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lo que quieres
Cómo conseguir
lo que quieres
Claves para negociar con éxito
Manuel Ferrández
JD Roman
www.librosenred.com
Dirección General: Marcelo Perazolo
Diseño de cubierta: Federico Achler
Ilustración de cubierta: Manuel Ferrández
Diagramación de interiores: Guillermo W. Alegre
© LibrosEnRed, 2015
Una marca registrada de Amertown International S.A.
ISBN: 978-1-62915-204-2
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¿Qué es esto de negociar?
¿Cuál es la mejor estrategia
para hacerlo?
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La estrategia en la negociación
La estrategia es el punto de referencia donde apoyarse duran-
te la negociación para determinar qué decisiones y qué rumbo
adoptar con el fin de conseguir el objetivo de la negociación.
Todo negociador que no se marque una estrategia deja un am-
plio marco a la improvisación y corre el riesgo de que la nego-
ciación tome un rumbo no deseado o la manipule la otra parte.
Obviamente, la principal estrategia que todo negociador se
marca es la de “ganar”, pero conviene también tener presente
qué es ganar y cómo se gana. Si la negociación perjudica en
exceso los intereses de la otra parte, existen grandes posibili-
dades de que el acuerdo no se cumpla mientras que, si por el
contrario, nuestros beneficios son mínimos, los perjudicados
seremos nosotros.
Por otra parte, el miedo a perder que algunos negociadores
tienen les hace perder la confianza y tal vez por ello no asumen
ciertos riesgos, con lo cual en realidad están negociando en
franca desventaja, perdiendo así fuerza en la negociación.
Merece la pena tener en cuenta que toda negociación impli-
ca “ceder” –en el sentido de intercambio– algo para conseguir
un beneficio superior.
Estrategias posibles
Después de analizar nuestra situación, podemos iniciar la ne-
gociación con una estrategia determinada, aunque desde luego
conforme avanza ésta podemos creer conveniente modificar
dicha estrategia en función del proceso. Ello implica que todo
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La estrategia “Ganar-Ganar”
Se trata de una estrategia racional y emocionalmente positiva.
A la postre, es la estrategia más eficaz.
Por nuestra experiencia, y aunque pueda parecer sorpren-
dente, no es frecuente que las partes se planteen desde un ini-
cio este tipo de estrategia. Al iniciar la negociación, las partes
suelen estar a la expectativa, y únicamente empiezan a acercar
posiciones conforme transcurre la negociación.
Algunas veces, la estrategia inicial sí es la de “Ganar-Ganar”,
pero las actitudes y comportamientos no lo demuestran clara-
mente por lo que, en estas circunstancias, una de las partes se
pone a la defensiva o incluso adopta una actitud agresiva.
La estrategia que comentamos podríamos denominarla co-
mo “Yo Gano-Tú Ganas” y consiste esencialmente en satisfa-
cer los propios intereses pero también los intereses de la otra
parte o, al menos, no perjudicarlos. Utilizando esta estrategia,
los puntos divergentes se resuelven de manera más satisfacto-
ria, dado que las soluciones interesan a ambas partes.
La forma cooperativa de llegar a acuerdos supone la creación
previa de un clima abierto, de mutua confianza, al que pro-
bablemente se llega de forma progresiva a lo largo del proceso
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La estrategia “Ganar-Perder”
Se trata, sin duda, de otra estrategia posible pero de una estra-
tegia miope, a la postre. ¿Por qué? Porque no deja de ser una
maniobra de poder de una de las partes sobre la otra.
Paradójicamente, suele ser la estrategia más frecuente al ini-
cio de toda negociación. Se busca ganar como sea, con lo cual
se perjudican los intereses de la otra parte.
La negociación, en estos casos, se contempla como una com-
petición, donde los intereses de la otra parte no se tienen en
cuenta, ni tampoco lo que ésta siente con respecto al acuerdo.
El negociador únicamente se plantea lo que quiere ganar y
no lo que quiere ceder. De hecho, podríamos significar que
muchas veces le inquieta más el no-perder que la propia am-
bición de ganar.
Esta estrategia de “Ganar-Perder”, muy a menudo, lleva im-
plícito el no-cumplimiento de los acuerdos, pues mientras el
vencedor saborea su victoria, la parte que se siente perdedora
ya está maquinando su venganza, sea la posibilidad de incum-
plir el acuerdo o tal vez la de aplicar la misma estrategia en la
próxima negociación.
En otras palabras, esta estrategia se centra absolutamente en
el presente sin pensar en absoluto en los beneficios futuros.
Existe, eso sí, una posibilidad que puede hacernos concebir
la conveniencia de utilizar esta estrategia: podríamos valorar
aplicarla si se estamos plenamente seguros de que no vamos a
tener que volver a negociar con la otra parte. Aunque pensan-
do en el mundo de los negocios, ¿de verdad crees que podemos
tener la certeza de no volver a encontrarnos con alguien algu-
na vez en el futuro?
Ciertos autores defienden la plena validez de esta estrategia.
En lenguaje llano se denomina “pelotazo” o “one shot” en la
jerga anglosajona. Aquí hay dos factores a tener en cuenta, el
primero tiene que ver con los valores éticos –algo totalmente
personal en lo que no entraremos– y el segundo tiene que ver
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La estrategia “Perder-Ganar”
También denominada estrategia de orden dos. Se trata de una
estrategia de futuro, racional y emocionalmente positiva.
En realidad es una estrategia a largo plazo en la que se pierde
o se deja de ganar en un principio con la intención de conse-
guir más tarde mejores beneficios.
Esta estrategia muy utilizada en el campo comercial, se con-
templa como inversión de futuro. Muchas veces resulta de uti-
lidad para poder empezar a colaborar con otra empresa, pero
también es verdad que en algunas ocasiones la otra empresa
puede aprovecharse de tu candidez y no entablar ninguna re-
lación futura contigo.
Esta estrategia la contemplamos como una analogía de jugar
en un casino: no existen resultados predecibles. El jugador ha-
ce una apuesta y dicha apuesta puede salir bien o mal. Ahora
bien, recordar que si se juega en un casino, el casino nunca
pierde. Otra vez, la decisión final de apostar o no –nunca me-
jor dicho– por una estrategia de este tipo está en manos del
negociador. Una cosa está clara: no podremos culpar a nadie
por haberla adoptado.
La estrategia “Perder-Perder”
Una estrategia de lucha emocional. Esta estrategia no se plan-
tea nunca al inicio de una negociación pero se puede llegar al
cierre con ella.
Consiste en plantearse que las pérdidas o las renuncias pro-
pias serán iguales o menores que las de la otra parte.
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A modo de síntesis:
Negociación de adversarios
Por ejemplo, la que en muchas ocasiones tiene lugar entre em-
presarios y sindicatos. Este tipo de negociación puede tener
efectos adversos en las relaciones básicas. Se centra en el mo-
delo mental de “ganar-perder” o “perder-ganar”.
Negociación colaboradora
Se trata de un proceso donde las dos partes trabajan conjunta-
mente para encontrar una solución. Es una oportunidad para
maximizar una relación que continúa. La clave es que ambas
partes logren lo que necesitan sin perjudicar las necesidades de
la otra parte. El énfasis se sitúa en resolver el problema, no en
“derrotar” a la otra parte
Si la posición es fuerte: Se puede adoptar la estrategia de
“Ganar-Ganar” o bien la de “Ganar-Perder”. Adoptar una u
otra estrategia estará en función de los intereses que tengamos
con la otra parte.
