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El nuevo recurso de

Casación Civil
Recientes modificaciones
y repaso jurisprudencial
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MANUAL

Manuel Alberto Torres Carrasco


Casación Civil
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AV. ANGAMOS OESTE 526 - MIRAFLORES - LIMA - PERÚ
: 710-8900 / TELEFAX: 241-2323
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Introducción

El medio impugnatorio de mayor renombre en nuestro ordenamien-


to jurídico nacional es, sin duda alguna, la casación civil. Pese a no ser un
recurso de larga data en nuestra tradición jurídica (recién fue incorporado
en 1993 con la publicación del Código Procesal Civil), la casación tiene el
mérito de constituirse en el recurso en el que más se pone a prueba los co-
nocimientos jurídicos tanto del juzgador como del abogado patrocinante del
recurrente.
La casación debería ser, desde este punto de vista, un medio impugna-
torio de élite (léase, extraordinario), en la medida que no es cualquier juez el
llamado a conocerlo y resolverlo, sino solo los magistrados supremos; y tam-
bién porque solo un abogado bien entrenado en las sutilezas y características
especiales de este recurso estaría en condiciones apropiadas para presentarlo
y sustentarlo.
No obstante lo anotado, no resulta aventurado afirmar que más del 75%
de los recursos de casación presentados ante nuestro Poder Judicial son de-
clarados improcedentes, lo que evidencia que este recurso ha sido utilizado
más con fines dilatorios (a lo que algún sector de los abogados peruanos está
tan acostumbrado) que para unificar la jurisprudencia nacional o buscar la
correcta observancia de la norma jurídica (la tan preciada función nomofi-
láctica del recurso).
Por lo tanto, en un alto porcentaje de casos, el recurso de casación no
solo no ha coadyuvado en lo absoluto a que la Corte Suprema alcance estos
fines sino que solo ha servido, en muchos casos, como un instrumento para
dilatar indebidamente los procesos.

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INTRODUCCIÓN

Esta es una rápida radiografía de la situación actual del recurso de ca-


sación. Tanto por la sobrecarga procesal de la Corte Suprema generada por
los innumerables recursos presentados por los abogados como por el propio
comportamiento de nuestro máximo tribunal judicial –que no ha sabido de-
limitar por propia iniciativa las posibilidades de admisión del recurso–, el
recurso de casación se ha convertido, en los hechos, en un recurso ordinario
y la Corte Suprema prácticamente en una tercera instancia o grado; escena-
rio totalmente alejado del pensado cuando se incorporó la casación a nuestro
ordenamiento procesal.
Pese a ser una situación que desde 1993 se fue agravando con el trans-
curso de los años, no ha sido sino hasta el 28 de mayo de 2009, oportunidad
en la que se publicó la Ley Nº 29364, que se ha puesto en rigor una serie
de reformas tendientes a agilizar el recurso y eliminar aquellos elementos
normativos que servían de justificación o pretexto para conductas dilatorias,
entre las que destacan la simplificación de las causales de la casación y de la
generación de precedentes judiciales, y la posibilidad de presentar el recurso
directamente ante la Corte Suprema.
La doctrina procesal nacional se ha manifestado muy escéptica sobre
los alcances de esta reforma, si es que puede ser denominada así, afirmán-
dose que esta es bastante tímida y que ha obviado incorporar instituciones
necesarias para lograr una mayor celeridad en los procesos de casación, tales
como el principio del doble y conforme, o la no eliminación de la eficacia
suspensiva del recurso, entre otras críticas.
En esta obra que ofrecemos a nuestros lectores presentamos un pano-
rama actual de este medio impugnatorio. Para ello se ha recurrido a lo que
la jurisprudencia ha mencionado durante estos años de aplicación de la ca-
sación y lo que ha sustentado la más destacada doctrina que se ocupa sobre
este recurso, con especial incidencia en aquella que ha comentado las modi-
ficaciones efectuadas por la Ley Nº 29364.
Estamos seguros de que la lectura de este libro servirá como un nuevo
aporte para la comprensión de la casación civil.

Miraflores, 8 de marzo de 2010

EL AUTOR

6
Aspectos
doctrinalesdel Capítulo
recursode
casaciónpenal
CAPÍTULO
1
Definición y características de la casación.
Ideas preliminares

I. IDEAS PRELIMINARES SOBRE LA CASACIÓN

1. ¿Qué dice el Código Procesal Civil sobre la casación?


A diferencia de lo que sucede con otras instituciones procesales, nues-
tro Código Procesal Civil no define a la casación. El primer artículo dedica-
do al estudio de este recurso, el 384, solo se limita a señalar cuáles serían sus
fines, a saber, la adecuada aplicación del derecho objetivo al caso concre-
to y la uniformidad de la jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de
Justicia.
No obstante, de la lectura integral de este artículo y de algunos más
podemos tener al menos, en este momento inicial de nuestro ensayo, una no-
ción de lo que debe entenderse por casación.
Veamos, el artículo 386 de nuestro Código Adjetivo establece que el
recurso de casación se debe sustentar en la infracción normativa que incida
directamente sobre la decisión contenida en la resolución impugnada o en el
apartamiento inmotivado del precedente judicial(1).

(1) Nuevas causales de procedencia de la casación establecidas mediante la Ley N° 29364, del 28 de mayo de 2009, que reemplaza-
ron (en realidad, subsumidieron), como veremos más adelante, a las tradicionales de aplicación indebida, interpretación errónea e
inaplicación de una norma de derecho material o de la doctrina jurisprudencial.

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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

Igualmente, el primer inciso del artículo 387 establece que el recurso


de casación se interpone contra las sentencias y autos expedidos por las salas
superiores que, como órganos de segundo grado, ponen fin al proceso. Por
su parte, el inciso 2 del citado artículo establece que la casación debe inter-
ponerse ante el órgano jurisdiccional que emitió la resolución impugnada o
ante la Corte Suprema.
Pues bien, de la lectura de estos tres primeros artículos del Código
Procesal Civil dedicados a la casación (hemos obviado el artículo 385 por-
que este quedó derogado expresamente por la primera disposición deroga-
toria de la Ley N° 29364, del 28 de mayo de 2009) podemos enumerar al-
gunas características básicas de este recurso: i) debe ser resuelto por la sala
correspondiente de la Corte Suprema; ii) puede ser interpuesto por quien se
considere agraviado por todo o parte de una sentencia o auto expedido por
una sala superior, para que luego de un nuevo examen, se subsane el vicio o
error alegado; iii) solo puede interponerse contra las sentencias y autos expe-
didos por salas superiores que hayan dado por concluido el proceso, al actuar
como órganos de segundo grado; iv) solo puede sustentarse en dos causales:
a saber, la infracción normativa, y el apartamiento inmotivado del precedente
judicial; v) se puede interponer ante la sala superior que emitió la resolución
impugnada o ante la misma Corte Suprema; y, vi) lo que se pretende con este
recurso es la adecuada aplicación del derecho objetivo al caso concreto y la
uniformidad de la jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de Justicia.
Más adelante analizaremos con mayor detalle las características de la
casación, pero considero que esta primera revisión era necesaria para intro-
ducirnos correctamente al análisis de este recurso.
Para terminar este punto inicial, solo resta señalar que, como coinci-
de la doctrina especializada, etimológicamente, la palabra casación proviene
del latín cassare, cassus, cassas o casso, que significa quebrantar, romper,
anular.

2. La casación en la doctrina
Inexistente una definición legislativa de lo que debemos entender por
casación, sí puede encontrarse diversas definiciones propuestas por la doc-
trina. De todas ellas nos ha parecido didáctico recoger las que presentamos a
continuación.

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EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

Así, en sede nacional, tenemos la definición propuesta por el profesor


Juan Monroy Gálvez, quien refiere que “la casación es un medio impugna-
torio, específicamente, un recurso de naturaleza extraordinaria, con efectos
rescisorios o revocatorios, concedido al litigante a fin de que pueda solicitar
al máximo órgano de un sistema judicial un nuevo examen de una resolu-
ción respecto de situaciones jurídicas específicas, imponiéndosele el deber
de cuidar la aplicación de la norma objetiva, uniformizar la jurisprudencia y
obtener la justicia al caso concreto”(2). En otro momento, el destacado pro-
cesalista afirmó que “a través del recurso de casación se pretende cumplir
una función pedagógica, consistente en enseñar a la judicatura nacional en
general, cuál debe ser la aplicación correcta de la norma jurídica (...). Así, la
uniformidad de la jurisprudencia permitirá que no se inicien procesos que de
antemano se advierte no van a tener acogida en los órganos jurisdiccionales.
Si mientras se sigue un proceso se expide una decisión casatoria en otro con
elementos idénticos, se podrá alegar a favor en esta –y con considerable con-
tundencia– el criterio de la Corte de Casación. Otro fin del recurso es lograr
la uniformidad de la jurisprudencia nacional”(3).
La profesora Marianella Ledesma afirma que “la casación es un recur-
so en el que prima el interés público porque busca garantizar la vigencia de
la ley y ser un órgano contralor del juzgador en los casos de violación de
la norma jurídica o la jurisprudencia vinculante. La casación implica una
impugnación limitada, admisible solamente si se denuncian determinados
vicios o errores solamente de Derecho (…). Este recurso es extraordinario
porque surge como último remedio agotada la impugnación ordinaria y solo
permite controlar los errores de derecho en la actividad procesal y en el en-
juiciamiento de fondo. Para su interposición se exigen motivos determina-
dos, formalidades especiales y no el simple agravio”(4).
El magistrado Manuel Sánchez-Palacios Paiva ha escrito que “el recur-
so de casación es un medio de impugnación extraordinario y de iure, que se
puede interponer contra determinadas resoluciones y solo por los motivos ta-
sados en la ley. Siendo un recurso previsto en la ley, lo extraordinario resulta
de los limitados casos y motivos en que procede y es de iure o Derecho,

(2) MONROY GÁLVEZ, Juan. “Apuntes para un estudio sobre el recurso de casación en el proceso civil peruano”. En: Revista de
Derecho Procesal. Nº 1, Lima, setiembre, 1997, pp. 23-24.
(3) MONROY GÁLVEZ, Juan. Diario Oficial El Peruano, 10 de setiembre de 1993, p. B-14.
(4) LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. Comentarios al Código Procesal Civil. Tomo II. Gaceta Jurídica, 1a edición, Lima, 2008,
pp. 217-218.

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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

pues permite la revisión por el máximo tribunal del país, de la aplicación del
Derecho por los jueces de instancia”(5).
Por su parte, el doctor Jorge Carrión Lugo, afirma que “la casación (…),
es de carácter extraordinario y tiene por finalidad el control de la aplicación
correcta por los jueces de mérito del Derecho positivo, tanto el sustantivo
como el adjetivo, Por ello, y con razón, se dice que la casación viabiliza el
juzgamiento de las resoluciones jurisdiccionales a fin de evitar la incorrecta
aplicación del Derecho positivo por los jueces de instancia o de mérito”(6).
El ex magistrado supremo agrega que la casación “es un recurso que
esencialmente tiene que ver con cuestiones de Derecho y no de hecho; que
responde al propósito de mantener la correcta observancia de la ley y cumple
su cometido al revisar el juicio de derecho que contiene la sentencia o el auto
impugnados. Este recurso admite también la revisión de las actividades rea-
lizadas en el desarrollo del proceso desde su comienzo hasta la emisión de la
resolución impugnada, permitiendo denunciar las nulidades que las afectan y
la infracción de la ley cuando alguna resolución haya sido pronunciada con
violación de la forma y solemnidad que señala el ordenamiento procesal”(7).
El Tribunal Constitucional peruano tampoco ha sido ajeno a la labor de
definir a la casación. Así, el mencionado colegiado ha establecido que “Por
su propia naturaleza, el recurso de casación es un medio impugnatorio de
carácter excepcional, cuya concesión y presupuestos de admisión y proce-
dencia están vinculados a los fines esenciales para los cuales se ha previsto,
esto es, la correcta aplicación e interpretación del derecho objetivo y la unifi-
cación de la jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de Justicia”(8).
En doctrina extranjera nos parece relevante citar a algunos autores que
en sus definiciones expresan los rasgos de la casación más cercanos a nues-
tro sistema jurídico nacional. Así, por ejemplo, encontramos que el profesor
español Leonardo Pietro-Castro ha señalado que “el recurso de casación es
un medio de impugnación, por regla general de resoluciones finales, esto es,
de las que deciden el fondo de los asuntos, dictadas en apelación, y en algu-
nos casos en única instancia, a fin de que el tribunal funcionalmente encar-
gado de su conocimiento verifique un examen de la aplicación del Derecho

(5) SÁNCHEZ-PALACIOS PAIVA, Manuel. El recurso de casación civil. Jurista Editorial, 4a edición, Lima, 2009, p. 32.
(6) CARRIÓN LUGO, Jorge. El recurso de casación en el Perú en materia civil, penal y laboral. Grijley, Lima, 1997, p. 3.
(7) Ibídem, p. 6.
(8) Sentencia del Tribunal Constitucional recaida en el Exp. Nº 00474-2003-AA, f. j. 4, del 21 de abril de 2004.

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EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

realizada por el órgano a quo o de la observancia de determinados requisitos


y principios del proceso, que por su importancia se elevan a la categoría de
causales de casación” (9).
El procesalista argentino Enrique Fornatti señala que este recurso “es
un medio extraordinario de impugnación de las sentencias judiciales defini-
tivas, por el que se procura que un tribunal superior –generalmente el que
está colocado en el vértice de la pirámide judicial– examine la aplicación
del derecho objetivo realizada por el tribunal inferior en última instancia
ordinaria”(10). De la Rúa señala que la casación es un “medio de impugnación
por el cual, por motivos de derecho específicamente previstos por la ley, una
parte postula la revisión de los errores jurídicos atribuidos a la sentencia de
mérito que la perjudica, reclamando la correcta aplicación de la ley sustanti-
va, o la anulación de la sentencia, y una nueva decisión, con o sin reenvío a
nuevo juicio”(11).
Y, para terminar, tenemos la definición del maestro italiano Piero
Calamandrei, quien señala que “el recurso de casación es un medio de im-
pugnación cuyas condiciones están establecidas por la ley procesal de modo
que provoquen de parte de la corte de casación un cierto reexamen limitado,
correspondiente a sus especiales fines constitucionales”(12).
Es interesante advertir como el mencionado jurista presenta a la casa-
ción de una manera inseparable e indisoluble de la Corte de Casación, en el
sentido de que uno no podría explicarse sin entender al otro. Así, afirma que
la casación es un instituto complejo que “resulta de la combinación de dos
elementos recíprocamente complementarios, uno de los cuales pertenece al
ordenamiento judicial y encuentra su colocación sistemática en la teoría de la
organización de los tribunales cuyo vértice constituye (Corte de Casación),
mientras que el otro pertenece al Derecho procesal y debe ser estudiado en
el sistema de los medios de impugnación (recurso de casación)”(13). En ese
sentido, para dejar sentado aún más su pensamiento, el profesor Calamandrei
agrega que “mientras los demás medios de impugnación, por ejemplo, la ape-
lación, no están inseparablemente vinculados en su ejercicio a un determinado

(9) PRIETO-CASTRO Y FERRÁNDIZ, Leonardo. Derecho Procesal Civil. Editorial Tecnos S.A., 5ª edición, Madrid, 1989, p. 282.
(10) FORNATTI, Enrique. Estudios de Derecho Procesal. Librería Jurídica Valerio Abeledo Editor, Buenos Aires, 1956.
(11) DE LA RÚA, Fernando. El recurso de casación en el Derecho positivo argentino. Víctor P. De Zavala Editor, Buenos Aires, 1968,
p. 22.
(12) CALAMANDREI, Piero. Casación civil. Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires, 1959, p. 10.
(13) CALAMANDREI, Piero. Ob. cit., p. 9.

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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

órgano judicial, y pueden, sin perder su fisonomía, reservarse, según los


casos, a la competencia de jueces de diverso orden (…), la Corte de Casación
tiene el monopolio exclusivo de juzgar sobre los recursos para anulación (=
casación) de las sentencias (…), y el recurso de casación solo es concebible
como instrumento de este supremo órgano judicial (…). En un estudio, así
sea esquemático, del instituto de la casación, no se puede menos de tomar en
cuenta esta relación de complementariedad que media entre los dos elemen-
tos componentes”(14).

II. El origen de la casación

1. El nacimiento del Tribunal de Cassation


Podemos rastrear el origen de la casación, tal como la conocemos hoy,
en la Revolución Francesa, específicamente en la ley del 27 de noviembre - 1
de diciembre de 1790 emitida por la Asamblea Constituyente que creó el
Tribunal de Cassation(15).
La historia del Derecho está plagada de instituciones que han nacido o
se han instaurado por necesidades coyunturales del Gobierno de turno. La
casación es uno de esos casos. En efecto, la razón por la cual los legisladores
franceses concibieron este recurso fue por la necesidad de anular las senten-
cias pronunciadas en última instancia por el Poder Judicial de su país, al que
los revolucionarios consideraban muy afines al régimen monárquico recien-
temente suprimido. Educados en dicho régimen y partícipes de este, no era
de extrañar que los magistrados judiciales franceses de la época fuesen de-
clarados monarquistas o muy apegados a la tradición absolutista, por lo que
los liberales advirtieron que mantener en manos de dicho Poder Judicial la
palabra final de todas las causas podría colisionar con los intereses del nuevo
Estado francés.

(14) CALAMANDREI, Piero. Ob. cit., p. 10.


(15) Sánchez-Palacios, siguiendo a Manuel de la Plaza, anota un pasado más remoto, al señalar que “la casación encuentra antece-
dentes en el Derecho francés del periodo monárquico y nace como un recurso extraordinario, extralegal, ante la autoridad del rey,
y anotan los comentaristas que lo que se respetaba era la voluntad subjetiva del rey. En un memorial dirigido a Luis XVI se lee:
“En la cima del Poder Judicial debe existir un tribunal cuyas luces hagan ver a los demás el respeto de que la ley es digna y les
impida que se separen de ella”. Durante el reinado de los Luises, los puestos públicos se vendían al mejor postor, y los juzgados no
fueron excepción a esa regla, de tal manera que quien deseaba ser juez, compraba su juzgado y pasaba a ser su propietario. Como
consecuencia de esto, la actividad judicial se presentaba como venal, parcializada y corrupta. Tal fue la situación que encontró la
Asamblea de la Revolución Francesa, la que decidió intervenir para modificarla, y por Ley de 27 de noviembre - 1 de diciembre de
1790, estableció el recurso de casación, como un control político del quehacer judicial (SÁNCHEZ-PALACIOS PAIVA, Manuel. Ob.
cit., pp. 33-34).

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EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

Podríamos identificar hasta dos factores fundamentales que determi-


naron el nacimiento de la casación y del Tribunal de Cassation. En primer
lugar tenemos al concepto “ley”, sustento ineludible de la teoría del contrato
social, que se llegó a convertir en una de las bases más importantes sobre
las que reposa la doctrina revolucionaria. La idea central del pensamiento
de los liberales franceses (bajo los preceptos de Rousseau, principalmente)
es que los ciudadanos se someten voluntariamente a la ley que ellos mismos
otorgan a través de sus representantes reunidos en asamblea. Por ello se jus-
tificaba que un órgano emanado de esta se encargue de supervisar el correcto
uso de la voluntad del pueblo soberano, manteniendo a los jueces dentro de
los límites permitidos por la ley(16).
En segundo lugar tenemos la adopción por parte del nuevo régimen del
modelo de separación de poderes, sustentada por Montesquieu en su famo-
sa obra “El espíritu de las leyes”, por lo que se justificaba evitar cualquier
injerencia entre los distintos poderes del Estado. El modelo revolucionario
francés reconocía que la soberanía al pueblo se manifestaba mediante el
Poder Legislativo, por lo que al Poder Judicial le correspondía únicamente
la labor de identificar las consecuencias que la ley preveía aplicables al caso
particular, sin entrar en interpretaciones, pues si en algún caso era necesario
realizar una labor interpretativa eso le correspondía a los representantes del
pueblo(17). No es difícil advertir que la prohibición de interpretar impuesta
a los jueces tenía por principal propósito el de evitar las injusticias que se
habían cometido en el antiguo régimen monárquico francés(18). De allí que se

(16) Hemos dicho que el Tribunal de Cassation tuvo su origen en la ley del 27 de noviembre - 1 de diciembre de 1790 emitida por la
Asamblea Constituyente de los revolucionarios franceses. No obstante, resulta ilustrativo recordar la anécdota que refiere Juan
Carlos Lozano Bambarén en su interesante obra dedicada a analizar este recurso: “No puede ponerse en duda que en el Conseil
des Parties de la época monárquica encontraron los reformadores de la Revolución la idea, aunque embrionaria e informe, del
Tribunal de Casación. Con lo que cabe decir que el Tribunal de Casación fue el heredero universal del Conseil des Parties, reju-
venecido y vivificado por los nuevos principios. Sin embargo, cuando el abate Royer, antiguo consejero del Conseil du Rois, quiso
poner de relieve la analogía que existía entre los dos institutos, la Asamblea lo hizo callar en medio de siseos, pues ella quería creer
que había ideado en el Tribunal de Cassation un instituto perfectamente original, libre de toda derivación del ordenamiento prece-
dente” (LOZANO BAMBARÉN, Juan Carlos. Recurso de casación civil. Criterios rectores para su formulación. Grijley. Lima, 2005,
pp. 52-53). Igualmente, podemos citar lo expresado por Carlos Calderón y Rosario Alfaro, quienes señalan que “La Francia pre-
revolucionaria conoció la llamada demande en cassation, en virtud de la cual se permitía a las partes denunciar ante el soberano,
con fines de anulación, la sentencia de los parlamentos (instituciones judiciales de carácter regional dirigidas por la aristocracia). El
rey conocía de la queja a través del Conseil des Parties. La demande en cassation permitía al rey, de un lado, unificar los dictados
judiciales, y del otro evitar que organismos de carácter regional violentaran el poder real. Obsérvese que ya aquí nos encontramos
con las dos funciones clásicas de la casación: uniformizar jurisprudencia y control de la ley, cierto es que con fines de dejar sentada
la presencia del poder real evitando poderes diárquicos” (CALDERÓN PUERTAS, Carlos y ALFARO LANCHIPA, Rosario. La casa-
ción civil en el Perú. Normas Legales S.A., Trujillo, 2001, pp. 6 y 7).
(17) Para ello existían los mecanismos del référé législatif y del référé obligatoire au législateur.
(18) Merryman sostiene que “en Francia, la aristocracia judicial era uno de los blancos de la Revolución, no solo por su tendencia a iden-
tificarse con la aristocracia terrateniente, sino también por su incapacidad para distinguir muy claramente entre aplicación de la ley y
elaboración de la ley (…). Los tribunales se negaban a aplicar las leyes nuevas, las interpretaban en forma contraria a su intención

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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

entiende plenamente la consabida afirmación de Montesquieu en el sentido


de que los jueces deben en sus sentencias observar rigurosamente la letra de
la ley, sin poder en modo alguno separarse de ella.
Originalmente este tribunal casatorio no formaba parte de la judicatura
(no estaba formado por jueces), sino que más bien estaba en una situación
intermedia entre esta y el Poder Legislativo (aunque más proclive a esta úl-
tima, como podía suponerse). Era un órgano principalmente político, funcio-
nando como apéndice del Poder Legislativo a fin de ejercer la función de
control de legalidad de las sentencias en dernier ressort o última instancia.
Por ello, el Tribunal de Cassation tenía las facultades de anular las
sentencias que en última instancia judicial estuviesen viciadas por una con-
travención expresa al texto de la ley o por una violación de las formas del
proceso, pero no tenía la atribución de conocer el fondo del asunto, pues no
eran en estricto jueces quienes integraban dicho tribunal.
En consecuencia, al detectarse una contravención expresa al texto de la
ley, lo que hacía el Tribunal de Cassation era reenviar la sentencia al juez de
origen para que este último emita nuevo pronunciamiento. En efecto, al ser
un órgano político, no le era posible ingresar a conocer el fondo del asunto,
de modo que necesariamente se producía el reenvío a la justicia ordinaria
para su rehacimiento sobre la base de la correcta interpretación de la ley, que
era la establecida por el Tribunal de Cassation.
Sobre el particular, el maestro Calamandrei señalaba que “El Tribunal
de Cassation fue creado por Decreto de 27 de noviembre/1ero. de diciembre
de 1790, para prevenir las desviaciones de los Jueces frente al texto expreso
de la ley, lo que era considerado como una intromisión en la esfera del Poder
Legislativo, capaz de quebrantar la separación de los poderes que era piedra
angular de la nueva concepción del Estado de Derecho; tal es así que en los
primeros años de la Revolución se dio una ley que prohibía a los Jueces de
interpretar las leyes, aún con eficacia limitada al caso concreto”(19).
Entonces, el recurso de casación tiene un claro origen histórico: la des-
confianza hacia los jueces y la creencia que el Poder Legislativo o, en su
defecto, un colegiado cuasilegislativo o afín a este (nos referimos al Tribunal

o frustraban los esfuerzos de los funcionarios por administrarlas” (MERRYMAN, John Henry. Sistemas legales en América Latina y
Europa. Tradición y modernidad. Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1989, pp. 41-42).
(19) CALAMANDREI, Piero. La casación civil (Bosquejo general del instituto). Vol. 3. Trad. de Santiago Sentís Melenado. Oxford
University Press, México D.F., 2000, p. 85.

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EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

de Cassation), podía interpretar la ley de manera adecuada y con efecto vin-


culante. Este tribunal nació, entonces, con la finalidad de afianzar el imperio
de la ley (obviamente, la impuesta por el nuevo régimen) frente a las posi-
bles desobediencias de los jueces; surgiendo como una especie de comisión
extraordinaria del cuerpo legislativo.
El Tribunal de Cassation inició sus actividades el 20 de abril de 1791
con una clara tarea: identificar y controlar las sentencias que incurrían en
errores in iudicando y que presentaban una contravención expresa al texto
de la ley, reenviándolas al juez de origen para que las rectifique según lo
indicado.
Esta concepción original de la casación primó durante los diez años
republicanos previos al golpe de Estado de Napoleón Bonaparte del 18 de
Brumario (11 de noviembre de 1799) que lo convirtió en el Primer Cónsul
de la República y que inició su régimen autocrático.

2. La Corte de Casación
El escenario original de la casación en Francia, descrito anteriormen-
te, empezó a modificarse paulatinamente con la aprobación del Code de
Procédure Civile (Código de Procedimientos Civiles) de 1803, proceso de
cambio que llegó a su momento de inflexión con la ley del 1 de abril de 1837
y que se llegó a concretar completamente con la ley del 7 de noviembre de
1979.
Todo este proceso determinó que del concepto de Tribunal de Cassation
se pasara al concepto de Cour de Cassation (Corte de Casación) y esto, más
que un cambio de términos, significó una profunda modificación de las fun-
ciones y la finalidad del recurso de casación.
En primer lugar, se reconoció formalmente el carácter jurisdiccional de
la Corte de Cassation. Ya no estaríamos ante un órgano político ajeno y ubi-
cado afuera de la estructura judicial, sino que ahora era parte de esta. Ya no
eran más agentes delegados del Legislativo, sino que ahora eran jueces los
que se encargaban de conocer en casación (y eventualmente anular) aquellas
sentencias dictadas en revisión en contra del texto expreso de la ley o que
hubiesen incurrido en una falsa interpretación de la norma.
Y, en segundo lugar, lo anterior trajo como secuencia que la Corte de
Casación asumiera funciones de naturaleza jurisdiccional, en virtud de la ley

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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

de 1837. Ya no se limitaba a detectar el error y reenviar la sentencia al juez


de origen, sino que tenía la facultad de examinar in iure el derecho contro-
vertido y de establecer el modo en que dicha litis debía ser decidida. En otros
términos, “el órgano de casación no se limitaba ya a buscar el significado
abstracto de la ley; descendía a examinar la relación que el juez de mérito
había instituido entre la norma de derecho y el hecho controvertido; es decir,
si el juez había reconocido con razón en el hecho específico concreto los ex-
tremos jurídicos de un hecho específico definido por la ley. A la Corte de
Casación no le bastaba ya leer la sentencia del juez de mérito, sino que ne-
cesitaba darse cuenta también del material de hecho recogido por este sobre
el mérito de la litis; debía, pues, detenerse ante hechos declarados ciertos por
el juez de mérito, aunque sin poder parangonar esta declaración de certeza
procesal con la realidad material”(20).
Como vemos, en el transcurso de algunas décadas, la Corte de Casación
fue judicializándose, volviéndose a reconocer a los magistrados judiciales su
facultad interpretativa del Derecho y entregándose a otros jueces la facultad
de anular las decisiones adoptadas en última instancia por el Poder Judicial.
Fue este principalmente el modelo de casación que fue difundido por
toda Europa gracias a las invasiones napoleónicas, y que fue recepcionado
con matices por las legislaciones de Italia, España, Alemania y otros países.
Este modelo fue parte del ordenamiento jurídico del Primer Imperio de
Napoleón, respetado por la Restauración borbónica (1814-1830), y durante
los convulsionados tiempos que sucederían en Francia hasta el retorno del
régimen republicano.
Este ha sido un breve resumen del nacimiento de la casación. Un origen
eminentemente político, como hemos podido describir, moldeado en un pri-
mer momento por las circunstancias sociales y los intereses de los dirigentes
de la Revolución Francesa de mantener jueces sin posibilidades de interferir
en los planes revolucionarios.
No obstante su origen, la creación de la casación, sin duda, constituye
una de las principales y más valiosas aportaciones hechas al mundo jurídico
por la Revolución Francesa.

(20) LOZANO BAMBARÉN, Juan Carlos. Ob. cit., p. 62.

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EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

III. LA CASACIÓN EN LA CONSTITUCIÓN PERUANA

En un hecho muy llamativo, por inusual, que ha destacado la doctrina


peruana(21), nuestra Constitución Política recoge expresamente al recurso de
casación en su articulado.
Así, nuestra Carta Política vigente, en su artículo 141, establece que:
“Artículo 141.- Corresponde a la Corte Suprema fallar en casa-
ción, o en última instancia, cuando la acción se inicia en una Corte
Superior o ante la propia Corte Suprema conforme a ley. Asimismo,
conoce en casación las resoluciones del Fuero Militar, con las limi-
taciones que establece el artículo 173”.
La Carta de 1979 fue la primera de nuestras constituciones en reconocer
la “categoría constitucional” de la casación, al establecer que: “Corresponde
a la Corte Suprema fallar en última instancia o en casación los asuntos que
la ley señala”.
Sobre el particular, es válido preguntarse sobre las consecuencias de
que la Constitución haya recogido este recurso(22) pero principalmente si
dicha regulación es la más idónea. Esto es, a diferencia de algunos autores
consultados, que se haga referencia expresa en el texto constitucional al re-
curso de casación no nos parece negativo per se. Igual sería nuestra opinión
si, además de la casación, a nuestros constituyentes se les hubiera ocurrido
la idea de recoger expresamente otros recursos, como el de apelación o el
de agravio constitucional. Por ello, nos concentraremos en revisar si es que
dicha regulación es la más conveniente.
Veamos, si se repara en el texto del artículo 141 puede advertirse que se
confiere a la Corte Suprema dos funciones primordiales: a) fallar en casación
y b) fallar en última instancia.
Comentando ello, el profesor Rubio Correa ha escrito que “En casa-
ción, modalidad en la cual [la Corte Suprema] no falla sobre el fondo del
asunto sino sobre la forma en que ha sido llevado el proceso y sobre la

(21) Ver: ZELA VILLEGAS, Aldo. “El recurso de casación: entre el ser y el deber ser”. En: Manual de actualización civil y procesal civil.
Gaceta Jurídica S.A., Lima, 2010.
(22) Sobre el particular, Valle Riestra, en su momento constituyente de 1979, señaló “No sé por qué la Constitución tiene que recoger
algo que es eminentemente procesal, como es el recurso de casación. Es un asunto que debe derivarse a los códigos proce-
dimentales, a las leyes de enjuiciamiento; pero no es materia constitucional (…), nos exponemos a que ese recurso pueda lle-
gar hasta ser galimático mucha veces, maniate los procedimientos y los complique”. (COMISIÓN PRINCIPAL DE LA ASAMBLEA
CONSTITUYENTE 1978-1979. Diario de los Debates, Tomo III, Publicación Oficial, Lima, p. 279).

19
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

manera adecuada e inadecuada como ha sido aplicada la normativa relativa


al caso. En última instancia, que quiere decir que asume plena jurisdicción al
caso y revisa no solo el proceso en sí mismo y la forma como ha sido aplica-
da la ley, sino que entra a conocer y fallar sobre el fondo del asunto”(23).
Esta doble función de la Corte Suprema ha motivado diversas críti-
cas. Sobre el particular, el profesor Juan Monroy Gálvez, comentando el
artículo 141 de la Constitución, ha señalado que “La norma dice que la Corte
Suprema actúa en casación o en última instancia. Es decir, que actúa como
órgano encargado de establecer las líneas jurisprudenciales del ordenamiento
jurídico y, además, de cuidar el empleo de la norma objetiva (función unifor-
madora y función nomofiláctica, respectivamente), eso y no otra cosa es la
función casatoria. Sin embargo, a pesar del elevado y trascendente encargo,
inmediatamente después la norma le impone otra función, la de ser órgano
de grado, de último grado, aun cuando para eso usa un concepto equívoco
(‘última instancia’). Pero como la misma norma dispone que esa función
de ‘última instancia’ se dará también en aquellos casos en los que otra Sala
Suprema haya sido órgano de primer grado, se concluye que la norma dispo-
ne que las funciones de la Corte Suprema pueden ser: actuar como órgano de
primera grado; b) de segundo grado y c) como corte de casación. ¿Qué no es
la Corte Suprema?”(24).
El profesor Monroy Gálvez continúa señalando: “Resulta poco menos
que insólito advertir cómo una deficiencia normativa coloca al órgano supre-
mo de la jurisdicción nacional como un órgano emergente que cubre todos
los ámbitos de la función jurisdiccional. Si cotejamos esto con lo que ocurre
en otros sistemas, como el del Common Law, advertiremos el desperdicio en
que se ha convertido la Corte Suprema por culpa de una norma constitucio-
nal malhadada”(25).
Comentando este mismo tema, la profesora Eugenia Ariano Deho tiene
una perspectiva distinta: “Para quien revise la sucesión de nuestras (múlti-
ples) constituciones, desde la de 1823 hasta la vigente, advertirá que uno de
los grandes ‘problemas constitucionales’ (por lo que me consta, no explora-
do) estaba en darle o no competencia de tercera instancia a la Corte Suprema,

(23) RUBIO CORREA, Marcial. Estudio de la Constitución Política de 1993. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del
Perú, Lima, 1999, p. 162.
(24) MONROY GÁLVEZ, Juan. “Casación y última instancia”. En: La Constitución comentada. Tomo II. Gaceta Jurídica, Lima, 2005,
p. 659.
(25) Ibídem, p. 660.

20
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

lo que al principio (así en la Constitución de 1823 hasta la de 1838) se ex-


cluyó, pero luego se dejó a criterio del legislador ordinario (así a partir de la
Constitución de 1856). La propia Constitución de 1979 no zanja el problema,
pues el legislador constituyente al afrontar el problema de las ‘garantías de la
administración de justicia’, estableció que una de ellas era la de la ‘instancia
plural’ (inciso 18 del artículo 233), dando expresamente a entender que en
el Perú no se podían establecer procesos a instancia única. Sin embargo, que
las ‘instancias’ pudieran ser dos o más, era un tema distinto y no delimitado
por el constituyente, tanto es así que al establecer la competencia de la Corte
Suprema indicó que lo era para ‘fallar en última instancia o en casación los
asuntos que la ley señala’ (artículo 241). Como consecuencia, el que la Corte
Suprema pudiera ser órgano con competencia sobre el fondo (de ‘instancia’
primera, segunda o tercera) o un órgano solo con competencia limitada (ca-
sación) se dejó que lo decidiera el legislador ordinario. Ahora, dado que la
propia Constitución de 1979 había establecido en su artículo 237, al igual
que todas sus predecesoras, la estructura en tres niveles del Poder Judicial
(Corte Suprema de Justicia única, cortes superiores, juzgados civiles, pe-
nales y especiales, juzgados de paz letrados y los juzgados de paz, artículo
237), era por demás obvio que a lo más podían haber tres instancias (y no
ciertamente cuatro o cinco…). La Constitución vigente se presenta algo más
limitativa de la competencia de la Corte Suprema, pues en su artículo 141
indica que ‘Corresponde a la Corte Suprema fallar en casación, o en última
instancia, cuando la acción se inicia en una Corte Superior o ante la propia
Corte Suprema conforme a ley’”(26).
Revisadas estas opiniones de dos ilustres procesalistas de nuestro me-
dio, nosotros queremos expresar que en nuestro concepto no resulta lo más
eficiente para los fines del proceso que la Corte Suprema pueda actuar como
instancia o grado, pues eso determina que en los hechos el proceso civil en
el Perú presente tres instancias.
Al revisarse las sentencias expedidas por la Corte Suprema pueden en-
contrarse (en algunos casos atisbos, en otros evidencias más palpables) que
los magistrados supremos actúan como grado al casar una sentencia, olvi-
dándose por un momento el principio de la doble instancia, previsto en el
artículo X del Título Preliminar del Código Procesal Civil.

(26) ARIANO DEHO, Eugenia. La “tergiversación” judicial del contrato y el recurso de casación. En: Revista Iberoamericana de Derecho
Procesal Garantista. Egacal, Lima, 2006, p. 5.

21
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

Obviamente a esta situación ayuda que en muchos magistrados (y en


algún sector de la doctrina) persista la idea de que una de las finalidades de
la casación es la dikelógica (búsqueda de la justicia al caso concreto), pero
sobre eso nos ocuparemos más adelante. Por ahora basta con señalar nuestra
discrepancia con la forma en que la Constitución ha regulado en su artículo
141 las funciones de la Corte Suprema.

22
Capítulo
2
CAPÍTULO
2
Elementos característicos de la casación

I. IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE LOS ELEMENTOS CARAC-


TERÍSTICOS DE LA CASACIÓN

Luego de nuestra breve revisión sobre los orígenes de la casación y de


cómo ha sido definida en la doctrina, efectuada en el capítulo anterior, co-
rresponde que nos ocupemos en este momento de analizar con detenimiento
sobre sus principales características, lo que nos permitirá tener una mayor
comprensión de la naturaleza jurídica de este recurso.
Ahora bien, antes de empezar, debemos realizar dos advertencias sobre
el particular.
En primer término, en este capítulo no podemos mencionar todos los
elementos característicos de la casación que la múltiple doctrina consultada
ha enumerado. Eso sería una tarea imposible de conseguir por las dimensio-
nes de esta obra. Por ello, nos dedicaremos a analizar aquellas características
que consideramos esenciales o de mayor importancia práctica.
Y, en segundo lugar, analizaremos estos elementos característicos con
un propósito de ir más allá de brindar una definición o un concepto. La idea
es explicar estos elementos a la luz de su regulación o tratamiento en el ar-
ticulado del Código Procesal dedicado a la casación, lo que será especial-
mente notorio cuando analicemos el carácter no suspensivo del recurso.

25
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

Dicho esto, corresponde señalar que las características esenciales del


recurso de casación en nuestro ordenamiento jurídico son las siguientes: i) se
trata de un recurso, ii) extraordinario, iii) vertical; iv) que puede tener efec-
tos negativos o positivos; y, v) que no produce efectos suspensivos.

II. CARACTERÍSTICAS DE LA CASACIÓN

1. Se trata de un recurso
La casación es un recurso y, como tal, es un medio impugnatorio desti-
nado a cuestionar una sentencia dictada en un proceso judicial.
Vale recordar que la teoría impugnatoria reconoce que las sentencias
judiciales, como todo producto humano, son falibles, esto es, pueden estar
erradas. El juez es finalmente un ser humano y, por lo tanto, es proclive a
errar en sus resoluciones.
En ese sentido, mediante los medios impugnatorios se dota al justicia-
ble de la posibilidad de solicitar un nuevo examen de lo resuelto, revisión
que en algunos casos puede estar a cargo del mismo juez o por otro de mayor
jerarquía, a fin de eliminar las probabilidades de que una decisión judicial
errada provoque una solución injusta e ineficaz para la solución de una con-
troversia de relevancia jurídica.
De allí que nuestra Constitución reconozca expresamente, como uno
de los principios y derechos de la función jurisdiccional, a la pluralidad de
instancia (inciso 6 del artículo 139), derecho constitucional que solo puede
materializarse en los procesos judiciales y administrativos a través de los
medios impugnatorios.
Nuestro Tribunal Constitucional ha emitido diversos pronunciamientos
en los que reconoce la importancia del derecho a la pluralidad de instancia.
Así, ha establecido que este constituye una garantía consustancial del dere-
cho al debido proceso, mediante el cual se persigue que lo resuelto por un
juez de primera instancia pueda ser revisado por un órgano funcionalmen-
te superior, y de esa manera se permita que lo resuelto por aquel, cuando
menos, sea objeto de un doble pronunciamiento jurisdiccional. Agrega el
Colegiado Constitucional que, a tal efecto, se han establecido distintos ni-
veles jerárquicos en la administración de justicia, mediante los cuales se
procura dar mayores garantías al procesado para ejercer su defensa. Este
diseño del órgano jurisdiccional, desde luego, no supone ningún nivel de

26
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

subordinación o dependencia de la instancia inferior respecto a las superio-


res, pues todos los jueces y tribunales son independientes en el ejercicio de
la función jurisdiccional, encontrándose sometidos únicamente al Derecho,
mediante la Constitución y la ley(27).
En la medida que permite a los justiciables ejercer de manera plena su
defensa, el derecho a la pluralidad de instancia se erige como un elemento
fundamental en el ejercicio de la administración de justicia.
Ahora bien, el derecho a la pluralidad de instancia es recogido en nues-
tro ordenamiento procesal civil como el derecho a la doble instancia, en
los términos expresados en el artículo X del Título Preliminar del Código
Procesal Civil(28).
Además, se materializa mediante el uso de los medios impugnatorios
previstos en el mencionado código. Sobre el particular, el artículo 355 esta-
blece que mediante aquellos las partes o terceros legitimados solicitan que se
anule o revoque, total o parcialmente, un acto procesal presuntamente afec-
tado por vicio o error.
Existen dos clases de medios impugnatorios: los remedios y los recur-
sos. Los primeros son aquellos medios impugnatorios que pueden formularse
contra actos procesales no contenidos en resoluciones; mientras que, por el
contrario, los recursos son los medios impugnatorios que pueden formularse
por quien se considere agraviado por una resolución o parte de ella. Es claro
entonces que la relación entre medio impugnatorio y recurso es una relación
entre género y especie.
Nuestra legislación procesal civil reconoce tres clases de recursos:
la reposición, la apelación y la casación. Cada uno de estos está dirigido a
impugnar las resoluciones que un juez puede expedir, a saber, los decretos,
autos y sentencias.
De esta manera, la reposición es el recurso que procede para impug-
nar los decretos, esto es, las resoluciones ordenatorias del proceso, de escasa
trascendencia y de mero trámite. Se interpone ante el mismo juez que ha ex-
pedido la resolución que provoque agravio en un plazo no mayor de tres días
de notificada la resolución.

(27) Sentencia del Tribunal Constitucional recaida en el Expediente Nº 0023-2003-AI/TC (ff. jj. 49-50).
(28) Código Procesal Civil:
“Artículo X.- Principio de doble instancia.- El proceso tiene dos instancias, salvo disposición legal distinta”.

27
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

Por su parte, la apelación es el recurso que tiene por objeto que el órga-
no jurisdiccional superior examine, a solicitud de parte o de tercero legitima-
do, la sentencia y autos emitidos que le produzcan agravio, con la finalidad
de que sea anulada o revocada, total o parcialmente.
Finalmente, tenemos al recurso de casación que, como hemos visto,
se interpone contra las sentencias y autos expedidos por las salas superiores
que, como órganos de segundo grado, ponen fin al proceso, con la finalidad
de que la Corte Suprema proceda a revocar la resolución impugnada con la
finalidad de lograr la adecuada aplicación del derecho objetivo al caso con-
creto y la uniformidad de la jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de
Justicia.
En conclusión, la casación debe ser entendida como parte integrante de
este grupo llamado recursos que, a la vez, pertenece al género de medios
impugnatorios. Claro está que es un recurso con elementos especiales, como
veremos a continuación.

2. Se trata de un recurso extraordinario


El recurso de casación tiene naturaleza extraordinaria en la medida de
que procede excepcionalmente cuando se cumplen determinados requisitos y
siempre que se haya agotado la impugnación ordinaria.
Sobre el particular, De la Plaza afirma que este medio impugnato-
rio “puede ser calificado como extraordinario porque, en relación con los
demás, solo se autoriza por motivos preestablecidos, que (...) constituyen un
numerus clausus, y que no pueden ser ampliados ni extendidos por interpre-
tación analógica; y, porque, además, también en contraste con los recursos
ordinarios, limita los poderes del tribunal ad quem, obligado a decidir dentro
del círculo que el recurso le traza y que no es posible rebasar”(29).
Siguiendo esa línea de pensamiento, la Casación Nº 1227-2001/Lima
expresa que “El recurso de casación (…) es un recurso extraordinario por
cuanto su viabilidad solo es factible en casos extraordinarios, especialmente
cuando se ha infringido la norma positiva en las resoluciones expedidas por

(29) DE LA PLAZA, Manuel. La casación civil. Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1944, pp. 33-34.

28
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

los organismos que evalúan los hechos y los medios probatorios, esto es, por
los órganos judiciales de mérito”(30).
Entonces, el carácter extraordinario de este recurso vendría a estar con-
figurado por dos elementos: el agotamiento de los recursos ordinarios y por
las limitaciones que imponen tanto a las partes como a la Corte de Casación.
Veamos:
a) Agotamiento de los recursos ordinarios
En relación al primero de estos elementos debemos señalar que la im-
posibilidad de solicitar el recurso de casación mientras no se hayan agotado
los recursos ordinarios que proceden contra el fallo (esto es, la reposición y
la apelación(31)) se encuentra consagrada en el inciso 1 del artículo 387 del
Código Procesal Civil, que establece que uno de los requisitos de admisi-
bilidad del recurso de casación es que se interponga contra las sentencias
y autos expedidos por las salas superiores que, como órganos de segundo
grado, ponen fin al proceso.
Por lo tanto, por este elemento, la casación surge como último recurso
agotada la impugnación ordinaria.
b) Por las limitaciones impuestas a las partes como a la Corte de
Casación
El recurso de casación es extraordinario también en atención de que las
partes no pueden interponerlo si no lo han fundamentado debidamente en
las causales taxativamente establecidas en la norma procesal (la infracción
normativa y el apartamiento inmotivado de un precedente judicial). Esto sig-
nifica que no puede interponerse alegando únicamente las causales generales
de los medios impugnatorios ni mucho menos arbitrariamente, sino que se
requieren expresar, demostrar y justificar las causales previstas en la norma
para la procedencia de la casación.

(30) Casación N° 1227-2001/ Lima, emitida por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia y publicada en el diario oficial
El Peruano el 30 de setiembre de 2001.
(31) Antes de las reformas introducidas por la Ley Nº 29364, en nuestro Código Procesal Civil de Casación se regulaba el instituto
conocido como casación por salto, por el cual procedía el recurso de casación contra las sentencias de primera instancia cuando las
partes expresaban su acuerdo de prescindir del recurso de apelación, mediante un escrito con firmas legalizadas ante el secretario
de juzgado y siempre que no estuvieran involucrados derechos irrenunciables. Esta era, entonces, una excepción al elemento de
la extraordinariedad de la casación que estamos comentando. Hoy esa institución ya no se encuentra vigente en el texto actual de
nuestro Código Adjetivo debido principalmente a su nula o escasa utilización por los justiciables y sus abogados durante los más de
dieciséis años que estuvo prevista en la norma.

29
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

Esta es una de las características más representativas de la casación que


suele ser utilizada para distinguirla de otros medios impugnatorios. Por lo
tanto, para su admisión a trámite se exige que el justiciable no solo exprese
sino también argumente determinados motivos, los que limitan (al menos en
teoría) las posibilidades de interponer dicho recurso de manera excesiva o
con fines meramente dilatorios del proceso(32).
Así, el artículo 388 del Código Procesal Civil establece que constitu-
yen requisitos de procedencia de la casación que el recurrente describa con
claridad y precisión la infracción normativa o el apartamiento del precedente
judicial. Pero no solo eso, sino que también demuestre en su escrito la inci-
dencia directa de la infracción sobre la decisión impugnada.
Y, finalmente, el recurrente está obligado a indicar si su pedido casato-
rio es anulatorio o revocatorio. Si fuese anulatorio, deberá precisar si es total
o parcial, y si es este último, deberá señalar hasta dónde debe alcanzar la nu-
lidad. Por el contrario, si el pedido casatorio fuera revocatorio, el recurrente
deberá precisar en qué debe consistir la actuación de la Corte Suprema.
Pero así como a las partes les es exigible cumplir estos requisitos para
interponer el recurso, igualmente la Corte Casatoria no puede (léase, no de-
bería) conocer el caso que le es presentado en casación con la amplitud que
sí le corresponde a un tribunal de segundo grado.
Con esto queremos decir que a la Corte Suprema no solo debería co-
rresponderle actuar dentro de los márgenes establecidos en el propio recur-
so, sino que también debe comportarse como Corte Casatoria (con todas
las implicancias que esto determina) y no como órgano de tercer grado, lo
que lamentablemente observamos con mucha frecuencia en nuestra realidad
judicial.
Pese a este comportamiento que observamos en las salas civiles de la
Corte Suprema, existen pronunciamientos de estas que al menos en teoría
expresan estas limitaciones. Así, por ejemplo, la Casación N° 926-95/Cono
Norte-Lima ha establecido que “la competencia de la Corte se encuentra li-
mitada a las cuestiones que le son sometidas a su consideración, no pudiendo

(32) La necesidad de expresar motivos justificatorios para la admisión a trámite de la casación estuvo presente desde el origen mismo
del recurso. En efecto, la originaria casación francesa de la época revolucionaria ya exigía estos motivos, si bien de un modo rudi-
mentario. En efecto, la Ley institutiva de la casación de 27 noviembre - 1 diciembre de 1790 (Loi pour la formation d’un tribunal de
cassation) aludió, por una parte, a la anulación “toutes procédures dans lesquelles les formes auront été violées” porque se trataba
de “formes de procédure prescrites sous peine de nullité”, y por otra a la “contravention expresse au texte de la loi”.

30
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

conocer la Corte, oficiosamente, de las cuestiones que no se le hayan plan-


teado concretamente, de modo tal que toda conclusión contenida en la re-
solución recurrida que no sea materia de impugnación es intangible para la
Corte”(33).
En el mismo sentido, en la Casación N° 165-94/La Libertad se expresa
que “la actividad casatoria tiene que circunscribirse estrictamente en torno a
los fundamentos expuestos por la recurrente, tal como específicamente se en-
cuentran previstos en la ley, de modo que no resulta factible examinar todo
el proceso para encontrar oficiosamente el quebranto de normas no denun-
ciadas, por cuanto ello implicaría una labor netamente jurisdiccional”(34).
Por último, resulta interesante citar un voto en discrepancia que emitie-
ra en su momento el magistrado Sánchez-Palacios: “Que los poderes de la
Sala de Casación están delimitados por los extremos del recurso que conoce
y por las causales invocadas que se declararon procedentes en la calificación
(…) En otras palabras, la Sala [Suprema] solo se pronuncia sobre lo que es
puntual materia de denuncia en el recurso de casación. El recurso de casa-
ción es la causa petendi que enmarca la intervención de la Corte Suprema
y se asemeja al petitorio de una demanda que el juez no puede exceder. Los
fundamentos del recurso de casación no son otra cosa que una propuesta de
fundamentación para la sentencia de casación que se desea obtener”(35).
Por su parte, la Casación N° 1251-2000/Piura enfatiza que, debido al
carácter extraordinario del recurso, la Corte Casatoria no se encuentra fa-
cultada para analizar cuestiones de hecho, pues esto corresponde exclusi-
vamente a los órganos de grado. En efecto, en dicha sentencia suprema se
señala que “La casación es un recurso extraordinario en el cual solamente se
discuten aspectos relacionados con cuestiones de derecho, no siendo posible
por lo tanto analizar por esa vía aspectos fácticos; por ello es que la Corte
Suprema no puede modificar las conclusiones fácticas establecidas por los
órganos inferiores”(36). En igual sentido, tenemos a la Casación N° 591-96/
Lima, en la que la Sala Civil de la Corte Suprema señala que “No son sus-
ceptibles de denunciarse en casación la incorrecta apreciación de los hechos,

(33) Casación N° 926-95/Cono Norte-Lima, emitida el 1 de abril de 1996 por la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia.
(34) Casación N° 165-94/La Libertad, emitida el 4 de julio de 1995 por la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema
de Justicia.
(35) Casación Nº 297-2006/Puno. Voto en discrepancia.
(36) Casación N° 1251-2000/Piura, de la Sala Civil Permanente, publicada en el diario oficial El Peruano el 1 de marzo de 2001,
pp. 6999-7000.

31
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

conducente a la determinación de la premisa menor del silogismo judicial,


pues del error en la determinación de los hechos no se pueden extraer con-
clusiones que sean de aplicación a la generalidad de casos semejantes”(37).
De igual modo, ante un recurso de casación que en el fondo pretendía
que la Corte Suprema analizara la voluntad de las partes contenida en un
contrato, se señaló que “La impugnante pretende que esta Corte realice una
interpretación de las cláusulas de la escritura pública de garantía hipotecaria
submateria, lo cual resulta ajeno a los fines del extraordinario recurso de ca-
sación porque implica un examen de la voluntad de las partes acordadas en
el título de ejecución”(38).
Estaríamos en un escenario ideal si es que las jurisprudencias antes ci-
tadas fuesen una tendencia unívoca de nuestra Corte Suprema. Sin embargo,
esto no es así porque en nuestro país, jurisprudencialmente, se ha realizado
una excepción a esta limitación de la Corte Suprema para conocer asuntos
que no han sido expresa y claramente alegados por el recurrente en su escrito
de casación. Nos referimos a la utilización de los deberes de los magistrados
para conducir el proceso que se suele emplear como motivo de justificación
para que la Corte Suprema pueda mirar más allá de lo peticionado por el
justiciable.
Así, por ejemplo, en la Casación N° 20-94/Ayacucho, la Corte Suprema
señaló que “si bien la actividad casatoria debe circunscribirse estrictamente
a los fundamentos expuestos por el recurrente, no menos cierto es que tal
exigencia formal no impide al juzgador verificar una correcta calificación de
los hechos denunciados en uso de la facultad que le confiere el inciso 1 del
artículo 50 del Código Procesal Civil”(39).
Como vale la pena recordar, el inciso 1 del artículo 50 del mencionado
código establece que constituye deber de los jueces dirigir el proceso, velar
por su rápida solución, adoptar las medidas convenientes para impedir su pa-
ralización y procurar la economía procesal.
No obstante, consideramos que resulta válido cuestionar esta intromi-
sión que se evidencia en algunos pronunciamientos de la Corte Suprema.

