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INGENIERIA AGRICOLA
Control de la Maleza 0
ANTOLOGIA
PAPIME: PE 202407
EDITORA
Gloria de los Angeles Zita Padilla
Contenido
1
Manejo de maleza en cultivos básicos........................................84
Gloria Zita
BIOLOGIA Y ECOLOGIA DE LA MALEZA
Gloria Zita Padilla
FES Cuautitlán UNAM. PAPIME PE202407
zitagloria@gmail.com
INTRODUCCIÓN.
La Malherbología es la ciencia que estudia la biología, ecología y manejo de malas
hierbas o maleza. De acuerdo a la mayor parte de la literatura se puede definir a la
maleza como “una planta que crece en un momento y en un lugar no deseado”. En el
presente escrito usaremos indistintamente los términos maleza y mala hierba. Mientras
que el término planta arvense, se usará para referirse a aquella vegetación asociada a
un agroecosistema y que no es el cultivo de interés.
El principal objetivo de la agricultura y el desarrollo sustentable es aumentar la
producción de alimentos de manera sostenible y mejorar la seguridad alimentaria. El
advenimiento del concepto de desarrollo sostenible, la crisis medioambiental, la crisis
alimentaria, entre otros problemas globales ha generado que en los tiempos actuales,
se vuelva la mirada a entender a la producción agrícola con un enfoque agroecológico.
La agroecologia es un enfoque transdisciplinario científico que define, clasifica y
3
estudia los sistemas agrícolas desde una perspectiva agronómica, ecológica,
socioeconómica, étnica y sociocultural; se considera el fundamento científico de la
agricultura sustentable, ya que brinda conceptos, características y principios ecológicos
para analizar, diseñar administrar y conservar los recursos de los sistemas agrícolas.
(Altieri, 1999)
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas “para el año 2025, el 83% de
la población mundial, que según se prevé será de unos 8.500 millones de personas,
vivirá en países en desarrollo. Ahora bien, la capacidad de recursos y tecnologías
disponibles para satisfacer las demandas de alimentos y otros productos básicos
agrícolas de esta población en constante crecimiento sigue siendo incierta. La
agricultura tendrá que hacer frente a este reto, sobre todo mediante el aumento de la
producción en las tierras que ya se están utilizando, y evitando asimismo el
aprovechamiento aun más intenso de tierras que solo son marginalmente aptas para el
cultivo”. (ONU, 2004)
Fuente: Booth, et al. 2003. Weed Ecology in Natural an Agricultural Systems. CABI Publishing.
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Distancia en Metros 0.01 0.1 1 10 100 1000 10000 1E+05 1E+06 1E+07
5. ECOLOGIA DE MALEZAS.
5.1. Concepto.
La ecología es el estudio científico de las interacciones que regulan la distribución y la
abundancia de los organismos, en otras palabras estudia, dónde, en qué cantidad y por
qué están presentes los organismos. Para el caso que nos ocupa, la ecología de
malezas estudiará entonces el dónde, cuántas y por qué, están presentes las malezas.
5.2. Niveles de estudio en ecología.
A fin de facilitar el estudio de esta disciplina los ecólogos la han dividido en
subdisciplinas según varios criterios, por ejemplo: según el tipo de organismos que
estudia puede haber ecología vegetal, animal, o microbiana. Según los niveles de
organización, a nivel individuo se puede estudiar la influencia de los factores abióticos
en su fisiología, biología, etc., esta sub disciplina entonces recibe el nombre de eco
fisiología. Si lo enfocamos desde grupos de individuos de la misma especie hablamos
entonces de ecología de poblaciones. En cambio, si lo que nos interesa es observar las
interacciones entre grupos de poblaciones entonces se trata de ecología de
comunidades. En la Tabla 5 se incluyen algunos de los parámetros que caracterizan a
las comunidades y poblaciones.
Tabla 6.. Resumen de interacciones que pueden ocurrir entre dos especies
Especies
Interacción A B Explicación
Neutralismo 0 0 Ninguna de las especies es afectada
Competencia Ambas especies son inhibidas, o una de las especies es afectada
(amensalismo) 0/- - y la otra no
Alelopatia 0 - La especie A libera químicos que inhiben la especie B
Herbivoría + - La especie animal A consume parte de la especie de planta B
Mututalismo + + Ambas especies son beneficiadas
Comensalismo + 0 La especie A se beneficia mientras que la especie B no es afectada
La especie A es parásita y explota a la especie B que es el
Parasitismo + - hospedante, dado que vive en o sobre de ella.
Fuente: Booth 2003. Weed Ecology.
La competencia se define como un tipo de interacción dañina, es decir ambas especies
resultan afectadas adversamente por su asociación. La competencia es interespecífica
cuando se lleva a cabo entre dos o más especies diferentes, o intraspecífica cuando se
lleva a cabo entre organismos de la misma especie.,
-Competencia de interferencia. La cual tiene lugar cuando los organismos se afectan
adversamente entre si por búsqueda de recursos, incluso si estos últimos no son
escasos, la mayoría de los autores incluyen en este apartado a la alelopatía.
Las sustancias aleloquímicas pueden ser producidas en los tallos, raíces, hojas y
flores. Su naturaleza química es variada pero en general se trata de productos del
metabolismo secundario. En algunas ocasiones estas sustancias deben ser
transformadas en el suelo para lograr su efecto fitotóxico. Para algunos autores la
alelopatía se presenta en una gran variedad de malezas como por ejemplo Abutilon
theophrasti, Elytrigia repens, Pteridium aquilinum. Para otros se debe tomar con
escepticismo.(Booth, 2003)
-Competencia por recursos. Para que este se lleve a cabo tienen que darse varias
condiciones: obviamente que los organismos coexistan, pero ademas que ambos
necesiten el mismo recurso y que este sea limitado.
De acuerdo con Morán (1993) los recursos limitantes mas importantes en la
competencia maleza-cultivo y que inciden directamente sobre la producción de los
cultivos son los siguientes en orden de importancia.
Agua.
16
Este es el factor de competencia más limitante y de mayor influencia sobre el cultivo,
debido a que la mayoría de los casos, afecta mayormente el rendimiento en
comparación con la competencia por nutrientes. Esta importancia en mayúscula en
aquellas regiones donde se practica la agricultura de temporal, donde la maleza puede
incluso, afectar las reservas de agua del suelo.
Nutrientes.
Por su fisiología de desarrollo acelerado y su alta adaptación, las malezas demandan
mayor cantidad de nutrimentos, por ejemplo, una planta de Brasica sp. Requiere dos
veces más Nitrógeno y Fósforo que una planta de avena, esto se puede observar en la
Tabla 7
Tabla 7 Análisis de la composición química de nutrientes en porcentaje del peso seco del cultivo de maíz
en competencia. * Malezas: Amaranthus sp, Digitaria sp y Chenopodium sp. ** En cultivos de maíz
Planta N P K Ca Mg
PRÁCTICAS DE CULTIVOS
- Sembrar los cultivos antes o después del flujo
de emergencia de las malezas.
- Usar la alelopatía de los cultivos en contra de
PRÁCTICAS DE CONTROL la germinación/ emergencia de las malezas.
- Aplicar herbicidas de pre-siembra o
pre-emergencia.
- Concentrar residuos de plantas MENOS
PROPAGULOS
alelopáticas en la zona de germinación MALEZAS = EN EL SUELO
de semillas de malezas
Pre-siembra: Romper la dormancia de
las semillas o propágulosluego de
destruir las plantas emergidas.
PRÁCTICAS DE LABRANZA
- Labrar profundo para enterrar semillas y
propágulos.
- Demorar la última labranza hasta que se
prduzca el flujo de germinación de las malezas.
- Fragmentar los propaguloscon laboreo
profundo.
20
Grado de Competencia
Prevención
Reducir los insumos y aumentar la
Asoleo del suelo
producción del banco de semillas del
Control de malezas pre-siembra
suelo
Cultivo temprano
Uso de trasplante de cultivos
Permitir al cultivo recapturar espacio
Elección de fecha de siembra
Labranza
Poda Reducir el crecimiento de la maleza y
Mulching capturar, así, espacio
K1
K2
Donde:
N1 = Tamaño de la población de la especie 1.
t = Tiempo.
r1= tasa intrínseca de crecimiento de la especie 1.
K1= Capacidad de carga para la especie 1.
α y β = Coeficiente de competencia de la especie 1
Y en forma semejante para la especie 2.
22
Este modelo es meramente descriptivo y no explica los mecanismos en que se lleva a
cabo la competencia por recursos.
El modelo de Tilman.
Este modelo fue desarrollado por Dave Tilman y sus estudiantes, realizando un análisis
matemático del modelo de Stewart y Levin a fin de darle una perspectiva gráfica.
6. Muestreo de Malezas.
La caracterización del conjunto de arvenses en un agroecosistema está determinada
tanto por las características fenotípicas de las diferentes especies como por el arreglo
espacio-temporal de sus poblaciones. (Caamal, 2004 )
Para poder describir el comportamiento de una población es necesario definir algunos
de sus parámetros, sin embargo la descripción de todos los individuos en muchos
casos es imposible y casi nunca es deseable. En lugar de ellos se realiza un muestreo. 23
El muestreo se define como la actividad por la cual se toman ciertas muestras de una
población. Mientras que una muestra se define como un pequeño grupo o subconjunto
sacado de una población. La representatividad de la muestra depende de la forma de
extraerla y es directamente proporcional a su tamaño. Para que una muestra sea
representativa, y por lo tanto útil, debe de reflejar las similitudes y diferencias
encontradas en la población y ejemplificar las características de la misma. Cuando
decimos que una muestra es representativa indicamos que reúne aproximadamente las
características de la población que son importantes para la investigación.
Para poder tener una muestra representativa se deberá hacer una planeación previa
del muestreo que tome en cuenta:
Disponibilidad de tiempo y personal
Disponibilidad de equipo
Nivel de exactitud requerido
Número de repeticiones
Conocimiento de la flora
Objetivos el muestreo
Diversidad
Estratificación
Hábito de crecimiento de las plantas
Tamaño de las plantas
Tipo y tamaño de unidad muestral. La forma geométrica de la unidad de muestra puede
variar. En términos generales se recomienda la el plano circular para terrenos planos
con vegetación escasa. El cuadrado para terrenos planos pero con vegetación más
abundante y el rectángulo para lugares en donde se presenta un gradiente ambiental
bien definido. (Franco, 1985) Dado que el tamaño de la unidad de muestra también
influirá en los resultados en comunidades arvenses convencionalmente se recomienda
el uso de unidades cuadradas de .5 m de lado.
Diseño del muestro. La distribución de las unidades de muestreo dentro del terreno a
estudiar puede ser al azar o sistemático. Un diseño comúnmente utilizado en
muestreos de vegetación arvense es el conocido como “zig-zag” o “W”, el cual
corresponde al tipo de muestreo sistemático. (Fig. 5). La distancia entre cada una de
ellas dependerá del para qué se quiere muestrear así como del número de puntos
necesarios para obtener una muestra representativa, también conocida como área
mínima.
24
25
Número de especies
Área mínima
N = 1/d2 ( (a + 1)/X + (b – 1 )
donde:
N = Número de cuadrantes necesarios para contar con una muestra representativa
d2 = Grado de precisión deseado.
