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Tres momentos claves para una fenomenología de la memoria, el recuerdo y el olvido en la

hermenéutica filosófica de Gadamer

Omar Camilo Moreno Caro

Aunque el problema de la memoria, el recuerdo y el olvido está formulado en las primeras páginas
de Verdad y método, el desarrollo posterior de la obra parece ‘olvidarlo’ para darle lugar a asuntos
de mayor calibre como una teoría fenomenológicamente rigurosa de la experiencia hermenéutica y
el subsiguiente despliegue de sus consecuencias ontológicas para pensar el lenguaje, el ser y la
verdad. Sin embargo, en el desarrollo de ese mismo libro y de su obra posterior, Gadamer refiere
varias veces a ese ámbito problemático de diferentes formas y lanza algunas intuiciones que vale la
pena rescatar para esclarecer el lugar de la memoria en el ser histórico propio de lo existente. Así,
desde una perspectiva fenomenológica, recataré tres momentos que me parecen decisivos para
acercarse a una fenomenología de la memoria, el recuerdo y el olvido desde la perspectiva de la
hermenéutica filosófica de Gadamer.

El primero consiste en la formulación del problema de la memoria y olvido. Esta se presenta de

manera accesoria cuando Gadamer critica la forma en que Helmholtz habla de las habilidades
mnemotécnicas del investigador social. Sin embargo, esta formulación del problema es decisiva:
señala que el “objeto” de las ciencias históricas no puede ser tratado desde la perspectiva de una
habilidad cognitiva propia de la subjetividad porque el ser de ese “sujeto” es justamente es aquello
que arbitrariamente se le ha contrapuesto parcialmente como “objeto”. Es decir, la historia es un
ámbito de estudio especial, pues lo que está en juego es el ser mismo de quién investiga. Así, la
memoria, el medio en el que se realiza el saber propiamente histórico, debe ser pensada de modo
que no se limite a ser una “capacidad psicológica”. Sin embargo, ¿cómo liberar a la memoria de esta
comprensión? Gadamer apunta que el “olvido” jugará un papel crucial en este desarrollo: “Gracias
a que el pasado tiene esa naturaleza de olvido podemos recordar y retener algo”.

El segundo es el desarrollo oculto y paralelo de este problema en el desarrollo de otras cuestiones

hermenéuticas como la descripción del obrar de la obra de arte y la descripción de la experiencia.
Otros desarrollos de la hermenéutica filosófica tienen como trasfondo el problema de la memoria y
el recuerdo. Presentaré dos ejemplos. El primero: la descripción de la experiencia hermenéutica
solo es posible en su fase preparatoria a partir de la analogía aristotélica del batallón que se
detienen, en ella la retención juega un papel decisivo, ya que solo a partir de ella la experiencia
puede entenderse al margen de cualquier determinación teleológica. Esto es indispensable para
comprender cómo son posibles experiencias con valor cognitivo más allá del marco científico.

Por último, el tercer momento es la caracterización del fenómeno del recuerdo como un fenómeno
excedente. Esto ocurre tardíamente en agradecer y recordar (Danken und Gedenken). En este
escrito, de fuerte influencia heideggeriana, Gadamer se esfuerza por caracterizar el ámbito propio
de fenómenos como el agradecimiento, el perdón y el recuerdo. Todos ellos son caracterizados
como fenómenos excedentes. En pocas palabras, el agradecimiento, como el recuerdo o el perdón,
hacen patente una referencia a un ámbito de que siempre va más allá de sus formas derivadas o
deficientes. Esto significa que, aunque el recuero siempre se dé como una imagen, como señala
Ricoeur, siempre refiere a un ámbito mucho mayor: el ámbito del ser histórico.