(37) Casación N° 591-96/Lima, emitida el 3 de setiembre de 1996 por la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia.
(38) Casación N° 2969-2000/Arequipa, de la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia, publicada en el diario oficial El
Peruano el 1 de marzo de 2001, p. 6987.
(39) Casación N° 20-94/Ayacucho, emitida el 21 de noviembre de 1994 por la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia.

32
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

En aras del deber de dirigir el proceso no nos parece ajustado a derecho que
se deje a un lado el carácter excepcional del recurso de casación. Una vez
más la función dikelógica del recurso (aplicar la justicia al caso concreto)
aparece aquí como un elemento distorsionador del correcto empleo de la
casación.

3. Es un recurso vertical
Podemos señalar que el recurso de casación es de carácter vertical por-
que su resolución corresponde única y exclusivamente a la Corte Suprema,
esto es, al órgano jurisdiccional supremo de nuestra judicatura.
A diferencia de la reposición, en la que es el mismo juez el que resuelve
el recurso, en el caso de la casación solo es posible que sean algunas de las
salas de la Corte Suprema las que se encarguen de resolver este recurso.
Así lo establece expresamente el inciso a) del artículo 32 del Texto
Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, Decreto Supremo
Nº 017-93-JUS, publicado el 20 de julio de 1993, cuando precisa que la
Corte Suprema conoce de los recursos de casación con arreglo a la ley pro-
cesal respectiva. Igualmente, el inciso a) del artículo 33 de la mencionada
norma establece que las Salas Civiles de la Corte Suprema conocen de los
recursos de casación de su competencia.
Tanto la casación como la apelación son recursos verticales, pues en
ambos casos es el superior jerárquico el encargado de pronunciarse sobre la
impugnación presentada por el justiciable. Sin embargo, la diferencia entre
ambos recursos radica en que, a diferencia de la casación, la apelación puede
ser resuelta por diversos órganos jurisdiccionales (salas supremas, superiores
o juzgados especializados) dependiendo del órgano jurisdiccional que expide
la resolución impugnada.
En efecto, además del supuesto ordinario en el que una sala superior
conoce y resuelve el recurso de apelación presentado contra una sentencia
expedida por un juzgado especializado en lo civil, también puede ocurrir que
en algunos casos sea la sala superior la que resuelve en primer grado, por
lo que en este supuesto corresponderá a una de las salas civiles de la Corte
Suprema conocer y resolver en apelación la eventual impugnación a la sen-
tencia de la corte superior.
Puede ocurrir también que sea un juez de paz el que actúe como primer
grado y sea el juzgado especializado en lo civil el que resuelva en segundo

33
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

grado, como sucede con algunos procesos de alimentos por la cuantía de


estos.
Este escenario de multiplicidad de órganos jurisdiccionales competen-
tes para conocer en apelación lo resuelto por su inferior jerárquico no se pre-
senta en el caso de la casación, pues únicamente corresponderá a la Corte
Suprema la labor de conocer y resolver este recurso, facultad que es exclusi-
va e indelegable.

4. Es un recurso que puede tener efectos negativos o positivos


Dependiendo de los efectos de la sentencia casatoria puede señalarse
que el recurso de casación puede en algunos casos ser negativo y en otros
positivo.
El recurso de casación tendrá efectos negativos cuando la Corte
Casatoria simplemente anula o deja sin efecto la resolución impugnada, or-
denando al órgano que la emitió que expida nueva sentencia conforme a lo
señalado en los considerandos de la sentencia casatoria. Y, por su parte, el
recurso de casación tendrá efectos positivos cuando la Corte Suprema refor-
ma o sustituye la resolución impugnada.
Sobre el particular, el artículo 396 del Código Procesal Civil estable-
ce que si la Sala Suprema declara fundado el recurso por infracción de una
norma de derecho material, la resolución impugnada deberá revocarse, ín-
tegra o parcialmente, según corresponda. También se revocará la decisión
si la infracción es de una norma procesal que, a su vez, es objeto de la de-
cisión impugnada. Igualmente, el artículo citado prescribe que si se declara
fundado el recurso por apartamiento inmotivado del precedente judicial,
la Corte procederá a revocar la resolución impugnada. Como puede apre-
ciarse, en estos casos la sentencia casatoria tiene efectos positivos, porque
la Corte Suprema reforma directamente la resolución emitida por la Corte
Superior.
Pero el artículo 396 también contempla los casos en los que la casación
tendrá efectos negativos, al establecer que si la infracción de la norma proce-
sal produjo la afectación del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva o del
debido proceso del impugnante, la Corte Suprema debe casar la resolución
impugnada y, además, según corresponda, alternativamente, deberá: i) orde-
nar a la Sala Superior que expida una nueva resolución; o, ii) anular lo actua-
do hasta la foja que contiene la infracción inclusive o hasta donde alcancen

34
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

los efectos de la nulidad declarada, y ordenar que se reinicie el proceso; o,


iii) anular la resolución apelada y ordenar al juez de primer grado que expida
otra; o, iv) anular la resolución apelada y declarar nulo lo actuado e impro-
cedente la demanda.

5. Es un recurso que se concede con efecto suspensivo


El recurso de casación tiene efectos suspensivos en la medida en que
su admisión a trámite origina que los efectos de la resolución impugnada se
mantendrán en suspenso hasta que la Corte Suprema no expida sentencia ca-
satoria. Así lo dispone el artículo 393 del Código Procesal Civil:
“Artículo 393.- Suspensión de los efectos de la resolución
impugnada
La interposición del recurso suspende los efectos de la resolución
impugnada.
En caso de que el recurso haya sido presentado ante la Sala
Suprema, la parte recurrente deberá poner en conocimiento de la
Sala Superior este hecho dentro del plazo de cinco días de inter-
puesto el recurso, bajo responsabilidad”(40).
Esta es una de las características más criticadas por la doctrina, pues
se considera que el hecho de que la mera interposición del recurso genere la
suspensión de los efectos de la resolución impugnada genera un incentivo,
para muchos irresistible, de presentar este recurso con el afán de postergar
indebidamente las consecuencias de un fallo adverso en segundo grado.
Así, son varios comentaristas que señalan como una grave omisión de
la Ley Nº 29364 el no haber corregido el efecto suspensivo del recurso. Así,
el profesor Monroy Gálvez ha señalado que “Un trabajo estadístico hecho en
la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema hace un tiempo, por el señor
juez supremo Manuel Sánchez-Palacios Paiva, determinó que más del 90%
de los recursos de casación son declarados improcedentes. Este dato tiene
varios significados. Ahora me quedo con el siguiente: el recurso de casación

(40) Cabe señalar que este texto es el que se encuentra actualmente vigente de conformidad con el artículo 1 de la Ley N° 29364,
publicada el 28 de mayo de 2009, que dispuso modificar el texto original del artículo 393. Este era como sigue:
“Art. 393.- Tramitación del recurso.
La interposición del recurso suspende la ejecución de la sentencia. Declarado admisible el recurso, la Sala tiene veinte días para
apreciar y decidir su procedibilidad. La resolución que declara procedente el recurso, fija el día y la hora para la vista del caso. La
fecha fijada no será antes de los quince días de notificada la resolución con que se informa a los interesados”.

35
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

es interpuesto regularmente para demorar la ejecución de la decisión. Esto es


tan real que desde que se interpone el recurso hasta que se devuelve el expe-
diente transcurre en promedio un año y medio. Entonces, se viene compli-
cando el trabajo de las salas supremas, civiles y constitucionales, con el sim-
ple expediente de presentar un recurso de casación defectuoso. Para evitar
ello se reguló, en el proyecto que el Congreso tuvo en sus manos pero que
descartó sin que se sepa por qué, que las sentencias de condena –aquellas
que contienen prestaciones de dar, hacer y no hacer cuando son amparadas–
puedan irse ejecutando. Para tal efecto se reguló también un puntual desarro-
llo de la ejecución de la sentencia impugnada. Lamentablemente, todo esto
quedó fuera”(41).
El citado autor expresa su sospecha de que esta situación generará
una mayor congestión en la Corte Suprema, hecho que paradójicamen-
te se quiso revertir con las reformas efectuadas por la Ley Nº 29364: “Lo
grave de lo ocurrido es que regular la ‘infracción normativa’ sin estos dos
poderosos diques [el doble y conforme, y el efecto no suspensivo del re-
curso], puede determinar, ante una Suprema que no esté preparada para lo
que se viene, que el recurso se masifique y se convierta simplemente en
un grado más en la práctica. Vale decir, que se produzca exactamente lo
que el Congreso parece haber querido desterrar: el flujo incontrolable de
recursos”(42).
La profesora Guerra Cerrón sostiene que hubiese sido preferible que
el efecto suspensivo del recurso operara desde el momento de su declara-
ción de procedencia y no desde su admisión a trámite: “La sola presentación
(interposición) del recurso suspende la ejecución. Se mantiene este precepto
por excesiva cautela y ello mantiene a la Sala Casatoria como una instancia
más. Por último si se hubiese querido avanzar en el cambio de la cultura
del litigante hacia el certiorari, si no se desea aún eliminar la suspensión, se
hubiera establecido esta, pero recién cuando el recurso haya sido declarado
procedente, garantizando la tutela cautelar a quien en cuyo favor se ha deci-
dido el Derecho”(43).
Nosotros no podemos estar en desacuerdo con dichas posiciones. En
efecto, que se haya mantenido el efecto suspensivo del recurso no permite

(41) MONROY GÁLVEZ, Juan. Ob. cit., p. 16.


(42) MONROY GÁLVEZ, Juan. Loc. cit.
(43) GUERRA CERRÓN, María Elena. Ob. cit., p. 31.

36
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

otorgar tutela judicial realmente efectiva al justiciable, porque hay situacio-


nes en las que sí es posible ejecutar lo decidido pese a que se haya interpues-
to la casación. En resumen, en las reformas propuestas por la Ley Nº 29364
se ha perdido una valiosa oportunidad para establecer como regla general la
no suspensión de los efectos de la resolución recurrida en casación o algún
mecanismo de ejecución de la sentencia impugnada.
Incluso en la propuesta Nº 8 de la Comisión Especial para la Reforma
Integral de la Administración de Justicia (más conocida por sus siglas,
Ceriajus(44)) se planteó la siguiente fórmula:
“Artículo 393.- Ejecución de la sentencia impugnada.- La inter-
posición del recurso no suspende la ejecución de las sentencias de
condena.
393.I. Suspensión de la ejecución.- La Sala Superior que expidió
la sentencia impugnada dispondrá, a pedido de parte y mediante
auto inimpugnable, que la ejecución sea suspendida, total o par-
cialmente, siempre que se preste caución dineraria por el monto de
la ejecución. Cuando la ejecución no tenga contenido patrimonial,
la Sala determinará el monto de la caución dineraria atendiendo a
criterios de equidad”.
Dicha propuesta tiene el enorme mérito de convertir en excep-
ción lo que ahora es la regla: el efecto suspensivo del recurso casatorio.
Lastimosamente, no fue recogida por nuestros legisladores y se optó, en este
caso sí tímidamente, por mantener el carácter suspensivo del recurso.
Sobre este tema no podemos dejar de señalar que una posición minori-
taria, que no compartimos íntegramente, pero que no podemos dejar de re-
conocer su validez, es la que sustenta Juan Carlos Lozano Bambarén, para
quien no existe problema alguno en que la admisión a trámite del recurso
genere la suspensión de la resolución recurrida. En efecto, el citado autor
señala que “En sede nacional existe una marcada resistencia al acotado efec-
to, pues se piensa que es frecuentemente utilizado como un instrumento de
dilación del proceso –en muchos casos evidentemente acontece así–; sin

(44) Comisión especial creada por el Congreso de la República mediante Ley N° 28083 del 4 de octubre de 2003 con el propósito de
realizar un análisis integral y formular propuestas de mejora del proceso civil peruano. Con fecha 24 de abril de 2004, la CERIAJUS,
entregó al Poder Ejecutivo el Plan Nacional de Reforma Integral de la Administración de Justicia. Este documento contiene una serie
de propuestas de carácter normativo, que van desde la reforma parcial de la Constitución hasta la reforma a las leyes orgánicas, có-
digos y normas conexas. Muchas de estas propuestas han sido aprobadas por el Pleno del Congreso y convertidas en ley (aunque
algunas con no pocas deformaciones). Otras están esperando la oportunidad para ser aplicadas.

37
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

embargo, estoy en absoluto desacuerdo con tal posición, pues, si el problema


es el operador y no el recurso, no veo razón por la que se debe atacar a este y
no a aquel”(45).

(45) LOZANO BAMBARÉN, Juan Carlos. Ob. cit., p. 88.

38
Losfines
Capítulo
esencialesde
lacasación 3
CAPÍTULO
3
Los fines esenciales de la casación

I. REGULACIÓN DE LOS FINES DE LA CASACIÓN

El texto actualmente vigente del artículo 384 del Código Procesal Civil,
conforme a la modificación efectuada por la Ley N° 29364, publicada el 28
de mayo de 2009, es el siguiente:
“Artículo 384.- Fines de la casación
El recurso de casación tiene por fines la adecuada aplicación del
derecho objetivo al caso concreto y la uniformidad de la jurispru-
dencia nacional por la Corte Suprema de Justicia”.
El texto anterior de este artículo disponía que:
“Art. 384.- Fines de la casación.-
El recurso de casación tiene por fines esenciales la correcta apli-
cación e interpretación del derecho objetivo y la unificación de la
jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de Justicia”.
En nuestra opinión, las modificaciones introducidas por la Ley
Nº 29364 han tenido el gran defecto de introducir, casi inadvertidamente,
el fin dikelógico de la casación, al mismo nivel que los fines nomofilácti-
co y uniformador. Esto podría generar, por las razones que ahondaremos a
continuación, el gran inconveniente de convertir a la Corte Suprema en una

41
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

tercera instancia, esto es, analizando el fondo del asunto como si se tratase
de un órgano de apelación.
Pero, para entender nuestro aserto, es necesario que analicemos con de-
talle los tres fines que la doctrina reconoce al recurso de casación, luego ana-
lizaremos las posiciones expuestas por la doctrina sobre el particular, para
posteriormente reafirmar nuestra posición.

II. ANÁLISIS SOBRE LOS FINES DE LA CASACIÓN

Tradicionalmente se ha entendido que eran dos las funciones del recur-


so de casación (la nomofiláctica y la uniformadora). Sin embargo, en nuestro
país –especialmente a nivel de nuestra judicatura– se suele mencionar un fin
adicional, que es la dikelógica o diketológica, que en doctrina suele conside-
rarse derivada de la nomofiláctica, aunque algunos otros las consideran en-
frentadas y excluyentes.
Pues bien, para efectos didácticos, podríamos decir que los tres fines
que se le reconocen a la casación son los siguientes:

1. La función o fin nomofiláctico


La expresión “nomofiláctica” proviene de dos palabras griegas, nomo
(que significa ley) y philasso (que puede ser traducida como guardar o
cuidar).
Mediante esta función asignada a la casación se busca que dicho re-
curso permita controlar la correcta observancia de la norma jurídica, lo cual
equivale a la defensa de la ley contra las arbitrariedades de los jueces en su
aplicación(46). En otras palabras, se busca la determinación de la exacta ob-
servancia y significado abstracto de las leyes(47), la defensa de la norma ma-
terial, sustantiva u objetiva, en aras de corregir la aplicación o interpretación
de la norma jurídica efectuada por los jueces de primer y segundo grado.
El término nomofiláctico fue acuñado por el ilustre procesalista
Calamandrei para denotar que lo que se busca con la casación es la deter-
minación de la exacta observancia y significado abstracto de las leyes. Así,

(46) Casación N° 3501-2001/ Cajamarca (El Peruano, 2 de febrero de 2004, pp. 11404-11405).
(47) Casación N° 2636-2000 /Lima (El Peruano, 30 de abril de 2001, pp. 7204-7205).

42
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

en contraposición de lo que ocurre con otros medios impugnatorios (como


la apelación), no se busca con la casación remediar la injusticia del caso
particular sino la recta y correcta aplicación de las leyes, buscándose el jus
constitutionis, esto es, el carácter público de la casación, por encima del jus
litigatoris, o sea, los intereses particulares de las partes.
Esta es la primera de las funciones que históricamente se le reconoció
a la casación, pues, como anotamos en el primer capítulo de esta obra, este
instituto nació en 1790 cuando la Asamblea Constituyente francesa creó el
Tribunal de Cassation con su objetivo de anular las sentencias pronunciadas
en última instancia por el Poder Judicial francés –al que los revolucionarios
consideraban muy afín al régimen absolutista derrocado y, por lo tanto, un
obstáculo para las reformas sociales que ellos propugnaban– y que estuvie-
ran viciadas por una expresa contravención al texto de la ley o por una vio-
lación a las normas del proceso, sin que dicho Tribunal pudiese conocer el
fondo del asunto porque, al no ser parte de la judicatura, carecía de las facul-
tades necesarias para resolver una litis. La labor del Tribunal de Cassation
era simplemente revocar la decisión judicial que analizaba y reenviarla a la
corte de origen para que esta expida un nuevo fallo.
Así, en palabras de Calamandrei, “En los decenios inmediatos siguien-
tes a la fundación del Tribunal de Cassation en Francia se entendió que la
finalidad predominante o más bien la única del instituto era la defensa de
la ley de las arbitrariedades del Poder Judicial; y esta concepción no podía
considerarse equivocada, cuando el órgano de casación se ponía fuera del or-
denamiento judicial, en una situación intermedia entre el Poder Legislativo y
el poder jurisdiccional que le permitía censurar la actividad de los jueces sin
participar en ella”(48).
Por lo tanto, la función nomofiláctica suele ser considerada (y de hecho
lo es) como el principal fin de la casación. Permite a la Corte Suprema ejer-
cer una función de control jerárquico sobre los jueces inferiores (primer y
segundo grado), en la medida que realiza el examen de las sentencias que se
presuman contrarias a Derecho.
En sede jurisprudencial encontramos algunas sentencias casatorias que
hacen mención expresa a la finalidad nomofiláctica del recurso. “Una de las
finalidades del recurso de casación es que ejerce la función nomofiláctica,

(48) CALAMANDREI, Piero. La casación civil (Bosquejo general del instituto). Vol. 3. Trad. de Santiago Sentís Melenado. Oxford
University Press, México D.F., 2000, pp. 86 y 87.

43
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

pues controla la correcta observancia de la norma jurídica, lo cual equi-


vale a la defensa de la ley contra las arbitrariedades de los jueces en su
aplicación”(49). De igual manera, la Casación Nº 2636-2000/Lima establece
que este medio impugnatorio tiene “una finalidad nomofiláctica, es decir, lo
que busca es la determinación de la exacta observancia y significado abstrac-
to de las leyes”(50).

2. La función o fin uniformador


Por esta función, lo que se pretende es la unificación de la jurispruden-
cia nacional, con el propósito de lograr que los justiciables encuentren pre-
decibles los fallos judiciales y de esta manera se evidencie el respeto a la
igualdad ante la ley.
Esto último es realmente importante pues las diversas interpretacio-
nes que cada juez pueda realizar de lo que está previsto en la norma pueden
generar que los particulares (los justiciables) vean comprometido el princi-
pio de igualdad ante la ley, que reconoce el numeral 2 del artículo 2 de la
Constitución Política.
Sobre el particular, nuestro Tribunal Constitucional ha establecido, en
su sentencia normativa recaída en el Expediente Nº 0023-2005-PI/TC, que
dicho principio “se configura como límite al actuar de órganos públicos, tales
como los jurisdiccionales y administrativos. Exige que estos, al momento de
aplicar la ley, no deban realizar tratos diferentes entre casos que son sustan-
cialmente iguales. En otros términos, la ley debe ser aplicada de modo igual
a todos aquellos que se encuentren en la misma situación, sin que el aplica-
dor pueda establecer diferencia alguna en razón de las personas o de circuns-
tancias que no sean las que se encuentren presentes en la ley”(51).
Justamente mediante la función de unificación de la jurisprudencia, la
Corte Suprema puede orientar a los jueces inferiores para lograr que ante
casos similares los tribunales resuelvan de manera idéntica, a fin de resguar-
dar el principio de igualdad ante la ley y, además, el de certidumbre jurídica.

(49) Casación Nº 3501-2001-Cajamarca, emitida por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de la República y publicada en El
Peruano del 2 de febrero de 2004, pp. 11404-11405.
(50) Casación Nº 2636-2000/Lima, emitida por la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de la República y publicada en El Peruano
del 30 de abril de 2001, pp. 7204-7205.
(51) Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Exp. Nº 0023-2005-PI/TC, f.j. 68, publicada en el diario oficial El Peruano el 1 de
diciembre de 2006.

44
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

Obviamente, esta unidad de criterio será exigible, salvo que ocurran


circunstancias que justifiquen un apartamiento de los criterios expuestos por
aquella. Así, por ejemplo, Juan Carlos Bambarén refiere que “la unificación
de la jurisprudencia por la Corte de Casación tampoco significa que los jue-
ces inferiores deban sujetarse a ella, sino que la deben estudiar y tener como
guía importante, pero si la consideran equivocada, pueden y deben apartarse
de ella e insistir en sus puntos de vista, dándole a la Corte de Casación la
oportunidad de revisarla y reformarla”(52).
Más adelante, el citado autor agrega que “la unificación de la jurispru-
dencia significa tendencia a la uniformidad de la interpretación judicial en el
espacio, de modo que en cierto momento la norma jurídica sea interpretada
del mismo modo en todo el territorio del Estado; pero no en el tiempo. La
uniformidad en el tiempo no pertenece ni es inherente a la casación. Y por
esto, aquella ha sido regulada expresamente en el artículo 400 del Código
Procesal Civil, que establece el pleno casatorio como una forma de prece-
dente obligatorio”(53).

3. La función o fin dikelógico


Por esta función, la casación debe propender a la justicia en el caso en
concreto. A primera vista parece ser una finalidad muy altruista y que pro-
pendería a restablecer el valor justicia en el proceso civil; sin embargo, mu-
chos autores coinciden en señalar que esta finalidad es en el fondo una de las
razones por las cuales el recurso de casación no ha cumplido debidamente
con los roles que le han sido asignados.
Tal vez sea Fernando de la Rúa, ex presidente de Argentina, pero sobre
todo destacado procesalista, uno de los autores que más ha defendido en
nuestro continente la finalidad dikelógica del recurso de casación. Así, el
mencionado autor afirma que “El interés en particular, que se hace valer con
el recurso, es el que tiene preeminencia en la disciplina legal del instituto. Si
esa preeminencia fuera acordada, en cambio, a la finalidad política de uni-
formizar la jurisprudencia, la ley hubiera establecido el examen obligatorio
e inevitable de todas las sentencias, en el solo interés de la ley, y en este
supuesto con eficacia sobre el caso concreto”(54).

(52) LOZANO BAMBARÉN, Juan Carlos. Ob. cit., p. 102.


(53) Ibídem, p. 103.
(54) DE LA RÚA, Fernando. Ob. cit., p. 22.

45
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

En sede jurisprudencial cada vez es mayor la tendencia que considera


que el recurso de casación no solo tiene una función nomofiláctica y uni-
formadora, sino también corresponde reconocerle un rol dikelógico. Así, es
emblemático que podamos citar la Casación Nº 4361-2001/San Martín, la
que prescribe que “la casación es un recurso que tiene las siguientes fina-
lidades: a) nomofiláctica, esto es, juzga el derecho material y procesal; b)
uniformadora, es decir, tiende a la unificación de la jurisprudencia nacional;
y, c) dikelógica, vale decir, la aplicación de la justicia al caso concreto”(55).
Igualmente, en la Casación Nº 1417-2000/Lambayeque se señala que
“si bien es cierto que excepcionalmente la Corte podría entrar a ejercer (…)
una función dikelógica en los casos que exista arbitrariedad manifiesta, esta
función solo será ejercida cuando le haya sido propuesta adecuadamente por
el recurrente bajo una denuncia in procedendo en la que se invoque expresa-
mente lo que se conoce como la doctrina de la arbitrariedad o del absurdo; y,
que el defecto revista tal gravedad que amerite que esta Sala se aparte de los
cánones formales del recurso”(56).
También existen otros pronunciamientos supremos que parecen enten-
der que la función dikelógica forma parte o es anexa a la función nomofilác-
tica del recurso. Por ejemplo, en la Casación N° 3889-2000/Lima se afirma
que “La casación, en su finalidad principal, de ser un medio del control no-
mofiláctico de las resoluciones judiciales, también comprende el control para
evitar la violación de normas y principios que regulan lo relativo a los me-
dios probatorios, cumpliendo así el recurso con la finalidad dikelógica que la
doctrina casatoria viene impulsando”(57).
El profesor Monroy Gálvez ha sido crítico con la recepción de la fun-
ción dikelógica de la casación, al señalar que “en la doctrina contemporá-
nea se ha extendido la idea de que el recurso de casación debe servir tam-
bién para que la Corte Suprema cumpla un fin dikelógico, esto es, asegurar
la vigencia del valor ‘justicia’ en los procesos. Como resulta evidente, esta
búsqueda de lo justo en los procesos no podría realizarse con exclusio-
nes, es decir, teóricamente por lo menos, todos los casos son susceptibles
de un ‘control de justicia’, de lo contrario se estaría afectando el derecho

(55) Casación Nº 4361-2001-San Martín, publicada en El Peruano del 31 de marzo de 2003, pp. 10406-10407.
(56) Casación Nº 1417-2000-Lambayeque, publicada en El Peruano del 30 de junio de 2003, pp. 10666-10667.
(57) Casación N° 3889-2000/Lima, emitida por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia, publicada en el diario oficial El
Peruano el 2 de setiembre de 2002, pp. 9145-9146.

46
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

fundamental de los excluidos, con lo cual, lo que aparece como una propues-
ta plausible, se convierte en la práctica –a fin de evitar una discriminación
abiertamente inconstitucional–, en un alud de recursos que termina pervir-
tiendo la obtención de los fines originales del recurso”(58).
Compartimos en su integridad las palabras del profesor Juan Monroy.
La finalidad dikelógica, pese a lo justiciera que pueda aparentar, es una de
las razones por las cuales el recurso de casación puede (y en la práctica, ya
lo ha hecho en alguna medida) transformarse en una tercera instancia, otor-
gándole a los vocales supremos la oportunidad de conocer como jueces de
grado el fondo del asunto en aras de restablecer el valor justicia al caso en
concreto.
Tal como señala el maestro Calamandrei, “si se quiere hacer regresar el
instituto de la casación a su carril, hay que, con específicos artículos de ley,
recordar a los litigantes, a los abogados y a los jueces que ella no debe servir
para reformar sentencias injustas, sino solo para garantizar la exactitud de la
interpretación jurisprudencial: y que por lo tanto (…) al juez de casación le
está prohibido cualquier reexamen de la interpretación dada por el juez de
fondo a negocios jurídicos, cuando ella no constituya un error de derecho, y
aunque ella estuviera en abierta contradicción (el llamado ‘travisamento’),
con el tenor de la declaración de voluntad a interpretar”(59).

III. Los fines esenciales del recurso de casación


luego de las reformas dispuestas por la Ley
N° 29364

En nuestra opinión, lo que ha hecho la reforma efectuada por la Ley


N° 29364 al artículo 384 del Código Procesal Civil es establecer expresa-
mente, tal vez sin darse cuenta de ello, que, además de la nomofiláctica y la
uniformadora, una de las finalidades del recurso de casación es la dikelógica.
Pese a lo expuesto, consideramos prudente advertir a los lectores que
la doctrina nacional se encuentra bastante dividida en cuanto a la inclusión
o no de la finalidad dikelógica en nuestra regulación casatoria. Es más, entre

(58) MONROY GALVEZ, Juan. “Algunas reformas al Código Procesal Civil”. En: Derecho Procesal. III Congreso Internacional. Fondo
Editorial de Desarrollo, Universidad de Lima, Lima, 2005, p. 275.
(59) CALAMANDREI. Ob. cit., Tomo II, p. 371.

47
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

los que están otros autores que afirman o niegan dicha introducción existen
pareceres encontrados o puntos de vista discordantes.
Por ejemplo, la profesora Eugenia Ariano, quien es partidaria de la fi-
nalidad dikelógica del recurso de casación, niega que las recientes reformas
la hayan introducido en nuestro ordenamiento. Así, la reconocida autora
afirma que “La Ley N° 29364 cambia muchas palabras a los textos origi-
nales del CPC, pero no su ‘sustancia’. En efecto, no cambia la ‘sustancia’
del recurso de casación el que ahora el artículo 384 del CPC tenga escrito
que fines del recurso son ‘la adecuada aplicación del derecho objetivo al
caso concreto y la uniformidad de la jurisprudencia nacional por la Corte
Suprema de Justicia’ en lugar de la ‘correcta aplicación e interpretación del
derecho objetivo y la unificación de la jurisprudencia’. La mención a que
la ‘aplicación adecuada del derecho objetivo’ lo sea al ‘caso concreto’ no
cambia nada, puesto que el recurso, como es obvio, nunca fue el medio para
plantear una cuestión ‘abstracta’ sino el medio para obtener la ‘eliminación’
de la concreta decisión que se decía viciada in iure, pero no (según la cono-
cida reconstrucción calamandreiana) para proteger el ius litigatoris a obte-
ner simplemente una sentencia (más) ‘justa’, sino para proteger el consabido
ius constitutionis. Ergo, en la nueva redacción del artículo 384 del CPC
sigue latiendo la ‘idea’ de que el recurso está previsto no como una garantía
subjetiva de las partes, sino como una garantía objetiva del ordenamiento,
en el sentido de que se aprovecha el interés privado del litigante como ‘estí-
mulo propulsor puesto al servicio del interés público’ a la (ahora) ‘adecuada
aplicación del derecho objetivo”(60).
Otro autor nacional que es partidario de la función dikelógica de la ca-
sación es el profesor Martín Hurtado Reyes. Para este destacado procesalista,
pese a la inclusión de la frase “la adecuada aplicación del Derecho objetivo
al caso concreto” al nuevo texto del artículo 384 del Código Procesal Civil,
no puede afirmarse que esto signifique la inclusión de la finalidad dikelógica.
Así, el citado autor sostiene que “no debemos olvidar que toda decisión
debe ajustarse a los estándares de justicia en la solución del caso concreto.
Situación que el legislador ha omitido señalar dentro de los fines de la casa-
ción (artículo 384), porque la doctrina actual viene aceptando con reiterancia
que la finalidad dikelógica forma parte de los fines de la casación. A pesar de

(60) ARIANO DEHO, Eugenia. “Nota a la primera lectura sobre la reforma del recurso de casación civil (Y sobre la reducción de las
competencias de la Corte Suprema”. En: Actualidad Jurídica. Tomo 187. Gaceta Jurídica, Lima, junio 2009, p. 19.

48
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

que algunos consideren que esta finalidad se ha incluido en el contenido del


artículo 392-A, no obstante que la redacción de este dispositivo establezca
que la admisión extraordinaria del recurso de casación se debe dar cuando
tenga por objeto cumplir los fines señalados en el artículo 384 (la adecuada
aplicación del derecho objetivo al caso concreto y la unidad de la jurispru-
dencia de la nación), no se precisa que pueda ser para lograr la justicia al
caso concreto, que es la máxima que orienta a la finalidad dikelógica. Por lo
cual, consideramos que se ha perdido una gran oportunidad de regular expre-
samente que la casación también tiene una finalidad dikelógica, adecuando
así nuestro recurso de casación a los fines actuales reconocidos por la doctri-
na y las exigencias actuales del Derecho, sabiendo que con este fin se busca
evitar la convalidación de aquellas sentencias arbitrarias o absurdas y por
tanto injustas. Aunque debemos admitir que existen algunas resistencias para
considerar esta finalidad de la casación en nuestro medio, pese a que nuestra
Corte Suprema lo admitió en sus decisiones(61)”.
Este criterio no es compartido por la profesora Marianella Ledesma,
quien con mucha agudeza y claridad expositiva sostiene que “Una de las
cosas que se olvidó modificar la reciente Ley Nº 29364 fue el nombre de la
institución a la que precisamente hacía referencia dichos cambios. Me estoy
refiriendo a la llamada casación civil, que otrora nuestro ordenamiento pro-
cesal la acogía bajo dicho nomen iuris, pero que a partir de la vigencia de la
Ley N° 29364, ya no debe ser calificada así. La casación ya no puede seguir
siendo apreciada como un recurso extraordinario que se admitía excepcio-
nalmente bajo causas previamente determinadas, sino que debe ubicarse en
lo que se ha convertido, en una tercera instancia ‘encubierta’, bajo la inde-
bida denominación de casación civil, por lo siguiente: 1. El artículo 384 del
CPC afirmaba que la casación tenía como finalidad esencial ‘la correcta apli-
cación e interpretación del derecho objetivo’, sin embargo, la nueva versión
de este artículo da un giro total al considerar que la casación tiene por fin la
‘adecuada aplicación del derecho objetivo al caso concreto’, ingresando así a
una visión, ya no casatoria, sino de instancia en el proceso civil, pues busca
un pronunciamiento a un caso en particular. La casación es un recurso que
vela por el interés de la sociedad de allí que el objeto de la casación no se
oriente a enmendar el agravio de la sentencia, sino busca la seguridad jurídi-
ca y la igualdad de los ciudadanos ante la ley. Esta función perfila el carácter

(61) HURTADO REYES, Martín. “Ideas preliminares sobre la ley de reforma de la casación civil”. En: Actualidad Jurídica. Tomo 187.
Gaceta Jurídica, Lima, junio 2009, pp. 37-38.

49
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

político del recurso y su naturaleza constitucional. La casación nace para el


control de las infracciones que las sentencias y autos puedan cometer en la
aplicación del Derecho. En ese sentido, la Corte de Casación toma el hecho
narrado por el juez o tenido por probado, para reexaminar si la calificación
jurídica es apropiada a aquel hecho así descrito. A través de la casación se
busca que prime el interés público porque busca garantizar la vigencia de
la ley y ser un órgano contralor del juzgador en los casos de violación de la
norma jurídica o la jurisprudencia vinculante; sin embargo, debemos preci-
sar, que si bien la casación se orienta a corregir el error de derecho, debemos
señalar que dicho error debe ser esencial o decisivo sobre el fallo, es lo que
la doctrina ha llamado la ‘eficacia causal del error’, por lo que es necesario
que dichos errores hayan incluido en la decisión para que sean revisables en
casación”(62).
La doctora Ledesma concluye su análisis de la nueva finalidad del re-
curso de casación de la siguiente manera: “Bajo ese contexto, nos atreve-
mos a plantear que la Corte Suprema será una instancia más en la revisión
ordinaria, que se orientará a verificar la adecuada aplicación del Derecho al
‘caso concreto’ ya no habrá generalizaciones sino posiciones particulares a
cada caso, generadas a través de la impugnación. En otras palabras, el otrora
recurso de nulidad ha regresado, permitiendo que el Supremo Tribunal reva-
lore las pruebas para aplicar el derecho al caso concreto, alejándose así de la
naturaleza en sí de la casación”(63).
Por su parte, el destacado procesalista Aldo Zela, sin dejar de ser crítico
con la función diketológica de la casación, afirma que de la reforma efectua-
da por la Ley N° 29364 al artículo 384 del Código Procesal Civil no puede
llegarse a la conclusión de que dicha finalidad es la que se ha privilegiado
con la reforma. Así, el mencionado autor señala que “una mal entendida bús-
queda de ‘justicia’ en sede casatoria ha sido una de las causas principales por
las que la carga procesal no ha podido ser controlada. En efecto, debe quedar
claro que el llamado fin diketológico (es decir, la verificación de la ‘justicia’
en el caso en concreto) no es afín al recurso casatorio (…). En este orden de
ideas, no es que ‘la correcta aplicación e interpretación del derecho objetivo’
haya dejado de ser un fin de la casación, sino que se ha preferido la expre-
sión ‘la adecuada aplicación del derecho objetivo’, precisamente para evitar

(62) LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. “La casación civil: a mal tiempo, buena cara”. En: Actualidad Jurídica. Tomo 187. Gaceta Jurídica,
Lima, junio 2009, p. 23.
(63) Ibídem. Loc. cit.

50
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

una interpretación laxa y privilegiar la función social y política de la casa-


ción, sobre el fin diketológico (que, como mencionamos, debe ser excluido
de la casación)(64).

(64) ZELA VILLEGAS, Aldo. “Comentarios a las recientes modificaciones al Código Procesal Civil”. En: Actualidad Jurídica. Tomo 187.
Gaceta Jurídica, Lima, junio 2009, p. 33.

51
4
CAPÍTULO
4
Causales del recurso de casación

I. LAS causales de la casación ANTES DE LA LEY


nº 29364

Luego de las reformas efectuadas por la Ley Nº 29364 del 28 de mayo


de 2009, actualmente en nuestro ordenamiento jurídico procesal civil existen
dos causales para la procedencia de la casación, la infracción normativa y el
alejamiento inmotivado del precedente.
Estas causales serán motivo de análisis más adelante. En este momento
considero adecuado que nos refiramos a las cinco causales de casación que
por más de dieciséis (16) años estuvieron vigentes, desde la entrada en rigor
del Código Procesal Civil (1993) hasta antes de la publicación de la mencio-
nada Ley Nº 29364.
A primera vista podría cuestionarse que dediquemos algunas líneas a
analizar las “antiguas” causales de la casación, pero –como veremos más
adelante– estas en realidad no han desaparecido del escenario procesal en
nuestro país, sino que se encuentran subsumidas o implícitamente conteni-
das en las dos nuevas causales de procedencia del recurso. Por ello, conside-
ramos que, pese a ya no estar contempladas expresamente en el Código, el
estudio de dichas causales resulta necesario.
Empecemos. Antes de estas reformas, el justiciable que, insatisfecho
con la sentencia de segundo grado, optaba por recurrir en casación debía

55
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

acreditar que se hubiera presentado alguna de estas tres causales sustantivas


para que su recurso sea declarado procedente: i) la aplicación indebida de
una norma de derecho material o de la doctrina jurisprudencial, ii) la inter-
pretación errónea de una norma de derecho material o de la doctrina juris-
prudencial o, iii) la inaplicación de una norma de derecho material o de la
doctrina jurisprudencial; o, en su defecto, alguna de estas dos causales adje-
tivas: iv) alguna afectación al debido proceso o, v) la infracción de las for-
mas esenciales para la eficacia y validez de los actos procesales.
Estas causales estaban previstas en el original texto (ya no vigente) del
artículo 386 del Código Procesal Civil, que establecía lo siguiente:
“Artículo 386.- Causales.- Son causales para interponer recurso de
casación:
1. La aplicación indebida o la interpretación errónea de una norma
de derecho material, así como de la doctrina jurisprudencial;
2. La inaplicación de una norma de derecho material o de la doctri-
na jurisprudencial; o,
3. La contravención de las normas que garantizan el derecho a un
debido proceso, o la infracción de las formas esenciales para la efi-
cacia y validez de los actos procesales”.
Asimismo, el texto original del segundo párrafo del artículo 388
del Código Procesal Civil (que también ha sido modificado por la Ley
Nº 29364) establecía como requisitos de fondo la necesidad de fundamentar
estas causales:
“Artículo 388.- Requisitos de fondo.- Son requisitos de fondo del
recurso de casación:
1. (…);
2. Que se fundamente con claridad y precisión, expresando en cuál
de las causales descritas en el artículo 386 se sustenta y, según sea
el caso:
2.1. Cómo debe ser la debida aplicación o cuál la interpretación co-
rrecta de la norma de derecho material;
2.2. Cuál debe ser la norma de derecho material aplicable al caso; o

56
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

2.3. En qué ha consistido la afectación del derecho al debido proce-


so o cuál ha sido la formalidad procesal incumplida”.
Comentando estas causales, la profesora Ledesma afirmaba que “No
es suficiente argumentar la violación de la norma material, sino que debe
precisarse bajo cual de los supuestos que enuncian los incisos 1 y 2(65) se
acoge la casación, caso contrario operará la improcedencia de esta. A través
de estas causales se busca examinar la labor de interpretación y aplicación
de las normas jurídicas efectuadas por el juez de instancia para decidir el
caso; en cambio, cuando se invoca el inciso 3 se busca controlar la validez
de la actividad procesal precedente a la sentencia, con la consecuencia, que
en caso de infracción de ciertas formas esenciales, se anule todo o parte de
dicha actividad y la sentencia misma, prescindiendo de la conformidad o no
de esta con el derecho material(66)”.
Nótese, entonces, con la ayuda de la cita recogida de la profesora
Ledesma Narváez, las orientaciones y delimitaciones de ambos tipos de cau-
sales (las sustantivas y las adjetivas), que serán detalladas a continuación.

1. Las causales sustantivas


Como ya hemos mencionado, antes de la Ley Nº 29364 existían tres
causales sustantivas de casación: i) la aplicación indebida, ii) la interpre-
tación errónea, y iii) la inaplicación. Todas ellas, de una norma de derecho
material o de la doctrina jurisprudencial. En ese sentido, eran consideradas
como causales de la casación por errores in iudicando.
Si se demostraba la ocurrencia de alguna de estas causales, el recurso
se declaraba, primero, procedente y, posteriormente, fundado. En esta situa-
ción, no se producía el reenvío a la Sala Superior, sino que la Sala respectiva
de la Corte Suprema, actuando como instancia, anulaba el fallo de vista (esto
es, “casaba” la sentencia) y emitía un nuevo fallo que sustituía al anulado.
Nótese que estas tres causales incidían solo sobre normas de derecho
material o de la doctrina jurisprudencial. Por lo tanto, en el régimen ante-
rior, no era procedente alegar la aplicación indebida, interpretación errónea o
inaplicación de una norma de Derecho Procesal.

(65) Se refiere obviamente a los incisos 1 y 2 del texto original del artículo 386 del Código Procesal Civil.
(66) LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. Comentarios al Código Procesal Civil. Tomo II, 1a edición, Gaceta Jurídica, Lima, 2008, p. 229.

57
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

a) Aplicación indebida
Se presentaba la aplicación indebida cuando en la sentencia se utilizaba
una norma impertinente para resolver la controversia descrita en la misma
resolución; es decir, del espectro normativo a su alcance, el juez escoge una
norma inadecuada, errando en seleccionar la norma que es idónea para los
hechos que le son puestos en su conocimiento. Estamos, por lo tanto, ante un
error de apreciación por elección.
En otras palabras, “La causal de aplicación indebida supone que las
normas aplicadas por el juzgador no son de aplicación a los hechos que se
consideran probados”(67).
Entre los ejemplos de aplicación indebida podemos enumerar a la uti-
lización de una norma derogada (no se incluye, por supuesto, los casos de
ultraactividad, que dispone el artículo 2120 del Código Civil(68)), la aplica-
ción retroactiva de una norma o la no utilización de una norma nacional por
entenderse que resulta aplicable un dispositivo legal de un ordenamiento
extranjero.
Sobre el particular, es interesante recoger el aserto del fallecido profe-
sor colombiano Devis Echandía, quien enseñaba que, pese a que la norma
legal es clara, la aplicación indebida “ocurre por uno de estos motivos: 1)
porque se aplica a un hecho debidamente probado, pero no regulado por esa
norma; 2) porque se aplica a un hecho probado y regulado por ella, hacién-
dole producir los efectos contemplados en tal norma, en su totalidad, cuando
apenas era pertinente su aplicación parcial; 3) porque se aplica a un hecho
probado y regulado por ella, pero haciéndole producir efectos que en esa
norma no se contemplan o deduciendo derechos u obligaciones que no se
consagran en ella, sin exponer una errada interpretación del texto”(69).
b) La interpretación errónea
En el supuesto de interpretación errónea, a diferencia del anterior, el
juez acierta en seleccionar la norma que es pertinente para resolver la litis,
pero le da un significado o contenido que en realidad no tiene. Este error

(67) Casación N° 1029-96/Lima, emitida el 8 de noviembre de 1996 por la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia.
(68) Código Civil:
“Artículo 2120.- Ultraactividad de legislación anterior
Se rigen por la legislación anterior los derechos nacidos, según ella, de hechos realizados bajo su imperio, aunque este Código no
los reconozca”.
(69) DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Compendio de Derecho Procesal. Tomo 3, 13a edición, Dike, Medellín, 1994, p. 412.

58
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

incide sobre el sentido de una norma jurídica. Se trata, en suma, de un error


normativo de apreciación por aplicación.
Como señala Lozano Bambarén, “el juez, al establecer el significado de
la norma para el caso concreto, lo que está haciendo es vincular al Derecho
con la realidad. Tan trascendente e importante acto recibe el nombre de in-
terpretación de la norma y lo que acontece al darle a la norma correctamen-
te elegida un sentido erróneo es que le hace producir consecuencias que no
resultan de su contenido, recibiendo, por ende, el nombre de interpretación
errónea”(70).
Nuestra judicatura ha tenido oportunidad de perfilar esta causal casa-
toria. Así, para citar algunos ejemplos, tenemos la Casación N° 3786-01/
Lima, en la que la Corte Suprema reafirma el hecho de que esta causal solo
puede referirse a normas de derecho material: “Uno de los presupuestos que
exige la norma adjetiva para hacer viable el recurso de casación a través de
la causal invocada, es que la supuesta interpretación errónea esté referida a
una norma de derecho material, entendiéndose como tal a todas aquellas nor-
mas generales y abstractas que regulan y establecen derechos y obligaciones,
mas no aquellas que determinan la forma de hacerlos valer ante el órgano
jurisdiccional”(71).
Igualmente, se precisó que mediante esta causal no se podía alegar la
interpretación errónea de hechos: “No es causal casatoria la interpretación
errónea de los hechos sino de las normas materiales aplicadas por los magis-
trados de mérito”(72).
Finalmente, debemos señalar la Casación N° 1692-03/Piura, en la que
la Corte Suprema estableció los supuestos que deben concurrir para que se
presente la causal materia de análisis: “Existe interpretación errónea de una
norma de derecho material cuando concurren los siguientes supuestos: a) el
juez, a través de una valoración conjunta y razonada de las pruebas aporta-
das al proceso, establece determinados hechos; b) que estos, así establecidos,
guardan relación de identidad con los supuestos fácticos de una norma jurí-
dica determinada; c) que elegida esta norma como pertinente (solo ella o en

(70) LOZANO BAMBARÉN, Juan Carlos. Ob. cit., p. 162.


(71) Casación N° 3786-01/Lima, emitida por la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia y publicada en el diario oficial El
Peruano el 1 de abril de 2002, p. 8594.
(72) Casación N° 2170-2002/Ica, emitida por la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia y publicada en el diario oficial El
Peruano el 2 de enero de 2002, p. 9797.

59
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

concurrencia con otras) para resolver el caso concreto, la interpreta (y apli-


ca); d) que en la actividad hermenéutica, el juzgador, utilizando los métodos
de interpretación, yerra al establecer el alcance y sentido de aquella norma,
es decir, yerra al establecer la verdadera voluntad objetiva de la norma, con
lo cual resuelve el conflicto de intereses de manera contraria a los valores y
fines del derecho y, particularmente, vulnerando el valor del ordenamiento
jurídico, como es el de la justicia”(73).
c) La inaplicación
En este tercer supuesto de causal sustantiva, el juez ignora, desconoce
o soslaya la norma pertinente para resolver el caso concreto, pese a que del
texto de la sentencia se puede verificar que ha comprobado la realización de
los hechos que deberían conllevar a aplicar la norma desdeñada por el ma-
gistrado judicial.
Vale decir, la inaplicación se presenta cuando siendo evidente que co-
rresponde aplicar una norma, el juez no la aplica íntegra o parcialmente.
Este error afecta el principio del derecho procesal conocido como iura
novit curia (aforismo latino que significa literalmente “el juez conoce el de-
recho”), por el cual el juez conoce el derecho aplicable y, por lo tanto, no es
necesario que las partes prueben en un litigio lo que dicen las normas.
Este principio se encuentra contemplado en el artículo VII del Título
Preliminar del Código Civil, que establece que “Los jueces tienen la obliga-
ción de aplicar la norma jurídica pertinente, aunque no haya sido invocada
en la demanda”; e, igualmente, se encuentra más precisado aún en el artículo
VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil: “El juez debe aplicar el
derecho que corresponda al proceso, aunque no haya sido invocado por las
partes o lo haya sido erróneamente. Sin embargo, no puede ir más allá del
petitorio ni fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido alega-
dos por las partes”.
Para terminar una simple aclaración. Al analizar estas tres causales nos
hemos centrado en la aplicación indebida, interpretación errónea e inaplica-
ción de un dispositivo legal que contiene una norma de derecho material,
pero no debemos olvidar que los textos originales de los artículos 386 y 388
del Código Procesal Civil indicaban que estas causales también podrían

(73) Casación N° 1692-03/Piura, emitida por la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia y publicada en el diario oficial El
Peruano el 30 de setiembre de 2004, pp. 12710-12711.

60
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

incidir en el caso de la doctrina jurisprudencial, por lo que el lector deberá


extender nuestros comentarios a esta.

2. La causales adjetivas
Finalmente, resta referirnos a las causales adjetivas que justificaban la
presentación de un recurso de casación hasta antes de la Ley Nº 29364. Nos
referimos a: i) la contravención de las normas que garantizan el derecho a un
debido proceso, y, ii) la infracción de las formas esenciales para la eficacia y
validez de los actos procesales.
Estas causales son las denominadas de error in procedendo, porque no
recaían sobre las denominadas normas de derecho material sino sobre ele-
mentos procesales o formales que podían determinar el irrespeto al debido
proceso.
Carrión Lugo ha anotado que la posibilidad de interponer el recurso de
casación contra estas causales formales o adjetivas era una evocación del an-
tiguo recurso de nulidad previsto en el antiguo Código de Procedimientos
Civiles. Así, el citado autor señala que “cuando la sentencia casatoria, por
razones de forma anula actuados, en rigor, se está volviendo al derogado
recurso de nulidad previsto por el Código de Procedimientos Civiles que
viabilizaba la nulidad de actuados. En verdad tienen los mismos efectos, no
obstante, la diferencia estriba en que en la casación solo puede anularse ac-
tuados cuando haya sido denunciado expresamente por el impugnante por al-
guna motivación fijada por la ley, lo que no ocurre con el recurso de nulidad.
El Código no prevé la casación oficiosa”(74).
Dicho esto, corresponde analizar estas dos “antiguas” causales:
a) La contravención de las normas que garantizan el derecho a un
debido proceso
Esta causal, que estaba prevista en el inciso 3 de la versión original
del artículo 386 del Código Procesal Civil, determinaba que los justiciables
podían recurrir en casación cuando en el proceso se había infringido las
normas constitucionales y/o legales que garanticen precisamente el debido
proceso.

(74) CARRIÓN LUGO, Jorge. Ob. cit., p. 168.

61
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

En consecuencia, corresponde preguntarnos qué debe entenderse por


debido proceso. Sobre el particular, el Tribunal Constitucional, en reiteradas
ocasiones, ha establecido que el derecho al debido proceso “está concebido
como el cumplimiento de todas las garantías, requisitos y normas de orden
público que deben observarse en las instancias procesales de todos los pro-
cedimientos, incluidos los administrativos, a fin de que las personas estén en
condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier actua-
ción del Estado que pueda afectarlos. Vale decir que cualquier actuación u
omisión de los órganos estatales, dentro de un proceso, sea este administrati-
vo o jurisdiccional, debe respetar el debido proceso legal”(75).
Por lo tanto, corresponde alegar esta causal cuando en el proceso se ha
infringido alguna de estas normas de orden público de rango legal y consti-
tucional que han sido diseñadas para garantizar que aquel transcurra bajo las
reglas del debido proceso.
No obstante, debe recordarse que solo corresponde invocarse como
causal casatoria aquellos errores procesales cuya gravedad haya sido deter-
minante para la decisión de fondo, esto es, que determinaron el sentido de
la sentencia recurrida; y no de aquellos errores que no tuvieron dicha con-
secuencia. Así, Monroy Gálvez sostiene que “serán materia casacionables
todas aquellas infracciones que produzcan indefensión o también aquellas
que afecten derechos fundamentales, como sería el caso de violación de la
tutela jurisdiccional efectiva. Por otro lado, no constituyen motivo aquellas
infracciones procesales que no afecten la validez de la sentencia, tales como
retrasos en su expedición, incumplimiento de plazos o en el pago de tasas
judiciales”(76).
De lo anterior podemos colegir que se debe entender que ha existido
contravención al debido proceso cuando se han afectado garantías tan sus-
tanciales como los principios de juez natural, imparcialidad, contradicción,
motivación de sentencias, congruencia, notificación de resoluciones, doble
instancia, etc.(77).

(75) Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Exp. N° 2508-2004-AA/TC del 12 de noviembre de 2004, f. j. 1.
(76) MONROY GÁLVEZ, Juan. “Apuntes para un estudio sobre el recurso de casación en el proceso civil peruano”. En: Revista de
Derecho Procesal. N° 1, Lima, 1997, p. 13.
(77) Sánchez-Palacios realiza un análisis de algunos de estos principios en SÁNCHEZ-PALACIOS PAIVA, Manuel. El recurso de casa-
ción civil. 4ª edición, Jurista Editorial. Lima, 2009, p. 168 y ss.

62
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

Veamos cómo esta causal fue recepcionada por la judicatura peruana.


Así, en una interesante casación, la Sala Civil Permanente reconoce la pro-
cedencia del recurso por la causal de afectación de las normas que garantizan
el derecho a un debido proceso en caso de deficiente motivación: “si es que
el recurrente discrepa con tales cuestiones fácticas por problemas relativos a
una deficiente motivación, deberá invocar la causal pertinente de contraven-
ción a las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, pero no las
causales sustantivas relacionadas con la infracción de una norma de carácter
material”(78).
Asimismo, en la Casación Nº 1600-2002/Amazonas, se ha establecido
que “la presencia de una valoración de los medios probatorios que de modo
evidente incumpla las reglas previstas en el ordenamiento procesal civil
comporta la afectación del derecho al debido proceso y puede ser denun-
ciada como tal, vía recurso de casación; empero, de un lado, debe de indi-
carse expresa y rigurosamente cuáles son los elementos de dicha indebida
valoración, dado que (…) la Sala de Casación no es una instancia de fallo;
y, de otro lado, dicha Sala se limitará en caso de configurarse el agravio, a
observar la existencia de dicho incumplimiento disponiendo la renovación
del acto procesal afectado y serán las instancias de fallo que, saneada la de-
ficiencia, les lleve de acuerdo a una mejor valoración a concluir de modo
distinto o a ratificar la decisión anterior en todo o en parte”(79).
La Suprema también ha mencionado los casos en los que no resultaría
procedente la causal materia de estudio: “La Corte de Casación tiene como
fin la correcta aplicación e interpretación del derecho objetivo y la unifica-
ción de la doctrina jurisprudencial; no constituyendo causal de contraven-
ción [de las normas que garantizan el derecho al debido proceso] una puer-
ta mediante la cual se de paso a la revaloración de la prueba, pues ello la
convertiría en una tercera instancia”(80). En idéntico sentido, tenemos a la
Casación Nº 683-2001/Ucayali: “El razonamiento respecto a la valoración
de la prueba no es considerado como contravención de normas que garanti-
zan el derecho a un debido proceso”(81).