El uso de la regresión propuesta por lwao, elimina el problema que ocurre en el cálculo
26
de otros índices cuando se suceden cambios en la densidad de la población,
permitiendo así la estimación del tamaño de la muestra y la escogencia de la
transformación adecuada de los datos para el análisis de la varianza (Iwao y Kuno,
1968).
En términos generales se puede decir que no hay una metodología estricta
para el muestreo de malezas. La elección de cada método, modelo, repeticiones
etcétera dependerá como se dijo líneas arriba de los objetivos y alcance deseado.
BIBLIOGRAFIA
INTRODUCCIÓN
Época de aplicación.
De acuerdo a su época de aplicación los herbicidas pueden clasificarse en forma
general como preemergentes (PRE) y postemergentes (POST). Por lo general, los
herbicidas PRE se aplican después de la siembra, pero antes de que emerjan la
maleza y el cultivo. Los herbicidas PRE requieren de un riego o precipitación para
situarse en los primeros 5 cm de profundidad del suelo, donde germina la mayoría de
las semilla de maleza. Este tipo de herbicidas elimina a las malas hierbas en
germinación o recién emergidas, lo que evita la competencia temprana con el cultivo.
Por lo general la semilla de los cultivos se coloca por debajo de la zona de suelo con
alta concentración de herbicida y la selectividad al cultivo puede ser tanto posicional
como fisiológica. Los herbicidas PRE presentan una gran interacción con algunas
características del suelo como son: textura, pH y materia orgánica que pueden afectar
la cantidad de herbicida disponible en el suelo para controlar la maleza. Por lo general
la dosis de este tipo de herbicidas se ajusta según el tipo de suelo y materia orgánica,
requiriendo una mayor dosis en suelos arcillosos y con alto contenido de materia
orgánica (Anderson, 1996).
Selectividad.
De acuerdo a su selectividad los herbicidas pueden ser clasificados como: Selectivos,
herbicidas que a ciertas dosis, formas y épocas de aplicación eliminan a algunas
plantas sin dañar significativamente a otras, por ejemplo, atrazina es un herbicida 31
selectivo en maíz y sorgo. No selectivos: aquellos herbicidas que ejercen su toxicidad
sobre toda clase de vegetación y deben utilizarse en terrenos sin cultivo o bien evitando
el contacto con las plantas cultivadas. El glifosato es un ejemplo de herbicida no
selectivo (Caseley, 1996).
Tipo de acción.
Por su tipo de acción los herbicidas pueden ser: De contacto, herbicidas que eliminan
sólo las partes de la planta con las que entran en contacto y tienen un transporte
limitado dentro de la planta, por lo que se recomiendan para el control de maleza anual.
Sistémicos: herbicidas que se aplican al suelo o al follaje y son absorbidos y
transportados a toda la planta incluyendo sus raíces y otros órganos subterráneos.
Debido a lo anterior, los herbicidas sistémicos son utilizados para el control de maleza
perenne (Ross y Lembi, 1985).
Familia química.
La clasificación de los herbicidas en familias químicas se basa en la composición de los
diferentes compuestos usados como herbicidas. Los herbicidas dentro de una familia
química tienen propiedades químicas similares y generalmente tienen el mismo modo
de acción (Retzinger y Mallory-Smith, 1997). Algunos ejemplos de las principales
familias químicas de herbicidas son: las triazinas, las dinitroanilinas, los fenoxiacéticos,
las cloroacetamidas, las ciclohexanodionas, las sulfonilureas y los bipiridilos (Hance y
Holly, 1990). En Estados Unidos en la actualidad existen alrededor de 200 ingredientes
activos utilizados en la fabricación de aproximadamente 800 herbicidas comerciales
(Vencill, 2002). En México, existen 65 ingredientes activos en alrededor de 300
herbicidas comerciales (Anónimo, 2007).
Modo de acción.
La forma más útil de clasificación de los herbicidas es según su modo de acción (Duke
y Dayan, 2001; Schmidt, 2005). El modo de acción es la secuencia de eventos que
ocurren desde la absorción del herbicida hasta la muerte de la planta. Los herbicidas
con el mismo modo de acción tienen el mismo comportamiento de absorción y
transporte y producen síntomas similares en las plantas tratadas (Gusolus y Curran,
1996). Además la clasificación de los herbicidas según su modo de acción permite
predecir, en forma general, su espectro de control de maleza, época de aplicación,
selectividad a cultivos y persistencia en el suelo (Ashton y Crafts, 1981). Finalmente
este tipo de clasificación permite diseñar los programas de control químico de maleza
más eficientes y evitar los posibles efectos negativos del uso de herbicidas como son la
residualidad en el suelo, el cambio de especies de maleza y el desarrollo de biotipos de
maleza resistentes a herbicidas (Heap, 2001; Regehr y Morishita, 1989).
Aunque es común que los términos modo y mecanismo de acción de los herbicidas
sean usados como sinónimos, existen claras diferencias entre estos términos. El modo
de acción se refiere a los eventos que provocan los herbicidas y el mecanismo de
acción al sitio o proceso bioquímico específico que es afectado (Baumann et al., 1998;
Gunsolus y Curran, 1996). 32
Las siguientes clases de herbicidas según su modo de acción incluyen a la mayoría de
los herbicidas en el mercado en México. En cada clase se citan ejemplos de los
principales herbicidas y en algunos casos se incluyen herbicidas que aún no se
comercializan en nuestro país, pero que son importantes en la clase. En el Cuadro 1 se
citan los herbicidas comercializados en México en 2005, con su nombre común,
nombres comerciales, modo de acción y empresa comercializadora (Anónimo, 2004).
Los pigmentos de las plantas son compuestos que absorben la luz en ciertas regiones
del espectro visible. Las longitudes de onda que no son absorbidas son reflejadas, por
ello, la clorofila al absorber la luz en el espectro rojo y azul, refleja el verde, lo que da
este color a las plantas. Los carotenoides son pigmentos de color amarillo y naranja
que están asociados con la clorofila y la protegen al disipar el exceso de energía en las
reacciones luminosas de la fotosíntesis (Devine et al, 1993). Los inhibidores de
pigmentos inhibe la formación de carotenoides en las plantas que resulta en la
destrucción de la clorofila. Este grupo de herbicidas incluye a las familias químicas:
isoxazolidinonas, triazoles, isoxazoles y piridazinonas (Peterson et al., 2001). El modo
de acción de estos herbicidas incluye el albinismo en las plantas susceptibles, que en
algunos casos desarrollan un color rosa a violeta, y la necrosis de las hojas y tallos. Las
plantas susceptibles a estos herbicidas mueren al no poder realizar la fotosíntesis por
la ausencia de clorofila. Los inhibidores de pigmentos se absorben por las raíces y se
transportan por el xilema hacia la parte aérea. Esta clase de herbicidas son usados
para el control PRE y POST de hojas anchas y gramíneas anuales. La selectividad a
este grupo de herbicidas es por metabolismo de los herbicidas a compuestos no
tóxicos. En el caso del clomazone, la aplicación de un insecticida organofosforado junto
a la semilla en el suelo protege al algodón de la acción de este herbicida. Estos
herbicidas pueden tener alta residualidad en el suelo y pueden causar daños a cultivos
sembrados en rotación (Baumann et al, 1998).
Los lípidos son ácidos grasos esenciales para mantener la integridad de las
membranas celulares y el crecimiento de las plantas. Los inhibidores de la síntesis de
lípidos incluyen a las familias químicas: ariloxifenoxipropionatos y ciclohexanodionas
(Devine et al, 1993). Estos herbicidas actúan sólo sobre gramíneas y su modo de
acción es la cesión del crecimiento, principalmente en las hojas del cogollo, que
muestran clorosis y luego enrojecimiento de hojas y tallos, para posteriormente
presentar necrosis. El daño de estos herbicidas se concentra en el tejido meristemático
o punto de crecimiento del cogollo, el cual se necrosa y desprende con facilidad en
unas dos semanas después de la aplicación. El daño a tejidos meristemáticos también
se presenta en órganos vegetativos por lo que los inhibidores de lípidos son efectivos
para el control de zacates perennes. El mecanismo de acción de estos herbicidas es la
inhibición de la enzima Acetil Coenzima-a carboxilasa (ACCasa) en la síntesis de
lípidos (Walker et al, 1989). Esta clase de herbicidas son usados principalmente para el
control POST de zacates anuales y perennes en cultivos de hoja ancha. Sin embargo el
diclofop, el clodanifop y el fenoxaprop, de la familia de los ariloxifenoxipropionatos, y el
tralkoxidim, de las ciclohexanodionas, se utilizan para el control de gramíneas en
cereales, al existir pequeñas diferencias en la ACCasa del trigo que le otorga
selectividad a estos herbicidas (Vencill, 2002). La absorción de estos herbicidas es muy
rápida y después de una hora la lluvia no afecta su acción. Requieren de la adición de
surfactante o aceite agrícola para incrementar su absorción por las plantas y deben
aplicarse en postemergencia temprana sobre zacates en crecimiento activo. En el caso
de zacates perennes la aplicación debe realizarse antes del estado de embuche o bota.
La persistencia en el suelo es limitada y no afectan a cultivos sembrados en rotación.
La selectividad de estos herbicidas es fisiológica ya que la ACCasa de las
dicotiledóneas es insensible a su acción. En el caso de herbicidas de este grupo que se
aplican en cereales, la selectividad se obtiene por el metabolismo del herbicida a
compuestos no tóxicos.
42
LITERATURA CITADA
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Ross, M. A. and C. A. Lembi. 1985. Applied Weed Science. Burgess Publishing Co.
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Schmidt, R. R. 2005. Clasificación de los herbicidas según su modo de acción. Comité de acción
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www.plantprotection.org/HRAC/Spanish_classification.htm
Vencill, W. K. ed. 2002. Herbicide Handbook. Eighth Edition. Weed Science Society of America.
Lawrence, KS. 493 p.
INTRODUCCIÓN
Los herbicidas orgánicos han sido utilizados desde mediados de la década de los años
cuarenta, cuando el 2,4-D comenzó a utilizarse para controlar selectivamente malezas
dicotiledóneas en cultivos de especies gramíneas. El control químico de las malezas ha
ido en constante aumento, ya que es un método práctico, eficiente y relativamente
económico, por lo que se utiliza ampliamente en la mayoría de los cultivos básicos y
oleaginosos, pastizales, huertas de frutales, plantaciones forestales, campos no
cultivados y orillas de caminos y vías ferroviarias. Actualmente existen alrededor de
200 ingredientes activos utilizados como herbicidas, incluidos en 27 grupos con el
mismo sitio de acción.
A pesar de las ventajas que representa el uso de herbicidas sobre otros métodos de
control de malezas, un uso inapropiado o indiscriminado de ellos, puede ocasionar
efectos negativos en los sistemas agrícolas o ambientales, como: toxicidad de residuos
de herbicidas a cultivos de relevo susceptibles, contaminación de suelos y mantos 45
freáticos y aparición de biotipos de malezas resistentes.
DEFINICIÓN DE RESISTENCIA
La resistencia a herbicidas se define como la habilidad heredada de una maleza para
sobrevivir a una dosis de herbicida con la cual normalmente se tendría un control
efectivo. En este contexto, la resistencia es un proceso evolutivo en el que una
población cambia de ser susceptible a ser resistente. Las plantas individuales no pasan
de ser susceptibles a ser resistentes, sino que es la proporción de individuos
originalmente resistentes dentro de la población, la que se incrementa a lo largo del
tiempo.
