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Cristianisme i Justícia
Julio de 2007
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1. LAS DERIVAS DEL DEBATE
1.1. Apropiación y cooperación modo, la EpC nace gravada con una hi-
poteca de carácter antropológico, de lar-
Un frente del debate gira en torno a go alcance.
quién puede decidir por el menor, de
quién depende, a quién pertenece deter- Subyace en el debate una represen-
minar su formación en valores. Las res- tación del menor como alguien que no
puestas basculan entre quienes atribu- decide por si mismo, ni piensa correcta-
yen la responsabilidad mayor a la casa mente, ni ama como corresponde, ni en-
(familia) y quienes a la escuela tiende las cosas. Es una valencia nega-
(Estado). Ambas posiciones tienen en tiva que aboca a entender la educación
común la deriva de que el menor puede como un ejercicio de doma para contro-
considerarse propiedad de alguien. Lo lar lo emergente, socializar lo desviado
cual puede ser correcto desde la pers- y rehacer lo roto.
pectiva legal y política pero no lo es des- Procede, en consecuencia, desplegar
de una perspectiva educativa. De este prácticas de dominio sobre alguien que
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se supone sin autonomía, y prácticas de Sin la crítica a la ideología de la
control sobre alguien en quien se pre- apropiación, la EpC nace quebrada.
tende reproducir los propios valores co- Ante los riesgos actuales, ninguna insti-
mo si de una clonación se tratara. tución es la única protectora, la única
Es necesario romper con la lógica educadora, la única aseguradora.
propietaria si queremos promover la En la esfera de la ciudadanía, el ni-
ciudadanía y responder a los actuales ño o el joven son primariamente una re-
riesgos, locales y globales, que planean alidad en la que confluyen relaciones
sobre los niños, adolescentes y jóvenes. que se tejen entre sí como un tapiz in-
¿Qué significa decir que el menor de- acabado; la EpC puede instituir relacio-
pende educativamente de la familia nes, corresponsabilidades y competen-
cuando el 20% de ellos o no tienen fa- cias; reenvía a la categoría de relación y
milia o está rota o no se le reconoce? O horizontalidad que moviliza educativa-
cuando las personas inmigrantes viven mente a favor de una sociedad convi-
ya la familia trasnacional que impide la vencial y justa7.
procura cotidiana entre sus miembros?5 Esta deriva propietaria del menor só-
La EpC nos debe introducir en otra lo se supera si se pasa de una educación
lógica que cuestiona o sustituye la lógi- vertical, que expropia de sí mismo al jo-
ca de la apropiación ya que la educación ven, a una educación más horizontal con
se asienta sobre la cooperación, las rela- capacidad de crear corresponsabilidad
ciones y la colaboración entre todos los entre la familia y las Administraciones,
agentes sociales. La competencia educa- entre el aula y la calle, entre los medios
tiva en orden a la ciudadanía no se le pue- de comunicación y las comunidades de
de atribuir pedagógicamente a un único sentido. Para ello es necesario comple-
sujeto, sea éste la familia, el estado, las tar el principio de subsidiariedad con el
Iglesias o las organizaciones sociales. principio de complementariedad.
Acercarse al educando es hacerlo a Algunos hablan de la EpC como si se
un sujeto que piensa, ama, espera, si- tratara de una nueva tecnología para cre-
mula, miente e incluso fabula. A alguien ar ciudadanos educados desde la institu-
que quiere ser escuchado no como un ción escolar. La perspectiva que propo-
pequeño individuo propietario sino co- nemos aproxima la EpC a una operación
mo un ciudadano pleno. No es propie- de red, que se despliega en estrategias
dad de nadie, aunque el derecho de fa- cooperativas. La tarea de la EpC sólo es
milia establezca con justicia viable si se fomentan alianzas entre la es-
obligaciones con respecto a él. La edu- cuela, la familia, los movimientos socia-
cación exige “des-apropiar” al menor les, las parroquias, los vecinos... La edu-
para reconocerlo en sus tres dimensio- cación para la ciudadanía es siempre un
nes como actor, que recita papeles ejercicio de polifonía.
