Professional Documents
Culture Documents
El campo teórico sobre estas formas alternativas está en debate –no solo en América
Latina-. Somos concientes de que entre los que buscamos formas más justas, más
equitativas, con la mirada puesta en las necesidades de todos y todas, y no en la
acumulación de capital de pocos como un fin en sí mismo, existen muchas propuestas
que varían tanto en relación a quienes deben ser los actores protagónicos, como en los
caminos a recorrer y en los lugares de llegada. No es el objetivo de este documento
realizar un debate entre los distintos enfoques, ni tampoco pretender la primacía
conceptual del que aquí se presenta. Sin embargo nos parece relevante señalar
perspectivas diferentes como los de la economía de la solidaridad1 vinculada al
cristianismo de base, la economía comunitaria2 de pueblos originarios orientada al
“buen vivir” en estrecha relación con la naturaleza, la economía feminista que
cuestiona el patriarcado y lo relaciona con las formas de organización económica que
subordinan a las mujeres, 3 la economía plural4 que permite renovar los términos del
debate entre reformismo y radicalismo, y las diferencias entre la economía popular
realmente existente y la economía del trabajo5 a construir por oposición a la economía
del capital y con fuerte participación de la economía pública.
El abordaje que proponemos en este documento refiere a una economía social basada
en relaciones sociales autogestivas, y una economía social y solidaria que incorpora
esta última categoría para aludir a relaciones en donde la justicia y la equidad
constituyen valores y prácticas centrales que orientan las actividades económicas.
El abordaje que proponemos en este documento se refiere a una economía social basada
en relaciones sociales autogestivas, y una economía social y solidaria que incorpora
esta última categoría para aludir a relaciones en donde la justicia y la equidad
constituyen valores y prácticas centrales que orientan las actividades económicas.
1
Razeto, L. En www.luisrazeto.net
2
Incorporada en las constituciones de Ecuador y Bolivia.
3
Benería, L. “Mercados globales, género y el hombre de Davos”. En Revista “La Ventana”. Estudios de Género. No.
10. México, 1999.
4
Laville, JL.”Economía Plural”. En Cattani, A, Coraggio, J.L. y Laville, J.L. “Diccionario de la otra
economía”. Ed Altamira, CLACSO Coediciones y UNGS. Buenos Aires. 2009.
5
Coraggio, J.L. “Economía del Trabajo”. En Cattani A., Coraggio, J.L. y Laville, J.L. “Diccionario de la
otra economía”. Ed. Altamira, Coediciones y UNGS. Buenos Aires. 2009.
6
Pierre Bourdieu (Francia, 1930-2002). “Las estructuras sociales de la economía”. Ed. Manantial. Buenos Aires.
2001, y otros textos
3
7
Polanyi, K. muestra otras formas de actividad económica que no son las que pasan por los mercados.
“La Gran Transformación”. FCE. Buenos Aires. 2007. También Marcel Mauss rescata las relaciones de
reciprocidad como diferentes a las mercantiles. Citado por Cowan Ros. C. “De la producción del capital
social a la proyección de luchas simbólicas en el territorio. Estudio de caso de la Puna y Quebrada de
Humahuaca”. En Manzanal, M, Arzeno, M y Nussbaumer,B. “Territorios en construcción. Actores,
tramas y gobiernos: entre la cooperación y el conflicto”. Ed. Ciccus. Buenos Aires. 2007.
4
discurso en el campo del capital simbólico (qué es democracia, qué es república, qué es
justicia, etc.), y de esa manera prioriza sus intereses económicos corporativos por sobre
el interés general de la sociedad.
A su vez, es posible distinguir entre distintos tipos de trabajo que realizan los agentes
sociales – hombres y mujeres – en la sociedad: productivo para el mercado, productivo
para la reproducción y sociopolítico. El primero está involucrado principalmente en
las relaciones de producción, distribución y consumo de bienes económicos (en sentido
amplio, bienes y servicios). Está dirigido a la obtención de una remuneración o ingreso,
y se desarrolla principalmente en espacios públicos (como trabajo asalariado o de
emprendimientos de la economía social), aunque en ésta última tiene importancia
también a nivel de los hogares familiares (agricultura familiar, talleres urbanos, etc.).