Si la posición es débil: Se puede adoptar cualquiera de las
cuatro estrategias, en función de la otra parte.
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Blanda
• El negociador se muestra amigable
• La meta es alcanzar un acuerdo
• Se hacen concesiones para desarrollar la relación
• Ser blando tanto con la persona como con el problema
• Confiar en los demás
• Cambia su posición fácilmente
• Formula ofertas
• Expresa cuál es el nivel máximo de concesión aceptable
• Se aceptan pérdidas unilaterales para llegar a un acuerdo
• Busca la única respuesta que la otra parte aceptará
• Se insiste sobre el acuerdo
• Se trata de evitar confrontaciones
• Se cede ante las presiones
Dura
• El negociador ve a la otra parte como un adversario
• La meta es lograr la “victoria”
• Se exigen concesiones como condición de la mejora de
la relación
• Ser duro tanto con la persona como con el problema
• Desconfiar de los demás
• Atrincherarse en la posición
• Formular amenazas
• Producir confusión respecto a cuál es el límite de con-
cesiones admisibles
• Se exigen ganancias unilaterales como precio del acuerdo
• Se busca la única respuesta; la única que esta parte
acepta
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La tercera vía: la negociación basada
en principios
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por las que la otra parte puede no desear jugar con criterios
objetivos:
Tiene cartas ocultas, léase juego sucio potencial. Aquí usare-
mos las técnicas de manejo del juego sucio.
No cree en la necesidad de apoyarse en criterios objetivos.
Tendremos que venderle el bien fundado de su utilización.
Considera que usar criterios objetivos limitará su flexibilidad
y su creatividad a la hora de negociar. En este caso, tendremos
que ser respetuosos y finalmente aplicar el punto dos.
No comparte la noción de objetividad sobre tal o cual crite-
rio. Esto puede deberse sencillamente porque no entiende di-
chos criterios, ya sea porque tratan sobre temas que no conoce,
o bien porque su nivel de conocimiento es insuficiente respeto
a dichos criterios.
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El proceso de la negociación
Preparación
Propuesta
Discusión
Intercambios
Satisfacción
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RECUERDA
“Haz tus cálculos para la batalla, porque vencerá aquel
que los haga más completos”.
Sun Tzu (El arte de la guerra).
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Seguridad 6 9 -162
Precio 4 2 16
Confianza 8 6 96
Opciones futuras 3 4 -12
Liquidez 2 5 -30
Flexibilidad entrega 1 2 -2
Símbolo público 9 1 72
Calidad 5 7 -70
Plazos de entrega 7 8 -56
Otros
…Tradición
... Innovación
... Imagen
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Recopilar datos
Prepararte para la negociación puede suponer tener que em-
prender una investigación. Si este es el caso, tendrás que
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por los difíciles y dejar para el final los complejos. De esta ma-
nera, ampliarás el terreno común y facilitarás la consecución
de acuerdos en los temas más complejos.
Argumentos: Aunque hemos señalado que conviene atenuar
la cantidad de argumentos que defiendan tu postura, es ne-
cesario que pienses en tus posiciones. Analiza los argumentos
que defiendan tu posición y escoge aquellos que sean realmen-
te sólidos, aunque sólo sea uno.
Concesiones: ¿Qué concesiones piensas realizar y en qué or-
den? Analízalo siempre en función del coste que suponen para
ti y también del valor que le concederá la otra parte.
Puntos fuertes y puntos débiles (tuyos y también los de la
otra parte). Conviene que reconozcas tus virtudes y tus de-
fectos, que conozcas tu situación en la negociación e intentes
averiguar también cuál es la situación del negociador que vas
a tener delante de ti. Esta información te permitirá escoger la
estrategia y las tácticas adecuadas.
El punto de vista de la otra parte: Siempre es conveniente
empatizar, que no simpatizar (esto te conduciría al conocido
“síndrome de Estocolmo”) con la otra parte. Es bueno por
tanto que te sitúes en el puesto del otro, de esta manera,
no sólo podrás prever sus comportamientos y sus reaccio-
nes, sino que podrás obtener información que te permitirá
identificar mejor sus necesidades y sus intereses, lo que te
facilitará encontrar puntos de acuerdo que sean beneficiosos
para ambos.
El entrenamiento: Cuando tengas que llevar a cabo negocia-
ciones especialmente complejas, es recomendable que te en-
trenes con antelación. Pide a un compañero que desempeñe
el rol de negociador de la otra parte y negocia con él. Esta si-
mulación te permitirá analizar su comportamiento, reconocer
sus supuestos puntos débiles y te entrenará para que, llegado el
caso, puedas superar con mayores posibilidades los momentos
de tensión.
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Relación de poder
El conocimiento de la otra parte también te permite estimar la
posible relación de poder durante la negociación. Por supues-
to, no es lo mismo negociar con una gran organización que
con una pequeña. Tampoco es lo mismo tratar un tema que
afecte al núcleo del negocio de una empresa que negociar so-
bre un asunto marginal. No es lo mismo negociar tratando de
establecer una relación duradera con la otra parte, que buscar
simplemente un acuerdo puntual.
No obstante, si bien todos estos aspectos, y muchos otros,
influirán en la relación de poder entre las partes, en último
caso ésta vendrá determinada por el interés que tenga cada
una de las partes en alcanzar dicho acuerdo.
Aquel que más necesidad tenga de cerrar un acuerdo, aquel
que se juegue más, es quién probablemente tendrá una posición
negociadora real más débil. Otra cosa es la percepción que el
interlocutor pueda tener de tu posición; no se trata de jugar al
póquer, se trata de diferenciar entre realidad y percepciones.
Este posible interés de cada parte por llegar a un acuerdo va
a depender de la mejor alternativa que tenga cada una de las
partes en el supuesto de que no se alcance dicho acuerdo.
Por ejemplo, suponte que la empresa A negocia con la em-
presa B la comercialización de sus productos a través de la
cadena de tiendas de ámbito nacional que ésta posee.
En caso de no llegarse a ningún acuerdo la mejor opción de
A será la tratar de vender sus productos por catálogo (con muy
mala experiencia en años anteriores), mientras que la mejor
opción de B será la de contactar con otra organización (son
numerosas y todas ellas están deseando trabajar con B).
En este supuesto, parece claro que si no se alcanza el acuer-
do, la opción alternativa de B es sustancialmente más atrac-
tiva que la de A, por lo que B negociará desde una posición
de fuerza.
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El MinMax
En la fase de preparación también es fundamental que definas
con precisión qué resultado pretendes alcanzar. Este objetivo
debe ser ambicioso aunque también realista.
Se ha demostrado repetidamente que cuanto más ambicioso
es uno a la hora de afrontar una negociación, mayor empeño
pondrá en ella y mejor será también el resultado final que se
obtenga.
No te fijes un único resultado objetivo ya que probablemen-
te no lo obtendrás. Es preferible que determines un posible
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La importancia de la preparación
La sugerencia más valiosa que podemos darte es que te pre-
pares bien cualquier negociación que vayas a celebrar y que
tengas unas metas muy claras. Hacemos hincapié sobre la im-
portancia de la planificación y de la preparación porque es la
mejor estrategia, no sólo para conseguir lo que deseas, sino
también para que, eventualmente, puedas enfrentarte con las
técnicas de negociación “duras”.
Una preparación excelente constituye un arma poderosa
contra toda táctica de negociación.
