacífico, Aeroponiente, Varsa,
Aeroejecutivo, etc.), que se crearon con aviones viejos, adquiridos con bajos
arrendamientos, sin infraestructura para su mantenimiento y utilizados sobre
todo durante las temporadas altas de turismo en las rutas más transitadas,
con tarifas muy por abajo del promedio. La Asociación Sindical de Pilotos
Aviadores afirma que esta situación permitió el nacimiento de un mercado
artificial y barato, que creció rápidamente de 1.3% de todos los asientos/km
vendidos en 1991, a 40.5% en 1994. Esta situación permitió que más de cuatro
millones de personas, que nunca antes se habían subido a un avión, empezaran
a utilizar dichos servicios (Ibid.).
La guerra de tarifas y la política de cielos abiertos originó que importan-
tes aerolíneas de todo el mundo como Panam, Eastern y Western Airlines se
declararan en quiebra. En México, de las 35 aerolíneas registradas en 1995
sólo quedaban 17 en 1997, las más débiles como SARO, Aerosudpacífico, Ae-
rovías de Poniente, Aeromorelos, Transportes Gane, Aeromonterrey, Aero-
vías Oaxaqueñas, Servicios Aéreos Leo López y Aero Marcos que se creó
para el turismo revolucionario con destino a Chiapas desaparecieron; otras
se consolidaron como fue el caso de TAESA y algunas más se fusionaron para
enfrentar la crisis, Aeroméxico y Mexicana de Aviación, por ejemplo, forma-
ron la Controladora Internacional de Aviación (CINTRA) a la cual se acusa
de practicar acciones monopólicas que inhiben la competencia en el mercado
aéreo doméstico.
Aunque TAESA ya no es una amenaza para las líneas de autobuses y para
las principales compañías aéreas de México (actualmente enfrenta una deman-
da de quiebra interpuesta por Bancomer), el futuro de la aviación comercial
en México sigue siendo incierto. La desregulación generó un inusitado desa-
rrollo del transporte aéreo que no guarda relación con el comportamiento de
la economía, el PIB crece en promedio 3% anual mientras que las operaciones
aéreas lo hacen en 20%. Consecuentemente, después de la fase de crecimiento
relativamente artificial, se está registrando la contracción del mercado donde
sólo sobrevivirán aquellas aerolíneas que desarrollaron las bases económicas,
tecnológicas y administrativas que exige un mercado fuertemente competido
y competitivo.
156 . Luis Chías Becerril
Lo que se consideraba tendencia futurista hace apenas una década hoy es una
realidad, las contadas megatransportadoras aéreas que se están conforman-
do serán las que dominen el panorama mundial de la aviación comercial, y
las aerolíneas que no se integren tendrán serias dificultades para sobrevivir.
Entre las alianzas estratégicas que se están registrando para competir por los
mercados mundiales de los servicios aéreos destacan tres casos: Star Alliance,
One World y Qualityfide. Las características de Star Alliance permiten apreciar
lo que significa este tipo de organizaciones: los acuerdos establecidos entre
seis de las principales aerolíneas del mundo (United Airlines, Lufthansa, Scan-
dinavian Airlines System, Air Canada, Thai International y Varig), permiten te-
ner acceso a una conexión realmente global con más de 1 300 aviones y 207
mil empleados, accesibilidad a 95% de los aeropuertos comerciales del mundo
y conexiones a 578 ciudades en 106 países, con capacidad para transportar
anualmente a más de 180 millones de pasajeros y controlar un mercado global
de 45 mil millones de dólares.
En México, nuestras principales aerolíneas reaccionaron a las nuevas con-
diciones del mercado aéreo y como ejemplos de sus acciones se pueden men-
cionar las siguientes:
Mexicana de Aviación empezó en 1998 el proceso de certificación para
integrarse a Star Alliance; firmó carta de intención para asociarse con US Air-
lines (séptima aerolínea de Estados Unidos que atiende a 220 ciudades con 443
aviones y 44 mil empleados); con United Airlines, que tiene 600 aviones, fir-
mó alianza de código compartido y asistencia técnica en noviembre de 1996;
en febrero de 1998 firmó acuerdo de código compartido con Lufthansa para
acceder a varias ciudades alemanas y en contraparte, Lufthansa podrá volar a
Cancún, Monterrey, Guadalajara y Mérida.
