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El punto de referencia central de toda institución escolar es la actividad del estudiante en cuanto
elemento de su perfección personal, por lo tanto, cualquier otra actividad que se realice dentro de la
escuela es subsidiaria, ya que el alumno no puede trabajar solo y necesita el auxilio de los demás.
El maestro es un intermedio entre el sujeto capado de conocer y la verdad que puede ser conocida.
Por ende, su misión se la ve actualmente como un provocador en cada alumno del encuentro sujeto-
objeto propio del acto de conocer. Se lo ve entonces como depositario y servidor de la herencia cultural
de la generación siguiente. Y este servicio sólo puede prestarse cuando se es capaz de comprender la
situación en que se halla el alumno y estimular en él la disposición más eficaz para, mediante su propio
esfuerzo, adquirir conocimientos, destrezas, aptitudes y hábitos.
La educación personalizada que propone el texto otorga un particular relieve a la tares de escuchar
por parte del maestro. “Para ayuda a un sujeto primero de todo necesita ser comprendido. La
compresión de los jóvenes vie a través de escuchar, escuchar y escuchar” (Beggs, D. y Buffie, E. G. Independent
Study. Indiana University Press, Bloomington, 1695)
El maestro ha pasado de ser fuente de datos a fuente de motivación y orientador del trabajo de los
alumnos, participando de una auténtica comunidad, es decir, una entidad en la cual los miembros actúan
unos sobre otros. Este modelo de enseñanza se le conoce como modelo de interacción-social en la
educación, propuesto por Amidon y Flanders, donde se distinguen el hablar del maestro, el hablar del
estudiante y el silencio o confusión.
Ellos plantean tres categorías de influencia directa y cuatro de influencia indirecta que responden
a otras tantas formas de utilizar la palabra por parte del maestro. Así la explicación de la lección es una
forma; pero otras son la ordenación del trabajo de los alumnos, la aceptación explícita de los
sentimientos de los estudiantes, la incitación al trabajo, la aceptación de las ideas de los estudiantes y
el establecimiento de diálogos sobre contenidos o procedimientos de trabajo.
El hablar del estudiante es una respuesta a los estímulos o preguntas del profesor y la de iniciativa.
El silencio hace posible la reflexión o también puede indicar falta de comunicación.
Como miembro de la comunidad el maestro ha de integrarse con ella y debe participar en las
actividades sociales de la misma.
Relacionarse con los otros elementos educadores, especialmente los demás profesores, el
tutor u orientador de los alumnos, los padres y los directivos escolares
Participar en el gobierno del colegio
Participar en el planeamiento y programación de los períodos medianos y largos de trabajo
Hacer revisión crítica y evaluación del trabajo escolar y participación en el estudio y
decisiones sobre los posibles cambios
En función de sus relaciones con los alumnos la tarea del profesor se realiza también a través de la
comunicación, especialmente dentro del concepto de personalización educativa, la comunicación entre
profesores y alumnos no se establece solamente como transmisión de ideas u orientaciones para que
los escolares realicen los trabajos previamente programados, sino que el alumno ha de participar en la
programación de la misma.