(78) Casación N° 1251-2000/Piura, de la Sala Civil Permanente, publicada en el diario oficial El Peruano el 1 de marzo de 2001,
pp. 6999-7000.
(79) Casación N° 1600-2002/Amazonas, de la Sala Civil Transitoria, publicada en el diario oficial El Peruano el 3 de febrero de 2003,
pp. 10053-10054.
(80) Casación N° 1148-2001/La Libertad, de la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de la República, publicada en el diario oficial El
Peruano el 1 de octubre de 2001, p. 7757.
(81) Casación N° 683-2001/Ucayali, de la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de la República.

63
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

b) La infracción de las formas esenciales para la eficacia y validez


de los actos procesales
Esta última causal, prevista en la redacción original del inciso 3 del ar-
tículo 386 del Código Procesal Civil, estaba referida a la infracción de aque-
lla normativa que regula las reglas de validez y eficacia de los actos proce-
sales, esto es, de aquellos hechos voluntarios que tienen por efecto directo e
inmediato la constitución, el desarrollo o la culminación del proceso, sea que
precedan de las partes o del juez y sus auxiliares.
Pero, al igual de lo que sucedía con la otra causal in procedendo, esto
es, la de contravención a las normas que garantizan el derecho a un debido
proceso, para que sea atendible y procedente la causal bajo comentario se re-
quería que la infracción sea de las formas esenciales previstas para la efica-
cia y validez de los actos procesales, por lo que no cualquier infracción for-
mal podía ser denunciada en casación. Así, para citar un caso propuesto por
Sánchez-Palacios, “el inciso 3 del artículo 122 [del Código Procesal Civil]
manda que los fundamentos de hecho y de derecho se enumeren correlativa-
mente. Todavía hay sentencias que no satisfacen ese requisito de orden, pero
la Corte Suprema ha rechazado ese defecto como causal de casación, pues
evidentemente no es esencial para la validez de la sentencia”(82).
En ese sentido, existen sentencias de la Corte Suprema en la que se
establece que los recursos de casación por la causal de denuncia de infrac-
ción de formas esenciales debían acreditarse tanto la formalidad procesal in-
cumplida como el hecho de que dicha formalidad fuese trascendental para
la solución de la controversia. Así, por ejemplo, podemos citar la Casación
N° 931-2004/Lima, en la que se afirma que “Cuando se denuncia en casa-
ción la causal relativa a la infracción de formas esenciales para la eficacia
y validez de los actos procesales, es un requisito ineludible de que quien lo
propone lo haga con claridad y precisión, señalando cuál ha sido la forma-
lidad procesal incumplida al expedirse la resolución impugnada. Además,
debe tenerse en cuenta que la infracción que se denuncia en casación resulte
trascendental y fundamental para la solución de una determinada contro-
versia. Es que por encima de las formalidad procesales incumplidas en el
desarrollo de un proceso, no debe perderse de vista que la finalidad de todo

(82) SÁNCHEZ-PALACIOS PAIVA, Manuel. Ob. cit., p. 211.

64
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

proceso judicial es la de lograr la paz social en justicia”(83). En similar senti-


do, la Casación N° 3497-2000/San Román estableció que “Para estar frente
a una fundamentación clara y precisa de donde se desprenda cuál ha sido la
formalidad procesal incumplida (…), se deben denunciar las infracciones en
que se ha incurrido, indicando razonadamente los presupuestos de las nu-
lidades procesales aplicables al caso, los cuales involucran la sustentación
del principio de convalidación en virtud al cual no hay nulidad si el litigante
interesado consintió, expresa o tácitamente, el acto defectuoso; y la funda-
mentación debida acerca del interés para solicitar la nulidad consagrada en el
artículo 174 del Código formal que establece que la nulidad debe ser pedida
por el perjudicado, quien además no debe haber originado el acto irregular,
ni haberlo convalidado expresa o tácitamente“(84).

3. Ideas finales sobre las “antiguas” causales de casación


Para terminar el análisis de las “antiguas” causales de la casación y
antes de iniciar el comentario de las “nuevas”, resta por señalar las prin-
cipales críticas que se le hacían al diseño establecido originalmente por el
Código Procesal Civil en el cual, como hemos visto, teníamos, en primer tér-
mino, tres causales sustantivas y, en segundo lugar, dos causales procesales.
Así, se señalaba que era un despropósito que se hubiese restringido la
aplicación indebida, inaplicación e interpretación errónea a las normas de
derecho material, excluyéndose por ello a las normas de Derecho Procesal.
Este error era evidente porque también las normas de Derecho Procesal pue-
den ser inaplicadas, o aplicadas indebidamente o mal interpretadas y con ello
provocar agravio al justiciable.
Y por último, se criticaba la existencia de una fórmula tan particular
para identificar los errores in iudicando, que llevaba a profundas fundamen-
taciones, la mayoría de las cuales innecesarias e inútiles, que debían expo-
nerse en los recursos de casación para sustentar la causal material que se
alegaba. Así, en palabras de Monroy Gálvez, se había “montado una cons-
trucción dogmática aparentemente destinada a ‘identificar’ con rigor y pre-
cisión la causal que debe o debió ser empleada en el caso concreto someti-
do a recurso. Lamentablemente (…), no solo se ha desperdiciado el tiempo

(83) Casación N° 931-2004/Lima, emitida por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de la República, publicada en el diario oficial
El Peruano el 30 de marzo de 2005, p. 13724.
(84) Casación N° 3497-2000/San Román, de la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de la República, publicada en el diario oficial
El Peruano el 31 de julio de 2001, p. 7544.

65
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

tejiéndose eleucubraciones sobre qué significa una u otra causal, en nuestros


criterios innecesarios, sino que se han perdido de vista los fines del recurso,
(…). De lo que se trata es de cuidar la vigencia del derecho objetivo, para lo
cual no es imprescindible descifrar el sortilegio de si estamos ante un caso
de ‘inaplicación’, de ‘aplicación indebida’ o, eventualmente, de lo que cons-
tituye un anacronismo patético: ‘la interpretación correcta’”(85).

II. LAS NUEVAS causales de la casación

El texto actual del artículo 386 del Código Procesal Civil, conforme a
la modificación efectuada por la Ley Nº 29364, publicada el 28 de mayo de
2009, establece que:
“Artículo 386.- El recurso de casación se sustenta en la infracción
normativa que incida directamente sobre la decisión contenida en
la resolución impugnada o en el apartamiento inmotivado del pre-
cedente judicial”.
Por lo tanto, podemos observar que, a diferencia de las cinco causales
previstas originalmente en nuestro código procesal, actualmente son solo dos
las causales de procedencia del recurso: i) la infracción normativa; y, ii) el
apartamiento del precedente.
A analizar ambas causales nos ocuparemos a continuación, no sin antes
reiterar que la reducción anotada no significa que se hayan reducido las po-
sibilidades para presentar el recurso, sino que estas han quedado subsumi-
das en estas dos nuevas causales, especialmente en la causal de infracción
normativa.

1. La infracción normativa
La causal de “infracción normativa” no es un invento del Derecho pe-
ruano. Todo lo contrario, es una expresión que puede encontrarse con algu-
na frecuencia en el Derecho Comparado. Así, por ejemplo, la reciente Ley
1/2000, del 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil española, establece en su ar-
tículo 477 que el recurso de casación habrá de fundarse, como motivo único,

(85) MONROY GÁLVEZ, Juan. “Casación y última instancia”. En: La Constitución comentada. Tomo II. Gaceta Jurídica, Lima, 2005,
p. 659.

66
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

en la infracción de normas aplicables para resolver las cuestiones objeto del


proceso.
No obstante lo dicho, en nuestro sistema jurídico-procesal su inclusión
como la principal causal de procedencia del recurso de casación es un tema
novedoso. Además, sin duda alguna, fue el tema que mayor polémica y deba-
te ha generado en nuestro medio cuando se publicó la Ley Nº 29364, lo cual
es totalmente comprensible porque para la mayoría de operadores jurídicos
el reemplazo de las tradicionales causales de aplicación indebida, interpreta-
ción errónea e inaplicación de una norma derecho material por esta causal de
infracción normativa significó un cambio que muchos tardaron en procesar y
que algunos aún no comprenden con claridad.
Incluso podría afirmarse que la inclusión de esta nueva causal causó
cierta suspicacia sobre sus reales alcances, pues la doctrina se dividió en dos
grupos: quienes pensaban que la causal de infracción normativa iba a ge-
nerar una mayor simplicidad para presentar recursos de casación, y quienes
mas bien consideran que la reforma ha determinado que este recurso se vuel-
va mucho más técnico y complejo.
Así, por ejemplo, el profesor Monroy Palacios se adscribe a la primera
de estas tendencias, al sostener que “Si fuera un abogado con pocos escrúpu-
los, de esos que no faltan en nuestro medio, debería agradecer al Congreso
por la reforma. Ahora solo hace falta alegar ‘infracción normativa’ para ac-
ceder a la Corte Suprema y dilatar por varios meses más el desarrollo del
proceso: más tiempo de asesoría, más dinero para el abogado. Como ciuda-
dano, sin embargo, debo aborrecerla. Sin ningún filtro serio, no solo llega-
rán más causas a la Suprema, sino que, por si fuera poco, se prevé un poder
discrecional (artículo 392-A) para que los jueces supremos admitan recursos
que normalmente no deberían conocer. ¿Certiorari positivo? El disparate del
disparate”(86).
Un criterio similar expresa la profesora J. María Elena Guerra Cerrón,
para quien “se ha creado una especie de ‘cajón de sastre’, con lo cual se faci-
lita la presentación de recursos de casación sin exigencias rigurosas. Bastará
que se describa (no que se fundamente) la ‘infracción normativa que incida
directamente sobre la decisión impugnada’. Pero esta aparente facilidad para
presentar recursos de casación está lejos de asegurar que los contenidos sean

(86) MONROY PALACIOS, Juan. “Ley Nº 29364 (Casación civil): una reforma lamentable”. En: <http://derechoyproceso.blogspot.
com/2009/05/ley-n-29364-casacion-civil-una-reforma.html>.

67
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

revisados previa declaración de procedencia, ello dependerá del criterio de la


Sala Casatoria en la calificación. Sin duda, hay un gran riesgo de avalancha
de recursos por calificar”(87).
No obstante, comentaristas como Enrique Valverde, sostienen una po-
sición completamente distinta. Así, el citado autor señala que “Sobre esta
causal se han expuesto varias conjeturas. Las más intranquilizantes sostienen
que con esta causal se ha dejado abierta la puerta a la interposición indiscri-
minada del recurso de casación y ello llevará indefectiblemente a un embalse
inconmensurable de procesos en la Corte Suprema, lo cual agravará aún más
su situación actual (...). Si el asunto se ve desde una sola faceta, sin duda que
dichas posturas de alarma tienen toda la razón; no obstante, consideramos
que se yerra al adoptar una perspectiva unilateral y, por ende, en el mal au-
gurio. Por nuestra parte consideramos, más bien, que el recurso de casación se
ha vuelto sumamente técnico y si bien es cierto que a primera vista pareciera
que cualquier denuncia de infracción normativa dará lugar a la interposición
del recurso –y con ello ocasionaría el congestionamiento de la carga proce-
sal–, no resulta menos cierto que la labor de los abogados se verá tremenda-
mente dificultada, porque además de denunciar la citada infracción normati-
va, deberán de demostrar la incidencia directa sobre la decisión impugnada.
En otras palabra, pensamos que la carga procesal seguirá siendo la misma o
menor, porque si antes se declaraban improcedentes una gran cantidad de re-
cursos por no ajustarse a las causales contenidas en el anterior artículo 386,
hoy en día lo serán porque no se ha llegado a demostrar la incidencia directa
de la infracción con lo cual, en el peor de los casos, la carga seguirá siendo
la misma”(88).
Señaladas ambas tendencias, consideramos que será la práctica la que
defina si es que con esta “novísima” causal se están facilitando las cosas para
que cualquier agravio permita acudir en casación o, si por el contrario, cons-
tituirá una valla más alta que los abogados litigantes deberán superar, inclu-
so, más compleja que las “antiguas” causales. En realidad, ambas situaciones
son posibles. Todo dependerá de cómo los vocales supremos entiendan esta
causal y del (poco o mucho) celo y rigor que demuestren al admitir a trámite
el recurso.

(87) GUERRA CERRÓN, J. María Elena. “Casación: ¿se privilegia la aplicación del Derecho o la búsqueda de la justicia?”. En:
Actualidad Jurídica. Tomo 187. Gaceta Jurídica, Lima, junio 2009, pp. 30-31.
(88) VALVERDE GONZÁLES, Enrique. “Nuestro recurso de casación civil a la luz de la última reforma legislativa”. En: Revista Jurídica
del Perú. Tomo 103. Normas Legales, Lima, setiembre 2009, pp. 314-315.

68
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

Dicho esto, pasemos a definir a esta “novísima” causal, sin dejar de


hacer un repaso de lo que dice nuestra doctrina más autorizada sobre el
particular.
Veamos, para el maestro Juan Monroy Gálvez, “La infracción norma-
tiva refiere al error (o vicio) de derecho en que incurre el juzgador en una
resolución; aquella determina que el caso sea pasible de ser examinado por
medio de un recurso de casación, por cierto, en el caso peruano siempre que
esté ligado por conexidad lógica a lo decidido”(89).
Por lo tanto, el término infracción normativa debe entenderse como
una expresión que engloba las tres causales materiales del régimen anterior
(aplicación indebida, interpretación errónea e inaplicación) y las dos causa-
les procesales; por lo que bien podría señalarse que entre ellas existiría una
relación de género a especie.
Esta nueva causal tiene la virtud de presentar una fórmula más sencilla
para la interposición del recurso, permitiendo superar aquellas discusiones
bizantinas del régimen anterior, como aquellas en las que se discutía sobre
las diferencias de la aplicación indebida o inaplicación de una norma(90).
Sobre el particular, la profesora Eugenia Ariano afirma que “con la causal de
infracción normativa ‘se unifica’ (terminológicamente) la tormentosa trilogía
del error in iudicando prevista en los ‘viejos’ incisos 1 y 2 del texto original
del artículo 386 CPC (‘aplicación indebida’, ‘interpretación errónea’ de nor-
mas materiales), en la (más simple) ‘infracción normativa’, que tiene la ven-
taja de no distinguir ya entre normas materiales y procesales. Por lo tanto, ya
no interesa que el error in iudicando se refiera a una norma ‘material’ sino
que también podrá serlo de norma ‘procesal’. Si bien ello no está para nada
pensado en pro de los ‘recurrentes’, de hecho, va a constituir un tormento
menos para ellos”(91).

(89) MONROY GÁLVEZ, Juan. “Apuntes sobre el ‘nuevo’ recurso de casación civil”. En: <http://derechoyproceso.blogspot.com/2009/07/
apuntes-sobre-el-nuevo-recurso-de.html>.
(90) Guerra Cerrón tiene una opinión contraria. La mencionada procesalista considera que “si antes teníamos una guía a seguir con las
causales específicas a invocar y fundamentar, y podíamos predecir si nuestro recurso sería declarado procedente o no, hoy ello
es incierto porque estaremos a la discrecionalidad de la Sala Casatoria cuando analice nuestro pedido descriptivo. Es conveniente
concordar este artículo con el 388 (requisitos de procedencia) para presentar el recurso y precisar si se busca un efecto anulatorio
(invalidez total o parcial de los actos procesales o por infracción a las normas que garantizan el debido proceso); o si se trata de
efecto revocatorio (por aplicación o inaplicación de norma objetiva)” (GUERRA CERRÓN, J María Elena. Ob. cit., p. 31).
(91) ARIANO DEHO, Eugenia. “Nota a primera lectura sobre la reforma del recurso de casación civil (y sobre la reducción de las compe-
tencia de la Corte Suprema”. En: Actualidad Jurídica. Tomo 187. Gaceta Jurídica, Lima, junio 2009, p. 20.

69
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

Entonces, la causal de infracción normativa, actualmente vigente, puede


ser considerada como una genérica causal de procedencia del recurso, que
incluye a las afectaciones de las normas materiales como a las procesales, es
decir frente a errores in iudicando e in procedendo.
Esto ha llevado a afirmar a algunos autores que la inclusión de esta
nueva causal de infracción normativa no ha significado en realidad un cam-
bio radical con el régimen anterior. Así, por ejemplo, Martín Alejandro
Sotero Garzón sostiene que “no ha sucedido ninguna modificación sustan-
cial, manteniéndose las posibilidades de interponer el recurso de casación en
los mismos supuestos antes regulados, más aún cuando el texto modificatorio
del artículo 388 del CPC, establece que la pretensión casatoria sigue siendo
o revocatoria (que procede ante una infracción a normas materiales o proce-
sales que hayan sido objeto de la decisión, la cual es subsanada por la propia
Corte Suprema, de conformidad con la modificación al artículo 396 del CPC
promulgada) o anulatoria (que procede ante una infracción al debido proceso
y tutela jurisdiccional efectiva en el procedimiento, ante la cual se decreta la
nulidad de todo lo actuado y se reenvía el proceso al órgano que cometió el
vicio)”(92).
Sin dejar de entender estas críticas, nosotros somos de la opinión que
si bien es cierto que la causal de infracción normativa tiene la cualidad de
englobar a las causales materiales y procesales del régimen anterior, consi-
deramos además, que en estas no se agota las posibilidades de esta novísima
causal. En otras palabras, además de las cinco causales de procedencia re-
cogidas en el texto original del Código Procesal Civil, la causal normativa
puede ser utilizada para justificar la procedencia del recurso por motivos dis-
tintos a aquellas.
En efecto, teóricamente no se puede excluir la posibilidad de que se
presenten situaciones de “infracción normativa” que antes no estaban regula-
das en la citadas cinco “antiguas causales”. Otra vez, será la práctica judicial
la que nos informará si es que se presentarán supuestos de infracción norma-
tiva que escapen a las cinco tradicionales causales de la casación.
Por último, es necesario destacar que esta causal exige que la infrac-
ción normativa deba “incidir directamente sobre la decisión contenida en la
resolución impugnada”. Este es un límite que puede resultar muy importante

(92) SOTERO GARZÓN, Martín Alejandro. “A propósito de las ¿modificaciones? a la casación en el Código Procesal Civil”. En: <http://
www.justiciaviva.org.pe/notihome/notihome01.php?noti=58>.

70
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

para impedir justamente que la aparente simplicidad de la expresión “infrac-


ción normativa” genere un incremento de los recursos de casación que se
presenten ante nuestro Tribunal Supremo.
Además de ello, existe un elemento a tomar en cuenta. Ante la posibili-
dad de que la novísima causal de infracción normativa pueda significar que
cualquier alegación del recurrente será suficiente para que la Corte conceda
el recurso, no debe olvidarse que ya existe una tendencia jurisprudencial en
nuestro país que exige a los justiciables la necesidad de fundamentar debida-
mente su escrito de casación.
Así, por ejemplo, podemos citar la Casación N° 637-95/Lima, en la que
se señala que “para cumplir con el requisito de la debida fundamentación del
recurso el recurrente debe acreditar la exigencia de un agravio producido por
la sentencia recurrida, que tal agravio se produjo como consecuencia directa
de uno de los motivos taxativamente contemplados en la ley y no por otros,
y que entre el agravio denunciado y las conclusiones de la sentencia recurri-
da se dé una precisa relación de causalidad”(93).

2. El apartamiento inmotivado del precedente


a) De la doctrina jurisprudencial al precedente judicial
Para entender a cabalidad esta segunda causal de procedencia del recur-
so de casación tenemos que analizar el concepto de precedente judicial. Para
ello debemos recordar tanto el texto anterior del artículo 400 del Código
Procesal Civil a la reforma introducida por la Ley Nº 29364, que regulaba la
denominada doctrina jurisprudencial, así como el nuevo texto del menciona-
do artículo, que recoge lo que se denomina precedente judicial.
Así, el texto anterior del artículo 400 del Código Procesal Civil estable-
cía lo siguiente:
“Artículo 400.- Doctrina jurisprudencial.-
Cuando una de las Salas lo solicite, en atención a la naturaleza de
la decisión a tomar en un caso concreto, se reunirán los vocales en
Sala Plena para discutirlo y resolverlo.

(93) Casación N° 637-95-Lima, emitida el 26 de diciembre de 1995.

71
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

La decisión que se tome en mayoría absoluta de los asistentes al


Pleno constituye doctrina jurisprudencial y vincula a los órganos
jurisdiccionales del Estado, hasta que sea modificada por otro pleno
casatorio.
Si los abogados hubieran informado oralmente a la vista de la
causa, serán citados para el pleno casatorio.
El pleno casatorio será obligatorio cuando se conozca que otra
Sala está interpretando o aplicando una norma en un sentido
determinado.
El texto íntegro de todas las sentencias casatorias y las resoluciones
que declaran improcedente el recurso, se publican obligatoriamente
en el diario oficial, aunque no establezcan doctrina jurisprudencial.
La publicación se hace dentro de los sesenta días de expedidas,
bajo responsabilidad”.
Por su parte, el texto actual del artículo 400 establece lo siguiente:
“Artículo 400.- Doctrina jurisprudencial.-
La Sala Suprema Civil puede convocar al pleno de los magistra-
dos supremos civiles a efectos de emitir sentencia que constituya o
varíe un precedente judicial.
La decisión que se tome en mayoría absoluta de los asistentes al
pleno casatorio constituye precedente judicial y vincula a los órga-
nos jurisdiccionales de la República, hasta que sea modificada por
otro precedente.
Los abogados podrán informar oralmente en la vista de la causa
ante el pleno casatorio.
El texto íntegro de todas las sentencias casatorias y las resolucio-
nes que declaran improcedente el recurso, se publican obligatoria-
mente en el diario oficial, aunque no establezcan precedente. La
publicación se hace dentro de los sesenta días de expedidas, bajo
responsabilidad”.
El reemplazo del vocablo “doctrina jurisprudencial” por el de “prece-
dente judicial” no constituye un mero cambio terminológico, sino que pre-
tende ser la solución a la problemática ocasionada por la regulación anterior
que había generado la casi nula existencia de la doctrina jurisprudencial que

72
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

precisamente reclamaba la versión original del artículo 400 y la disparidad


de criterios entre las salas civiles supremas que, como es evidente, atenta-
ban contra una de las finalidades del recurso de casación: la unificación de la
jurisprudencia.
En efecto, para los abogados litigantes y para los investigadores jurí-
dicos no resultaba extraño encontrarse con resoluciones supremas que, pese
a ocuparse de temas similares, resultan ser contradictorias entre sí. Una de
las razones de esta grave situación es la poca unificación de criterios de los
vocales supremos integrantes de las salas civiles permanente y transitoria,
quienes ahogados por la excesiva carga procesal contaban con pocas posibi-
lidades para realizar acuerdos plenarios o al menos reuniones de coordina-
ción para conciliar criterios.
En palabras del profesor Hurtado Reyes, esta situación se presentaba
debido a las siguientes razones:
a) La poca preocupación de los actores principales del problema, una
alta desidia en proponer y motivar los plenos jurisdiccionales nece-
sarios para llegar a la ansiada doctrina jurisprudencial.
b) La deficiencia en la toma de decisiones por parte de las autoridades
competentes para promover y desarrollar, como política permanen-
te para el mejoramiento de la administración de justicia, la emisión
de doctrina jurisprudencial y como elemento fundamental para pro-
piciar la predictibilidad de las decisiones judiciales y apuntalar el
principio de seguridad jurídica.
c) Los esfuerzos de las autoridades que rigen los destinos de la jus-
ticia peruana, desde hace mucho tiempo están avocadas a la justi-
cia procesal penal, relegando la importancia de la justicia civil en
nuestra sociedad.
d) Un procedimiento poco viable establecido por el legislador para
la emisión de la doctrina jurisprudencial, incluyendo el cuestio-
namiento de inconstitucionalidad del mismo, al dejar que sea una
instancia no jurisdiccional la que decida sobre el particular (Sala
Plena de la Corte Suprema)(94).

(94) HURTADO REYES, Martín. Ob. cit., p. 40.

73
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

Sobre el particular, el reconocido jurista Javier de Belaunde efectuó a


mediados del 2005 un sesudo y completo diagnóstico sobre los problemas
de predictibilidad de la jurisprudencia nacional. Así, el citado autor afirma
que “uno de los problemas más graves de la justicia peruana es que es im-
predecible. No solo es una justicia lenta, sino que por múltiples factores
(razonamiento exageradamente formalista, desvinculación del contexto
económico y social, corrupción, etc.) es muy difícil predecir el resultado de
un conflicto de intereses llevado al sistema de justicia. La jurisprudencia es
de baja calidad. Muchas veces no hay motivación adecuada y en múltiples
oportunidades resulta difícil encontrar en ella criterios orientadores. Un as-
pecto fundamental resulta trabajar por mejorar la calidad de la jurispruden-
cia. No solo es un problema de capacitación permanente de los jueces, sino
también de resolver elementales problemas administrativos. Por ejemplo,
que la Corte Suprema tenga un archivo de los casos que ha resuelto a los
cuales los mismos jueces supremos puedan recurrir. En el Perú, la jurispru-
dencia no establece precedentes de obligatorio cumplimiento. Ello permite
que resulte frecuente que ante un mismo problema jurídico se den soluciones
diferentes. Consideramos que este es uno de los factores más graves para la
falta de confianza en la justicia. Lo curioso es que recientemente la legisla-
ción peruana ha contemplado la posibilidad de que se establezcan preceden-
tes obligatorios. Así, el artículo 400 del Código Procesal Civil vigente desde
1992 establece que cuando una de las Salas de la Corte Suprema lo solicite,
en atención a la naturaleza de la decisión a adoptar en un caso concreto, se
reunirán los jueces de la Suprema en Sala Plena para discutirlo y resolverlo.
La decisión que se adopte constituye doctrina jurisprudencial y vincula a los
órganos jurisdiccionales del Estado hasta que sea modificada por otro pleno
casatorio. La Corte Suprema no ha aplicado este artículo y en el Perú no ha
habido plenos casatorios. De esta manera se ha desperdiciado la ocasión de
uniformar jurisprudencia en cuestiones fundamentales. Las causas son diver-
sas. Ineficiencia administrativa, falta de recursos, excesiva carga procesal e
indudablemente falta de voluntad”(95).
Años después, el Grupo de Trabajo Temático (GTT Nº 6), Predictibilidad
y Jurisprudencia, de la Ceriajus, también realizó un análisis sobre esta proble-
mática y, además, sobre la naturaleza de la “doctrina jurisprudencial” que es-
taba prevista en la versión original del artículo 400 del Código adjetivo. Así,

(95) de Belaunde LÓPEZ de ROMAÑA, Javier. “Algunas propuestas para la reforma del Sistema Judicial Peruano”. En: Cuaderno de
Formación Nº 2-2005. Instituto de Estudios Social Cristianos y Fundación Konrad Adenauer, Lima, 2005, pp. 10-11.

74
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

en el informe presentado por dicho grupo de trabajo se señaló que si bien


la sumilla y el texto del texto original del artículo 400 se refieren a la “doc-
trina jurisprudencial”, en realidad se están refiriendo a las llamadas senten-
cias normativas o a la instauración del principio del stare decisis. Además,
se anotó que:
a) La jurisprudencia es la que tiene carácter de vinculante, la misma
que puede entenderse en sentido lato como las resoluciones judi-
ciales en general que los magistrados emiten en ejercicio de su fun-
ción judicial, o en sentido estricto, como las resoluciones judiciales
expedidas por la Corte Suprema, como máximo Tribunal.
b) Se identifican dos clases de jurisprudencia: por un lado, la doctri-
na jurisprudencial que remite a las resoluciones judiciales referen-
ciales que carecen de obligatoriedad, por lo que no son fuente del
Derecho y, por lo tanto, no son vinculantes para las instancias infe-
riores y, por otro, están las sentencias normativas, que sí son reso-
luciones judiciales vinculantes debiendo observarse el precedente
en la solución de casos idénticos o esencialmente similares.
c) Las sentencias normativas son las que brindan seguridad jurídica
y predictibilidad, siendo que esta noción se conoce y consolida a
través del principio del stare decisis.
d) El principio del stare decisis –precedentes de observancia obligato-
ria o sentencias normativas– es el que ha sido recogido por nuestro
legislador en el artículo 400 del Código Procesal Civil.
e) Con un sistema de precedentes es de suponer que solamente se pre-
sentarán aquellas demandas cuya posibilidad de triunfo sea razona-
ble. Ello generará una curva decreciente en la carga procesal puesto
que los jueces tendrán menos casos que resolver.
f) La creación de criterios uniformes de interpretación del Derecho
aliviará el trabajo al momento de resolver puesto que bastará iden-
tificar cuál es la línea jurisprudencial que se siguió en casos simila-
res, no siendo necesario entrar a mayores discusiones jurídicas.
g) La ausencia de precedentes de observancia obligatoria es un
problema en el sistema jurídico peruano, por ello, la propia
Corte Suprema ha reconocido la necesidad de realizar Plenos
Casatorios con el objetivo de uniformizar los criterios que deben

75
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

ser empleados por todos los magistrados peruanos para dictar sus
resoluciones. Consideramos que debería imponerse una multa,
además de cuando se presente un recurso por malicia o temeri-
dad, cuando se interponga aun existiendo precedente judicial que
haga predecible que la impugnación será desestimada, ya que se
estaría evidenciando un ejercicio innecesario de este recurso
extraordinario(96).
La misma Corte Suprema, en sus sentencias de casación, reconocía su
incapacidad para desarrollar doctrina jurisprudencial. Por ejemplo, no son
pocas las sentencias que declaraban improcedente el recurso debido a la im-
posibilidad de aceptar la causal de aplicación indebida de la doctrina juris-
prudencial alegada por el recurrente.
Así, por ejemplo, en la Casación Nº 933-96/Lima, se señaló que “la
doctrina jurisprudencial que se invoca aún no se ha producido con las for-
malidades precisadas en el artículo cuatrocientos de la legislación procesal
antes citada, por lo que no procede su control casatorio”(97).
Con el panorama antes descrito, no resulta difícil entender que resul-
taba urgente modificar el artículo 400 del Código Procesal Civil para lograr
la ansiada uniformidad jurisprudencial. Por ello, como resulta obvio, lo que
se pretende con la reforma efectuada por la Ley Nº 29364 al mencionado
artículo es dotar de mayores facilidades a los vocales supremos civiles para
propiciar la generación de precedentes judiciales, reduciendo las exigencias
de la redacción original del citado artículo.
De esta manera se elimina la necesidad de convocar a la Sala Plena de
la Corte Suprema para expedir un precedente judicial, permitiendo que sea la
Sala Suprema Civil la que convoque solamente a los jueces supremos con la
especialidad civil los que decidan la emisión de precedentes judiciales.
En efecto, el párrafo inicial del texto actual del artículo 400 establece
que la Sala Suprema Civil puede convocar al pleno de los magistrados su-
premos civiles a efectos de emitir sentencia que constituya o varíe un prece-
dente judicial. Se precisa que la decisión que se tome en mayoría absoluta de
los asistentes al pleno casatorio constituye precedente judicial y vincula a los

(96) Informe del Grupo de Trabajo Temático - GTT Nº 6. “Predictibilidad y jurisprudencia de Ceriajus”. Extraído de GUERRA CERRÓN, J.
María Elena. “Casación: ¿se privilegia la aplicación del Derecho o la búsqueda de la justicia?”, pp. 31-32.
(97) Casación Nº 933-96/Lima, emitida por la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia de la República el 24 de octubre de 1996.

76
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

órganos jurisdiccionales de la República hasta que sea modificada por otro


precedente.
Como puede observarse, se ha otorgado solamente a la Sala Suprema
Civil (y ya no a la Sala Plena de la Corte Suprema, como decía el texto ante-
rior del artículo 400) la facultad de convocar al pleno de los magistrados su-
premos civiles para emitir una sentencia que cree o modifique un precedente
judicial.
Así, parece plausible que ya no se requiera el concurso de la Sala Plena,
esto es, de todos los vocales supremos titulares sin distinción (esto es, civi-
les, penales, constitucionales, etc.). De esta manera se evitan dos problemas
evidentes: el concurso de un gran número de vocales, con todos los proble-
mas de logística, citación y costo que ello implica, y la participación de vo-
cales de otras especialidades que tal vez –salvo contadas excepciones– poco
podrían aportar en el tema.
Sobre este punto, Hurtado Reyes, en opinión que compartimos, ha es-
crito que “la especialidad de los que jueces supremos para emitir los prece-
dentes judiciales es de suma importancia, es un avance, porque en el único
pleno jurisdiccional emitido durante 15 años de vigencia del CPC primó el
criterio de magistrados que no necesariamente tienen la especialidad civil,
más por el contrario, las voces disidentes en la resolución que resuelve la ex-
cepción de transacción extrajudicial para archivar los procesos judiciales fue
la de los jueces supremos con especialidad civil, nada más insólito”(98).
El cada vez más destacado procesalista Aldo Zela ha advertido que “no
hay actualmente una definición clara de quiénes conformarían dicho pleno.
Se debería entender que en la actualidad ello implica reunir a todos los
vocales supremos que conforman la Sala Civil Permanente y la Sala Civil
Transitoria. Sin embargo, no se precisa si se debe convocar solo a los vocales
titulares o también a los suplentes (se deberá entender también que se refiere
a ambos). Por otro lado, y como se sabe, la Sala Civil Transitoria deberá
ser desactivada (precisamente por ser ‘transitoria’. En suma, en un escenario
ideal, en que solo exista una Sala Suprema Civil y todos sus vocales sean
titulares, no tendría mucho sentido hablar de un ‘Pleno de los Magistrados

(98) HURTADO REYES, Martín. Ob. cit., p. 40.

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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

Supremos Civiles’, pues serían exactamente los mismos jueces que confor-
man la mencionada Sala Suprema Civil”(99).
Sobre el particular podrían salvarse estos problemas advertidos por
Zela indicando que la norma no distingue entre jueces provisionales y titu-
lares, por lo que debería concluirse que todos ellos, sin excepción, deberían
estar llamados a integrar esta Sala Plena Civil que está facultada para emitir
o variar un precedente judicial. Igualmente, deberían estar comprendidos no
solo los vocales integrantes de la Sala Permanente Civil, sino también los de
la Sala Civil Transitoria, hasta que esta última siga en funciones.
Es más, si por alguna razón de sobrecarga procesal se tuviera que crear
una segunda Sala Civil Transitoria (escenario que, valga decirlo, no desea-
mos) estos también deberían integrar dicha Sala Plena. Y, en el escenario
ideal de que los esfuerzos por disminuir la carga procesal dieran sus frutos, y
solo sea necesaria una Sala Civil Suprema, entonces, solo los cinco vocales
que la integren serían los llamados a “autoconvocarse” para emitir un prece-
dente judicial.
Así, Hurtado Reyes ha señalado que “Aunque la norma no es muy clara
en este aspecto, consideramos que los jueces supremos que deben partici-
par en este pleno son tanto los jueces supremos titulares como provisionales,
porque ambos son los actores principales de las decisiones de mayor impor-
tancia que se dictan en nuestro Sistema Judicial. Esto es necesario, además,
porque la estructura que presenta nuestra Corte Suprema conforme a la Ley
Orgánica del Poder Judicial hace que la Sala Civil Suprema (ahora perma-
nente, para diferenciarla de la transitoria) debe tener solo 5 integrantes, por
lo que si se habilita para participar en estos debates y votación solo a los
jueces supremos, tendríamos que la voluntad de 3 jueces supremos sería su-
ficiente para la creación de los llamados precedentes judiciales. Esperemos
que esta disposición merezca de parte de la Presidencia de la Corte Suprema
una Directiva para su mejor aplicación, apuntando siempre a la especialidad
y a la participación de los magistrados titulares y provisionales que se en-
cuentren ejerciendo labores en la Sala Suprema Civil”(100).
En resumen, actualmente, los diez vocales supremos en lo civil que
ejerzan funciones (titulares y suplentes, de la sala permanente y transitoria)

(99) ZELA VILLEGAS, Aldo. Ob. cit., pp. 203-204.


(100) HURTADO REYES, Martín. Ob. cit. pp. 40-41.

78
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

al momento de la convocatoria serían los llamados de integrar la Sala Plena


a la que hace referencia el artículo 400 del Código Procesal Civil. Comparte
este criterio Enrique Valverde, cuando afirma que “El nuevo artículo 400 trae
una saludable modificación. Se deja de lado que el Pleno Casatorio se realice
con todos los integrantes de la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia de
la República. Ahora, dicho Pleno estará conformado únicamente por todos
los magistrados supremos civiles, que a la fecha son en número de diez al
existir dos salas civiles, pudiendo variar esa cantidad en el futuro”(101).

(101) VALVERDE GONZÁLES, Enrique. Ob. cit., p. 324.

79
Requisitos de
Capítulo
admisibilidad del
recursode
casación 5
CAPÍTULO
5
Requisitos de admisibilidad del recurso
de casación

I. Regulación de los requisitos de admisibilidad

Los requisitos de admisibilidad del recurso de casación se encuen-


tran regulados en el artículo 387 del Código Procesal Civil. Este artículo es
otro de los que ha sufrido significativas modificaciones en virtud de la Ley
N° 29364, del 28 mayo de 2009. Así, el texto actual de la norma establece lo
siguiente:
“Art. 387.- Requisitos de admisibilidad
El recurso de casación se interpone:
1. Contra las sentencias y autos expedidos por las salas superiores
que, como órganos de segundo grado, ponen fin al proceso;
2. Ante el órgano jurisdiccional que emitió la resolución impugna-
da o ante la Corte Suprema, acompañando copia de la cédula de
notificación de la resolución impugnada y de la expedida en primer
grado, certificada con sello, firma y huella digital, por el abogado
que autoriza el recurso y bajo responsabilidad de su autenticidad.
En caso de que el recurso sea presentado ante la Sala Superior,
esta deberá remitirlo a la Corte Suprema sin más trámite dentro del
plazo de tres días;

83
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

3. Dentro del plazo de diez días, contado desde el día siguiente de


notificada la resolución que se impugna, más el término de la dis-
tancia cuando corresponda;
4. Adjuntando el recibo de la tasa respectiva.
Si no se cumple con los requisitos previstos en los numerales 1 y
3, la Corte rechazará de plano el recurso e impondrá al recurren-
te una multa no menor de diez ni mayor de cincuenta Unidades
de Referencia Procesal en caso de que considere que su interpo-
sición tuvo como causa una conducta maliciosa o temeraria del
impugnante.
Si el recurso no cumple con los requisitos previstos en los nume-
rales 2 y 4, la Corte concederá al impugnante un plazo de tres días
para subsanarlo, sin perjuicio de sancionarlo con una multa no
menor de diez ni mayor de veinte Unidades de Referencia Procesal
si su interposición tuvo como causa una conducta maliciosa o te-
meraria. Vencido el plazo sin que se produzca la subsanación, se
rechazará el recurso”.
En cambio, el texto original del artículo 387 establecía lo siguiente:
“Artículo 387.- Requisitos de forma.-
El recurso de casación se interpone:
1. Contra las resoluciones enumeradas en el artículo 385;
2. Dentro del plazo de diez días, contado desde el día siguiente de
notificada la resolución que se impugna, acompañando el recibo de
pago de la tasa respectiva; y,
3. Ante el órgano jurisdiccional que expidió la resolución
impugnada”.
Ahora bien, el nuevo texto del artículo 387 del Código Procesal Civil
ha subsumido (con notorias modificaciones) el contenido del ahora derogado
(por obra de la Ley Nº 29364) artículo 385. Este abrogado precepto estable-
cía que:
“Artículo 385.- Resoluciones contra las que procede el recurso.-
Solo procede el recurso de casación contra:

84
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

1. Las sentencias expedidas en revisión por las Cortes Superiores;


2. Los autos expedidos por las Cortes Superiores que, en revisión,
ponen fin al proceso; y,
3. Las resoluciones que la ley señale”.
Como puede apreciarse, son notables las diferencias entre el régimen
actual y el anterior en lo que respecta a los requisitos de admisibilidad o
de forma. A analizar cada uno de estos requisitos nos ocuparemos en este
capítulo, señalando, en cada caso, cuáles son las diferencias entre ambos
regímenes.

II. Requisitos de admisibilidad del recurso de casación

1. Resoluciones recurribles en casación


El inciso 1 del artículo 387 del Código Procesal Civil establece que el
recurso de casación procede contra las sentencias y autos expedidos por las
salas superiores que, como órganos de segundo grado, ponen fin al proceso.
Comparada esta regulación con la que estaba prevista en el derogado artícu-
lo 385 (sentencias expedidas en revisión por las Cortes Superiores; los autos
expedidos por las Cortes Superiores que, en revisión, ponen fin al proceso; y
las resoluciones que la ley señale), las diferencias son resaltantes.
En primer término, puede advertirse que, en lo que respecta a la impug-
nación de autos, se ha optado por prescindir de la frase “(sentencias y autos)
expedidos por las Cortes Superiores que, en revisión, ponen fin al proceso” y
se le ha reemplazado por “sentencias y autos expedidos por las salas superio-
res que, como órganos de segundo grado, ponen fin al proceso”.
La doctrina es unánime en señalar que con esta variación se pretende
evitar que se pueda interponer recursos de casación contra las sentencias o
autos de las cortes superiores que en realidad no determinaban el fin del pro-
ceso, sino que solo optaban por anular sentencias o autos de los juzgados
especializados, sin que existiera un nuevo pronunciamiento sobre el fondo.
Así, la profesora Eugenia Ariano Deho sostiene que “Las resoluciones
recurribles son sustancialmente las mismas de antes, con una única limi-
tación: según el inciso 1 del nuevo artículo 387 del CPC debe tratarse de
sentencias o autos ‘expedidos por las salas superiores que, como órganos
de segundo grado, ponen fin al proceso’. Con ello dejan de ser recurribles

85
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

aquellas sentencias de vista que en lugar de pronunciarse sobre el fondo, se


limitan a anular la apelada, reponiendo el proceso ante el primer juez”(102).
En el mismo sentido, Aldo Zela señala que con esta reforma “se busca evitar
que aquellas resoluciones que no pongan fin al proceso sean objeto de casa-
ción, como sucedía por ejemplo, con aquellas resoluciones de segundo grado
que anulaban las del primero y que, si bien podían ser consideradas ‘senten-
cias en revisión’, no tenían como efecto poner fin al proceso”(103).
Enrique Valverde agrega que “el término revisión aludía al contenido
de la actividad del órgano jurisdiccional, en tanto que la actual redacción se
apoya en la competencia funcional del órgano que emitió la resolución im-
pugnada, cerrando así las posibilidades de interpretación ambigua respecto a
la palabra revisión”(104).
Para terminar este punto, debemos señalar que resulta cuestionable que
no se haya aprovechado la expedición de la Ley Nº 29364 para excluir del
acceso a la casación a las resoluciones que pongan fin a los procesos sumarí-
simos, abreviados o de ejecución.
Sobre el particular compartimos la opinión de la profesora Guerra
Cerrón, quien sostiene que “Es comprensible que no se haya hecho la ex-
clusión porque se trata de una ‘reforma tímida’ en la que finalmente no se ha
asumido una postura definida. Aún no se ha decidido regular a la casación
como un recurso extraordinario propiamente, ya que lo que se buscaría es
hacer justicia. Creemos que en el caso de las resoluciones que ponen fin a
procesos únicos de ejecución, está por demás justificado que sean objeto de
exclusión”(105).
Si se deseaba en verdad descongestionar a la Corte Suprema de un gran
número de causas que en realidad no resulta relevante que sean analizadas
por la máxima instancia del Poder Judicial, era evidente que debió estable-
cerse que solo pueda recurrirse en casación las sentencias de segundo grado
que se emitan en los procesos de conocimiento. No se optó por ello en las
últimas reformas efectuadas a la casación, por lo cual nuestro régimen vi-
gente mantiene el grave defecto del anterior de permitir que sentencias pro-
venientes de un proceso sumarísimo o abreviado pueden ser recurridas en

(102) ARIANO DEHO, Eugenia. Ob. cit., p. 20.


(103) ZELA VILLEGAS, Aldo. Ob. cit., p. 204.
(104) VALVERDE GONZÁLES, Enrique. Ob. cit., p. 318.
(105) GUERRA CERRÓN, J. María Elena. Ob. cit., p. 31.

86
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

casación, cuando es muy poco probable que pueda cumplirse con la finalidad
nomofiláctica del recurso al casarse sentencias o autos que provengan de este
tipo de procesos.

2. Órgano ante el cual debe presentarse el recurso


Bajo la redacción original (ahora modificada) del artículo 387 del
Código Procesal Civil, no se podía interponer directamente el recurso de
casación ante la Corte Suprema, sino que obligatoriamente el recurso debía
presentarse ante la corte superior que expidió la resolución (sentencia o
auto) impugnada, a fin de que esta, luego de un proceso de calificación ini-
cial, lo eleve a la Corte Suprema(106).
En cambio, en la redacción actual inciso 2 del artículo 387 del Código
Procesal Civil se prevé dos alternativas para la presentación del recurso de
casación. Así, por un lado, establece que el recurso se interpone ante el ór-
gano jurisdiccional que emitió la resolución impugnada; por otro, también
señala que puede interponerse ante la Corte Suprema. En ambos casos, de-
berá acompañarse copia de la cédula de notificación de la resolución impug-
nada y de la expedida en primer grado, certificada con sello, firma y huella
digital, por el abogado que autoriza el recurso y bajo responsabilidad de su
autenticidad.
Además, dicho inciso precisa que en caso de que el recurso sea pre-
sentado ante la sala superior, esta deberá remitirlo a la Corte Suprema sin
más trámite dentro del plazo de tres días. Cabe señalar que –como veremos
más adelante con mayor detalle– la sala superior no debe ni puede calificar
el recurso, como sucedía en el régimen anterior a la Ley Nº 29364, sino que
simplemente debe cumplir con su remisión.
Sobre esta doble posibilidad de interponer el recurso indirectamen-
te ante la corte superior que emitió la resolución o directamente ante la
Suprema, la profesora Ariano afirma que “No se sabe bien cuál sea la razón
por la cual se haya pensado en la interposición ‘directa’ del recurso ante la
Corte Suprema, pero la solución me agrada, pues con ello se evitará todo ese
tiempo ‘muerto’ que se generaba entre la interposición/concesión del recurso
y su remisión al órgano de destino”(107).

(106) El inciso 3 del artículo 387 del Código Procesal Civil, antes de las reformas efectuadas por la Ley Nº 29634, ordenaba que el recur-
so de casación debía interponerse “ante el órgano jurisdiccional que expidió la resolución impugnada”.
(107) ARIANO DEHO, Eugenia. Ob. cit., p. 20.

87
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

Comentando este inciso, el profesor Monroy Gálvez, sin ocultar su mo-


lestia porque el texto de este inciso dista del propuesto por él a la comisión
del Congreso de la República que aprobó esta modificación, ha señalado que
“Hasta en el aspecto procedimental el proyecto original ha sido alterado con
consecuencias que es de esperar no sean lamentables, aunque a la fecha son
por lo menos confusas. El objetivo en el proyecto fue evitar que el expedien-
te vaya de provincia a Lima innecesariamente. A tal efecto, se concibió que
el escrito, conteniendo el recurso, copias de las dos resoluciones que ponen
fin al grado certificadas por el abogado del recurrente y la tasa respectiva, se
presenten en las cortes superiores o en la Sala Suprema respectiva, depen-
diendo de lo que fuese más fácil para el recurrente. Con tales recaudos, la
Sala Suprema era la única encargada de resolver tanto la admisibilidad como
la procedencia del recurso y, solo si se resolvía positivamente, ordenaba se
envíe el expediente. Con ello no solo se reducen costos, sino se evitaba que
las salas supremas se llenen de expedientes sin razón alguna. Cuando se lee
la nueva norma no hay manera de saber si la lógica descrita se ha mantenido.
En cualquier caso, hay que entenderla así”(108).
Por otro lado, el inciso 3 del artículo 387 también exige al impugnante
que el recurso de casación deba estar acompañado de copia de la cédula de
notificación de la resolución impugnada y de la expedida en primer grado,
certificada con sello, firma y huella digital, por el abogado que autoriza el
recurso y bajo responsabilidad de su autenticidad.
Comentando estos requisitos, Hurtado Reyes considera que la exigen-
cia de acompañar al recurso de una copia de la cédula de notificación de la
resolución impugnada, “servirá para controlar si la resolución impugnada
puede ser objeto de casación, esto es, para definir si es impugnable, con este
recurso debe tratarse básicamente de sentencias que resuelvan el conflicto,
no aquellas que anulen la sentencia de primer grado, y de autos que culmi-
nen el proceso, no cualquiera emitida por juez superior, de ahí la necesidad
de calificar a la casación como recurso extraordinario”(109). Además, agrega
el citado magistrado judicial, que la exigencia de adjuntar la copia de la re-
solución emitida por el juez de primer grado “posibilita que la sala de ca-
sación pueda definir documentalmente cuál fue el sentido de la resolución
del juez de fallo, la misma que fue apelada y resuelta por el juez superior, lo

(108) MONROY GÁLVEZ, Juan. “La causal de infracción normativa es menos nueva y original de lo que aparenta”. Entrevista en:
Actualidad Jurídica. Nº 187, Lima, junio, 2009, p. 17.
(109) HURTADO REYES, Martín. Ob. cit., pp. 45-46.

88
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

cual sirve de alguna manera para calificar el requisito exigido por el artículo
388 inciso 1: ‘el recurrente no hubiera consentido previamente la resolución
adversa de primera instancia, cuando esta fuera confirmada’”(110).
Llama la atención que se haya dispuesto que el abogado, además de
firmar el escrito y colocar su sello, lo que es una práctica generalizada, tam-
bién deba colocar su huella digital. Sobre el particular, el profesor Valverde
ha comentado que “esto de la huella digital nos parece que de no haberse in-
cluido en la modificación, en poco o nada afectaba la tramitación del recurso
al constituirse en un requisito inane, salvo que pretendiese desterrarse alguna
práctica fraudulenta”(111).

3. Plazo para la interposición del recurso de casación y el ¿término


de la distancia?
El inciso 3 del vigente artículo 387 del Código Procesal Civil establece
que el recurso de casación se interpone “dentro del plazo de diez días, conta-
do desde el día siguiente de notificada la resolución que se impugna, más el
término de la distancia cuando corresponda”.
Lo primero que podemos advertir es que se ha mantenido el plazo de
diez días (hábiles y no calendario, conforme a lo previsto en los artículos
141 y 147 del Código Procesal Civil(112)) para la interposición del recurso
que se estableció originalmente en el texto primigenio del artículo 387 del
Código adjetivo. Este es un plazo amplio, pero necesario; porque lo que se
busca es que el impugnante presente un recurso debidamente fundamentado
y que dote a la Corte Suprema de elementos necesarios para expedir la sen-
tencia casatoria. Debe recordarse la inflexibilidad del plazo de presentación
del recurso, pues tal como lo ha señalado la Corte Casatoria en repetidas
oportunidades, “el recurso de casación es perentorio y no es susceptible de
subsanación”(113) y “No cabe la ‘ampliación’ del recurso casatorio, porque la
oportunidad de presentarlo y sustentarlo es preclusiva”(114).

(110) Ibídem, p. 46.


(111) VALVERDE GONZÁLES, Enrique. Ob. cit., p. 319.
(112) El segundo párrafo del artículo 141 del Código Procesal Civil establece que son días hábiles los comprendidos entre el lunes y el
viernes de cada semana, salvo los feriados. Por su parte, los dos primeros párrafos del artículo 147 del mencionado código señalan
que el plazo se cuenta desde el día siguiente de notificada la resolución que lo fija y, cuando es común, desde la última notificación;
y que no se consideran para el cómputo los días inhábiles.
(113) Casación N° 018-2000/Junín, emitida por la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia de la
República y publicada en el diario oficial El Peruano el 30 de abril de 2001, p. 7281.
(114) Casación N° 2630-2000/Lambayeque, emitida por la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República y publi-
cada en el diario oficial El Peruano el 1 de marzo de 2001, pp. 7020-7021.

89
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

Igualmente, en la Casación N° 1742-2002/Lima, la Sala Civil Transitoria


de la Corte Suprema señaló que “El recurso de casación debe presentarse in-
dicando las causales comprendidas en los artículos trescientos ochentiséis y
trescientos ochentiocho del Código Procesal Civil, dentro del plazo de diez
días contados desde el día siguiente de notificada la resolución que se im-
pugna, por lo que cualquier ampliación de la fundamentación, vencido el
plazo para interponer el recurso, resulta extemporánea”(115).
En segundo lugar, se aprecia que se ha añadido a este plazo el que
corresponda por el término de la distancia. Sobre el particular, el maestro
Monroy Gálvez ha mencionado, con la elocuencia que lo caracteriza, que no
“hay que darle mucha importancia a la frase ‘el término de la distancia cuan-
do corresponda’ (artículo 387.3) porque, como es obvio, si el recurrente opta
por su sala superior es porque tenía domicilio fijado en el expediente, por lo
tanto, no va a usar ningún término y si decide presentar su recurso directa-
mente a la Suprema es su opción y, por lo tanto, tampoco tiene término de la
distancia que emplear. En consecuencia, el ‘término de la distancia’ no tiene
lugar en la regulación, es un exceso del legislador”(116).
La profesora Ariano señala que “el inciso 3 del artículo 387 del CPC
ha agregado un incomprensible ‘más el término de la distancia’, lo que solo
tendría sentido si es que el recurso solo se pudiera interponer directamente
ante la Corte Suprema (…). Estoy segura de que este ‘más el término de la
distancia’ generará uno que otro problema para determinar si el recurso ha
sido interpuesto a tiempo”(117).
Dicho en otros términos, la parte final del inciso 3 del artículo 387
del Código Procesal Civil, cuando hace referencia a “más el término de
la distancia cuando corresponda”, se trata de una norma inútil por no ser
operativa.

4. Tasa para presentación del recurso


El inciso 4 del actual artículo 387 del Código Procesal Civil estable-
ce que el recurso de casación se interpone adjuntando el recibo de la tasa
respectiva.

(115) Casación N° 1742-2002/Lima, emitida por la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República y publicada en el
diario oficial El Peruano el 1 de octubre de 2002, pp. 9356-9357.
(116) MONROY GÁLVEZ, Juan. Ob. cit., p. 17.
(117) ARIANO DEHO, Eugenia. Ob. cit., p. 21.