Aeroméxico tiene convenio con Delta Airlines para compartir los sistemas
de reservaciones, operación que le permite conocer la ocupación y capacidad
disponible en términos de vuelos y destinos y reservar en cualquiera de las dos
aerolíneas; en 1993 adquirió la mayoría de las acciones de Aeroperú (47%),
extendiendo sus servicios hacia Brasil, Argentina, Chile y otros destinos del
cono sur; con estas facilidades implementó el programa Alas de América, uti-
lizando indistintamente equipo de Mexicana, Aeroméxico y Aeroperú. Pero,
la reciente quiebra de Aeroperú (marzo de 1999), la obligó a vender 35% de sus
acciones a Delta, situación que canceló las aspiraciones de internacionalizar
los servicios de Aeroméxico.
Enlaces aéreos de la Región Centro . 157
Merida 24 337 1.8 676 109 1.5 Tijuana 41 232 3.1 2 816 813 6.2
Cozumel 17 095 1.3 490 796 1.1 Puerto Vallarta 31 890 2.4 1 637 865 3.6
Villahermosa 17 550 1.3 472 049 1.0 San José del Cabo 15 881 1.2 895 595 2.0
Oaxaca 13 812 1.0 456 960 1.0 Hermosillo 43 818 3.3 554 178 1.2
Veracruz 17 393 1.3 386 454 0.9 Bajío 21 476 1.6 576 014 1.3
Huatulco 7 266 0.5 341 726 0.8 Morelia 15 876 1.2 287 204 0.6
Tapachula 9 013 0.7 230 564 0.5 La Paz 22 660 1.7 323 694 0.7
Minatitlán 7 966 0.6 190 645 0.4 Aguascalientes 10 642 0.8 311 919 0.7
Mexicali 12 797 1.0 261 157 0.6
Manzanillo 9 773 0.7 169 548 0.4
Los Mochis 16 442 1.2 172 502 0.4
En proceso de privatización
Grupo centro norte 337 618 25.1 7 611 803 16.9 Ciudad de México 252 347 18.8 1 587 3146 35.2
Monterrey 74 317 5.5 2 310 964 5.1
Acapulco 28 464 2.1 1 336 955 3.0
Mazatlán 25 272 1.9 661 490 1.5
Zihuatanejo 13 990 1.0 628 214 1.4
Culiacán 45 998 3.4 513 875 1.1
Ciudad Juárez 14 277 1.1 409 723 0.9
Chihuahua 38 000 2.8 431 404 1.0
Zacatecas 9 436 0.7 341 124 0.8
Tampico 22 273 1.7 301 053 0.7
Torreón 29 465 2.2 277 877 0.6
Durango 15 923 1.2 188 439 0.4
San Luis Potosí 14 230 1.1 141 463 0.3
Reynosa 5 973 0.4 69 222 0.2
Excluidos del proceso de privatización
Total excluidos 207 038 15.4 1 446 170 3.2 Querétaro 10 882 0.8 57 505 0.1
Ciudad del 23 175 1.7 147 359 0.3 Puebla 8 209 0.6 55 844 0.1
Carmen
Tuxtla Gutiérrez 3 866 0.3 28 123 0.1 Toluca 48 289 3.6 103 805 0.2
Ciudad Obregón 13 481 1.0 125 679 0.3 Campeche 3 129 0.2 50 681 0.1
Tepic 15 719 1.2 152 698 0.3 Ciudad Victoria 7 627 0.6 48 315 0.1
Nuevo Laredo 3 602 0.3 107 467 0.2 Poza Rica 4 459 0.3 35 328 0.1
Colima 5 254 0.4 88 544 0.2 Uruapan 11 792 0.9 39 780 0.1
Cuernavaca 6 004 0.4 55 939 0.1 Nogales 4 686 0.3 8 355 0.0
Loreto 7 298 0.5 48 069 0.1 Tehuacán 2 293 0.2 4 243 0.0
Matamoros 4 717 0.4 76 281 0.2 Tamuin 910 0.1 1 940 0.0
Puerto Escondido 3 914 0.3 77 982 0.2 Tlaxcala 3 520 0.3 0 0.0
Guaymas 7 164 0.5 70 276 0.2
Chetumal 7 048 0.5 61 957 0.1 Total nacional 1 345 420 100 4 5128 358 100
Fuente: ASA , 1996.