aprendidos, como agente en referencia De este modo, lo niños, adolescen-
a sus procesos psico-físicos y como au- tes y jóvenes no sólo aprenden la ciu-
tor que inventa y reelabora sus propios dadanía, sino que la ejercen, como pro-
papeles6. clama la Convención sobre los
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Derechos del Niño (1989) al afirmar so- negación misma de la relación educati-
lemnemente que los niños son ciudada- va. Tan radical es su perversión que co-
nos y no sólo futuros ciudadanos, tienen rrompe tanto la asignatura de ciudada-
derecho a expresar sus opiniones cuan- nía como cualquier otra materia
do las decisiones les afecten. El Alcalde formativa, incluida la religión. Los va-
de Roma lo expresó con justeza al in- lores que derivan tanto de la fe como de
augurar el Consejo de los Niños de la la razón se proponen como algo valioso
ciudad de Roma (2001) “Queridos ni- que resulta razonable y bueno. Tanto es
ños y niñas: he querido constituir este así, que su descubrimiento es progresi-
consejo porque necesito vuestra ayuda vo mientras el alumno se acerca a la re-
y vuestras recomendaciones, porque alidad, se deja hablar por los otros, se
nosotros, los adultos a menudo nos ol- abre a la profundidad de lo real y se es-
vidamos de lo que piensan los niños. cucha el propio corazón. No desciende
Desde hoy, trabajaremos juntos para como un rayo por la simple lectura de la
cambiar esta ciudad.” Al hacerlo incor- Constitución o de la Biblia.
poraba, a través del ejercicio ciudadano Los valores, en versión religiosa o
de los niños, el pensamiento de todos laica, no consienten la imposición sino
aquellos que no tienen prisa, que no la seducción, no la autoridad sino el des-
conducen coches, que salen de casa pa- cubrimiento, no el proselitismo sino la
ra encontrarse con los amigos. El con- búsqueda razonable. Por esto, las gran-
sejo no es una simple escenificación, des tradiciones educativas los emparen-
como vienen siendo tantos, sino un in- tan con la aventura del descubrimiento,
tento de cambiar la ciudad, es decir, un del nacimiento y la iluminación. La EpC
acto de ciudadanía8. tendrá que ser un viaje lleno de expe-
riencias y narraciones, en lugar de con-
formarse con la doctrina ya hecha de
1.2. Adoctrinamiento y uno u otro signo. En lugar de ejercer la
descubrimiento doma ante un producto ya guisado para
En el debate actual queda igualmen- que se lo coman, deberán atreverse a
te afectada la finalidad misma de la edu- pensar; en lugar de adaptarse sin más
cación bajo la sospecha permanente de criterio al pensamiento hegemónico, se
adoctrinamiento. Quienes la aceptan y experimentará el riesgo de buscar según
quienes la rechazan poseen en común el momento evolutivo de cada joven.
considerar la EpC como un botín en or- ¿Podrá la EpC salvarse de esta deri-
den a la reproducción de las propias va o sucumbirá a los mecanismos de
convicciones personales y de grupo. control del Estado? Por suerte, no todo
No cabe duda, que el adoctrina- lo que es una amenaza se cumple, como
miento es la permanente sombra que parecen sugerir los detractores de la
amenaza las materias sociales y huma- asignatura. Más bien no parece que sea
nistas y ciertamente debe ser vigilada la intención de la ley ya que concede a
por toda la comunidad educativa, inclu- los centros la posibilidad de adecuar los
so con la fuerza de la ley, ya que es la contenidos de la nueva asignatura al ide-
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ario o proyecto del centro. Y en segun- Es alarmante el silencio acerca de lo
do lugar, es una materia que se ha im- que realmente importa a los menores,
puesto en casi todos los países europe- para ser sustituido por lo que necesita
os, sea cual sea la índole de su gobierno, una sociedad para lograr cohesionarse o
como “un medio de hacer frente a los mantener una confesión o una ideolo-
desafíos del siglo XXI” (Informe gía. Con frecuencia, se habla de educa-
Euridice). No parece que responda a la ción de jóvenes pero los jóvenes son las
maldad innata de lo socialistas, como grandes ausentes de las propuestas y los
propone algún jerarca. excluidos de los discursos, sobre todo
El resultado de la EpC no es una guía aquellos que necesitan mayor atención.
