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1 Economía Social en Venezuela.

La economía social o economía social y solidaria es un sector de la economía que estaría


a medio camino entre el sector privado y el sector público.1 Conocido también como tercer
sector, incluye a cooperativas, empresas de trabajo asociado, Sociedades
Laborales, organizaciones no lucrativas, asociaciones caritativas, mutuas o mutualidad y
micro emprendimientos asociativos. Cabe mencionar que la "Economía Social" no debe
confundirse con el programa de "Economía Social de Mercado", el cual fue aplicado en la
Alemania Federal de la posguerra. La "Economía Social" es una lógica micro, mientras
que la "Economía Social de Mercado" parte de políticas de ordenamientos y de proceso.
La Economía Social y Solidaria se define como un modo de hacer economía, organizando
de manera asociada y cooperativa la producción, distribución, circulación y consumo de
bienes y servicios.
Organizaciones dentro y fuera de una definición de economía social en un estudio
internacional comparado

Organizaciones dentro de la definición de Economía Social Cooperativas. Asociaciones


de Bienestar, Grupos de Edad, Asociaciones de Barrio, por Casta (India), Asociaciones
Profesionales. Grupos Cívicos, Clubes Sociales, Organizaciones de Base, Grupos
Populares, Agrupaciones Aldeanas de Defensa del Medio Ambiente, Grupos de Mujeres,
Grupos de Jóvenes, Grupos de Autoayuda. Movimientos Sociales, Organizaciones sin
Fines de Lucro, Organizaciones Comunitarias.

Organizaciones en la Periferia de la Definición de Economía Social Cooperativas que no


respetan sus principios de base. Actividades económicas de organizaciones religiosas,
programas de la mayor parte de universidades, Trusts establecidos y controlados por
organizaciones lucrativas, el Gobierno o partidos políticos, Trusts de “Caridad”
controlados por familias, alguna ONG y asociaciones de desarrollo, Clubes de
Campesinos, Grupos Culturales, Instituciones de Microfinanzas

Organizaciones Importantes pero no Cubiertas por la Definición de Economía Social (o


que están en “borderline”) Iniciativas a favor de los pobres con el apoyo del Estado (como
las “Misiones educativas y de salud” en la Venezuela actual). Las redes de lobbying y
presión política. Empresas de economía mixta. Clubes de trueque. Redes de Comercio
Justo. Los Sindicatos (servicios sindicales, cantinas y teatros obreros, otros). Agencias
Internacionales de Desarrollo. Fundaciones y organizaciones filantrópicas. Empresas de
Producción Social (EPS), Empresas Socialistas sin control por los trabajadores, Empresas
capitalistas de Estado, Empresas privadas con Responsabilidad Social, PYMES…
2 Diferencia de la racionalidad capitalista y de la economía pública
con la economía solidaria.

La racionalidad de la economía capitalista La racionalidad y las racionalidades

“Cada término filosófico es la cicatriz endurecida de un problema irresuelto”,8 y la


racionalidad es un término filosófico que no escapa a esta aseveración. La racionalidad es
una pieza fundamental del pensar occidental, sirve para fundar y para defender acciones
e instituciones, al tiempo que delimita nuestro campo de actuación. Toda acción o
institución que se quiera respetar a sí misma suele aparecer con el calificativo de racional.
Este acompañante parece que alberga y sintetiza una serie de elementos que son
imprescindibles en todo actuar o institución, como son la coherencia, la lógica o el sentido
común. Si bien desde Aristóteles consideramos que el hombre es racional (por
naturaleza) y por tanto está facultado para llevar a cabo acciones racionales, resulta
curioso cómo cada época histórica se basa en un concepto de racionalidad distinto, y así
lo que hoy aseguramos que es una acción o institución racional, hace unos siglos sería en
muchos casos irracional y viceversa. La racionalidad o irracionalidad de las acciones o
instituciones no puede ser medida de forma absoluta y atemporal, sino que siempre tiene
que ser evaluada en función de algo, tienen que existir unos criterios sobre los que
podamos basarnos para determinar su racionalidad. Si se dice que una acción es
racional, a continuación habrá que aclarar con arreglo a qué criterio.