TIPOS DE RESISTENCIA
La resistencia cruzada se presenta cuando una población de malezas es resistente a
dos o más herbicidas de la misma o diferente clase química, debido a la presencia de
un mecanismo de resistencia único. Por su parte, la resistencia múltiple puede darse en
respuesta al uso de dos o más herbicidas con diferente modo de acción, con lo que se
tiene una selección de dos o más mecanismos de resistencia.
1
Campo Experimental Cotaxtla. INIFAP. esqueda.valentin@inifap.gob.mx
2
FES Cuautitlán UNAM. Ingeniería Agrícola. gloriazitaunam@yahoo.com.mx
3
Campo Experimental Río Bravo. INIFAP. rosales.enrique@inifap.gob.mx
CAUSAS DE LA DE RESISTENCIA
La resistencia a herbicidas puede deberse a una absorción o translocación diferencial
del compuesto químico, a la transformación metabólica del herbicida en compuestos no
tóxicos, al secuestro de las moléculas herbicidas en el apoplasto o a una alteración en
el sitio de acción. Por ejemplo, la resistencia del maíz, sorgo y caña de azúcar a la
atrazina, se debe a la detoxificación del herbicida y a la conjugación con glutatión. El
metabolismo incrementado del propanil por biotipos de Echinochloa colona y E. crus-
galli, también es la causa de la resistencia de estas especies al herbicida. Sin embargo,
la gran mayoría de los casos de resistencia que se han observado en malezas, se
relacionan con una modificación en el sitio de acción.
La mayoría de plantas resistentes a herbicidas que han sido encontradas, han sido
malezas en siembras de maíz tratadas con atrazina por 6 a 10 años. Debido a que el
maíz tiene tan alta tolerancia a la atrazina, las cantidades que se aplican pueden ser y
con frecuencia son bastante altas, muy por arriba de las necesarias para proporcionar
un adecuado control de malezas. Prácticamente no hay reportes de evolución de
resistencia donde atrazina fue rotada o mezclada con otros herbicidas que afectaban la
misma especie. La resistencia pudo haber sido retrasada o suprimida debido a la
habilidad de algunos herbicidas mezclados con atrazina o utilizados en rotación con 46
ella, de tener un efecto más severo en los biotipos resistentes a atrazina que en los
biotipos susceptibles, es decir existe resistencia cruzada negativa a esos herbicidas.
INDICADORES DE RESISTENCIA
Una vez que se tiene una sospecha fundada de la presencia de malezas resistentes,
debe llevarse a cabo un muestreo en los terrenos infestados, para colectar plantas
enteras, o semillas, con las cuales se realicen los estudios que confirmen la resistencia.
Las semillas deben colectarse cuando la mayoría estén maduras. Hay que asegurarse
de que se tiene un número adecuado de semillas (generalmente entre 1000 y 3000)
que permita remover las de baja calidad. Es mejor colectar pocas semillas de muchas
inflorescencias. Se recomienda colectar semillas de aproximadamente 40 plantas de
cada manchón de malezas no controlado. No colecte las semillas en condiciones
húmedas y no las almacene en bolsas de polietileno. Utilice sobres de papel
etiquetados con los datos del lugar y la fecha de colecta. Limpie las semillas para
remover aquellas de baja calidad. Evite asolear o calentar la semilla, almacénela a
temperatura ambiente en un lugar seco y bien ventilado y mándela pronto a analizar.
Las técnicas de muestreo pueden variar, desde seguir por un transecto definido, hasta
uno completamente indefinido; sin embargo, la técnica más aceptada es seguir un
trayecto en forma de W, comenzando 50 m adentro del terreno.
EVOLUCIÓN DE LA RESISTENCIA
En 1957 se reportó por primera vez la existencia de un biotipo de zanahoria silvestre
(Daucus carota) con resistencia a 2,4-D. Trece años después, se presentó resistencia a 48
atrazina en un biotipo de Senecio vulgaris, una especie anual de la familia Asteraceae,
que evolucionó en un vivero en donde atrazina y simazina se habían aplicado por más
de diez años, como el único método de control de malezas.
Ácidos arilaminopropiónicos
(PDS)
Desconocido Flamprop- 2
49
metilo
Nitrilos y otros Inhibición de fotosíntesis en fotosistema II Bromoxynil 1
Inhibición de mitosis / inhibidor de polimerización Propham 1
Inhibidores de mitosis
de microtúbulos
Inhibición de la síntesis de la pared celular Diclobenil 1
Inhibidores de celulosa
(celulosa)
Pyrazolios Desconocido Difenzoquat 1
Organoarsenicales Desconocido MSMA 1
Total 320
Fuente: weedscience.org (2007).
Para que una mezcla de herbicidas sea útil para demorar la rápida selección de
resistencia, idealmente los herbicidas en la mezcla deberían tener las siguientes
características: 1. Controlar el mismo espectro de malezas, 2. Tener una persistencia
similar, con el objeto de controlar las mismas generaciones de malezas, 3. Tener
diferentes sitios de acción, 4. Tener resistencia cruzada negativa y 5. Ser degradados
de manera diferente.
54
LITERATURA CONSULTADA
Beckie, H. J., I. M. Heap, R. J. Smeda and L. M. Hall. 2000. Screening for herbicide
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59
TECNICAS DE DETECCION DE RESISTENCIA
ESQUEDA ESQUIVEL VALENTIN1
ZITA PADILLA GLORIA DE LOS ÁNGELES 2
1.- INIFAP. Campo experimental Cotaxtla, Veracruz.
esqueda.valentin@inifap.gob.mx
2.- FES Cuautitlán UNAM. Ingeniería Agrícola.gloriazitaunam@yahoo.com.mx
1. DEFINICIÓN DE RESISTENCIA
La resistencia a herbicidas puede ser definida como la habilidad heredada de una
maleza para sobrevivir a una dosis de herbicida a la cual podría darse un control
efectivo. Un aspecto clave es que la resistencia en este contexto es un proceso
evolutivo en el que una población cambia de ser susceptible a ser resistente. Las
plantas individuales no pasan de ser susceptibles a ser resistentes si no que es la
proporción de individuos resistentes dentro de la población, la que se incrementa a lo
largo del tiempo. (Naylor, 2002, Gunsolus, 1998)
Tipos
El término resistencia cruzada es a menudo usado para describir casos en los
cuales una población de malezas es resistente a dos o más herbicidas (de la misma o
diferente clase química) debido a la presencia de un mecanismo de resistencia único.
El término de resistencia múltiple es a menudo usado para aquellas plantas resistentes
60
a dos o más grupos diferentes de herbicidas. (Moss, 2002).
Origen y evolución
Hay dos maneras según las cuales la resistencia se puede manifestar dentro de
una población de malezas. En primer lugar, puede estar presente un gen o un grupo de
genes otorgando resistencia debido a mutaciones aleatorias. Tales mutaciones pueden
haber ocurrido antes de la introducción del herbicida. En cualquier caso, el herbicida
mata a la mayoría de las plantas susceptibles pero permite que los individuos
resistentes sobrevivan y se reproduzcan. La proporción de individuos resistentes en la
población se incrementa gradualmente hasta el momento en el que se produce un fallo
en la efectividad del herbicida: se considera tal cuando hay entre un 10 y un 20% de
plantas que no muere por la aplicación. Es importante tener en cuenta que la
proporción de genes resistentes en toda la población puede haberse incrementado
durante años antes de que se advierta un problema de control en campo. El grado de
resistencia en la población depende de la proporción entre individuos resistentes y
susceptibles. (Moss, 2002).
En segundo lugar la selección puede, según un proceso bastante menos conocido,
actuar sobre la variación continua o cuantitativa, adquiriendo un incremento gradual y
progresivo en la resistencia a lo largo de varias generaciones. Estas variaciones
cuantitativas pueden ser causadas por un cierto número de poligenes, cada uno de los
cuales, si bien produce un efecto mínimo, tiene la posibilidad de generar un nuevo
rasgo en el fenotipo. De acuerdo a este segundo método, la selección puede estar
actuando sobre los genes que producen resistencia aunque sea muy leve la ventaja
que aportan a la planta. El término de variación cuantitativa implica que existe un
continuo de respuestas al herbicida dentro de la población, las cuales irán desde
susceptible, parcialmente resistente hasta altamente resistente. Esto ocurre debido a
un incremento progresivo en el nivel de resistencia en toda la población y no a un
incremento en la proporción de individuos resistentes. (Moss, 2002).
La mejora en el metabolismo es atribuida generalmente al aporte de la herencia
poligénica. Así como crece el número de alelos que mejoran el metabolismo, y la
recombinación genética se desarrolla dentro de varias generaciones, habrá un
incremento en el nivel de resistencia de la población, pero con un margen considerable
de variación individual. El grado de evolución de un rasgo resistente es más lento
cuando es heredado como poligénico que cuando es monogénico. Al menos cuando
los alelos que codifican este rasgo son dominantes. (Moss, 2002; Délye, 2005).
Las malezas se vuelven resistentes a más de un grupo de herbicidas porque hay
mutaciones independientes y selección por dos o más herbicidas a los cuales ha sido
expuesta la planta, y también porque existe la resistencia cruzada, que es cuando la
selección producida por un herbicida confiere resistencia a otros con distinto modo de
acción. (Moss, 2002).
La sola aplicación del herbicida va a seleccionar cualquier rasgo que favorezca la
supervivencia del individuo. Muchos de estos rasgos aportan una ventaja relativamente
baja, lo que a corto plazo no supone un beneficio importante para la maleza. Otros
rasgos pueden dotar al individuo de un alto grado de resistencia y son estos los que 61
suponen una mayor probabilidad de afectar la actividad del herbicida en campo y de
ser investigados. Sin embargo es necesario reconocer que muchas plantas
sobrevivirán debido a un amplio rango de mecanismos de resistencia y estos pueden
diferir entre poblaciones de la misma especie y especies diferentes. (Moss, 2002).
Aunque se ha demostrado que los mecanismos de resistencia antes señalados
tienen un gran impacto en la actividad del herbicida, aún están por ser descritos varios
mecanismos más que pueden incidir en la actividad del herbicida en mayor o menor
grado. Algunos de ellos pueden manifestarse lentamente, lo que puede llevar a una
grave consecuencia final. Otros más, sin embargo, se mantienen como una amenaza
menor. (Moss, 2002).
Neve et. al. (2003) llaman la atención en cuanto a la relativa escasez de biotipos
resistentes a glifosato a pesar de su uso extensivo en los últimos 25 años. A fin de
explicar esto, desarrollaron un interesante modelo matemático, que incluye una
variedad de factores ambientales, modo de aplicación, biología de la especie de
maleza y cultivo. Tomaron como ejemplo el caso de Lollium rigidum y encontraron que
la baja resistencia se debe básicamente al momento de aplicación del herbicida, la casi
ausencia de mutantes resistentes naturales, así como la poca dominancia de los alelos
de resistencia.