Michelín de la ciudadanía, sino que pre- Por esta razón, educar es ser educado.
tende acompañar la aventura de ser pa- Nadie está en condiciones de educar a
ra los demás y convivir con ellos. No alguien, si previa y simultáneamente no
consiste en ofrecer caminos trillados en ha sido educado por alguien. La trasmi-
función de las demandas del mercado, sión de conocimiento actitudes y valo-
de los requerimientos de las leyes o de res se arraiga en esa larga tradición en
las costumbres sociales. La educación la que los seres humanos se sienten in-
sólo puede señalar el puerto, pero la lle- terdependientes y por eso construyen un
gada no depende del educador sino del nosotros colectivo aunque sea mediante
esfuerzo colectivo de los tripulantes, in- retales heredados, símbolos trasmitidos,
cluido el educando. La paradoja de la indicaciones compartidas.
educación, que formularon los griegos
en su radicalidad, consiste en no domi-
nar el resultado del proceso educativo, 1.3. Aula y casa
ya que nunca se sabe si la llegada al En los debates actuales sobre EpC se
puerto será buena para los viajantes9. produce otra deriva que contrapone dos
Es necesario hermanar la educación escenarios, con desigual fortuna: la ca-
para la ciudadanía con dos conquistas sa (familia) y el aula (escuela). Para
que han sido esenciales en la pedagogía unos, el lugar natural de la educación
y están ocultas en el actual debate. En ciudadana es la familia, la casa o los pa-
primer lugar, tener en consideración el dres; para los otros su domicilio natural
punto de vista del educando, sus intere- es el aula como espacio reglado por el
ses, demandas y aspiraciones que ape- Estado. Si se trata de aprender la
nas aparecen en las actuales propuestas. Constitución con sus derechos y proce-
Con frecuencia, la preocupación por las dimientos, dicen unos, su lugar es el au-
necesidades del menor se desplaza por la; si se trata de educar en actitudes,
el reparto de competencias entre afectos y emociones su lugar es la fa-
Ministerio, Autonomías, Centros y fa- milia. Un espacio queda legitimado y
milias. De este modo, se convierte en otros quedan desacreditados para la for-
una cuestión administrativa, lo que es mación en valores, lo que comporta gra-
un imperativo educativo. ves consecuencias para la educación.
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Se le asigna a la casa ser un espacio gran parte de menores, es la sustituta de
de la vida, donde el niño expresa sus una familia ausente, inexistente o des-
sentimientos y comprende sus emocio- truida. Así lo reconocía Albert CAMUS
nes, mientras que en el aula se hibernan al recordar su infancia en aquel Barrio
los sentimientos y se congelan las rela- de Argel, que “exhibía sus ganglios de
ciones afectivas: mientras la casa-fami- miseria y fealdad”, que “sólo la escuela
lia es hogar y lugar matricial de los va- proporcionaba esas alegrías de niño. E
lores, realidad sagrada y signo natural indudablemente lo que con tanta pasión
de bondad, donde se experimenta ser amaban en ella era lo que no encontra-
querido y aceptado, el aula por el con- ban en casa, donde la pobreza y la ig-
trario es el símbolo del taller, el lugar del norancia volvían la vida más dura, más
aprendizaje, la antesala de la fábrica, la desolada, como encerrada en sí misma;
productora de infelicidad. la miseria es un fortaleza sin puentes le-
Las consecuencias son graves ya vadizos”10. En la escuela, y no sólo en
que se estigmatizan los espacios educa- ella, hemos creído que se podía encon-
tivos entre buenos y malos, entre fastos trar lo que se estima esencial en cada
y nefastos. Una vez sustanciada la esci- cultura, lo que es necesario saber para
sión, es indiferente caer de una parte o un estilo de vida buena y digna de ser
de otra. Quienes consideren que la fa- vivida, lo que necesitamos saber para
milia es el lugar natural de la inocencia ser socialmente útiles.