Enlaces aéreos de la Región Centro . 161
162 . Luis Chías Becerril
Conclusiones
lo que muestra sus niveles de utilización y el potencial que todavía tienen para
incrementar sus servicios aéreos.
Desde hace más de veinte años se posterga la decisión de construir un
nuevo aeropuerto para la Ciudad de México capaz de atender el crecimiento
y demanda de su Zona Metropolitana y de toda su área de influencia (Re-
gión Centro). A principios de los años noventa la idea de crear un Sistema
Aeroportuario Metropolitano (SAM) implicó cuantiosas inversiones para la
construcción del aeropuerto de Cuernavaca y la modernización de los otros
aeropuertos seleccionados, por tanto, sorprende que en estos momentos en
que se discute la ubicación del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México,
con todas las implicaciones económicas, políticas, ambientales y de desarrollo
urbano regional que esto implica, no se mencione para nada la idea del SAM.
Cabe preguntarse entonces, si no tenía sustento real, si más que un proyecto
de descentralización se utilizó como proceso especulativo urbano, o simple-
mente como ocurre con los programas sexenales del pasado, caducó y no se
puede volver a mencionar.
a) La idea del SAM parece interesante y congruente para una zona me-
tropolitana que sigue extendiendo su área de influencia. Sin embargo,
la información estadística analizada en este documento parece indicar
que no tuvo el éxito esperado.
b) Las actividades se concentran fundamentalmente en el AICM como
fiel reflejo de la jerarquía económica y el poder concentrador que tiene
la capital del país.
c) El marcado desarrollo que registra el aeropuerto de Toluca, no se debe
al crecimiento natural y planificado de su entorno y demanda natural,
sino a la salida forzosa de la aviación general y los taxis aéreos decre-
tada por el gobierno federal el 11 de enero de 1994 y aplicada hasta
septiembre del mismo año. Esta terminal constituye la base operativa
de TAESA y bajo sus lineamientos se desarrolla de manera significati-
va, atendiendo fundamentalmente la demanda de la ZMCM.
d) El caso del aeropuerto de Querétaro merece particular atención; por
el volumen de sus vuelos y pasajeros transportados se ubicó en tercer
lugar dentro de la Región Centro. Tal parece que el corredor terres-
tre México-Querétaro ha generado las condiciones económicas sufi-
cientes para detonar la demanda de servicios aéreos (con motivo de
trabajo y negocios), que permitan desplazamientos pendulares diarios
y rápidos entre la capital del país y la ciudad de Querétaro. Esta lo-
164 . Luis Chías Becerril
Se puede concluir, por tanto, que la participación del AICM sesga y deter-
mina el desarrollo de los otros aeropuertos ubicados en la Región Centro, tal
parece que la dinámica de los otros depende más de lo que el AICM no puede
operar que de programas y proyectos propios e independientes de las localida-
des que ya cuentan con esta infraestructura y que no la han sabido o no han
podido capitalizarla, al respecto merece comentarse que aunque la experiencia
mundial del transporte aéreo muestra que las aerolíneas troncales y regionales
son complementarias, pues su desarrollo equilibrado permite atender mayor
número de centros y rutas, abriendo la posibilidad de atender más pasajeros
con menores costos de operación para las compañías. En México la aviación
regional no se ha desarrollado como debería.
En el programa de desarrollo del subsector aéreo de 1998 (SCT, 1988:191),
se advierte que dicho programa enfatizaba el transporte aéreo de pasajeros de
las líneas troncales, ya que el transporte de carga era poco significativo y el re-
gional y alimentador casi inexistente. En ese entonces sólo 19 rutas (de más de
100) tenían un mínimo de dos vuelos diarios por sentido. Había, como hasta
166 . Luis Chías Becerril
Bibliografía
Jean-François Parrot
Departamento de Geografía Física, Instituto de Geografía,
Universidad Nacional Autónoma de México, México
Introducción
edificadas de alta densidad, rodeadas por espacios abiertos con funciones agrí-
colas, ambientales o de recreación, ha dado lugar a diferentes formas de estu-
diar esos conjuntos ya sea a nivel regional o local.