La economía solidaria
es una forma específica de organización y de estructura operativa de las actividades
económicas en un determinado ámbito, y que en lo esencial se caracteriza por la
autogestión, o sea, por la autonomía de cada unidad o emprendimiento, así como por la
igualdad y equiparación entre sus miembros.
Existen diferentes autores que se han dedicado a conceptualizar las economías
solidarias, siendo Paul Singer y Euclides Mance dos de sus principales intérpretes.
Por su parte Singer propone que la economía solidaria sea una estrategia posible de
lucha contra las desigualdades sociales y el desempleo: "La construcción de
una economía solidaria es una de esas estrategias alternativas, que aprovecha los
cambios en las relaciones de producción y de trabajo provocados por el gran capital, para
lanzar y promover los fundamentos de nuevas maneras de organizar la producción y los
intercambios, sobre la base de una lógica muy diferente de aquella que rige en un típico
mercado capitalista. Todo lleva a pensar que la economía solidaria permitirá, al cabo de
algunos años, dar a muchos la oportunidad de ingresar a la producción por cuenta propia
(en lo individual, o en lo colectivo a través por ejemplo de una cooperativa), a pesar de
que hoy día las posibilidades que esos mismos tendrían de conseguir un empleo serían
demasiado remotas...” ([Singer-2002], pág. 138).
En lo que concierne a Euclides Mance, el concepto de economía solidaria va aún más
lejos, ya que a la generación de numerosos puestos de trabajo, agrega la idea de
colaboración solidaria, orientada a la construcción de una sociedad pos-capitalista, en
donde se garantice un pasar razonable y sin mayores rispideces a todas las
personas: "...consideramos la colaboración solidaria como trabajo y consumo
compartidos, cuyo vínculo recíproco entre las personas, se encuentre primeramente
caracterizado en un sentido moral de corresponsabilidad de la marcha de la sociedad en
su conjunto, y del buen vivir de todos y cada uno de sus integrantes, buscando ampliar al
máximo posible, el ejercicio concreto de la libertad personal y pública..." (véase que en
esta definición, se introduce en destaque, el concepto del ejercicio humano de la libertad)
([Mance-1999], pág. 178).
, el modelo aplicado casi consideraba que el empleado era una especie de propiedad del
empleador, ya que el grado de dependencia del primero respecto del segundo era muy
fuerte, separándolo completamente de los medios de producción y de las herramientas
que utilizaba, y alejándolo así de cualquier esbozo o forma de economía solidaria. Aún
en el lenguaje se plasmaba esta concepción, ya que reiteradamente se hablaba entonces
de recursos humanos y materiales, pasando así la fuerza laboral a ser un recurso más, en
el mismo nivel que los medios de producción y que las materias primas o insumos. Por el
contrario, el concepto base en la economía popular solidaria es bien distinto, pues se
refiere al “conjunto de emprendimientos productivos de iniciativa colectiva, con cierto
grado de democracia interna, y que trata al trabajo y al trabajador en una forma
privilegiada en comparación con el capital, ya sea en un ambiente rural, ya sea en un
ambiente urbano o suburbano. Menospreciar la formación de emprendimentos
alternativos a los usuales padrones capitalistas normalmente aceptados, objetivamente
hablando, es una forma de aumentar y promover falencias sociales de todo tipo y
desempleo. (...) Los emprendimientos de economía solidaria, potencialmente encuentran
en el trabajo colectivo y en las motivaciones de los trabajadores, una importante fuente de
competitividad y de eficiencia, hoy día reconocida incluso por el capitalismo
contemporáneo. En el fordismo por el contrario, y así exponiendo otro caso, la
competitividad es obtenida a través de las economías de escala, así como a través de una
creciente división y especialización en el trabajo, asociada a líneas productivas rígidas –
automatizadas o no –, lo que en varios aspectos resulta alienante y embrutecedor para el
operario.” ([Gaiger-2002], pág. 64)

4 La Economía Social en Latinoamérica


El campo de la ESS en América Latina ha atravesado un singular período de ampliación
en lo que va del siglo, especialmente en la última década. Tal ampliación responde a una
confluencia de procesos y factores, que abarcan tanto las dinámicas interna s de las
experiencias o actores, como sus interrelaciones con el sistema económico, con las
propuestas de transformación que caracterizaron este tiempo, con el Estado y las políticas
públicas y con los avances conceptuales (a su vez en sinergia con esas realidades).

