Reseña de lectura I: Mario Bunge, Epistemología, siglo XXI Editores, Barcelona,
2004.
¿Qué es y para qué sirve la epistemología?
Este capítulo está concebido como una introducción a los temas de la
epistemología y sus problemas semánticos, ontológicos, axiológicos, éticos que se presentan en el curso de la investigación científica como en la reflexión metacientífica. Los problemas presentados por Bunge, abarcan la naturaleza y el alcance del conocimiento científico por oposición al cotidiano, la clasificación de las ciencias, y la posibilidad de edificar la ciencia inductivamente a partir de observaciones.
Bunge parte de una definición de epistemología o filosofía de la ciencia:
“rama de la filosofía que estudia la investigación científica y su producto, el conocimiento científico”. Ciertamente el número de cátedras de epistemología se ha multiplicado en las universidades, debido a la preocupación por afrontar todas las tareas del pensamiento científico, más que rendir cuentas de los distintos tipos de teoría, que medir el alcance de sus aplicaciones y de procedimientos, hasta convertir a la epistemología en una área importante de filosofía, desde el punto de vista conceptual y profesional, esto responde a la pregunta “qué es y para qué sirve o podría servir”. La epistemología tal como lo destaca Bunge, era cultivada principalmente por científicos y matemáticos y por filósofos sin preparación científica (John Herschel, Auguste Comte, Adrien Marie Ampère, Bernhard, Hermann von Helmholtz, Ernst Mach, Bertrand Russell, entre otros), pero ninguno de los pensadores citados y más podrían considerarse como epistemólogo profesional. La preocupación principal era la investigación científica o matemática, la historia de las ideas, la política, entre otras. Este período clásico en el que tenían opiniones propias y eran defendidas con elocuencia, no deja aún lado la idea de profesionalización dela epistemología.
El grupo de epistemólogos, algunos de ellos profesionales, elaborarán una
nueva epistemología, el empirismo ligio, que se impone en las ciencias. El Círculo de Viena (Moritz Schlick se preocupaba por la fundación filosóficamente solida del conocimiento científico, sobre todo de la física) como ubica su preocupación por una reflexión filosófica individual y aislada, cambia la filosofía, al poner en práctica y desarrollar el programa de Bertrand Russell, de hacer filosofía con ayuda de la lógica matemática. Esto define precisamente la intensa y generalizada irrupción de métodos de análisis formal y la vinculación con los problemas de los fundamentos de la matemática, así como por una clara ruptura con las tradiciones epistemológicas precedentes y una postura polémica contra toda forma de metafísica. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por dar cuenta de las teorías científicas, que según Popper, el empirismo lógico es incapaz para entender la misma ciencia que declaraba.
El conocimiento científico es el resultado de determinada práctica o
actividad específica que podemos denominar, en sentido amplio, teorización, y la filosofía de la ciencia consiste en un determinado tipo de saber relativo a dicha práctica. Los problemas en este sentido, que abordaran tenían relación con la ciencia real, tales como “el nacimiento de la teoría sintética de la evolución, la biología molecular, la neuropsicología, la matematización de las ciencias sociales y la aplicación del método científico a la planeación de actividades humanas”, les pasaron inadvertidas.
La filosofía de la ciencia tiene por objeto la actividad científica. Esta
actividad involucra prácticas regidas por normas convenciones y la explicación de estas convenciones constituye lo descriptivo y normativo de la filosofía de la ciencia. Pero la actividad científica no sólo involucra prácticas convencionales, también involucra esencialmente entidades, constructos científicos (cada hipòtesis, cada problema, cada experiencia, cada ecuaciòn reclamarìa su filosofia). Contrastación, medición o experimentación son ejemplos de prácticas científicas; conceptos, leyes y teorías son ejemplos de constructos científicos. El análisis metacientífico de las prácticas tiene un carácter descriptivo-prescriptivo, el análisis metacientífico de las entidades científicas es esencialmente interpretativo.
Así lo destaca Bunge, “a filosofía de la ciencia no merece el apoyo de la
sociedad si no constituye un enriquecimiento de la filosofía ni le es útil a la ciencia”. Y una epistemología es útil si satisface lo siguiente: a) concierne a la ciencia propiamente y no la tomada de libros elementales; b) ocuparse de problemas filosóficos que se presentan de hecho en el curso de la investigación científica o en la reflexión acerca de los problemas, métodos y teorías de la ciencia, en lugar de problemitas fantasma; c) proponer soluciones claras a tales problemas; d) distinguir la ciencia autentica de la seudociencia; e) criticar programas y aun resultados erróneos.
Para concluir, el epistemólogo de la ciencia y las herramientas formales de
la filosofía puede hacer las siguientes contribuciones:
a) Desenterrar los supuestos filosóficos de planes, métodos o resultados de
investigaciones científicas de actualidad;
b) Dilucidar y sistematizar conceptos filosóficos que se emplean en diversas
ciencias; c) Ayudar a resolver problemas científico-filosóficos;
d) Reconstruir teorías científicas de manera axiomática;
e) Participar en las discusiones sobre la naturaleza y el valor de la ciencia pura y
aplicada;
f) Servir de modelo a otras ramas de la filosofía.