En la Figura 1 se muestran diferentes enfoques que se utilizan común-
mente para obtener determinada información sobre la estructura de las zonas
urbanas. En este ensayo, y a diferencia de los enfoques tradicionales, se busca
no sólo medir la evolución del perímetro urbano, sino ofrecer un modelo de
expansión que tome en cuenta todos los conjuntos que componen el espacio
urbanizado. Los enfoques considerados son los siguientes:
2000
1975
1850 Mapas GLOBAL
SAR o TM
id.
id.
id. LOCAL
Metodología
Segmentación Representación
y descripción
Tratamiento
en mayores detalles sobre la transición del mundo físico al mundo discreto (di-
gital), las imágenes digitales corresponden a una conversión de señales del
espacio continuo en el mundo digital (códigos). Sin embargo, es necesario
precisar los primeros tratamientos de aquellas imágenes que son necesarios
para convertirlas en datos, por ejemplo, eliminación del ruido, alisamiento,
filtración, umbral y extracción de los elementos y especialmente sobre el cálcu
lo de los parámetros. El éxito de un proceso de RDP depende de la selección de los
parámetros que pueden ser simples o complejos (Parker, 1994).
a) Parámetros simples
Parámetros Fórmula
Nbp = número total de píxeles o S = número
Superficie de píxeles de la superficie interna + mitad del
número de píxeles del perímetro
Número de píxeles del contorno Np o largo del
Perímetro perímetro P
Índice de Circularidad ϖ = ( P² / S) * 100
Relación perímetro/superficie Lola = (Np/Nbp)*100
Presencia de huecos Número de huecos
b) Parámetros complejos
C D
Por otro lado, el Centro de Gravedad CG (Xc, Yc) y los momentos de se-
gundo orden µxx, µyy yµxy son respectivamente iguales a:
1 nbp nbp
Yc = 1 ∑ Yi
nbp nbp
Xc = ∑ X µxx = ∑ (Xi − Xc )2 µyy = ∑ (Yi − Yc )2
Nbp i=1 i Nbp i=1 i=1 i=1
nbp
µxx = ∑ (Xi − Xc)(Yi −Yc)
i=1
Cuando la diferencia entre µxx y µyy es igual a 0, el objeto presenta una si-
metría de revolución sin orientación privilegiada (Garcia-Zúñiga y Parrot, 1998;
Adiyaman et al., 2003). Esto significa que se necesita asignar un valor especial
para distinguir estos objetos. La orientación de EP se expresa en grados en un
sentido anti-trigonométrico con el origen ubicado al norte de la imagen.
Reconocimiento de patrones urbanos a través de la geometría fractal . 175
Parámetros Fórmula
Índice de Convexidad ϑ = (Npb/Sc)*100
Relación Forma/Círculo ℑ = (S/Scr)*100
Relación Forma/Cuadrado ξ = (Nbp/Sq) *100
Relación Forma/Rectángulo ψ = (S/Sr)*100
Orientación del eje principal α
Relación Largo/Ancho ζ = (lr / Lr)*100
Relación Forma/Cuadrado orientado ϕ = (S/Lr2)*100
B. Dimensión fractal
fractal comprendida en el rango [1, 2] ocupa un espacio más grande que una
curva uni-dimensional y un espacio más pequeño que una superficie bi-
dimensional. La auto-semejanza se define estadísticamente cuando no puede
ser probada a través de un rango infinito de escalas. Para referirse a la dimen-
sión fractal de un modelo determinado que cambia dentro de rangos consecu-
tivos de la escala, se utiliza la noción de “multi-fractality”.
Diversos métodos están disponibles para estimar la dimensión fractal.
Por ejemplo, el “movimiento browniano” (Mark y Aronson, 1984), o el box
counting (Falconer, 1990) que se utiliza en este trabajo.
Con el fin de estudiar tipos diferentes de evolución urbana, se han elegido dos
ciudades, la de México y la de París.
Para hacer más clara la comparación, en ambas ciudades, los resultados
serán analizados en cuatro párrafos, aunque el estudio de la evolución de la
superficie, y también del centro de gravedad, provienen de los parámetros de
RDP.
La definición de los límites de un espacio urbanizado representa uno de
los mayores problemas en los estudios urbanos (MacGregor y Sánchez, 2001).