Todo esto se traduce en una agenda política ampliada, especialmente cuando los
alcances de la ESS han llegado a plantearse como sistema económico alternativo o
cuando se han adelantado convergencias con formulaciones en torno al Buen Vivir, a la
economía del cuidado, la soberanía alimentaria, entre otros, desbordando la
predominancia de enfoques ectoriales o de respuesta transitoria a las crisis de otros
momentos.

Son avances que se ven interferidos hoy por el giro político y económico que afronta la
región pero que dejan pautas inéditas para proyectar la ESS como alternativa sistémica,
arraigada en prácticas y visiones que dan cuenta de sus posibilidades y alcances.
En estas líneas nos proponemos reflejar algunas dimensiones de este rico panorama y
algunos de sus desafíos.

Ampliación del rango de experiencias, actores y enfoques

La diversidad que caracteriza las sociedades y economías latinoamericanas ha sido un


rasgo propio de la ESS, quizá aún más acentuado dada su capacidad para reconocer y
fortalecer variadas formas de producción y respuesta económica en contextos disímiles.

En la región coexistieron en estos años situaciones de hegemonía del neoliberalismo con


otras marcadas por una agenda de búsqueda post neoliberal (en este caso en países de
gobiernos progresistas). Aquellas caracterizaciones de la ESS como el ámbito de
actividades que no pueden ser asumidas “ni por el mercado ni por el Estado”, como
respuesta de sobrevivencia y empleo en situaciones de crisis, o como prácticas que
añaden aspectos sociales a la economía (que siguen siendo aludidas), se vieron
ampliamente rebasadas por perspectivas de perfil más antisistémico y por la adopción de
la ESS como modelo económico alternativo para los países, como es el caso de Ecuador
y Bolivia.

Han coexistido también visiones que siguen tratando la ESS como problema (al
identificarla en sentido amplio con informalidad), con aquellas que la proyectan como
solución para la crisis global, para la crisis ambiental, y para problemáticas nacionales y
locales

Los procesos constituyentes de “refundación de los Estados” y de búsqueda de


alternativas al neoliberalismo, crearon un ambiente de visibilidad y reconocimiento para
esa “otra economía” realmente existente, de la que hacen parte tanto las organizaciones
estructuradas y formalizadas explícitamente bajo los parámetros establecidos como
propios de la ESS (principios, valores, formas de gestión), hasta formas preexistentes
(incluso las ancestrales) de organización de la producción, como son las comunas o los
talleres artesanales, entre otros. Estos sectores o unidades, desde una valoración
positiva, han pasado cada vez más a autoreconocerse y converger como integrantes de la
ESS[2].

El antecedente cuantitativo de presencia paritaria y hasta mayoritaria de mujeres en la


ESS[3], se junta con las problemáticas en torno a la organización social del cuidado y la
economía del cuidado, lo cual alimenta la proyección de la ESS como forma apropiada
para hacer frente a la crisis de la reproducción y sostenibilidad de la vida, que pasa por
evidenciar e interpretar las dinámicas de género que deben ser superadas en las actuales
experiencias.

Se ha desencadenado también una búsqueda de “cobijo”, con un sentido de resistencia,


ante las corrientes de concentración que han operado en estos años, más allá de los
logros progresistas de redistribución y de sus esfuerzos para democratizar la economía[4].
Escapar de la absorción o de la eliminación de sus rubros de producción, comercio o
servicios, mueve a pequeñas y medianas empresas a identificarse con la ESS como
campo amplio capaz de proteger sus condiciones diferenciadas, pero siempre en medio
de la disputa con la matriz empresarial que ha caracterizado el impulso de las conocidas
como PYMES. Los más ricos no sólo aumentan su poder económico, sino que afianzan la
visión del orden empresarial capitalista como el ideal, lo cual abarca una particular visión
del “emprendedurismo”, proyectado bien sea en clave individual o bien en términos
asociativos pero con eje en negocios susceptibles de “encadenarse” con las empresas
grandes.

En los casos del fortalecimiento del sector público de la economía las empresas públicas
emergen como posibles actores de la ESS (hubo experiencias en ese sentido en
Venezuela, por ejemplo), dado que sus formas de organización y gestión podrían
desplazarse desde las pautas de la empresa capitalista que han “colonizado” en los
hechos estas unidades con sus esquemas administrativos y cultura corporativa, hacia
formas de organización y gestión más afines con su manejo de sectores estratégicos
asociados a objetivos de bien común[5].