Hoy, y a nivel mundial, dentro del campo de la economía y a nivel macro, se pueden
distinguir tres subsistemas: el capitalista, el de la economía social (ES) y el público,
entre los que existen distintos tipos de flujos económicos. La sociedad en general - y el
campo de lo económico en particular - están hegemonizados por el sistema económico
capitalista que tiene por objetivo la acumulación de capital para lo cual busca
maximizar la tasa de ganancia de las empresas. La economía social constituye un
subsistema - que actualmente no posee autonomía absoluta y está más o menos
subordinado a la lógica del sistema capitalista –, y que a diferencia de éste, prioriza la
satisfacción de las necesidades de sus integrantes de acuerdo con parámetros
8
Benería, L “Reproducción, producción y división sexual del trabajo”. Edición CIPAF. República
Dominicana. 1984.
5
Desde los comienzos de la humanidad, los seres humanos han creado formas más o
menos equitativas y solidarias para resolver sus necesidades. Sin embargo, los orígenes
de la economía social suelen situarse en el siglo XVIII - en el mundo occidental - en
relación con la búsqueda de formas económicas alternativas al capitalismo dominante,
como intentos más equitativos de organizar el trabajo productivo. En la economía
social reconocemos dos vertientes: la histórica y la reciente.
9
Rofman, A y Vázquez Blanco, J.M. “Al cierre del bicentenario dos modelos de país en disputa.” En Vázquez
Blanco, J.M. y Fraschina, S. (Compiladores) “Aportes de la Economía Política en el Bicentenario”. Ed. Prometeo.
Buenos Aires. 2011.
6
subsistencia, muchos de los cuales dejaron de funcionar con el crecimiento del empleo
en el sector empresarial –formal e informal-, y otros continúan funcionando,
contribuyendo al crecimiento de la economía nacional y a la inclusión social de los
últimos años.
10
La ausencia de ‘patrón-asalariado’ como forma dominante de relación del trabajo, aunque pueda en
determinadas coyunturas contratarse mano de obra – ya sea temporaria (caso de la agricultura familiar en
la siembra y la cosecha), o para determinadas tareas (ej. administrativas o de gerenciamiento en algunas
cooperativas). En cambio no consideramos dentro de la ES a aquellos microemprendimientos (ej. taller
de costura, pequeña fábrica de faena de animales de granja, o cualquier emprendimiento de servicios, etc.)
que poseen un titular que trabaja directamente pero que contrata toda o la mayor parte de la mano de obra
en forma permanente, por más pequeño que sea, sino que se trataría de un pequeño empresario capitalista
que explota mano de obra ajena. Tampoco incluimos dentro de la ES a las grandes cooperativas cuyos
socios se parecen más a accionistas de empresas porque se basan en el trabajo asalariado.
7
A partir del cuadro siguiente se pueden visualizar las diferencias entre los mismos en
cuatro variables o dimensiones que consideramos centrales: i. la relación social del
trabajo, ii. los recursos productivos, iii. los objetivos y iv. la racionalidad socio-
económica o el tipo de cálculo económico que aplican.
3. ¿Cuáles son las relaciones de las unidades de la economía social con los
mercados?
¿Por qué resulta central analizar la relación de la Economía Social con los mercados?
La mayoría de los emprendedores se queja “mi problema es la comercialización”,
aludiendo a problemas de precios, de alto costo del flete, de falta de un espacio
adecuado donde mostrar sus productos, de falta de documentación que lo habilite
(impositiva, bromatológica, etc.). La faz comercial constituye el momento más crítico
de la problemática de la ES, dado que es en los mercados donde los/as
emprendedores/as obtienen parte de sus ingresos para la subsistencia a través de la
venta de sus productos (aún cuando puedan autoabastecerse en grados variables,
especialmente en la producción de alimentos), y los resultados son inequitativos por el
mayor poder de los actores con los que se enfrentan. Sin embargo estas dificultades
comerciales obedecen en muchos casos a problemas más estructurales de carácter
macro o sectorial (grado de concentración de los mercados, aranceles de importación y
exportación, tipo de cambio, impositivos, disponibilidad de financiamiento y tecnología
para el sector, etc.), que exceden las capacidades autogestionarias de los
emprendimientos de la ESS.