90
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

Sobre el particular, debe tenerse en cuenta que la primera disposición


complementaria única del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del
Poder Judicial, Decreto Supremo N° 017-93-JUS, publicado el 2 de junio
de 1993, establece que para los efectos de fijación de tasas establecidas en la
legislación procesal especial se debe aplicar la unidad de referencia proce-
sal (URP). Dicho precepto agrega que corresponde al órgano de gobierno y
gestión del Poder Judicial fijar al inicio de cada año judicial, el monto de la
URP.
Por tal motivo, el valor de las diversas tasas o aranceles judiciales es re-
gulada cada año, normalmente, por la Comisión Ejecutiva del Poder Judicial,
el que se actualiza de acuerdo al incremento que anualmente afecta a la uni-
dad impositiva tributaria (UIT), en la medida que diez (10) URP equivalen a
un (1) UIT(118).
Así, la Resolución Administrativa N° 111-2009-CE-PJ aprobó el cua-
dro de valores de los aranceles judiciales para el ejercicio gravable del año
2009(119), en la que se establece que la tasa a pagarse por la presentación del
recurso de casación en los procesos contenciosos cuyo valor de la preten-
sión sea hasta doscientos cincuenta (250) URP o de cuantía indeterminable,
asciende al 160% de la URP, esto es, quinientos setenta y seis nuevos soles
(S/. 576,00).
Cuando la pretensión sea mayor de doscientos cincuenta (250)
hasta quinientos (500) URP, siempre en un procedimiento contencioso, la
tasa ascenderá a 200% de la URP, o sea, setecientos veinte nuevos soles
(S/. 720,00); cuando la pretensión sea mayor de quinientos (500) hasta mil
(1000) URP, ascenderá a 300% de la URP, vale decir, mil ochenta nuevos
soles (S/. 1080,00); y, cuando la pretensión sea mayor de mil (1000) hasta
dos mil (2000) URP, importará un pago del 450% de la URP, es decir, mil
seiscientos veinte nuevos soles (S/. 1620,00).
Cuando la pretensión sea mayor de dos mil (2000) URP hasta tres mil
(3000) URP, la tasa a pagarse será de 900% URP, esto equivale a tres mil
doscientos cuarenta nuevos soles (S/. 3240,00); mientras que cuando la pre-
tensión sea mayor de tres mil (3000) URP, se deberá abonar un arancel de

(118) El valor de la unidad impositiva tributaria para el 2010 ha sido fijado en tres mil seiscientos nuevos soles (S/. 3600,00), conforme a
lo dispuesto por el Decreto Supremo N° 311-2009-EF del 30 de diciembre de 2009.
(119) A la fecha de publicación de esta obra aún no se ha publicado la tasa de aranceles 2010, por lo que continúa vigente la del año
anterior.

91
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

1300% URP, lo que asciende a cuatro mil seiscientos ochenta nuevos soles
(S/. 4680,00).
Vistos estos números, bien podría cuestionarse las razones por la cuales
se exige el pago de montos tan altos como tasas judiciales para la presenta-
ción del recurso de casación. La profesora Ledesma comenta sobre el parti-
cular que “La interposición del recurso debe estar acompañada del recibo de
la tasa respectiva, cuyo monto es bastante oneroso; ello porque se sostiene
que con este requisito se evita que se introduzca este recurso sin un sereno y
meditado estudio”(120). La citada autora menciona el trabajo de campo reali-
zado por Adelaida Bolívar y Carlos Arias, quienes afirman que “el alto costo
de los aranceles judiciales está negando el acceso al ejercicio del recurso de
casación, y por ende a la justicia, a un sector mayoritario de nuestra pobla-
ción, que es precisamente la de menor capacidad económica”(121).
No obstante, debemos recordar que la ley que determinó los principios
que sustentan el pago de tasas judiciales, Ley N° 26846 del 27 de julio de
1997, estableció que la determinación del pago de estos aranceles se debe
sustentar en la: i) equidad, por la que se exonera del pago de tasas a personas
de escasos recursos económicos, obteniendo así mayores ingresos que permi-
tan mejorar el servicio de auxilio judicial; ii) promoción de una correcta con-
ducta procesal que desaliente el ejercicio irresponsable del litigio y el abuso
del ejercicio de la tutela jurisdiccional; y, iii) simplificación administrativa,
que permita mayor celeridad en el trámite de acceso al servicio de auxilio ju-
dicial. Esto es, se incide –al menos en el segundo de estos elementos– en una
finalidad disuasiva del uso mal intencionado y con dilatorios del recurso de
casación, lo cual justificaría que las tasas para acceder a este recurso tengan
un valor estimable.
Igualmente, el carácter extraordinario del recurso de casación determi-
na que este recurso sea activado solo en casos muy particulares, en los que
existe una infracción normativa o apartamiento injustificado del precedente
judicial que guarden estrecha relación con el sentido de la sentencia impug-
nada. En este escenario, bien podría servir de paliativo el costo de las tasas
para evitar una proliferación exagerada de recursos de casación.

(120) LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. Ob. cit., p, 241.


(121) BOLÍVAR, Adelaida y ARIAS, Carlos. La casación civil 1994-1995. Cusco Editores, Lima, 1996, p. 35; citado por: LEDESMA
NARVÁEZ, Marianella. Comentarios al Código Procesal Civil. Loc. cit.

92
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

Para terminar, solo nos resta mencionar cómo las sentencias casatorias
han precisado la obligatoriedad del pago de tasas para proceder al examen
del recurso. Así, en la Casación N° 2076-99/Ucayali, se estableció que cada
una de las personas que presenten conjuntamente un recurso de casación
deben pagar la tasa judicial respectiva: “El recurso de casación ha sido in-
terpuesto en nombre de dos personas que conforman la parte demandante,
alegando su condición de poseedores del inmueble materia de litis, por lo
que debió cumplirse con el pago de dicha tasa por cada una de ellas”(122).

(122) Casación N° 2076-99/Ucayali, emitida por la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia de la
República y publicada en el diario oficial El Peruano el 30 de marzo de 2001, p. 7087.

93
Requisitosde
Capítulo
procedenciadel
recursode
casación 6
CAPÍTULO
6
Requisitos de procedencia del recurso de
casación

I. REGULACIÓN DE LOS Requisitos de procedencia


del recurso de casación

Los requisitos de procedencia del recurso de casación están previstos


en el artículo 388 del Código Procesal Civil. El texto vigente del citado ar-
tículo, tal como ha sido modificado por la Ley N° 29364 del 28 de mayo de
2009, establece lo siguiente:
“Artículo 388.- Requisitos de procedencia
Son requisitos de procedencia del recurso de casación:
1. Que el recurrente no hubiera consentido previamente la resolu-
ción adversa de primera instancia, cuando esta fuere confirmada
por la resolución objeto del recurso;
2. Describir con claridad y precisión la infracción normativa o el
apartamiento del precedente judicial;
3. Demostrar la incidencia directa de la infracción sobre la decisión
impugnada;
4. Indicar si el pedido casatorio es anulatorio o revocatorio.
Si fuese anulatorio, se precisará si es total o parcial, y si es este

97
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

último, se indicará hasta dónde debe alcanzar la nulidad. Si fuera


revocatorio, se precisará en qué debe consistir la actuación de la
Sala. Si el recurso contuviera ambos pedidos, deberá entenderse el
anulatorio como principal y el revocatorio como subordinado”.
El texto anterior de este artículo era el siguiente:
“Artículo 388.- Requisitos de fondo.-
Son requisitos de fondo del recurso de casación:
1. Que el recurrente no hubiera consentido previamente la resolu-
ción adversa de primera instancia, cuando esta fuere confirmada
por la resolución objeto del recurso;
2. Que se fundamente con claridad y precisión, expresando en cuál
de las causales descritas en el artículo 386 se sustenta y, según sea
el caso:
2.1. Cómo debe ser la debida aplicación o cuál la interpretación co-
rrecta de la norma de derecho material;
2.2. Cuál debe ser la norma de derecho material aplicable al caso; o
2.3. En qué ha consistido la afectación del derecho al debido proce-
so o cuál ha sido la formalidad procesal incumplida”.

II. ANÁLISIS DE LOS REQUISITOS DE PROCEDENCIA DEL


RECURSO DE CASACIÓN

Los requisitos de procedencia de la casación están relacionados con aque-


llas exigencias sustanciales o de fondo que debe cumplir estrictamente el recu-
rrente para que la Corte Suprema admita a trámite el recurso. No debe olvidarse
que quien recurre a la casación debe satisfacer adecuadamente estos requisitos de
fondo, pues no corresponde a la Corte Casatoria la labor de suplir los defectos de
formulación del recurso, tal como se advierte en la Casación N° 559-97/Ancash:
“Siendo el recurso de casación eminentemente formal, quien recurre a ella debe
satisfacer adecuadamente los requisitos de fondo que señala la ley procesal, no
pudiendo la Corte suplir los defectos de formulación del recurso, pues ello im-
plicaría la violación del principio de la igualdad de las partes en el proceso”(123).

(123) Casación N° 559-97/Ancash, publicada en el diario oficial El Peruano el 15 de junio de 1999, p. 3002.

98
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

A continuación, corresponde que analicemos cada uno de estos requisi-


tos de procedencia, a fin de determinar sus reales alcances y contenido.

1. No haber consentido la resolución de primer grado


El primer requisito de procedencia del recurso de casación es que el
recurrente no haya consentido la sentencia o auto de primer grado cuando
esta sea confirmada por la resolución de segundo grado. La idea que subyace
en este requisito es que el litigante no debe esperar hasta la expedición de
la sentencia de segundo grado para recurrir en casación con el objetivo de
cuestionar una infracción normativa o el apartamiento inmotivado de un pre-
cedente judicial que ya había sido expuesto en la sentencia de primer grado;
esto es, el recurrente debe demostrar que en todo momento discrepó de este
razonamiento judicial, por lo que con anterioridad impugnó dicha resolución
mediante el recurso de apelación.
Esto significa dos cosas: la primera, que si el justiciable obtuvo una
sentencia de primer grado (juzgado especializado) contraria totalmente a sus
intereses y no la recurrió mediante el recurso de apelación, entonces tampo-
co podrá impugnarla en casación. Y, en segundo término, significa que si el
justiciable tuvo un colitigante y ambos obtuvieron una sentencia de primer
grado contraria en parte a sus intereses, pero solo dicho colitigante apeló
dicha resolución, si esta es confirmada en segundo grado corresponderá úni-
camente a este la posibilidad de recurrir en casación.
Sobre el particular, la Corte Suprema ha mantenido durante estos años
un criterio uniforme en la aplicación de este requisito de procedencia. Así,
en la Casación N° 2638-2000/Junín, se estableció que “El recurrente se en-
cuentra legitimado para interponer el recurso subexamen [casación] pues no
consintió la apelada”(124). En muy similares términos, la Casación Nº 3114-
2000/Huara establece que “El recurrente se encuentra legitimado para inter-
poner el recurso casatorio, pues no consintió la resolución adversa de pri-
mera instancia”(125). También podemos citar la Casación Nº 925-2008/Lima,
mediante la cual se estableció que “uno de los requisitos de fondo para la
viabilidad del presente medio impugnatorio [recurso de casación] exige que
el recurrente no hubiera consentido previamente la resolución adversa de

(124) Casación N° 2638-2000/Junín, emitida por la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República y publicada en
el diario oficial El Peruano el 1 de marzo de 2001, pp. 7018-7019.
(125) Casación N° 3114-2000/Huaura, emitida por la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República y publicada en
el diario oficial El Peruano el 1 de marzo de 2001, p. 7048.

99
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

primera instancia, cuando esta fuera confirmada por la resolución objeto del
recurso; verificando los requisitos de fondo previstos en el artículo 388 del
Código Procesal Civil, específicamente el señalado en el inciso 1, se eviden-
cia que la empresa recurrente no cumple con el indicado requisito, por cuan-
to, ha consentido –no apeló– la resolución adversa de primera instancia, la
misma que fue confirmada por la Sala de mérito”(126).
Además de estos pronunciamientos, la Corte Casatoria peruana también
ha precisado que para que se cumpla con el requisito materia de estudio no
basta con verificar que el recurrente haya apelado en su momento la sen-
tencia de primer grado, sino que también el vicio alegado en casación haya
sido cuestionado por aquel en las instancias inferiores. Así, por ejemplo, en
la Casación N° 57-2001/Arequipa, puede encontrarse que “Para que se cum-
pla con el requisito de fondo de no haber consentido la resolución adversa
de primera instancia, no basta identificar si se ha interpuesto recurso de ape-
lación, sino además, que de los fundamentos del citado recurso se denuncie
también el vicio que ahora es materia de denuncia en vía de casación, ello
atendiendo a que la recurrida ha confirmado la apelada, con lo demás que la
contiene, de lo contrario está consintiendo el vicio que se denuncia”(127).
Con idéntico razonamiento tenemos a la Casación N° 3193-2000/La
Libertad, que establece que “Los vicios argumentados por el recurrente no
fueron denunciados como errores de derecho en su recurso de apelación
(…), más aún si la resolución de vista ha confirmado la de primera instancia
con lo demás que la contiene, por lo que no se cumple con el artículo 388 in-
ciso 1 del Código Procesal Civil, ya que no basta con interponer recurso de
apelación y luego de casación, si es que no se denuncian los mismos vicios,
porque de lo contrario se están consintiendo los vicios que pudiera tener la
resolución adversa de primera instancia”(128).

2. Expresar con claridad y precisión la causal del recurso


El inciso 2 del artículo 388 del Código Procesal Civil establece que
constituye requisito de procedencia de la casación que en el escrito de

(126) Casación N° 925-2008/Lima, emitida por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República el 11 de abril de
2008.
(127) Casación N° 57-2001/Arequipa, emitida por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República y publicada
en el diario oficial El Peruano el 31 de julio de 2001, p. 7538.
(128) Casación N° 3193-2000/La Libertad, emitida por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República y publi-
cada en el diario oficial El Peruano el 31 de agosto de 2001, p. 7686.

100
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

presentación del recurso se describa con claridad y precisión la infracción


normativa o el apartamiento del precedente judicial.
Esto significa que corresponde al recurrente la obligación de señalar de
forma clara y explícita en qué consiste el vicio o error cometido por el juez y
de qué manera esa circunstancia le provoca agravio; y, además, deberá sus-
tentar adecuada y suficientemente su propuesta para enmendar el error.
En efecto, no basta con la existencia del agravio, sino que se le debe
exigir al recurrente que precise con el fundamento necesario y suficiente cuál
es la infracción normativa que sustenta el recurso o cuál ha sido el aparta-
miento inmotivado del precedente que se alega.
En palabras de la profesora Ledesma, “Encontramos coherente la exi-
gencia que refiere el inciso 2 del artículo porque el recurso de casación no
tiene por propósito formar un nuevo juicio jurisdiccional para resolver una
controversia jurídica, sino el de controlar el juicio ya producido con el ca-
rácter de definitivo, al que se le califica de viciado por algún error in iure
previsto por la ley como causal del recurso. De ahí que para la procedencia
del recurso se exige se invoquen y se fundamenten las causales de casación
descritas en el artículo 386 del Código, puesto que ellas no podrán ser sus-
tituidas por el tribunal”(129). Por su parte, Valverde sostiene que “El segundo
inciso tiene similar exigencia de su predecesor, esta vez concordante con las
causales señaladas en el artículo 386, puesto que se deberá de precisar en
qué ha consistido la infracción normativa; en otro términos, qué normas se
han infringido o qué precedente judicial ha sido dejado de lado por la Sala
Superior al momento de absolver el grado”(130).
Nuestra Corte Suprema, bajo la regulación anterior a la expedición de
la Ley Nº 29364, ha tenido oportunidad de reafirmar y precisar los alcances
de este requisito de procedencia.
Por ejemplo, en la Casación Nº 2065-2002/Santa, se estableció que el
“inciso 2 del artículo 388 del Código Procesal Civil (…) establece que son
requisitos de fondo del recurso de casación que se fundamente con claridad
y precisión, expresando en cuál de las causales descritas en el artículo 386
se sustenta y, según sea el caso, precisar cómo debe ser la debida aplicación
o cuál la interpretación correcta de la norma de derecho material; cuál debe

(129) LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. Ob. cit., p. 243.


(130) VALVERDE GONZÁLES, Enrique. Ob. cit., p. 319.

101
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

ser la norma de derecho material aplicable al caso; o en qué ha consistido la


afectación del derecho al debido proceso o cuál ha sido la formalidad proce-
sal incumplida; por lo tanto, se colige que es deber procesal del recurrente
señalar clara y explícitamente en qué consiste el vicio, habiendo un análisis
razonado y crítico de los motivos de la decisión del juez, y luego explicar
la propuesta que se hace para corregirlo, fundamentándolo con los debidos
argumentos a fin de hacer valer cómo todo ello modificaría el sentido del
fallo”(131).

3. Demostrar la incidencia directa de la infracción sobre la decisión


impugnada
La idea, que entendemos subyace en el inciso 3 del artículo 388 del
Código Procesal Civil, es que el recurrente logre demostrar que aquel error
o vicio denunciado en su recurso de casación ha determinado directamente
el sentido de la decisión impugnada. De esta manera, se pretendería reforzar
la idea de que no es cualquier error o vicio el que puede ser alegado para
recurrir en casación, sino solo aquel que haya incidido directamente sobre la
decisión impugnada.
Existen opiniones que consideran innecesaria la inclusión de este requi-
sito de procedencia. Así, por ejemplo, Oscar Alberto Uribe Amorós, afirma
que “El inciso 3 del nuevo artículo 387 del Código Procesal Civil contiene,
a mi parecer, un pleonasmo, puesto que no es conveniente que, dentro de
un texto normativo, las frases se reiteren. Si la infracción a la normatividad,
como causal casatoria, ya venía acompañada de la incidencia directa respec-
to de la resolución impugnada, me pregunto cuál sería la trascendencia de
volver a incluirla, esta vez, como requisito de procedibilidad. La respuesta
es ninguna trascendencia. No se justifica una repetición tan irrelevante como
esa. Y lo único que logra es recargar aún más los aspectos críticos o cuestio-
nables del modelo casatorio (…). Y no nos equivocamos en nuestra afirma-
ción toda vez que la declaración de improcedencia de un recurso de casación
podría hacerse, independientemente, porque no se ha configurado la causal
casatoria denunciada, como lo es la infracción normativa que incida direc-
tamente sobre la decisión contenida en la resolución impugnada, conforme
el nuevo texto del artículo 386 del Código Procesal Civil dado que no se
ha podido acreditar dicha incidencia directa o también puede declararse

(131) Casación N° 2065-2002/Santa, emitida por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República y publicada en
el diario oficial El Peruano el 31 de agosto de 2004, pp. 12533-12534.

102
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

improcedente el recurso de casación toda vez que este no habría cumplido


con un requisito de procedibilidad, previsto taxativamente en el inciso 3 del
artículo 388 del Código Procesal Civil, al no haber demostrado la incidencia
directa de la infracción normativa.
El citado auto continúa su crítica señalando que “el problema surge por-
que, en ambos casos, estamos ante una sanción del legislador y a la misma
fórmula bizantina de: Si no te entiendo (o no te creo), te rechazo. Trabajando
con una hipótesis de laboratorio: ¿sería posible que las salas civiles de la
Corte Suprema declaren improcedente un recurso de casación, contra una
sentencia de vista, por no haber acreditado la incidencia directa de la infrac-
ción con la decisión? Siempre trabajando sobre una hipótesis: ¿acaso quien
cuestiona o plantea el recurso de casación no es aquel que se ve afectado
(directa o indirectamente) con la decisión de vista? ¿No es lógico pensar
que la incidencia directa es consustancial al hecho mismo de la impugna-
ción de una decisión que me es desfavorable? Si el a quo me da la razón, la
otra parte procesal apela dicha decisión, y el colegiado superior revoca la
resolución materia de grado y yo interpongo el correspondiente recurso de
casación, ¿acaso no es evidente que la decisión de vista afecta mi derecho?
Alguien me podría decir que sí. Entonces, ¿qué más tendría que demostrarle
a la Corte Suprema? ¿Por qué tendría que demostrarle a la Corte Suprema
algo que es tan evidente y que solo podrá concluirse luego de la evaluación
del recurso de casación? Hasta ahora, no encuentro explicación”(132).
Es cierto que uno de los presupuestos para legitimar a la persona que
presenta un recurso de casación es que la resolución de segundo grado le
provoque agravio (que es, en realidad, un presupuesto de todo medio impug-
natorio), pero –a diferencia del citado autor– consideramos que los requisitos
de procedencia del recurso previstos en el artículo 388, incluido el previsto
en el inciso 3, buscan que el recurrente justifique debidamente y en detalle su
pedido casatorio. No basta con alegar que ha sido agraviado por la sentencia
impugnada, sino que el recurrente debe indicar de qué manera la infracción
normativa expresada en la sentencia o el auto tiene incidencia directa en el
sentido de dicha resolución. Es de este modo que creemos se dota de sustan-
cia al precepto objeto de comentario.

(132) URIBE AMORÓS, Oscar Alberto. “Análisis del recurso de casación en el ordenamiento procesal civil peruano vigente. ‘Pocas virtu-
des y muchos defectos’”.

103
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

Comentando este requisito de procedencia, Enrique Valverde ha señala-


do que “el tercer inciso es el que, desde nuestro punto de vista, reviste mayor
dificultad conceptual y de aplicabilidad. Nos explicamos: una cosa es que
el litigante –mejor dicho, su abogado patrocinante– crea cuál pueda ser la
incidencia directa de la infracción sobre la decisión impugnada y otra muy
diferente será qué considere la Sala de Casación como tal incidencia (…) la
Sala Suprema tendrá que sopesar cuál será el grado de apariencia de proce-
dibilidad de la denuncia casatoria; de lo contrario (…) el procedimiento de
calificación de la procedibilidad se convertiría en un examen de fondo del
recurso, por lo que la Corte deberá de ser cauta al momento de realizar tal
labor, la que consistirá, en nuestro criterio, en una apreciación superficial de
la incidencia directa y ya luego, al momento de expedir sentencia, procederá
a analizar a fondo si es que existe dicha incidencia”(133).
Compartimos lo afirmado por el citado autor, pues resulta atendible que
este examen de procedibilidad deberá tener una exigencia menor al que la
Sala Casatoria deberá realizar al momento de sentenciar. No obstante, no
debe olvidarse que el recurrente tiene la obligación de demostrar dicha in-
cidencia, por lo que la Sala Suprema que conoce del recurso no debería ad-
mitirlo si es que dicha fundamentación no es la apropiada o resulta evidente
que no logra cumplir con acreditar la incidencia directa de la infracción.

4. Indicar si el pedido casatorio es anulatorio o revocatorio


El recurrente debe indicar si la presentación del recurso de casación
tiene por propósito anular o revocar la resolución impugnada, tal como esta-
blece el inciso 4 del artículo 388 en análisis.
Dicho precepto establece que si el pedido casatorio fuese anulatorio, el
recurrente debe señalar expresamente si es total o parcial. Si es este último,
se indicará hasta dónde debe alcanzar la nulidad. Por el contrario, si el pe-
dido casatorio fuera revocatorio, se precisará en qué debe consistir la actua-
ción de la Sala. Si el recurso contuviera ambos pedidos, deberá entenderse el
anulatorio como principal y el revocatorio como subordinado.
En palabras de la profesora Marianella Ledesma, “esto significa que la
parte impugnante no solo describirá las causales, sino que debe indicar si lo
que se busca con esta impugnación es lograr la anulación o la revocación

(133) VALVERDE GONZÁLES, Enrique. Ob. cit., pp. 319-320.

104
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

del fallo; además, debe indicar la intensidad de esa modificación, esto es, si
es total o parcial, y hasta dónde debe alcanzar la nulidad. Esta exigencia va
a conllevar a que los recursos sean analizados para su procedencia bajo una
congruencia interna, entre la infracción normativa denunciada y los efectos
que se buscan alcanzar con dicha impugnación”(134).
Hurtado Reyes manifiesta que “En esta parte de la modificatoria (ar-
tículo 388) referido a los requisitos de procedencia se han establecido con
precisión los fines generales de la impugnación, esto es, los referidos a la
rescisión del acto procesal o a su revocación. Así, si el impugnante pretende
acabar o eliminar el acto procesal impugnado debe indicarlo al recurrir, ha-
ciendo uso de la impugnación con fines rescisorios, para lo cual debe señalar
en su recurso ‘si el pedido casatorio es anulatorio’, es decir, con el objeto
de extinguir o desaparecer el acto procesal dictado por los jueces superiores
(sentencia o resolución que ponga fin al proceso). Aquí como sabemos, el
recurso de casación ejerce una función negativa (iudicium rescidens). Ahora
bien, en casación se hace uso de esta finalidad cuando invocamos errores in
procedendo, con los cuales, el impugnante le peticiona al juez de casación
deje sin efecto, anule o rescinda el acto procesal impugnado, concretamente
cuando la resolución cuestionada afecte groseramente el derecho a la tutela
judicial efectiva y el debido proceso del recurrente (ver artículo 396)”(135).
Continúa el mencionado autor analizando los fines revocatorios del re-
curso: “De otro lado, en casación se puede postular el recurso con fines re-
vocatorios, es decir, pedir a los jueces supremos que la decisión emitida por
los jueces superiores sea revocada, lo que significa la búsqueda por parte del
impugnante del cambio del sentido de la decisión, si la pretensión fue decla-
rada fundada (se debe pedir) se declare infundada o viceversa. En esta labor
cabrá denunciar los errores in iudicando en los que incurrieron los jueces
superiores al emitir la decisión impugnada (“infracción de una norma de de-
recho material”). Aquí el recurso de casación ejerce función positiva y busca
un pronunciamiento de fondo (iudicium rescissorium)”(136).
Compartimos lo manifestado por Hurtado Reyes cuando señala que la
novedad en este punto es que no solo se ha reconocido a nivel normativo los
fines de la impugnación en sentido general y en especial los de la casación,

(134) LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. “La casación civil: a mal tiempo, buena cara”, p. 26.
(135) HURTADO REYES, Martín. Ob. cit., p. 42.
(136) Ídem.

105
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

sino que lo importante es que ha dejado a la voluntad del impugnante decidir


qué pretende con su recurso. “Esto quiere decir, que el impugnante deberá
expresar en su recurso qué tipo de decisión busca de la Sala de Casación.
Por lo cual, podrá postular una pretensión impugnatoria buscando la resci-
sión o anulación del acto procesal impugnado, por vicios de naturaleza in
procedendo o aquella que pretenda la revocación de lo decidido, para ser
sustituida por otra, total o parcialmente, se entiende esta última por vicios in
iudicando”(137).
Por último, es de destacar que en el inciso 4 del artículo 388 se ha con-
templado un supuesto forzado de acumulación, en la medida de que si en el
recurso de casación se postula como pretensión impugnatoria la rescisión y
además la revocación de la decisión judicial, deberá colegirse que la prime-
ra (rescisión) deberá considerarse como pretensión principal mientras que la
segunda (revocación) como subordinada. Esto es lógico, pues la consecuen-
cia de declararse fundada la petición rescisoria es extinguir el acto procesal
cuestionado, lo que convierte en inútil a la pretensión de revocación. Por lo
tanto, debe aplicarse las reglas de la acumulación subordinada de pretensio-
nes previstas en el artículo 87 del Código Procesal Civil, que establece que
la acumulación objetiva originaria puede ser de tres clases: subordinada, al-
ternativa o accesoria. Asimismo, establece que la acumulación será subordi-
nada cuando la pretensión queda sujeta a la eventualidad de que la propuesta
como principal sea desestimada.
El profesor Valverde Gonzáles ha manifestado también algunas interro-
gantes sobre la aplicación práctica de este requisito de procedencia: “¿qué
pasará si la Sala de Casación, no obstante de haber determinado la infracción
normativa, es de la opinión que se debe de casar hasta la etapa procesal X y
la propuesta del impugnante fue que se anule hasta la etapa previa T? ¿En
este caso deberá de declararse infundado el recurso? ¿La Sala Casatoria es-
tará supeditada al pedido de la parte impugnante o puede tener un margen de
actuación diferente dentro de los límites fijados por el recurrente?”(138).

(137) Ídem. Agrega Hurtado Reyes, con certeza, que “Veamos si en la práctica los abogados litigantes pueden adecuar su asistencia
técnica a la nueva exigencia de la modificatoria, pues deben cumplir con la formalidad establecida en el artículo 388, lo que significa
ceñir la pretensión impugnatoria a los fines que se propone la casación, precisar por un lado si la nulidad del acto impugnado es
total o parcial (error in procedendo) y establecer en qué debe consistir la actuación de la sala de casación en caso de error in iudi-
cando. Los resultados de los recursos formulados con las causales taxativas del texto original del CPC no fueron muy alentadores.
La Sala de Casación en este rubro tendrá una labor pedagógica muy importante, pues con sus resoluciones establecerá guías de
orientación y parámetros para una mejor aplicación del instituto”.
(138) VALVERDE GONZÁLES, Enrique. Ob. cit., p. 320.

106
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

En nuestra opinión, en aplicación de los fines del proceso recogidos en


el artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Civil(139), conside-
ramos que la Sala Casatoria se encuentra facultada para, una vez declarado
fundado el recurso, determinar la etapa a la que deberá retrotraerse el pro-
ceso, sin que necesariamente concuerde con lo solicitado por el recurrente.
Obviamente, declarar infundado el recurso por esta discrepancia, pese a ha-
berse acreditado la infracción normativa, resultaría una afectación al derecho
del debido proceso y la imposibilidad de que el recurrente obtenga un pro-
nunciamiento favorable por una decisión judicial ineficiente.

(139) Código Procesal Civil


“Artículo III.- Fines del proceso e integración de la norma procesal.- El Juez deberá atender a que la finalidad concreta del proceso
es resolver un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre, ambas con relevancia jurídica, haciendo efectivos los derechos
sustanciales, y que su finalidad abstracta es lograr la paz social en justicia.
En caso de vacío o defecto en las disposiciones de este Código, se deberá recurrir a los principios generales del derecho procesal
y a la doctrina y jurisprudencia correspondientes, en atención a las circunstancias del caso”.

107
Elprocedimiento
casatorio
7
CAPÍTULO
7
El procedimiento casatorio

I. DECLARACIÓN DE ADMISIBILIDAD Y PROCEDENCIA


DEL RECURSO

El artículo 391 del Código Procesal Civil regula el trámite del recurso
de la siguiente manera:
“Art. 391.- Trámite del recurso
Recibido el recurso, la Corte Suprema procederá a examinar el
cumplimiento de los requisitos previstos en los artículos 387 y 388
y resolverá declarando inadmisible, procedente o improcedente el
recurso, según sea el caso.
Declarado procedente el recurso, la Sala Suprema actuará de la si-
guiente manera:
1. En caso de que el recurso haya sido interpuesto ante la Sala
Superior, fijará fecha para la vista de la causa.
2. En caso de que el recurso haya sido interpuesto ante la Sala
Suprema, oficiará a la Sala Superior ordenándole que remita el ex-
pediente en el plazo de tres días. La Sala Superior pondrá en conoci-
miento de las partes su oficio de remisión, a fin de que se apersonen
y fijen domicilio procesal en la sede de la Corte Suprema. Recibido
el expediente, la Sala Suprema fijará fecha para la vista de la causa.

111
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

Las partes podrán solicitar informe oral dentro de los tres días si-
guientes de la notificación de la resolución que fija fecha para vista
de la causa”.
Como puede apreciarse, corresponde a la Corte Suprema el análisis de
los requisitos de admisibilidad y procedencia del recurso. Tal como hemos
señalado anteriormente, en el actual diseño del procedimiento casatorio se
ha eliminado la labor revisora que detentaba la corte superior en el régimen
anterior a las reformas establecidas por la Ley Nº 29364.
En efecto, el ahora derogado artículo 390 del Código Procesal Civil se-
ñalaba que el órgano jurisdiccional ante el cual se interpone el recurso (vale
decir, la corte superior que emitió la resolución impugnada), debía apreciar
la observancia de los requisitos establecidos en el artículo 387. Adicionaba
dicho precepto que el incumplimiento de alguno de ellos daba lugar a la de-
claración de inadmisibilidad del recurso.
Esta facultad de la corte superior ya no existe más, por lo que su labor
en el nuevo régimen de la casación en el Perú ha quedado reducida, de ser
el caso que el recurrente prefiera presentar el recurso ante ella, a recibir el
recurso y remitirlo a la Corte Suprema, quien será la encargada de analizar
si aquel cumple con los requisitos de forma y de fondo que exige el Código
Procesal. Como bien señala la profesora Marianella Ledesma, “las salas
superiores se convertirán en meros entes receptores del recurso, los que
sin mayor control serán recibidos y remitidos a la Corte Suprema para que
en esta instancia se proceda a dilucidar si se concederá o no el recurso de
casación”(140).
Como ya hemos tenido oportunidad de señalar, el recurrente tiene, a su
libre elección, dos alternativas para interponer el recurso de casación. Puede
presentarlo ante la sala superior que emitió la resolución que pretende
cuestionar o, en su defecto, puede presentar el recurso ante la propia Corte
Suprema.

(140) LEDESMA NARVAEZ, Marianella. Ob. cit., p. 25. Como bien recuerda la citada autora, “Antes de la modificatoria del trámite casato-
rio, el recurso pasaba por tres etapas, que eran eliminatorias. La primera se orientaba a verificar las condiciones para la admisibili-
dad del recurso (para lo cual toma en cuenta el artículo 387 del CPC), y ello se trabajaba ante el órgano jurisdiccional que emitió la
resolución impugnada. Si este supuesto se agotaba con éxito se ingresaba a la etapa de calificar la procedencia del recurso, esto
es, verificar si reunía las condiciones que establecía el artículo 388 del CPC. Dicha calificación lo hacía la Sala de Casación. Si el
examen era satisfactorio, se ingresaba a la definición del fondo del recurso, para declarar fundado o infundado este. Hoy a partir
de estas modificaciones legislativas, la calificación de la admisibilidad y la procedencia del recurso se hará en un solo acto y única-
mente por la Sala Suprema a la que se ha dirigido el recurso de casación, para luego ingresar a la definición de fondo. En la primera
etapa, la Sala Suprema no tendrá otra alternativa que pronunciarse en primer orden por la anulación, procedencia o improcedencia
del recurso”.

112
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

Cuando el recurso es presentado ante la corte superior, esta se encuen-


tra obligada a remitirlo a aquella sin más trámite dentro del plazo de tres
días. La duda que se presenta en esta etapa del procedimiento es si es que,
además del escrito de casación presentado por el recurrente, la cédula de no-
tificación de la resolución impugnada y de la expedida en primer grado, la
sala superior debe también remitir a la Suprema el expediente del proceso.
Sobre el particular, la profesora Eugenia Ariano ha señalado que “la
‘idea’ que late tras de estos ‘acompañados’ del recurso, es que solo se pre-
sente a la Sala Suprema lo necesario para que pueda calificar su admisibili-
dad y procedencia, sin que sea necesario que tenga a la vista el expediente.
Sin embargo, lo que no queda para nada claro es si cuando se opta por inter-
poner el recurso ante la Sala Superior, esta deba ya, junto con el recurso, en-
viar el expediente a la Corte Suprema. Y ello porque el inciso 1 del artículo
391 del CPC establece que cuando se declara procedente el recurso la Sala
Suprema debe fijar fecha para la vista de la causa, dando por sentado que el
expediente se encuentra ya ante ella”(141).
La profesora Ledesma concuerda con el criterio antes expuesto, al se-
ñalar que “el procedimiento a seguir para la calificación de fondo del recurso
estará determinado por el lugar donde se ha interpuesto el recurso de casa-
ción. Si este ha sido interpuesto ante la Sala Superior, fijará fecha para la
vista de la causa; pero si el recurso ha sido interpuesto ante la Sala Suprema,
oficiará a la Sala Superior ordenándole que remita el expediente en el plazo
de tres días. Este procedimiento es atendible con el nuevo diseño, pues,
cuando se interpone el recurso de casación ante el mismo órgano que emi-
tió la resolución impugnada, la Sala Superior ha remitido a la Corte sin más
trámite dicho recurso y aunque no lo diga expresamente la norma, también
incluye la remisión el expediente (ver inciso 2 artículo 387 del CPC) para
la calificación de la admisibilidad del recurso. En cambio, cuando el recurso
se interpone directamente ante la Sala Suprema, esta recién oficiará a la Sala
Superior ordenándole que remita el expediente en el plazo de tres días”(142).
No compartimos en este punto lo señalado por las citadas autoras pues
consideramos que derivar todo el expediente a la Suprema antes de que esta
califique la admisibilidad y procedencia del recurso conllevaría a que la
Corte Suprema se vea, innecesaria y prematuramente, copada de expedientes

(141) ARIANO DEHO, Eugenia. Ob. cit., p. 21.


(142) LEDESMA NARVAEZ, Marianella. Ob. cit., p. 26.

113
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

que, en caso de declarar improcedente el recurso, deba devolver a la corte


superior de origen, con todo el desperdicio de tiempo y dinero que eso sig-
nifica. Además, la idea de la reciente reforma (al menos así lo entendemos
nosotros) es que la Corte Suprema decida sobre la admisión a trámite del re-
curso con la simple revisión del escrito impugnatorio y las sentencias o autos
de segundo y primer grado. Antes de optar por la procedencia del recurso, no
es momento para revisar el expediente judicial. La celeridad y descongestio-
namiento de la Corte Suprema reclaman que así sea(143).
El profesor Juan Monroy Gálvez advierte los problemas que se oca-
sionarían si es que las cortes superiores optan por remitir a la Suprema el
recurso conjuntamente con todo el expediente: “Sin embargo, como la irres-
ponsabilidad del legislador es ilimitada, parecería del 391.1. que cuando se
presenta el recurso ante las salas superiores, se debe enviar el cuadernillo
respectivo y también el expediente principal. Es una opción interpretativa,
si así fuera se estarían dando dos trámites distintos para un mismo recur-
so y, lo que es peor, se seguiría poblando la Corte Suprema de expedientes
cuando en muchos casos tal presencia es innecesaria. Las salas superiores
decidirán lo conveniente. Sin embargo, en mi opinión, no deberían enviar
el principal hasta que no reciban oficio de la Corte Suprema informándoles
que el recurso ha sido declarado procedente, es decir, solo deberían enviar el
cuadernillo”(144).
Ahora bien, la labor de verificación que debe realizar la Corte Casatoria
sobre la presencia de los requisitos de forma y fondo del recurso presentado
por el justiciable, determina que aquella, ineluctablemente, deba pronunciar-
se por la inadmisibilidad, procedencia o improcedencia del recurso.
En lo que respecta a los requisitos de forma, la Corte Suprema debe
acreditar que el recurso se haya interpuesto contra una sentencia o un auto
expedido por alguna sala superior que, como órgano de segundo grado,
haya puesto fin al proceso; que se haya interpuesto debidamente ante la
Corte Suprema o ante la corte superior que emitió la resolución impugnada;
que al escrito de casación se le haya acompañado copia de la cédula de noti-
ficación de la resolución impugnada y de la expedida en primer grado, certi-
ficada con sello, firma y huella digital, por el abogado que autoriza el recurso

(143) No obstante lo dicho, estamos prácticamente seguros que la (gran) mayoría de vocales superiores optarán por remitir todo el expe-
diente a la Corte de Casación, un poco por el peso a veces insalvable de la tradición, pero también por un afán de “pasar el bulto” a
la Suprema.
(144) MONROY GÁLVEZ, Juan. La causal de infracción normativa es menos nueva y original de lo que aparenta, p. 17.

114
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

y bajo responsabilidad de su autenticidad; que se haya interpuesto dentro del


plazo de diez días, contado desde el día siguiente de notificada la resolución
que se impugna; y que se haya adjuntado el recibo de la tasa respectiva.
Los dos últimos párrafos del artículo 387 del Código Procesal Civil
establece que el recurso no se haya presentado contra sentencia o auto que
ponga fin al proceso o fuera del plazo de diez días, la Corte Suprema deberá
rechazar de plano el recurso y, además, como medida que pretende disuadir
la indebida presentación del recurso, deberá imponer al recurrente una multa
no menor de diez ni mayor de cincuenta unidades de referencia procesal en
caso de que considere que su interposición tuvo como causa una conducta
maliciosa o temeraria del impugnante.
En caso de presentarse el recurso sin adjuntarse las cédulas de notifi-
cación de sentencia o auto impugnado y de la de primera instancia, la Corte
Suprema concederá al impugnante un plazo de tres días para subsanar su es-
crito, sin perjuicio de sancionarlo con una multa no menor de diez ni mayor
de veinte unidades de referencia procesal si su interposición tuvo como causa
una conducta maliciosa o temeraria. Vencido el plazo sin que se produzca la
subsanación, se rechazará el recurso. Igual medida se aplicará cuando el re-
currente no adjunte el recibo de la tasa judicial respectiva.
En lo que respecta a los requisitos de fondo o de procedencia del recur-
so, debemos recordar que a la Corte Suprema le corresponde verificar que el
recurrente no hubiera consentido previamente la resolución adversa de pri-
mera instancia, cuando esta fuere confirmada por la resolución objeto del re-
curso; que haya descrito con claridad y precisión la infracción normativa o el
apartamiento del precedente judicial, esto es, la causal del recurso; que haya
demostrado la incidencia directa de la infracción sobre la decisión impugna-
da; y que haya indicado si el pedido casatorio es anulatorio o revocatorio.
En caso de que la Corte Suprema determine que el recurso presentado
por el justiciable adolece de alguno de los requisitos antes señalados, confor-
me al artículo 392 del Código Procesal Civil, deberá declarar la improceden-
cia del recurso(145).

(145) Código Procesal Civil:


“Artículo 392.- Improcedencia del recurso
El incumplimiento de cualquiera de los requisitos previstos en el artículo 388 da lugar a la improcedencia del recurso”.

115
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

II. ACTIVIDAD PROCESAL DE LAS PARTES

El texto actual del artículo 394 del Código Procesal Civil, modificado
por el artículo 1 de la Ley N° 29364, publicada el 28 de mayo de 2009, es el
siguiente:
“Artículo 394.- Actividad procesal de las partes
Durante la tramitación del recurso, la actividad procesal de las par-
tes se limita a la facultad de presentar informes escritos y un solo
informe oral durante la vista de la causa.
El único medio de prueba procedente es el de documentos que
acrediten la existencia del precedente judicial, o de la ley extranjera
y su sentido, en los procesos sobre Derecho internacional privado.
Si se nombra o cambia representante procesal, debe acreditarse tal
situación”.
El texto original (ya no vigente) del artículo 394 establecía que:
“Artículo 394.- Actividad procesal de las partes.-
Durante la tramitación del recurso, la actividad procesal de las par-
tes se limita a la facultad de presentar informes escritos y un solo
informe oral durante la vista de la causa.
El único medio de prueba procedente es el de documentos que acre-
diten la existencia de doctrina jurisprudencial; o de la ley extranjera
y su sentido, en los procesos sobre Derecho internacional privado.
Si se nombra o cambia representante procesal, debe acreditarse tal
situación”.
Como puede apreciarse, ambos textos son prácticamente idénticos. La
única diferencia (casi imperceptible) es que en reemplazo de la expresión
“doctrina jurisprudencial” prevista en el segundo párrafo de la redacción an-
terior, se ha utilizado en el texto actual la expresión “precedente judicial”.
Esto responde al cambio terminológico y de orientación operado en el artí-
culo 400 de la Corte Suprema, que comentamos en su oportunidad.
Por el carácter excepcional y extraordinario del recurso de casación, la
actividad procesal de las partes es limitada. Solo pueden presentarse infor-
mes escritos y un único informe oral durante la vista de la causa.

116
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

Los informes escritos son los llamados alegatos, que suelen presentarse
con posterioridad a la presentación del recurso de casación y que suele ser
utilizado por los abogados para reforzar algún punto que no haya quedado
del todo claro en el escrito de presentación del recurso. Por su parte, el infor-
me oral en la casación debe entenderse como la exposición verbal que hace
el abogado durante la vista de la causa para reafirmar y defender los argu-
mentos expuestos en su escrito de casación y sus posteriores alegatos.
Con respecto a la exposición oral, significativas y muy didácticas resul-
tan los siguientes comentarios del magistrado Sánchez-Palacios: “Las defen-
sas orales ante los tribunales han variado en el tiempo. De la ampulosidad y
retórica utilizada por los abogados decimonónicos, se ha evolucionado a una
exposición que debe ser concisa y breve. El orador del foro se ha despojado
de lo patético y de lo sublime, con que se solían adornar los informes orales.
Quedan en el recuerdo Castelar y tantos otros tribunos que destacaron por su
verbo en los tribunales. No alcancé al gran Olaechea, pero escuché su fama
en los pasillos del Poder Judicial. Recuerdo a los grandes abogados del siglo
XX, a los que no mencionaré por temor a omitir a algunos, entre los que
coloco a mi recordado padre. En los tiempos actuales no hay mucho tiem-
po para el lenguaje florido y se aprecia y hasta agradece la fundamentación
concreta”(146).
Es en ese sentido que la práctica judicial determina que los informes
orales de los abogados durante la vista de la causa de la casación no son ma-
yores a los diez minutos, conforme establezca la Corte Suprema.
Para finalizar este punto, es preciso destacar que en casación solo proce-
de como medio de prueba la exhibición de documentos(147). Pero no cualquiera
de ellos, sino de los que acrediten la existencia del precedente judicial, cuan-
do el recurso se sustenta en la causal del apartamiento inmotivado de aquel, o
de la ley extranjera en los procesos sobre Derecho internacional privado.

III. PLAZO PARA SENTENCIAR

El plazo que tiene la Corte Suprema para sentenciar está previsto en el


artículo 395 del Código Procesal Civil:

(146) SÁNCHEZ-PALACIOS PAIVA, Manuel. “El recurso de casación civil”, p. 258.


(147) El artículo 233 del Código Procesal Civil establece que documento es todo escrito u objeto que sirve para acreditar un hecho.

117
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

“Artículo 395.- Plazo para sentenciar.-


La Sala expedirá sentencia dentro de cincuenta días contados desde
la vista de la causa”.
Este plazo de 50 días es el que se conoce como plazo deliberatorio, esto
es, aquel en el que los magistrados judiciales llamados a resolver un conflic-
to de intereses deben adoptar una decisión sobre el asunto que es puesto a su
conocimiento, en este caso, para declarar fundado o no el recurso.
El cómputo del plazo para sentenciar en la casación debe iniciarse
desde la vista de la causa.

IV. EFECTOS DE LA SENTENCIA

Los efectos de la sentencia de casación se encuentran regulados en los


artículos 396 y 397 del Código Procesal Civil. El primero de ellos fue no-
toriamente modificado mediante la Ley Nº 29364, el segundo permaneció
inalterable por dicha norma.
Así, el texto actual del artículo 396, que regula los efectos de la senten-
cia fundada, establece lo siguiente:
“Artículo 396.- Sentencia fundada y efectos del recurso
Si la Sala Suprema declara fundado el recurso por infracción de
una norma de derecho material, la resolución impugnada deberá
revocarse, íntegra o parcialmente, según corresponda. También se
revocará la decisión si la infracción es de una norma procesal que,
a su vez, es objeto de la decisión impugnada.
Si se declara fundado el recurso por apartamiento inmotivado del
precedente judicial, la Corte procederá conforme a lo indicado en
el párrafo anterior, según corresponda a la naturaleza material o
procesal de este.
Si la infracción de la norma procesal produjo la afectación del de-
recho a la tutela jurisdiccional efectiva o del debido proceso del
impugnante, la Corte casa la resolución impugnada y, además,
según corresponda:
1. Ordena a la Sala Superior que expida una nueva resolución; o

118
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

2. Anula lo actuado hasta la foja que contiene la infracción inclu-


sive o hasta donde alcancen los efectos de la nulidad declarada, y
ordena que se reinicie el proceso; o
3. Anula la resolución apelada y ordena al juez de primer grado que
expida otra; o
4. Anula la resolución apelada y declara nulo lo actuado e improce-
dente la demanda.
En cualquiera de estos casos, la sentencia casatoria tiene fuerza
vinculante para el órgano jurisdiccional respectivo”.
Antes de la reforma efectuada por la Ley Nº 29364, dicho artículo tenía
la siguiente redacción:
“Artículo 396.- Sentencia fundada y efectos del recurso.-
Si la sentencia declara fundado el recurso, además de declararse la
nulidad de la sentencia impugnada, la Sala debe completar la deci-
sión de la siguiente manera:
1. Si se trata de las causales precisadas en los puntos 1. y 2. del
artículo 386, resuelve además según corresponda a la naturaleza
del conflicto de intereses, sin devolver el proceso a la instancia
inferior.
2. Si se trata de la causal precisada en el inciso 3. del artículo 386,
según sea el caso:
2.1. Ordena que el órgano jurisdiccional inferior expida un nuevo
fallo.
2.2. Declara insubsistente lo actuado hasta el folio en que se come-
tió el vicio que determinó la sentencia casatoria.
2.3. Declara insubsistente la sentencia apelada y que el Juez que la
expidió lo haga nuevamente.
2.4. Declara insubsistente la sentencia apelada y nulo lo actuado
hasta el folio en que se cometió el vicio que determinó la sentencia
casatoria.
2.5. Declara insubsistente la sentencia apelada, nulo lo actuado e
inadmisible o improcedente la demanda.

119
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

En cualquiera de estos casos, la sentencia casatoria tendrá fuerza


obligatoria para el órgano jurisdiccional inferior”.
Por su parte, el artículo 397, que no ha sido modificado por la Ley
Nº 29364 y que regula los efectos de la sentencia infundada, establece lo
siguiente:
“Artículo 397.- Sentencia infundada.-
La sentencia debe motivar los fundamentos por los que declara in-
fundado el recurso cuando no se hayan presentado ninguna de las
causales previstas en el artículo 386.
La Sala no casará la sentencia por el solo hecho de estar errónea-
mente motivada, si su parte resolutiva se ajusta a derecho. Sin em-
bargo, debe hacer la correspondiente rectificación”.
Lo que notamos al analizar estos artículos es que los cambios efectua-
dos por la Ley Nº 29364 son sustanciales. En efecto, consideramos que estas
modificaciones tienen la enorme virtud de precisar con claridad en qué casos
la sentencia casatoria determinará que se genere el iudicium rescindens, tam-
bién llamado función negativa de la casación, y en qué otros casos el iudi-
cium rescissorium o función positiva.
Si la Corte Casatoria opta por lo primero, sobre la base de lo solicitado
por el recurrente, la sentencia casatoria tendrá efectos anulatorios, esto es,
dispondrá la extinción de la sentencia o del auto impugnado. En este caso
procederá el reenvío a la Sala Superior, para que esta vuelva a expedir reso-
lución conforme a los criterios indicados por la Corte Casatoria.
Estos supuestos, conocidos en doctrina como errores in procedendo,
se presentan cuando la infracción de la norma procesal produjo la afecta-
ción del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva o del debido proceso del
impugnante. En estos casos, el artículo 396 establece que la Corte Suprema
debe casar la resolución impugnada y, además, según corresponda: i) orde-
nar a la sala superior que expida una nueva resolución; o, ii) anule lo actua-
do hasta la foja que contiene la infracción inclusive o hasta donde alcancen
los efectos de la nulidad declarada, y ordena que se reinicie el proceso; o,
iii) anular la resolución apelada y ordenar al juez de primer grado que expida
otra; o, iv) anular la resolución apelada y declarar nulo lo actuado e impro-
cedente la demanda.

120
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

Por el contrario, si la Suprema decide aplicar el iudicium rescissorium,


también por expresa indicación del recurrente, entonces la sentencia casato-
ria revocará la resolución impugnada, siendo reemplazada por un nuevo pro-
nunciamiento sobre el fondo que será emitido por la propia Corte Casatoria.
No se presenta en este supuesto el reenvío, pues es la propia Corte Suprema
la que expide un nuevo pronunciamiento y resuelve la litis o el asunto que
llega a su conocimiento.
El artículo 396 es claro en señalar los casos de errores in iudicando que
deben determinar que la Sala Suprema declare fundado el recurso y expida
un nuevo pronunciamiento. Así, se menciona a la infracción de una norma
de derecho material, en cuyo caso la resolución impugnada deberá revocar-
se, íntegra o parcialmente, según corresponda. También se prevé la revoca-
ción de la decisión si la infracción es de una norma procesal que, a su vez,
es objeto de la decisión impugnada. Lo mismo deberá ocurrir si se declara
fundado el recurso por apartamiento inmotivado del precedente judicial.
No obstante lo dicho, Valverde afirma, en criterio que compartimos,
que “no solamente el reenvío será innecesario cuando se haya infringido una
norma material sino también lo será cuando la infracción se haya dado de
una norma procesal en tanto y en cuanto los elementos de juicio le permi-
tan a la Sala casatoria poder resolver adecuadamente”(148). Esta posición se
encuentra respaldada por la última frase del primer párrafo del artículo 396,
cuando se dispone que “También se revocará la decisión si la infracción es
de una norma procesal que, a su vez, es objeto de la decisión impugnada”.
El magistrado Hurtado Reyes no comparte este criterio, y más bien se-
ñala una aparente contradicción en la regulación de los efectos de la senten-
cia casatoria. Así, señala que “Conviene hacer una observación en la modifi-
catoria, al parecer se presenta una discordancia, si bien, no sustancial pero sí
semántica (que puede llevar a una confusión en su aplicación), pues, si bien
el artículo 388 señala que la finalidad del recurso es anulatorio (se entiende
por vicios procesales), no obstante, se ha señalado en el artículo 396 que si
la ‘infracción es de una norma procesal’ se revocará la decisión. La discor-
dancia estriba en que se entiende que la revocatoria de un acto procesal im-
plica la sustitución de un acto procesal por otro, a través de la reformación
del mismo (decisión que cambia el sentido de la decisión), lo cual, no se
produce cuando se pide la rescisión o anulación (básicamente para extinguir

(148) VALVERDE GONZÁLES, Enrique. Ob. cit., p. 324.

121
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

el acto procesal, no para cambiar su sentido). Si por infracción procesal se


debe revocar el acto, entonces, no se entiende el contenido de los últimos
párrafos del artículo 396 cuando se faculta al juez supremo a expedir nueva
resolución, anular lo actuado o anular la resolución apelada. Lo cual, más
bien se condice con el fin rescisorio o anulatorio, no con el revocatorio”(149).
Lo expuesto por Hurtado Reyes parte de una premisa errada: olvidar
que mediante la causal de infracción normativa, implementada mediante las
modificaciones efectuadas por la Ley N° 29364, puede alegarse no solo in-
fracciones a las normas de derecho material, sino también a las de derecho
procesal, sin haberse excluido la posibilidad de sustentar el pedido casatorio
(como sucedía en el régimen anterior) en la afectación del derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva o del debido proceso del impugnante. Por ello, cuan-
do la infracción es de una norma procesal que, a su vez, es objeto de la deci-
sión impugnada, procederá el iudicium rescissorium (de idéntica manera de
lo que ocurriría con una infracción de derecho material); mientras que si la
infracción de la norma procesal ha determinado la afectación del derecho a
la tutela jurisdiccional efectiva o del debido proceso del impugnante, enton-
ces procederá el iudicium rescindens, en los términos descritos en los cuatro
numerales del tercer párrafo del artículo 396 del Código Procesal.
Para finalizar este punto debemos anotar las críticas que ha realizado
la profesora Eugenia Ariano sobre el iudicium rescissorium, es decir, sobre
el efecto revocatorio del recurso de casación. Así, la destacada procesalista
peruana señala que “Si en este mundo las palabras significan algo, hay que
decir que un ‘pedido casatorio’ es siempre y solo ‘anulatorio’ (pues ‘casar’–
que proviene del latín ‘cassāre, de cassus, vano, nulo’– sigue significando en
nuestro idioma, tal como se señala en el DRAE, ‘anular, abrogar, derogar’)
por lo que ‘pedido casatorio-revocatorio’ es simplemente una contradic-
ción de términos. Si un recurso se llama ‘de casación’ no es por gusto, sino
porque su objeto debería ser ‘casar’ o sea, anular la decisión impugnada.
Cuando se consagra una impugnación cuyo objeto es ‘revocar’ la decisión
impugnada, se está a años luz de un recurso ‘de casación’, es decir, se está
consagrando una impugnación ‘sustitutivo/devolutiva’, o sea una impugna-
ción que le traslada directamente a la Corte Suprema el poder de pronun-
ciarse sobre el fondo del asunto. Si antes podía decirse que nuestro recurso
‘de casación’ lo era al menos en las ‘formas’ (pues de estimarse siempre se

(149) HURTADO REYES, Martín. Ob. cit., p. 27.