Para superar este obstáculo se han establecido reglas de extracción objetiva,
como la agrupación, a partir de imágenes de satélite, de todos los píxeles co-
nectados en zonas edificadas por medio de la distancia que separa a estos
grupos o por medio de la distancia que separa los centros de gravedad de
estos grupos de píxeles conectados entre sí (Parrot et al., 1997). Cuando se uti-
liza un SIG para la extracción, se requiere igualmente seguir con precisión las
reglas de elección de los límites urbanos, especialmente cuando se considera
también el nivel regional en el análisis.
Reconocimiento de patrones urbanos a través de la geometría fractal . 177
A. México
Figura 4. Crecimiento de la
Ciudad de México desde 1953
hasta 1995.
b) Dimensión fractal
450 C 90 D
400
80
350
300 70 Conv
largo
250 60 Psr
200 ancho
150 50 Lola
100 40 Rec
50
30
0
1950 1960 1970 1980 1990 2000 20
1950 1960 1970 1980 1990 2000
Años Años
Figura 5. Medidas Ciudad de México. A. Evolución del ancho y largo. B. Evolución de varios parámetros de RDP: Conv = índice
de convexidad; Psr = relación perímetro / superficie; Lola = relación ancho / largo; Rec = relación rectángulo / superficie. Fechas:
Reconocimiento de patrones urbanos a través de la geometría fractal . 179
1 = 1953; 2 = 1973; 3 = 1993; 4 = 1995. C. Evolución del ancho y largo. d. Evolución de varios parámetros de RDP.
180 . Hind Taud y Jean-François Parrot
1.76 B
1.74
1.72
1.7
DF regional
1.68
DF Z. central
1.66
1.64
1.62
1.6
1940 1960 1980 2000
Reconocimiento de patrones urbanos a través de la geometría fractal . 181
H
80000
70000
Superficie en Píxeles
60000
F
50000
40000
D
30000 E
C 5143
703
20000 G
519
10000
A B
442
1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 2020
Años
global de 703 y una superficie de 32 721 por 1995, el valor para el 2020 es de
50 293 (punto F). Finalmente, para una superficie de 32 721 en 1995 (punto
D) y un índice de 5 143; la superficie resultante para 2020 alcanza una cifra ex-
cesiva de 161 296 (punto H); este último índice no se puede realmente tomar
en cuenta, ya que a partir de los datos de 1993 se unieron las zonas periféricas
con la zona central; anteriormente las estimaciones no utilizaban dichas zo-
nas, por lo que es necesario realizar un trabajo exhaustivo de redefinición de
la expansión urbana en todo el espacio periurbano considerado y en todas las
fechas incluidas.
d) Centro de gravedad
Entre los resultados obtenidos (Figura 8), la migración del centro de gravedad
y el cambio de la orientación del eje principal asociado, aportan información
interesante sobre la evolución de la ciudad.
Desde 1953 hasta 1973 el centro de gravedad se mueve levemente hacia el
sureste para desplazarse después hacia el norte-noreste (dirección ≈ 30). Por su
Figura 8. Centro de Grave-
dad y eje principal.
Reconocimiento de patrones urbanos a través de la geometría fractal . 183
parte, el eje principal asociado es de 26° en 1953, 179° en 1973, 169° en 1993
y 168° en 1995. Esto significa que existen impedimentos que influyen en la
rotación del eje principal; dichos impedimentos están relacionados con la pre-
sencia de la laguna de Texcoco y del Aeropuerto Internacional Benito Juárez.
B. París
Los datos de la ciudad de París elaborados por IAURIF en 1977, cubren un es-
pacio regional que se extiende desde la ciudad de Pontoise en el noroeste hasta
la ciudad de Corbeil-Essones en el sureste. Cinco fechas han sido estudiadas:
1857, 1870, 1906, 1935 y 1964. Estos datos permiten seguir el crecimiento de
todas las zonas edificadas al nivel regional y el proceso de agrupamiento
de estas zonas al nivel global.
Al contrario de la Ciudad de México, en donde la falta de datos precisos
sugiere un crecimiento centrífugo a partir de un único centro de evolución, los
diversos pueblos y ciudades ubicados alrededor de la ciudad de París, forman
un conjunto de entidades que crecen a partir de sus propios centros hasta que
se unen progresivamente a la zona central, dejando espacios libres no edifica-
dos (Figura 9). En este caso, se ha utilizado un parámetro adicional, el índice
de atracción, que permite seguir las modificaciones que resultan del agrupa-
miento de las diversas zonas urbanas y verificar si el crecimiento del centro
urbano influye o no sobre el desarrollo de las ciudades periféricas.