12
Caracciolo, M. “Los mercados y la construcción de tramas de valor en la economía social y solidaria”.
Doc. de la Cátedra “Economía Social y Solidaria. Enfoques contemporáneos. Programa de Economía
Solidaria. IDAES-UNSAM. 2013.
10
En los actuales mercados mundiales existen -según los países y las épocas- diferentes
grados de regulación de los mercados. Precisamente la ideología neoliberal que se
instala en Argentina y en el mundo desde mediados de los años setenta13, impuso,
paradójicamente, una política deliberada e intervencionista por parte de los Estados para
desregular y privatizar los mercados y facilitar así la concentración de la economía en
manos de los poderosos grupos económicos que la habían promovido14.
La cultura que sostiene los actuales mercados capitalistas es, según Zigmunt Bauman,
la cultura consumista15 que sintetizamos en las siguientes reflexiones:
Para de Melo Lisboa16 “Tanto la mercadofilia liberal, que quiere eliminar la política,
como la mercadofobia, que inversamente busca eliminar el mercado, son incapaces de
percibir que el mercado es una realidad humana siempre políticamente construida
(nunca intercambiamos cualquier cosa, de cualquier modo y con cualquiera), y ambas
perspectivas son inadecuadas para afrontar el desafío de la regulación social de los
mercados”.
En este sentido, los mercados son necesarios no sólo para las empresas capitalistas, pues
es allí donde se realiza la tasa de ganancia de la empresa, sino que también son espacios
necesarios para las unidades económicas de la ES dado que allí se concreta la obtención
del valor agregado por cada una.
Así mismo, utilizando un concepto más amplio de ‘mercado’, se puede considerar que
en los mercados se realizan también intercambios no sólo orientados por un fin
económico-comercial, sino por ejemplo para recrear y fortalecer las relaciones sociales
y culturales de una comunidad. El capital social, el cultural, el simbólico, según
Bourdieu17, constituyen también campos en los que los agentes sociales intercambian
bienes y servicios con otros objetivos. “Un aspecto fundamental de la dinámica de los
campos reside en la relación dialéctica entre productores y consumidores de los
distintos tipos de bienes que configuran mercados determinados con lógicas y leyes de
funcionamiento propias”. Como sostenemos en un trabajo reciente “Considerar a los
mercados con esta visión integral orienta la mirada hacia la construcción de una
economía que busca encontrar sus raíces en la sociedad de la cual surge y a la cual se
13
Escuela de Chicago (Milton Freedman) y Escuela Austríaca (F. Hayek, G. Becker).
14
La relación entre el Estado y los mercados, con una visión crítica respecto a la autorregulación de los mercados, es
desarrollada en 1944 por Karl Polanyi en su libro “La Gran Transformación”. FCE. Buenos Aires.2007.
15
Bauman, Z. “Vida de Consumo”. FCE. Buenos Aires. 2007.
16
De Melo Lisboa, A. “Mercado Solidario”. En “La otra economía”. Cattani, A. (Organizador). Ed. UNGS,
Fundación OSDE y Altamira. Buenos Aires. 2004.
17
Op. Cit. Bourdieu. 2001.
11
La unidad de análisis de la economía social es una unidad económica que emplea una
cierta dotación de recursos y el trabajo directo de sus integrantes (unidad económica
basada en el trabajo productivo para el mercado), para producir determinados bienes y
servicios ya sea a través de una forma organizativa unipersonal/familiar o
asociativa/colectiva/comunitaria (y empleando una cierta dotación de recursos) con el
objetivo de satisfacer sus necesidades y mejorar su calidad de vida. Y el destino de la
producción puede ser: i) intercambio en el mercado (monetario o no monetario), ii)
reciprocidad (donaciones), y iii) autoabastecimiento familiar o comunitario.
Proponemos dos fórmulas adecuadas para reflejar las dos situaciones más opuestas que
se pueden presentar: una unidad de reproducción ampliada, como puede ser una
organización cooperativa con importante proporción de venta en el mercado; y una
unidad de reproducción deficitaria o simple, como puede ser una organización familiar
con alta proporción de producción para el autoabastecimiento.