El negociador bien preparado, gracias a que tiene sus metas
bien definidas, dispone de una amplia información y cuen-
ta con una estrategia correctamente elaborada (y flexible a la
vez), rara vez será víctima de un adversario astuto (léase que
practique tretas o “juegos sucios”).
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Fase I: Separa a las personas
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RECUERDA
“Nunca le arrebates a una persona su dignidad. Es todo
para ella mientras que no representa nada para ti”.
Frank Barron
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RECUERDA
“Construye un puente de oro por donde pueda retroce-
der tu interlocutor”.
Sun Tzu
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Escucha activamente
Un dicho que ya se ha hecho popular (expresado por primera
por Epícteto, en el siglo I a.C.) señala “Dios nos hizo con dos
orejas y una boca para escuchar el doble de lo que hablamos”.
Parece sencillo, pero prueba a hacerlo... en una negociación.
La escucha activa es sin duda una habilidad crítica de influen-
cia que posee una incidencia directa en los procesos de nego-
ciación. La escucha activa incluye diversos comportamientos
que comunican a la otra parte que le estamos escuchando y
comprendiendo, que le apreciamos y aceptamos los sentimien-
tos que expresa con sus palabras y que, independientemente
de cuáles sean sus pensamientos o sus palabras, lo aceptamos
como persona.
Por tanto, la finalidad de la escucha activa consiste en co-
municar que, sean cuales sean la calidad de las ideas, aconte-
cimientos, actitudes y valores de la persona que habla, quien
escucha no está evaluando a la persona por sus ideas o por sus
sentimientos. La persona que escucha acepta a la persona que
habla tal como es, sin emitir juicios morales sobre lo que está
bien y lo que está mal, sin tacharla de lógica o de ilógica.
Habitualmente, sin embargo, cuando escuchamos, se acti-
van dos tipos de mecanismos de relación:
Estar de acuerdo con la otra persona otro o no; es decir,
¿opino lo mismo que el otro?, en esencia ¿pienso que su ma-
nera de entender el problema es correcta? ¿Yo haría / pensaría
lo mismo?
Ponerse en el lugar de la otra persona: ¿Entiendo cuál es la
posición del otro? ¿Soy capaz de pensar qué haría yo en su
lugar, cómo se siente, qué desea?
Si cruzamos estas dos variables observamos cuatro formas de
enfrentarse a un proceso de escucha:
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Situación B
“...últimamente tenemos un trabajo agotador. No hay mane-
ra de terminar con la tarea ya que...”.
“Ni me cuentes, nosotros vamos todos agobiados de arriba
para abajo. Parece mentira que cuanto más paro hay más tra-
bajo nos...”.
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Recomendaciones prácticas
A continuación presentamos una serie de recomendaciones
prácticas que conviene que tengas en cuenta para lograr resul-
tados productivos en las negociaciones. Todas estas recomen-
daciones se centran en sugerencias específicas para separar a
las personas del problema.
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Percepción
Colócate en los zapatos del otro:
• Lo que veas depende de dónde te sientes.
• Se ve lo que se quiere ver.
• Evita la percepción selectiva que hace que rechaces la
información que contradice lo que “profetizas” y aceptes
la información que lo confirma.
• Trata de evitar el sesgo al analizar tus situaciones y las
del otro.
• Trata de entender qué hace que la otra parte piense dife-
rente de ti.
• Visualiza las circunstancias requeridas para que, a pesar
de que el otro piensa diferente a ti, tenga sentido el pen-
samiento de éste.
• Ten presente que el negociador de la otra parte puede estar
pensando honestamente que tú puedes estar equivocado.
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Comunicación
Escucha activamente y reconoce lo que se dice:
• Recuerda que escuchar es difícil, sobre todo en el estrés
de la negociación.
• Escucha activamente para clarificar lo que estás escu-
chando y lo que la otra parte está diciendo.
• Ocasionalmente, interrúmpelos para parafrasear lo que
ellos quisieron decir.
• Ten en cuenta que sentirse oído y escuchado es algo
motivador.
• Recuerda que la concesión más barata que existe es la
escucha.
• Presta atención a lo que ellos están diciendo.
• Pídeles que presenten sus ideas de una forma clara y
cuidadosa.
• Pídeles que repitan las ideas cuando exista riesgo de
ambigüedad.
• Haz lo posible por no responder mentalmente (con tu
voz interna) a cada idea que ellos presenten.
• Escúchalos sin omitir el contexto de que son la otra
parte en la negociación.
• Interprétalos teniendo en cuenta las percepciones, nece-
sidades y restricciones de la otra parte.
• Demuéstrales que les has entendido perfectamente.
Hasta que ellos no se vean entendidos no dejarán de
pensar en argumentos más convincentes.
• Al hacer esta demostración de entendimiento, hazlo de
una forma positiva.
• Recuerda que entender no tiene que ver con estar de
acuerdo. Puedes entender perfectamente lo que el otro dice
y, a la misma vez, estar en completo desacuerdo con él.
• Otorga mucha importancia a entenderlos, pues si esto
no se produce, la otra parte no estará dispuesta a escu-
char tus argumentos.
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Fase II: Concéntrate en los intereses
detrás de las posiciones
Intereses y posiciones
Como ya sabes, la preparación previa a toda negociación es
probablemente uno de los aspectos más cruciales de la misma.
En esta preparación, es muy trascendente que evalúes tus inte-
reses para que no cometas un error que suele ser muy común:
canjear un interés importante por otro menos importante.
Lord Palmerston, titular del Foreign Office, hace casi dos
siglos ya esbozó la filosofía de la política exterior británica:
“Inglaterra no tiene amigos y enemigos permanentes. Sólo sus
intereses son permanentes”. Dos siglos después, a esto se le
llama Realpolitik.
Revisemos el concepto de posición. Una posición es un pun-
to de vista que excluye la posibilidad de cualquier otra postu-
ra. Es algo tangible. Lo que las personas dicen que quieren.
Se da por tanto como la única opción. Es cerrada y no afecta
otras opciones.
Mientras tanto un interés es la fuerza motivadora que im-
pulsa a las personas a mantenerse en una determinada postura
y a tomar una decisión. Suele ser algo intangible. Lo que las
personas verdaderamente quieren o desean. Lo que motiva a
que una persona adopte una posición. En una palabra, la ra-
zón por la que establecen una posición.
Revisemos una vieja historia de dos hermanas que sostuvie-
ron una controversia por unos pomelos.
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Idea clave
La cantidad y la calidad de información que se inter-
cambia también es algo que se puede negociar.
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¿Por qué entonces resulta a veces tan difícil explorar los inte-
reses y las necesidades de los otros negociadores? Desde luego,
existen diversas respuestas que pueden resultar válidas en dis-
tintas circunstancias:
No somos conscientes de que explorar los intereses y las ne-
cesidades de la otra parte resulta algo muy valioso para noso-
tros como negociadores.
• No somos sensibles a las oportunidades que la otra parte
nos brinda para explorar sus intereses.
• Consideramos que la negociación es una actividad en
la cual quien más habla es quien mejores resultados
obtiene.
• Pensamos que lo más importante en negociación es que
la otra parte entienda nuestras preocupaciones y se com-
prometa a tratar de satisfacerlas.
• Somos torpes indagando los intereses de la otra parte.