122
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

‘casaba’ la recurrida), ahora podemos tener la certeza que este recurso ‘de
casación’ –cuando se funde en un error in iudicando– no mantiene sino el
nombre”(150).
En otras palabras, la profesora Ariano considera que el recurso de casa-
ción solo debe tener efectos anulatorios, tal como en su momento actuaba el
Tribunal de Cassation, creado por la ley del 27 de noviembre - 1 de diciem-
bre de 1790 de la Asamblea Constituyente francesa, que en sus inicios, tal
como hemos visto en el primer capítulo de esta obra, no formaba parte de la
judicatura y tampoco estaba formado por jueces, por lo que solo tenía las fa-
cultades de anular las sentencias que en última instancia judicial estuviesen
viciadas por una contravención expresa al texto de la ley o por una violación
de las formas del proceso, pero no tenía la atribución de conocer el fondo del
asunto. No obstante, como hemos visto anteriormente, este modelo inicial
de la casación fue reemplazado por otro, en el que el Tribunal de Cassation
dio paso a la Cour de Cassation, lo que significó una profunda modificación
de las funciones y la finalidad del recurso de casación, entre la que podemos
destacar que la Corte asumiera funciones de naturaleza jurisdiccional, por lo
que ya no se limitaba a detectar el error y reenviar la sentencia al juez de ori-
gen, sino que tenía la facultad de examinar in iure el derecho controvertido y
de establecer el modo en que dicha litis debía ser decidida.
La crítica de Ariano, en suma, apuntaría a volver al esquema clásico de
la casación; lo cual no nos parece acertado en la medida que la facultad re-
vocatoria es aceptada doctrinal y legislativamente en el Derecho Comparado
y representa un desarrollo evolutivo de la institución casatoria.

(150) ARIANO DEHO, Eugenia. Ob. cit., p. 21.

123
Procedencia
Capítulo
excepcionaldel
recursodecasación
yel certiorari a
laperuana
8
CAPÍTULO
8
Procedencia excepcional del recurso
de casación y el certiorari a la peruana

I. REGULACIÓN DE LA PROCEDENCIA EXCEPCIONAL DEL


RECURSO DE CASACIÓN

El artículo 392-A del Código Procesal Civil (incorporado por la Ley


Nº 29364) recoge la denominada procedencia excepcional del recurso de ca-
sación, a la que tal vez con alguna ligereza se le ha querido asimilar con el
certiorari del Derecho norteamericano.
Así, dicho artículo establece lo siguiente:
“Artículo 392-A.- Procedencia excepcional.- Aun si la resolución
impugnada no cumpliera con algún requisito previsto en el artículo
388, la Corte puede concederlo excepcionalmente si considera que
al resolverlo cumplirá con alguno de los fines previstos en el ar-
tículo 384.
Atendiendo al carácter extraordinario de la concesión del recurso,
la Corte motivará las razones de la procedencia”.
Como decíamos, a este nuevo artículo se le ha bautizado como una es-
pecie de certiorari, posición que no compartimos, por las razones que expon-
dremos a lo largo de este capítulo. Pero para ello es útil analizar previamente
cuáles son las particularidades de esa figura en el Derecho norteamericano.

127
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

ii. Características DEL certiorari en el derecho


norteamericano

1. Orígenes del certiorari. Del Common Law inglés al Derecho


norteamericano
El certiorari es un recurso que en el Derecho norteamericano tiene por
finalidad que la Supreme Court of the United States examine la legalidad de
una resolución emitida por el inferior jerárquico, a fin de que pueda ser anu-
lada si es que así lo determina el mencionado Tribunal Supremo.
La principal característica del certiorari norteamericano es la facultad
discrecional que tiene la Suprema Corte para decidir si conoce o no un de-
terminado caso; esto es, la Corte tiene la potestad de negarse a conocer un
caso sin que para ello sea necesario que motive su decisión. En palabras de
Eduardo Oteiza, “la competencia de la Corte en estos casos no es obligato-
ria, como en el writ of appeal(151), debido a que el Superior Tribunal posee
facultades discrecionales para acceder o denegar la petición”(152) (153).
El certiorari no es oriundo del Derecho norteamericano, sino que tiene
su origen en el Common Law inglés, pues el establecimiento de las colonias
inglesas en Norteamérica a inicios del siglo XVII determinó también el in-
greso de las instituciones jurídicas británicas a dicho subcontinente. Una de
ellas fue el writ of certiorari o writ of certis de causis, que en la Inglaterra
de la época otorgaba al rey la facultad discrecional e inmotivada de anular la
actuación de un juez y ordenar que se vuelva a juzgar o sentenciar e, inclusi-
ve, el mandato de no continuar un proceso.

(151) El writ of appeal, al igual que el writ of certiorari, son vías procesales que en el Derecho norteamericano permiten acceder a la Corte
Suprema y destinadas a provocar una revisión del caso. La diferencia entre ambas estriba en que el writ of appeal se concede
como un medio impugnatorio ordinario, al que el justiciable tiene derecho de accionar; mientras que la aceptación a trámite del writ
of certiorari depende, como estamos viendo, de la decisión unilateral del Tribunal Supremo. Inicialmente el acceso a la Suprema
norteamericana era principalmente mediante el writ of appeal; pero a partir de las reformas de 1988, existe un régimen que privilegia
casi exclusivamente el writ of certiorari.
(152) OTEIZA, Eduardo. “El certiorari o el uso de la discrecionalidad por la Corte Suprema de Justicia de la Nación sin un rumbo preciso”.
En: Revista Jurídica de la Universidad de Palermo. Año 3, Número 1. Buenos Aires, abril, 1998, p.71.
(153) El profesor Oteiza cita los fundamentos expuestos por el ex magistrado de la Corte Suprema de los Estados Unidos, Félix
Frankfurter, en el caso “Rogers v. Missouri Pacific Railroad”, en el que puede apreciarse en síntesis las razones de la compe-
tencia discrecional de la Corte norteamericana: “Creo que es adecuado decir que el Tribunal podrá descargar adecuadamente la
responsabilidad vital, cada vez más vital, diríamos, que tiene por el bienestar general solo si restringe su poder de revisión a la
interpretación de los temas constitucionales u otras cuestiones de importancia nacional, incluyendo el establecimiento aquí mencio-
nado de conflicto entre los circuitos. Seguramente fue esta convicción, nacida de la experiencia, la que llevó al Tribunal a solicitar al
Congreso que de la gran cantidad de litigios en los tribunales federales y estatales solo debería permitirse que se trajeran aquí esos
casos que este Tribunal considerara que sean merecedores de revisión. Tal fue la política jurisdiccional aceptada por el Congreso”
(FRANKFURTER, Felix, citado por OTEIZA, Eduardo. Ob. cit., p. 72).

128
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

Analizando los orígenes del certiorari, la profesora española María


Ángeles Ahumada Ruíz ha señalado que aquel “(…) era una técnica de su-
pervisión de los procedimientos seguidos en los tribunales inferiores y, de
forma similar a como sucedía con la advocatio continental, permitía al tri-
bunal superior avocar para sí el conocimiento de las causas en que presun-
tamente se hubiera producido alguna grave irregularidad. Con todo, y con-
viene poner en ello el acento, el certiorari no era una apelación. Mediante
su concesión el tribunal del rey podía anular la actuación del inferior, pero
no sustituir la sentencia incorrecta. Podía, eso sí, acompañar a su decisión
del mandamiento de juzgar y sentenciar de nuevo o de la prohibición de con-
tinuar el proceso. Se trató siempre de un recuso discrecional, y si con él se
remediaban situaciones de exceso o defecto de jurisdicción, error de derecho
manifiesto o vulneración de la ‘justicia natural’, la finalidad principal no era
tanto la corrección del juicio como el control del ejercicio de la jurisdicción
por órganos inferiores, como ya hemos señalado, un instrumento de super-
visión. El certiorari era uno más de los writs de prerrogativa, como lo eran
también el de mandamus o el de prohibition, manifestación del poder del rey
sobre sus agentes y de la concepción devolutiva de la jurisdicción”(154).
Una vez obtenida su independencia de Inglaterra, los Estados Unidos de
Norteamérica mantuvo el sistema de writs del common law. Así, la Judiciary
Act de 1789, que da forma al sistema judicial federal de los Estados Unidos,
incluye la sección 14, denominada All Writs Section, en la que se reconoce a
los tribunales federales la autoridad para proceder con los writs de common
law, entre ellos, el writ of certiorari.

2. La facultad discrecional en el certiorari


Ahora bien, para encontrar los orígenes del reconocimiento normati-
vo de la facultad discrecional del certiorari, tenemos que ir un siglo más
adelante, específicamente a la Judiciary Act de 1891 del Congreso de los
Estados Unidos de América, por la cual se dotó a la Corte Suprema Federal
de dicho país de la facultad de decidir discrecionalmente si conoce o no al-
gunos de los casos que llegaban a su conocimiento. En palabras de Peter
J. Messitte, “Con la Ley Judicial de 1891, el Congreso le dio por primera
vez a la Corte la autoridad para aceptar o rechazar al menos algunas de las

(154) Ahumada Ruíz, María Ángeles. “El certiorari: ejercicio discrecional de la jurisdicción de apelación por el tribunal supremo de los
Estados Unidos”. En: Revista Española de Derecho Constitucional. Año 14, N° 41, mayo-agosto 1994, p. 100.

129
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

apelaciones de manera discrecional. La ley autorizó el uso de la orden de


certiorari por la cual la Corte instruye a un tribunal inferior que certifique
y transmita para revisión el historial de un caso en particular. Este procedi-
miento resolvió el problema durante un tiempo, pero durante un periodo de
30 años la Corte volvió a estar sobrecargada con apelaciones obligatorias,
para cada una de las cuales los miembros del tribunal debían estudiar los
escritos, oír las presentaciones orales y emitir opiniones escritas. Como se-
ñaló uno de los jueces del alto tribunal, esto afectaba gravemente el tiempo
del Tribunal Supremo para ‘el estudio adecuado, la discusión y las opiniones
eruditas y admirables’”(155).
Ante dicha situación, es con la Judiciary Act del 13 de febrero de 1925
(conocida como Judges Bill), que el Congreso norteamericano otorga a la
Corte Suprema esa facultad discrecional para casi todos los asuntos de su
competencia. Un siglo más adelante, a partir de las reformas de 1988, prác-
ticamente el writ of certiorari es el único medio de impugnación de las de-
cisiones judiciales en el Derecho norteamericano en el que puede accederse
a la Corte Suprema, por lo que puede señalarse que en aquel Derecho se ha
evolucionado a una situación en la que la sola voluntad de la corte determi-
na si conoce o no de un proceso resuelto por los órganos jurisdiccionales
inferiores.
Los hombres de leyes de los países del Derecho Continental siempre se
han mostrado asombrados por esta paulatina reducción del derecho del justi-
ciable a acceder al Tribunal Supremo de los Estados Unidos. Acostumbrados
en el civil law a la exigencia de motivación de las resoluciones judiciales
como una expresión natural del debido proceso y a que mediante el uso de
la casación (o recursos similares) se fuerce a los tribunales supremos el co-
nocimiento de causas resueltas en segundo grado por las cortes ordinarias, el
jurista del Derecho Continental encuentra hasta incomprensible la facultad
discrecional de la Supreme Court of the United States. Pero, como bien se-
ñala Eduardo Otieza, “La disminución de la competencia obligatoria de la
Corte Suprema de los Estados Unidos, y el correlativo aumento de su dis-
crecionalidad para asumir el conocimiento de las causas, encuentra su prin-
cipal sustento en las dificultades o, más aún, en la imposibilidad, según la
magnitud de la carga de trabajo, de examinar seriamente todos los casos en

(155) MESSITE, Peter J. “El recurso de certiorari, o de revisar. Decidir cuáles casos examinar”. En: Temas de la Democracia. Journal
USA, abril, 2005, pp 18-19.

130
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

que los justiciables solicitan su intervención (…). La propia legitimación del


Tribunal descansa sobre la inteligencia y el poder de convicción que sobre
la sociedad y los restantes poderes, concebidos estos en sentido amplio, po-
sean sus decisiones. Parece razonable entonces que el Superior Tribunal de
una Nación, ante el cual se discuten los temas sociales más inquietantes para
la población, se encuentre dotado de esta válvula de admisión que evite la
ineficiencia por saturación”(156).

3. El procedimiento del certiorari en el Derecho norteamericano


Es interesante notar cómo funciona el procedimiento de certiorari en el
Derecho norteamericano. Sobre el particular, Ahumada Ruíz señala que “El
procedimiento de certiorari se pone en marcha con la petición de certiorari
(petition for certiorari) dirigida al Tribunal Supremo a instancia de cualquier
persona que haya sido parte en un litigio ante un tribunal de apelación. Para
la formulación de la petición no hay restricciones por razón de la materia
objeto del litigio, la ciudadanía o carácter de las partes o la cuantía de la
controversia, aunque será preciso que en el pleito estén presentes cuestiones
de Derecho federal de entidad. Es preciso hacer énfasis en el hecho de que
la petición del certiorari no se interpreta como ‘derecho’ (right) a apelar una
decisión judicial adversa, sino como un ‘privilegio’ (privilege) que permite a
las partes solicitar del más alto tribunal de la nación la concesión del writ of
certiorari. La parte que inicia el proceso recibe el nombre de ‘peticionario’
o ‘demandante’ (petitioner, plaintiff), y la otra, su oponente en el proceso
previo, el de respondent. El Tribunal atenderá las alegaciones que puedan
hacerse a favor y en contra de la concesión del writ”(157).
La citada autora explica las razones por las cuales no se requiere moti-
vación al denegarse o concederse el writ of certiorari: “De la misma forma
que la petición no se configura como derecho de quien la cursa, la conce-
sión del writ of certiorari no significa otra cosa más que la voluntad del
Tribunal de revisar el caso sobre la base de la petición, sopesadas las razones
en pro y en contra para ello. Por tanto, la concesión o denegación del writ
no constituye un pronunciamiento sobre el fondo de la controversia y, toda
vez que depende de la discreción del Tribunal, no necesita ser motivada.

(156) OTEIZA, Eduardo. Ob. cit., pp. 72-73.


(157) AHUMADA RUÍZ, María Ángeles. Ob. cit., p. 111.

131
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

Habitualmente, la resolución del Tribunal denegando la petición consiste en


la escueta fórmula ‘petition for certiorari denied’”(158).
Posteriormente, la profesora Ahumada describe los efectos que la con-
cesión del writ of certiorari tiene sobre el proceso: “En cuanto al efecto que
la denegación o concesión tiene sobre el proceso a quo, en teoría, es ningu-
no. La denegación no es otra cosa que la negativa del Tribunal, por cualquier
motivo, a entrar a revisar. El efecto es el mismo que si no se hubiera elevado
la petición: el pronunciamiento del tribunal inferior permanece inalterado,
pero no confirmado por la decisión del Tribunal Supremo. La concesión del
certiorari, por su parte, tampoco prejuzga acerca del resultado final de la
revisión en apelación, puesto que el Tribunal Supremo podrá concluir con-
firmando, revocando o anulando la sentencia del inferior o, incluso, deses-
timando si considera que la concesión del writ fue improcedente. El único
efecto que la concesión tiene es procesal: el Tribunal ordena el traslado de
la causa desde el inferior. Ahora bien, como hemos indicado, esto es así ‘en
teoría’. El Tribunal Supremo ejerce su jurisdicción de apelación y desarrolla
su función como intérprete autorizado del derecho federal e instancia unifor-
madora de la jurisprudencia con ocasión de la resolución del certiorari. El
90 por 100 del total de casos que le llegan lo hace por esta vía. El Tribunal
acoge un 5 por 100 de las peticiones de certiorari. Como es evidente, el cri-
terio de admisión, aunque discrecional, necesariamente guarda relación con
el impacto y la importancia de la cuestión a decidir en revisión. Las estadís-
ticas muestran de manera fehaciente que la mayoría de los certiorari conce-
didos culminan con la modificación en alguna forma de la decisión del tribu-
nal inferior, lo que permite razonablemente aventurar que la concesión del
certiorari tiene algo de pronunciamiento indiciario sobre el fondo del asun-
to. Por similar motivo cabe también atribuir algún efecto a la denegación
del certiorari. La doctrina ortodoxa, como veremos, lo niega rotundamente,
pero ello casa mal con la práctica común de emitir votos discrepantes acom-
pañando a la decisión de denegar o con el efecto que los propios tribunales
inferiores le atribuyen”(159).
En lo que se refiere al plazo que tienen los litigantes para presentar el
writ of certiorari este es normalmente de 90 días, contados desde que haya
sido expedida la resolución judicial impugnada. No obstante existen situa-

(158) AHUMADA RUÍZ, María Ángeles. Loc. cit.


(159) AHUMADA RUÍZ, María Ángeles. Ob. cit., pp. 111-112.

132
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

ciones en las cuales este plazo puede ser mayor si es que, en opinión de los
magistrados, existan razones que lo justifiquen. En este caso, el plazo para el
writ puede extenderse hasta 60 días más(160).
Por otro lado, debemos señalar que la pretensión del peticionante, el
orden en el que deberán exponerse los hechos y los fundamentos jurídicos,
así como la extensión del writ están previstos en las Rules, principalmente
en la Rule 14. “En primer lugar, el peticionario deberá indicar las cuestiones
que solicita sean sometidas a revisión y a ellas limitará su consideración, en
lo sucesivo, el Tribunal. El demandante, representado por abogado (counsel),
debe hacer un depósito de 300 dólares en el momento de registrar su petición
(R. 38)”(161).
La citada autora también precisa cómo se efectiviza el derecho de de-
fensa del respondent: “Una vez se ha registrado la petition for certiorari
se abre un plazo de treinta días para que el respondent deponga su brief in
opposition, esto es, un escrito en el que exponga las razones por las cuales
debe, en su opinión, denegarse el certiorari o se pongan de manifiesto los
errores o inexactitudes en cuanto a los hechos o al derecho en que haya po-
dido incurrir el demandante. El respondent puede renunciar a hacer uso del
derecho a objetar la petición. Si presenta el brief in opposition, el demandan-
te dispone de un nuevo plazo para efectuar su réplica mediante reply brief.
A lo largo del procedimiento, cualquiera de las partes, mediante supplemen-
tal briefs puede dirigirse al Tribunal para poner en su conocimiento nuevos
casos, legislación u otras cuestiones de interés de las que no se tuvo noticia
en el momento de elaborar los escritos anteriores (R. 15)”.
Ahora bien, con respecto a las atribuciones de la Corte Suprema para
conocer las cuestiones y los hechos del proceso evaluados en los órganos
inferiores, Ahumada Ruíz sostiene que “El Tribunal, mediante el certiorari,

(160) La profesora Ahumada Ruíz señala que además de los dos supuestos anotados, la petición de certiorari “puede plantearse respecto
de una decisión interlocutoria (interlocutory order) sin necesidad de aguardar a la sentencia definitiva; normalmente esto jugará en
contra de la concesión del certiorari, que, si es denegado en este momento, podrá volver a solicitarse una vez recaída sentencia
sobre el asunto principal”. Además, agrega que procede “también que el certiorari se solicite antes de recaído pronunciamiento algu-
no del tribunal de apelación [R. 11 y § 2101(e) 28 U.S.C]. En este caso, el writ solo será otorgado si se demuestra que la relevancia
pública de la cuestión comprometida es tal que hace inadecuado seguir el proceso normal de la apelación y aconsejable el inme-
diato pronunciamiento del Tribunal. Esta posibilidad es admitida en raras ocasiones por el Tribunal y está siempre sujeta a crítica de
sus jueces, que consideran que la ayuda que supone contar con una decisión judicial previa para el acierto en la decisión final del
caso justifica casi siempre el retraso que implica el paso por otra instancia de apelación . No obstante, el hecho de que esta posi-
bilidad esté abierta ha sido uno de los argumentos de mayor peso a la hora de insistir en la eliminación del appeal ante el Tribunal
frente a decisiones de tribunales de distrito, puesto que este tipo de certiorari, si se concede, tiene el mismo efecto. La petición de
certiorari previa a la sentencia en apelación obedece en otros casos a que, según le consta a la parte, un supuesto sustancialmente
igual está pendiente de decisión por el Tribunal Supremo” (AHUMADA RUÍZ, María Ángeles. Ob. cit., p. 113.
(161) AHUMADA RUÍZ, María Ángeles. Ob. cit., pp.113-114.

133
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

abre paso al ejercicio de una jurisdicción plenaria que no se limita a las cues-
tiones de derecho discutidas en el proceso previo. Concedido el certiorari, el
traslado de la causa para su revisión conlleva que el Tribunal puede, poten-
cialmente, revisarlo todo. Dicho esto, hay que reconocer que la práctica del
Tribunal revela que rara vez en este nivel de apelación entrará en considera-
ciones sobre los hechos y son excepcionales las ocasiones en que el Tribunal
conoce por primera vez de cuestiones no decididas previamente en la instan-
cia de apelación intermedia. De conformidad con lo establecido en la Rule
14.1 (a), el Tribunal limitará su revisión a las cuestiones que el peticionario
desea precisamente someter a su juicio, y estas deben estar claramente indi-
cadas en la ‘petición’. Una vez presentada esta, el actor no podrá añadir nue-
vas cuestiones ni variar las expuestas, salvo en supuestos excepcionales y
siempre que lo admita el Tribunal. Asimismo, el respondent deberá atenerse
a tales cuestiones y no puede llamar la atención sobre otras distintas con las
que no guarden relación. Las questions presented for review en el escrito de
petición de writ of certiorari fijan los contornos de la controversia. En aten-
ción al principio de congruencia, un tribunal resuelve, también en apelación,
sobre lo que se le demanda”(162).
No existe medio impugnatorio posible si la Supreme Court of the
United States deniega la concesión del certiorari, salvo el derecho de soli-
citar reconsideración mediante el mecanismo del petititon for the rehearing.
Esta solicitud debe presentarse dentro de los 25 días siguientes a la negativa
del rechazo del writ. Por el contrario, si se concede el recurso, el Tribunal
Supremo debe notificar de ello al interesado y a la corte que ha expedido la
resolución cuestionada, fijándose los plazos para presentar alegaciones y la
convocatoria a juicio plenario.

III. ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 392-A DEL CÓDIGO PROCESAL


CIVIL. ¿EL CERTIORARI A LA PERUANA?

Al analizarse el artículo 392-A del Código Procesal Civil, recientemen-


te incorporado por la Ley Nº 29364, pueden advertirse las notables diferen-
cias entre la regulación peruana sobre la procedencia excepcional del recurso
de casación y el certiorari del Derecho norteamericano.

(162) AHUMADA RUÍZ, María Ángeles. Ob. cit., pp. 115-116.

134
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

Así, en primer término tenemos la necesidad de que la decisión de la


Corte Casatoria peruana esté debidamente motivada, a diferencia de lo que
sucede con el certiorari, en la que dicha decisión no requiere fundamen-
tación alguna. En efecto, el último párrafo de dicho artículo señala que,
atendiendo al carácter extraordinario de la concesión del recurso, la Corte
Suprema peruana debe motivar las razones de la procedencia; mientras
que –como hemos visto– el Tribunal Supremo de los Estados Unidos de
Norteamérica tiene completa y absoluta facultad discrecional para decidir,
sin motivación alguna, la procedencia o no del writ of certiorari.
Sobre el particular, el profesor Valverde ha señalado que: “Nuestro le-
gislador ha optado por regular un certiorari peculiar, a la inversa del clásico
conocido en la legislación comparada. Aquí ya no se está ante el supuesto de
que la Corte de Casación decide discrecionalmente (sin motivar) qué casos
conocerá sobre el fondo y cuáles otros no, sino ante el supuesto de que algún
recurso de casación no cumpliera con los requisitos previstos por el artículo
388 (se entiende que en realidad debe ser el artículo 387), la Sala Suprema
decidirá admitirlo a trámite considerando que el mismo cumplirá los fines de
la casación, decisión que deberá de estar motivada indefectiblemente”(163).
Las razones que expone el profesor Valverde están relacionadas con el
derecho constitucional previsto en nuestro ordenamiento por el cual las de-
cisiones judiciales deben expedirse necesariamente con una debida motiva-
ción. Así, el citado autor señala que “La introducción del certiorari en nues-
tro orden jurídico choca con una garantía constitucional que es la motivación
de las resoluciones judiciales, condición que no admite dicha institución por
ser absolutamente libre e inmotivada en cuanto al avocamiento del tribunal
para resolver ciertos casos que considera relevantes. Siendo así, en este caso
el legislador ha tenido que optar por exigir que el Tribunal de Casación mo-
tive las razones por las cuales declara procedente un recurso aun cuando este
no cumpla las formalidades de ley”(164).
En segundo término, puede advertirse en el texto del incorporado ar-
tículo 392-A del Código Procesal Civil la presencia de un aparente error al
remitirse al artículo 388. En efecto, en la primera frase del citado artículo
puede leerse lo siguiente: “Aun si la resolución impugnada no cumpliera
con algún requisito previsto en el artículo 388 la Corte puede concederlo

(163) VALVERDE GONZÁLES, Enrique. Ob. cit., p. 322.


(164) VALVERDE GONZÁLES, Enrique. Loc. cit.

135
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

excepcionalmente si considera que al resolverlo cumplirá con alguno de los


fines previstos en el artículo 384”.
La confusión e incertidumbre en la doctrina se ha generado porque se
estima que donde dice “artículo 388” debe leerse “artículo 387”, pues aquel
regula los requisitos de procedencia del recurso mientras que este los de ad-
misibilidad, entre los cuales se encuentra el requisito de que la casación se
interponga contra las sentencias y autos expedidos por las salas superiores
que, como órganos de segundo grado, ponen fin al proceso.
Esta situación de grave incertidumbre, por llamarla de alguna manera,
y la posibilidad de múltiples interpretaciones ha llevado a afirmar a la pro-
fesora Ariano que “Decididamente incomprensible es el artículo 392-A que
consagra la ‘procedencia excepcional’ del recurso. Y es incomprensible por-
que está redactado de tal manera que no se llega a entender en dónde está la
‘excepcionalidad’ (…) Lo curioso es que el artículo 388 no establece ningún
requisito de ‘la resolución’, sino los ‘requisitos’ del recurso. Ergo, de dos
una: o se equivocaron en la remisión del artículo (el 388 por el inciso 1 del
artículo 387) o donde dice ‘resolución impugnada’ hay que entender ‘recur-
so’. Si es esto último, lo único que se nos ocurre pensar es que la ‘infracción
normativa’ denunciada no tenga incidencia directa sobre la decisión impug-
nada. No me atrevo a especular más (quizá haya que esperar la publicación
de una –improbable– ‘fe de erratas’)”(165).
El profesor Valverde advierte dos posibles lecturas que puede generar
esta situación –legislativa o jurisprudencialmente– presente en el nuevo artí-
culo 392-A. En cuanto a la primera afirma que “en realidad la remisión nor-
mativa debe ser al artículo 387 modificado, porque el artículo 388 no regula
para nada los requisitos de la resolución sino del recurso. Si fuera así, se
estaría admitiendo la posibilidad de que se aplique este certiorari [proceden-
cia excepcional del recurso de casación] respecto a sentencias y autos que
no ponen fin al proceso, entre estas aquellas que declaran la nulidad de la
apelada. También se podría aplicar a aquellos casos en que el recurso ha sido
interpuesto extemporáneamente, pero que por la ‘trascendencia’ del caso de-
nunciado ‘merecería’ ser visto en casación. Esta última hipótesis nos parece-
ría gravísima de ser adoptada por la Sala Suprema. Empero el reparo anota-
do, pensamos que esos serían los dos únicos casos de incumplimiento de los

(165) ARIANO DEHO, Eugenia. Ob. cit., p. 21.

136
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

requisitos del artículo 387, porque los otros dos (incisos 2 y 4) en nada se
relacionarían con esta ‘excepcionalidad’ de procedibilidad del recurso”(166).
La segunda lectura de la misma norma, en palabras de Valverde, “es
que efectivamente se está remitiendo al artículo 388, el cual regula los re-
quisitos de procedencia del recurso y que no se refieren a las cualidades de
las resoluciones sujetas a impugnación. Si así fuera, no tendría sentido que
se dé esta ‘excepcionalidad’ ante el incumplimiento del inciso 1. En cuanto
al inciso 2, pasaría lo mismo, porque de lo contrario sería el tribunal quien
oficiosamente sea el que describa cuál es la infracción normativa o el apar-
tamiento del precedente. Quizá sería el único caso de la ‘procedencia excep-
cional’ el señalado en el inciso 3, donde pese a haberse demostrado la infrac-
ción normativa no se acredita la incidencia en la decisión impugnada; y esto
sería solamente con fines ilustrativos, porque la Corte tendría que resolver de
acuerdo a lo prescrito en el segundo párrafo del artículo 397. Actuar de otro
modo llevaría a que la Corte se subrogue a las partes y señale cuál es la in-
fracción normativa, dejando al impugnante que señale cuál es la incidencia,
supuesto que nos parece un exceso. Tenemos dudas en cuanto a que si el in-
ciso 4 estaría dentro del supuesto de los casos excepcionales, porque tendría
que ponerse como un posible ejemplo el que pese ha haberse cumplido con
los tres incisos anteriores, el recurrente no señale si su pedido es anulatorio
o revocatorio y cuáles son los alcances del mismo, esto es hasta qué estadio
del proceso debe retrotraerse la nulidad”(167).
De estos dos posibles escenarios interpretativos, nos decantaríamos
por la segunda de las alternativas planteadas por el profesor Velarde, no sin
añadir algunas precisiones. Específicamente creemos que la referencia al ar-
tículo 388 del Código Procesal Civil es correcta, pero que debe hacerse úni-
camente a los incisos 2 al 4, que regulan los siguientes requisitos de proce-
dencia del recurso: i) descripción clara y precisa de la infracción normativa
o el apartamiento del precedente judicial; ii) demostración de la incidencia
directa de la infracción sobre la decisión impugnada; y, iii) indicación del
efecto anulatorio o revocatorio del pedido casatorio.
Al igual que Valverde, consideramos que no procedería aplicar la
procedencia excepcional de la casación en el supuesto señalado en el inci-
so 1 del artículo 388 –vale decir, que el recurrente no hubiera consentido

(166) VALVERDE GONZÁLES, Enrique. Ob. cit., p. 322.


(167) VALVERDE GONZÁLES, Enrique. Ob. cit., p. 323.

137
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

previamente la resolución adversa de primera instancia, cuando esta fuere


confirmada por la resolución objeto del recurso–, porque ello implicaría que-
brantar la exigencia de que el recurrente haya demostrado en todo momento
que discrepa del razonamiento judicial cuestionado mediante el recurso de
casación.
Entonces, en nuestra opinión procederá la admisión excepcional del re-
curso de casación, conforme a lo previsto en el artículo 392-A del Código
Procesal Civil, cuando la Corte considere que se cumplirán los fines del re-
curso pese a que en el pedido casatorio no se haya descrito claramente la
infracción normativa o el apartamiento del precedente judicial, o no se haya
demostrado la incidencia directa de la infracción sobre la decisión impugna-
da, o cuando el recurrente haya omitido indicar el efecto anulatorio o revo-
catorio del pedido casatorio.
Por otro lado, es un error que la frase inicial del mencionado artículo
haga referencia a los requisitos de la “resolución impugnada”. Lo correcto es
que se refiera a los requisitos del “recurso presentado”, pues el artículo 388
regula precisamente los requisitos de procedencia de este, y no de la resolu-
ción de segundo grado que se cuestiona.
Por ello, cuando el artículo 392-A del Código Procesal Civil señala que
“aun si la resolución impugnada no cumpliera con algún requisito previsto
en el artículo 388”, en nuestra opinión, deberá leerse “Aun si el recurso no
cumpliera con algún requisito previsto en los incisos 2 al 4 del artículo 388”.
Hasta la fecha de elaboración de esta obra no tenemos conocimiento
de que alguna sala haya admitido a trámite un recurso de casación pese a no
cumplir con los requisitos de procedencia del recurso. Es cuestión de tiempo
para que ello suceda, lo cual en su momento nos permitirá analizar y evaluar
los criterios que van a ser utilizados por nuestra judicatura para considerar
qué casos merecen ser conocidos pese a no cumplirse con los requisitos pre-
vistos en el artículo 388.
Tal vez las imprecisiones en la regulación de esta nueva facultad de la
Corte Suprema han llevado a algún sector de la doctrina a manifestar su dis-
conformidad con la regulación de la procedencia excepcional del recurso de
casación. Por ejemplo, el magistrado Hurtado Reyes afirma que su inclusión
no solo resulta extraña a un sistema casatorio como el peruano, que no ha
apostado por establecer limitaciones de acceso al recurso por motivos de la
cuantía de la pretensión, sino también por las suspicacias y la utilización con

138
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

fines dilatorios que pueden generarse. Así, el citado magistrado señala que
“nos parece poco aceptable la admisión del recurso de casación de forma
excepcional y oficiosa de la misma Corte de Casación, de lo contrario esta-
ríamos imbuidos en un sistema de naturaleza dual: casación por causal (ar-
tículo 388) y certiorari ‘criollo’ (artículo 392-A). Este último condicionado
a la impugnación sin los requisitos de fondo, pero, sujeto a la voluntad del
juez supremo, en aras de cumplir fines de la casación. Considero que en los
sistemas casatorios en los cuales se incorporan mecanismos de concesión
extraordinaria y oficiosa del recurso de casación, su existencia responde es-
pecíficamente a criterios de equilibrio, se busca dar estabilidad al sistema y
hacerlo inclusivo no exclusivo. Así, se entiende la existencia de esta facultad
en un sistema de casación en el cual se fija cuantía para acceder al máximo
tribunal. Situación que no fue considerada en la casación nacional. En el sis-
tema como el nuestro donde no se han fijado cuantía para acceder a la casa-
ción no se explica un mecanismo como el establecido en el artículo 392-A
del Código Procesal Civil. En todo caso corresponderá a nuestra Corte de
Casación establecer las condiciones y presupuestos que se deben dar para
hacer viable esta facultad, que en la práctica puede generar más de un pro-
blema. Pero, fuera de toda suspicacia, si lo que buscaba el legislador con
esta incorporación era establecer la finalidad dikelógica en nuestro recurso
de casación (como algunos pretenden), habrá que hacerle saber que lo hizo
de forma desafortunada (…). Por lo cual, nos inclinamos a afirmar más bien
que lo reglado en el artículo 392-A apunta a la creación de un ‘certiorari
criollo’, el adjetivo se agrega no solo para decir que es un mecanismo oriun-
do (por su contenido y alcances, diferentes a los desarrollados en el Derecho
Comparado) sino también para develar el misterio que pretendió crear nues-
tro legislador con su incorporación, pues no lo llama con nombre propio”(168).
Hurtado utiliza dicha expresión para señalar que “Esta calificación de
‘certiorari criollo’ nace en orden a que con este mecanismo será la Sala de
Casación quien oficiosamente definirá ante la deficiencia de los impugnantes
(no se acierta con la causal o no se hizo técnicamente bien y merecen deci-
sión de improcedencia) qué recursos deben ser admitidos y que otros deben
ser rechazados. Con lo cual no nos queda la menor duda que este mecanismo
incorporado traerá mucha polémica en la doctrina local y foránea. Además
de las suspicacias que se generarán cuando lo use nuestra Corte Suprema
en casos concretos. Los alegatos del quebrantamiento al principio de

(168) HURTADO REYES, Martín. Ob. cit., p. 45.

139
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

imparcialidad en la función jurisdiccional no se harán esperar cuando se ad-


mita el recurso extraordinariamente, ni los reclamos de ‘justicia’ y discrimi-
nación en los casos en los que no se admitan. Y (…) es la oportunidad para
que los abogados en el ‘primer otrosí’ de sus recursos de casación invoquen
el artículo 392-A del CPC para hacer saber a la Sala Suprema que su caso es
de tal importancia que si no se admite el recurso por las causales invocadas,
se lo conceda oficiosamente. Lo cual, me imagino, creará una círculo vicioso
en este tema”(169).
Es importante tener en cuenta las advertencias que expresa el profesor
Hurtado, pero no para pretender que no se utilice la procedencia excepcional
del recurso, sino para evitar que su aplicación no esté ajena a la finalidad del
proceso y al respeto de sus garantías. Corresponderá a las cortes supremas la
utilización correcta de esta atribución que les ha sido otorgada mediante la
Ley Nº 29364.

IV. POR QUÉ NO EL CERTIORARI

Para nadie es un secreto que la sobrecarga actual de la Corte Suprema


peruana es inmanejable. Nuestras Salas Supremas, en un escenario que no
solo afecta a las civiles sino a todas las áreas, se han convertido en despa-
chos saturados de expedientes y de litigantes que hacen colas para que los
magistrados atiendan sus una y mil razones y argumentos.
El resultado ha sido sentencias casatorias pobremente fundamentadas,
disparidad de criterios entre las diversas salas supremas (y a veces en senten-
cias emitidas por la misma sala), expedientes esperando años para ser revi-
sados, y un largo etcétera. Y, luego de su revisión, no es difícil predecir que
las reformas introducidas por la Ley Nº 29364 no permitirán que la situación
mejore.
En el Perú la casación se ha convertido en un tercer grado, y los abo-
gados consideramos que tenemos el derecho de que la Corte Suprema deba
revisar los fallos de segundo grado que nos son adversos. Y lo peor es que
nuestros magistrados supremos también lo consideran así.
Esto ha originado que la Corte Suprema no se dé abasto para resolver
todas las causas que llegan a su conocimiento, originando que sus respuestas

(169) HURTADO REYES, Martín. Loc. cit.

140
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

jurisdiccionales estén, salvo contadas excepciones, muy lejos de cumplir con


las funciones nomofiláctica y uniformadora de la casación.
Como bien apunta Taruffo, “que una Corte cargada por decenas de mi-
llares de recursos, inducida a decidir las mismas cuestiones y a pronunciar
miles de sentencias al año, está muy lejos del ideal de la casación que elabo-
ra la justa interpretación de las normas y asegura una razonable uniformidad
de la jurisprudencia es, por lo demás, evidente”(170).
Es cierto que la propuesta de inclusión en nuestro sistema casatorio de
institutos como el doble y conforme y la no suspensión de los efectos de la
resolución recurrida (propuestas que, pese a estar en los proyectos previos,
no fueron acogidas por la versión final de la Ley N° 29364) podrían desin-
centivar en alguna medida el uso dilatorio de la casación. Pero, incluso con
ellas, la absurda, inconsistente y perniciosa finalidad dikelógica del recurso
de casación, introducida de contrabando por la últimas reformas al recurso
de casación (eso de “justicia al caso concreto” es lo peor que le pudo pasar
a la casación peruana), seguiría conspirando para que la Corte Suprema
continúe repleta de expedientes judiciales y que se sigan resolviendo sin la
reflexión debida los procesos que llegan a su conocimiento. Por ello comul-
gamos con el aserto del profesor Monroy Gálvez cuando afirmar que “una
tarea tan delicada como la descrita no puede hacerse con 20,000 expedien-
tes al año. Estados Unidos tiene diez veces nuestra población pero su Corte
Suprema nacional conoce menos de 200 casos anualmente”(171).
Nosotros consideramos que el certiorari tiene innumerables ventajas
sobre nuestro cansino, dilatorio, pesado e involutivo sistema casatorio. En
el sistema de certiorari, la Supreme Court of the United States decide dis-
crecionalmente qué causas conoce y cuáles no, sin necesidad de motivar su
decisión.
Obviamente para los abogados que estamos inmersos en el civil law
esto podría ser catalogado de violatorio del debido proceso y por lo tanto
inconstitucional, pero es la única manera de que la Corte Suprema pueda re-
solver en forma debida los temas que llegan a su conocimiento. Además, no
perdamos de perspectiva que el certiorari no es un derecho del justiciable

(170) TARUFFO, Michele. El vértice ambiguo. Ensayos sobre la casación civil. Palestra Editores. Bilbioteca de Derecho Procesal. N° 2.
Lima, 2005. p. 144.
(171) MONROY GÁLVEZ, Juan. “Apuntes sobre el ‘nuevo’ recurso de casación civil”. En: <http://derechoyproceso.blogspot.com/2009/07/
apuntes-sobre-el-nuevo-recurso-de.html>.

141
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO

sino una concesión que puede otorgar la Corte. Por ello se justifica plena-
mente su carácter discrecional.
Como diría Félix Frankfurter, ex magistrado supremo de los Estados
Unidos, “Los juicios del Tribunal son juicios colectivos. Tales juicios son
especialmente dependientes de estudio privado y reflexión en un tiempo am-
plio, en la preparación para una discusión en una audiencia. Sin un estudio
adecuado, no puede haber una discusión adecuada; sin una discusión adecua-
da, no puede haber una reflexión adecuada; sin una reflexión adecuada, no
puede haber una discusión adecuada; sin una discusión adecuada, no puede
producirse ese completo y fructífero intercambio de mentes indispensables
para las sabias decisiones y las opiniones persuasivas del Tribunal. A menos
que el Tribunal ponga fuertemente en vigencia sus propios criterios para
otorgar la revisión de los casos, inevitablemente se enfrentará con la acumu-
lación de retrasos o dispondrá de su asunto esencial de una forma demasiado
veloz y por lo tanto demasiado superficial”(172).
Y esto solo se logra con una Corte que selecciona debidamente cuáles
son los procesos que desea conocer, y no –como sucede ahora– que debe
hacer lo imposible para tratar de descargar al menos una parte de los millares
de voluminosos expedientes que ingresan al año y que debe resolver. Es par-
ticularmente llamativo que a diferencia de lo que sucede en nuestro sistema
judicial, a la Corte Suprema de los Estados Unidos se presenten anualmen-
te un promedio de 1,825 petition of certiorari y que de estas solo se hayan
otorgado un promedio de 80, casi el 4 por ciento; y que se hayan presentado
más de 6,000 peticiones in forma pauperis, o sea peticiones de persona que
aducen no tener los medios para pagar el honorario de presentación, prin-
cipalmente presos, y que solo de estas se haya concedido un promedio de
cinco anualmente(173).
Ojalá podamos decir esto mismo de nuestra Corte Suprema en algunos
años.

(172) FRANKFURTER, Félix, citado por OTEIZA, Eduardo. Ob. cit., p. 72.
(173) Ver, MESSITTE, Peter J. Ob. cit., p. 19.

142
Bibliografía

• AHUMADA RUÍZ, María Ángeles. “El certiorari: ejercicio discre-


cional de la jurisdicción de apelación por el tribunal supremo de los
Estados Unidos”. En: Revista Española de Derecho Constitucional.
Año 14, Nº 41, mayo-agosto 1994, pp. 89-136.
• ARIANO DEHO, Eugenia. “La ‘tergiversación’ judicial del contra-
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146
Anexos
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

1 Casación N° 926-95/Cono Norte-Lima

Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia.


Casación N° 926-95-Cono Norte-Lima

Lima, primero de abril de mil novecientos noventiséis.


VISTOS; a que de lo actuado aparece que a fojas cuatrocientos cincuen-
tinueve por resolución de fecha trece de julio de mil novecientos noven-
ticinco se ha declarado fundada la queja interpuesta por don Héctor Ja-
vier Cafferata Beingolea, concediéndose el recurso de casación que se
ha hecho valer a fojas cuatrocientos diecinueve; y ATENDIENDO:
1) Que en el referido escrito invocando los incisos uno, dos y tres el ar-
tículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil el recurrente de-
nuncia como agravios la aplicación indebida del artículo trescientos ocho
del Código Civil; la inaplicación de los artículos mil noventisiete y no-
ventinueve del mismo Código y la contravención de las normas que ga-
rantizan el derecho a un debido proceso en base a la infracción al artículo
ciento cuarentiuno de la Ley Orgánica del Poder Judicial; 2) Que el recu-
rrente ha omitido denunciar la resolución en relación a la indebida acu-
mulación de pretensiones al solicitarse la ejecución de garantías en méri-
to a letra vencida; 3) Que la competencia de la Corte se encuentra limita-
da a las cuestiones que le son sometidas a su consideración, no pudien-
do la Corte conocer oficiosamente de las cuestiones que no se le hayan
planteado concretamente, de modo tal que toda conclusión contenida
en la resolución recurrida que no sea materia de impugnación es intangi-
ble para la Corte; 4) Que no se ha dado en el presente caso la infracción
del artículo ciento cuarentiuno de la Ley Orgánica del Poder Judicial, por
cuanto la resolución impugnada ha sido firmada por el número de Voca-
les que hacen la mayoría relativa conforme a lo prescrito en la parte per-
tinente del artículo ciento veintidós del Código Procesal Civil; por estas
razones y en uso de la facultad conferida en el artículo trescientos noven-
tidós del aludido Código Procesal: declararon IMPROCEDENTE el
recurso de casación interpuesto por don Héctor Javier Cafferata Beingo-
lea, en los seguidos con Héctor Cruces Acosta y otra, sobre ejecución de
garantías; CONDENARON al recurrente al pago de una multa de tres
Unidades de Referencia Procesal y de las costas y costos originados en la
tramitación del recurso; ORDENARON la publicación de esta resolu-
ción en el diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.

149
ANEXOS

SS. RONCALLA; ROMÁN; REYES; VÁSQUEZ; ECHEVARRÍA


María Julia Pisconti D. (Secretaria)

150
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

2 Casación N° 165-94-La Libertad

Sala de Derecho Constitucional y Social de la


Corte Suprema de Justicia
Casación N° 165-94-La Libertad

Lima, cuatro de julio de mil novecientos noventicinco.


La Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justi-
cia, integrada por los señores: Urrello Álvarez, Buendía Gutiérrez, Ortiz
Bernardini, Castillo La Rosa Sánchez y Quirós Amayo, vio en audiencia
pública de la fecha la causa número ciento sesenticinco-noventicuatro y
verificada la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia: Pri-
mero: DEL RECURSO.- Se trata del recurso de casación interpuesto
por Nistina Chávez Rodríguez, mediante el escrito de fojas trescientos
trece, contra la sentencia de fojas trescientos ocho, de fecha cuatro de
octubre de mil novecientos noventicuatro, expedida por la Primera Sala
Civil de la Corte Superior de La Libertad, que confirmando la sentencia
apelada de fojas doscientos dieciséis, su fecha quince de julio del mismo
año, declara fundada en parte la demanda de fojas veinte formulada por
don Julio Quezada Vásquez contra la recurrente, sobre interdicto de re-
tener; Segundo: DE SUS FUNDAMENTOS.- La demandada Nistina
Chávez Rodríguez fundamenta su recurso en la forma siguiente: a) que
es doctrina jurisprudencial en materia de acciones interdictales que es-
tas prosperan cuando han sido ejercitadas dentro de los plazos que la ley
taxativamente señala, criterio, que según afirma no ha sido observado en
el presente caso; b) que la demandada señala que los actos perturbato-
rios se han mantenido hasta el mes de mayo de mil novecientos noven-
titrés, pero no precisa cuándo se iniciaron; c) que cuando la demandada
pretendió aclarar esta situación por medio de la declaración del deman-
dante, fue rechazada su pregunta formulada con tal objeto, dando lugar
a la apelación de fojas doscientos once, recurso que no ha sido resuelto
en la sentencia de vista; Tercero: CONSIDERANDO: Primero.- Que
la actividad casatoria tiene que circunscribirse estrictamente en torno a
los fundamentos expuestos por la recurrente, tal como específicamente
se encuentra previsto en la ley, de modo que no resulta factible examinar
todo el proceso para encontrar oficiosamente el quebranto de normas
no denunciadas, por cuanto ello implicaría una labor netamente jurisdic-
cional; Segundo: Que a diferencia del artículo mil cuatro del Código de

151
ANEXOS

Procedimientos Civiles que estableció un plazo de caducidad contado


desde el acto o actos que dieran lugar al interdicto; el artículo seiscien-
tos uno del Código Procesal Civil preceptúa que la pretensión interdic-
tal prescribe al año de “iniciado” el hecho que fundamenta la demanda;
Tercero: Que como lo hace notar la recurrente, los actos perturbato-
rios, según la demanda, se han mantenido hasta el mes de mayo de mil
novecientos noventitrés, pero no precisa cuándo se iniciaron, lo que re-
sulta indispensable precisar para los efectos a que se contrae la prescrip-
ción extintiva que prevé el citado numeral; Cuarto: Que en este orden
de cosas, el petitorio resulta incompleto o impreciso, razón por la que
el juez debió declarar inadmisible la demanda, para luego proceder en la
forma prevista en el último párrafo del artículo cuatrocientos veintiséis
del Código Procesal Civil; Quinto: Que la demandada ante esta omisión,
pretendió aclarar los términos de la demanda y con este propósito, en la
declaración del demandante que obra a fojas doscientos diez, formuló la
correspondiente pregunta que fue rechazada de plano por el personal del
juzgado; que contra esta decisión formuló apelación que fue concedida a
fojas doscientos once, sin efecto suspensivo y con el carácter de diferida;
pues bien, esta impugnación no ha sido resuelta por la Sala Civil, como
alega la recurrente, esto es, en evidente contravención de las normas que
garantizan el derecho a un debido proceso; que por las consideraciones
precedentes y habiéndose infringido formas sustanciales para la eficacia y
validez de los actos procesales, por lo que el recurso ejercitado se encuen-
tra comprendido en el inciso tercero del artículo trescientos ochentiséis del
citado Código Procesal; Cuarto: DECLARARON: FUNDADO el re-
curso de casación interpuesto por Nistina Chávez Rodríguez con el escrito
de fojas trescientos trece, en consecuencia NULA la sentencia de vista de
fojas trescientos ocho, de fecha cuatro de octubre de mil novecientos no-
venticuatro e INSUBSISTENTE la apelada de fojas doscientos dieciséis,
su fecha quince de julio del mismo año y NULO todo lo actuado desde el
proveído de fojas veinticuatro inclusive, a cuyo estado se repone la causa
para que se proceda con arreglo a los fines que se establece en el segundo
párrafo del artículo trescientos noventiséis del tantas veces citado Código
Procesal Civil; Quinto: ORDENARON.- la publicación del texto de la
presente sentencia en el diario oficial El Peruano; en los seguidos por don
Julio Quezada Vásquez con doña Nistina Chávez Rodríguez, sobre inter-
dicto de retener; y los devolvieron.
SS. URRELLO A.; BUENDÍA G.; ORTIZ B.; CASTILLO LA ROSA
S.; QUIRÓS A.

