Los antecedentes del estudio científico del desarrollo infantil
son las biografías de bebés, diarios en los que se registraba el desarrollo temprano de un solo niño. Uno de los primeros fue publicado en 1787 en Alemania. Contenía las observaciones realizadas por Dietrich Tiedeman de la conducta sensorial, motora, cognitiva y del lenguaje de los 2 primeros años y medio de vida de sus hijos. De manera especulativa concluyó después de observar a su bebé chupar con mayor frecuencia una tela atada al dedo de su cuidadora que la succión debía ser "adquirida y no instintiva" (cosa que es totalmente errónea).
Fue Charles Darwin quien enfatizó por primera vez la naturaleza
evolucionista de la conducta del niño. En 1877 pensando que se podía conocer mejor a los seres humanos estudiando sus orígenes publicó un resumen de sus notas del desarrollo sensorial, cognitivo y emocional de los primeros doce meses de vida de sus hijos. este estudio le dio a las "biografías de los bebés" un respeto científico. Se publicaron más de 30 en los siguientes 30 años.
En 1882, Wilhem T. Preyer publica "El Alma del Niño", primer
estudio científico sobre el desarrollo infantil. Es el creador de la embriología conductual y de la psicología ontogenética. Estableció una serie de normas para la observación científica de los niños y seres no humanos, demostró que el estudio de los niños podía constituir un área científica y un movimiento social y humanista.
A principios del Siglo XX se producen acontecimientos que
afectan al desarrollo de la disciplina: Movimiento Psicoanalítico. Freud insistió en la importancia que tienen las primeras experiencias tempranas para el desarrollo de la personalidad adulta. Anna Freud o Melanie Klein desarrollaron posteriormente el psicoanálisis infantil
La Extensión de la escolaridad obligatoria a todos los niños
realizada a finales del siglo XIX y la insatisfacción con los resultados educativos produjo un movimiento de renovación educativa - Ovide Decroly, Maria Montessori, Edouard Claparède- Señalaban la importancia de conocer al niño para poder llevar a cabo la tarea educativa.
La introducción de test mentales. Binet y Simon publican su test
de inteligencia en 1905. Su idea era contar con un instrumento que permitiera conocer el nivel de cada niño para que pudiera seguir la enseñanza con éxito.
Sin embargo, a esta disciplina aún le faltaba recorrer un largo
camino. La adolescencia no fue considerada una etapa separada del desarrollo hasta los primeros años del siglo XX cuando Stanley Hall publicó un libro "Adolescense" (aunque sin base científica).