Professional Documents
Culture Documents
Ay de aquel
Ay de aquel que solo vive despierto
y que alza sobre las cosas una sola mirada
porque al llegar a la luz o la sombra no sabrá nada,
ni para qué ha vivido ni para qué ha muerto.
Mirad a las flores, mirad las mariposas.
Y a los creyentes, mirad la luz del día.
Pues si dios no existiera, ¿quién haría estas cosas?
Pero si Dios existe, ¿para qué las hizo?
Quizás
Quizás te diga un día que dejé de quererte
aunque siga queriéndote más allá de la muerte
y acaso no comprendes que en esta despedida
aunque el amor nos une nos separa la vida.
Epílogo
Di que mi amor ha muerto de una forma habitual,
aunque tú, por la espalda, le clavaste un puñal.
Lo enterraremos juntos, sin pesar ni alegría,
aunque yo solo sepa que vive todavía.
Pero no intentes nunca remover esa fosa:
Déjala abandonada; déjala silenciosa...
pues si un día la abrieras, tu mano desleal
no hallaría otra cosa que tu propio puñal.