Desde luego, podrían citarse otras razones. Con todo, las se-
ñaladas constituyen una buena muestra del porqué muchas
veces no exploramos los intereses de la otra parte. Analicemos
brevemente cada una de estas razones con la intención de de-
tectar qué hay detrás de ellas.
• No somos conscientes de que explorar los intereses y
necesidades de la otra parte resulta valioso para nosotros.
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Tipos de intereses
Existen tres tipos de intereses bien diferentes entre ellos:
Intereses compartidos
Constituyen la base de la negociación. Se trata de un be-
neficio para ambas partes por alcanzar el acuerdo en un de-
terminado problema, de algo que ambas partes desean que
suceda. Es mutuamente beneficioso para alcanzar un acuerdo.
Por ejemplo, tú vendes un coche y yo quiero comprar uno.
Obviamente, para que una negociación tenga lugar este tipo
de interés debe necesariamente existir.
Ten muy presente que recalcar los intereses comunes a lo
largo de la negociación puede hacer que la negociación sea
más suave y amistosa.
Intereses opuestos
Es aquel tipo de interés que da más a una persona (o parte)
y menos a la otra. Ejemplo: tú deseas obtener más dinero por
el coche del que yo quiero pagar. Habitualmente, se trata de
intereses de intercambio.
Intereses diferentes
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Idea clave
Negocia sobre intereses, no sobre posiciones.
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Recomendaciones prácticas
Agrupamos en este epígrafe con una serie de recomendaciones
prácticas y específicas a tener en cuenta para que verdadera-
mente te concentres en los intereses y no en las posiciones.
• Los intereses definen el problema.
• No caigas en la trampa de pensar que el problema son
las posiciones.
• Ten en cuenta que el problema surge de los enfrenta-
mientos entre las necesidades, los deseos, las preocupa-
ciones y los temores de las partes.
• Contempla los intereses como los motivadores que exis-
ten detrás de las posiciones.
• Las posiciones son las decisiones y los intereses son la
causa de estas decisiones.
• Aprovecha el hecho de que por cada interés puedan
existir varias posiciones que lo satisfacen.
• No adoptes las posiciones más obvias.
• Busca posiciones que satisfagan tus intereses. No los de
la otra parte.
• Considera que en posiciones opuestas pueden existir
más intereses compartidos que conflictivos.
• Recuerda que existen tanto intereses compatibles como
conflictivos.
• No asumas que si las posiciones son opuestas, los intere-
ses también lo serán.
• Busca tanto los intereses conflictivos como los que sola-
mente son diferentes.
• Considera que la negociación tiene lugar porque existen
intereses diferentes entre las partes.
• Busca los intereses complementarios.
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Fase III: Genera opciones de mutuo
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Obstáculos a la creatividad.
He aquí los comportamientos que más frenan la generación
de ideas:
• Juzgar prematuramente las ideas
• Buscar una sola respuesta. Cuidado con las soluciones
“perfectas”.
• Adoptar posturas rígidas
• No contemplar las necesidades de los otros
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“Volvamos a la realidad”.
“Eso no es práctico”.
“Eso costaría demasiado”.
“No está el presupuesto”.
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Idea clave
En toda negociación –en especial las que cuenten con
un fuerte componente emocional– el pensamiento late-
ral es lo que te permitirá imaginar alternativas creativas
a la vez que objetivas.
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Recomendaciones prácticas
Presentamos en las páginas siguientes una serie de recomenda-
ciones concretas que te ayudaran a la hora de generar opciones
de mutuo beneficio en las negociaciones.
• Recuerda que la “no invención” es el estado natural de
las cosas y que por tanto debes actuar contra eso. El
argumento más habitual en contra de la creatividad es
que “hasta ahora ha funcionado muy bien”, sea cual sea
la definición de “muy bien”. Lo entendemos perfecta-
mente aunque aquí lo que intentamos es hacer las cosas
“aún mejor”.
• Evita hacer juicios prematuros que “asesinen” las ideas.
• Concédete permiso para generar ideas diferentes aunque
para personas “pragmáticas” esas ideas puedan llegar a ser
consideradas como “locas”.
• Ten en cuenta que la presencia del otro negociador
puede inhibir tu creatividad.
• La invención en la negociación debe tener ciertos contro-
les para no dar a conocer información que disminuya tu
capacidad de negociación.
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Cómo conseguir lo que quieres
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Cómo conseguir lo que quieres
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Cómo conseguir lo que quieres
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Cómo conseguir lo que quieres
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Fase IV: Establece criterios objetivos
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Cómo conseguir lo que quieres
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Manuel Ferrández | JD Roman
2 VENTAJAS La función de una característica.
Describir cómo la característica de un producto o
3 BENEFICIOS servicio soluciona una necesidad o interés explícito
expresado.
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Cómo conseguir lo que quieres
¿Cómo funciona?
“Dada la necesidad que tiene de un ordenador portátil muy
ligero... (Interés)
…Una característica clave del Dell XPS M1210 es que pesa
solamente 1,9 kg... (Característica)
... Significa que es fácil de llevar... (Ventaja)
.... Y esto resolverá tus preocupaciones de tener que trans-
portar una máquina pesada que suponía era un problema para
ti” (Beneficio).
Para conseguir ese beneficio la mejor opción es este modelo
que estimamos el más adecuado para tus intereses a este precio.
Así que a la hora de presentar tus argumentos, prueba a
hacerlo siguiendo el modelo “CVB”: porque tenemos algo
(Característica) que puede hacer... (Ventaja), lo cual significa
que... (Beneficio).
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Manuel Ferrández | JD Roman
RECUERDA
Cuando un juez dicta sentencia está cubriendo las
apariencias, no sólo las suyas y las del sistema judicial,
sino también las de las partes. Podría decir “ha ganado
usted” o “ha perdido usted”. Sin embargo, explica de
qué forma su decisión es consecuente con el principio,
con la ley y con los precedentes. No quiere aparecer
como arbitrario. Un negociador no es diferente.
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Cómo conseguir lo que quieres
Recomendaciones prácticas
En las páginas siguientes te ofrecemos una serie de reco-
mendaciones prácticas y específicas que te serán de utilidad
cuando tengas que apelar al uso de criterios objetivos en las
negociaciones.
Insiste siempre en la conveniencia de utilizar criterios objeti-
vos (es decir, medibles)
No decidas con base a opiniones subjetivas:
• No negocies sobre posiciones.
• No conviertas la negociación en una lucha de voluntades.
• Recuerda que siempre existe una historia, unas costum-
bres y unos estándares morales.
• Busca bases independientes de las voluntades de las partes.
• Recuerda que pretendes lograr una solución basada en
principios y no por la presión ejercida.
• Permanece abierto a las razones expuestas y cerrado a
las amenazas.
• Genera un ambiente de apertura a las razones esgrimi-
das de tal manera que el ceder a la razón no se vea como
debilidad.
• No presiones acuerdos que no serán cumplidos.
• Piensa en estándares de justicia, de eficiencia y de apoyo
científico para soportar el acuerdo.
• Ten en cuenta precedentes y prácticas aceptadas que
puedan apoyar el acuerdo.
• Enfócate en utilizar estándares o procedimientos justos.
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Manuel Ferrández | JD Roman
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Cómo conseguir lo que quieres
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Fase V: Desarrolla tu maan
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Cómo conseguir lo que quieres
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Cómo conseguir lo que quieres
Recomendaciones prácticas
En relación al MAAN (Mejor Alternativa a un Acuerdo Ne-
gociado) te sugerimos que tengas presente estos aspectos:
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¿Qué pasa si la otra parte no respeta
las reglas?