Estado actual de la Resistencia
Situación en el mundo
El número de casos de resistencia a insecticidas y fungicidas se incrementó
rápidamente después de los años 50 y 60. En cambio no fue sino hasta 1968 que se
detectó la resistencia de Senecio vulgaris a simazina una planta de la familia
Asteraceae que desarrolló un biotipo con resistencia a simazina en un vivero forestal,
en el que dicho herbicida se había utilizado por muchos años como el único método de
control de malezas (Ryan, 1970). A partir de entonces el número de reportes se ha ido
incrementando de manera alarmante, contando al día de hoy con 310 biotipos
correspondientes a 183 especies a nivel mundial de las cuales 110 son dicotiledóneas
y 73 monocotiledóneas. (http://www.weedscience.org/in.asp. consultado el 23/08/2006)
Existen reportes de resistencia en 60 países y 19 grupos de de herbicidas. Estos
grupos han sido descritos de acuerdo al modo de acción por el Comité de Acción para
la Resistencia a Herbicidas y el número de especies de maleza por grupo actualizados
hasta la fecha se presentan en la tabla 2. (http://www.weedscience.org/in.asp
consultado el 23/08/2006)
No hay una clara relación entre la familia o el género de la planta y su tendencia a
desarrollar resistencia, siendo las gramíneas muchísimo más abundantes. La
resistencia generalmente se desarrolla en una o a lo mucho en unas pocas especies de
una comunidad de malezas a pesar de que todas hayan estado expuestas a la misma
intensidad de uso del herbicida. Mientras que los pastos maleza suponen el 33% de
todas las especies resistentes y 40% de todos los biotipos resistentes, contabilizan tan
sólo el 25% de las peores malezas del mundo. (Moss, 2002)
A través del tiempo, se ha comprobado la aparición de biotipos con resistencia
62
cruzada (Fuerza et. al., 1986; Solimos y Lehoczki, 1989) o múltiple (Gressel, 1987;
Weaver et al., 2004), es decir que no son controlados por herbicidas con el mismo o
diferente modo de acción, respectivamente. Las malezas que han desarrollado
resistencia múltiple a herbicidas representan un fuerte problema para los productores,
debido a la carencia de herbicidas alternativos para su control (Heap, 1997).
Situación en países en desarrollo.
Hay diferencias en la distribución relativa de los casos de resistencia basados
en el modo de acción de los herbicidas entre los países desarrollados y los países en
desarrollo. Los tres grupos más importantes (triazina, ALS y ACCase) comprenden 74 y
65 por ciento de los casos de resistencia en los países desarrollados y en los países en
desarrollo, respectivamente. En ambos grupos de países la resistencia a las triazinas
continúa siendo la más frecuente, según el número de biotipos, pero en los países
desarrollados la resistencia al grupo ALS tiene una frecuencia equivalente al doble de
la resistencia a ACCase. En los países en desarrollo la frecuencia a la resistencia de
ambos modos de acción es prácticamente la misma. Los herbicidas del tipo bipiridilios,
auxínicos y urea/amidas, proporcionalmente, contribuyen con más casos de resistencia
en los países en desarrollo que en los países industrializados. Una posible explicación
pudiera encontrarse en el uso relativamente difuso de paraquat, 2,4-D y propanil en los
países en desarrollo. (Valverde, 2003)
TABLA 2. RESUMEN DE MALEZA RESISTENTE A HERBICIDA POR GRUPO
Grupo Herbicida Modo de Acción Grupo Ejemplo Total
HRAC
Inhibidores de la ALS Inhibición de acetolactato sintasa ALS B Clorsulfurón 95
Total 310
Fuente. http://www.weedscience.org/summary/MOA Summary.asp consultado el 21/08/2006
Situación en México.
Las pérdidas que causa la maleza a los cultivos en México son difíciles de estimar,
debido a la falta de estadísticas. Sin embargo, el problema de las malas hierbas esta
dentro de los primeros cuatro factores que reducen el rendimiento agrícola. Existen
grandes extensiones de cultivos de temporal donde el combate de maleza deja mucho
que desear y donde se observan pérdidas por competencia de más del 50% (Cotero,
1997).
En México, por la falta de estudios científicos, existen sólo sospechas de la
existencia de biotipos de malezas resistentes a algunos herbicidas, principalmente en
las zonas productoras maíz, trigo, arroz, caña de azúcar, cebada y sorgo. Tales
sospechas se basan en el hecho de que la aplicación normal de herbicidas ya no ejerce
el efecto que anteriormente se observaba. Los casos más típicos son: Amaranthus y
Chenopodium (atrazina), Convolvulus arvensis (2,4-D), Cyperus (atrazina + metolaclor),
Cirsium arvense (2,4-D, dicamba, glifosato), Ipomoea purpurea (glifosato), Echinochloa
colona y E. crus-galli (propanil), Sycios (2,4-D, dicamba + atrazina), Phalaris minor y P.
paradoxa (diclofop-metil, tralkoxidim, clodinafop-propargyl, fenoxaprop etil) y Avena
fatua (diclofop-metil, fenoxaprop etil) (Cotero, 1997, Bolaños et al., 2001).
Tafoya y Herrera (2001) determinaron los niveles de resistencia para dos
poblaciones de avena silvestre en la región del bajío mexicano y Tafoya y Castellanos
(2001) ofrecen alternativas de control químico para esta maleza.
Por su parte Morgado y cols. (2001) determinaron el nivel de resistencia de
64
alpistillo a herbicidas de tipo arilfenoxipropianatos y ciclohexadionas en trigo al tiempo
que ofrecen una evaluación de estrategias para el manejo de la mala hierba.
En la página Web del Comité de Acción Contra la Resistencia a Herbicidas, Sayre
(1996) incluye dos reportes de resistencia, del género Phalaris: P. minor y P. paradoxa
ambos resistentes a herbicidas del grupo de los inhibidores de la ACCasa en trigales
de Michoacán y Guanajuato.
Por esto, la realización de estudios de resistencia de malezas a herbicidas se
deberá promover en aquellas regiones con alto consumo de herbicidas, para lo cual
será necesario llevar un programa que permita determinar las especies o biotipos
resistentes, estructurar esquemas de rotación de grupos de herbicidas, y rotación de
otras prácticas de control y de manejo de los cultivos (Cotero, 1997).
Sin embargo, hasta el momento de escribir el presente no conocemos que esto se
haya realizado.
2. MANEJO DE LA RESISTENCIA.
Prevención.
El factor principal en la evolución de la resistencia es la presión de selección
impuesta por el herbicida, la que depende por su parte, de la dosis, eficacia y
frecuencia de aplicación del producto; por lo tanto para evitar o retrasar la evolución de
la resistencia es necesario disminuir la presión de selección. (Valverde, 2000)
Aunque teóricamente la reducción de las dosis provoca una disminución en la
mortalidad y por lo tanto la supervivencia de organismos susceptibles que a su vez
enriquecerían el banco de semilla con biotipos susceptibles, se ha encontrado que
herbicidas aplicados a dosis bajas seleccionan la resistencia basada en mecanismos
poli génicos, lo que podría provocar resistencia múltiple. (Valverde, 2000)
Los herbicidas muy eficaces pueden imponer una presión de selección
extremadamente alta, capaz de provocar la evolución de resistencia en unas cuantas
generaciones. Tal es el caso de los inhibidores de la ALS y de los inhibidores de la
ACCasa. En Costa Rica se presentó resistencia fenoxaprop-etil (inhibidor de la
ACCasa) tras solamente cuatro años de uso reiterado. (Valverde, 2000)
De manera muy sintética, el HRAC recomienda las siguientes medidas
preventivas:
1.- Emplear herbicidas sólo cuando sea necesario.
2.- Hacer rotación de cultivos y/o herbicidas.
3.- Utilizar programas de control integrado de malas hierbas, en los que se
combinen el uso de herbicidas con otros métodos alternativos de control.
4.- Limpiar cuidadosamente los equipos de laboreo y recolección a fin de no
diseminar las semillas procedentes de individuos resistentes.
5.- Utilizar material vegetal exento de semillas de individuos resistentes.
6.- Vigilar cuidadosamente la eficacia obtenida con los tratamientos herbicidas,
65
comprobando si los fallos de eficacia son debidos a errores en la aplicación o
del herbicida.
7.- Combinar el uso de herbicidas con distintos modos de acción.
(http://www.plantprotection.org/hrac/Cindex.cfm?doc=spanish_la_resistencia.h
tml )
Detección y evaluación
• Indicadores de resistencia
Conyza Diquat 0, 0.025, 0.05, 0.1, 0.2, 5 a 10 Peso seco 3 SDT Weaver et
canadensis 0.4, 0.8 y 1.6 Kg./ha semanas al., 2004
0, 0.115, 0.23, 0.56, 1.12,
Linurón 2.25, 4.5 y 9 Kg./ha
0, 0.1, 0.2, 0.4, 0.8, 1.6,
2.4 y 4.8 Kg./ha
Oxifluorfén
Eleusine Paraquat 0, 0.3, 0.6, 1.1, 2.2, 4.5 y 9 20 a 25 cm. Toxicidad 1, 2, 3 y 4 Buker et al.,
indica Kg./ha SDT 2002
Peso seco 4 SDT
Helianthus Clorimurón 1, 2, 4, 8 y 16 veces la 15 cm. Toxicidad 1, 2 y 3 SDT White et al.,
annus Imazethapyr dosis normales Peso seco 3 SDT 2002
Poa annua Norflurazón 1, 2, 4, 9,18, 35, 70, 140, PRE** Peso seco 2 SDT Hanson y
280, 560, 1120 y 2240 Mallory-
g/ha Smith, 2000
70
Susceptible Resistente FR
Fluazifop 5.1 ± 8.3 148.7 ± 27.3 29.5
Quizalofop 0.8 ± 1.3 13.6 ± 5.8 17.0
Sethoxidim 21.6 ± 13.6 122.5 ± 18.8 5.7
Clethodim 69.1 ± 0.3 49.8 ± 0.3 0.7
72
INTRODUCCION
Las malas hierbas son plantas que crecen donde no son deseadas e interfieren con los
intereses del hombre (Ashton y Monaco, 1991; Anderson, 1996). Al conjunto de malas 84
hierbas en un área se le denomina maleza e incluye tanto a las especies silvestres
como a los cultivos voluntarios indeseables (Chandler y Cooke, 1992). La maleza
compite con los cultivos por luz, agua y nutrimentos y si no son controladas oportuna y
eficientemente, reducen significativamente su rendimiento y la calidad del grano
cosechado (Bridges, 1995). El manejo de la maleza es una de las prácticas más
antiguas en la agricultura. Sin embargo, debido a que el efecto nocivo de la maleza no
es evidente al inicio del desarrollo de los cultivos, en muchas ocasiones no se le otorga
la importancia debida y su control se lleva a cabo cuando el cultivo ya ha sido afectado
(Rosales et al., 2002).
Clasificación botánica
La clasificación botánica de las malezas es la más importante, ya que es un sistema
que permite identificar plenamente a una planta a través de sus características
morfológicas, principalmente de sus órganos reproductivos, en familias, géneros y
especies (Radosevich et al., 1997). El nombre científico de las plantas consta de dos
palabras en latín, la primera indica el género y la segunda la especie. Para precisar
más, se añade el autor, es decir, el nombre del botánico que primero describió la planta
con ese nombre. Para ello, se acostumbra usar abreviaturas, por ejemplo, L. que
significa Linneo; en algunas ocasiones las especies se han tenido que reclasificar y la
abreviatura del apellido del reclasificador aparece después de la del autor. Esta
nomenclatura binomial es usada internacionalmente, lo cual evita confusiones por el
uso de nombres comunes que varían entre regiones o países. Por ejemplo, la
correhuela perenne, es conocida también como gloria de la mañana, oreja de ratón y
lengua de pollo en México y “field bindweed” en Estados Unidos. Al conocer su nombre
científico: Convolvulus arvensis L. se tiene la certeza de que se trata de la misma
planta. Por lo anterior, la identificación adecuada de una mala hierba por su 85
clasificación botánica es fundamental para su manejo.