Así, tanto por razones de reconocimiento y legitimidad, de estrategia de cambio del


modelo, como de mecanismo defensivo frente a la concentración y el poder de mercado,
se ha producido una ampliación del ámbito de la ESS.

Es evidente que esta ampliación se da, además, en un terreno de disputa de su sentido,


actores y procedimientos. Lo que sucede con el comercio justo quizá sea una muestra de
tendencias más generales para la ESS, pues se ha hecho necesaria la defensa de su
sentido originario, esto es, “construir un mercado solidario para quienes nunca tuvieron
acceso directo y en condiciones justas al mercado; es decir, los pequeños productores
organizados”, frente a las empresas tradicionales que ahora hacen suyos y sacan ventaja
de mecanismos como las certificaciones Fair Trade[6].

La ampliación de políticas públicas e institucionalidad orientadas a la ESS, en algunos


casos completamente novedosa, expresa en parte la demanda y la incidencia de las
organizaciones y redes[7] que ven la presencia del Estado necesaria para su
reconocimiento y fortalecimiento. Sin embargo, el sentido de directrices y acuerdos
políticos llega a ser interferido por una tecnoburocracia incapaz de comprenderlos y
aplicarlos en sus alcances. Estos límites se hacen más notables cuando se pretenden
transformaciones estructurales[8].

Es muy destacable que los procesos de integración alternativa, especialmente la ALBA,


hayan construido su andamiaje declarativo y de acción en principios y herramientas que le
dan una proyección inédita a la ESS en la relación entre países y bloques regionales.

Desafíos

Asumiendo la realidad de reversión o contracción de las condiciones favorables hacia la


ESS que caracterizaron este comienzo de siglo en la región, el escenario se redefine con
una correlación favorable a la agenda neoliberal. Corresponde ahora evitar que este
quiebre lleve a retrocesos, proteger al sector de ESS aprovechando, en lo que cabe, el
nuevo perfil de visibilidad asociado a su resiliencia para afrontar condiciones adversas de
distinto tipo. Resulta imperativo defender y consolidar los avances en tanto sector y en
tanto proyecto de cambio.

Es preciso preservar los avances legales y normativos, así como sostener una dinámica
de consolidación a nivel de movimiento y de pensamiento. Precisamente la riqueza de las
experiencias de estos años ofrece material invaluable para la sistematización, análisis y
elaboración teórica, al mismo tiempo que el desborde y cruce de agendas políticas deja
abiertas nuevas líneas de trabajo a nivel de organizaciones y redes.

Potenciar la convergencia de múltiples actores bajo el “paraguas” de la ESS, obliga a


combinar la lógica de una validación interna, que enfatiza en nuevos valores en las
relaciones sociales, con una de disputa con las dinámicas de concentración y control
desde el frente empresarial capitalista, lo que necesariamente supone flexibilizar criterios
y requisitos de pertenencia.

Así también, cabe combinar una mirada de las unidades ESS y su agregación con la de
procesos de producción que en ocasiones fluyen acompañando tiempos y espacios de
reproducción de la vida en sentido amplio, y que precisan identificar como indisociable la
producción de la reproducción, lo cual tiene consecuencias prácticas para el diseño y
aplicación de políticas. Por ejemplo, considerar las cocinas de los hogares rurales como
espacios productivos[9].

Conviene evitar la visión anti-Estado o antipúblico, bajo el supuesto de que la autonomía y


comunitarismo son la clave, con versiones ad hoc de las mismas. Nuevamente, el
comercio es una de las áreas en las que se ha hecho más nítida la necesidad de
regulación y control, pues sólo desde normas e instituciones generales será posible
avanzar hacia condiciones más justas de intercambio, resistir al esquema de libre
comercio y sus tratados. Esto no excluye, sino que resulta complementario con la línea de
acción que busca influenciar las decisiones de las y los consumidores, sus elecciones a la
hora de comprar productos y servicios (que ha sido, forzosamente, una arena de
influencia en tiempos neoliberales, ya que se basa en decisiones y elecciones individuales
de quienes tienen poder de compra).

Reconfigurar la relación con el Estado (superando sospechas cuando su accionar se


ubique del lado de la recuperación y defensa del bien público y del bien común) es
condición para defender y, en lo posible, fortalecer políticas públicas favorables a la ESS,
que por un lado operen ante su consolidación y funcionamiento interno, y por otro
acompañen en la disputa con el poder de mercado que ejercen empresas y
corporaciones.