152
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

3 Casación N° 1251-2000-Piura

Sala Civil Permanente


de la Corte Suprema de Justicia
Casación N° 1251-2000-Piura

El Peruano el 1 de marzo de 2001, págs. 6999-7000


Lima, veintidós de diciembre de dos mil
La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia (...) 1. MA-
TERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto
por la Caja Rural de Ahorro y Crédito Corporación Financiera del Norte
Sociedad Anónima Abierta –CORFINOR– contra la sentencia de vis-
ta (...) expedida por la Primera Sala Civil de Piura, que confirmando la
sentencia apelada (...) declara infundada la demanda en el extremo de in-
demnización por lucro cesante y fundada la demanda en los demás ex-
tremos, en consecuencia, ordena que los demandados cancelen en for-
ma solidaria a la accionante Delzon Sociedad Anónima (...) 2. FUNDA-
MENTOS DEL RECURSO: La Sala (...) ha estimado procedente el
recurso por la causal relativa a la aplicación indebida del artículo doce a
la Nueva Ley General de Sociedades, Ley número veintiséis mil ocho-
cientos ochentisiete, puesto que conforme se fundamenta en la demanda
los hechos ocurrieron el veinticinco de junio de mil novecientos noventi-
séis, sin embargo, la citada norma recién entró en vigencia el primero de
enero de mil novecientos noventiocho, por lo tanto ha sido aplicada en
forma retroactiva a un hecho que bajo su imperio no había nacido, (...)
infringiéndose el artículo tercero del Título Preliminar del Código Civil,
por lo que la responsabilidad de la demandada deberá determinarse a la
luz de lo establecido por el derogado Texto Único Ordenado de la Ley
General de Sociedades, (...) en observancia del principio de irretroactivi-
dad, pues de acuerdo el artículo ciento ochentiuno de esta Ley societaria
derogada, el Gerente responde ante la sociedad, los accionistas y terce-
ros por los daños y perjuicios que ocasione por el incumplimiento de sus
funciones. 3. CONSIDERANDO: (...) Tercero.- Que, en el caso sub
júdice la Sala Superior ha considerado que el actuar negligente del Ge-
rente General no exime de la obligación de responder a la persona jurídi-
ca emplazada, aplicando por ello el artículo doce de la Nueva Ley Gene-
ral de Sociedades, Ley número veintiséis mil ochocientos ochentisiete; al

153
ANEXOS

respecto, la aludida norma legal regula los alcances de la representación


y la responsabilidad por los actos ultra vires o más allá del objeto social de
la sociedad; sin embargo, dicha Ley recién entró en vigencia el primero
de enero de mil novecientos noventiocho, pero los hechos relativos a la
responsabilidad del Gerente ocurrieron el veinticinco de junio de mil no-
vecientos noventiséis, cuando se encontraba en vigilancia la anterior Ley
General de Sociedades cuyo Texto Único Ordenado fue aprobado por el
Decreto Supremo número cero cero tres guion ochenticinco guion JUS.
Cuarto.- Que, como se advierte se presenta un conflicto de leyes en el
tiempo, el cual debe ser resuelto a la luz de la teoría de los hechos cum-
plidos regulada en el artículo tercero del Título Preliminar del Código Ci-
vil, que establece que la ley se aplica a las consecuencias de las relaciones
y situaciones jurídicas existentes; debiéndose interpretar dicha norma en
el sentido que una nueva ley resulta aplicable a un hecho siempre y cuan-
to este no se haya cumplido bajo el amparo de la antigua norma, en caso
contrario, es decir, si es que el hecho se ha cumplido bajo la antigua ley,
la nueva norma no le será aplicable; en el presente caso el acto negligen-
te del Gerente General ocurrió y se cumplió bajo el amparo de la anti-
gua Ley General de Sociedades, Decreto Supremo número cero cero tres
guion ochenticinco guion JUS; por lo tanto en aplicación de la teoría de
los hechos cumplidos, no resulta de aplicación la Nueva Ley General de
Sociedades. Quinto.- Que, sin embargo, para efectos de que esta Corte
actúe en sede de instancia, es necesario determinar si la aplicación inde-
bida del artículo doce de la nueva Ley General de Sociedades influye o
no sobre el sentido de la resolución; al respecto, debe tenerse presente
que la antigua Ley General de Sociedades establecía en su artículo dieci-
nueve, norma que debe ser interpretada a contrario sensu, que los actos
celebrados dentro de los alcances de la presentación obligan a la socie-
dad, igualmente el artículo ciento sesenta del Código Civil establece que
el acto jurídico celebrado por el representante dentro del límite de sus
facultades produce efecto sobre el representado; en ese sentido, al haber
quedado establecida como cuestión fáctica que el Gerente General ac-
tuó en representación de la persona jurídica emplazada, tal como se ha
expresado en el considerando segundo de la presente resolución, debe
reputarse que los actos del Gerente han sido realizados dentro de los al-
cances de la representación, resultando por ende perfectamente aplica-
ble el artículo diecinueve de la anterior Ley General de Sociedades, con-
cordada con el artículo ciento sesenta del Código Civil. Sexto.- Que asi-
mismo, el artículo mil novecientos ochentiuno del Código Civil regula

154
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

la responsabilidad vicaria del empleador, lo cual resulta perfectamente


aplicable al presente caso por cuanto se ha establecido que el Gerente
General recibió el dinero en representación de la persona jurídica empla-
zada. Sétimo.- Que siendo así, no influye en el sentido de la resolución
el hecho que se haya aplicado una norma impertinente, puesto que de
acuerdo a la antigua Ley General de Sociedades así como el Código Ci-
vil responde la persona jurídica demandada, no siendo por ello factible
que esta Corte case la sentencia solamente por el hecho de estar erró-
neamente motivada, cuando su parte resolutiva se ajusta a derecho, por
lo que se ha procedido, solamente a hacer la rectificación respectiva de
conformidad con lo establecido en el segundo párrafo del artículo tres-
cientos noventisiete del Código Procesal Civil. 4. SENTENCIA: Es-
tando a las conclusiones que preceden: declararon INFUNDADO el
recurso de casación (...)
SS. PANTOJA; OVIEDO DE A; CELIS ALVA
LOS FUNDAMENTOS DEL VOTO DEL SEÑOR VOCAL PE-
DRO IBERICO MÁS; SON LOS SIGUIENTES:
CONSIDERANDO: Primero.- Que, de los hechos fijados en autos
estos ocurrieron el veinticinco de junio de mil novecientos noventiséis,
fecha en la cual, la emplazada Caja Rural de Ahorro y Crédito Miguel
Grau Sociedad Anónima solicitó a la accionante la venta de treinta mil
dólares americanos para atender un negocio relacionado con el objeto
social de la primera de las nombradas. Segundo.- Que, la defensa dedu-
cida por la Caja emplazada se sustenta en que su Gerente, el codemanda-
do Bruno Salas Meza fue quien actuó negligentemente y en abuso de fa-
cultades que le fueron conferidas en su calidad de Gerente General, al
firmar un documento a título personal y con desconocimiento del Direc-
torio de la emplazada por lo que no está legitimada para ser demandada
en el presente proceso. Tercero.- Que, la Sala de Revisión resolviendo la
cuestión formulada por la demandada señala que el hecho de que el Ge-
rente General haya actuado en forma negligente, no exime a la Caja Ru-
ral de devolver el dinero entregado por la demandante, en observancia
del artículo doce de la Ley veintiséis mil ochocientos ochentisiete llama-
da Ley General de Sociedades, debiendo en todo caso ejercer contra el
Gerente las acciones legales correspondientes. Cuarto.- Que, la citada
Ley entró en vigencia desde el primero de enero de mil novecientos no-
ventiocho, y mediante su tercera disposición final derogó la Ley dieciséis
mil ciento veintitrés, Ley de Sociedades Mercantiles y todas las normas

155
ANEXOS

ampliatorias, modificatorias y derogatorias relacionadas con la misma,


incluyendo el Decreto Legislativo trescientos once, Ley General de So-
ciedades Mercantiles: estableciéndose de esta forma la derogación expre-
sa de todas las normas que constituían el régimen general de las socieda-
des en el Perú. Quinto.- Que, el principio general sobre aplicación de la
norma jurídica en el tiempo consiste en que las normas rigen a partir del
momento en que empieza su vigencia y que carecen de efectos tanto re-
troactivos (es decir, antes de dicho momento), como ultractivos (es decir,
con posterioridad a su derogación); ciertamente dicho principio ha sido
recogido por el artículo tercero del Título Preliminar del Código Civil:
“la Ley se aplica a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídi-
cas existentes: no tienen fuerza ni efectos retroactivos, salvo las excep-
ciones previstas en la Constitución Política del Perú, norma que tiene
sustento constitucional en los artículos ciento tres segundo párrafo y
ciento nueve del citado Texto Político. Sexto.- Que siendo así, habiendo
ocurrido los hechos sub materia en el año de mil novecientos noventiséis
es evidente que en dicho periodo no estaba en vigencia la nueva Ley lo
que conllevaría a concluir que se ha aplicado el artículo doce de la nueva
Ley sobre alcances de la representación respecto a una hipótesis nacida
con la anterior Ley societaria; sin embargo, en el caso concreto la aplica-
ción de la Ley en el tiempo es de mayor complejidad de lo que normal-
mente puede aparecer como una aplicación retroactiva de la norma cita-
da de la nueva ley mercantil. Sétimo.- Que, existen dos teorías conocidas
para resolver problemas sobre conflicto de normas en el tiempo: la teo-
ría de los derechos adquiridos y de los hechos cumplidos; el jurista Rubio
Correa, siguiendo algunos criterios doctrinales, señala que son derechos
adquiridos “aquellos que han entrado en nuestro dominio, que hacen
parte de él, y de los cuales ya no puede privarnos aquel de quien lo tene-
mos”, agrega que lo que formalmente plantea esta teoría es la ultractivi-
dad de la normatividad bajo cuya aplicación inmediata se originó el dere-
cho adquirido; en cambio, en forma opuesta, en la segunda teoría se sos-
tiene que los hechos cumplidos durante la vigencia de la antigua ley se
rigen por esta; los cumplidos después de su promulgación por la nueva
(Marcial Rubio Corea, para leer el Código Civil, Volumen tres Título Pre-
liminar, página sesenticinco y setentidós). Octavo.- Que, nuestro siste-
ma jurídico se rige por esta segunda posición, tal como se advierte del
citado artículo tercero del Título Preliminar del Código Civil, norma que,
como las demás reguladas en dicho Título, ocupa un lugar preponderan-
te dentro del sistema jurídico como conjunto, dictando normas o reglas

156
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

de alcance general que van más allá del derecho privado; a su vez, la ano-
tada concepción también ha sido regulada por el artículo dos mil ciento
veintiuno del mismo Código, al indicar que este se aplica inclusive a las
consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas; es decir, de acuer-
do con la teoría de los hechos cumplidos la nueva ley tiene aplicación in-
mediata a las relaciones y situaciones jurídicas existentes (debe entender-
se, existentes al momento en que ella entra en vigencia). Es decir que la
nueva Ley empieza a regir las consecuencias de situaciones y relaciones
que le eran preexistentes. Noveno.- Que, solo existe una excepción al
principio anotado, previsto en otra norma del Código Civil también de
alcance general, que acoge la teoría de los derechos adquiridos; en efecto,
señala el artículo dos mil ciento veinte del citado cuerpo legal que se re-
girán por la legislación anterior los derechos nacidos, según ella, de he-
chos nacidos bajo su imperio, aunque (rectamente entendido “siempre
que”) este Código no le reconozca; estos mismos criterios expuestos son
plenamente aplicables a los límites temporales de las normas en el dere-
cho societario; por consiguiente, como señala Rubio Correa, cuando la
materia haya sido regulada en el Código anterior (Ley Societaria anterior)
y también en el nuevo, rige la teoría de los hechos cumplidos reconocida
como principio general y, en consecuencia, las normas del nuevo Código
(nueva Ley societaria) tiene aplicación inmediata. Solo cuando la materia
haya sido tratada por la Ley anterior y ya no sea tratada por la nueva Ley,
se estará ante la situación excepcional aludida y, por tanto, en este caso sí
se aplicará la teoría de los derechos adquiridos, y procederá la aplicación
de las normas de la Ley anterior (Rubio Correa, Ob. cit., página setentio-
cho). Décimo.- Que, siendo así se advierte que la figura de los alcances
de la representación prevista en el artículo doce de la nueva Ley General
de Sociedades no está prevista expresamente en la Ley anterior; al res-
pecto dicha norma regula los límites de la representación al señalar que
la sociedad está obligada hacia aquellos con quienes ha contratado y
frente a terceros de buena fe por los actos de sus representantes celebra-
dos dentro de los límites de las facultades que les haya conferido aunque
tales actos comprometan a la sociedad a negocios u operaciones no com-
prendidos dentro de su objeto social; sin embargo, pese a estar ausente
este precepto en la ley anterior, no quiere decir que los efectos de la re-
presentación directa no haya estado regulado en nuestro ordenamiento
jurídico, pues el Código Civil en su artículo ciento sesenta, supliendo la
deficiencia normativa estableció que el acto jurídico celebrado por el re-
presentante dentro de los límites de las facultades que se le haya

157
ANEXOS

conferido, produce efecto directamente respecto del representado (en


aplicación del artículo noveno del Título Preliminar de dicho Código).
Décimo Primero.- Que por lo tanto, estando reconocida la figura de la
representación directa con anterioridad a la entrada en vigencia de la
nueva Ley General de Sociedades en virtud de la aplicación inmediata de
la Ley (Teoría de los hechos cumplidos ) es válidamente aplicable la nor-
ma prevista en su artículo doce, lo que supone a su vez, que la Sala de
Revisión no ha incurrido en ningún error de subsunción lógica entre el
hecho fijado en autos y la norma invocada. Décimo Segundo.- Que, la
cuestión referida a que si el codemandado Bruno Alberto Salas Meza en
su condición de Gerente se excedió o abusó de los límites de su repre-
sentación no puede reexaminarse en esta sede por no ser su finalidad,
por lo que cabe desestimar el recurso de conformidad con el artículo
trescientos noventisiete del Código Procesal Civil. SENTENCIA: Por
tales razones mi VOTO es por que se declare INFUNDADO el recur-
so de casación.
SS. IBERICO

158
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

4 Casación N° 591-96-Lima

Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia


Casación N° 591-96-Lima
Lima, tres de setiembre de mil novecientos noventiséis.
VISTOS; con el acompañado; a que de lo actuado aparece que J.B. Inter-
mediadores Sociedad Comercial de Responsabilidad Limitada, ha cum-
plido con todos los requisitos formales para la admisibilidad del recurso
de casación y, por tanto, para la admisión del mismo; y ATENDIEN-
DO; 1) Que, en el escrito de fojas seiscientos trece señala el recurrente
que en la resolución recurrida; a) se han aplicado indebidamente los ar-
tículos mil cuatrocientos veintiocho del Código Civil y ciento setentiuno
de la Ley General de Minería derivado de una incorrecta ponderación de
los hechos por haberse valorado únicamente un informe evacuado por el
Registro Público de Minería; y b) se ha inaplicado los artículos veintiuno
y décimo tercera disposición transitoria del Decreto Legislativo setecien-
tos ocho ya que de conformidad con el informe número quinientos cin-
cuentinueve guion noventicinco, guion EM guion DGM guion DFM/
DFT, el denuncio materia de litis está en etapa de exploración por lo que
la recurrente no estaba obligada a producir si no hasta el año dos mil
uno; 2) Que, la causal de aplicación indebida de una norma de derecho
material supone la incorrecta determinación de la norma que sirve de
premisa mayor del silogismo judicial aplicable al hecho probado; 3) Que,
no son susceptibles de denunciarse en casación la incorrecta apreciación
de los hechos, conducente a la determinación de la premisa menor del
silogismo judicial, pues del error en la determinación de los hechos no
se pueden extraer conclusiones que sean de aplicación a la generalidad
de casos semejantes; 3) Que, igual razonamiento debe considerarse en
relación a la causal de inaplicación, no siendo procedente su invocación
cuando la base del agravio recae en una discrepancia sobre la determi-
nación de la premisa menor del silogismo, en este caso, que el denun-
cio minero estaba en fase de explotación; 4) Que, el recurso de casación
solo versa sobre cuestiones de iure o de derecho con expresa exclusión
de las de hecho o de lo que se estima probado; 5) Que, en consecuencia,
el recurrente no ha dado cabal cumplimiento a lo dispuesto en los nu-
merales dos punto uno y dos punto dos del artículo trescientos ochen-
tiocho de la ley procesal; por estas razones y en uso de la facultad con-
ferida en el artículo trescientos noventidós del aludido Código Procesal;

159
ANEXOS

declararon IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto por


J.B. Intermediadores Sociedad Comercial de Responsabilidad Limitada,
en los seguidos con don Félix Salvador Iparraguirre Castillo y otra so-
bre resolución de contrato; CONDENARON al recurrente al pago de
la multa de tres Unidades de Referencia Procesal y de las costas y costos
originados en la tramitación del recurso; MANDARON la publicación
de esta resolución en el diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; y
los devolvieron.
SS.
RONCALLA; ROMÁN; REYES; VÄSQUEZ; ECHEVARRÏA;
María Julia Pisconti D. (Secretaria)

160
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

5 Casación N° 2969-2000-Arequipa

Sala Civil Permanente


de la Corte Suprema de Justicia
Casación N° 2969-2000-Arequipa

El Peruano el 1 de marzo de 2001, pág. 6987


Lima, veintisiete de diciembre del dos mil.
VISTOS; a que de lo actuado aparece que el recurso reúne los requisi-
tos de forma para su admisión; y ATENDIENDO: Primero.- Que, al
amparo de los incisos primero y tercero del artículos trescientos ochen-
tiséis del Código Procesal Civil, la recurrente denuncia la interpretación
errónea del inciso segundo del artículo mil noventinueve del Código Ci-
vil, que prescribe que es requisito para la validez de la hipoteca “que ga-
rantice el cumplimiento de una obligación determinada o determinable”,
norma que no permite que el gravamen garantice cualquier o varias obli-
gaciones; señala que el pagaré aparejado con la demanda, no se encon-
traría garantizado o cubierto o respaldado por el gravamen hipotecario,
ya que dentro del instrumento en el que aparece la constitución de di-
cho gravamen, no se hace referencia al número y valor del título que se
emite y que garantizaría la hipoteca, la serie o series a que corresponda,
la fecha de su emisión, el monto que representa, el plazo y forma en que
debe ser amortizado y demás que sirvan para determinar las condiciones
del título; Segundo.- Que, sin embargo, de la fundamentación expuesta
se advierte que la impugnante pretende que esta corte realice una inter-
pretación de las cláusulas de la escritura de constitución de garantía hi-
potecaria submateria, lo cual resulta ajeno a los fines del extraordinario
recurso de casación porque implica un examen de la voluntad de las par-
tes acordada en el título de ejecución; Tercero.- Que por otra parte, de-
nuncia la contravención de las normas que garantizan el debido proceso,
consistentes en: a) que no se ha exigido a la entidad demandante el pago
del arancel judicial por concepto de ofrecimiento de pruebas y/o califi-
cación del título de ejecución, a pesar de ello, se dio trámite a la demanda
interpuesta; b) se habría permitido que la parte ejecutante ofrezca prue-
bas extemporáneas como es el caso de la obrante a fojas cincuentiuno,
referente a una orden de desembolso, conculcándose así lo dispuesto en
el artículo ciento ochenta y nueve del Código Adjetivo; c) que se expidió

161
ANEXOS

la resolución cero siete - cero cero, cuando ya se encontraba suspendida


la jurisdicción al haberse interpuesto recurso de apelación contra el auto
que resuelve la contradicción, circunstancia que mereció una nulidad y
que fue inadvertida por el despacho y por la Sala revisora; d) por la in-
debida acumulación de pretensiones sin exigirse el previo cumplimiento
del artículo ochentisiete de la Ley Procesal; e) por no haberse notifica-
do varias resoluciones recaídas en autos a la parte demandada, como es
el caso de lo que corre traslado de la contradicción y de la que absuelve
dicho traslado; Cuarto.- Que en relación al punto a) del considerando
precedente, se tiene que a fojas dieciocho obra el recibo de la tasa judicial
por ofrecimiento de pruebas que presenta la actora conjuntamente con
su escrito de demanda, siendo así, el vicio alegado es inexistente; Quin-
to.- Que respecto al punto b) el cargo no puede prosperar, por la natu-
raleza del proceso que se ventila y por los documentos que aparejan a la
demanda; Sexto.- Que, en cuanto al punto c), se tiene que a fojas ochen-
titrés obra la resolución que declara improcedente la nulidad deducida
por la ejecutada al considerar que si bien por resolución cero seis guion
dos mil se concedió apelación con efecto suspensivo contra la resolución
cero cinco - dos mil, también es cierto, que tal resolución fue notificada
a las partes con fecha veintidós de mayo del año en curso, es decir, mu-
cho después de expedida la resolución cero siete - dos mil, que data del
diecinueve de mayo y por la que se integra la resolución cero cinco - dos
mil que falla declarando infundada la contradicción formulada por la
causal de inexigibilidad de la obligación puesta a cobro e improcedente
en cuanto se sustenta en la causal de nulidad formal del título; en con-
secuencia, la denuncia carece de base real, ya que de conformidad con
el quinto párrafo del artículo ciento setentidós del Código Adjetivo el
juez puede integrar una resolución antes de su notificación y, después de
efectuada esta, pero dentro del plazo que las partes dispongan para ape-
larla, de oficio o a pedido de parte; Sétimo.- Que en lo atinente al pun-
to d), debe tenerse en cuenta que en la demanda de fojas veinte, aparece
que la misma está dirigida a la ejecución de la garantía hipotecaria otor-
gada por la ejecutada, no advirtiéndose acumulación algunas de preten-
siones, por lo que este cargo también resulta inexistente; Octavo.- Que
finalmente, sobre el punto e), fluye de autos que a fojas cuarenta y ocho
obra el cargo de la notificación efectuada a la recurrente con el escrito
de contradicción y la resolución número cero tres guion dos mil que dis-
pone el traslado de la misma, y a fojas cincuenticuatro obra la constan-
cia de la notificación por nota de la resolución cero cuatro - dos mil que
tiene por absuelto el traslado de la contradicción por parte de la entidad

162
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

ejecutante; que tales actos procesales han sido realizados conforme a lo


dispuesto en los artículos ciento cincuentisiete y ciento cincuentiséis del
Código Adjetivo, por lo que este extremo tampoco puede prosperar; por
estas razones y de conformidad con lo dispuesto en el artículo trescien-
tos noventidós del acotado cuerpo legal; declararon IMPROCEDEN-
TE el recurso de casación interpuesto por doña Martha Montes de Oca
García; en los seguidos por la Caja Municipal de Ahorro y Crédito de
Arequipa, sobre ejecución de garantías; CONDENARON a la recu-
rrente al pago de la multa de tres Unidades de Referencia Procesal, así
como al pago de las costas y costos originados en la tramitación del re-
curso; DISPUSIERON se publique esta resolución en el diario oficinal
El Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.
SS. PANTOJA; IBERICO; OVIEDO DE A.; CELIS; ALVA

163
ANEXOS

6 Casación N° 20-94-Ayacucho

Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia


Casación N° 20-94-Ayacucho

Lima, veintiuno de noviembre de mil novecientos noventicuatro.


La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, integrada por los señores:
Urrello Álvarez, Presidente, Roncalla Valdivia, Román Santisteban, Ca-
rrión Lugo y Villafuerte Bayes, vio en audiencia pública de la fecha la
Causa número veinte-noventicuatro y verificada la votación con arreglo
a ley, emite la siguiente sentencia:
1º) MATERIA DEL RECURSO.- Se trata del recurso de casación in-
terpuesto por Félix Solar la Cruz, mediante su escrito de fojas noven-
tinueve, contra la sentencia de fojas noventiséis, su fecha treintiuno de
enero de mil novecientos noventicuatro, expedida por la Sala Civil de la
Corte Superior de Ayacucho, que confirmando la sentencia apelada de
fojas setentisiete, su fecha veintidós de diciembre de mil novecientos no-
ventitrés, declara infundada la excepción de incapacidad del demandante
y fundada la demanda de fojas catorce, sobre desalojo por vencimiento
de contrato, formulada por don Alejandro Cabrera Palomino, en repre-
sentación de la Arquidiócesis de Ayacucho.
2º) FUNDAMENTOS DEL RECURSO.- El demandado funda-
menta su recurso: a) que al deducir la excepción de incapacidad del de-
mandante invocó el artículo 75 del Código Procesal Civil, en razón a
que para demandar se requiere de facultades especiales conferidas en
forma expresa; b) que los decretos arzobispales de fojas tres y cuaren-
tiuno, por su naturaleza, tienen efectos dentro de la esfera religiosa,
pero no para sobreponerse a las normas procesales de imperativo cum-
plimiento; c) que en este orden al desestimarse la excepción deducida,
no obstante lo insuficiente del poder, se ha contravenido el citado nu-
meral, afectando el derecho a un debido proceso; d) que los hechos de-
nunciados en las líneas precedentes están inmersos en el inciso tercero
del artículo 386 del acotado, como una de las causales del recurso de
casación ejercitado.

164
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

3º) CONSIDERANDO:
Primero.- Que si bien la actividad casatoria debe circunscribirse estric-
tamente a los fundamentos expuestos por el recurrente, no menos cierto
es que tal exigencia formal no impide al juzgador a verificar una correcta
calificación de los hechos denunciados en uso de la facultad que le con-
fiere el inciso 1) del artículo 50 del Código Procesal Civil.
Segundo.- Que con arreglo a lo preceptuado en el artículo 75 del Có-
digo Procesal Civil, para demandar, se requiere de facultades especiales
conferidas explícitamente con ese fin, debiéndose advertir que el otorga-
miento de dichas facultades se rige por el principio de literalidad.
Tercero.- Que, los decretos arzobispales de fojas tres y cuarentiuno, que
nombran a don Alejandro Cabrera Palomino como Síndico de la Arqui-
diócesis de Ayacucho, con facultades para administrar bienes eclesiás-
ticos, no se compadecen con la exigencia formal prevista en el citado
numeral.
Cuarto.- Que, por lo que queda dicho en los considerandos precedentes
y los términos del primer otrosí del escrito de fojas treintitrés, lo que el
demandado en el fondo ha deducido es la excepción de representación
defectuosa o insuficiente del demandante, prevista en el inciso 3) del ar-
tículo 446 del citado Código y no la incapacidad procesal de actor.
Quinto.- Que resultando insuficiente el poder de fojas tres y cuarenta y
uno, obviamente tampoco es posible lograr una relación procesal válida,
en razón de no haberse cumplido con acompañar el anexo que el inciso
2) del artículo 425 del mismo Código exige; sin embargo, tratándose de
una omisión subsanable, el Juez debió proceder en la forma indicada en
el último párrafo del artículo 426 del mismo Código.
4º) DECLARARON: FUNDADO el recurso de casación interpuesto
por don Félix Solar la Cruz con el escrito de fojas noventinueve; NULA
la sentencia de vista de fojas noventiseis; su fecha treintiuno de enero de
mil novecientos noventicuatro; INSUBSISTENTE la apelada de fojas
setentisiete, de veintidós de diciembre de mil novecientos noventitrés y
nulo todo lo actuado desde fojas veintidós, inclusive, a cuyo estado se re-
pone la causa para que el a quo proceda en la forma prevista en el último
párrafo del artículo cuatrocientos veintiséis del citado Código Procesal.

165
ANEXOS

5º) ORDENARON:
La publicación del texto de la presente sentencia en el diario oficial El
Peruano y que se devuelvan los autos a la instancia respectiva para los fi-
nes a que se contrae el último párrafo del artículo 396 del Código Pro-
cesal Civil.
SS. URRELLO; RONCALLA; ROMÁN; CARRIÓN; VILLAFUERTE.

166
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

7 Casación N° 3501-2001-Cajamarca

Casación N° 3501-2001-Cajamarca

El Peruano, 02/02/2004, págs. 11404-11405


Lima, diecisiete de setiembre del dos mil tres
La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia, vista la causa
con el acompañado, en audiencia pública de la fecha y producida la vo-
tación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia:
MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación inter-
puesto por don Fernando Agapito Chávez Collantes contra la sentencia
de vista de fojas ciento veintitrés, su fecha trece de agosto del dos mil
uno, expedida por la Sala Especializada en lo Civil de la Corte Superior
de Justicia de Cajamarca, que confirmando la sentencia apelada de fojas
noventitrés, su fecha once de junio del dos mil uno, declara infundada la
demanda de tenencia; con lo demás que contiene.
FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO
PROCEDENTE EL RECURSO: Mediante resolución del veinticin-
co de marzo del dos mil dos, esta Corte ha estimado procedente el re-
curso por la causal prevista en el inciso 1 del artículo 386 del Código
Procesal Civil al amparo del cual el recurrente denuncia la interpretación
errónea del artículo 3 de la Convención Internacional de los Derechos
del Niño y del artículo IX del Título Preliminar del Código de los Niños
y Adolescentes.
CONSIDERANDOS:
Primero.- Que, para sustentar la causal en análisis se advierte que el re-
currente circunscribe sus alegaciones en señalar que no se ha tenido en
cuenta la conducta irresponsable de la demandada frente a sus tres pri-
meros hijos, al igual que a su cuarto hijo a quien entregó al cuidado de
otra persona conforme se desprende del informe social que obra en au-
tos, por lo que en aras del principio de interés superior del niño se debió
resolver de la manera más favorable para el mismo; finalmente cuestiona
el fallo recurrido, refiriéndose a los hechos y a la probanza, pretendien-
do el reexamen de los medios probatorios. El recurso ha sido declarado
procedente por este Supremo Tribunal, basado en la interpretación erró-
nea de los artículos IX del Título Preliminar del Código de los Niños y
Adolescentes y 3 de la Convención de los Derechos del Niño.

167
ANEXOS

Segundo.- El recurso extraordinario de casación está destinado a velar


por la correcta interpretación y aplicación del derecho objetivo y, conse-
cuentemente, a unificar la jurisprudencia nacional, lo que importa que la
Corte Suprema de Justicia está en la obligación de corregir los errores de
iure o in iudicando, debiendo circunscribirse estrictamente solo a los fun-
damentos del denunciante, sin entrar a conocer las cuestiones relativas a
hechos o apreciación de medios probatorios.
Tercero.- En ese orden de ideas, cabe agregar que una de las finalidades
del recurso de casación es que ejerce la función nomofiláctica, pues con-
trola la correcta observancia de la norma jurídica, lo cual equivale a la de-
fensa de la ley contra las arbitrariedades de los jueces en su aplicación y
propender a la justicia del caso concreto, esto es la función dikelógica.
Cuarto.- Que la materia del presente recurso está referida a la causal
de interpretación errónea de una norma de derecho material, la cual se
configura cuando el juez da a la norma correctamente elegida un senti-
do equivocado, haciéndole producir consecuencias que no resultan de su
contenido. Sin embargo, es de anotar que las denuncias que en vía de ca-
sación formulen los recurrentes deben tener relación de causalidad con
los hechos determinados por las instancias de mérito, no cumpliéndose
ello cuando, invocando la causal antes citada, el recurrente adecua el sen-
tido de la norma cuestionada a los hechos que él considera acreditados,
como lo es, la conducta irresponsable de la demandada frente a sus tres
primeros hijos y al cuarto hijo, a quien entregó al cuidado a otra persona
según el informe social obrante en autos.
Quinto.- Que, de lo alegado por el recurrente respecto a la aplicación
del principio in dubio pro menor en las normas denunciadas, se tiene que las
instancias de mérito han realizado una correcta interpretación de dichas
normas a favor del menor Luis Fernando Chávez Díaz, al considerar en
forma primordial el interés superior del menor y que todas las medidas
adoptadas deben estar basadas en su consideración del interés superior
del mismo; quien tiene derecho a desarrollarse íntegramente en el seno
de una familia y de no ser separado de ella sino por circunstancias espe-
ciales establecidas en la ley, con la finalidad de protegerlos, como es en
el presente caso, en el cual no obstante se le ha otorgado la tenencia a
la madre y también se ha establecido un régimen de visitas con su padre
para no desvincularlo totalmente del mismo, con la finalidad de no afec-
tar su desarrollo integral.

168
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

DECISIÓN: Estando a las consideraciones precedentes, de conformi-


dad con el dictamen fiscal y en aplicación del artículo 397 del Código
Procesal Civil: a) Declararon INFUNDADO el recurso de casación de
fojas ciento treintiuno, interpuesto por don Fernando Agapito Chávez
Collantes; en consecuencia, decidieron NO CASAR la sentencia de vis-
ta de fojas ciento veintitrés, su fecha trece de agosto del dos mil uno,
expedida por la Sala Especializada Civil de la Corte Superior de Caja-
marca. b) CONDENARON al recurrente a la multa de dos Unidades
de Referencia Procesal, así como al pago de las costas y costos origina-
dos en la tramitación del recurso. c) DISPUSIERON la publicación de
esta resolución en el Diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en
los seguidos con doña María Consuelo Díaz Peláez sobre tenencia; y los
devolvieron.
SS. ALFARO ÁLVAREZ; CARRIÓN LUGO; HUAMANÍ LLAMAS;
CARO A, JULCA BUSTAMANTE; MOLINA ORDÓÑEZ

169
ANEXOS

8 Casación N° 2636-2000-Lima

Casación N° 2636-2000-Lima

El Peruano, 30-04-2001, págs. 7204-7205


Lima, dieciocho de octubre del dos mil
VISTOS; y CONSIDERANDO: Primero.- Que, el recurso de casa-
ción interpuesto por Ricardo Antenor Silva Ramírez, cumple con los re-
quisitos de admisibilidad del artículo trescientos ochentisiete del Código
Procesal Civil; Segundo.- Que, el demandado se encuentra legitimado
para interponer el recurso de casación, pues no consintió la sentencia de
primera instancia; Tercero.- Que, el impugnante sustenta su recurso am-
parándose en la causal prevista en el inciso tercero del artículo trescien-
tos ochentiséis del referido Código; Cuarto.- Que, el recurrente acusa
que la recurrida no contiene la ley sustantiva aplicada a la controversia,
esto es, que no se fundamenta la decisión que llevó al a quem a revo-
car la apelada, infringiéndose la Constitución, el artículo siete del Tex-
to Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, los artículos
primero y séptimo del Título Preliminar del Código adjetivo; luego de-
riva su argumentación a los hechos que difieren de la recurrida y en los
cuestionamientos de la valoración de los medios probatorios; Quinto.-
Que, examinando el recurso subexamen, se aprecia que no es cierto que
la recurrida carezca de fundamentación de las normas sustantivas, por el
contrario, ella se sustenta en los artículos novecientos once, novecientos
veintitrés y novecientos setenta y nueve del Código Civil; Sexto.- Que,
por otro lado, el recurso se fundamenta sustancialmente en hechos y en
un reexamen de los medios probatorios, lo que no procede en materia
de casación, el mismo que tiene una finalidad nomofiláctica, es decir, lo
que busca es la determinación de la exacta observancia y significado abs-
tracto de las leyes; además, la calificación si es recurrida que ha confir-
mado la apelada en todos sus extremos, en aplicación del principio de la
doble instancia consagrado en el inciso sexto del artículo ciento treinti-
nueve de la Constitución, artículo once del Texto Único Ordenado de la
Ley Orgánica del Poder Judicial y artículo noveno del Título Preliminar
del Código adjetivo; por lo expuesto, y, de conformidad con el artículo
trescientos noventidós del Código Procesal Civil: declararon IMPRO-
CEDENTE el recurso de casación de fojas doscientos sesenta contra
la resolución de vista de fojas doscientos cincuentitrés, su fecha diez de

170
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

agosto último; CONDENARON al recurrente al pago de las costas y


costos en la tramitación de este recurso, así como a la multa de tres Uni-
dades de Referencia Procesal; MANDARON publicar la presente reso-
lución en el diario oficial El Peruano; en la causa seguida por César Urbina
Lazón contra Ricardo Antenor Silva Ramírez, sobre desalojo por ocupa-
ción precaria; y los devolvieron.
SS. URRELLO A.; SÁNCHEZ PALACIOS P.; ROMANDO S.; ECHE-
VARRÍA A.; DEZA P.

171
ANEXOS

9 Casación Nº 4361-2001-San Martín

Casación Nº 4361-2001-San Martín

El Peruano del 31/03/2003, págs. 10406-10407


Lima, trece de diciembre del dos mil dos
LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA
DE JUSTICIA; vista la causa eme el día de la fecha y producida la vota-
ción con arreglo a ley, emite la presente sentencia. 1. MATERIA DEL
RECURSO: Es materia del presente recurso de casación la resolución
de vista de fojas doscientos setentitrés, su fecha veintiséis de noviembre
del dos mil uno, expedida por la Sala Mixta de la Corte Superior de Justi-
cia de San Martín, que revocando la apelada de fojas doscientos cuaren-
tiuno, su fecha veinticuatro de agosto del dos mil uno, declara infundada
la demanda y fundada la reconvención, reformándose la declararon fun-
dada la demanda, en consecuencia, nulo el título definitivo de propiedad
extendido por la Municipalidad Provincial de Alto Amazonas a favor del
codemandado sobre parte del terreno sub litis; nulo el asiento registral
respectivo; improcedente la reconvención sobre declaración de propie-
dad; sin costas, ni costos. 2. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES
HA DECLARADO PROCEDENTE EL RECURSO: Mediante re-
solución de fecha veintiuno de mayo del dos mil dos, se ha declarado
procedente el recurso de casación por las causales previstas en los inci-
sos primero y segundo del artículo 386 del Código Procesal Civil, según
los siguientes fundamentos: a) aplicación indebida del artículo 140 del
Código Civil, sustentándose que el contrato objeto de nulidad realmente
con todos los requisitos legales de su enajenación por parte de la Muni-
cipalidad codemandada, pues su propiedad estaba inscrita registralmen-
te; b) la inaplicación de los artículos 1351, 1352 y 1402 del Código Civil,
referidos al principio del consensualismo y de licitud de los contratos;
c) Inaplicación de los artículos 1351, 1352 y 1402 del Código Civil, refe-
ridos al principio de legitimación y de buena fe registral, esto es, que el
contenido de la inscripción se presume cierto mientras no se rectifique o
se declare judicialmente su invalidez, máxime si la Municipalidad era pro-
pietaria del predio vendido que formaba parte de un área mayor inscrita a
su favor, antes que se inscribiera la escritura pública de los demandantes.
3. CONSIDERANDOS: Primero.- La casación es un recurso que tie-
ne las siguientes finalidades: a) Nomofiláctica, esto es, juzga el derecho

172
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

material y procesal; b) Uniformadora, es decir, tiende a la unificación de


la jurisprudencia nacional; y, c) Dikelógica, vale decir, la aplicación de la
justicia al caso concreto. Segundo.- Que, examinando la aplicación in-
debida del artículo 140 del Código Civil, se observa que dicho precepto
legal es pertinente a la controversia, pues corresponde a los requisitos
esenciales o de validez de un acto jurídico. Las instancias de mérito han
determinado que el título que sustenta a la recurrente no es válido, por
tanto, no se apreció el error in iudicando esgrimido. Tercero.- En lo re-
ferente a la inaplicación de los artículos 1351, 1352, 1402, 2013 y 2014
del Código Civil, realmente se aprecia que no variarían el sentido de la
decisión, pues como se ha concluido anteriormente el título de propie-
dad de la recurrente no es válido, careciendo de licitud, posibilidad física
y jurídica del objeto. Ello trae como consecuencia lógica la nulidad del
asiento registral pretendido. La recurrida se ajusta a lo actuado y el de-
recho, concluyéndose que no se corroboran las denuncias formuladas.
4. DECISIÓN: 1) Con lo opinado en el dictamen fiscal, y estando a lo
dispuesto por el artículo 397 del Código Procesal Civil; Declararon IN-
FUNDADO el recurso de casación interpuesto por la codemandada
Chela Isabel Ramírez Salas, en consecuencia, NO CASAR la resolución
de vista de fojas doscientos setentitrés, su fecha veintiséis de noviembre
del dos mil uno. 2) CONDENARON a la recurrente al pago de la mul-
ta de una Unidad de Referencia Procesal, así como al pago de las costas
y costos originados en la tramitación del recurso. 3) DISPUSIERON la
publicación de la presente resolución en el diario oficial El Peruano, bajo
responsabilidad; en los seguidos por Humberto Pérez Rodríguez y otra;
sobre nulidad de acto jurídico y otros conceptos; y los devolvieron.
SS. SILVA VALLEJO; CARRIÓN LUGO; TORRES CARRASCO;
CARRILLO HERNÁNDEZ.; QUINTANILLA QUISPE

173
ANEXOS

10 Casación Nº 1417-2000-Lambayeque

Casación Nº 1417-2000-Lambayeque

El Peruano del 30/06/2003, págs. 10666-10667


Lima, veintitrés de octubre del dos mil dos
LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA
DE JUSTICIA.- Con los acompañados; vista la causa en Audiencia Pú-
blica de la fecha y producida la votación correspondiente de acuerdo a
ley, se emite la siguiente sentencia:
1.- MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación in-
terpuesto a fojas ciento noventiséis por don César Augusto Horna Paz
contra la resolución de vista de fojas ciento ochenticinco, su fecha vein-
ticinco de abril del dos mil, expedida por la Sala Civil de la Corte Supe-
rior de Justicia de Lambayeque, que confirma la sentencia apelada de fo-
jas ciento treinta su fecha diecinueve de noviembre del mil novecientos
noventinueve, que declara infundada la demanda de fojas seis; y los de-
volvieron; en los seguidos con el Banco Santander y otros, sobre terce-
ría de propiedad.
2. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO
PROCEDENTE EL RECURSO: Concedido el recurso de casación a
fojas doscientos dos, fue declarado procedente por este Supremo Tribu-
nal, mediante resolución de fecha diecinueve de julio del dos mil, por la
causal prevista en el inciso 1 del artículo 386 del Código Procesal Civil,
relativa a la aplicación indebida del artículo 2012 del Código Civil.
3. CONSIDERANDOS: Primero.- Que, si bien es cierto se ha esta-
blecido jurisprudencialmente que, de conformidad con lo establecido en
el artículo 2022 del Código Civil que el derecho de propiedad adquirido
con anterioridad a un embargo inscrito sobre este es necesario que se
acredite que efectivamente el derecho de propiedad preceda al derecho
de crédito. Segundo.- Que, el artículo 535 del Código Procesal Civil es-
tablece expresamente que a la demanda de tercería de propiedad debe
anexarse documento público o privado de fecha cierta que acredite el de-
recho preferente de tercerista. Tercero.- Que, a su vez el artículo 245 del
citado Código Procesal Civil establece los casos en que un documento
privado adquiere fecha cierta. Cuarto.- Que, habiéndose establecido en

174
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

las sentencias de mérito que el documento privado con el que recauda la


demanda adquirió fecha cierta el diecinueve de noviembre de mil nove-
cientos noventiocho, de conformidad con lo dispuesto en el inciso 2 del
artículo 245 del Código Procesal Civil, mientras que la medida cautelar
fue anotada registralmente el doce de mayo de mil novecientos noven-
tisiete, resulta que la denuncia formulada carece de fundamento. Quin-
to.- Que, la impugnación casatoria presupone la prueba de la existencia
de un derecho de propiedad anterior a la medida cautelar de embargo,
siendo que en las instancias de mérito se ha determinado que esto no ha
sido aprobado. Sexto.- Que, la denuncia por aplicación indebida debe
estar referida a los hechos tal como estos han sido fijados en la sentencia
de mérito y no conforme a los que el recurrente estime acreditados, por
no actuar la Corte en vía de casación como una tercera instancia. Séti-
mo.- Que, si bien es cierto que excepcionalmente la Corte podría entrar
a ejercer a una función dikelógica en casos en los que exista arbitrarie-
dad manifiesta, esta función solo será ejercida cuando le haya sido pro-
puesta adecuadamente por el recurrente bajo una denuncia in procedendo
en la que se invoque expresamente lo que se conoce como la doctrina
de la arbitrariedad o del absurdo; y, que el defecto revista tal gravedad
que amerite que esta Sala se aparte de los cánones formales del recurso.
4. DECISIÓN: Por tales razones y en aplicación del artículo 397 del
Código Procesal Civil: NUESTRO VOTO es por que se declare IN-
FUNDADO el recurso de casación interpuesto por don César Augusto
Horna Paz mediante escrito de fojas ciento noventiséis, en consecuencia
NO CASAR la sentencia de vista de fojas ciento ochenticinco su fecha
veinticinco de abril del dos mil; CONDENARON al recurrente al pago
de la multa de dos Unidades de Referencia Procesal, así como al pago
de las costas y costos originados en la tramitación del recurso; DISPU-
SIERON la publicación de la presente resolución en el diario oficial El
Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.
SS. PANTOJA RODULFO; CELIS ZAPATA; ALVA SAGÁSTEGUI;
El Secretario que suscribe, CERTIFICA que los fundamentos de los
votos escritos debidamente firmados, emitido por los Señores Vocales
Pantoja Rodulfo, Celis Zapata y Alva Sagástegui; que obran debidamente
firmados a fojas treinta a treintiuno del cuaderno formado en esta Sala
Suprema; doy fe.

175
ANEXOS

LOS FUNDAMENTOS DEL VOTO DEL SEÑOR VOCAL SU-


PREMO DOCTOR VICTORIANO QUINTANILLA QUISPE
como sigue: CONSIDERANDO: Primero.- Que en los procesos de
tercería de propiedad es menester que el actor acredite que ostenta la ti-
tularidad del bien en la fecha en que se constituyó el gravamen cuyo le-
vantamiento se persigue, interpretación que resulta de la concordancia
de los artículos 533 y 535 del Código Procesal Civil. Segundo.- Que, en
tal sentido, resulta importante destacar que el artículo 245 del acotado
Código Adjetivo establece que los casos en que un documento privado
adquiere fecha cierta, determinación de vital importancia en casos como
el de autos, pues de ella dependerá en gran medida el amparo o desam-
paro de la demanda. Tercero.- Que, conforme a los hechos acreditados
por las instancias de mérito el demandante recaudó a su demanda el do-
cumento privado de fojas tres constituido por la minuta de compraventa
otorgada por los cónyuges demandados Pérez Rufasto a su favor, la mis-
ma que tiene por fecha cierta el día diecinueve de noviembre de mil no-
vecientos noventiocho, al haberse legalizado en tal oportunidad, fecha a
partir de la cual debe considerarse probado el derecho de propiedad del
impugnante, ya que es de obligación enajenar un inmueble para que pro-
duzca la transferencia conforme señala el artículo 949 del Código Civil;
sin embargo, la medida cautelar ordenada trabar sobre el bien ( materia
de litigio) en el proceso acompañado, fue anotada registralmente con fe-
cha doce de mayo de mil novecientos noventisiete; en tal sentido, la de-
nuncia formulada por el recurrente debe desestimarse pues si bien tra-
tándose de derechos de distinta naturaleza son de aplicación las normas
de derecho común, de conformidad con lo dispuesto en el segundo pá-
rrafo del artículo 2022 del Código Sustantivo, ya que el tercerista no ha
acreditado su propiedad con anterioridad a la medida a favor del Banco
demandado; empero, teniéndose como fecha cierta de la adquisición una
posterior a la del gravamen, por encontrarse registrado el mismo, debe
presumir de conocimiento del actor a tenor de lo dispuesto en el artícu-
lo 2012 del acotado Código Material, norma denunciada como aplicada
indebidamente y cuya supresión en cualquier caso no modificaría lo re-
suelto, por cuanto se reitera el actor no acreditó su propiedad a la fecha
de constitución del gravamen, que es el tema relevante. Cuarto.- Que,
finalmente debe acotarse que la denuncia de aplicación indebida se en-
cuentra sujeta a los hechos establecidos en las instancias de mérito, los
que no corresponden ser modificados por esta Corte de Casación, que es
un tribunal conocedor de cuestiones de iure o de derecho y no cuestiones

176
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

de facto o de los hechos. Por tales razones: MI VOTO es por que se de-
clare INFUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas ciento
noventiséis por don César Augusto Horna Paz.
S. QUINTANILLA QUISPE
EL SECRETARIO QUE SUSCRIBE, DE CONFORMIDAD
CON LO DISPUESTO EN EL ARTÍCULO 149 DEL TEXTO
ÚNICO ORDENADO DE LA LEY ORGÁNICA DEL PODER
JUDICIAL, CERTIFICA QUE LOS FUNDAMENTOS DE LOS
VOTOS ESCRITOS DEBIDAMENTE, FIRMADOS, EMITI-
DOS POR LOS SEÑORES VOCALES IBERICO MAS Y SEÑO-
RA VOCAL NORA OVIEDO DE ALAYZA, QUE OBRAN A FO-
JAS TREINTIUNO A TREINTISÉIS DEL CUADERNO FOR-
MADO EN ESTA SALA SUPREMA: ES COMO SIGUE:
CONSIDERANDO: Primero.- Que, la doctrina registral considera
que el principio de publicidad registral inviste de certeza a las declaracio-
nes registrales que por su virtud se presumen exactas y al mismo tiempo
permite la posibilidad de conocer el contenido de dichas declaraciones;
tal principio es regulado es el artículo 2012 del Código Civil. Segundo.-
Que, en efecto, en nuestro sistema jurídico, con exclusión de la hipoteca,
los derechos reales nacen fuera del Registro, sin que sea necesario su ins-
cripción, de ahí que la inscripción registral respecto a dichos derechos es
declarativa y no constitutiva, como son los casos de los modelos regístra-
les alemán, suizo y australiano; pese a ello, el derecho real no inscrito, por
ejemplo el derecho de propiedad constituido en virtud del “solo consen-
sus de la transferencia” previsto en el aludido texto del artículo nove-
cientos cuarentinueve no tiene plena eficacia de oponibilidad erga ommes,
en todo caso es limitada con respecto a terceros, siendo necesario para
que alcance el atributo llamado “eficacia erga ommes” (propio de los dere-
chos reales) que el derecho se inscriba, lo que le confiere “un valor agre-
gado” al derecho real, esto es, la posibilidad de oponerlo con éxito a todo
el mundo (a todo titular de un derecho real no inscrito o inscrito con
posterioridad), tal como refiere el publicista Edilberto Cabrera en su tra-
bajo “El Procedimiento Registral en el Perú”, Palestra Editores, Lima
dos mil. Pagina ochenticuatro. Tercero.- Que, en efecto, con arreglo a la
norma invocada, el solo intercambio de voluntades, o “solo consensos”,
perfecciona la transferencia de propiedad inmobiliaria; en tal sentido, el
referido acuerdo de voluntades basta para transmitir el dominio de los

177
ANEXOS

bienes inmuebles; al respecto, el jurista Jack Bigio Chrem, en su trabajo


“la Compraventa y Transmisión de Propiedad” señala que para el nuevo
régimen civil -entre las partes- el contrato de compraventa de un inmue-
ble es al mismo tiempo el título de adquisición (que perfecciona la adqui-
sición del comprador) Título y modo coinciden, pues, en términos gene-
rales (Para leer el Código Civil Volumen I, página ciento noventicinco a
doscientos once, Pontificia Universidad Católica del Perú); siendo así,
bajo la regla descrita el accionante tiene calidad de propietario del bien
sub litis en virtud de la transferencia efectuada en la minuta de compra-
venta de fojas tres de fecha veinticinco de junio de mil novecientos no-
ventiséis; sin embargo, la oponibilidad de dicho derecho real, aunque
para su constitución no requiera su inscripción registral, por lo menos es
necesaria frente a terceros, la que no necesariamente se exige en el pro-
ceso de tercería ya que la oponibilidad se limita a los intereses de las par-
tes de este proceso por lo que la ley procesal exige como regla general
que el derecho real (propiedad) se acredite con el documento público o
privado de fecha cierta, tal como establece el artículo 535 del Código
Procesal Civil. Quinto.- Que, la Sala de Revisión señala como cuestiones
de hecho: a) que el título del actor es un documento privado que no pro-
duce convicción de que se haya celebrado en la fecha que se indica, esto
es, el veinticinco de junio de mil novecientos noventiséis, en todo caso,
ha adquirido fecha cierta a partir de la anotación notarial que aparece en
el dorso de dicho documento de fecha diecinueve de noviembre de mil
novecientos noventiocho; y b) que la medida cautelar de embargo traba-
do a instancias del Banco demandado fue inscrita el cinco de mayo de
mil novecientos noventisiete, lo que implica que el tercerista ha adquiri-
do el bien conociendo del gravamen constituido en virtud del principio
de publicidad registral regulado en el artículo 2012 del Código materia y
por tanto asume la carga por el monto inscrito conforme a lo previsto
por el artículo 656 del Código Procesal Civil. Sexto.- Que, el conflicto
radica en el interés del tercerista de oponer su derecho de propiedad del
bien sub litis (derecho real) en virtud del título antes indicado por un
lado; y por otro, el del Banco demandado que resiste y opone su interés
contra aquel, alegando que el título de actor no es un documento de fe-
cha cierta, pues solo existe una anotación notarial que es posterior a la
inscripción del embargo efectuado (derecho personal), por consiguiente,
se encuentra en colisión dos derechos uno real y otro personal, siendo
menester que uno excluya al otro, pues al ser dos derechos de distinta na-
turaleza, la oponibilidad debe resolverse con las disposiciones del dere-
cho común, tal como regula el artículo 2022 segundo párrafo del Código

178
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

sustantivo. Sétimo.- Que, el artículo 1135 del Código sustantivo regula


la figura de la concurrencia de acreedores cuya regla establece que cuan-
do el bien es inmueble y concurren diversos acreedores a quienes el mis-
mo deudor se ha obligado a entregarlo, se prefiere al acreedor de buena
fe cuyo título ha sido primeramente inscrito o, en defecto de inscripción,
al acreedor cuyo título sea de fecha anterior; en este último caso, se pre-
fiere al título de fecha cierta más antigua; sin embargo cabe advertir, que
en términos generales, la norma indicada está referida a la concurrencia
de acreedores respecto de las obligaciones de dar, vale decir, a todos
aquellos casos en que por cualquiera de las fuentes de las obligaciones
(los contratos, la voluntad unilateral o la ley) una persona se encuentra
obligada a entregar un bien (obviamente en calidad de deudor) a diversos
acreedores, lo que directamente no busca el Banco emplazado sino la sa-
tisfacción de su acreencia, siendo útil para tal efecto una medida cautelar
que le asegure el pago de la aludida acreencia, de lo que puede sobrevenir
en el caso de incumplimiento la obligación de dar el inmueble, pues en el
fondo la medida cautelar inscrita constituye un título similar del acreedor
concurrente al que refiere el artículo 1135 del Código material, entendida
esta norma de modo extensivo. Octavo.- Que siendo así, la minuta de
fojas tres no es documento de fecha cierta más antigua, pues como se
tiene fijado por las instancias de mérito su celebración data del veinticin-
co de junio de mil novecientos noventiséis, sin que a dicha fecha aparez-
ca intervención de funcionario público alguno, lo que recién ocurrió el
diecinueve de noviembre de mil novecientos noventiocho con la anota-
ción notarial que corre en el dorso de dicho documento, cuando ya el
Banco demandado consiguió inscribir su derecho personal (medida cau-
telar de embargo) en el Registro de la Propiedad Inmueble, esto es, con
fecha cinco de mayo de mil novecientos noventisiete; por tanto, dicho
documento sin fecha cierta, a la fecha de la inscripción del embargo, no
podría oponerse a este. Noveno.- Que, sin embargo, debe tenerse en
cuenta que las orientaciones modernas de la casación acerca de sus fines
no se limita a considerar que estos sean el nomofiláctico (correcta apli-
cación e interpretación del derecho objetivo) y el uniformador (unifica-
ción de la jurisprudencia nacional) sino que además se concibe una ter-
cera finalidad, esto es, la dimensión dikelógica de la casación, que apun-
tala, como señala un notable tratadista: “a la justicia del caso concreto”
(Juan Carlos Hitters, La Casación Civil en el Perú, Revista Peruana de
Derecho Procesal, Tomo II página cuatrocientos treintiocho). Décimo.-
Que, en este orden de ideas, en segunda instancia corre el documento
público de fecha veintidós de marzo del dos mil otorgado por el Quinto

179
ANEXOS

Juzgado Civil de Chiclayo mediante el cual el Juez otorga la escritura pú-


blica a favor del demandante y su cónyuge en rebeldía de Luis Dagner
Pérez Chapoñan y otra respecto a la compraventa del bien sub litis con-
tenido en la minuta de fecha veinticinco de junio de mil novecientos no-
ventiséis, lo que implica que este último documento (minuta) ha sido re-
vestido de eficacia jurídica al elevarse a escritura publica siendo sus efec-
tos el de acreditar que ciertamente el actor adquirió el derecho de propie-
dad en la fecha indicada en la minuta, y como tal, la intervención del
funcionario otorgante del instrumento permite retrotraer la condición
de fecha cierta a dicho documento, incluso, sin necesidad de ello, la cali-
dad de instrumento público permite la convicción de que el accionante
tiene el derecho de propiedad respecto al bien sublitis; si bien, este no ha
sido ofrecido ni actuado con las formas establecidas por el artículo 374
del Código adjetivo, el defecto de forma no la invalida como medio pro-
batorio, en la medida que ha cumplido su finalidad, es decir, acreditar lo
expuesto por el actor acerca de su derecho de propiedad del bien sub litis
de conformidad con el artículo 201 y 188 del mismo Código. Décimo
Primero.- Que, por otro lado, el sistema de transferencia de la propie-
dad en nuestro ordenamiento jurídico descarta como elemento constitu-
tivo la inscripción de un inmueble en el Registro Público, siendo así no
sería un fallo justo (dimensión dikelógica) aquel que considera que una
medida cautelar inscrita es preeminente respecto de una compraventa o
título no inscrito por razones de publicidad registral, ya que este último
derecho se ampara en la naturaleza jurídica de la transmisión consensual
de propiedad, y la propiedad como derecho real, para que pueda desarro-
llar eficientemente su función económica debe estar en la posibilidad de
excluir a los terceros, en este caso a quién pretende oponerle una medida
cautelar, pues como señala el profesor Alfredo Bullard González, un sis-
tema de transferencia de propiedad coherente debe dar al adquiriente la
certeza de poder excluir a cualquier otro pretendido adquiriente, es decir
un posibilidad de exclusión total, criterio que a juicio de esta Corte, debe
ser la causa pretendi en las demandas de tercería de propiedad. Décimo
Segundo.- Que, cabe amparar el recurso por error in iudicando y por con-
trol casatorio al amparo del fin dikelógico del recurso, correspondiendo
asumir este Supremo Tribunal funciones de instancia de mérito. Estando
a las consideraciones que preceden: NUESTRO VOTO es po rque se
declare FUNDADO el recurso interpuesto por don César Augusto
Horna Paz; NULA la sentencia de vista de fojas ciento ochenticinco, su
fecha veinticinco de abril del dos mil; expedida por la Primera Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque y actuando como órgano

180
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

de instancia REVOCARON la sentencia apelada de fojas ciento treinta,


su fecha diecinueve de noviembre de mil novecientos noventinueve, de-
clara infundada la demanda sobre tercería de propiedad; REFORMÁN-
DOLA declararon FUNDADA dicha demanda, en consecuencia deja-
ron sin efecto en forma definitiva la medida cautelar recaída en forma de
inscripción del bien sub litis, cúrsese los partes pertinentes a los Regis-
tros Públicos; con costas y costos; en los seguidos con el –Banco Santan-
der Sociedad Anónima– Sucursal Chiclayo, ahora -Banco Santander
Central Hispano Sociedad Anónima- sobre tercería de propiedad; DIS-
PUSIERON la publicación de la presente resolución en el diario oficial
El Peruano bajo responsabilidad, y los devolvieron..
SS. IBERICO MÁS, OVIEDO DE ALAYZA. Doy fe.