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Cómo conseguir lo que quieres
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Cómo conseguir lo que quieres
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Cómo conseguir lo que quieres
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Los juegos sucios más utilizados
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Cómo conseguir lo que quieres
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Cómo conseguir lo que quieres
Cerrarse en banda
Un negociador puede negarse a realizar cualquier tipo de con-
cesiones. Paradójicamente, adoptando esta postura trata de
reforzar su situación diciendo que no puede hacer nada. El
político que dice que jamás llegará a un acuerdo con su in-
terlocutor si no se cumplen ciertas condiciones, el sindicalista
que asegura que no se moverá de su posición.
El problema con esta táctica es que suele ser empleada por
negociadores ineptos que no han pensado suficientemente en
las consecuencias. A veces, desde luego, está táctica da resul-
tado, pero lo normal es que suceda lo contrario. ¿Qué hacer
entonces cuando la otra parte se cierra en su propuesta? Re-
sistir. No siempre podrá mantener su posición. Esto le hará
perder la confianza de los suyos: pero ése es su problema. Es
importante que la otra parte sepa claramente que no quieres
moverte de tu posición, pero al mismo tiempo manifiéstale
que no entiendes su posición. “Hacerse el tonto” una vez más,
puede dar resultado.
Perdone mi francés
Intenta no negociar en un idioma que no conozcas bien. Aun-
que muchas personas utilizan como táctica negociar en un
idioma que hablan con dificultad. Esto posibilita que se repi-
tan cuestiones espinosas (disponiendo así de más tiempo para
encontrar una respuesta adecuada), o que las personas puedan
volverse atrás de compromisos, diciendo que no se han entera-
do bien. Igualmente, se puede usar como excusa para utilizar
soportes escritos, los cuales tienen más peso y quedan como
testigos del proceso.
Frente a alguien que utilice esta táctica, hazle saber que la
está utilizando como táctica desleal con un pretendido o real
desconocimiento del idioma. En último extremo, exige que
esté presente el traductor, aunque esto también le sitúe a él
en una posición ventajosa, ya que le permitirá concentrarse
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Cómo conseguir lo que quieres
RECUERDA: Consentir.
A veces, en la negociación, consentimos en ceder cre-
yendo que ésta será la última vez.
Se dice por ahí que el apaciguador es alguien que cree
que si uno lanza continuamente trozos de carne a un
tigre, éste finalmente se volverá vegetariano. Podemos
adelantarles a los apaciguadores que eso no va a suceder.
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Cómo conseguir lo que quieres
La improvisación:
Dejar las cosas a la improvisación nunca es aconsejable. Por
mucha experiencia que uno tenga, nunca se está seguro de que
vayamos a tener la atención, la concentración y la rapidez de
reflejos necesarias. Por eso, no dejes las cosas al azar. Además,
las ideas que se perciben como improvisadas provocan fácil-
mente la desconfianza.
Mantén siempre la situación controlada, pero aún en el inde-
seable caso de que no sea así, trata de aparentar pleno dominio
y conocimiento de lo que estás haciendo. Resulta particular-
mente nefasto estar consultando datos o mirando papeles en
los momentos previos a la negociación. Este comportamiento
suele transmitir una impresión de inseguridad y de no conocer
bien lo que uno se trae entre manos.
Aquí es donde insistimos en que lleves la agenda de la ne-
gociación. Negocia sólo cuando estés preparado. Si realmente
no lo estás, no tengas miedo a ser “descortés” y a rechazar ne-
gociar en ese lugar o momento. Recuerda que tu interlocutor
sí se habrá preparado las tareas, él no vendrá improvisando,
aunque tal vez pueda darte esa sensación “a priori”.
Ahora bien, aquí como en todo, no existen leyes grabadas
en mármol. Si realmente tu interlocutor se presenta ante ti
improvisando, en ese caso te está regalando una ventaja, es-
pecialmente si adoptas la estrategia antes mencionada, la de
penetración, donde el peso de la acción recae en él.
Una retirada a tiempo:
No siempre vas a conseguir tus objetivos o, cuanto menos, no
siempre vas a poder hacerlo al precio adecuado. Tanto si per-
sigues un acuerdo integrador como si buscas el equilibrio dis-
tributivo, es posible, aunque infrecuente, que en un momento
dado comprendas la imposibilidad de llegar al final. Si tienes
la más mínima duda respecto a la viabilidad del acuerdo, de-
bes seguir negociando. Incluso si crees vagamente que no vas a
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Cómo conseguir lo que quieres
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Cómo conseguir lo que quieres
RECUERDA
“El mejor general es aquél que nunca se deja arrastrar a
la batalla”.
Sun Tzu
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Cómo conseguir lo que quieres
Desviar el tema
Podrías ignorar un comentario poco apropiado o provocativo
o incluso un tema irrelevante para no distraerte dentro de la
discusión general de la negociación. Sin embargo, si decides
ignorar el tema, la mejor manera de proceder es primero dar-
te por enterado y posteriormente señalar que estás preparado
para hablarlo más tarde. Si lo ignoras completamente, es pro-
bable que la otra persona insista y no lo pase por alto. Muy a
menudo esperará a otro momento, a cuando probablemente
hayas bajado la guardia, para volver “al ataque”.
Abusar de la autoridad
Ésta es una forma muy conocida de criticar a alguien - al fin
y al cabo, ¡es muy sencilla! Afortunadamente, la mayoría de
personas no cae tan bajo con frecuencia. Aunque también
existen personas que se comportan así de forma habitual,
son perfiles analíticos-autoritarios (Director en el cuadro si-
guiente), lo cual no implica nada en particular, sencillamen-
te ése es su estilo personal de comportamiento. Puede serte
de utilidad el cuadro siguiente. La idea es adecuar nuestro
estilo de comportamiento al estilo de nuestro interlocutor. Si
tu interlocutor es “áspero” y cortante (léase de tipo Director)
conectarás mejor con esa persona si te muestras escueto y
analítico y te olvidas de crear “buen rollo”. No conectaría
con el estilo de esa persona.
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Su estilo de
PREGUNTAR DECIR
comunicacióne
Su sensibilidad
Mas Preguntar , Mas Mas Decir, Mas Emotivo
Emotivo= RELATOR
= SOCIAL
EMOTIVO
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Cómo conseguir lo que quieres
Si te gritan
A nadie le gusta que le griten. Siempre es vergonzoso cuando
algo así sucede en una situación de negocios, y cuando llega de
manera inesperada puede sorprender y disgustar. Sin embar-
go, es algo que ocurre, particularmente, si la tensión se eleva
en una fase crucial de la negociación.
Si deseas una explicación más amplia de lo que sucede en
esos casos y por qué sucede, revisa el modelo “cerebro nuevo –
cerebro viejo” que presentamos en nuestro libro sobre gestión
de conflictos. Te sorprenderá.
Responder con otro grito nunca es una buena respuesta.
Únicamente provoca que la agresividad escale y, por tanto,
que aparezcan más problemas. Disculparse en esas ocasiones
también puede hacer que la situación empeore. Dejar la mesa
de negociación te da otro problema: ¿cómo vuelves a ella sin
perder la cara? Y no volver significa que probablemente ten-
drás que encontrarte con esta persona en el futuro, y eso será
extraño. Las mejores opciones pasan por pedirle directamente
a esa persona que no te grite o realizar una pausa y después
hacer ver que no ha pasado nada.