13
Para la primera de las situaciones recomendamos el cálculo del Valor Agregado (V.A.)
y para la segunda, el cálculo del Ingreso Global (IG).
V.A. = ingresos generados por las ventas-gastos efectivo + valor del cambio de
inventario19
Consideramos que el seguimiento del Valor Agregado a lo largo del tiempo es el mejor
indicador que pueden tener los/as productores/as para analizar la marcha de su unidad
económica. Sin duda más adecuado que el seguimiento del volumen o valor de la
producción. El Valor Agregado se puede calcular de diversas maneras según el tipo de
decisión a tomar: para todo el emprendimiento en relación con el trabajo disponible por
todos sus integrantes, en relación con las jornadas efectivamente trabajadas (la
comparación entre ambos indicadores otorga información sobre la medida en que se
aprovecha el potencial de trabajo disponible), se puede calcular el Valor Agregado por
trabajador/a y no menos importante - si se elabora más de un producto- el Valor
Agregado por producto, lo cual da información respecto a qué producto es más
conveniente desde el punto de vista unitario (es decir, sin tomar en cuenta aún las
cantidades que es posible colocar en el mercado). Y por último porque el objetivo de
estas unidades no es bajar los costos sino maximizar el valor agregado, para lo cual
incluso puede requerirse un incremento en los costos (en las empresas tampoco es el
objetivo, es sólo un medio para maximizar su tasa de ganancia como ya señalamos,
aunque se pervierte cuando logran ser eficientes solo bajando los costos salariales)
19
Se refiere al inventario tanto de insumos y materias primas como de productos que suelen variar entre
un período de tiempo considerado y otro. Lipsich A., Gurisatti, R. y otros. “Serie Herramientas para la
Mejora del Desempeño. Emprendimientos Productivos de la Economía Social”. 4 volúmenes. MDS-
IRAM. Buenos Aires. 2009.
14
En este tipo de unidades los ingresos extra emprendimiento y los planes sociales son
mucho menos frecuentes. Y respecto a las relaciones de reciprocidad, si bien parecen
ser menos frecuentes y de menor monto relativo respecto al Valor Agregado por la
unidad económica, consideramos que a medida que una economía avanza hacia formas
superiores como propias de una economía estructuralmente solidaria, las formas de
reciprocidad y las de redistribución del ingreso deberían ser crecientemente
importantes.
Para aquellas unidades de la ES que coinciden en buena medida con los hogares de sus
integrantes, en cuyas estrategias de reproducción – para subsistir - confluyen varias
fuentes de ingreso provenientes de las estrategias de reproducción de las familias de sus
integrantes (y con alta proporción de autoabastecimiento de la producción que
obtienen), la fórmula a aplicar es el cálculo del Ingreso Global (IG), que precisamente
considera otros ingresos de los/las productores/as y sus grupos familiares. La fórmula
propuesta para este fin es:
Ingreso Global = V.A + Otros ingresos de todos sus miembros (trabajo independiente +
asalariado + producción de bienes y servicios para autoconsumo + planes sociales social
+ remesas de fliares. + reciprocidad)
Otras fórmulas pueden ser útiles desde la perspectiva de las agencias financiadoras de
crédito o microcrédito, porque apuntan principalmente a evaluar la capacidad de repago
del productor, pero no serían el mejor indicador para evaluar la capacidad de la unidad
económica para crear Valor Agregado. Son las que toman en cuenta no sólo los ingresos
(los provenientes de las unidades económicas y de las estrategias de reproducción de las
familias de sus integrantes), sino también los egresos o gastos tanto de las unidades
económicas como de las familias. Entre éstas mencionamos:
Resultado Familiar:
Total de ingresos mensuales – Total de gastos mensuales
Excedente Familiar:
Resultado Familiar + Resultado del Emprendimiento
Nuestro marco conceptual incorpora una cuarta dimensión que suele estar ausente en la
mayoría de los abordajes sobre la economía social y solidaria y que remite a un
conjunto de prácticas reproductivas o de cuidado, a las cuales ya hemos considerado
también como ‘productivas’, que se dan principalmente en el ámbito de los hogares, en
las cuales la co-responsabilidad y equidad entre varones y mujeres es dispar y suele ser
inequitativa. Su consideración nos permite comprender los frecuentes mecanismos de
conciliación que implementan las mujeres entre los trabajos de cuidado y los dirigidos
al mercado.