181
ANEXOS

11 Casación N° 3889-2000-Lima

Sala Civil Permanente


de la Corte Suprema de Justicia
Casación N° 3889-2000-Lima

El Peruano el 2 de setiembre de 2002, págs. 9145-9146


Lima, veinticuatro de setiembre del dos mil uno
LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA
DE JUSTICIA, vista la causa el día de la fecha y producida la votación
correspondiente de acuerdo a ley, emite la presente sentencia: 1. MATE-
RIA DEL RECURSO: Es materia del presente recurso de casación la
sentencia de vista de fojas ciento ochentitrés, su fecha veintisiete de se-
tiembre del dos mil, expedida por la Sala Civil para Procesos Ejecutivos
y Cautelares de la Corte Superior de Lima que, confirmando la senten-
cia de primera instancia expedida en la audiencia única de fecha dos de
mayo del dos mil, cuya acta obra a fojas ciento treinta y ocho, declara in-
fundada la contradicción de fojas cincuenticuatro y fundada la demanda
interpuesta por el Banco Wiese Limitado, sobre obligación de dar suma
de dinero. 2. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DE-
CLARADO PROCEDENTE EL RECURSO: Mediante resolución
obrante a fojas diecinueve de este cuadernillo de casación, de fecha cinco
de marzo del dos mil uno, se ha declarado procedente el medio impug-
natorio interpuesto por Compañía Minera Erika Sociedad Anónima por
las motivaciones siguientes: a) Causal prevista por el inciso 1 del numeral
386 del Código Procesal Civil, sustentada en la aplicación indebida de los
artículos 2012 y 2013 del Código Civil; b) Causal prevista por el inciso 2
del anotado artículo 386 del Código Adjetivo, sustentado en la inaplica-
ción del artículo 161 del Código Sustantivo, así como el artículo 13 de la
Ley General de Sociedades. c) Causal prevista por el inciso 3 del artícu-
lo 386 del anotado Código Procesal, que hace consistir en lo siguiente:
Señala el impugnante que se ha afectado el derecho al debido proceso al
no haber merituado las instrumentales aportadas en autos en aplicación
del artículo 201 del Código Adjetivo, que prescribe, según afirma el recu-
rrente, que el defecto de forma en el ofrecimiento de la actuación de un
medio probatorio no invalida esta, si cumple la finalidad. 3. CONSIDE-
RANDOS: Primero.- Que, de primera intención, es necesario examinar

182
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

la causal referida al inciso 3 del artículo 386 del Código Procesal Civil, ya
que de declararse fundado el recurso por contravención de normas que
garantizan el derecho a un debido proceso no cabría pronunciamiento
por las demás causales. Segundo.- La empresa recurrente como sus-
tento de su recurso, como aparece de fojas ciento noventitrés, sostiene
que la Sala Civil Superior ha afectado su derecho al debido proceso al
no haber merituado las pruebas que acreditarían la relación que existió
entre el Banco Wiese Limitado y la recurrente, Compañía Minera Erika
Sociedad Anónima. Agrega que “siendo la prueba el medio a través del
cual el juez forma convicción acerca de la verdad de los hechos, es su
obligación merituarla y analizarla en el ámbito en que se produjeron, por
ello constituye una garantía del debido proceso la existencia de la nor-
ma contenida en el artículo 201 del Código Procesal Civil, situación que
ha sido soslayada, desmereciéndola en lo absoluto, pues el ejercicio de la
función jurisdiccional en el presente caso se ha limitado únicamente al
antecedente registral, sin considerar todos los aspectos de la relación que
existió entre el Banco Wiese Limitado y Compañía Minera Erika Socie-
dad Anónima, que abundantemente ha sido aportada y que resultó de lo
manifestado por el Banco ejecutante en su absolución a la contradicción
formulada”. Tercero.- En materia probatoria el Código Procesal Civil
contiene una serie de normas y principios reguladores, cuya infracción
indudablemente constituyen una forma de violar el derecho al debido
proceso. Es más, el Juez puede incurrir en error de derecho en materia
probatoria cuando al estimar el mérito de los elementos de juicio con-
traviene las normas que regulan la valoración de los diferentes medios
de convicción o las que regulan su incorporación al proceso. Igualmente
incurre en error cuando deja de valorar medios probatorios que ya están
incorporados al proceso. Si bien el artículo 189 del Código Procesal Ci-
vil precisa que los medios probatorios deben ser ofrecidos por las partes
en los actos postulatorios, también es verdad que si el medio probatorio,
presentado fuera de la fase postulatoria del proceso, haya sido incorpo-
rado al proceso, el juez no puede dejar de apreciarlo. Algo más: si al pro-
ceso se han incorporado determinados medios probatorios, encontrán-
dose dentro de ellos algunos que al parecer son de trascendencia para
dirimir el litigio, el juez no puede prescindirlos, debiendo evaluarlos con-
forme a la regla contenida en el artículo 197 del citado cuerpo procesal.
Interpretando el artículo 201 de dicho Código en su sentido amplio de-
bemos entender que cualquier defecto en la oportunidad de ofrecimien-
to de un medio probatorio no puede invalidar este, si ello se agrega que
el juez no lo hubiera rechazado liminarmente. Todo esto significa que la

183
ANEXOS

casación, en su finalidad principal, de ser un medio del control monofi-


láctico de las resoluciones judiciales, también comprende el control para
evitar la violación de normas y principios que regulan lo relativo a los
medios probatorios, cumpliendo así el recurso con la finalidad dikelógica
que la doctrina casatoria viene impulsando. Cuarto.- De la revisión de
autos se advierte que la recurrente formuló contradicción a la ejecución
basada en la inexigibilidad de la obligación contenida en el pagaré apa-
rejado a la demanda, aduciendo que quienes lo suscribieron a esa fecha
(nueve de agosto de mil novecientos noventinueve) no eran represen-
tantes de la empresa ejecutada por haber presentado renuncia a sus car-
gos el trece de julio de mil novecientos noventinueve, esto es, con fecha
anterior a la emisión del mencionado título valor. Asimismo, se advierte
que por escrito de fojas ciento veinticuatro la Compañía Minera Erika
Sociedad Anónima presentó una serie de instrumentos que según ella
demostrarían que el Banco Wiese Limitado habría tenido conocimiento
de la renuncia efectuada por quienes suscribieron el título valor emitido
el nueve de agosto de mil novecientos noventinueve y puesto a cobro,
instrumentos que han sido incorporados por el Juez al proceso y no han
sido rechazados liminarmente. Es más, el Juez y la Sala Civil Superior, al
emitir sus respectivas sentencias, no señalan las razones concretas por las
cuales no han apreciado dichos instrumentos al dirimir la controversia.
Por consiguiente, se llega a la conclusión de que, al dejar de apreciar los
mencionados instrumentos, sin que ello conduzca necesariamente a va-
lorarlos positivamente, se han violado las reglas antedichas reguladoras
en materia probatoria, que conducen a declarar fundado el recurso por
la anotada causal, inhibiéndose la Sala de pronunciarse sobre las demás
causales. 4. DECISIÓN: Estando a las consideraciones expuestas: A)
Declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Compa-
ñía Minera Erika Sociedad Anónima, CASARON la resolución de fojas
ciento ochentitrés, su fecha veintisiete de setiembre del dos mil. B) De-
clararon asimismo INSUBSISTENTE la resolución expedida en la au-
diencia única, cuya acta obra a fojas ciento treinta y ocho, su fecha dos de
mayo del dos mil. C) ORDENARON el reenvío de los autos al Juzgado
de Primera Instancia a fin de que renovando el acto procesal emita nueva
sentencia con arreglo a ley. D) En atención a que la presente sentencia
contiene un principio jurisprudencial, DISPUSIERON su publicación
en el diario oficial El Peruano, observándose su respectivo formato, bajo
responsabilidad; y los devolvieron.
SS. VÁSQUEZ.; CARRIÓN L.; TORRES C.; INFANTES V.; CÁCE-
RES B.

184
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

12 Casación N° 1029-96-Lima

Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia


Casación N° 1029-96-Lima

Lima, ocho de noviembre de mil novecientos noventiséis.


VISTOS; con el acompañado; a que de lo actuado aparece que don Moi-
sés Ángel Quiroz Espinal ha cumplido con todos los requisitos formales
para la admisión del recurso de casación; y ATENDIENDO: 1) Que en
el escrito de fojas doscientos cuarentisiete denuncia la aplicación indebi-
da de los artículos doscientos treinticuatro, doscientos sesentinueve y tres-
cientos uno del Código Civil así como del artículo cuatro de la Constitu-
ción y doscientos treinticinco del Código Civil, la inaplicación de los ar-
tículos siete del título preliminar del Código Procesal Civil, ciento trein-
tiocho y ciento treintinueve inciso veinte de la Constitución y doscientos
diecinueve y trescientos quince del mismo Código sustantivo, así como la
contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proce-
so por falta de merituación de su partida de matrimonio; 2) Que es impro-
cedente invocar al amparo de las causales de aplicación indebida e inapli-
cación de normas de derecho material la violación de normas de derecho
procesal; 3) Que la causal de aplicación indebida supone que las normas
aplicadas por el Juzgador no son de aplicación a los hechos que se conside-
ran probados, apareciendo de la formulación del agravio que el recurren-
te estima aplicables las normas que cita bajo esta causal lo que también es
improcedente; 4) Que la sentencia impugnada se basa en que los compra-
dores del inmueble están protegidos por haber adquirido de buena fe de
quien aparecía del registro como única propietaria; 5) Que en ese sentido
los agravios denunciados no son idóneos para cuestionar los fundamentos
de la resolución impugnada; por estas razones y en uso de la facultad con-
ferida en el artículo trescientos noventidós del aludido Código Procesal:
declararon IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto por
don Moisés Ángel Quiroz Espinal, en los seguidos con don Máximo Ro-
drigo Pampa Pinascha y otros sobre nulidad de acto jurídico; CONDE-
NARON al recurrente al pago de la multa de tres Unidades de Referencia
Procesal y de las costas y costos originados en la tramitación del recurso;
MANDARON la publicación de esta resolución en el diario oficial El Pe-
ruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.
SS. RONCALLA; REYES; VÁSQUEZ; ECHEVARRÍA; FER-
NÁNDEZ.

185
ANEXOS

13 Casación N° 3786-01-Lima

Sala Civil Transitoria


de la Corte Suprema de Justicia
Casación N° 3786-01-Lima

El Peruano el 1 de abril de 2002, pág. 8594. NULIDAD DE COSA JUZ-


GADA FRAUDULENTA.
Lima, doce de diciembre del dos mil uno.
VISTOS; con el acompañado; y CONSIDERANDO: Primero.- Que,
de lo actuado aparece que el recurso de casación interpuesto por Eusebio
Lino Malpaso cumple con los requisitos del artículo trescientos ochenti-
siete del Código Procesal Civil; Segundo.- Que, el recurrente lo susten-
ta en las causales contempladas en los incisos segundo y tercero del artí-
culo trescientos ochentiséis del Código adjetivo, esto es la interpretación
errónea de una norma de derecho material, así como de la doctrina juris-
prudencial y la contravención de las normas que garantizan el derecho a
un debido proceso; Tercero.- Que, con relación a la primera causal: afir-
ma que se ha interpretado erróneamente el artículo ciento setentiocho
del Código acotado, al considerar que ya existe pronunciamiento judicial
sobre los hechos demandados en un proceso ejecutivo concluido y que
no corresponde dilucidar en la presente causa la validez de los actos jurí-
dicos entre las partes y que sirvieron de base para emitir la sentencia cuya
nulidad se solicita; que, la referida norma no establece que en el caso de
haberse presentado un escrito de nulidad en el proceso donde se come-
tió el fraude procesal, impida para que en otro proceso como es de nuli-
dad de cosa juzgada fraudulenta se revise la validez de una sentencia por
cuanto son dos procesos completamente distintos, de otro lado sustenta
este agravio, que la sala de mérito ha omitido fundamentar debidamente
su resolución, ya que no basta afirmar hechos sino que las resoluciones
deben ser motivadas y esto implica citar los dispositivos legales en que se
basa; finalmente, sostiene que al afirmar que ya existe pronunciamiento
judicial sobre los hechos demandados en un proceso ejecutivo conclui-
do y en ejecución y al no pronunciarse sobre el fondo, se ha vulnerado el
derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, asimismo, el derecho de acción
tipificada en los artículos segundo y tercero del Código Procesal Civil;
Cuarto.- Que, al respecto, debe precisarse que uno de los presupuestos

186
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

que exige la norma adjetiva para hacer viable el recurso de casación a tra-
vés de la causal invocada, es que la supuesta interpretación errónea está
referida a una norma de derecho material entendiéndose como tal a to-
das aquellas normas generales y abstractas que regulan y establecen dere-
chos y obligaciones, mas no aquellas que determinan la forma de hacer-
los valer ante el órgano jurisdiccional; en este orden de ideas, cabe anali-
zar que las normas invocadas por el recurrente son de carácter procesal;
en consecuencia, el agravio denunciado por la causal invocada no resul-
ta amparable; Quinto.- Que, de otro lado cabe precisar que, en cuanto
a las alegaciones de falta de motivación en la sentencia impugnada y de
vulneración al derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, corresponden a
otra causal y no a la causal de interpretación errónea de una norma de
derecho material; Sexto.- Que, con relación a la segunda causal, señala
que en la presente causa no se ha cumplido con la formalidad legal del
procedimiento, transgrediéndose la norma de rango constitucional al de-
recho al debido proceso; por cuanto en el proceso de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta al intervenir el Estado como parte demandada, se-
gún la ley de procuraduría número diecisiete mil quinientos; el Ministerio
Público, está obligado a dictaminar en todas las instancias y en el presen-
te caso, no dictaminó en primera instancia, en consecuencia la sentencia
expedida por el Juez debió ser nula ipso jure; señala además que resulta
legal que en la resolución de vista, se ha omitido considerar el dictamen
del Fiscal Superior; Sétimo.- Que, el debido proceso constituye una ga-
rantía que comprende un conjunto de principios heterogéneos pero in-
terdependientes, por lo que es necesario argumentar la causal referida a
su contravención, precisando las garantías o derechos que se han afec-
tado, exigencia con la que no ha cumplido el recurrente; Octavo.- Que,
asimismo, cabe precisar que el recurrente al apelar, no hizo mención a
los argumentos sostenidos en el presente recurso respecto al dictamen
del Fiscal Provincial, por lo tanto precluyó la oportunidad procesal que
tenía para hacer; Noveno.- Que, respecto a la omisión de consignar el
dictamen del Fiscal Superior en la sentencia recurrida, es de apreciar que
dicha omisión no acarrea nulidad, en razón que no va a incidir sobre el
fondo del asunto; no habiéndose cumplido con lo señalado en los nume-
rales dos punto dos y dos punto tres inciso segundo artículo trescientos
ochentiocho del Código adjetivo, que por lo expuesto y de conformidad
con el artículo trescientos noventa y dos del Código Procesal Civil; de-
clararon IMPROCEDENTE el recurso de casación de fojas seiscien-
tos ochentiséis contra la sentencia de vista de fojas seiscientos sesenta y
nueve su fecha veintisiete de agosto del dos mil uno; CONDENARON

187
ANEXOS

al recurrente al pago de las costas y costos del recurso así como la multa
de tres Unidades de Referencia Procesal; DISPUSIERON que la pre-
sente resolución sea publicada en el diario oficial El Peruano; en los se-
guidos por Amador Santiago Janampa con Juan Rosas Clemente y oro;
sobre nulidad de cosa juzgada Fraudulenta; y los devolvieron.
SS. ECHEVARRÍA A.; LAZARTE H.; ZUBIATE R.; BIAGGI G.;
QUINTANILLA Q.

188
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

14 Casación N° 1692-03-Piura

Sala Civil Transitoria


de la Corte Suprema de Justicia
Casación N° 1692-03-Piura

El Peruano el 30 de setiembre de 2004, pág. 12710-12711.


Lima, ocho de junio del dos mil cuatro
LA sala civil transitoria de la corte suprema
de justicia de la repÚblica; vista la causa número mil seis-
cientos noventidós - dos mil tres, en audiencia pública de la fecha, de
conformidad con el dictamen fiscal y producida la votación con arreglo
a ley, emite la siguiente sentencia; materia del recurso: se trata del recurso
de casación interpuesto por Marco antonio morán rosas mediante es-
crito de fojas quinientos ochentiséis, contra la sentencia de vista emitida
por la segunda sala civil de la corte superior de justicia de piura, de fo-
jas quinientos setentinueve, su fecha veintisiete mayo del dos mil tres,
que confirma en parte la sentencia apelada de fojas cuatrocientos noven-
tinueve, que declaró fundada la demanda interpuesta, y en consecuencia
nula y sin efecto jurídico la escritura pública transferencia del catorce de
febrero de mil novecientos noventiséis y nula la respectiva minuta de
compraventa del bien inmueble consistente en la parcela con registro ca-
tastral número doce mil novecientos veintitrés, ubicado en el sector
hualtaco III de la irrigación y colonización san lorenzo del distrito de
tambogrande, provincia y departamento de piura, cancelándose el asien-
to dos-c de la ficha registral dos mil cuatrocientos noventiuno del regis-
tro de propiedad inmueble, ordenando que los demandados desocupen
y entreguen el bien a la demandante; revocando la apelada en el extremo
que declara fundada la reconvención sobre pago de mejoras, y reformán-
dola declara infundado dicho pago; fundamentos del re-
curso: que, el recurso de casación fue declarado procedente por reso-
lución del quince de agosto del dos mil tres, obrante a fojas diecinueve
del cuadernillo formado en este supremo tribunal, por las causales pre-
vistas en los incisos primero, segundo y tercero del artículo trescientos
ochentiséis del código procesal civil, en virtud de lo cual el recurrente
denuncia: i. La interpretación errónea del artículo dos mil catorce del
código civil, pues en el cuarto considerando de la resolución impugnada

189
ANEXOS

se menciona que: “el décimo tercer considerando de la sentencia recurri-


da consigna expresamente que el vendedor josé rosas vílchez efectuó
ventas a favor de su hermana y a favor de su sobrinos demandados en
estos autos, sin la participación de la esposa demandante y con conoci-
miento por todos de su situación de casado, no alcanzándole a los sobri-
nos demandados la buena fe registral que contempla el artículo dos mil
catorce del código civil”; es decir, se asevera que por hecho de que los
codemandados son sobrinos del señor josé rosas vílchez deberían ha-
ber conocido su estado civil de casado, lo que no fue así, por cuanto ig-
noraban si era o no casado, más aún que en los registros Públicos no
existía documento alguno que establezca que el causante era casado; ii. la
inaplicación de normas de derecho material, como son: a. El artículo dos
mil trece del código civil, que señala que el contenido de la inscripción
se presume cierto y produce todos sus efectos mientras no se rectifique
o se declare judicialmente su invalidez; b. El artículo VIII del Título pre-
liminar del reglamento general de los registros Públicos, que señala
que la inexactitud de los asientos registrales por nulidad, resolución o
rescisión del acto que los origina no perjudicará al tercero registral que a
título oneroso y de buena fe hubiere contratado sobre la base de aque-
llos, siempre que las causas de dicha inexactitud no consten en los asien-
tos registrales; y, iii. La contravención de las normas que garantizan el
derecho a un debido proceso, porque se contraviene su derecho a la tu-
tela jurisdiccional efectiva, es decir, no se ha tenido en cuenta lo estable-
cido en el artículo dos mil trece del código civil, sobre el principio de
legitimación; considerando: Primero.- Que, existiendo denun-
cias por vicios in iudicando e in procedendo, corresponde verificar primero si
se ha configurado o no esta última causal, pues en caso de ser estimada,
se dispondría el reenvío de la causa al estadío procesal correspondiente,
impidiendo que sea factible el análisis de las normas materiales en las que
se sustenta o debió sustentarse la resolución recurrida; Segundo.- Que,
aparece de autos que doña María Vilela abramonte demanda: a. La nuli-
dad de la escritura publica de transferencia de dominio de la parcela con
registro catastral doce mil novecientos veintitrés, del sector hualtaco III
de la irrigación y colonización San Lorenzo - Piura; b. La nulidad de la
minuta de compraventa del referido bien; y, c. Accesoriamente, la cance-
lación del asiento registral respectivo y reivindicación de la posesión;
todo ello en razón a que el inmueble sublitis, de propiedad de la sociedad
conyugal, fue vendido unilateralmente por su fallecido cónyuge José Pa-
blo Rosas Vílchez a favor de sus sobrinos, marco antonio y oscar mo-
rán rosas, quienes se aprovecharon de la avanzada edad, consignándose

190
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

como estado civil de vendedor el de viudo, disponiéndose del bien sin


mediar consentimiento ni intervención de la recurrente; Tercero.- Que
al absolver el traslado de la demanda, los hermanos marco antonio y
oscar morán rosas señalan que el señor josé pablo rosas vílchez ad-
quirió el inmueble el veintitrés de noviembre de mil novecientos ochen-
tiocho a la cooperativa agraria de trabajadores la fortaleza, consignándo-
se como su estado civil el de viudo, e inscribiéndose así en la fecha regis-
tral respectiva, siendo que el contenido de dicha incripción se presume
cierto, y la adquisición del bien inmueble se hizo de buena fe y a título
oneroso; de otro lado, reconvienen en el pago de mejoras efectuadas en
el inmueble; Cuarto.- Que las instancias de mérito han amparado la pre-
tensión principal y las accesorias estableciendo que: a. El matrimonio en-
tre la demandante y josé pablo rosas víchez fue contraído el nueve de
diciembre de mil novecientos treintiséis; b. El bien fue adquirido el vein-
titrés de noviembre de mil novecientos ochentiocho dentro de la vigen-
cia de la sociedad de gananciales, por lo que es un bien social, de confor-
midad con lo dispuesto en el artículo trescientos diez del Código Civil; c.
José Pablo Rosas Vílchez transfirió el inmueble a sus sobrinos el catorce
de febrero de mil novecientos noventiséis, sin intervención de su cónyu-
ge, contraviniendo lo dispuesto en el artículo trescientos quince del aco-
tado cuerpo sustantivo, por lo que el acto jurídico no reúne el requisito
de validez (manifestación de voluntad), prescrito en el artículo ciento
cuarenta de la norma citada, por lo que es nulo en virtud a lo dispuesto
en el artículo doscientos diecinueve inciso primero del mismo; d. Los de-
mandados, dada la estrecha relación de parentesco con el vendedor, y a
que domiciliaban en la misma cooperativa, conocían la situación de casa-
do de su vendedor, por lo que no les protegía la buena fe registral que
contempla el artículo dos mil catorce del código civil; e. Anteriormente,
en el año mil novecientos noventidós, el mismo josé pablo rosas víl-
chez transfirió parte del inmueble sublitis a su hermana clotilde rosas
vílchez (madre de los demandados), también sin la participación de su
esposa, quien tuvo que iniciar proceso judicial obteniendo sentencia fa-
vorable con similar pretensión a la de autos. Respecto de la reconven-
ción, la primera instancia ampara el pedido de pago de mejoras inter-
puesto por los demandados, pero la sala de vista lo revoca, por no co-
rresponder el reconocimiento de mejoras a quien detenta un bien como
poseedor ilegítimo; Quinto.- Que, mediante la causal de contravención
al debido proceso, el recurrente denuncia la inaplicación del artículo dos
mil trece del código civil, por parte de las instancias de mérito, es decir,
cuestiona el criterio jurídico de los magistrados al sustentar sus fallos; sin

191
ANEXOS

embargo, la pertinencia o impertinencia de una norma material no co-


rresponde ser analizada a través de una causal procesal sino mediante
una causal sustantiva, razón por la cual este extremo del recurso no pue-
de prosperar, más aún si dentro de las causales propuestas en su recurso
de casación, el recurrente ha invocado tal inaplicación sustantiva, la que
deberá ser materia de pronunciamiento en otra parte de la presente reso-
lución; sexto.- Que, desestimada la causal de contravención al debido
proceso, corresponde analizar las causales referidas a vicios in iudicando;
sétimo.- Que, existe interpretación errónea dé una norma de derecho
material cuando concurren los siguientes supuestos: a. El juez, a través
de una valoración conjunta y razonada de las pruebas aportadas al pro-
ceso, establece determinados hechos; b. Que estos, así establecidos, guar-
dan relación de identidad con los supuestos fácticos de una norma jurí-
dica determinada; c. Que elegida esta norma como pertinente (solo ella
o en concurrencia con otras) para resolver el caso concreto, la interpreta
(y aplica); d. Que en la actividad hermenéutica, el juzgador, utilizando los
métodos de interpretación, yerra al establecer el alcance y sentido de
aquella norma, es decir, yerra al establecer la verdadera voluntad objetiva
de la norma, con lo cual resuelve el conflicto de intereses de manera con-
traria a los valores y fines del derecho y, particularmente, vulnerando el
valor superior del ordenamiento jurídico, como es el de la justicia; octa-
vo.- Que, en autos el demandado denuncia la interpretación errónea del
artículo dos mil catorce del código civil. Esta norma, consagra el prin-
cipio de fe pública registral que, para su configuración, exige la concu-
rrencia copulativa de determinados requisitos, tal como lo ha establecido
este colegiado en la casación número dos mil doscientos cincuenta - dos
mil uno, camaná - arequipa, de fecha veintidós de octubre del dos mil
uno, publicado en el diario oficial el peruano el dos de febrero del dos mil
dos, los cuales son: a. Que el adquirente sea a título oneroso; b. Que el
adquirente actue de buena fe, tanto al momento de la celebración del
acto jurídico del que nace su derecho, como al momento de la inscrip-
ción del mismo, buena fe que se presumiera mientras no se acredite que
tenía conocimiento de la inexactitud del registro (presunción iuris tan-
tum); c. Que el otorgante aparezca registralmente con capacidad para
otorgar el derecho del que se tratase; d. Que el adquirente inscriba su de-
recho; y, e. Que ni de los asientos registrales ni de los títulos inscritos en
los Registros Públicos resulten causas que anulen, rescindan o resuelvan
el derecho del otorgante. Este principio busca proteger al tercero que ha
adquirido, de buena fe, un derecho de quien finalmente carecería de

192
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

capacidad para otorgarlo, lo que implica la busqueda de la seguridad en


el tráfico inmobiliario, y que supone a veces un sacrificio en la seguridad
del derecho. Conforme aparece en la exposición de motivos oficial del
Código Civil, “la buena fe que se exige a una persona a efectos de cons-
tituirse en tercero registral, es la de ignorar la existencia de inexactitud en
lo publicado por el registro. En otros términos, si en verdad existen ra-
zones de nulidad, rescisión o resolución, que no aparecen en el registro,
ellas deben ser además desconocidas por quien pretende ampararse en el
principio estudiado” (jack bigio chrem. Exposición de motivos oficial
del código civil. Cultural cuzco sociedad anónima editores, lima, mil
novecientos noventiocho, página doscientos); noveno.- Que el contrato
de compraventa es sin duda un contrato oneroso, porque oneroso es
todo aquello que genera una contraprestación, como en el caso de autos
en que por un lado se ha transferido una parcela y por el otro se ha pa-
gado un precio por la misma, por lo que se ha cumplido con el primer
requisito establecido en el considerando precedente. En lo que respecta
al segundo requisito, sin embargo, entendiendo que la presunción de
buena fe asiste al adquiriente a título oneroso solo si no se acredita que
conocía de la inexactitud del registro, es de advertirse que conforme a las
conclusiones arribadas por las instancias de mérito, ha quedado acredita-
do en autos que los demandados tenían, en efecto, conocimiento de la
inexactitud del registro, pues conocían perfectamente el estado civil de
casado del vendedor, no solo por el grado de parentesco que los unía,
sino porque domiciliaban en la misma cooperativa que aquel, conjunta-
mente con su madre, clotilde rosas vílchez, a quien el occiso había
transferido parte de la misma parcela sub litis en el año mil novecientos
noventidós, razón por la cual a los demandados no les asiste la presun-
ción de la buena fe registral. En cuanto al tercer y cuarto requisito, los
demandados adquirieron el derecho de propiedad de aquella persona
que aparecía en el registro como titular de inmueble, habiendo inscrito el
suyo a continuación, no obstante conocer la inexactitud del registro, cuya
ignorancia tampoco han podido sustentar. El quinto y último requisito
asimismo no se verifica, porque al tiempo de la inscripción del derecho
de los demandados, el señor josé pablo rosas vílchez aparecía registra-
do como único propietario del inmueble y con el estado civil de viudo,
no obstante que se trataba de un bien de la sociedad conyugal conforma-
do con la demandante maría vilela abramonte y su estado civil era de
casado, circunstancias que afectaban la inscripción del título en el que se
sustenta el derecho de propiedad del otorgante; décimo.- Que, siendo

193
ANEXOS

así, verificándose en los hechos que el acto jurídico de transferencia de


dominio suscrito por josé pablo rosas vílchez conjuntamente con el re-
currente y sus codemandados, no reúne los requisitos para ampararse en
la buena fe registral –esto es, en la presunción de desconocimiento de la
existencia de las razones de nulidad, rescisión y resolución que afectaban
al acto jurídico– resulta certera y ajustada a derecho la interpretación del
colegiado superior, en el sentido que los efectos del artículo dos mil ca-
torce del código civil (protección al tercero registral) no alcanzan a
quien adquiere un bien registrado a título oneroso y sin buena fe, y en
consecuencia no protege a los codemandados en este proceso; undéci-
mo.- Que, de otro lado, la causal de inaplicación de una norma material
se configura cuando: a. El juez, por medio de una valoración conjunta y
razonada de las pruebas, establece como probado ciertos hechos; b. Que
estos hechos guardan relación de identidad con determinados supuestos
fácticos de una norma jurídica material; c. Que no obstante esta relación
de identidad (pertinencia de la norma) el juez no aplica esta norma sino
otra, resolviendo el conflicto de intereses de manera contraria a los valo-
res y fines del derecho y, particularmente, lesionando el valor de justicia;
duodécimo.- Que, en autos se denuncia la inaplicación del artículo dos
mil trece del Código sustantivo, el mismo que contiene el principio de
legitimación, según el cual el contenido de la inscripción se presume cier-
to y produce todos sus efectos, mientras no se rectifique o declare judi-
cialmente su invalidez. Este principio, según informa la acotada exposi-
ción de motivos oficial del código civil, “establece una presunción de
exactitud entre la realidad y lo que publica el registro... Se presume, por
medio de esta disposición que el derecho o la titularidad del registro exis-
te y que pertenece a dicho titular, por lo cual este podrá ejercerla sin nin-
guna clase de impedimento legal... La prueba en contrario a la que se alu-
de en este artículo va a permitir que se produzca la rectificación a la que
se refiere los artículos ciento setenticinco del reglamento general de los
registros públicos respecto de los errores materiales, y ciento setentio-
cho del mismo cuerpo legal relativos a los errores de concepto, todo ello
sin perjuicio de que por medio de sentencias, se declare nulos, anulables,
ineficaces, rescindidos o resueltos los actos jurídicos que contienen los
derechos o titularidades admitidas por el registro” (Op. cit., páginas cien-
to noventidós y ciento noventitrés). Sin embargo, nos encontramos ante
otra presunción que no puede ser opuesta en el presente caso, pues está
demostrado en autos que la situación del bien sub litis es en realidad dis-
tinta a la declarada en los registros, y que tal circunstancia era de conoci-
miento de los demandados, razón por la cual los datos inscritos en

194
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

la ficha número dos mil cuatrocientos noventiuno de fojas doce, en el


sentido de que josé pablo rosas Vílchez era de estado civil viudo y,
como tal, único propietario del inmueble, no producen sus efectos res-
pecto de los compradores; Décimo Tercero.- Que, igualmente, se de-
nuncia la inaplicación del artículo viii del Título Preliminar del regla-
mento general de los registros públicos, que data del veintinueve de
mayo de mil novecientos sesentiocho. El citado artículo refiere que para
los efectos de las garantías que los registros otorgan a los terceros con-
forme a los artículos mil cincuentidós, mil sesenticinco, mil sesentiocho
y mil novecientos setentitrés del código civil (de mil novecientos treinti-
séis, derogado) y veintiséis del Código de Comercio (derogado) la exac-
titud y veracidad de los asientos de inscripción, de acuerdo con su con-
tenido literal, no admiten prueba o declaración en contrario que perjudi-
quen los derechos de quienes se hubieran amparado en la fe del registro.
Sin embargo, este precepto ha sido ampliamente superado por el artículo
dos mil catorce del Código Civil , vigente, segun el cual, como se ha ma-
nifestado, la fe registral ampara al tercero adquirente a título oneroso
mientras no se pruebe que aquel conocía de la inexactitud del registro,
variándose así el derecho absoluto que otorgaba el Reglamento General
de los Registros Públicos a favor de los terceros adquirientes, a un dere-
cho relativo en el que se incorpora la figura de la buena fe y la onerosidad
de la prestación; posición que es asumida tácitamente por el recurrente,
quien no ha denunciado la aplicación indebida del artículo dos mil cator-
ce del Código Civil, sino únicamente su interpretación errónea; razón
por la cual este extremo del recurso tampoco puede prosperar; Décimo
Cuarto.- Que, siendo así, al no verificarse las causales denunciadas, debe
procederse conforme a lo dispuesto en el artículo trescientos noventisie-
te del Código Procesal Civil; declararon: infundado el re-
curso de casación interpuesto por Marco Morán Rosas mediante escrito
de fojas quinientos ochentiséis; en consecuencia, no casaron la
sentencia de vista de fojas quinientos setentinueve, su fecha veintisiete de
mayo del dos mil tres; condenaron la recurrente al pago de una
multa ascendente a dos unidades de referencia Procesal, así como a las
costas y costas originados por la tramitación del presente recurso; dis-
pusieron la publicación de la presente resolución en el diario oficial
El Peruano; en los seguidos por maría vilela Abramonte contra marco
antonio morán rosas y otros sobre nulidad de acto jurídico; y los
devolvieron.

195
ANEXOS

15 Casación N° 1600-2002-Amazonas

Sala Civil Transitoria


Casación N° 1600-2002-Amazonas

El Peruano el 3 de febrero de 2003, págs. 10053-10054.


RESTITUCIÓN DE DINERO
Lima, dieciséis de Octubre del dos mil dos.
LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA
DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa mil seiscientos
- dos mil dos; con los acompañados; en Audiencia Pública el día de la fe-
cha y producida la votación con arreglo a ley emiten la siguiente senten-
cia; MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación in-
terpuesto por Marcos Benedicto Díaz Aspajo, contra la sentencia de vis-
ta de fojas ciento noventidós, su fecha veinticuatro de abril del dos mil
dos, que confirmando la apelada de fojas noventicuatro, fechada el trece
de setiembre del dos mil, declara infundada la demanda; FUNDAMEN-
TOS DEL RECURSO: La Corte mediante resolución del cinco de ju-
lio del dos mil dos ha estimado procedente el recurso solo por la causal
de contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido
proceso contenidas en el artículo trescientos veintiséis del Código Pro-
cesal Civil; expresándose como fundamentados: a) que se ha quebranta-
do la norma contenida en el artículo trescientos veintiséis del Código
Procesal Civil que dispone que en la Audiencia de Conciliación “el Juez
después de escuchar por su orden a las partes o a sus apoderados o re-
presentantes con capacidad para ello respecto de las razones que expon-
gan, de inmediato propondrá la fórmula de conciliación que su prudente
arbitrio le aconseje”, toda vez que en el caso de autos las partes no han
tenido la oportunidad de conciliar, porque el juez indebidamente cortó
ese derecho, aludiendo que la demandada que se hizo representar en di-
cha diligencia mediante apoderado, no tenía las facultades especiales para
dicho acto por tener únicamente las facultades generales de representa-
ción y que siendo así no era posible promover la conciliación, lo que no
era cierto, pues el poder de fojas sesentinueve - setentitrés le concedía a
dicha apoderada las facultades especiales y dentro de ellas la de poder
conciliar, habiéndose quebrantado con esta situación irregular la norma
que garantiza el derecho al debido proceso; y, b) que en la Audiencia de

196
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

Saneamiento y Conciliación se ha resuelto la excepción de cosa juzgada


planteada por la parte demandada, habiendo el juez declarado infundada
la mencionada excepción, bajo el fundamento de que no cabe duda que
se trata de una acción diferente y respecto a persona y sumas de dinero
distinta, quedando dicha resolución consentida, al no haber sido impug-
nada, que siendo esto así, no existe correlación lógica entre lo resuelto
respecto a dicha excepción con lo resuelto por la sentencia apelada, con-
firmada por la de vista las que sin prueba alguna dejan entrever en sus
considerandos que los veinticuatro mil quinientos nuevos soles empoza-
dos a favor de la demandada fue por concepto de devolución de nueve
mil dólares llegando a tal conclusión con una serie de vacíos y confusio-
nes sin respaldo de prueba alguna; CONSIDERANDO: Primero.-
Que debe tenerse presente que el proceso no es un fin en sí mismo sino
un medio para resolver los conflictos de intereses; así, lo prescribe el ar-
tículo tercero del Título Preliminar del Código Procesal Civil que esta-
blece que el juez deberá atender a que la finalidad concreta del proceso
es resolver un conflicto jurídico, haciendo efectivos los derechos sustan-
ciales y que su finalidad abstracta es lograr la paz social en justicia; de allí,
que si bien existen los principios de vinculación y de formalidad de las
normas procesales, también se contempla el principio de elasticidad en
virtud del cual las exigencias de las citadas normas se adecuarán a los fi-
nes del proceso; principio contemplado en el artículo noveno, in fine, del
Código adjetivo; Segundo.- Que en el artículo ciento setentidós del Có-
digo Procesal Civil se han contemplado principios tales como el de con-
validación, subsanación e integración, que enervan una aparente sanción
de nulidad por la pura formalidad, a efectos de lograr más bien los fines
concreto y abstracto del proceso; consistiendo el principio de convalida-
ción en la no configuración de nulidad, por algún vicio relevante, en vir-
tud a que el acto procesal afectado ha logrado su finalidad o el facultado
para plantearlo no formula su pedido en la primera oportunidad que tu-
viera para hacerlo, o procede de manera que pone de manifiesto haber
tomado conocimiento oportuno del contenido de la resolución, respecto
de vicios en la notificación; Tercero.- Que respecto al primer agravio del
recurrente, en que las partes no han tenido la oportunidad de conciliar,
porque supuestamente el juez de modo indebido cortó ese derecho, alu-
diendo que la demandada, que se hizo representar en dicha diligencia
mediante apoderado, no tenía las facultades especiales para dicho acto
por tener únicamente las facultades generales de representación y que
siendo así no era posible promover la conciliación, cuando según el re-
currente aquello es falso; tal argumentación constituye un presunto

197
ANEXOS

perjuicio que el recurrente no cuestionó en la misma Audiencia de Sa-


neamiento Procesal y Conciliación llevada a cabo el doce de julio del dos
mil, tal como se aprecia del acta corriente a fojas setentisiete; tampoco lo
hizo durante el resto del proceso; y dictada la sentencia en primera ins-
tancia no expresó dicha supuesta afectación del derecho al debido pro-
ceso como agravio en su recurso de apelación de fojas cien, pese a que
su última oportunidad para alegarlo, de acuerdo al artículo ciento seten-
tiséis, primer párrafo del Código adjetivo; Cuarto.- Que siendo ello así,
en aplicación del principio de convalidación, el presunto vicio, en caso de
haber existido, ya ha sido convalidado por el recurrente, convirtiéndose
en un acto procesal válido que lo retira de la esfera de los que puedan ca-
lificarse como atentatorios al derecho al debido proceso, no teniendo asi-
dero real el agravio en análisis; Quinto.- Que de otro lado, de conformi-
dad con el artículo ciento noventisiete del Código adjetivo, todos los me-
dios probatorios son valorados por el juez en forma conjunta, utilizan-
do su apreciación razonada, mas en la resolución solo serán expresadas
las valoraciones esenciales y determinantes que sustenten su decisión;
asimismo, de acuerdo al artículo ciento veintidós inciso tercero del Códi-
go Procesal Civil, en su texto original, aplicable en razón a la temporali-
dad de la norma, las resoluciones contienen la relación de los fundamen-
tos de hecho y los respectivos de derecho que sustentan la decisión, la
que se sujeta al mérito de lo actuado y al derecho; concluyendo el refe-
rido artículo que la resolución que no cumpliera con los requisitos antes
señalados será nula; Sexto.- Que lo expuesto anteriormente, concorda-
do con los objetivos del recurso de casación previstos en el artículo tres-
cientos ochenticuatro del Código adjetivo, en ninguno de los cuales se
prevé la valoración de los medios probatorios que conduzcan a la Sala de
Casación a resolver el conflicto jurídico como si fuera una instancia de
fallo, lleva a concluir que la presencia de una valoración de los medios
probatorios que de modo evidente incumpla las reglas previstas por el
ordenamiento procesal civil comporta la afectación del derecho al debi-
do proceso y puede ser denunciada como tal, vía recurso de casación;
empero, de un lado, debe de indicarse expresa y rigurosamente cuáles
son los elementos de dicha indebida valoración, dado que, como ya se
indicó la Sala de Casación, no es una instancia de fallo; y, de otro lado,
dicha Sala se limitará, en caso de configurarse el agravio, a observar la
existencia de dicho incumplimiento disponiendo la renovación del acto
procesal afectado y serán las instancias de fallo que saneando la deficien-
cia, les lleve de acuerdo a una mejor valoración a concluir de modo dis-
tinto o a ratificar la decisión anterior en todo o en parte; Sétimo.- Que

198
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

en ese sentido, en cuanto al segundo agravio, referido a que existe una


contradicción en la sentencia apelada, confirmada por la de vista, con el
auto del a quo que desestimó la excepción de cosa juzgada deducida por
la parte demandada, toda vez que se concluyó que la presente acción ver-
sa sobre materia distinta al del proceso ejecutivo acompañado y respecto
a persona y suma de dinero también diferentes; sin embargo, se desesti-
ma la presente demanda apoyándose en el referido proceso ejecutivo,
con una serie de vacíos y confusiones sin respaldo de prueba alguna; esta
fundamentación comporta claramente una simple disconformidad con
las conclusiones de los juzgadores, respecto de los medios probatorios
actuados, mas en ningún modo una rigurosa alegación de falta de valora-
ción conjunta y razonada de los medios probatorios; por lo que la Sala
de Casación no se encuentra en la obligación de avocarse al análisis pro-
batorio, dado que no es instancia de fallo; Octavo.- Que asimismo, el he-
cho que resulte evidente que no exista cosa juzgada entre un presente
proceso de restitución de dinero en la vía abreviada y uno de obligación
de dar suma de dinero en la vía ejecutiva, conforme a los artículos cua-
trocientos cincuentidós y cuatrocientos cincuentitrés del Código Proce-
sal Civil, no comporta en modo alguno la imposibilidad de valorar el
proceso anterior como medio probatorio, toda vez que ello está perfec-
tamente contemplado en el artículo doscientos veintiuno y doscientos
cuarenta del Código adjetivo; lo que significa que no existe contradicción
alguna en el pronunciamiento de los juzgadores; Noveno.- Que siendo
ello así, no se configura la causal denunciada; por lo que de conformidad
con el artículo trescientos noventisiete, primer párrafo, del Código Pro-
cesal Civil y estando a las consideraciones que preceden, declararon IN-
FUNDADO el recurso de casación de fojas ciento noventiséis; en con-
secuencia NO CASAR la sentencia de vista de fojas ciento noventidós
su fecha diecinueve de abril del dos mil dos; CONDENARON al recu-
rrente al pago de las costas y costos del recurso así como a la multa de
dos Unidades de Referencia Procesal; DISPUSIERON que la presente
resolución sea publicada en el diario oficial El Peruano; en los seguidos
por Marco Benedicto Díaz Aspajo con Gladis Marina Meléndez de San-
tillán; sobre restitución de dinero por pago indebido; y los devolvieron.
SS. ECHEVARRÍA ADRIANZÉN; MENDOZA RAMÍREZ; LA-
ZARTE HUACO; INFANTES VARGAS; SANTOS PEÑA.

199
ANEXOS

16 Casación N° 1148-2001-La Libertad

Sala Civil Transitoria


de la Corte Suprema de la República
Casación N° 1148-2001-La Libertad

El Peruano el 1 de octubre de 2001, págs. 7757. Obligación del


Dar Suma de Dinero.
Lima, diecinueve de junio del dos mil uno.
VISTOS; con el acompañado, y atendiendo: Primero.- Que, el recur-
so de casación interpuesto por Hidroandina Sociedad Anónima cumple
con los requisitos de forma que para su admisibilidad exige el artículo
trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, por la causal de con-
travención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso,
consistente en la infracción de los artículos ciento veintidós inciso terce-
ro, ciento noventisiete y trescientos sesenta y cuatro del Código Proce-
sal acotado, al no haberse valorado en la impugnada en forma razonada
y conjunta todos los medios probatorios, resolviéndose la litis con argu-
mentaciones genéricas; Segundo.- que nuestro ordenamiento procesal
se inclina por el principio de la sana crítica, que permite al juez formar
su convicción en base a las pruebas aportadas por las partes, valorándo-
las mediante un razonamiento lógico, mas en el caso no se aparecia nin-
guna valoración; que además el juzgador debe expresar los fundamentos
de hecho y de derecho que sustentan su fallo, conforme al artículo cien-
to veintidós inciso tercero del Código Procesal Civil; Tercero.- Que la
fundamentación del recurso no satisface el requisito de fondo del inciso
segundo del artículo trescientos ochentiocho del Código Procesal Civil,
por carecer de base real, ya que las instancias han valorado las pruebas
de manera conjunta de conformidad con el artículo ciento noventisiete
del Código Adjetivo, expresando sus argumentaciones de hecho y de de-
recho, habiendo reproducido los de la apelada como lo permite el artícu-
lo doce de la Ley Orgánica del Poder Judicial; Cuarto.- Que la Corte de
Casación tiene como fin la correcta aplicación e interpretación del dere-
cho objetivo y la unificación de la doctrina jurisprudencial; no constitu-
yendo la causal de contravención una puerta mediante la cual se da paso
a la revaloración de la prueba, pues ello la convertiría en una tercera ins-
tancia; Que del Código Procesal Civil; declararon IMPROCEDENTE

200
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

el recurso de casación interpuesto a fojas doscientos seis contra la sen-


tencia de vista de fojas ciento noventinueve, su fecha dieciséis de febrero
del presente año; CONDENARON a la empresa recurrente al pago de
las costas y costos originados en la tramitación del recurso, así como a la
multa de tres Unidades de Referencia Procesal; ORDENARON se pu-
blique la presente resolución en el diario oficial El Peruano; en los segui-
dos por Electro Ferreteros Sociedad Anónima contra la Empresa Regio-
nal Electro Medio Hidroandina Sociedad Anónima, sobre obligación de
dar Suma de Dinero; y los devolvieron. S.S. ECHEVARRÍA A. ; CELIS
Z; CÁCERES B; ZUBIATE R.; QUÍNTANILLA Q.

201
ANEXOS

17 Casación N° 931-2004-Lima

Sala Civil Permanente


de la Corte Suprema de la República
Casación N° 931-2004-Lima

El Peruano el 30 de marzo de 2005, págs. 13724


Lima, cinco de noviembre del dos mil cuatro
VISTOS; Con los acompañados y verificando el cumplimiento de los re-
quisitos de admisibilidad del recurso interpuesto; y ATENDIENDO:
Primero.- El recurrente no consintió de la sentencia de primera instan-
cia que le fue desfavorable, por lo que satisface el requisito de proceden-
cia a la que se refiere el inciso 1 del artículo 388 del Código Procesal Ci-
vil. Segundo.- El impugnante denuncia casatoriamente la causal relativa
a la infracción de las formas esenciales para la eficacia y validez de los
actos procesales, haciéndola consistir en los puntos siguientes: a) Que la
sentencia de vista infringe el artículo 122, inciso 3, del Código Procesal
Civil, señalando que pese a que la Sala Superior reconoce su condición
de gestor externo de la entidad demandada ha concluido en desmerecer
dicha condición, sin sustentarse en alguna norma legal; b) Que la cita-
da resolución se encuentra indebidamente motivada, pues, alega que no
precisa el correspondiente fundamento de derecho al concluir en que las
gestiones realizadas por su parte hayan estado incursas en un acto ilíci-
to; c) Que la mencionada resolución infringe la norma procesal en men-
ción al disponer sin ningún fundamento legal que la decisión impugna-
da se ponga en conocimiento de la Contraloría y de la REPEJ; y d) Que,
asimismo, la referida resolución ha infringido el artículo VII del Título
Preliminar del citado Código Procesal, toda vez que, pese a que la enti-
dad codemandada, Caja de Pensiones Militar Policial, se encuentra en re-
beldía y no aportó ninguna prueba al presente proceso, ni impugnó las
pruebas ofrecidas por su parte, –sostiene– la citada Sala ha desestimado
la presente demanda, sustentándose en hechos no alegados por la men-
cionada codemandada, lo que le causa indefensión. Tercero.- Primera-
mente, cabe precisar que cuando se denuncia en casación la causal rela-
tiva a la infracción de las formas esenciales para la eficacia y validez de
los actos procesales, es un requisito ineludible de que quien lo propone
lo haga con claridad y precisión, señalando cuál ha sido la formalidad

202
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

procesal incumplida al expedirse la resolución impugnada. Además debe


tenerse en cuenta que la infracción que se denuncia en casación resulte
trascendental y fundamental para la solución de una determinada con-
troversia. Es que por encima de las formalidades procesales incumplidas
en el desarrollo de un proceso, no debe lograr la paz social en justicia.
Cuarto.- En el presente caso, analizadas las argumentaciones propuestas
por el impugnante en los puntos a) y b) del tercer considerando de la pre-
sente resolución, se constata que su fundamentación resulta imprecisa en
razón de que en forma genérica se ampara en la norma procesal en co-
mentario, sin cumplirse con precisar cuál ha sido la formalidad procesal
incumplida al expedirse la resolución impugnada. De otro lado, la alega-
ción contenida en el punto c) del mencionado considerando, no resiste
el menor análisis desde que lo dispuesto por la Sala de mérito no le causa
agravio alguno al recurrente. Finalmente, en cuanto a lo sostenido por el
impugnante en el punto d), igualmente, debe desestimarse, pues, es ob-
vio que la declaración de rebeldía solo causa presunción legal relativa so-
bre los hechos demandados. Tal como lo señala el artículo 461 del Có-
digo Procesal Civil y la Sala de mérito, como entre revisor, está facultada
para rodearse de todos los elementos probatorios al emitir sus decisio-
nes. Por lo que no constatándose la infracción procesal en los términos
denunciados, el recurso impugnatorio propuesto debe ser desestimado
por improcedente. Por tales razones y con la facultad que confiere el ar-
tículo 392 del Código Procesal Civil: Declararon IMPROCEDENTE
el recurso del casación interpuesto por don Juan Bryson Valle Riestra en
los seguidos con la Caja de Pensiones Militar Policial y otra; sobre pago
por honorarios; CONDENARON al recurrente al pago de la multa de
tres Unidades de Referencia Procesal, así como las costas y costos origi-
nados en la tramitación del recurso; DISPUSIERON la publicación de
la presente resolución en el diario oficial El Peruano; bajo responsabilidad
y los devolvieron.
SS. ALFARO ÁLVAREZ CARRIÓN LUGO, PACHAS ÁVALOS, ZU-
BIATE REINA, ESCARZA ESCARZA

203
ANEXOS

18 Casación N° 3497-2000-San Román

Sala Civil Permanente


de la Corte Suprema de la República
Casación N° 3497-2000-San Román

El Peruano el 31 de julio de 2001, págs. 7544.


Lima, catorce de febrero del dos mil uno
VISTOS y ATENDIENDO: Primero.- Que, el recurso de casación
interpuesto cumple con los requisitos de forma establecidos para su ad-
misibilidad. Segundo.- Que, tratándose de los requisitos de fondo, no
se cumple con el previsto en el inciso 1 del artículo 388 del Código Pro-
cesal Civil, ya que conforme se aprecia del recurso de apelación de fojas
doscientos cuatro, se recurrió contra la resolución número diecisiete, su
fecha diecisiete de junio del dos mil, siendo el recurrente don Julio Apaza
Ortiz, el cual lo realizó a título personal, conforme se aprecia del propio
tenor de su medio impugnatorio; en el mismo sentido, doña María Calla
de Apaza, ha estado actuando a título personal, conforme se aprecia de
su escrito de fojas doscientos veintitrés de octubre del dos mil. Terce-
ro.- Que, el recurso de casación de fojas trescientos dos, es interpuesto
por María Calla de Apaza, incluso sin acompañar tasa judicial en virtud
del auxilio judicial que se le concedió; por tales razones queda eviden-
ciado que la recurrente ha consentido la resolución adversa de primera
instancia, por lo que al no cumplirse con el requisito de fondo previsto
en el inciso 1 del artículo 388 del Código Procesal Civil, el recurso debe
ser declarado improcedente. Cuarto.- Que, sin perjuicio de ellos, la re-
currente denuncia la contravención de las normas esenciales para la efi-
cacia y validez de los actos procesales, señalando que se ha contravenido
el artículo I del Título Preliminar del Código adjetivo y el artículo 7 de
Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, al haberse
adjudicado prematuramente los bienes hipotecarios, presentándose evi-
dentes restricciones al derecho de defensa, al no cumplirse con la notifi-
cación de diversas resoluciones, careciendo la resolución impugnada de
fundamentos tácticos jurídicos y expresamente lo dispuesto por el artí-
culo 122 del Código formal; analizada la fundamentación expuesta, esta
tampoco cumple con el requisito de fondo previsto en el artículo 388
inciso 2 acápite 2.3 del Código Procesal Civil, ya que para estar frente a

204
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

una fundamentación clara y precisa de donde se desprecia cuál ha sido


la formalidad procesal incumplida, conforme lo exige el acápite citado,
se deben denunciar las infracciones en que se ha incurrido, indicando
razonadamente los presupuestos de las nulidades procesales aplicables
al caso, los cuales involucran la sustentación del principio de convalida-
ción en virtud al cual, no hay nulidad si el litigante consintió, expresa o
tácitamente el acto defectuoso; y la fundamentación debida acerca del
interés para solicitar la nulidad consagrada en el artículo 174 del Código
formal que establece que la nulidad debe ser pedida por el perjudicado,
quien además no debe haber originado el acto irregular, ni haberlo con-
validado expresa o tácitamente; empero, el recurrente no ha fundamen-
tado por qué no denunció las irregularidades en la primera oportunidad
que tuvo para hacerlo y si esta primera oportunidad era luego de expe-
dirse la resolución recurrida; tampoco ha fundamentado cuál es la forma
esencial incumplida en la motivación de la recurrida, al encontrarse esta
sustentada en lo expuesto en la apelada. Por las razones expuestas y en
uso de la facultad prevista por el artículo 392 del Código Procesal Civil:
declararon IMPROCEDENTE el recurso de casación de fojas tres-
cientos dos, interpuesto por doña María Calla de Apaza; en los seguidos
por el Banco Santander Central Hispano con don Julio Apaza Ortiz y
otros, sobre ejecución de garantía; CONDENARON a la recurrente al
pago de una multa de tres Unidades de Referencia Procesal, mas no así
al pago de las costas y costos originados en la tramitación del presente
recurso, al gozar de auxilio judicial; DISPUSIERON la publicación de
la presente resolución en el diario oficial El Peruano, bajo responsabili-
dad; y los devolvieron.
SS. ALFARO A.; VÁSQUEZ C.; CARRIÓN L.; TORRES C.; DEZA P.