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Cómo conseguir lo que quieres
RECUERDA
“El mejor discurso que siempre lamentarás será aquel
que pronuncies al hablar bajo el influjo de la ira”.
Ambrose Bierce
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Administra tu información
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Cómo conseguir lo que quieres
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RECUERDA
“Actúa precipitadamente y arrepiéntete sin prisa”.
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Cómo conseguir lo que quieres
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hacer esto, pero ¡eh!, los negocios son los negocios. El propie-
tario te mira e inmediatamente contesta: “¡Trato hecho!”. La
rapidez de su respuesta te ha dejado estupefacto. ¿Por qué te
habrá vendido un jarrón por 150 euros si tú le hubieras pagado
500 euros? La pregunta real es cómo te sientes después de la
negociación: ¿engañado o satisfecho? Nos atrevemos a pensar
que probablemente mucho más engañado que satisfecho.
Esta anécdota muestra que la satisfacción no está únicamen-
te relacionada con conseguir lo que uno desea. Sin embar-
go, muchos negociadores dan demasiado y demasiado pronto
cuando negocian con la otra parte. Su forma de pensar es:
“Un buen trato es un trato cerrado”. Tan pronto como crece
la tensión y el negociador de la otra parte adopta una posición
competitiva, los negociadores débiles (y/o con poca experien-
cia) dan todo lo que pueden con tal de asegurarse de que van a
cerrar el trato. Parece evidente que dar fácilmente al negocia-
dor de la otra parte lo que quiere no es garantía de su satisfac-
ción. Puede que éste siga presionando para conseguir un trato
mejor todavía. ¿Por qué? Por la necesidad de satisfacción de la
psique humana.
Existen distintas maneras para obtener satisfacción de las
negociaciones:
Conseguir el precio y las condiciones deseadas.
• La sensación de exclusividad alrededor del trato (nadie
más hubiera sido capaz de cerrarlo).
• Conseguir un acuerdo bajo circunstancias desfavorables
(actuar bajo presión).
• El saber que se es capaz de llegar a acuerdos de forma
habitual.
• El saber que con trabajo duro se consigue llegar a un
trato.
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Cómo conseguir lo que quieres
Idea clave
Nunca des algo a cambio de “nada”.
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El acuerdo
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Cómo conseguir lo que quieres
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RECUERDA
Una negociación no está cerrada hasta que todo esté
decidido y exista un entendimiento total en todos los
puntos primordiales.
De ahí, que el hecho de que exista un acuerdo en los dos
primeros puntos a tratar, no significa que no se puedan
reabrir esos puntos antes de que se llegue a un acuerdo
en el resto de los puntos.
Muchas personas no están muy de acuerdo con la
opinión expuesta. A nuestro parecer, esto es debido a
que estas personas sienten que su integridad estaría en
entredicho si cambiaran de opinión. Para nosotros, en
cambio, uno tiene todo el derecho a renegociar cual-
quier punto provisional del acuerdo antes de que se haya
alcanzado el acuerdo total.
De hecho, esta renegociación debería ser obligada si
obtenemos nueva información o si descubrimos un
error en nuestros planteamientos.
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Las fases del proceso negociador
Primer contacto
En esta fase sugerimos el procedimiento de intercambio de
información. Recuerda que la cantidad y la calidad de infor-
mación que vas a intercambiar también es algo que se negocia.
Aquí realizas una exposición general de tu posición, de tus
intereses, de los objetivos y acuerdos que esperas conseguir y
también de tu disposición y medios a tu alcance.
Desde luego, estás enseñando algunas de tus cartas, aunque
es mejor que no todas estén boca arriba.
Resulta especialmente crítico asegurarte de que has creado
el clima propicio para la negociación y el entendimiento mu-
tuos. Si no ha sido así, intenta crearlo en esa fase, pues en las
siguientes será más difícil.
Fase de reconocimiento
Tras la primera exposición, sigue una segunda fase de recono-
cimiento en la que las partes negociadoras hacen fundamen-
talmente dos cosas:
Procuran conocer en mayor profundidad y detalle el plan-
teamiento de la otra parte, normalmente mediante preguntas
o solicitudes de aclaración o de puntualización.
Matizan el contenido y el alcance de las posiciones o plantea-
mientos iniciales, reorientándolos o corrigiéndolos levemente
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Manuel Ferrández | JD Roman
Fase de discusión
En esta fase, se intenta acercar lo más posible el acuerdo final
a nuestra posición. Para ello utilizamos aquellos argumentos
que refuerzan y apoyan nuestras tesis y otros que “debiliten”
las tesis de la otra parte. Ésta también es, con seguridad, la
parte más compleja del proceso negociador, pues en ella se
utiliza casi todo el arsenal posible: sugestión, persuasión o,
eventualmente, la disuasión.
Es preciso tener en cuenta que aun cuando en esta fase se
sustancia el desenlace final de la negociación, su desarrollo y
resultado está ya muy condicionado por la disposición y por la
actitud de las partes que han venido prefiguradas por cuestiones
anteriores y ajenas a la propia discusión (por ejemplo, el talante
y la actitud de los negociadores; el escenario y las condiciones,
el posicionamiento y la estrategia elegida; la presentación de las
partes; la exposición del problema y la fase de tanteo).
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Cómo conseguir lo que quieres
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Fase de seguimiento
Cuando las negociaciones se alarguen en el tiempo más de una
jornada es conveniente repasar diariamente el contenido de las
sesiones, especialmente en lo que se refiere a:
• Nuevos planteamientos en escena.
• Nuevas informaciones.
• Cambios de actitud o disposición en las partes.
• Avances obtenidos.
• Dificultades aparecidas.
• Errores que se hayan cometido.
• Cualquier elemento que altere el marco inicial de nego-
ciación.
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Cómo conseguir lo que quieres
RECUERDA: Engañar.
Se trata de un acto económico primitivo. Lo que el
engaño pretende es obtener más a cambio de menos.
Los libros citan a un autor cuya frase de cabecera era:
“Algo que merece la pena tener, es algo por lo que
merece engañar”.
Mucha gente, a juzgar por lo que vemos a nuestro alre-
dedor sigue este axioma. Los grandes negociadores no
entran en este juego. Saben que significa “pan para hoy
y hambre para mañana”.
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El papel del tiempo
(el manejo de la agenda)
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RECUERDA: Progresar.
Cuando las dos partes sostienen posiciones de (aparente)
imposible conciliación, la clave radica en sentarse en la
mesa de negociaciones y buscar acuerdos sobre asuntos a
veces marginales o menores para que sirvan de estímulo
a sucesivos acuerdos de mayor calibre.
Se trata, en suma, de poner en marcha el círculo vir-
tuoso en el que cada paso que se da, por pequeño que
sea, constituye un estímulo para dar el siguiente.
RECUERDA: Estancamientos.
Pocas cosas son tan complejas como gestionar un estan-
camiento en una negociación. El estancamiento es una
prueba de la fuerza y resolución de ambas partes pero, al
mismo tiempo, ocasiona una intensificación de costos y
de riesgos que reduce notablemente las aspiraciones de
los negociadores.
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Cómo conseguir lo que quieres
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Negociar en grupo
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Cómo conseguir lo que quieres
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RECUERDA: El tiempo.
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Negociar con otras culturas
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tas culturas. Los negocios son más rápidos porque los detalles
también se analizan rápidamente.