Clasificación morfológica
Por su forma, las principales malas hierbas pueden ser clasificadas en:
Hojas anchas: Estas plantas presentan las nervaduras de las hojas en forma de red o
reticuladas, dos hojas seminales o cotiledonares en las plántulas y raíces primarias con
crecimiento vertical. Ejemplos: quelite, polocote y correhuela.
Zacates: Son plantas que presentan sólo una hoja seminal en sus plántulas, hojas con
disposición alterna y nervaduras paralelas y sistema radical fibroso. Ejemplos: zacate
Johnson, zacate de agua, zacate cola de zorra.
Anuales: plantas que completan su ciclo de vida en menos de un año. Pueden ser
anuales de invierno (octubre-abril) o de verano (mayo-septiembre). Algunos ejemplos
de malas hierbas anuales de invierno son: la borraja Sonchus oleraceus y la mostacilla
Brassica campestris y anuales de verano: el quelite Amaranthus hybridus y el girasol
silvestre o polocote Helianthus annuus.
Bianuales: malas hierbas que su ciclo de vida comprende dos años. En el primer año,
la planta forma la roseta y una raíz primaria profunda y en el segundo año florecen,
maduran y mueren. Las malas hierbas bianuales no son muy comunes. Un ejemplo de
mala hierba bianual es la zanahoria silvestre Daucus carota.
ZACATES
Nombre común Nombre científico Familia Hábito Ciclo
Gramilla, grama Cynodon dactylon (L.) Pers. Poaceae R P
Zacate cangrejo, pata Digitaria sanguinalis (L.) Scop. Poaceae E A
de gallo, frente de toro
Zacate de agua, Echinocloa crus-galli (L.) Poaceae E A
zacapataiste Beauv.
Zacate espiga, Panicum fasciculatum Swartz. Poaceae E A
carricillo, kanchín
CIPERÁCEAS
Nombre común Nombre científico Familia Hábito Ciclo
Coquillo amarillo Cyperus esculentus L. Cyperaceae E P
Coquillo morado, Cyperus rotundus L. Cyperaceae E P
ajillo, coyolillo
Hábito: E= erecto; R= rastrero; T= trepador; Ciclo: A= anual; P= perenne
DAÑOS OCASIONADOS POR LA MALEZA EN MAÍZ, SORGO, TRIGO Y FRIJOL
88
La competencia de la maleza afecta el desarrollo y rendimiento de los cultivos. La
severidad de la competencia entre la maleza y los cultivos anuales, depende de las
malezas presentes, densidad del cultivo y la maleza, época de emergencia de la
maleza, sistema de siembra, condición de humedad, nivel de fertilidad del suelo y
duración del período de competencia, entre otros (Radosevich et al., 1997). En general,
la competencia es más crítica durante la primera parte del desarrollo vegetativo del
cultivo. Lo anterior ha dado como resultado la definición de este lapso como el período
crítico de competencia (PCC): el tiempo máximo que el cultivo tolera la competencia de
maleza sin reducciones significativas de su rendimiento y el tiempo mínimo de ausencia
de maleza que requiere el cultivo para expresar su máximo rendimiento (Anderson,
1996). En este aspecto, se considera que las reducciones significativas o umbral
económico ocurren cuando las pérdidas de rendimiento igualan al costo de control de
maleza. Con fines prácticos se ha considerado un 5% de reducción de rendimiento
como el umbral económico en la mayoría de los cultivos anuales (Ghosheh et al.,
1996).
Maíz
80
Temporal Riego
%70
o
t 60
n
e
i
i 50
m
d
n40
e
r
e
d30
n
ió20
c
c
u10
d
e
r
0
30 40 140
Días de competencia
89
Figura 1. Efecto de los períodos de competencia de maleza sobre el rendimiento de maíz.
Sorgo
Los daños que las malezas ocasionan al sorgo dependen principalmente de las
especies presentes, época de aparición y condición de humedad. Una de las especies
más competitivas es la correhuela perenne, la cual reduce significativamente el
rendimiento de sorgo. En estudios realizados en Río Bravo, Tamaulipas se observó que
cuando la correhuela perenne compite con el sorgo en las primeras 1, 2 y 4 semanas
después del inicio de desarrollo del cultivo, el rendimiento de grano se redujo en 29, 42
y 55%, respectivamente, con un máximo de 75% de reducción al permitir la
competencia por 16 semanas (Figura 2). En tanto que, al aumentar el periodo de
tiempo sin la competencia con correhuela perenne, el rendimiento de sorgo se
incrementó significativamente (Rosales et al., 2006). De acuerdo con los resultados de
esta investigación, se requiere un periodo de cuatro semanas después de la
emergencia del sorgo sin la competencia de la correhuela perenne, para obtener un
rendimiento de al menos 90% al obtenido en el tratamiento sin competencia.
4
0
0 2 4 6 8 10 12 14 16
Semanas después de emergencia
5
Rendimiento ton/ha
100
80
60
40
20
0
20 40 50 60 Todo el
ciclo
Días de competencia
–0.3965 2
4 Y = 364.1 (X + 1) R = 0.90
Rendimiento (ton/ha)
0
0 4 8 12 16 20 24 28 32
Control preventivo
Se refiere a las medidas tomadas para impedir la introducción, establecimiento y
desarrollo de maleza en áreas no infestadas. Estas medidas incluyen: el uso de semilla
certificada libre de semilla u órganos de reproducción vegetativa de maleza, la
eliminación de maleza en canales de riego y caminos, la limpieza del equipo agrícola
usado en áreas infestadas y el no permitir el acceso de ganado de zonas con altas
poblaciones de maleza a áreas libres. Otras medidas preventivas incluyen la siembra
en terreno libre de maleza y el control de maleza antes de su floración para impedir que
se incremente el banco de semillas de maleza en el suelo. El control legal es un control
preventivo a escala regional o nacional apoyado en leyes adecuadas para lograr su
objetivo.
Control cultural
Incluye prácticas de manejo como la selección y rotación de cultivos, sistema y fecha
de siembra entre otras, que promueven un mejor desarrollo del cultivo para hacerlo
más competitivo hacia la maleza. Una medida básica para el manejo de maleza es el
establecimiento de una población adecuada de plantas cultivadas. Las áreas del
terreno con una baja población de plantas cultivadas son más susceptibles de 92
infestarse con maleza. La siembra de maíz, sorgo y frijol en surcos estrechos de 35 a
70 cm promueve que el cultivo sea más competitivo con la maleza al “cerrar” más
rápidamente los surcos, sombrear el terreno e impedir el establecimiento de nuevas
poblaciones de maleza. Sin embargo, este método de siembra requiere su integración
al uso de herbicidas al no ser posible el paso de escardas (Elmore et al., 1990).
Control mecánico
Se refiere a las prácticas de control de maleza basadas en el uso de la fuerza física. El
control mecánico incluye los deshierbes manuales e incluso el uso del fuego. En
sistemas de labranza convencional el control mecánico de maleza incluye la labranza
primaria o preparación del terreno mediante arado, subsuelo y rastra, y la labranza
secundaria como la siembra y el paso de escardas (Buhler, 1998). Además el sistema
de siembra en húmedo o a "tierra venida" elimina la primera generación de maleza y
permite establecer los cultivos en suelo sin maleza. Posteriormente el paso de
escardas con cultivadora rotativa ("lilliston") o de picos ("sweeps"), elimina a la maleza
a la vez que ayuda al “aporque” del cultivo y facilita la conducción del agua de riego. El
número y época de las escardas depende de factores como presencia de maleza,
humedad del suelo y disponibilidad de equipo. El paso de dos escardas o cultivos a los
15 a 20 días y 25 a 35 después de la emergencia de los cultivos es una práctica común
(Reddy et al., 1999; Esqueda et al., 1997). Es importante señalar que el control de
maleza entre los surcos por medio de escardas es eficiente si se lleva a cabo
oportunamente. No obstante, la maleza que se establece en la hilera de plantas del
cultivo sólo puede ser controlada en sus primeras etapas de desarrollo por medio de
escardas con cultivadoras rotativas al cubrirlas con suelo.
Control químico
Se efectúa por medio del uso de productos químicos comúnmente llamados herbicidas
que aplicados en la época y dosis adecuadas, inhiben el desarrollo o matan a las
plantas indeseables. El uso de herbicidas debe efectuarse sólo cuando los otros
93
métodos de control no son factibles de utilizarse o cuando su uso representa una
ventaja económica para el productor. En la actualidad los herbicidas constituyen la
herramienta más efectiva en programas de control de maleza (Reedy et al., 1999)
Herbicidas pre-emergentes
Son los herbicidas que se aplican después de la siembra, pero antes de que emerjan la
maleza y la soya. Los herbicidas pre-emergentes requieren de un riego o precipitación
en los primeros 10 días después de su aplicación para situarse en los primeros 5 cm de
profundidad del suelo, donde germina la mayor parte de la semilla de maleza. Este tipo
de herbicidas elimina a las malas hierbas en germinación o recién emergidas, lo que
evita la competencia temprana con el cultivo. Los herbicidas pre-emergentes presentan
una gran interacción con algunas características del suelo como son: textura, pH y
materia orgánica que pueden afectar la cantidad de herbicida disponible en el suelo
para controlar la maleza. Por lo general la dosis de este tipo de herbicidas se ajusta
según el tipo de suelo, contenido de materia orgánica y pH del suelo, requiriendo una
mayor dosis en suelos arcillosos y con alto contenido de materia orgánica y menor
dosis en suelos alcalinos (Anderson, 1996). La elección de los herbicidas pre-
emergentes depende de las especies de maleza observadas en ciclos anteriores, de
las características del suelo y la rotación de cultivos. Es común el uso de mezclas de
herbicidas pre-emergentes para ampliar su espectro de control.
Herbicidas post-emergentes
Si la maleza se presenta cuando los cultivos ya está establecidos es común que se
requiera la aplicación de herbicidas post-emergentes (POST) para eliminarla y evitar su
competencia y producción de nuevas semillas. Es importante señalar que en la mayoría
de los casos, la aplicación de herbicidas POST debe realizarse sobre maleza en sus
primeros estados de desarrollo (2 a 4 hojas) cuando es más susceptible a los herbicidas y
su competencia es mínima.
Los herbicidas POST pueden ser más económicos para el productor al utilizarse sólo
donde se presenta la maleza. La actividad de los herbicidas POST depende de factores
como su grupo químico, especies de malezas presentes y condiciones de clima como
velocidad del viento, temperatura del aire, humedad relativa y presencia de lluvia. Estos
factores influyen para obtener un cubrimiento uniforme de la aspersión sobre la maleza y
su posterior absorción. El cubrimiento adecuado de la maleza es más crítico con el uso de
herbicidas POST de contacto que con los de acción sistémica. Las condiciones óptimas
para lograr un buen control de maleza con los herbicidas POST son: maleza en sus
primeras etapas de desarrollo y en crecimiento activo, temperatura del aire de 20 a 30º C,
humedad relativa mayor de 60%, buena humedad del suelo y ausencia de rocío sobre la 95
maleza y ausencia de lluvias por 4 a 6 horas después de la aplicación (Buhler, 1998).