205
ANEXOS

19 Casación N° 637-95-Lima

Sala Civil Permanente


de la Corte Suprema de la República
Casación N° 637-95-Lima

Lima, veintiséis de diciembre de mil novecientos noventicinco.


VISTOS; y ATENDIENDO: 1) A que de lo actuado aparece que el
Banco Central Hipotecario en liquidación ha cumplido con todos los re-
quisitos formales para el concesorio de recurso de casación y, por tan-
to, para la admisión del mismo; 2) Que conforme al artículo trescientos
ochentiocho del Código Procesal Civil, son requisitos de fondo para la
procedencia del recurso de casación los que a continuación se señalan: a)
Que el recurrente no hubiera consentido previamente la resolución ad-
versa de primera instancia, cuando esta fuere confirmada por la resolu-
ción objeto del recurso; b) Que se apoye en las causales descritas en el
artículo trescientos ochentiséis (1) Según sea el caso; c) Que se exprese
con claridad y precisión los fundamentos o las razones en las cuales el
impugnante apoya la causal o causales que invoca en el recurso; d) Si las
causales invocadas son las señaladas en los incisos uno y dos del artículo
trescientos ochentiséis, debe precisarse cómo debe ser la debida aplica-
ción o cuál es la interpretación correcta de la norma de derecho material
en el primer supuesto o cuál debe ser la norma igualmente de derecho
material aplicable al caso en el segundo supuesto; e) Si la causal invocada
es la establecida en el inciso tres del mismo numeral trescientos ochen-
tiséis, debe expresarse en qué consiste la afectación al debido proceso o
cuál es la formalidad procesal incumplida; 3) Que en el escrito de fojas
quinientos treintitrés y al amparo de los incisos uno y dos del artículo
trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil el recurrente denuncia
como agravio la interpretación errónea del artículo mil noventinueve del
Código Civil y la inaplicación de los artículos novecientos veintiséis, mil
trescientos sesentitrés, mil quinientos treinticuatro, dos mil trece y dos
mil veintidós del Código Civil (2), por lo que es necesario analizar cada
agravio por separado para establecer si se ha cumplido o no con la exi-
gencia del inciso dos del artículo trescientos ochentiocho: a) El recurren-
te indica que se ha interpretado erróneamente el artículo mil noventinue-
ve del Código Civil al citarse en la sentencia en su considerando noveno

206
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

que la hipoteca en cuanto afecta bienes de terceros no resulta válida, pre-


cisando que la correcta forma de interpretar dicha norma es en el sentido
que el demandante no tenía ni tiene su derecho inscrito y que la propieta-
ria no ha dejado de ser Promatco, Sociedad Anónima; que de una lectura
de la norma glosada se infiere que el recurrente se refiere al inciso prime-
ro de la norma citada en la parte que esta indica que debe ser el propie-
tario quien afecte el bien hipotecado, por lo que en consecuencia, no se
satisface el requisito de la debida fundamentación del agravio, pues este
no está referido a la forma en que debe interpretarse la norma, sino a la
determinación fáctica de quién era el propietario del bien al momento de
celebrarse el mutuo hipotecario lo que no es susceptible de ventilarse en
casación; b) Se indica que se ha inaplicado el artículo novecientos veinti-
séis del Código Civil al no haberse observado que la inscripción del pac-
to restrictivo de la transferencia de propiedad debidamente inscrito por
el Banco surtía efectos desde que se produjo esta inscripción. De ello se
deriva la mala fe del demandante y de Promatco, Sociedad Anónima; que
de la sentencia recurrida se infiere que en ella se ha determinado como
un hecho que el Banco conocía de las transferencias y se hacía cobro del
mutuo con el producto de las mismas, lo que implica necesariamente que
existía consentimiento del Banco con tales operaciones, por lo que la in-
vocación del agravio denunciado no es adecuado para destruir la conclu-
sión a que ha arribado la Corte en la sentencia recurrida, pues no existe
vínculo de causalidad entre el agravio denunciado y esta última conclu-
sión; c) La alegación respecto a la supuesta inaplicación de los artículos
mil trescientos sesentitrés y dos mil veintidós del Código Civil está dirigi-
da a cuestionar la falta de legitimidad para obrar del demandante en vir-
tud de no tener derecho de propiedad inscrito en los Registros Públicos,
con respecto a ella se debe indicar que su falta de invocación oportuna
al amparo de los artículos cuatrocientos cuarentidós inciso dos y cuatro-
cientos sesentitrés del Código Procesal Civil(3) produce el efecto a que
se refiere el inciso primero del artículo trescientos ochentiocho de la Ley
Procesal, por lo que tampoco prospera ese agravio; d) La alegación con
respecto a la inaplicación del artículo mil quinientos treinticuatro del Có-
digo Civil está referida a que el demandante solo tendría un derecho es-
pectaticio sobre el inmueble es un hecho no invocado en la contestación
de la demanda, y que tampoco corresponden a los fijados en la audiencia
de conciliación de fojas trescientos ochenticinco y está basada en la apre-
ciación que sobre el contenido del contrato presentado como prueba por
el demandante a fojas quince hace el recurrente, no siendo susceptible de
merituarse en vía de casación las pruebas previamente analizadas en las

207
ANEXOS

instancias inferiores; e) En cuanto al artículo dos mil trece cuya inaplica-


ción se denuncia bajo la alegación que no se ha observado la presunción
sobre el contenido de la inscripción de propiedad a favor de Promatco,
debe decirse que este hecho ha sido materia de análisis en la sentencia re-
currida en la que se ha determinado como un hecho probado que el Ban-
co recurrente conocía de las transferencias antes de que se procediera a
la inscripción de las hipotecas y que por tanto conocía de la inexactitud
del registro, en consecuencia, y estando a lo dispuesto por la última parte
del artículo dos mil catorce del Código Civil se debe concluir que la cau-
sal invocada no es idónea para destruir la conclusión de hecho a la que se
ha arribado en la sentencia recurrida por lo que no se satisface el requi-
sito de la debida fundamentación; f) En relación a la inaplicación del ar-
tículo dos mil veintidós del Código Civil previamente analizada se debe
añadir, asimismo, que su invocación no desvirtúa la conclusión sobre he-
chos relativos a la mala fe con que ha actuado el recurrente; g) Que para
cumplir con el requisito de la debida fundamentación del recurso el re-
currente debe acreditar la exigencia (sic) de un agravio producido por la
sentencia recurrida, que tal agravio se produjo como consecuencia direc-
ta de uno de los motivos taxativamente contemplados en la ley y no por
otros, y que entre el agravio denunciado y las conclusiones de la senten-
cia recurrida se dé una precisa relación de causalidad; por estas razones y
en uso de la facultad conferida en el artículo trescientos noventidós del
aludido Código Procesal(5) : declararon IMPROCEDENTE el recur-
so de casación interpuesto a fojas quinientos treintinueve por Banco Hi-
potecario en Liquidación, en los seguidos por Fernando Larios Meoño
con la Firma Promatco Sociedad Anónima y otra sobre nulidad de acto
jurídico y otros conceptos; MANDARON la publicación de la presente
resolución en el diario oficial El Peruano; y los devolvieron.
SS. RONCALLA V.; REYES R.; URRUTIA C.
EL VOTO DE LOS SEÑORES ROMÁN SANTISTEBAN Y
ECHEVARRÍA ADRIANZÉN, es como sigue: y
CONSIDERANDO: 1) Que la casación se sustenta en las causales se-
ñaladas por los incisos primero y segundo del artículo trescientos ochen-
tiséis del Código Procesal Civil; 2) Que respecto del inciso primero, se
funda en la interpretación errónea del artículo mil noventinueve del Có-
digo Civil y cuál es la interpretación correcta de dicho dispositivo en el
sentido de que no puede intervenir en la hipoteca quien no es su propie-
tario y no tiene inscrito su derecho, que además dicho artículo no protege

208
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

al adquirente de buena fe y no hace imperativa su intervención; 3) Que


el inciso segundo lo sustenta en la inaplicación de los artículos novecien-
tos veintiséis, mil trescientos sesentitrés, mil quinientos treinticuatro, dos
mil tres y dos mil veintidós del Código Civil. 4) Que en consecuencia el
recurso reúne los requisitos de fondo contemplados en los acápites dos
punto uno y dos punto dos del inciso segundo del artículo trescientos
ochentiocho del Código Procesal Civil: NUESTRO VOTO es por que
se declare PROCEDENTE el recurso de casación interpuesto.
SS. ROMÁN S.; ECHEVARRÍA A.

209
ANEXOS

20 Casación Nº 933-96-Lima

Sala Civil de la Corte Suprema


de Justicia de la República
Casación Nº 933-96-Lima

Lima, veinticuatro de octubre de mil novecientos noventiséis


VISTOS; siendo admisible el recurso de casación por reunir los requi-
sitos de forma que contiene el artículo trescientos ochentisiete del Có-
digo Procesal Civil, es necesario examinar los requisitos de fondo para
pronunciarse sobre la procedencia del recurso; y, ATENDIENDO: 1)
Que conforme al artículo trescientos ochentiocho del Código Procesal
Civil, son requisitos de fondo del recurso de casación los que a continua-
ción se señalan: a) Que, el recurrente no hubiera consentido previamente
la resolución adversa de primera instancia, cuando esta fuere confirma-
da por la resolución objeto del recurso; b) Que, se apoye en las causales
descritas en el artículo trescientos ochentiséis según sea el caso; c) Que,
se expresen con claridad y precisión los fundamentos o razones en las
cuales el impugnante apoya la causal o causales que invoca en el recurso;
d) Que, cuando las causales invocadas son señaladas en los incisos uno y
dos del precitado artículo trescientos ochentiséis, debe precisarse cómo
debe ser la debida aplicación o cuál la interpretación correcta de la nor-
ma de derecho material en el primer supuesto o cuál debe ser la norma
de derecho aplicable al caso en el segundo supuesto; e) Que, cuando la
causal invocada es la establecida en el inciso tres del mismo numeral tres-
cientos ochentiséis, debe expresarse en qué ha consistido la afectación al
derecho al debido proceso o cuál ha sido la formalidad procesal incum-
plida; 2) Que, el recurrente sustenta su recurso en las causales estableci-
das en los incisos segundo y tercero del Código Adjetivo; 3) Que, en lo
que respecta a la causal del citado inciso segundo, manifiesta que se ha
inaplicado al caso de autos la doctrina jurisprudencial, aduciendo que el
accionante no ha acreditado fehacientemente su derecho de propiedad
sobre el inmueble materia de la litis, pues no ha acompañado el título de-
bidamente inscrito en Registros Públicos, que, este extremo deviene en
improcedente ya que la doctrina jurisprudencial que se invoca aún no
se ha producido con las formalidades precisadas en el artículo cuatro-
cientos de la legislación procesal antes citada, por lo que no procede su

210
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

control casatorio; 4) Que, en relación a la causal del inciso tercero, ma-


nifiesta que se han contravenido las normas que garantizan el derecho al
debido proceso alegando que el poder con el que acciona el demandante
es insuficiente, argumento que no puede considerarse como afectación
al debido proceso pues no hizo uso de los medios de defensa desde su
apersonamiento al proceso; que además agrega que se le ha recortado el
derecho de defensa al señor Felipe Destéfano Pacheco pues va a ser lan-
zado sin haber sido oído, alegación que no puede ser tomada como fun-
damento de la presente causa ya que el citado señor no ha interpuesto el
recurso correspondiente en defensa de sus derechos; 5) Que, de lo ante-
riormente expuesto se desprende que el recurrente no ha cumplido con
los requisitos de fondo contemplados en el citado artículo trescientos
ochentiocho de la legislación procesal citada, y con la facultad conferida
en el artículo trescientos noventidós del acotado: Declararon IMPRO-
CEDENTE el recurso de casación interpuesto por Eduardo Antonio
Destéfano Guifford en los seguidos por José Rosell Ríos sobre desalojo:
CONDENARON al recurrente al pago de una multa de tres Unidades
de Referencia Procesal; y al pago de las costas y costos originados en la
tramitación del recurso: MANDARON la publicación de la presente re-
solución en el diario oficial El Peruano; y los devolvieron.
SS. RONCALLA; ROMÁN; REYES; VÁSQUEZ; ECHEVARRÍA.

211
ANEXOS

21 Casación N° 018-2000-Junín

Sala de Derecho Constitucional y Social de la


Corte Suprema de Justicia de la República
Casación N° 018-2000-Junín

El Peruano el 30 de abril de 2001, pág. 7281. Nulidad de Acto


Jurídico
Lima, seis de marzo del dos mil uno
VISTOS; con el acompañamiento interpuesto por Esperanza Minaya
Sullca, satisface los requisitos de forma previstos en el artículo trescien-
tos ochentisiete del Código Procesal Civil; Segundo.- Que, asimismo
cumple con el requisito de fondo contemplado en el inciso primero del
artículo trescientos ochentiocho del acotado; Tercero.- Que, el recur-
so no se sustenta en ninguna de las causales previstas en el artículo tres-
cientos ochentiséis del referido cuerpo de leyes; Cuarto.- Que, además,
el recurso de casación es perentorio y no es susceptible de subsanación,
como se pretende en el caso de autos; por lo expuesto y de conformi-
dad con el artículo trescientos noventidós del Código Adjetivo: decla-
raron IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto a fojas
ciento treintinueve, por doña Esperanza Minaya Sullca; en la causa se-
guida contra Rudesilio Sulca Ninavilca, sobre nulidad de Acto Jurídico
CONDENARON a la recurrente al pago de costas y costos del recur-
so, así como a la multa de tres unidades de Referencia Procesal; MAN-
DARON publicar la presente resolución en el Diario oficial El Peruano;
y los devolvieron.
SS. ROMÁN S.; OLIVARES S.; VILLACORTA R.; LLERENA H.;
ANCHANTE A.

212
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

22 Casación N° 2630-2000-Lambayeque

Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de


Justicia de la República
Casación N° 2630-2000-Lambayeque

El Peruano el 1 de marzo de 2001, pág. 7020-7021. Nulidad de


Acto Jurídico.
Lima, diecinueve de octubre del dos mil.
VISTOS; con los acompañados, y, CONSIDERANDO: Primero.-
Que, el recurso de casación interpuesto por Isabel Acuña Herrera, cum-
ple con los requisitos de admisibilidad del artículo trescientos ochentisie-
te del Código Procesal Civil; Segundo.- Que, la recurrente se encuentra
legitimada para interponer el recurso casatorio; pues no consintió la re-
solución adversa de primera instancia; Tercero.- Que, el recurso no se
fundamenta en ninguna de las causales previstas en el artículo trescien-
tos ochentiséis del referido Cuerpo de Leyes; Cuarto.- Que, en cuanto
a la primera de las causales, refiere que se han aplicado indebidamente e
interpretado erróneamente los artículos ciento ochentiocho, ciento no-
ventisiete, setecientos veinte y setenta y cinco segundo párrafo del Có-
digo Adjetivo; Quinto.- Que, la argumentación sostenida en este ex-
tremo, no puede ser amparada ya que todas las normas citadas por el
recurrente son de naturaleza procesal y no material, tal como lo exige
el Código Procesal Civil para hacer viable la causal invocada; debiendo
además precisarse que no es posible denunciar la aplicación indebida y
la interpretación errónea de una misma norma, ya que ambas causales
son excluyentes entre sí; razón que abona en la improcedencia de lo ar-
gumentado; Sexto.- Que, los recurrentes también señalan como funda-
mento de su recurso, la causal prevista en el inciso segundo del artículo
trescientos ochentiséis del mencionado Código, referida a la inaplicación
de una norma de derecho material, sin embargo la denuncia al respecto
constituye un mero enunciado ya que no desarrollan el sustento de esta
causal; imprecisión que da lugar a desestimar este extremo del recur-
so; Sétimo.- Que, finalmente, invoca de manera poco clara, la causal de
contravención al debido proceso, denuncia de la cual se desprenden dos
extremos: a) el cuestionamiento a la tasación del inmueble dado en ga-
rantía por no contener las formalidades que le impone la ley; y b) la falta

213
ANEXOS

de motivación de la resolución de vista, ya que a su decir “no tiene moti-


vación alguna de los fundamentos de hecho y derecho de cada uno de los
considerandos” (sic); Octavo.- Que, respecto al primero de los extremos
tenemos que la sentencia de vista ha establecido que la tasación efectua-
da del inmueble, no solo es actualizada sino que ha sido efectuada con-
forme a las exigencias de ley, de allí que este punto no pueda ser materia
de un nuevo examen por parte de este Supremo Colegiado, ya que no
es facultad de la Corte de Casación reexaminar los hechos y las pruebas
actuadas que valoró en su oportunidad el tribunal de mérito; el segun-
do extremo, carece de asidero, toda vez que la sentencia de vista expone
tanto los fundamentos de hecho como de derecho en que se sustenta el
fallo; siendo esto así, la causal denunciada no puede ser amparada; por
lo expuesto y de conformidad con el artículo trescientos noventidós del
Código Procesal Civil: declararon IMPROCEDENTE el recurso de
casación interpuesto a fojas ciento sesenticuatro, contra la resolución de
vista de fojas ciento cuarentiuno, su fecha veintidós de agosto del dos
mil; CONDENARON a los recurrentes al pago de las costas y costos
originados en la tramitación del recurso, así como a la multa de tres Uni-
dades de Referencia Procesal; MANDARON publicar la presente reso-
lución en el diario oficial El Peruano; en la causa seguida por el Banco de
Crédito del Perú con Manuel Navarro Cárdenas y otra, sobre ejecución
de garantías; y los devolvieron.
SS. URRELLO A.; SÁNCHEZ PALACIOS.; ROMÁN S.; ECHEVA-
RRÍA A.; DEZA P.

214
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

23 Casación N° 1742-2002-Lima

Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de


Justicia de la República
Casación N° 1742-2002-Lima

El Peruano el 1 de octubre de 2002, pág. 9356-9357. TERCERIA.


Lima, doce de julio del dos mil dos.
VISTOS; con el acompañado, Y CONSIDERANDO: Primero.- Que,
de lo actuado consta que se ha cumplido con todos los requisitos for-
males para el concesorio del recurso de casación y por lo tanto para la
admisibilidad del mismo; Segundo.- Que, la casación se funda en el in-
ciso tercero del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Ci-
vil, sustentada en la contravención de las normas que garantizan el dere-
cho a un debido proceso, o la infracción de las formas esenciales para la
eficacia y validez de los actos procesales, porque el Juzgado de Primera
Instancia en la audiencia de saneamiento y conciliación admitió los me-
dios probatorios ofrecidos por la recurrente, sin embargo omitió valo-
rarlos, concretándose únicamente a merituar la minuta de compraventa
y considerando que dicho documento privado no constituía documento
de fecha cierta por no reunir los requisitos señalados en el artículo dos-
cientos cuarenta y cinco del Código Procesal Civil declaró infundada la
demanda, sin considerar los otros documentos públicos y privados ad-
mitidos por el propio juez en la audiencia de pruebas que estaban des-
tinados a demostrar que el lote de terreno materia de la medida caute-
lar había sido adquirido con muchos años de anticipación, incurriendo
de esta manera en infracción del artículo ciento noventisiete del Código
Procesal Civil y la Sala ha procedido a realizar solo una referencia genéri-
ca de los medios probatorios y las preguntas contenidas en la declaración
de parte contribuyen a darle certeza respecto de fecha de otorgamiento
del documento, sin embargo ni el juzgado ni la Sala han merituado este
medio probatorio; Tercero.- Que, el artículo quinientos treinta y cinco
del Código Adjetivo dispone que la demanda de tercería no será admi-
tida si el demandante no prueba su derecho con documento público o
privado de fecha cierta; Cuarto.- Que, el juez de primera instancia, ana-
lizando el documento privado con que la recurrente pretende probar su
derecho de propiedad verificado antes de trabarse la medida cautelar, ha

215
ANEXOS

determinado que carece de fecha cierta de acuerdo con el artículo dos-


cientos cuarenta y cinco del Código Procesal Civil Quinto.- Que, la re-
currente considera que al no haber hecho referencia el juez a los otros
medios probatorios presentados por ello, ha infringido el artículo cien-
to noventisiete del Código Adjetivo, sin tomar en consideración que la
parte final de dicho dispositivo específica que en la resolución solo se-
rán expresadas las valoraciones esenciales y determinantes que sustenten
la decisión; Sexto.- Que, más aún la sentencia de vista analiza la prue-
ba que la recurrente mencionó en su recurso de apelación que no había
sido tomada en cuenta, donde no se hace ninguna referencia a la decla-
ración de parte; Sétimo.- Que, el recurso de casación debe presentarse
indicando las causales comprendidas en los artículos trescientos ochenti-
séis y trescientos ochentiocho del Código Procesal Civil, dentro del pla-
zo de diez días contados desde el día siguiente de notificada la resolución
que se impugna, por lo que cualquier ampliación de la fundamentación,
vencido el plazo para interponer el recurso resulta extemporánea; Octa-
vo.- Que, en consecuencia, la casación no contiene el requisito de fondo
contemplado en el acápite dos punto tres del inciso segundo del artícu-
lo trescientos ochentiocho, y aplicando el artículo trescientos noventidós
del mismo Código, declararon IMPROCEDENTE el recurso de casa-
ción interpuesto a fojas ciento ochenta y uno contra la sentencia de vis-
ta de fojas ciento setentiséis, de fecha diecinueve de noviembre del dos
mil uno; CONDENARON a la recurrente al pago de las costas y cos-
tos originados en la tramitación del recurso, así como a la multa de tres
Unidades de Referencia Procesal; DISPUSIERON la publicación de
la presente resolución en el diario oficial El Peruano; en los seguidos por
Carlos Humberto Lama Fernández y otra con Italo Pierinelli Macucci y
otro, sobre tercería de propiedad; y los devolvieron.
SS. MENDOZA R.; CARRILLO H.; LAZARTE H.; SANTOS P.;
QUINTANILLA Q.

216
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

24 Casación N° 2076-99-Ucayali

Sala de Derecho Constitucional y Social de la


Corte Suprema de Justicia de la República
Casación N° 2076-99-Ucayali

El Peruano el 30 de marzo de 2001, pág. 7087.


Lima, dieciocho de octubre del dos mil
VISTOS; y CONSIDERANDO: Primero.- Que, para la admisibili-
dad del recurso de casación, el recurrente debe cumplir con los requisi-
tos exigidos en el artículo trescientos ochentisiete del Código Procesal
Civil, cuyo inciso segundo establece el pago de la tasa judicial respecti-
va; Segundo.- Que, el recurso de casación ha sido interpuesto en nom-
bre de dos personas que conforman la parte demandante, alegando su
condición de poseedores del inmueble materia de litis, por lo que debió
cumplirse con el pago de dicha tasa por cada una de ellas, consecuente-
mente, habiendo adjuntando un recibo con tasa diminuta, de conformi-
dad con el artículo trescientos noventa y uno del Código Procesal acota-
do; declararon NULO el concesorio de fojas interpuesto por don Mario
Ríos Olórtegui y otra a fojas ciento cuarenticinco y siguientes, contra la
resolución de vista de fojas ciento treinticinco; en los que seguidos con-
tra don Alfonso Longa Castillo, sobre desalojo por ocupante precario; y
los devolvieron.
SS. BUENDÍA G; BELTRÁN Q; ALMEIDA P; SEMINARIO V; ZE-
GARRA Z.

217
ANEXOS

25 Casación N° 559-97-Áncash

Casación N° 559-97-Áncash

El Peruano el 15 de junio de 1999, pág. 3002.


Lima, diez de febrero de mil novecientos noventinueve
La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema
de Justicia de la República, vista la causa número quinien-
tos cincuentinueve guion noventisiete en audiencia pública el nueve del
presente mes y producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente
sentencia; con el acompañado:
1. MATERIA DEL RECURSO:
Se trata del recurso de casación interpuesto por doña Matilde Lidia Luna
Ángeles contra la sentencia de vista de fojas cuatrocientos nueve, su fe-
cha once de febrero de mil novecientos noventisiete, expedida por la Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Áncash, que revocando la sen-
tencia apelada de fojas trescientos cuarentiuno, su fecha veinticinco de
octubre de mil novecientos noventiséis, declara improcedente la deman-
da de fojas diecisiete.
2. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:
La Corte mediante resolución de fecha diecinueve de agosto de mil no-
vecientos noventisiete ha estimado procedente el recurso por la causal de
aplicación indebida del artículo novecientos noventiséis del Código Civil
al considerar que el derecho de deslinde y fijación de linderos se ejerci-
ta exclusivamente en el ámbito de la propiedad rústica; empero, que ese
numeral dispone que el propietario puede ejercer este derecho contra los
vecinos sean estos propietarios o poseedores, se trate de propiedad urba-
na o rústica y no se puede distinguir donde la ley no distingue.
3. CONSIDERANDO:
Primero.- Que por aplicación indebida se debe entender la aplicación de
una norma impertinente para resolver el caso sublitis.
Segundo.- Que de la fundamentación del recurso aparece que la recu-
rrente estima que la norma cuya aplicación indebida denuncia es aplica-
ble al caso pero que no se ha interpretado correctamente sus alcances.

218
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

Tercero.- Que siendo el recurso de casación eminentemente formal la


recurrente debe satisfacer adecuadamente los requisitos de fondo del ar-
tículo trescientos ochentiocho del Código Procesal Civil, no pudiendo la
Corte suplir los defectos de formulación del recurso pues ello implicaría
la violación del principio de la igualdad de las partes en el proceso.
Cuarto.- Que en el recurso de casación de fojas cuatrocientos veintio-
cho también se formula denuncia in procedendo relativa a la infracción de
lo dispuesto en el artículo sétimo del Título Preliminar del Código Pro-
cesal Civil al haberse expedido la sentencia basándose en hechos distin-
tos a los alegados por las partes.
Quinto.- Que siendo las normas procesales de orden público el juez está
facultado a declarar la improcedencia de la demanda si estima que esta se
encuentra dentro de los supuestos del artículo cuatrocientos veintisiete
del Código Procesal Civil.
4. SENTENCIA:
Estando a las conclusiones a las que se arriba, y de conformidad con lo
dispuesto por el artículo trescientos noventisiete del Código Procesal Ci-
vil: declararon INFUNDADO el recurso de casación interpuesto a fo-
jas cuatrocientos veintiocho por doña Matilde Lidia Luna Ángeles, en
consecuencia, NO CASAR la sentencia de vista de fojas cuatrocientos
nueve, su fecha once de febrero de mil novecientos noventisiete; CON-
DENARON a la recurrente al pago de la multa de una Unidad de Refe-
rencia Procesal así como al pago de las costas y costos originados en la
tramitación del recurso; DISPUSIERON la publicación de la presente
resolución en el diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los se-
guidos por doña Elsa Fortunata Regalado Enrique y otros, sobre Deslin-
de; y los devolvieron.
SS. PANTOJA; IBERICO; RONCALLA; OVIEDO DE A.; CELIS

219
ANEXOS

26 Casación N° 2638-2000-Junín

Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de


Justicia de la República
Casación N° 2638-2000-Junín

El Peruano el 1 de marzo de 2001, págs. 7018-7019. Resolución


de Contrato Preparatorio
Lima, veintiséis de setiembre del dos mil
VISTOS; y CONSIDERANDO; Primero.- Que, el recurso de casa-
ción interpuesto por Alberto Rafael Samaniego Arauco, cumple con los
requisitos de admisibilidad del artículo trescientos ochentisiete del Códi-
go Procesal Civil; Segundo.- Que, el recurrente se encuentra legitima-
do para interponer el recurso sub exámen, pues no consintió la apelada;
Tercero.- Que, el impugnante se ampara en las causales previstas en los
incisos uno, dos y tres del artículo trescientos ochentiséis del precitado
Código; Cuarto.- Que, en cuanto a la primera causal, acusa la interpreta-
ción errónea del artículo mil doscientos cincuentisiete del Código Civil,
pues al no haber asentimiento en su calidad de acreedor, los pagos par-
ciales efectuados por los demandados deben imputarse a los intereses, y,
por lo mismo resultaría procedente la resolución, según lo dispuesto en
el artículo mil quinientos sesentidós del Código precitado, cuestionando
la valoración de los medios probatorios; que, en segundo término, de-
nuncia la aplicación indebida de la precitada norma; por otro lado, acu-
sa la inaplicación del artículo mil trescientos sesenta y uno del Código
sustantivo, que regula la fuerza vinculante del contrato, remitiéndose a
la declaración de parte de uno de los codemandados y a los documentos
actuados; por último, señala que se ha quebrantado las formas esenciales
para la eficacia y validez de los actos procesales, porque, por un lado, en
la recurrida no se ha cumplido con precisar en forma expresa los fun-
damentos de derecho, conforme lo prescribe el inciso sexto del artículo
cincuenta e inciso tercero del artículo ciento veintidós del Código de la
Constitución; por otro lado, no se ha pronunciado sobre la totalidad de
los puntos impugnatorios, y , por el contrario, sostiene su decisión sobre
hechos no impugnados; Quinto.- Que, analizando las causales de inter-
pretación errónea, aplicación indebida e inaplicación de una norma de
derecho material, se advierte que el recurrente deriva su argumentación

220
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

a los hechos y al reexamen de la valoración de los medios probatorios,


lo que no procede en materia de casación, cuyos fines están predefini-
dos en el artículo trescientos ochenta y cuatro del Código Procesal aco-
tado; además se observa que tanto la recurrida como la apelada no hacen
mención al artículo mil doscientos cincuentisiete del Código Civil, por
ello no es posible invocar la interpretación errónea de la citada norma;
Sexto.- Que, examinando la causal del error in procedendo, se aprecia que
no se ha cumplido con fundamentar por qué la recurrida no se ceñiría a
lo actuado y al derecho, o por qué sería incongruente; por otro lado, no
se ha cumplido con fundamentar qué aspectos de la apelada no habrían
sido resueltos o por qué el colegiado se habría pronunciado sobre he-
chos no impugnados; por lo expuesto, y de conformidad con el artículo
trescientos noventidós del Código Procesal Civil: declararon IMPRO-
CEDENTE el recurso de casación interpuesto a fojas ciento veintinue-
ve contra la resolución de fojas ciento veintinueve contra la resolución
a fojas ciento veinticuatro; CONDENARON al recurrente al pago de
costas y costos en la tramitación del recurso, así como a la multa de tres
Unidades de Referencia Procesal; MANDARON publicar la presente
resolución en el diario oficial El Peruano; en los seguidos por Alberto Ra-
fael Samaniego Arauco contra Noel Samaniego Guerra y otra, sobre Re-
solución de Contrato Preparatorio y otros; y los devolvieron.
SS. URRELLO A.; SÁNCHEZ PALACIOS P.; ECHEVARRÍA A.;
ALVA S.; DEZA P.

221
ANEXOS

27 Casación N° 3114-2000-Huaura

Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de


Justicia de la República
Casación N° 3114-2000-Huaura

El Peruano el 1 de marzo de 2001, pág. 7048. Indemnización


por Daños y Perjuicios.
Lima, veintiuno de noviembre del dos mil
VISTOS; con los acompañados, y CONSIDERANDO: Primero.-
Que, el recurso de casación interpuesto por Marco Antonio Velásquez
Quineche, cumple con los requisitos de admisibilidad del artículo tres-
cientos ochentisiete del Código Procesal Civil; Segundo.- Que, el recu-
rrente se encuentra legitimado para interponer el recurso casatorio, pues
no consintió la resolución adversa de primera instancia; Tercero.- Que,
se ampara en las causales previstas en los incisos primero y tercero del
artículo trescientos ochentiséis del citado Código, acusando la interpreta-
ción errónea de una norma de derecho material y la contravención de las
normas que garantizan el derecho a un debido proceso, respectivamente;
Cuarto.- Que, en primer término, denuncia que se ha interpretado erró-
neamente el artículo mil novecientos noventitrés del Código Civil, cues-
tionando el criterio expresando por el Colegiado respecto del momen-
to en el que debe computarse el plazo de prescripción; Quinto.- Que,
por otro lado, acusa la contravención de los artículos trescientos sesenti-
nueve y cuatrocientos noventa y uno inciso décimo segundo del Código
Procesal Civil, señalando que la demandada se adhirió a la apelación, de
modo que esta se debe circunscribir a los términos del apelante, en vir-
tud del principio de “tantum devolutum quantum apellatum”; que, además, la
recurrida indebidamente se pronuncia sobre la apelación diferida contra
el auto de saneamiento, pues la demandada oportunamente no apeló de
la sentencia; Sexto.- Que, analizando la norma sustantiva denunciada, se
advierte que esta tiene una fundamentación autónoma, pues obviamente
el agravio que la sustenta difiere del que ampara a la apelación: que, ade-
más, la autonomía de aquella se expresa en que el desistimiento de la ape-
lación, no la afecta, según lo prescribe el artículo trescientos setentitrés in
fine del Código adjetivo. Por último, el Colegiado estaba en aptitud para
pronunciarse sobre la apelación sin efecto suspensivo y con la calidad de

222
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

diferida interpuesto contra la resolución que declaró infundada la excep-


ción de prescripción extintiva, pues la demandada se adhirió a la apela-
ción; por lo expuesto y de conformidad con el artículo trescientos no-
ventidós del Código Procesal Civil; declararon IMPROCEDENTE el
recurso de casación de fojas ciento noventicinco contra la resolución de
vista de fojas ciento ochenta, su fecha veintidós de setiembre último;
CONDENARON al recurrente al pago de las costas y costos origina-
dos en la tramitación del recurso, así como a la multa de tres Unidades de
Referencia Procesal; MANDARON publicar la presente resolución en
el diario oficial El Peruano; en los seguidos por Marco Antonio Velásquez
Quineche con la Cooperativa de Servicios Múltiples “Capac Yupanqui”
de los trabajadores administrativos del Sector Educación, sobre indem-
nización por daños y perjuicios; y los devolvieron.
SS. URRELLO A.; ECHEVARRÍA A.; DEZA P.; CARRIÓN L.

223
ANEXOS

28 Casación N° 57-2001-Arequipa

Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de


Justicia de la República
Casación N° 57-2001-Arequipa

El Peruano el 31 de julio de 2001, pág. 7538


Lima, ocho de marzo del dos mil uno
VISTAS y ATENDIENDO: Primero.- Que, el recurso de casación in-
terpuesto cumple con los requisitos de forma establecidos para su admi-
sibilidad. Segundo.- Que, el recurrente ampara su recurso en la causal
contenida en el inciso 1 del artículo 386 del Código adjetivo, denuncian-
do la aplicación indebida de los artículos 1108 y 1220 del Código Civil.
Tercero.- Que, en cuanto a la aplicación indebida del artículo 1108 del
Código sustantivo, el impugnante señala que según dicho artículo, la es-
critura de constitución de hipoteca para garantizar títulos transmisibles
por endoso o al portador, consignará además de las circunstancias pro-
pias de la constitución de hipoteca, las demás señaladas en el citado ar-
tículo; asimismo, en el caso de autos no se ha consignado ninguno de los
requisitos exigidos, en consecuencia, dicha escritura de hipoteca carece
de toda eficacia y validez. Cuarto.- Que, en cuanto a la aplicación inde-
bida del artículo 1220 del Código Civil, el recurrente señala que la citada
norma establece que se entiende por efectuado el pago solo cuando se
ha ejecutado enteramente la prestación; en el caso de autos, el recurren-
te ha acreditado el pago del íntegro de la prestación con los montos que
recibió de la venta de los inmuebles. Quinto.- Que, analiza la fundamen-
tación de la aplicación indebida de los artículos 1108 y 1220 del Código
Civil, no se cumple con el requisito de fondo previsto en el artículo 388
inciso 1 del Código Procesal Civil, ya que para que se cumpla con el re-
quisito de fondo de no haber consentido la resolución adversa de pri-
mera instancia, no basta verificar si se ha interpuesto recurso de apela-
ción, sino además, que de los fundamentos del citado recurso se denun-
cie también el vicio que ahora es materia de denuncia en vía de casación,
ello atendiendo a que la recurrida ha confirmado la apelada, con lo de-
más que la contiene, de lo contrario está consintiendo el vicio que se de-
nuncia; además, en la recurrida no se aprecia que los citados artículos hu-
biesen sido aplicados, por lo que en todo caso la causal que se denuncia

224
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

no sería la correcta, no pudiendo este Supremo Tribunal subsanar las de-


ficiencias en la defensa de la recurrente. Por las razones expuestas y en
uso de la facultad prevista por el artículo 392 del Código adjetivo: decla-
raron IMPROCEDENTE el recurso de casación de fojas doscientos
dos, interpuesto por don Enrique Leoncio Vega Urrutia, en los seguidos
por Banco Santander Central Hispano Perú, sobre ejecución de garantía;
CONDENARON al recurrente al pago de una multa de tres Unidades
de Referencia Procesal, así como de las costas y costos originados en la
tramitación del recurso; DISPUSIERON la publicación de la presen-
te resolución en el diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; y los
devolvieron.
SS. ALFARO A.; VÁSQUEZ.; CARRIÓN L.; TORRES C.; DEZA P.

225
ANEXOS

29 Casación N° 3193-2000-La Libertad

Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de


Justicia de la República
Casación N° 3193-2000-La Libertad

El Peruano el 31 de agosto de 2001, pág. 7686


Lima, diecinueve de enero del dos mil uno
VISTOS; con los acompañados y ATENDIENDO: Primero.- Que, el
recurso de casación interpuesto cumple con las exigencias de forma es-
tablecidas en el artículo 387 del Código Procesal Civil. Segundo.- Que,
el recurso se sustenta en la causal de contravención de las normas que
garantizan el derecho a un debido proceso, establecida en el inciso 3 del
artículo 386 del Código adjetivo. Tercero.- Que se denuncia que no se
ha resuelto el tercer punto controvertido referido a determinar si el lote
tres es el mismo que el lote uno, de propiedad del demandante y deman-
dada respectivamente, contraviniendo el inciso 4 del artículo 122 del Có-
digo Procesal Civil; que, se ha fallado ultra petita, al declarar el mejor de-
recho de propiedad a favor de don Julio César Del Castillo respecto del
lote de cuatrocientos cincuenta metros cuadrados, sin que esta área sea
materia de la demanda ni punto controvertido, contraviniendo el artículo
VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil, al ir más allá del pe-
titorio; que, se ha fallado extra petita, al cambiar de ubicación al lote tres,
a la avenida Mansiche, dejando así sin efecto la Resolución de la Secre-
taría Municipal 323-90-SMATAH-MPT, la que constituye cosa decidida
y sin que la impugnación a esta resolución sea materia de demanda ni
punto controvertido, contraviniendo el artículo VII del Título Prelimi-
nar del Código adjetivo; que, se ha fallado extra petita, al dejar sin efecto
las inscripciones registrales (de fojas ciento cincuentiséis), contravinien-
do el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil. Cuar-
to.- Que, respecto de las afectaciones del derecho al debido proceso, es
de advertirse que los vicios argumentados por el recurrente no fueron
denunciados como errores de derecho en su recurso de apelación de fo-
jas ochocientos setentidós, más aún si la resolución de vista ha confir-
mado de primera instancia con lo demás que la contiene, por lo que se
cumple con el artículo 388 inciso 1 del Código Procesal Civil, ya que no
basta con interponer recurso de apelación y luego de casación, si es que

226
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

no se denuncian los mismos vicios que pudiera tener la resolución adver-


sa de primera instancia. Por las razones expuestas y en uso de la facultad
conferida en el artículo 392 del Código Procesal Civil: declararon IM-
PROCEDENTE el recurso de casación, que obra a fojas novecientos
treintinueve; interpuesto por doña Hilda Julia Pereyra Araujo abogada de
don Ricardo Amílcar Aredo Córdova; en los seguidos por don Julio Cé-
sar Del Castillo Ríos, sobre declaración de mejor derecho de propiedad
y otros conceptos; CONDENARON a la parte recurrente al pago de
una multa de tres Unidades de Referencia Procesal, así como de las cos-
tas y costos originados en las tramitación del presente proceso; DISPU-
SIERON la publicación de la presente resolución en el diario oficial El
Peruano, bajo responsabilidad ; y los devolvieron.
SS. ALFARO A.; VÁSQUEZ C.; CARRIÓN L.; TORRES C.; DEZA P.

227
ANEXOS

30 Casación N° 2065-2002-Santa

Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de


Justicia de la República
Casación N° 2065-2002-Santa

El Peruano el 31 de agosto de 2004, pág. 125333-12534


Lima, diez de mayo del dos mil cuatro
LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA
DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; Vista la causa el día de la fecha
y producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia.
1. MATERIA DEL RECURSO:
Es materia del presente recurso de casación interpuesto por el Banco de
Crédito del Perú - Sucursal Chimbote a fojas noventiocho la sentencia
de vista de fojas noventicuatro, su fecha trece de mayo del dos mil dos,
expedida por la Sala Civil de la Corte Superior del Santa, que revoca la
apelada de fecha ocho de enero del dos mil dos, que declara infundada la
contradicción y fundada la demanda; reformándola declararon fundada
la contradicción formulada por la empresa Pesquera Continental Socie-
dad Anónima; en consecuencia infundada la demanda interpuesta por el
Banco de Crédito del Perú, sobre obligación de dar suma de dinero; con
lo demás que contiene.
2. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO
PROCEDENTE EL RECURSO:
La Sala ha declarado procedente el recurso de casación mediante resolu-
ción de fecha doce de noviembre del dos mil dos, corriente a fojas dieci-
séis del presente cuadernillo, por la causal prevista en el inciso 2 del ar-
tículo 386 del Código Procesal Civil, relativa a la inaplicación de normas
de derecho material contenida en los artículos 96, 122, 125 y 133 de la
Ley número 16587 - Ley de Títulos Valores, concordados con los artícu-
los 1220, 1161 y 1221 del Código Civil, argumentando que es ilegal e
ilógico sostener –como se hace en el cuarto considerando de la senten-
cia de vista–, que la obligación contenida en dicho título valor ha sido
cancelada como consecuencia del otorgamiento de la escritura pública
de dación en pago, obviando que en la tercera cláusula de ese mismo

228
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

documento se establece en forma clara y expresa que el adjudicante en-


trega el inmueble al Banco recurrente en honra parcial de sus obliga-
ciones y que en la cláusula cuarta del mismo documento se autorizó al
Banco para que el valor del inmueble se impute al pago de esas obliga-
ciones en la forma que estime conveniente, como consecuencia de esa
imputación quedó en su poder e impago el pagaré materia del presente
proceso.
3. CONSIDERANDO:
Primero.- Cabe anotar que el inciso 2 del artículo 388 del Código Pro-
cesal Civil establece que son requisitos de fondo del recurso de casación
que se fundamente con claridad y precisión, expresando en cuál de las
causales descritas en el artículo 386 se sustenta y, según sea el caso, pre-
cisar cómo debe ser la debida aplicación o cuál la interpretación correcta
de la norma de derecho material; cuál debe ser la norma de derecho ma-
terial aplicable al caso; o en qué ha consistido la afectación del derecho
al debido proceso o cuál ha sido la formalidad procesal incumplida; por
lo tanto, se colige que es deber procesal del recurrente señalar clara y ex-
plícitamente en qué consiste el vicio, haciendo un análisis razonado y crí-
tico de los motivos de la decisión del juez, y luego explicar la propuesta
que se hace para corregirlo, fundamentándolo con los debidos argumen-
tos a fin de hacer ver cómo todo ello modificaría el sentido del fallo.
Segundo.- Sin embargo, analizando el recurso propuesto a fojas noven-
tiocho, por el Banco de Crédito del Perú - Sucursal Chimbote, se apre-
cia que la impugnante denuncia la causal de inaplicación de normas de
derecho material, la misma que se configura cuando “el juez comprueba
circunstancias, que son supuesto obligado de la aplicación de una nor-
ma determinada; no obstante, no la aplica” (Sánchez Palacios Paiva, Ma-
nuel, El recurso de casación civil, Praxis, Lima dos mil dos, página seten-
titrés), sustentándola en la inaplicación de los artículos 96, 122, 125 y 133
de la Ley 16587 - Ley de Títulos Valores, referidos al pago parcial de la
letra de cambio, la acción cambiaria directa, objeto de la acción cambia-
ria, normas de remisión, respectivamente, concordados con los artículos
1220, 1161 y 1221 del Código Civil, sobre el pago, obligaciones alterna-
tivas y la indivisibilidad del pago, argumentando en que es ilegal e ilógico
sostener –como se hace en el cuarto considerando de la sentencia de vis-
ta–, que la obligación contenida en dicho título valor ha sido cancelada
como consecuencia del otorgamiento de la escritura pública de dación
en pago, obviando que en la tercera cláusula de ese mismo documento se

229
ANEXOS

establece en forma clara y expresa que el adjudicante entrega el inmueble


al Banco recurrente en honra parcial de sus obligaciones y que en la cláu-
sula cuarta del mismo documento se autorizó al Banco para que el va-
lor del inmueble se impute al pago de esas obligaciones en la forma que
estime conveniente, como consecuencia de esa imputación quedó en su
poder e impago el pagaré materia del presente proceso.
Tercero.- En tal sentido, se aprecia que propuesta así la denuncia, esta
no cumple con el requisito de fondo previsto en el inciso 2 del artículo
388 del acotado Código, toda vez que si bien es cierto cumple con de-
nunciar la inaplicación de los referidos artículos, también lo es que no
precisa respecto de cada uno de ellos cómo modificarían lo resuelto por
el Colegiado; sin embargo, sin perjuicio de lo anteriormente menciona-
do, resulta pertinente analizar la denuncia in iudicando, teniendo en con-
sideración lo dispuesto por el artículo 397 segundo párrafo del Código
Procesal Civil, que dispone “La Sala no casará la sentencia por el solo
hecho de estar erróneamente motivada si su parte resolutiva se ajusta a
derecho. Sin embargo debe hacer la correspondiente rectificación”.
Cuarto.- Siendo esto así, cabe precisar que las instancias de mérito han
establecido como supuestos de hecho de la presente demanda de obliga-
ción de dar suma de dinero lo siguiente: a) el Banco de Crédito del Perú
- sucursal Chimbote promueve proceso ejecutivo, en mérito del pagaré
número D trescientos diez - treintidós mil ochentisiete, que se acompa-
ña a fojas cuatro, documento con lo cual se acredita una obligación con-
traída entre la ejecutante con empresa Pesquera Continental y doña Iris
Esther Ortecho Bustamante por la suma de veintiséis mil dólares ameri-
canos, título valor que cumple con la observancia de lo establecido por
la Ley de Títulos Valores número 16587 (vigente a la expedición de di-
cho título valor), la misma que ha sido renovada en varias oportunidades
conforme consta del mismo título valor; b) la ejecutada empresa Pesque-
ra Continental, a través de su escrito de contradicción de fojas cuarenta,
alega que ha cumplido con pagar dicha obligación mediante escritura pú-
blica de dación en pago a favor de la ejecutante, la misma que obra a fo-
jas veinticinco, de fecha cuatro de febrero del dos mil, que en su cláusula
cuarta establece que la suma de diecinueve mil ochocientos dólares ame-
ricanos, será utilizada por el Banco para cancelar la totalidad de las obli-
gaciones directas e indirectas a cargo del adjudicante (Empresa Pesquera
Continental) con el Banco recurrente, por lo que da en pago el inmueble
consistente en la casa habitación ubicada en jirón Cajamarca manzana N,

230
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

lote número veintidós del Asentamiento Humano Florida Baja, del dis-
trito de Chimbote, provincia del Santa, departamento de Áncash, sien-
do el valor de dicha transferencia la suma de diecinueve mil ochocientos
dólares americanos.
Quinto.- En tal sentido, respecto a lo dispuesto por el artículo 96 de la
Ley número 16587, cabe anotar que este acepta la procedencia del pago
parcial cuando expresa que el tenedor de la letra no puede rehusarlo,
siendo el fundamento de esta disposición en que las obligaciones cam-
biarias son de ejecución rigurosa y por ello es de interés del comercio se
facilite en la mayor medida posible la liberación de tales obligaciones;
sin embargo, la aplicación de dicha norma material a la presente con-
troversia no resulta pertinente, toda vez que la ejecutada ha cancelado
la obligación contenida en el pagaré mediante la mencionada dación en
pago; en cuanto al artículo 122 de la acotada Ley Cambiaria, que pres-
cribe “procede la acción cambiaria directa, por falta de pago de la letra,
contra el aceptante y sus avalistas”; sin embargo, resulta pertinente se-
ñalar que dicha norma se refiere al derecho de acción que se le confiere
al portador de la letra de cambio que ha conservado sus derechos por el
cumplimiento de los deberes que le impone la ley a fin de que se le pague
el importe mencionado en dicho título valor, por lo que esta tiene una
connotación procesal, la misma que no puede ser denunciada a través de
una causal sustantiva como la presente; en cuanto a los artículos 125 y
133 de la Ley de Títulos Valores, referidos al objeto de la acción cambia-
ria y a que son aplicables al pagaré y al vale a la orden, en cuanto no sean
incompatibles con su naturaleza las disposiciones referentes a la letra de
cambio, el impugnante no cumple en señalar cómo la aplicación de di-
chas normas van a modificar lo resuelto por el Colegiado.
Sexto.- Asimismo, respecto a la denuncia de inaplicación de los artícu-
los 1220 y 1221 del Código Civil, los mismos que regulan al principio de
identidad del pago, esto es que se entiende efectuado el pago solo cuan-
do se ha ejecutado íntegramente la prestación; y, sobre la prestación par-
cial de la obligación, que prescribe que no puede compelerse al acreedor
a recibir parcialmente la prestación objeto de la obligación, a menos que
la ley o el contrato lo autoricen; sin embargo, cabe anotar que de acuerdo
al artículo 96 de la Ley número 16587, se acepta la procedencia del pago
parcial cuando expresa que el tenedor de la letra no puede rehusarlo, ya
que el derecho al pago parcial, el mismo que corresponde al deudor, se
aplica en las obligaciones cambiarias como se da en el presente caso, a

231
ANEXOS

fin de no perjudicar a los demás obligados cambiarios, que habrían sido


liberados hasta la concurrencia de la suma pagada; en consecuencia, las
normas contenidas en los artículos 1220 y 1221 del Código Civil resultan
impertinentes a la controversia.
Sétimo.- Finalmente, respecto a la denuncia de la inaplicación del ar-
tículo 1161 del Código Civil, que versa sobre las prestaciones alternativas
y que a la letra dice “el obligado alternativamente a diversas prestaciones
solo debe cumplir por completo una de ella”, se advierte que dicha nor-
ma también deviene en impertinente, ya que en el presente caso no está
acreditado que la presente obligación sea una alternativa; en consecuen-
cia, no se evidencia que la Sala Superior haya incurrido en error in iudi-
cando al expedir la resolución materia de impugnación.
4. DECISIÓN:
a) Estando a lo expuesto y en aplicación del artículo 397 del Código
Procesal Civil: Declararon INFUNDADO el recurso de casación inter-
puesto por Banco de Crédito del Perú - Sucursal Chimbote, en conse-
cuencia NO CASAR la sentencia de vista de fojas noventicuatro, su fe-
cha trece de mayo del dos mil dos, expedida por la Sala Civil de la Corte
Superior del Santa.
b) ORDENARON al recurrente el pago de la multa de una Unidad de
Referencia Procesal así como de las costos y costas originados en la tra-
mitación del recurso.
c) DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el diario
oficial El Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.
SS. ALFARO ÁLVAREZ; CARRIÓN LUGO; AGUAYO DEL ROSA-
RIO; PACHAS ÁVALOS; BALCÁZAR ZELADA.

232
ÍNDICE GENERAL

Introducción .............................................................................................. 5

CAPÍTULO 1

Definición y características de la casación


Ideas preliminares
I. Ideas preliminares sobre la casación .................................................. 9
1. ¿Qué dice el Código Procesal Civil sobre la casación? . ........... 9
2. La casación en la doctrina ......................................................... 10
II. El origen de la casación ...................................................................... 14
1. El nacimiento del Tribunal de Cassation .................................. 14
2. La Corte de Casación ................................................................ 17
III. La casación en la Constitución peruana............................................... 19

CAPÍTULO 2
Elementos característicos de la casación
I. Importancia del estudio de los elementos característicos de la casación . . 25
II. Características de la casación ............................................................. 26
1. Se trata de un recurso ................................................................ 26
2. Se trata de un recurso extraordinario . ....................................... 28
3. Es un recurso vertical ................................................................ 33
4. Es un recurso que puede tener efectos negativos o positivos .... 34
5. Es un recurso que se concede con efecto suspensivo................. 35

CAPÍTULO 3
Los fines esenciales de la casación
I. Regulación de los fines de la casación ............................................... 41
II. Análisis sobre los fines de la casación . .............................................. 42
1. La función o fin nomofiláctico................................................... 42
2. La función o fin uniformador .................................................... 44
3. La función o fin dikelógico......................................................... 45
EL NUEVO RECURSO DE CASACIÓN CIVIL

III. Los fines esenciales del recurso de casación luego de las reformas
dispuestas por la Ley N° 29364........................................................... 47

CAPÍTULO 4
Causales del recurso de casación
I. Las causales de la casación antes de la Ley Nº 29364 ....................... 55
1. Las causales sustantivas ............................................................ 57
2. La causales adjetivas ................................................................. 61
3. Ideas finales sobre las “antiguas” causales de casación ............ 65
II. Las nuevas causales de la casación .................................................... 66
1. La infracción normativa ............................................................ 66
2. El apartamiento inmotivado del precedente............................... 71

CAPÍTULO 5
Requisitos de admisibilidad del recurso de casación
I. Regulación de los requisitos de admisibilidad.................................... 83
II. Requisitos de admisibilidad del recurso de casación........................... 85
1. Resoluciones recurribles en casación......................................... 85
2. Órgano ante el cual debe presentarse el recurso......................... 87
3. Plazo para la interposición del recurso de casación y el
¿término de la distancia?............................................................ 89
4. Tasa para presentación del recurso............................................. 90

CAPÍTULO 6
Requisitos de procedencia del recurso de casación
I. Regulación de los requisitos de procedencia del recurso de casación. 97
II. Análisis de los requisitos de procedencia del recurso de casación...... 98
1. No haber consentido la resolución de primer grado .................. 99
2. Expresar con claridad y precisión la causal del recurso ............ 100
3. Demostrar la incidencia directa de la infracción sobre la
decisión impugnada ................................................................... 102
4. Indicar si el pedido casatorio es anulatorio o revocatorio ......... 104

235
ÍNDICE GENERAL

CAPÍTULO 7

El procedimiento casatorio
I. Declaración de admisibilidad y procedencia del recurso ................... 111
II. Actividad procesal de las partes ......................................................... 116
III. Plazo para sentenciar .......................................................................... 117
IV. Efectos de la sentencia . ...................................................................... 118

CAPÍTULO 8
Procedencia excepcional del recurso de casación y
el certiorari a la peruana
I. Regulación de la procedencia excepcional del recurso de casación . . 127
II.. Características del certiorari en el Derecho norteamericano.............. 128
1. Orígenes del certiorari. Del Common Law inglés al Derecho
norteamericano........................................................................... 128
2. La facultad discrecional en el certiorari ................................... 129
3. El procedimiento del certiorari en el Derecho norteamericano. 131
III. Análisis del artículo 392-a del Código Procesal Civil. ¿El certiorari
a la peruana?........................................................................................ 134
IV. Por qué no el certiorari ...................................................................... 140

Bibliografía ................................................................................................ 143


Anexos .................................................................................................... 149

236

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