20
Cattani,A.”La otra economía: los conceptos esenciales”. En Cattani, A. Organizador. “La otra economía”. Ed.
Altamira, Fundación OSDE y UNGS. Buenos Aires. 2004. En ese artículo el autor plantea las consecuencias a nivel
mundial que está teniendo el modo de producción capitalista.
16
Pierre Bourdieu21 critica a autores como Adam Smith y los neoclásicos, cuando
sostienen que en todo tiempo y lugar (‘universalización’) las motivaciones de los
agentes económicos están guiadas por la “racionalidad del interés propio y la
maximización de beneficios”. Afirma este autor que el ‘homo económicus’ del que
habla Adam Smith, es un mito que permite inventar un mundo económico separado del
social, regido por leyes propias: las del cálculo económico y la competencia sin límites
por la ganancia, ocultando así el origen social de la economía. Para Bourdieu, los
economistas liberales y neoliberales lo que hacen es una revolución ética negativa, al
considerar a la economía como “teoría económica pura”. Sostiene que los
comportamientos económicos de los actores no son universales, sino que sus
disposiciones a pensar y actuar en forma duradera (es decir sus hábitus) se explican a
través de su historia individual y social. Y yendo a lo que es la base de su teoría, señala
Bourdieu, que para superar la división artificial entre economía y sociedad, hay que
considerar que las estructuras y los agentes económicos son construcciones sociales. Es
decir, las tasas de interés, el tipo de cambio, los subsidios, los precios, y otras variables
económicas, no son definidas por programas informáticos sino por personas, grupos,
clases sociales y reflejan las relaciones de poder existentes en cada sociedad.
que los débiles deben ser eliminados en vez de ser transformados o ayudados para, por
ejemplo, evitar despidos masivos y sufrimiento humano, no es cuestionado, reflejando
de esta forma la importancia que se da a la eficiencia en vez de a las personas y a lo
social”.Esta autora realiza una certera comparación cuando dice que “El Hombre de
Davos”, según el semanario liberal ‘The Economist’ incluye a hombres de negocios,
banqueros, funcionarios e intelectuales que “tienen grados universitarios, trabajan con
palabras y números, hablan algo de inglés y tienen en común creencias como el
individualismo, la economía de mercado y la democracia. Controlan muchos de los
gobiernos del mundo y el grueso de su capacidad económica y militar”. La alabanza de
“The Economist” al Hombre de Davos es también una oda a la versión global y más
contemporánea del ‘homo economicus’ de Adam Smith.
La ESS puede ser analizada y trabajada en tres niveles: i. Micro: el de las unidades
económicas; ii. Meso: el de los territorios locales; iii. Macro: el de los países, regiones,
el mundo. Estos tres niveles mantienen relaciones entre las que puede haber coherencia
y/o conflicto-contradicción. A modo de ejemplo, una unidad de la ESS puede
desarrollar una gestión interna democrática y carecer de gestión sociopolítica solidaria
en relación con su territorio. También las políticas socioeconómicas del nivel ‘meso’
(políticas que se canalizan a través de los municipios en temas bromatológicos,
crediticios, asistencia técnica, capacitación, información de mercado, etc.) pueden
facilitar u obstaculizar las prácticas solidarias de los agentes tanto en los territorios
como en los emprendimientos. Políticas a nivel macro (como la fijación del tipo de
cambio, tipos de impuestos, etc.) pueden promover o coartar la evolución económica
de dichos emprendimientos de la ESS.
Desde nuestro marco teórico, destacamos los siguientes atributos que forman parte de
la teoría y práctica de las experiencias en ESS más promisorias que se llevan adelante
en América Latina, en el Mercosur y en particular en Argentina, y que por lo tanto
deberían figurar en la agenda de las políticas públicas y organizaciones/instituciones
que se ocupan del tema.
i. Enfoque socio territorial. Planificar la ESS con una visión socio territorial.