Glifosato 500 a 1000 g i.a./ha (Altanizan, Coloso, Desafio, Glyfos, Faena y otros)
Control de maleza de hoja ancha y zacates anuales y perennes. Herbicida sistémico y
no selectivo, que no deja residuos en el suelo. Use la dosis alta al aplicar sobre maleza
bien desarrollada o maleza perenne. Su aplicación requiere de agua limpia ya que
presenta alta adsorción a las partículas de suelo. Aplique sobre maleza en crecimiento
activo. El sulfato de amonio al 2% incrementa la acción de este herbicida al impedir que
las sales disueltas en el agua inactiven al herbicida. Espere al menos siete días
después de la aplicación del glifosato para laborar el suelo.
2,4-D amina 480 a 720 g i.a/ha (Agramina, Arrasador, Damine, DMA-6, Diamont,
Hierbamina y otros)
Control de maleza de hoja ancha anual y perenne. Aplique de 7 a 14 días antes de la
siembra de maíz y sorgo. No lo aplique en presiembra de frijol. Es preferible su
aplicación sobre maleza pequeña y a temperatura ambiental menor a 30o C para evitar
acarreo o volatilización. No es conveniente su aplicación en suelos ligeros o arenosos
o en suelos con poca humedad.
MAÍZ
Control pre-emergente de maleza anual de hoja ancha en maíz.
Atrazina 960 a 2200 g i.a /ha (Atranex, Atranova, Gesaprim, Novaprin y otros)
Dosis mayores en suelos arcillosos o suelos con pH inferior a 5.5. No debe usarse en
suelos arenosos o en suelos con menos de 1% de materia orgánica. En suelos con
contenido de materia orgánica de 1 a 1.5% use solamente 1000 g i.a/ha. Siembre
solamente sorgo o maíz por nueve meses. Los daños a cultivos sensibles sembrados
en rotación serán mayores en suelos con pH superior a 7.3, temperaturas frescas y
sequía.
Las dosis varían con la textura de suelo y su contenido de materia orgánica: mayor
dosis en suelos arcillosos o con mayor materia orgánica. Metolaclor tiene acción contra
coquillo amarillo. Períodos de cuatro semanas sin lluvia después de la aplicación
reducen su actividad. Los cereales de grano pequeño pueden ser sembrados tres
meses después de la aplicación de metolaclor.
2,4-D amina 480 a 720 g i.a/ha (Agramina, Arrasador, Damine, DMA-6, Diamont,
Hierbamina y otros)
SORGO
Control pre-emergente de maleza anual de hoja ancha en sorgo.
2,4-D amina 480 a 720 g i.a/ha (Agramina, Arrasador, Damine, DMA-6, Diamont,
Hierbamina y otros)
En sorgo tenga de 10 a 20 cm de altura y antes de que se encuentre en la fase de hoja
bandera también conocido como "embuche" o "bota”. En sorgo con más de 20 cm de
altura se sugiere aplicar con extensiones del aguilón para evitar asperjar el “cogollo” del
sorgo y evitar daños al cultivo. Evite acarreo por viento a cultivos sensibles como
algodonero, frijol y hortalizas de hoja ancha. Use la dosis baja en condiciones de alta
humedad en el suelo y alta temperatura del aire. Si se presenta “cristalización” de las 99
plantas y se quiebran fácilmente al cultivar, suspenda las escardas por una semana.
Espere tres meses para la siembra de algodonero después de la aplicación de 2,4-D
amina.
2,4-D amina 480 a 720 g i.a./ha (Agramina, Arrasador, Damine, DMA-6, Diamont,
Hierbamina y otros)
Aplicación: Cuando el trigo se encuentre entre amacollamiento y encañe.
Precauciones: Aplicaciones antes o después del estado de desarrollo señalado
causarán daños al trigo, principalmente deformaciones en la espiga. Evite el acarreo
por viento a cultivos sensibles, como algodonero, frijol y hortalizas de hoja ancha. Se
obtienen mejores resultados si se aplica en maleza menor de 10 cm. Su uso se limita a
aplicaciones terrestres y requiere de supervisión técnica para su aplicación. Para
controlar correhuela perenne, mezcle 2,4-D amina a razón de 360 g i.a./ha con
dicamba en dosis de 96 g i.a./ha. Espere tres meses para la siembra de algodonero
después de la aplicación de 2,4-D amina.
FRIJOL
Ejemplo: Para aplicar trifluralina a 1160 g.i.a/ha usando Otilan 500 CE con una
concentración de 480 g/l. La dosis de producto comercial por hectárea será: 1160/480
= 2.41 litros.
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107
PROBLEMÁTICA DE MALEZA EN HORTALIZAS
109
El cultivo de sandía, se registró infestado un 75 por ciento del área total sembrada
en el Valle del Yaqui, durante el ciclo agrícola otoño-invierno 2001-02; de las cuales,
1,434 hectáreas fueron registradas con maleza anual de hoja ancha, 25 hectáreas con
avena silvestre, 66 hectáreas con zacate Johnson y 1,516 hectáreas infestadas con
correhuela perenne (Figura 3).
110
En el cultivo de chile, se registró un 36 por ciento del área total sembrada con este
cultivo, infestada con maleza, de las cuales 583 hectáreas fueron registradas con
maleza de hoja ancha anual, 37 hectáreas con avena silvestre, 35 hectáreas con
zacate Johnson y 198 hectáreas con correhuela (Figura 4).
112
FIGURA 7. PORCENTAJE DE INFESTACIÓN DE MALAS HIERBAS EN EL
CULTIVO DE BRÓCOLI, PARA EL VALLE DEL YAQUI, SONORA. 2001-02.
De las 285 hectáreas registradas con siembra de cebolla en el Valle del yaqui,
Sonora, 413 hectáreas (75%) son reportadas con infestaciones de malas hierbas; de
las cuales, 100 hectáreas se encuentran infestadas con maleza anual de hoja ancha,
32 hectáreas con avena silvestre, y sólo ocho hectáreas con correhuela perenne
(Figura 8)
FIGURA 8. PORCENTAJE DE INFESTACIÓN DE MALAS HIERBAS EN EL
CULTIVO DE CEBOLLA, PARA EL VALLE DEL YAQUI, SONORA. 2001-02.
En la región norte del valle del Yaqui, Sonora, las especies infectadas con
geminivirus fueron, tabaquillo Nicotiana glauca (L) Gram, quelites Amaranthus spp.,
zacate pinto Echinochloa colona (L) Link y tomatillo Physalis wrigthii Gray. En la región
centro del área de estudio, sólo zacate pinto Echinochloa colona (L) Link, fue positivo al
análisis; asimismo, en la región sur del valle del Yaqui, sólo correhuela Convolvulus
arvensis L. fue registrado con presencia de partículas de geminivirus.
Lo anterior indica, que aunque la mayoría de las muestras fueron negativas, las
malas hierbas representan un riesgo de reservorio de este tipo de virus en la región;
asimismo, se aprecia que la región norte presenta la mayor frecuencia de aparición de
muestras positivas. Además, es importante señalar, que es la primera ocasión que
zacate pinto Echinochloa colona (L) Link, es reportado como reservorio de estos
organismos dañinos; la cual, registró la presencia de geminivirus en dos de las tres
zonas de muestreo de la región (norte y centro).
3000
2500
2000
1500
1000
500
0
AY
AY
GO
GO
N
CT
UL
CT
IC
OV
OV
BR
EP
UN
JU
AG
JU
.D
M
.M
.O
.J
.S
.A
.A
.A
.N
.N
.J
4.
7.
16
9.
7.
3.
18
23
20
21
26
22
16
31
11
29
Zacate Johnson Lechuguilla Quelite Correhuela Girasol silvestre
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MANEJO INTEGRADO DE MALEZA EN HORTALIZAS
INTRODUCCIÓN
El cultivo de especies hortícolas, representa una alternativa viable para los
productores, ocupando actualmente un lugar importante en la región, ya que genera
una gran cantidad de mano de obra y divisas al país por incluir productos de
exportación; los cuales, son cultivados bajo diferentes sistemas de producción
(convencional o de alta tecnología).
El manejo de maleza en hortalizas, representa uno de los costos más elevados en
la producción, debido a que durante el ciclo de los diferentes cultivos, se presentan
altas infestaciones de diferentes especies; las cuales, compiten en forma directa con
los diferentes cultivos y son hospederas de plagas insectiles y enfermedades fungosas
y virosas, que afectan a los mismos y dificultan su cosecha, afectando además la
calidad de los productos.
La generación de métodos de control en las diversas áreas de interés humano, es
la fase inicial en el desarrollo de los sistemas de manejo integrado de maleza; el cual,
se define como el enfoque dirigido a un agroecosistema para el manejo y control de sus 121
poblaciones a niveles mínimos, que limiten su daño económico en el presente y futuro.
En este sistema se considera la integración de prácticas de manejo de los cultivos
y malas hierbas, que sean efectivas, dependientes y manejables en los sistemas de
producción agrícolas y que puedan ser adoptados económicamente por los
productores.
La importancia de un sistema de manejo integrado de maleza, se basa en la
reducción de los costos de producción, de la mano de obra y de la energía requerida;
así como en la reducción en las necesidades de equipo, de las pérdidas causadas y del
costo de su control. Por otra parte, permite la estabilización de costos y la eficiencia de
la producción, mejora la calidad del medio ambiente y reduce los riesgos de daños al
humano.
El objetivo del presente artículo, contempla plantear los métodos de control de
malas hierbas más adecuados, para los cultivos hortícolas más importantes de la
región, considerando los sistemas de producción más comunes del área de interés.
ASPECTOS BÁSICOS DE ECOLOGÍA DE MALEZA
La ecología es una disciplina importante a considerar en el manejo de maleza, ya
que aspectos de gran relevancia como la demografía de poblaciones, cambios en la
dominancia de especies, resistencia a herbicidas e interacción con otros organismos,
entre otros, no podrían ser comprendidos sin esta disciplina y sobre todo se carecería
de elementos para determinar las consecuencias que un determinado manejo de
maleza tendría en el ambiente.
Uno de los conceptos más controversiales pero a la vez mas importantes en el
manejo integrado de maleza, es el del umbral económico; el cual, soporta la idea de
que las poblaciones de maleza, lejos de erradicarse deben regularse a niveles
económicamente óptimos. En el caso de maleza, el nivel óptimo que se alcanza a largo
plazo, se le denomina umbral óptimo económico; según el cual, existe un costo
inmediato que surge de los efectos de interferencia de la maleza en el rendimiento,
pero además existe el costo futuro que resulta de la producción de semilla que se
manifiesta en un potencial de mayor presión de la maleza en los cultivos del futuro.
Los métodos que en la actualidad se utilizan para estudiar la competencia entre
cultivos y maleza, podrían aportar información adicional acerca de los umbrales
económicos, pero se requiere que los modelos se adecuen para que las variables se
tomen con mayor facilidad en el campo.
Los estudios demográficos, permiten conocer más de cerca como se desarrollan
las poblaciones de maleza en los cultivos; conocimiento que permite seleccionar
prácticas de manejo y determinar el momento en que se puede alcanzar el mayor éxito
al utilizar alguna práctica de manejo.