Para comparar las dos ciudades, es necesario extraer el límite de la ciudad
de París a partir de los datos regionales, siguiendo como regla de elección el
supuesto de que las zonas edificadas más densas están conectadas entre ellas y
que forman un solo conjunto; esta forma de definir el límite se inscribe en un
proceso clásico de difusión (Figura 10).
Figura 9. Evolución de la
ciudad de París desde 1857
hasta 1963.
100 B
90
80
70
60
Conv
50
Lola
40
30
20
10
0
1850 1900 1950 2000
186 . Hind Taud y Jean-François Parrot
b) Dimensión fractal
1.8 B
1.7
1.6
1.5
Sup
1.4
Per
1.3
1.2
1.1
1
1840 1860 1880 1900 1920 1940 1960 1980
c) Evolución de la superficie
100000
D
60000
B
A C
20000
1840 1860 1880 1900 1920 1940 1960 1980 2000 2020
Años
d) Centro de gravedad
Una vez medidos los centros de gravedad, para todas las fechas, en las zonas
central y regional, es evidente que todos se localizan en una zona muy pequeña
188 . Hind Taud y Jean-François Parrot
A B
160
150
140
130
120
Región
110
Centro
100
90
80
70
60
1850 1900 1950 2000
Figura 14. Centros de gravedad y ejes principales. A. Posición de los centros de gravedad
calculados; cuadritos vacíos: medida regional; cuadritos llenos: medida sobre la zona
central. B. Orientación de los ejes principales (región y centro).
Reconocimiento de patrones urbanos a través de la geometría fractal . 189
e) Índice de atracción
La relación que existe entre la zona central y las zonas ubicadas en la región
peri-urbana se estudió mediante un nuevo parámetro, llamado “índice de
atracción”. Éste consiste en medir la distancia di entre el centro de gravedad
de la superficie que describe la zona central (Sc) y los centros de gravedad de
todas las zonas edificadas (i) situadas en su alrededor (ciudades y pueblos).
Considerando que el peso de la zona central decrece con la distancia (Sc / di),
la relación Ai entre la superficie Si de cada entidad i y el peso de la zona
central, indica cual es el grado de atracción de la zona central sobre estas
entidades. El valor de este índice depende también de la superficie de cada
entidad.
(
Ai = 100 – Si S x di
x ) √
di = (xi – xc)2 + (yi – yc)2
105
100
95 1857
90
1870
Índice de atracción
85
1906
80
V3 Lineal (1857)
75
Lineal (1870)
70
V1 V2 Lineal (1906)
65
60
0 1000 2000 3000 4000 5000
Número de píxeles
C. Comparación
de México, siendo esta última un poco más irregular. Las curvas obtenidas de
las medidas de la dimensión fractal de acuerdo con el tiempo (Figura 16B),
son muy parecidas y crecientes, lo que expresa el fenómeno general de desbor-
damiento del espacio periurbano.
El parámetro Superficie permitió estimar la evolución de la zona urbana
a través las medidas del índice de crecimiento. Debido a la diversa disponibi-
lidad de datos espacio-temporales para cada ciudad, se tienen índices anuales
diferentes (para el ámbito regional en el caso de París y para el área central en
el caso de México), el índice global medido para París entre 1857 y 1964 y para
México entre 1953 1995, es más o menos igual. Si la evolución de la superficie
no fuera resultado de un complejo proceso socioeconómico, la reflexión sería
que la evolución en ambos casos fuera parecida para los períodos analizados.
Figura 16. Comparación
75 A A. Índice de convexidad.
70 B. Dimensión fractal.
65
60
55 París Centro
50 México
45
40
35
30
1850 1900 1950 2000
1.82 B
1.8
1.78
París
1.76
México
1.74
1.72
1.7
1850 1900 1950 2000
192 . Hind Taud y Jean-François Parrot
Conclusión
Bibliografía
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Reconocimiento de patrones urbanos a través de la geometría fractal . 193
Introducción
Las primeras noticias que se tienen de esta relación provienen del antiguo
Egipto, donde se desarrolló la geometría, que mide la tierra en términos de
algún patrón de longitud y área. Aquélla se desarrolló de la necesidad prác-
tica de cuantificar la cantidad de terreno, bien sea para cobrar impuestos,
medir la productividad o delimitar las tierras. Durante esta época se empe-
zaron a conocer algunas propiedades básicas de las figuras geométricas más
simples, tales como triángulos, cuadrados, pirámides, etc. El desarrollo de la
geometría, inmediatamente tuvo repercusiones en otros ámbitos, tales como
en la arquitectura o la escultura, donde sus métodos resultaron muy útiles
para diseñar y planificar (Harigatti y Hargatti, 1994).
