Professional Documents
Culture Documents
Fedro, Platón
¿Por qué motivos Sócrates critica a Anaxágoras su concepto de causa?¿Cómo se debe entender verdaderamente lo
que una causa es?
Según palabras de Anaxágoras, es la mente quien crea una singular armonía que permite la existencia de todo aquello
que vemos, organizándolo continuamente, a su vez. Por razones de comodidad, Sócrates prefirió creer a esta idea, ya que
veía que de esta forma no era necesario buscar la esencia de cada elemento de la naturaleza junto con la causa de su
existencia, de forma que llegó a ver en Anaxágoras, un modelo de “causa”. Posteriormente cuando avanzó en la lectura
se dio cuenta que Anaxágoras atribuía la causa de las cosas al aire (al cual considera “ðρðð”ðð
La causa se debe entender verdaderamente como la división en porciones de una cosa concreta para que se creen mas
cosas como esta a partir de su propia esencia. También puede entenderse como la unión de contrarios materiales que, al
alcanzar un cierto grado de armonía lo suficientemente equilibrado, creará nuevas copias de sí mismas, todas iguales en
semejanza. En definitiva la causa es la justificación por la que crean las cosas.
¿En qué consiste la exclusión mutua de contrarios que Sócrates propone como respuesta a Cebes?¿Qué se intenta
demostrar?
Sócrates aclara las objeciones y dudas de Cebes explicando que el una realidad jamás podrá ser contraria de sí misma. Es
del todo imposible que dos cosas totalmente iguales sean contrarias. El alma es quien da vida a la cosa que ocupa o que
la imita, pues es la idea que da un conocimiento a un cuerpo imperfecto.
Con este argumento Sócrates intenta demostrar como a lo largo del libro la inmortalidad del alma, mediante la
afirmación “el alma da vida a lo que ocupa” porque el alma nunca muere, sino que perdura y en cada cuerpo que cae
prisionera recupera mediante la reminiscencia los conocimientos obtenidos en un cuerpo antiguo.
Sarcófago romano del siglo II d.C. que representa las puertas del mundo subterráneo, destino de las almas para los
griegos. Museo Arqueológico de Antalya, Turquía.
Cebes hace notar a Sócrates que, en general, se cree que el alma luego de desembarazarse del cuerpo no subsiste.
Sócrates opone a tal creencia la de que los que mueren van hacia el Hades, y los que nacen provienen de allá. El solo
hecho de que se produzcan nacimientos debería probar que las cosas son así, sostiene Sócrates, puesto no habría como
explicar los nacimientos.
Sin embargo, para apoyar la creencia presenta un argumento de alcance general, que se aplica a todo lo que se genera -y
no solo al hombre- y a todo lo que tiene contrario: según el cual, todo nace de su contrario. Así, vemos que lo bello
proviene de lo feo, lo que llega a ser justo era antes injusto, lo que se vuelve grande antes era pequeño, y lo débil y lo
lento solo pueden llegar a ser a partir de lo fuerte y lo rápido.
El paso de uno a otros de estos pares contrarios es siempre un proceso genético: el que va de una cosa mayor a una
menor, es el disminuir, y de lo menor a lo mayor, aumentar. Y así como hay un dormir, que es el proceso genético que va
del estar despierto al estar dormido, y un despertar, que es el pasar de estar dormido al estar despierto, también estas
mismas relaciones deben darse en el par de opuestos "vivir" y "estar muerto". Si al proceso que va del primero al
segundo es evidente que existe, y lo llamamos "morir", debe haber también otro que sea el proceso que va del "estar
muerto" al "vivir": el "revivir".
La necesidad de que este proceso sea real descansa en el hecho de que si no existiera un "despertar" para los que están
dormidos, todos acabaríamos compartiendo el destino de sueño eterno de Endimión. Si no existiera un revivir, todo
terminaría por estar muerto.
¿Con qué finalidad Sócrates concluye su defensa sobre la inmortalidad del alma con el mito escatológico de Hades?
El filósofo se vale de este mito (posiblemente la base de la religión católica) para explicar lo que pasaría a un alma de no
purificarse y separarse del cuerpo en ese estado. Según la historia, si un alma sigue una vida ascética y dedicada a la
filosofía durante su estada en el cuerpo mortal, al morir éste, el alma llega a las puertas del Hades (cuyo camino, según
Sócrates, es largo y tortuoso) y deberá buscar de un guía para poder llegar a su destino en los Campos Elísios (el
“Paraíso”, en la religión católica). Puesto que no se ha ensuciado con los placeres del cuerpo, encontrará el apoyo de uno
o más guías que le lleven a través de ese camino. Pero si el alma ha cometido crímenes durante su vida, ha robado y ha
gozado sobremanera de los placeres terrenales, el alma de dicha persona estará contaminada, y difícilmente podrá
considerársela pura, de forma que nadie buscará ayudarle. Este tipo de almas son las que, según la mitología tradicional
de Grecia, acaban en el Tártaro (también conocido como el Averno), donde deberán pagar por las cosas ilícitas que han
cometido en vida eternamente. El alma, al ser inmortal, siempre paga las consecuencias de su vida dentro del cuerpo (ya
sean buenas o malas) una vez separadas de él. De otro modo, si el alma no fuera inmortal, las personas de carácter
malvado no sentirían temor de cometer crímenes, puesto que al morir sus cuerpos, sus almas también morirían, y no
tendrían necesidad de expiar sus delitos en el mundo de ultratumba.