Consideramos al territorio como una construcción social a partir de las relaciones entre
los distintos actores sociales que comparten y se disputan un espacio físico-geográfico,
y que tienen diferentes dotaciones de capital (económico, social, cultural y simbólico),
lo que se traduce en relaciones de poder con variados niveles de conflicto/consenso.
Por lo tanto, el enfoque socio territorial consiste en tener una mirada política que
defina el espacio de planificación y acción y los actores que actúan en el mismo –
aunque no estén localizados en ese lugar - como sucede con grandes empresas
proveedoras de insumos en territorios de fuerte presencia campesina. Este enfoque
implica actuar con una visión integradora de las características y problemáticas
involucradas en el espacio socio-económico local (acceso y control de recursos,
ambiente, producción, tecnología, alimentación, salud, educación, hábitat, etc.).
En este sentido, “Algunos autores como Marcel Maus en ‘Ensayo sobre el Don’,
señalaron la importancia de las relaciones sociales que envuelven prestaciones de
bienes, materiales y simbólicos, en la estructuración de nuestras sociedades. El
contenido de esa obra ha inspirado la formulación de la noción de reciprocidad para
aprehender los intercambios no mercantiles de bienes, tangibles e intangibles, a través
de los cuales se establecen vínculos duraderos entre los individuos”24.
24
Citado por Cowan Ros. C. “De la producción del capital social a la proyección de luchas simbólicas en
el territorio. Estudio de caso de la Puna y Quebrada de Humahuaca”. En Manzanal, M, Arzeno, M y
19
Según Gaiger27, esta lógica asociativa en la actividad económica tiene varios beneficios,
hace que: i. cada trabajador/a conozca todo el proceso, sea parte del todo; ii. tenga otros
cuidados en relación con los compañeros, con los medios de producción y con la
naturaleza; iii. la mayor participación facilita mayor comunicación y aprendizaje; iv. la
opción ética o ideológica se vuelca en la comunidad/región/provincia/país; v. se
retengan los eventuales excedentes que en las empresas capitalistas se apropia el patrón
o empleador.
Las experiencias de la ESS muestran lo complejo que es para las organizaciones, cuyo
origen tiene fines económicos, conciliar estos fines cuando se suman los de tipo socio-
político. Las tensiones que se registran tienen que ver con que parece requerirse
diferente tipo de liderazgo en cada caso, además de las tensiones que se originan por el
uso de diferentes recursos –financieros, espacios, tiempos de las personas, entre otros.
Forma parte del debate de la ESS cómo conciliar la existencia de objetivos de campos
diferentes.
29
Caracciolo, M, Dumrauf, S. González, E, Moricz, M, Real, A. “Modalidades alternativas de
comercialización en la agricultura familiar: entre el supermercadismo y la soberanía alimentaria”. Versión
digital. INTA- Subsecretaría de Agricultura Familiar. IDAES/UNSAM. Diciembre 2012.
21
30
Gaiger, L.I. Eficiencia Sistémica. En Cattani, A. “La otra economía”. Ed. Altamira. Fundación OSDE, UNGS, Ed.
Altamira. Buenos Aires. 2004.
22
La REAS se pregunta también ¿qué podríamos pensar de una sociedad que para
obtener un kilo de carne destina la misma cantidad de combustibles fósiles, que para
poner una simple lechuga en la mesa de un consumidor a veces requiere transportarla
varios cientos, o incluso miles de kilómetros, que para producir y conservar los
alimentos más básicos utiliza una enorme cantidad de productos químicos (fertilizantes,
pesticidas, conservantes, etc.) de dudosa seguridad para la salud y el medio ambiente?
Se trataría, sin duda, de una sociedad que no parece conceder importancia a la
eficiencia energética y a la que tampoco parece importarle mucho la calidad de los
productos que le sirven de alimento. Se trataría de una sociedad, en definitiva, que ha
abandonado toda capacidad de decisión real sobre las condiciones de su alimentación.
Desgraciadamente ésta es todavía nuestra sociedad hablando en términos mundiales.
31
REAS. Red de Redes en Economía Alternativa y Solidaria.”Soberanía Alimentaria: somos lo que comemos”.
www.reas.com.