Los fractales: una nueva geometría para describir el espacio geográfico . 195
Geometría fractal
Al intentar modelar formas naturales, como una línea costera, las figuras geomé-
tricas simples no son un buen modelo; parecería como si una cualidad fundamen-
tal pasara desapercibida ante la geometría tradicional. Para intentar descubrir la
cualidad faltante, formulemos la siguiente pregunta, ¿cuál es la longitud de una
costa? A modo de ejemplo, calculemos la longitud de la Baja California, entre
la ciudad de Tijuana y la Bufadora. Para contestar esto, lo primero es conseguir
un mapa de la costa a cierta escala, y después, con una regla de cierta medida,
contar cuantas veces cabe nuestra regla en la costa, tal como puede observarse
en la Figura 1A. La longitud de la costa (que llamaremos L) será el número de
segmentos contados multiplicada por la escala de la regla en kilómetros.
Figura 1. Medición de la longitud de la costa de Baja California entre Tijuana y la Bufadora, utilizando una regla de: A) 16 km
Los fractales: una nueva geometría para describir el espacio geográfico . 197
y B) 8 km.
198 . Gerardo G. Naumis
3.90
3.70
log. decimal de la longitud (en km)
3.50
3.30
3.10
2.90
2.70
2.50
1.0 1.5 2.0 2.5 3.0
Esta gráfica fue obtenida por primera vez en 1960 por Fry Richardson,
para diferentes costas. Puede observarse que todas son líneas rectas caracteri-
zadas por diferentes pendientes, cuyo valor denotaremos por -D y ordenadas al
origen que llamaremos Log10(L0). Las ecuaciones de estas rectas son del tipo,
Log10 (L) = -D Log10 (escala) + Log10 (L0)
L = L0 (escala)-D
Longitud = (escala)(# de pedazos) = (L/n)n = L
(# de pedazos) = n2 = L2(L/n)2
de donde, (# de pedazos) = L2(escala)-2
200 . Gerardo G. Naumis
Figura 3. Obtención de la
L longitud de una recta y el
área de un cuadrado, en fun-
ción de la escala.
L/4
L L/2
De lo anterior, es claro que la longitud de una recta tiene una D=1, mien-
tras que un cuadrado tiene D=2. Ahora recordemos que la recta es una figura
geométrica unidimensional, siendo el cuadrado una figura en dos dimensiones.
Siguiendo esta idea, el matemático francés Benoit Mandelbrot, quien
estaba estudiando los errores de transmisión que se producen en una línea
telefónica, propuso identificar a D con la dimensión de los objetos. Esta di-
mensión no es igual a la dimensión del espacio donde se sitúa la figura. El
número D puede ahora ser un número fraccionario por lo cual se le llamó
dimensión fractal.
Así, una figura con dimensión fractal D=1.3 es una curva irregular, ya
que tiene una dimensión entre una recta y un plano. Si la curva tiene dimen-
sión D=2, sería tan irregular que alcanzaría a cubrir de manera uniforme el
plano, mientras que una curva con dimensión fractal 1 es una recta. Aná-
logamente se puede construir un objeto con dimensión fractal entre cero y
uno, es decir, con una dimensión intermedia entre un punto y una recta. Para
ello consideramos un intervalo de longitud 1, y lo dividimos en tres pedazos,
según se muestra en la Figura 4. Quitamos el pedazo central. Ahora sólo que-
Los fractales: una nueva geometría para describir el espacio geográfico . 201
dan dos pedazos de longitud 1/3. Cada uno de estos pedazos se puede volver
a subdividir quitando el pedazo central de cada segmento, como se muestra
en la Figura 4. Si se repite el procedimiento infinitas veces, se obtendrá un
polvo muy fino, invisible para el ojo. Este polvo es conocido como conjunto de
Cantor. Su dimensión fractal es 0.63.
