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Amor, una palabra tan corta que describe un concepto tan amplio. Por eso resulta tan difícil
definirlo; sin embargo, se podría decir que amor es la actitud que tiene una persona al
relacionarse consigo misma, con los demás y con toda forma de vida, que nace desde su
consciencia y sus sentimientos. Es una necesidad básica para el ser humano, que puede
manifestarse en varias formas de amar.
La primera experiencia que nos ha enseñado lo que es el amor, es la relación con mamá y papá
durante nuestra más tierna infancia. Luego, como jóvenes o adultos, seguimos aprendiendo lo
que significa y practicándolo. Un campo perfecto para ello es la pareja. Revisaremos entonces
los tres componentes básicos, es decir, los cimientos del amor en la relación de pareja.
En la fase del enamoramiento, que puede durar entre 3 meses y 4 años, los “neuroquímicos
del amor” (oxitocina, dopamina, serotonina, noradrenalina) son segregados en abundancia y
nos sentimos excitados, llenos de energía y percibimos la vida como algo magnífico. Pero
luego, al igual que sucede al consumir drogas o medicamentos durante un largo período, el
cuerpo se acostumbra a éstos y su efecto disminuye… y con ellos, también el amor, o mejor
dicho, el enamoramiento. Lo que en realidad sucede es que el cuerpo llega a la tolerancia o
“habituación”, y entonces tanto la nube rosa como la fascinante imagen idílica de la persona
amada se desvanecen, y comenzamos a ver al ser humano real que es nuestra pareja.
1. Honestidad
Para ser honesto es indispensable confiar, mostrarse “desnudo” y auténtico frente al otro. La
honestidad implica decidir ser sinceros: decir la verdad, aún si ésta es dolorosa o vergonzosa.
Para hacerlo, es necesario también aceptar las propias verdades incómodas, y dejar el orgullo
a un lado, ser capaz de reconocer los propios errores y saber pedir perdón si es necesario. Este
componente es indispensable porque mentir genera sentimientos de traición y destruye la
confianza entre dos personas; en cambio, la honestidad genera confianza y esto fortalece
mucho el vínculo entre dos personas. Tanto es así que, una relación de pareja puede llegar a
terminar, pero si ambos fueron honestos, el amor perdurará toda la vida. Garantizado. Y tener
un vínculo así con alguien es un tesoro muy valioso y difícil de encontrar.
2. Empatía:
Para ser empático, hay que tener la voluntad de ponerse en el lugar del otro para intentar
sentir lo que siente. Si podemos imaginar cómo nos afectaría a nosotros estar en su situación,
entonces estamos siendo empáticos, y estamos conectados con el otro. Desde ese lugar,
podemos ser sensibles ante su dolor, sus necesidades y sus complejidades. Hacer esto nos
permite comprender y tolerar mejor las reacciones emocionales de nuestra pareja y nos
facilita mucho poder perdonar una reacción negativa suya que haya podido dañarnos de algún
modo. Para lograr la empatía, es necesario tomar muy en cuenta la historia, las heridas y,
sobre todo, la naturaleza o la estructura de la personalidad de nuestra pareja, y la nuestra
propia. De este modo, si por ejemplo él tiene a reaccionar con ira en ciertos momentos, y ella
tiende a sentirse herida con facilidad, entonces ambos podrán reconocer esos puntos débiles
de cada uno y saber disculparse o perdonar, respectivamente. Tomar consciencia de nuestras
diferencias y de nuestros puntos comunes es muy importante para poder comprendernos
mutuamente (un estudio astrológico serio y con enfoque evolutivo podría ser de gran ayuda
para ello).
3. Respeto
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