A partir de otros supuestos, las relaciones entre cultura y
negociación también se analizan desde la perspectiva de los
valores predominantes de individualismo frente a colectivis-
mo y de igualitarismo versus jerarquía. Así, las denominadas
culturas individualistas enfatizan el interés por uno mismo,
del individuo; mientras que las culturas colectivistas ponen el
acento en los intereses del conjunto o, por lo menos, en lo que
estiman que son los intereses de ese conjunto (la sociedad).
El Individualismo distingue las culturas que anteponen las
necesidades individuales por encima de las colectivas de aque-
llas otras culturas que conceden prioridad a las necesidades del
grupo sobre las de los individuos (culturas colectivistas). En
las culturas individualistas, las normas promueven la interde-
pendencia de las personas al enfatizar las obligaciones sociales.
Los miembros de culturas individualistas y colectivistas difie-
ren en muchas maneras. A menudo, los comportamientos tan-
to de confrontación como de motivación pueden provenir de
ese valor cultural. En consecuencia, la resistencia a confrontar
directamente en una negociación puede derivar, en gran me-
dida, del énfasis en la cooperación en culturas colectivistas.
Las sugerencias o “trucos” culturales que te presentamos a
continuación han sido recopilados de distintas investigaciones
y publicaciones y reflejan asimismo algunas de nuestras pro-
pias experiencias. Ten muy presente un dato: no son estereoti-
pos, ni conductas infalibles o universales de esos grupos. Son
más bien reflejo de modos de socialización, de pautas cultura-
les, de historia y de identidades asignadas. Es muy curioso que
la gran mayoría de las tipologías que describen los investiga-
dores presenten rasgos que sólo corresponden a negociadores
masculinos. Únicamente muy recientemente, comienzan a
aparecer algunas tipificaciones que incorporan rasgos de hom-
bres y también de mujeres en la negociación.
250
Cómo conseguir lo que quieres
RECUERDA
Conviene no olvidar que, hoy en día, debido a la globa-
lización, el estilo anglosajón tiene tendencia a “desteñir”
sobre todos nosotros.
Aunque en no pocas ocasiones se trata sólo de un tinte
para parecer más “modernos” y, muchas veces, en cuanto
se investiga un poco afloran los usos y comportamientos
atávicos típicos de cada cultura particular.
Recientemente tuvimos un grupo de trabajo compuesto
por jóvenes ejecutivos procedentes de países tales como
Kazajstán, Irán, EE.UU., Brasil, China, Somalia, Egipto
etc. Si bien a primera vista parecían cortados todos por
el mismo patrón, en cuanto abordamos temas “sensi-
bles”, las diferencias culturales afloraron como chispas.
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Manuel Ferrández | JD Roman
Idea clave
Tener que negociar en un idioma que no es el nuestro
natural puede suponer más ventajas que inconvenientes.
Los negociadores de la otra parte perdonarán más los
“fallos” o las imprecisiones durante las fases previas al
cierre, donde aún existen pocas cosas por escrito.
252
Cómo conseguir lo que quieres
Norteamericanos
Los hombres de negocios americanos generalmente prefieren
manejar por sí mismos la negociación y la responsabilidad
completa de las decisiones en la negociación.
Manifiestan preferencia por la informalidad y por la igual-
dad en las relaciones humanas y suelen mostrarse indiferentes
hacia las distinciones de los niveles sociales.
Permiten que los negociadores extranjeros utilicen la táctica
de “comprensión selectiva” tales como cambiar comentarios
anteriores basándose en supuestos malentendidos debido a las
dificultades de la lengua.
¡Atención! A menudo piensan que la persona en el equipo
de negociación extranjero con mejor capacidad en el habla
inglesa es también el más inteligente e influyente. Esto suele
conducirles a menudo a que presten una mayor atención a la
persona incorrecta.
Su enfoque está sobre todo dirigido a la etapa de la persua-
sión. Consideran que las dos primeras etapas del proceso de
negociación son menos importantes que la etapa de persua-
sión. Por ello, tienden a pasar poco tiempo en tareas secunda-
rias; prefieren la discusión de los argumentos durante la etapa
de persuasión.
Poseen una visión competitiva de la negociación y esperan
un resultado definido, que determinará un ganador y un per-
dedor (el enfoque “ganar-ganar” no resulta natural en ellos).
Para los estadounidenses, el contrato es obligatorio; es un
acuerdo explícitamente escrito que se espera sea cumplido en
cualquier circunstancia, de ahí la expresión “un trato es un
trato”. (“It´s a deal”). Creen ciegamente en los acuerdos (y en
algunas ocasiones esto puede llevarles a un chasco, por ejem-
plo, cuando tratan con culturas “latinas”). De hecho, les re-
sulta culturalmente incomprensible el concepto de no respetar
un acuerdo.
253
Manuel Ferrández | JD Roman
Asiáticos en general
El estilo japonés se basa en el ningensei, esto es, en la con-
versación, el comportamiento y las relaciones interpersonales
dentro de la negociación. El ningensei puede traducirse como
“prioridad a la humanidad”.
Una de las diferencias más importantes entre el japonés y los
otros estilos de la negociación es el estatus que conceden a la
relación. A nivel interpersonal, el estatus viene determinado
por la edad, el sexo, la educación o la ocupación, mientras que
en las relaciones de negocio, se relaciona con el tamaño y el
prestigio de la compañía, con la estructura de la industria y,
particularmente, con el papel que se esté ejerciendo (compra-
dor o vendedor).
Los negociadores asiáticos se sienten incómodos si las dis-
tinciones de estatus no existen o no están claras. En la nego-
ciación, por tanto, no se establece una igualdad interpersonal.
Prefieren relaciones de largo plazo y, como consecuencia de
esta creencia, las negociaciones tienen lugar de manera lenta y
cuidadosa. Una implicación de este aspecto es que el negocia-
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Cómo conseguir lo que quieres
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Manuel Ferrández | JD Roman
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Cómo conseguir lo que quieres
Árabes
A esta cultura, les gusta desarrollar cercanas relaciones amis-
tosas de negocios.
Nunca suelen rechazar abiertamente una petición. La eti-
queta exige dar siempre una respuesta afirmativa, que no im-
plica necesariamente que la petición se vaya a realizar, sino
que más bien es una simple declaración de intenciones y una
muestra de buena voluntad.
Para poder ser considerado su amigo y, de esta forma, hacer
negocios, el árabe necesita situar con claridad: quién es y cómo
es la otra parte, su origen, su familia, sus antepasados, su nivel
de estudios, su trayectoria laboral. Llegado el caso, los árabes
estarán dispuestos a corresponder con la misma o mayor infor-
mación ya que esto forma parte de sus códigos sociales.
Tienden a ser susceptibles a las críticas que realizadas de for-
ma directa pueden ser vistas como un insulto personal. Apre-
cian las muestras de elogios y de aprecio personal. Las críticas
por tanto deben ser edulcoradas, maquilladas y siempre reali-
zadas en privado, nunca deben hacerse en público.
Casi siempre será de utilidad ser presentados o introducidos
por alguien de confianza de ambas partes.
La puntualidad no es en esta cultura una alta prioridad. De
hecho, tienen una noción variable del tiempo.
Las creencias religiosas que sitúan las causas en Dios, con-
dicionan el que la excesiva autoconfianza y seguridad en el
control de los acontecimientos del entorno pueda ser conside-
rado como signo de arrogancia e incluso como algo blasfemo.