y de la bondad, le reservan el derecho a Ambos espacios, en lugar de contra-
educar en valores, mientras tanto se exi- ponerse, se inter-afectan. En el aula,
me al aula de ser un lugar donde se prac- queramos o no, hay algo de familia en
tique el reconocimiento, la cordialidad la que conviven el fuerte y el débil, el
o la ternura, que son la condición para enfermo y el sano, el listo y el torpe. El
experimentar los valores. aula está hecha de contactos y relacio-
Al consagrar la incomunicación en- nes, de gestos y encuentros no previs-
tre el aula y la casa, se produce la deri- tos, de ternuras y frialdades. Y en la fa-
va de la fragmentación, incapaz de rela- milia hay algo de aula de aprendizaje,
cionar las diversas realidades que cuando el viejo advierte, el hermano
conforman la vida del menor: la corpo- mayor reprende, la madre opina, los tí-
ralidad y la sociabilidad, la reflexión y os informan11.
acción, la racionalidad y la espirituali- Ambos son espacios vitales de rela-
dad, el argumento y la cordialidad. La ciones que prolongan el propio cuerpo:
escisión sólo sirve a la racionalidad tanto lo que le pasa a la casa como lo
mercantil. que le sucede al aula acontece a la per-
Una familia inmune y un aula con- sona del niño, ya que todo en él es rela-
gelada de afectos y relaciones no tradu- cional. Participa tanto en el misterio de
ce, de ningún modo, las expectativas del la vida que se vive en la familia como
menor. Al contrario, mi experiencia co- comparte lo que se realiza en el taller.
mo educador me ha regalado siempre la ¿Es posible aprender matemáticas sin
convicción de que la escuela, para una emociones? ¿Es posible aparcar la si-
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tuación de ruptura familiar en el interior un ensimismado ciudadano que sólo
de un proceso educativo? cuida su jardín. La reducción del ciuda-
Si todo en el niño es una aventura dano a productor o consumidor co-
corporal y social, cualquier intento por mienza en el aula, cuando la escuela se
separar lo que está unido está abocado reduce a simple taller se debilita la vida
al fracaso. No hay por qué pensar que en su conjunto. El sistema social que-
el aula no pueda ser un lugar de convi- dará de este modo legitimado para acer-
vencia, de comunicación, de acogida, carse a ellos como recurso con valor
donde se comparten sentimientos, emo- económico, mientras se perpetúa la ló-
ciones y actitudes. Ciertamente que no gica racionalista neoliberal.
toda aula es un taller ni toda casa es un Sería más adecuado aprovechar esta
hogar, más bien el niño constata que oportunidad para la construcción afecti-
hay aulas y familias en las que se mue- va del aula y para la construcción de-
re de frío y de incomunicación. Una ra- mocrática de la familia. Aunque sólo sea
zón más para apostar por la EpC. porque en todo aprendizaje hay una
Si el menor vive la escisión entre el interacción, es imposible que, en mayor
aula y la casa será un candidato a con- o menor medida, no sea de naturaleza
vertirse en productor para la fábrica, o emotiva o afectiva.
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2. LAS CÜESTIONES
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3. LAS BRÚJULAS
1. LA EDUCACIÓN CIUDADANA
2. ESFERAS DE CIUDADANÍA
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las etnias o por las naciones. “La idea de igualdad entre las personas de un de-
de que todos los pueblos del mundo for- terminado lugar, superando diferencias
man una humanidad única no es cierta- y particularismos religiosos, étnicos,
mente consustancial al género huma- lingüísticos. Igualdad significa atribuir
no”, escribe. “Al contrario, lo que ha a los sujetos una idéntica capacidad ju-
distinguido durante mucho tiempo a los rídica, un idéntico derecho a ser titular
hombres de las demás especies es pre- de derechos, y en consecuencia de esta
cisamente que no se reconocían unos a igualdad nace el mutuo reconocimien-
otros. Lo propio del hombre era, en los to: te reconozco como sujeto en cuanto
inicios, reservar celosamente el título te reconozco igual a mí en derechos. Los
de hombre exclusivamente para su co- jóvenes deben aprender a luchar por los
munidad”24. derechos y contra los obstáculos que
¡Cuánto ha tardado el ser humano en impiden el reciproco reconocimiento de
sentir que pertenecía a una única espe- los sujetos.
