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53 ANIVERSARIO DE APCNEAN Y LA CRISIS DEL SECTOR

El 18 de abril de 1966 nacía la Asociación de Profesionales de la CNEA, hoy extendida a


toda la actividad nuclear. Queremos saludar a todos los integrantes de esta gran
comunidad y renovar nuestro compromiso con su crecimiento en beneficio de nuestro
país.
Desde su creación la Asociación se comprometió con un desarrollo científico y
tecnológico nuclear y peri-nuclear autónomo al servicio de los intereses de nuestra
Argentina.
Es pertinente recordar en esta ocasión la intensa actividad impulsada a principios de la
década de los 70, en la cual la Asociación contribuyó decisivamente a establecer la línea
de uranio natural y agua pesada para los reactores de potencia en aquel momento. A
casi 50 años de esa gesta, las razones para aquella decisión siguen vigentes, fortalecidas
éstas con la consiguiente generación detoda la capacidad humana altamente calificada y
la infraestructura material necesaria y suficiente para llevarla adelante después de
inversiones milmillonarias en dólares.
Luego de más de dos años de sostener los mismos argumentos del anterior gobierno en
materia nuclear, el actual, ahora, ha tomado la incomprensible e injustificable decisión
de abandonar la línea de uranio natural y agua pesada
En particular, la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), situada en Arroyito y
propiedad de la provincia del Neuquén y de la CNEA, corre un grave riesgo de ser
abandonada y sufrir un daño irreversible por falta de mantenimiento adecuado. Ni que
hablar del sufrimiento humano que se le viene imponiendo a sus trabajadores y del
estrago que representa destruir planteles altamente capacitados a lo largo de muchos
años para operar y mantener la planta.
Esta planta es una de las más grandes del mundo y produce agua pesada de óptima
calidad que no solo es necesaria para el funcionamiento de nuestras tres centrales en
operación sino que también provee este insumo para los reactores de investigación y
producción de radioisótopos que nuestro país exporta.
La destrucción de la PIAP cerraría para siempre el camino, transitado exitosamente por
nuestro país, de continuar con la línea tecnológica de reactores de potencia de agua
pesada y uranio natural, para lo cual dispone de toda la experiencia y la infraestructura
material y humana necesarias después de décadas de gran inversión pública y privada.
Esta destrucción arrastrará consigo una actividad industrial y productiva significativa
asociada que tanto nos hace falta. De hecho, ya lo está haciendo, como lo muestran
claramente los despidos y retiros de cientos de trabajadores altamente calificados de
NASA, PIAP-ENSI, Dioxitek, CONUAR-FAE, etc. y el grave daño al entramado de
PYMES y otras empresas que apostaron e invirtieron en la extensión de vida de
Embalse con la perspectiva de capitalizar sus esfuerzos en una IV central del mismo
tipo (Atucha III, CANDU).
¿Dónde se ha visto que un gobierno destruya planteles altamente calificados que
mostraron su capacidad en la exitosa conclusión de grandes obras como Atucha II,
extensión de vida de Embalse, operación de la PIAP, producción de UO2 y de
radioisótopos, etc., después de haber prometido que los cuidaría?
Asimismo, la falta de una política salarial mínimamente aceptable y de promoción de
una carrera laboral está vaciando a la CNEA y demás instituciones del sector,
produciendo un éxodo de cerebros, como en el resto del sistema científico y tecnológico.
No dudamos en calificar la destrucción de la PIAP y sus consecuencias como una acción
de lesa patria.
Hacemos directamente responsables de estos estragos al gobierno nacional y al
subsecretario de energía nuclear por acción y a los máximos representantes de las
instituciones involucradas del sector por omisión.
Aquellos que impulsamos un desarrollo tecnológico e industrial y promovemos la visión
estratégica de una Argentina soberana en todos sus aspectos seguiremos bregando para
que comience la construcción de la IV Central Nuclear Atucha III tipo CANDU con
Agua Pesada de la PIAP, a la vez que seguiremos trabajando para lograr que el
desarrollo nuclear se transforme en una Política de Estado para beneficio de todos
nuestros compatriotas.

Buenos Aires, 22 de abril de 2019


Secretariado Nacional de la APCNEAN

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