Es muy frecuente el uso de la expresión insh’allah (“si Dios
quiere”), equivalente a “ojalá”.
257
Manuel Ferrández | JD Roman
Europeos
Las características de los negociadores europeos que a conti-
nuación presentamos, son necesariamente generales; es decir,
pueden variar al hablar país por país. Europa no es, cultural-
mente, un territorio homogéneo en absoluto.
Hablando de manera muy general, los europeos son puntua-
les y responsables; si se acuerda una cita, no existe necesidad
de confirmación.
En esta cultura es bueno ser directo. Hay que explicar el mo-
tivo de la visita, los objetivos y quién es quién de una manera
breve pero precisa. En entornos profesionales y de negocios se
valora la contención; las demostraciones de carácter y de emo-
ción exageradas no son bien recibidas. Así mismo, un exceso
de retórica y de lenguaje florido puede resultar contraprodu-
258
Cómo conseguir lo que quieres
Alemanes
Valoran los procedimientos, y los siguen fielmente; son or-
denados. Proporcionan muchos detalles; las presentaciones
siguen una exposición lógica de ideas. La privacidad y el es-
pacio personal son para ellos muy importantes. Negociando
con personas de esta cultura, es conveniente seguir las reglas
correctas (alemanas) de comportamiento.
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Cómo conseguir lo que quieres
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Cómo conseguir lo que quieres
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Cómo conseguir lo que quieres
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Negociaciones telefónicas
Aspectos positivos
• Estás mejor protegido de la ira: el teléfono hace que
sea más fácil de decir que no, o argumentar o gestionar
comportamientos difíciles dado que no es posible ver a
la otra persona (salvo en las videoconferencias, claro) y
cuando estás en ciertas tesituras, uno puede colgar.
• Podemos contactar con muchas personas en un corto
período de tiempo.
• Nuestro lenguaje corporal difícilmente nos traiciona-
rá, y no aparentaremos estar nerviosos, incluso cuando
realmente lo estemos.
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Manuel Ferrández | JD Roman
Aspectos negativos
Es fácil para la otra parte decir que no, o argumentar o mos-
trase poco razonable. Tanto como lo es para nosotros.
Un teléfono que suena tiende a romper nuestra concentra-
ción; las llamadas siempre suelen llegar en el momento equi-
vocado y dificultan o impiden hacer nuestro trabajo. Esto lo
decimos medio en broma, dado que muchas veces detrás de
estas llamadas se hallan nuestros clientes en busca de ayuda
(¿o tal vez deberíamos decir que son ellos los que nos ayudan
a nosotros?). A pesar de todo, es fácil sentirse molesto cuando
respondemos a una llamada inoportuna.
El teléfono, ya lo sabes, es uno de los más frustrantes ladro-
nes de tiempo que podemos tener.
La información por otra parte parece perderse en el teléfo-
no; en ocasiones, hablar por teléfono es demasiado fácil, y las
cosas se olvidan.
Obviamente, si tienes un gran dominio de tu lenguaje no
verbal, perderás mucha capacidad de comunicación si utilizas
el teléfono.
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Los principios de influencia
Principio 1: Reciprocidad
Una de las leyes universales de la cultura humana está repre-
sentada por la regla de la reciprocidad. La reciprocidad, sim-
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Principio 4: Autoridad
En la mayoría de sociedades, existe una gran presión pa-
ra cumplir con las peticiones que proceden de personas con
autoridad. Esto, normalmente, se hace evidente a la hora de
obedecer leyes y normas. Esta circunstancia proviene de la
percepción de que la obediencia a la autoridad es esencial.
Además de obedecer a la autoridad porque “debemos ha-
cerlo”, también tendemos a cumplir con las peticiones de
aquellas personas que detentan puestos de autoridad dado
que se percibe que esas personas cuentan con un mayor co-
nocimiento y también con mayor poder. En ocasiones, sim-
plemente unos pequeños detalles de autoridad son suficientes
para que las personas cumplan: entre los más efectivos están
el cargo dentro de la empresa –no olvides llevar contigo una
tarjeta con “fundamento”– y también la vestimenta. Los es-
tudios que exploran el impacto que todos estos detalles tie-
nen en la influencia muestran que las personas somos más
obedientes con aquellas otras personas que tienen un car-
go importante o bien un traje caro y bien confeccionado y
ninguna otra credencial más. Una curiosidad: en todas las
situaciones, la gente que obedeció a estas personas era total-
mente inconsciente del efecto que esa autoridad tuvo sobre
su comportamiento.
En tus negociaciones, puedes por tanto utilizar detalles de
autoridad que te permitan conseguir que tus interlocutores
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Principio 5: Conexión
En el centro de este principio se encuentra la noción de que
todos somos más influenciables por las personas que nos gus-
tan. Las investigaciones muestran reiteradamente que todos
preferimos decir “sí” a las personas que nos gustan. Puedes
en consecuencia aprovechar esta sencilla regla y conseguir un
gran efecto.
Existen una variedad de factores que tienen un impacto
en tus posibilidades de gustarle a otra persona, y una de las
más importantes es quizá sobre la que menos control tienes:
tu atractivo. Aunque hace tiempo que se ha asumido que el
atractivo físico proporciona notables ventajas en la interacción
social, la investigación de Cialdini sugiere que esto puede ser
más importante todavía de lo que hasta ahora se había imagi-
nado. Ser atractivo, a menudo, significa que la gente atribuya
a esa persona más inteligencia, más fiabilidad o cualquier otro
rasgo positivo. Por esta razón, las personas atractivas cuentan
con más posibilidades de atraer a los demás. Cialdini hace
referencia a un estudio según el cual los recaudadores de fon-
dos para una organización caritativa que son bien parecidos
obtienen casi dos veces más dinero que el resto de compañeros
que no lo son tanto.
Otro factor que influye en cuánto nos gusta otra persona es
la similitud. Todos tendemos a que nos gusten personas que se
parecen a nosotros y a partir de ahí es más probable que nos
sintamos influenciados por ese motivo.
Aunque suene a perogrullada y/o te parezca profundamente
injusto, ésa es la realidad. Además, como esta percepción se
genera en las partes más profundas de la mente, difícilmente
podremos luchar contra ello. Así que no nos queda otra que
entender y aceptar que así es.
Una herramienta para conseguir una buena comunicación
es crear, o aumentar, la noción de similitud, lo que también es
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Principio 6: Escasez
Según el principio de escasez, asignamos más valor a las cosas
cuando éstas están menos disponibles. Este hecho refleja la
verdad básica de que las cosas difíciles de conseguir normal-
mente son mejores.
La escasez percibida tiene un gran impacto sobre nuestro
juicio y, por esa razón, por ejemplo, los vendedores se aprove-
chan de ello proponiéndonos ofertas únicas. Esta es otra razón
por la que continuamente vemos en las tiendas carteles de “se
cierra” y de promociones “limitadas” que tienen el único ob-
jetivo de hacer que los consumidores compitan entre sí por
esos productos que escasean. Además, las cosas nos atraen más
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Hoja de autoevaluación
La siguiente lista de control te ayudará, al salir de una nego-
ciación, a diagnosticar qué tal ha ido ésta.
SI En NO
parte
¿Comenzó la reunión de forma cordial?
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Idea clave
Los intereses pueden muchas veces resultar oscuros
incluso para la parte interesada. Resulta fundamental
investigar y pensar lateralmente.
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Bibliografía
Prólogo 7
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Editorial LibrosEnRed