cie! ¡Cuantos esfuerzos educativos para
superar el individualismo posesivo que
conforma a muchos alumnos hoy! 2.2. La esfera de la libertad
Invocar el principio de ciudadanía es re- Cuando se estima lo común com-
conocer un espacio público, común y partido, estamos en condiciones de va-
unitario, con vocación universal e in- lorar lo propio, como propulsor de la
clusiva que posibilite la convivencia en- identidad personal y social. La ciudada-
tre personas, cualquiera sea su étnica, nía hace referencia a la persona que de-
su condición social y su credo religioso. cide autónoma y libremente y participa
El advenimiento de la ciudadanía resul- en las decisiones que le afectan. La ciu-
ta emancipador cuando suscita procesos dadanía moderna nace para acabar con
de reconocimiento en la casa común de la condición de súbdito, vasallo y escla-
lo humano y nos capacita para enten- vo25. “La defensa del individuo y de su
dernos más allá de nuestras circunstan- autonomía moral constituye un deside-
cias, culturas o religiones. El proceso ha ratum de civilización que puede ser el
sido históricamente difícil y educativa- objetivo de la pedagogía de la libertad
mente complejo. El tamaño de la difi- en el ámbito educativo y también en el
cultad educativa lo conocen bien los social y político”26.
educadores que tienen que pleitear con- La ciudadanía tradicional se vinculó
tra las pautas posesivas introyectadas al ejercicio del voto en el ámbito políti-
por los alumnos, y reforzadas por los pa- co, que se convierte en el acto único y
dres y por la cultura mercantil domi- básico de participación política. “El ver-
nante. dadero poder del electorado es el poder
En tiempos pos-modernos, vincular de elegir quien gobernará; las eleccio-
la aparición de la ciudadanía a la cons- nes no deciden cuestiones, sino quienes
trucción del espacio público, común y las decidirán”27. Las razones, que se es-
compartido, es absolutamente contra- grimen para justificar esta expropiación
cultural, ya que despliega la condición de la ciudadanía, son diversas; los ciu-
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dadanos, dicen algunos, no tienen tiem- ral para nuestro tiempo”29. No cabe du-
po para ocuparse de asuntos generales da que dicha vuelta servirá para librar-
porque deben trabajar y ocuparse de su nos de las retóricas reaccionarias e in-
familia; los ciudadanos no tienen com- cluso la ilustración es el único punto de
petencia para pronunciarse o actuar so- anclaje para una búsqueda que permita
bre asuntos generales que trascienden su superarla30; pero dudo que sirva para su-
experiencia cotidiana e incluso son in- perar las retóricas progresistas, el for-
capaces de superar los propios intere- malismo jurídico y la relación dinera-
ses particulares y asumir el interés ge- ria31. Podría incluso darnos la sorpresa
neral. que Rousseau nos propusiera una edu-
La ciudadanía activa, por el contra- cación para formar no al ciudadano si-
rio, se opone a cualquier expropiación no al hombre32.
de materias, espacios y competencias
que quieren sustraerse a la participa-
ción. El joven puede entender que su 2.3. La esfera de lo exigible
participación en la gestión de los ries- La ciudadanía expresa el estatuto de
gos locales y globales es componente cada uno de nosotros en la esfera del
esencial de su libertad. Si la asignatura Estado. Somos productores y consumi-
logra facilitar la estima de la libertad y dores en la esfera del Mercado, somos
el compromiso con la participación, ha- amigos, vecinos y familiares en la esfe-
brán valido la pena todos sus esfuerzos. ra de los mundos vitales, somos ciuda-
Libertad y participación, como anverso danos en la esfera del Estado-nación. La
y reverso, despiertan la capacidad de los ciudadanía, en consecuencia, connota
ciudadanos de organizarse en modo incorporación y pertenencia a un Estado
multiforme, de movilizar recursos hu- y a su jurisdicción, que comportan una
manos, técnicos y financieros, y de ac- serie de derechos y obligaciones, pres-
tuar con modalidad y estrategias dife- taciones y servicios que vienen estable-
renciadas para tutelar derechos y cidos por la Constitución. En este con-
responsabilizarse de los bienes comu- texto, ciudadano se opone a extranjero.