32
Brady, G. “Fortalezas y oportunidades del Mercosur para desarrollar el derecho humano a la
alimentación y la seguridad alimentaria”. 2007. Citado por M. P. Foti en “Mujeres en la agricultura
Familiar del Mercosur”.. Red Internacional de Género y Comercio/Action Aid. 2009.
33
MAELA. Movimiento Agroecológico de América Latina.
23
Animados por este espíritu y siguiendo ese camino de transición hacia sistemas de
producción alimentaria más sustentables, desde el ámbito de la economía social y
solidaria han ido surgiendo numerosas experiencias de producción y consumo que
tienen el propósito de generar una alternativa económica al actual modelo de
producción alimentaria. Básicamente, estas experiencias comparten un principio
general: los seres humanos pertenecemos a un ecosistema natural del que depende, en
definitiva, nuestra viabilidad como especie.
34
Foro de Universidades y Agricultura Familiar de la Región Pampeana. Promovido por el CIPAF/INTA.
35
Benería, L. “Reproducción, producción y división sexual del trabajo. Edición”. CIPAF. República
Dominicana. 1984.
24
no hay perspectivas de que todo esto cambie, mal podemos considerar que se está
construyendo economía social y solidaria.
A nuestro modo de ver, la perspectiva teórica debe considerar a las familias ‘reales’,
que se enfrentan cotidianamente con entornos de relaciones territoriales poco
equitativas, a la vez que a relaciones de inequidad hacia adentro de los hogares. Estas
relaciones de inequidad no fueron creadas por la ES, sino que son una constante
histórica de diferentes formas de organización de la producción y el trabajo –dentro y
fuera de los hogares- que se ha venido dando la humanidad,36 pero la ES si pretende ser
solidaria, no las puede ignorar sino que debe ir modificándolas a través de su práctica
concreta.
Siguiendo a varios autores que han trabajado sobre los principios pedagógicos más
importantes en la educación de adultos para una transformación social, mencionamos38:
i.debe basarse en los problemas concretos de los emprendedores/as y aportarles
propuestas de solución para los mismos; ii. debe recuperar las formas de
conocer/aprender que ellos tienen para utilizarlas en el proceso de enseñanza-
aprendizaje; iii. debe partir del nivel de conocimientos de que disponen, sistematizando
lo aprendido hasta el momento; y iv. debe relacionar los problemas de los
emprendimientos con la realidad socio-económica y política de sus
territorios/país/global, a partir de un marco de análisis crítico del entorno.
36
Bourdieu, Pierre. La dominación masculina. Versión en pdf accesible en Internet.
37
Freire, Paulo. “Extensión o Comunicación”. Capítulo III. Ed. Siglo XXI. México, Argentina, España y
Colombia.1973.
38
Jordán, Fausto (compilador) “Capacitación y participación campesina. Instrumentos metodológicos y
medios”. San José. Costa Rica. IICA.1989.
25
El tránsito de una Economía Social como la actual - en donde coexisten con diferentes
grados de debilidad/fortaleza miles de unidades productivas unipersonales, familiares,
asociativas y comunitarias-, a una Economía Social y Solidaria consolidada como un
sistema con capacidad para asegurar una buena vida a todas las personas, requiere de
estrategias nacionales – con presencia central de las políticas públicas - y territoriales
que apunten a la igualdad en todas sus dimensiones y a la distribución de la riqueza.
39
A modo de ejemplo, el Programa de Microcrédito de la CONAMI/MDS que implementa la ley 26117; el Centro de
Investigaciones para la Pequeña Agricultura Familiar CIPAF y el Prohuerta del INTA/MDS; la Secretaría de
Agricultura Familiar del Ministerio de Agricultura y Ganadería, entre otras.
40
Uranga, W. Citado en Red Nacional del Banco Popular de la Buena Fe. “Manual de Trabajo y
Reflexión sobre Comunicación”. CONAMI-Argentina Trabaja. Ministerio de Desarrollo Social.
26
41
Actualmente un conjunto de organizaciones públicas y de la sociedad civil se viene reuniendo en
función del diseño de un proyecto de ley para la ESS.
27
Bibliografía