La contribución de Mandelbrot fue más allá de interpretar al número D
como una dimensión fraccionaria. Lo importante de este número es que pone
de manifiesto una clase de simetría que había permanecido desapercibida para
los matemáticos, aunque jamás para los artistas. Esta simetría consiste en que
muchos objetos son similares a sí mismos aunque se cambie la escala con la
cual los miremos. Un árbol es el ejemplo cotidiano más sencillo que se pue-
de imaginar. Su tronco se subdivide en ramas más pequeñas y cada rama en
otra rama, y así sucesivamente. Sin embargo, si se amplifica suficientemente
una sola rama junto con sus ramas más pequeñas, su aspecto general será la
del mismo árbol. Así, se podría decir que las partes del todo están formadas
por versiones más pequeñas del todo. He aquí justamente la propiedad que
se escapaba de la costa. En una escala pequeña, la costa tiene una forma muy
similar a la costa en un mapa con una escala mayor. Esta propiedad se cono-
ce como autosimilaridad u homotecia interna, y es la característica primordial de
los fractales. De acuerdo con este enfoque, la recta pequeña de la Figura 3 es
sólo una versión escalada por el factor 1/4 de la recta original. Algo parecido
sucede con los cuadrados que se forman al subdividir el cuadrado grande de
la Figura 3; al cambiar la escala de un cuadrado a la mitad, el todo se obtiene
de sus partes utilizando cuatro cuadrados rescalados, y por eso la dimensión
fractal es dos (Figura 4).
Una vez entendida esta propiedad, se puede utilizar la geometría fractal
para construir modelos más realistas de costas, como por ejemplo la isla de
Koch (Figura 5), formada mediante un mecanismo de subdivisión análogo
al del polvo de Cantor. Aunque este modelo todavía es muy sencillo, en la
siguente sección se explicará como formar modelos más realistas y se hablará
de diversas aplicaciones de los fractales en la geografía.
Aplicaciones
Figura 4. Construcción de
un conjunto de Cantor. Para
ello se parte una recta en
tres pedazos iguales, y se
quita el pedazo central. El
proceso de subdivisión se
repite sucesivamente. Nó-
tese la tendencia de los seg-
mentos hacia la formación
de grupos o ráfagas. Este es
el efecto “Josué”, que intui-
tivamente relacionamos con
las “rachas” de buen tiempo,
economía, accidentes aéreos,
etc. Un fractal aleatorio se
construye desordenando los
intervalos en blanco, pero
sin alterar sus longitudes.
Conclusiones
Agradecimiento
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p. 116.
La urbanización difusa de la ciudad de México. Otras miradas sobre
un espacio antiguo se terminó de imprimir en septiembre de 2008,
en los talleres de Navegantes de la comunicación gráfica, S.A.
de C.V. Pascual Ortíz Rubio, no. 40, San Simón Ticumac, Del.
Benito Juárez, 03660, México, D.F.
El tiraje consta de 1 000 ejemplares impresos en offset sobre
papel cultural de 90 gramos (portada couché de 250 gramos).
Para la formación de galeras se usó la fuente tipográfica Adobe
Caslon Pro, en 9.5/10, 10/12, 11.2/12.7 y 16/19 puntos.
Edición realizada a cargo de la Sección Editorial del Instituto
de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Cuidado de la edición: Martha Pavón. Diseño, formación de
galeras y cuidado de la impresión: Raquel Martínez Campos.
Fotografía de portada: Javier Delgado.
GEOGRAFÍA PARA EL SIGLO XXI SERIE: LIBROS DE INVESTIGACIÓN
Javier Delgado
Coordinador
que se desenvuelve a escala regional, que sustituye las formas preexistentes con
nuevas formas socioespaciales.
En este volumen, La urbanización difusa de la Ciudad de México. Otras
miradas sobre un espacio antiguo, Claude Bataillon, Javier Delgado, Luis Jaime
Sobrino y Eduardo Nivón explican, a su manera, la reestructuración socioes-
pacial en curso, bajo enfoques alternativos a la tradicional dicotomía y que
apuntan cada vez más hacia una mayor interrelación urbano-regional. En la
segunda parte, Luis Chías Becerril, Hind Taud, Jean François Parrot y Gerardo