nes28. Entender que la ciudadanía no se Ser ciudadano significa saber cómo
limita al ejercicio del voto político, sino quiere el Estado relacionarse conmigo y
que se puede ejercer, efectivamente y en de qué manera yo quedo comprometido
profundidad, en todos los ámbitos de lo en la construcción de un sujeto colecti-
cotidiano, es algo profundamente con- vo, que puede llamarse casa común, pa-
tracultural. Como decía el personaje de tria, nación, estado o país. Necesita sa-
la película Espartaco: “sólo que un ber cómo se entra y se sale de un país
hombre aprenda a decir no tiembla el y cuales son los criterios de atribución
Imperio Romano”. de la ciudadanía y nunca entenderá por
Tengo serias dudas si para esta tarea qué hay tantos inmigrantes que no tie-
servirá sólo “la bandera del iluminismo” nen ni siquiera el derecho a tener dere-
según el llamado de Peces Barba a “vol- chos. Necesita saber que en razón de su
ver a la Ilustración como exigencia mo- ciudadanía hay un conjunto de protec-
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ciones y beneficios, como bienes de ciu- gún obispo a estimar la patria como bien
dadanía garantizados por los poderes común. Tan solo que entonces será un
públicos, que marcan la línea de digni- patriotismo constitucional incluyente,
dad. que quizá espere que la tierra la posean
La pertenencia a un estado compor- los pobres.
ta el reconocimiento de un conjunto de
derechos, prestaciones y responsabili-
dades. Lo cual es realmente contracul- 2.4. La esfera de la solidaridad
tural, no porque nos libra de algunas de- Si la cultura de la ciudadanía se de-
pendencias ya superadas propias de la ja fecundar por las grandes tradiciones
edad media, que algunos en la contien- religiosas recibirá suficientes razones
dan atribuyen a la influencia de la para trascender sus propios límites, so-
Iglesia, sino también porque cuestiona bre todo los que afectan a la condicio-
la grave mercantilización de nuestros nalidad y a la universalidad abstracta.
días y la trasformación actual de los de- La ciudadanía actual está mutilada
rechos en simples aspiraciones. Al ayu- porque se condiciona a la nación, al mé-
dar a los jóvenes a diferenciar ambos rito, a la financiación. Se reconocen los
extremos, iniciamos una pedagogía de derechos sociales si hay presupuesto, si
la responsabilidad. De derechos socia- se utilizan bien las prestaciones, si se es
les se habla cada vez menos, a favor de nacional. Los jóvenes asisten a la exal-
nuevas categorías como “oportunida- tación de las condicionalidades y nece-
des”, “servicios”, “necesidades”, “aspi- sitan ser ayudados a experimentar al
raciones”, “capacidades”... que consti- otro sin condiciones ni presupuestos,
tuyen el objeto de los nuevos mercados desde la fraternidad36. Antes de ser in-
sociales. Como afirma Ricardo Petrella; migrante o extranjero es prójimo; antes
“Desde hace algunos años, el sistema de ser “los subsaharianos”, son personas
dominante, en todas las ocasiones, está con nombre propio y trayectoria perso-
afirmando la ideología de las necesida- nal aunque no sean ciudadanos de este
des y no de los derechos, y está sustitu- país ¿Por qué la parábola del samarita-
yendo la cultura de los derechos huma- no no pertenece a la construcción actual
nos y sociales por la de necesidades de la ciudadanía?
vitales”33.