Las prácticas de manejo pueden alterar los bancos de semilla de maleza en el
suelo; si estas eliminan mejor a una especie, su banco de semillas se verá reducido en
más alto porcentaje. De hecho, una gran eliminación de las semillas en el suelo, es
posible si se evita la producción de las mismas, ya que la mayoría de las semillas
presentes en el suelo, germina en los primeros años. 122
MÉTODOS DE CONTROL DE MALEZA
El control de malas hierbas en hortalizas puede realizarse con eficiencia, si se
consideran los antecedentes de las infestaciones de maleza en el terreno y se adoptan
los diferentes métodos de control, que se clasifican en: culturales, químicos, biológicos
e integrados. Dichos métodos, aplicados en su época adecuada y con las condiciones
óptimas, controlan las poblaciones de maleza, en niveles que no ocasionan daños
significativos en los cultivos hortícolas.
CONTROL CULTURAL
Este método de control de maleza incluye una serie de prácticas que se refieren al
manejo del suelo y al agua, para lograr una reducción de las poblaciones de maleza o
de los efectos dañinos de éstas en las especies bajo explotación. En términos
generales, ésta denominación abarca una serie de prácticas culturales que tienen que
ver con el objetivo de lograr una mayor expresión del potencial de rendimiento de los
cultivos en relación con la presencia de malas hierbas.
La cultura acumulada por generaciones de agricultores, ha desarrollado una serie
de estrategias de manejo en los cultivos, que tiene como objetivo común de reducir los
daños de la maleza; las cuales, comprenden medidas preventivas para terrenos libres
de maleza y correctivas para los que cuentan con diferentes tipos y niveles de
infestación (Munro, 1995).
Este método de control, no varía mucho cuando es utilizado en diferentes cultivos,
ya que se trata de aprovechar las prácticas comunes de la preparación del terreno,
para que contribuyan al control de malas hierbas; sin embargo, puede considerarse
como el de mayor importancia, ya que incluye prácticas de manejo, que además
promueven un mejor desarrollo del cultivo para hacerlo más competitivo hacia la
maleza, y su correcta aplicación evita la proliferación de las especies de malas hierbas
en los terrenos de cultivo
Incluye prácticas correctivas de manejo tales como la selección y rotación de
cultivos, sistema y fecha de siembra entre otras. Una medida básica para el control de
malas hierbas, lo representa una óptima población del cultivo; ya que las áreas del
terreno con bajas poblaciones, son más susceptibles de infestarse con maleza. La
rotación de cultivos, es otra medida básica en el control cultural para evitar las altas
infestaciones de maleza; asimismo, el uso de cultivos de amplia cobertura contribuyen
al manejo de maleza (Tamayo Esquer, 2001-b).
Dentro del control cultural de maleza también se puede incluir el uso de
coberteras muertas, los cuales se establecen entre las hileras del cultivo e impiden el
establecimiento de algunas malas hierbas, dependiendo del grosor de la cobertera.
Dentro de las ventajas de este tipo de sistemas de cultivo se incluyen, además del
control de maleza, la reducción en la erosión, la estabilización de la materia orgánica
del suelo, el mejoramiento de la estructura del mismo y la reducción de su
compactación.
El control preventivo se refiere a las medidas tomadas para impedir la
introducción, establecimiento y desarrollo de maleza en áreas no infestadas; es decir,
poner en práctica todas las acciones que permiten evitar no sólo la entrada, sino 123
también la diseminación de semilla de maleza y fragmentos de rizomas y raíces en los
terrenos con presencia de maleza (Tamayo Esquer, 2001-a).
Estas medidas incluyen: la supervisión y limpieza de maquinaria usada en áreas
infestadas, así como los equipos de transporte y aperos; el uso de semilla certificada y
fertilizantes libres de maleza; impedir la producción de semilla de maleza, dentro y en
los alrededores de los terrenos de cultivo; cuando se usen abonos orgánicos que éstos
sean fermentados; evitar el libre pastoreo entre zonas con infestaciones de maleza y
áreas libres de ellas; y el uso de filtros de mallas en regaderas. El control legal, es
considerado como un control preventivo a nivel regional o nacional, apoyado en leyes
adecuadas para lograr su objetivo.
El control mecánico, se refiere a las prácticas de control de maleza basadas en
el uso de la fuerza física; este método incluye los deshierbes manuales con azadón o
machete. En sistemas de labranza convencional el control mecánico de maleza incluye
la labranza primaria o preparación del terreno mediante arado, subsuelo y rastra, y la
labranza secundaria como la siembra y el paso de escardas. Los pasos de arado,
subsuelo o rastra eliminan a la maleza establecida y en germinación. Además el
sistema de siembra en húmedo o a "tierra venida" elimina la primera generación de
maleza y permite establecer los cultivos en suelo sin maleza.
Posteriormente el paso de escardas con cultivadora rotativa o de picos, eliminan a
la maleza a la vez que ayudan al “aporque” del cultivo y facilitan la conducción del agua
de riego. El número y época de las escardas depende de factores como presencia de
maleza, humedad del suelo y disponibilidad de equipo. El paso de dos escardas o
cultivos a los 15 o 20 días y 25 o 35 después de la emergencia del cultivo son una
práctica común en muchas áreas productoras de hortalizas. Es importante señalar que
el control de maleza por medio de escardas es eficiente entre los surcos si se lleva a
cabo oportunamente. No obstante la maleza que se establece en la hilera de plantas
del cultivo sólo puede ser controlada por medio de escardas con cultivadoras rotativas
en sus primeras etapas de desarrollo al cubrirlas con suelo.
En base a lo anterior, se requiere para las siembras en seco, efectuar una escarda
mecánica y un deshierbe manual después de la nacencia y repetir esta operación
después de cada riego de auxilio, cuando el cultivo lo permita. Para siembras en
húmedo, el problema es menor, ya que con éste método se elimina la primera
generación de malas hierbas; sin embargo, es necesario efectuar una escarda y un
deshierbe después de cada riego de auxilio, para mantener limpio el cultivo durante su
ciclo de producción y que éste no se vea afectado significativamente en su rendimiento
y calidad (Tamayo Esquer, 2000-a).
Posteriormente, con varios deshierbes manuales se mantiene limpio el cultivo
hasta el final del ciclo, evitando la producción de semilla de maleza y por lo tanto se
minimizan los riesgos de mayores infestaciones en el futuro y los daños al servir de
hospederas de plagas insectiles y enfermedades; sin embargo, en infestaciones
fuertes, este método por si solo, no es eficiente, requiriéndose la integración del control
químico.
Las poblaciones de malas hierbas que se presentan sobre el lomo de los surcos o
camas, puede ser eliminada eficientemente con escardas o deshierbes manuales; 124
siempre y cuando sus poblaciones no rebasen los niveles bajos de infestación, ya que
de otra forma, se dificulta su limpieza con éstas prácticas y no se consigue mantener al
cultivo libre de competencia durante el período de producción ó bien se requiere de
excesiva mano de obra, lo que incrementa los costos, por lo que en estos caso es
preferible el uso del control químico.
El método de acolchados con plástico representa actualmente uno de los
métodos culturales de control de maleza más importante, ya que además de controlar
éstas especies, contribuye a la reducción de plagas insectiles y enfermedades. En este
método deben considerarse desde aspectos prácticos como grosor, tipos de plástico y
períodos de acolchado; hasta desarrollo de predicción acerca del efecto de diferentes
condiciones de radiación solar sobre la temperatura del suelo, conjuntamente sobre el
efecto de ésta sobre la población de maleza.
En el desarrollo de la técnica de desinfección solar del suelo o solarización, se ha
determinado que regímenes de radiación por encima de 500 langleys por día,
incrementan la temperatura del suelo por arriba de los 50 ºC (Munro et al, 1990); por
otra parte, el efecto de la temperatura máxima promedio diaria del suelo sobre la
población total de maleza en el cultivo de melón, presenta primeramente un efecto
estimulante en la emergencia de maleza, con temperaturas entre 37 y 43 ºC, pero partir
de 43 ºC se observa una drástica reducción de la población de maleza (Figura 1). A
partir de 50 ºC, se reporta la supresión total de maleza en suelo acolchado con plástico
transparente calibre 150, durante un lapso de 10 días, en la época de presiembra del
melón; por lo que se concluye que en regiones o estaciones del año, en que se
alcancen regímenes de radiación superiores a 500 langleys por día, se pueden esperar
excelentes resultados en el control de maleza en melón, con esta técnica.
132
BIBLIOGRAFÍA
134
EL EFECTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA
PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA. LAS RELACIONES
MALEZA:CULTIVO.
Gloria Zita *, Marcos Espadas1
1. FES Cuautilán,, UNAM
1.- INTRODUCCIÓN
En otras épocas el clima fue mas cálido, se tienen datos que indican que durante
la edad media los vikingos pudieron colonizar durante varios siglos las costas
meridionales de Groenlandia, con cultivos de cereales, granjas y hasta sostuvieron una
diócesis episcopal permanente. En otras épocas en cambio, fue tan frío que el rey
Enrique VIII podía cruzar con su carroza el Támesis completamente congelado.
Efectivamente, en todo el mundo el tiempo cambia de forma espectacular –
aunque dentro de unos límites previsibles- en el curso de un solo año con el ciclo
“normal” de las estaciones, pero al parecer estas variaciones normales, han cambiado
por efecto de las actividades humanas
Hace millones de años, la concentración de CO2at fue de cerca de 1200 a
4000 µmol mol-1, pero disminuyó sustancialmente con el paso del tiempo. Los análisis
de aire atrapado en hielo polar indican que la concentración atmosférica de CO2 fluctuó
entre 180 y 290 µmol mol-1 desde hace al menos 220 000 años hasta principios del
135
siglo XIX. A partir del 1800 los registros de aire en hielos polares indican un incremento
acelerado en la concentración atmosférica del CO2 de 280 a 300 µmol mol-1 para 1900
y de 315 µmol mol-1 para 1958. A partir de esa fecha se cuenta con medidas directas
que muestran que la concentración se incrementó a 360 µmol mol-1 para la década de
los noventa y se calcula que duplicará durante el presente siglo.
La importancia que la sociedad le da a la salud ambiental del planeta se ha
incrementado en los últimos años. Una de las preocupaciones es precisamente el
cambio climático. Se tiene la percepción de que los regímenes térmico y pluviométrico
son diferentes a los de hace unas décadas.
Una inquietud en el campo científico es el entender cómo el cambio climático
afectará la producción de los cultivos agrícolas.
Desde un enfoque ecológico, los cultivos y la maleza son productores
primarios del agroecosistema, son celdas solares que captan la energía lumínica del
Sol y la convierten en energía química mediante el proceso conocido como fotosíntesis.
El entendimiento ecofisiológico del metabolismo fotosintético, podría ayudarnos a
entender y, subsecuentemente predecir la respuesta al cambio ambiental de las plantas
verdes en general y de los cultivos agrícolas y malezas en particular.
2.- LA FOTOSÍNTESIS
La fotosíntesis es la base de la vida actual en el planeta Tierra. En términos muy
generales se puede decir que es una serie de procesos mediante los cuales las plantas
verdes, las algas y algunas bacterias captan y utilizan la energía de la luz para
transformar la materia inorgánica de su medio externo en nutrientes orgánicos que
utilizarán para su crecimiento y desarrollo, que a la vez son la base de la pirámide
alimenticia.