Si se deja fecundar por ciertas sabi-
La lucha por los derechos combina durías religiosas, la ciudadanía no se
la contestación al orden existente con la identifica con la cohesión social, por
proyección de un régimen alternativo y importante y necesaria que sea sino que
futuro34. E interesa menos saber, en el intenta ampliar permanentemente el
debate actual, quién sea el portador “nosotros humano”37. El joven no com-
cuanto fundar un nuevo orden de dere- prenderá por qué se estrechan tanto los
chos trasnacionales35. Finalmente, la círculos de pertenencia, mediante racis-
EpC ayudará a cultivar el sentimiento mos y xenofobias si el extranjero es al-
colectivo de arraigo en una tierra y en guien a quien todavía no conoce.
una tradición; e incluso como quiere al- Bashige Michel, ante las murallas de
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Melilla, decía: “Estoy seguro de que si venes serán invitados a construir redes
conocieran mi historia y la de mis com- trasnacionales de solidaridad más allá
pañeros no me obligarían a volver de de las fronteras nacionales. La nueva
donde vengo ni me abandonarían en un ciudadanía deja de ser un privilegio pa-
desierto sin ninguna posibilidad de su- ra convertirse en un derecho universali-
pervivencia. Quiero vivir y ayudar a vi- zable conforme a la vocación humano
vir a mis hermanos, sólo pido eso”. divina39.
Venimos de un tiempo en el que los Educar para la ciudadanía significa,
excluidos y empobrecidos habían sido finalmente, gustar la solidaridad que
destituidos de su condición de sujetos implica la inteligencia y el corazón, los
en provecho de procesos estructurales. sentidos y la intuición, la razón y las
El último capítulo de la historia de esta emociones, la ética y la estética. Y de es-
destitución se escenifica en las migra- te modo hace un aporte sustancial: lo
ciones que les reducen a ser simples re- que durante mucho tiempo se ha consi-
plicantes de expulsiones y de atraccio- derado un saber de segundo orden;
nes. De este modo perdieron su nombre aquellos elementos, que torpemente se
propio a favor del genérico: inmigran- han ido excluyendo del ámbito educati-
tes, subsaharianos, musulmanes, ocul- vo, como el saber práctico, la experien-
taron su origen a favor de su destino, di- cia directa, la capacidad creativa, la evo-
luyeron sus capacidades personales a cación de la belleza, la emoción ante el
favor de intereses laborales, aceptaron sufrimiento. Entran en juego la subjeti-
humillaciones a favor de beneficios vidad, las emociones, la creatividad, la
mercantiles. Mientras la condición de belleza, la alteridad, la vitalidad, la sen-
ciudadano es requerida para mantener la sualidad, el cuerpo y el alma40.
cohesión social, la condición de perso- Es un conocimiento que se aleja del
na es requerida en orden a participar en paradigma ilustrado para explorar mun-
el nacimiento de una nueva civilización dos posibles, rutas no navegadas, alter-
más humana. Por eso conquistan el de- nativas de acción y supera la escisión
recho a ser reconocidos absolutamente, entre teoría y práctica, el divorcio entre
más allá de la contingencia de un docu- el amor y el conocimiento, que consa-
mento registrado de ciudadanía. gró la modernidad, la polaridad entre la
Mientras, el documento residencial in- pasión y la racionalidad, la fractura en-
troduce en la fortaleza de un orden so- tre el pensar y el sentir, la oposición en-
cial impuesto, el rostro introduce en la tre objetividad y subjetividad, entre lo
debilidad de un orden social que puede abstracto-general y lo concreto-particu-
y debe ser reconstruido con la partici- lar, entre cultura y naturaleza, entre lo
pación de los jóvenes. público y lo privado. Nace otro para-
Y entonces, la ciudadanía o se con- digma de la educación basada menos en
vierte en cosmopolita y mundial o no el dominio que en la colaboración.
cumple el papel emancipador que ha Cuando en el mundo de la educación al-
desempeñado históricamente38. Los jó- guien cede su potencia gana en credibi-
27
lidad. A través de la asignaturas de ciu- La EpC nos obliga a vivir la transi-
dadanía, cuando se basa en el ejercicio ción hacia otras lógicas que recuperen
del poder, sólo se crean clientes ya que los caminos humildes, las estrategias
la fuerza y la potencia no garantiza la cooperantes, el valor del encuentro per-
educación41, sino que promueve “ciuda- sonal y la lógica cooperativa.
danos siervos”o “ciudadanos confor- Suficientes razones para asistir a la
mes” en la euforia de un permanente botadura del barco de la EpC con el de-
consumo de bienes y experiencias42. seo activo de llegar a buen puerto.
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NOTAS
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