La fotosíntesis se divide tradicionalmente en dos fases: a la primera fase se le
denominaba fase luminosa y a la segunda fase oscura de la fotosíntesis. Sin embargo,
la denominación como "fase oscura" es incorrecta porque actualmente se sabe que
sólo ocurre en condiciones de iluminación. Es más preciso referirse a ella como fase de
fijación del dióxido de carbono (Ciclo de Calvin) y a la primera como fase fotoquímica o
reacción de Hill.
Las reacciones luminosas de la fotosíntesis están a cargo de una serie de
complejos proteínicos unidos a las membranas tilacoidales de los cloroplastos, los
cuales están interconectados por un flujo móvil de electrones. Las reacciones
luminosas inician en las llamadas antenas cosechadoras de luz y finalizan dando como
producto la reducción de la ferredoxina/NADP+ y la creación de un gradiente
electroquímico de pH a través de la membrana del tilacoide, origen de la fuerza protón
motriz para la producción de ATP.
El CO2 es fijado en el estroma del cloroplasto vía el ciclo de Calvin, en el cual la
ribulosa-1,5-bifosfato carboxilasa oxigenasa (Rubisco) fija el CO2 a una molécula de
ribulosa 1,5 bifosfato de 5 carbonos (C5), produciendo dos moléculas de tres carbonos
(C3), de 3-fosfogliceraldehido (3-PGA). El ATP y el NADPH, generados por las
reacciones luminosas son usados como vectores de energía química y agentes 136
reductores respectivamente cuando los dos 3-PGA son procesados en el ciclo de
Calvin para regenerar el precursor de cinco carbonos y permitir la exportación de un
sexto de las moléculas C3 producidas a partir del ciclo de Calvin para su procesamiento
en carbohidratos.
La función carboxilasa y oxigenasa de la Rubisco es responsable del proceso
conocido como fotorrespiración, la cual consiste en el consumo de O2 y liberación de
CO2, sin producción de ATP, lo que implica la pérdida de una fracción significativa del
carbono ya fijado.
Algunas plantas logran aumentar la concentración de CO2 en las inmediaciones
de la Rubisco y así desplazar la actividad de esta enzima hacia la carboxilación. En
estas plantas, la primera sustancia en la que se fija el carbono es un ácido de 4
carbonos –acido oxalacético- mientras que en aquellas con fotorespiración es un ácido
de 3 carbonos, el ácido fosfoglicérico. Por esto, se clasifican en plantas C4 y plantas
C3.
Las plantas con sistema fotosintético del tipo C4 evolucionaron durante un
periodo temprano después de que la concentración atmosférica de CO2 disminuyó y
este sistema representa una adaptación específica a los ambientes con bajas
concentraciones de CO2 tal y como han sido en los últimos 200 000 años. Las plantas
de fotosíntesis C4 y de metabolismo ácido crasuláceo (CAM) presentan respuestas de
crecimiento a altas concentraciones de CO2at, menos marcadas que aquellas con una
fotosíntesis del tipo C3.
3. EFECTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL METABOLISMO FOTOSINTÉTICO.
La fotosíntesis y la producción primaria de las plantas superiores se puede
incrementar por dos razones: 1. La disminución de la foto respiración, por inhibición
de la oxigenación de la Ribulosa biFosfato (RubP) por la Rubisco; y 2. Porque la
concentración actual de CO2 es insuficiente para saturar a la Rubisco.
Se sabe que un aumento de CO2 produce un incremento inmediato de la tasa de
fotosíntesis, especialmente en las plantas de C3. Sin embargo si este aumento es
mantenido por un periodo largo de tiempo, el aumento de la fotosíntesis en CO2at
elevado se compensa por una “aclimatación”, que varía con respecto a la especie, a la
edad de la planta, la temperatura, suministro de nutrientes, agua, así como a la
duración de la exposición a CO2at elevado. Esta aclimatación puede estar regulada por
la acumulación de carbohidratos, lo que reduciría la concentración de enzimas
fotosintéticas clave, como la Rubisco.
La extensión y naturaleza de la evolución de las plantas con sistemas
fotosintéticos C3 con respecto a las bajas concentraciones atmosféricas de CO2 no son
conocidas. Estas plantas estuvieron sujetas a bajas concentraciones de CO2at por miles
de años antes del siglo XX, no obstante las características de la enzima involucrada en
la fijación inicial de CO2 en plantas C3 -la Rubisco- pudo haber no cambiado mucho y
todo parece indicar que la evolución de las plantas C3 resultó en modificaciones que
involucran a toda la planta completa, tales como el incremento de los tejidos de
almacenamiento de carbohidratos.
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Fisiológicamente hablando esto indicaría que algunas plantas C3 no estarían
adaptadas a los niveles atmosféricos de CO2 actuales ni a los esperados en el
futuro.
4. MÉTODOS DE ESTUDIO DEL CAMBIO AMBIENTAL GLOBAL
La metodología y en particular las instalaciones empleadas para el estudio de las
repuestas de plantas a la concentración de CO2at y la temperatura son variados,
podríamos clasificarlos entre métodos de corta y larga duración. Los primeros, son los
más abundantes, se llevan a cabo en cámaras de crecimiento o en invernaderos con
ambientes controlados y son más económicos. Los de larga duración requieren
instalaciones más sofisticadas. En este caso mencionaremos los métodos más
conocidos en estudios de campo de larga duración.
El más relevante estudio agronómico de los efectos del CO2at en concentraciones
elevadas es el realizado en free-air carbon dioxide enrichment (FACE) ya que otras
variables ambientales de la parcela permanecen sin perturbación. Lo caro de la
instalación, y particularmente las grandes cantidades de CO2 requeridas, han limitado
el número de estudios.
Los resultados de los experimentos FACE pueden ser difíciles de extrapolar a
otras áreas donde las condiciones atmosféricas y del suelo resulten ser diferentes,
además que no es posible evaluar la interacción entre concentración del CO2 y
temperatura.
Otro tipo de dispositivos son los “Open-top chambers” (OTCs), también
ampliamente usados para mantener una concentración dada de CO2 para un cultivo en
campo. Tales cámaras generalmente disminuyen la radiación sobre los cultivos,
incrementan la humedad, hacen que el aire se mueva más lentamente y, sobre todo,
son sustancialmente más calientes que el aire del ambiente bajo una gran radiación.
Los túneles de gradiente de temperatura (TGC) permiten a las plantas crecer
sobre un amplio rango de temperaturas. La temperatura diferencial puede hacer la
interpretación complicada. Sin embargo, la información es útil cuando se combina con
concentraciones reguladas de CO2. Usualmente, las intensidades luminosas promedio
y máxima están reducidas y el espectro luminoso se encuentra modificado. Las plantas
pueden estar sembradas directamente en el suelo o en macetas, lo que haría variar el
desarrollo radical.
La extensión y profundidad del enraizamiento de los cultivos, es una variable que
no se puede dejar de lado dado que restringe el crecimiento; lo que afecta el suministro
de agua y nutrientes y limita los centros de almacenamiento para los asimilados.
A pesar de la amplia variedad de métodos y por consiguiente de resultados, ellos
proporcionan una amplia base de acuerdo, en cuanto a las respuestas de plantas
cualitativamente similares en diferentes sistemas, sin embargo, cuantitativamente hay
una considerable diferencia.
5. EL EFECTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA.
La selección empírica desde la invención de la agricultura tuvo como criterio
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principal, sino es que único, al rendimiento bajo condiciones de campo, lo que pudo
seleccionar indirectamente plantas con mayores almacenes de carbohidratos.
La selección directa en almácigos que están sujetos a CO2at elevado, puede no
ser factible en programas comerciales de mejoramiento, debido al gran número de
plantas que deben ser evaluadas y los altos costos de mantener un ambiente
controlado con concentraciones atmosféricas elevadas de CO2 comparadas con los
almácigos de campo convencionales. Si los rasgos químicos, fisiológicos y
morfológicos que contribuyen a la respuesta favorable a CO2 elevado pudieran ser
identificados, estos rasgos podrían ser usados como suplemento empírico para la
selección basada en rendimiento bajo condiciones de campo y por consiguiente
incrementar los programas de mejoramiento.
En experimentos de larga duración a temperaturas intermedias y CO2at a 720
µmol, mol-1, hay un aumento en el rendimiento del grano de varios cereales pequeños
en un 32% y en el caso de leguminosas de 54%, estos incrementos a menudo fueron
menores que los obtenidos a la misma concentración de CO2 en exposiciones de corta
duración, aún a las mismas temperaturas. Existen varias explicaciones posibles para
los menores rendimientos en las exposiciones a largo plazo en atmósferas
enriquecidas con CO2 con respecto a las de corta duración. Uno de los principales
factores está en la regulación a la baja de la capacidad fotosintética en exposiciones a
largo plazo tal que esta regulación a la baja podría ser tanto una consecuencia de las
condiciones de cultivo artificiales o un indicador de que los actuales cultivos de plantas
C3 no están bien adaptados a altas concentraciones de CO2 elevado. La regulación a
la baja ha sido atribuida a un mecanismo de retroalimentación que opera cuando el
suministro de carbohidratos desde la fotosíntesis, excede la demanda de carbohidratos
en los tejidos de almacenamiento. Se ha observado que una fuerte regulación a la baja
se presenta cuando las plantas son cultivadas en pequeñas macetas, lo cual podría ser
consecuencia de una raíz mucho más pequeña (con un menor almacén potencial de
carbohidratos) comparada con la que se tendría en condiciones naturales.
6.- PREDICCIONES EN CUANTO AL COMPORTAMIENTO DE LA FLORA ARVENSE
Un aspecto interesante es que 12 cultivos de 5 familias brindan el 75% del
alimento mundial y a las mismas 5 familias pertenecen muchas de las peores malezas,
lo que implica que nuestros principales cultivos y malezas comparten características y
probablemente un origen común.
Sin embargo una notable diferencia radica en la mayoría de los cultivos más
importantes tiene una ruta metabólica C3 mientras que las principales especies de
maleza poseen una C4. De hecho de las 18 principales malezas de acuerdo a la lista
de Holms (1977) 14 son C4, mientras que de 86 especies alimenticias solo 5 son C4.
Esto es más interesante si consideramos que solamente el 5% de las angiospermas
son C4.
De acuerdo a la bibliografía disponible se sabe que un aumento de la
concentración atmosférica de CO2 de 350 a 700 mol mol-1, provoca un aumento en la
biomasa de las plantas C3 de 40% mientras que para la C4 es de sólo 11%. Sin
embargo, las especies malezoides C4 son capaces de aumentar su biomasa tanto
como las C3, las razones de que esto ocurra son desconocidas. De todas formas la
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mayoría de los autores consideran que el calentamiento global podría darles ventaja
competitiva a la C4 dado que están preadaptadas a ambientes más cálidos y secos.
Los estudios realizados para estudiar la competencia maleza/cultivo de la misma
o de diferente ruta fotosintética son contradictorios, pero se puede notar una tendencia
en cuanto a que el CO2 elevado favorece el desarrollo de los cultivos C3 sobre malezas
C4.
Sin embargo una limitante de la mayoría de los estudios es que no han sido
llevados a cabo bajo condiciones de larga duración. Lo que limita en mucho la
utilización de estos resultados con fines predictivos.
Debe tomarse también en cuenta que el aumento del CO2 puede actuar sobre
muchos aspectos fenológicos, tales como índice de germinación, floración y
senescencia; por ejemplo la emergencia de plántulas de maleza se acelera.
7.- “FOCOS ROJOS” A ATENDER EN MALHERBOLOGIA
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