Las pautas transformadoras generales que se han vislumbrado en estos años, las
experiencias parciales o incluso fallidas, constituyen una veta para la elaboración
conceptual y de política pública que, desde una racionalidad o lógica distinta, dispute las
definiciones económicas clave, generen herramientas concretas de política económica y
política pública integral, sin las cuales persistirá la trampa de abordar la ESS como el
modo de añadir lo social a una economía “naturalmente” concebida como mercado
capitalista.

5 Política Exterior de Venezuela

 Importancia fundamental.
 Objetivos de la política exterior en los últimos años.
 ¿Cómo está contemplada esta política exterior dentro de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela?
¿Cómo ha sido la relación de Venezuela con los Estados Unidos desde nuestra historia?
¿Cuál ha sido la integración de Venezuela al contexto mundial?
La política exterior de Venezuela ha dado un giro que ha cambiado el tradicional manejo de la
diplomacia como instrumento para la conducción de las relaciones internacionales y la
coexistencia entre naciones, a una diplomacia dirigida al logro de objetivos ideológicos claros y
la consolidación de laintegración de Venezuela al contexto mundial sobre las bases de estas
ideas se impulsan y fortalecen las políticas y alianzas que se han venido impulsando, tanto en el
orden interno como en el plano internacional, con el fin de conducir a un desarrollo inclusivo y
sostenible en un marco de avance permanente de los procesos de integración de Venezuela.

Política exterior
También puede ser definida como una política ejercida por el Estado en función de los
intereses nacionales con respecto a las relaciones con los demás países. La política exterior,
desde esta perspectiva, el estado es considerado como el actor principal y básico de
las relaciones internacionales y las decisiones son tomadas generalmente por la rama ejecutiva
del gobierno que incluyen, el jefe de estado (por ejemplo un presidente) o la cabeza de gobierno
(por ejemplo un primer ministro), el gabinete o el vice-presidente.
Debido a que el análisis de la política exterior implica tanto el estudio de la política
internacional como de los asuntos domésticos, la disciplinaacadémica se localiza e incide en la
intersección entre la teoría de las relaciones internacionales y la política pública. La política
exterior se nutre de disciplinas como el estudio de la diplomacia, de
las organizaciones intergubernamentales, y de las sanciones económicas, cada una de las cuales
cobran una importancia capital por la cual el estado puede llevar a cabo su política exterior.

Importancias fundamentales de la política exterior


- Venezuela en la escena internacional ha estado fuertemente determinada por la condición de
ser una Nación productora de Petróleo; la necesidad de obtener beneficios económicos con la
actividad petrolera ha llevado a Venezuela a participar en organismos como la OPEP , así como
a establecer relaciones económicas especiales con algunos países.
- La integración Latinoamericana ha constituido uno de los objetivos centrales de la política
exterior venezolana; de hecho, tanto en la constitución de 1961 como en la de 1999, se
contempla dicha integración como un objetivo prioritario del estado venezolano.
- La relación de Venezuela con los Estados Unidos ha sido una de las preocupaciones
fundamentales en la política exterior desde el Gobierno de Betancourt y hasta el día de hoy.
Este país es el primer socio comercial de Venezuela, punto de origen de casi todas
las importaciones y principal destino de los productos comerciales venezolanos.
- En todo momento Venezuela ha mantenido una postura pacífica ante
la comunidad internacional, sin verse envuelta nunca en conflictos armados internacionales.
En ese sentido vale la pena mencionar que Venezuela ha participado en distintas partes
de América en misiones de Paz y de Ayuda Humanitaria, en casos de Guerras ó desastres
naturales.
- Venezuela ha ratificado la inmensa mayoría de los tratados y convenios internacionales
en materia ambiental, de desarme y no proliferación de Armas, de ayuda y cooperación
económica, así como en materia de derechos Humanos y respeto a la propiedad.

Objetivos de la política Exterior de Venezuela en los ultimos años


El gobierno en los últimos años ha intentado llevar adelante una nueva política hacia el resto
del mundo, cuyos objetivos centrales se encuentran establecidos en la propia Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela. Entre estos cuentan
- Estimular la democratización de la sociedad internacional, con el fin de alentar
la acción concertada de los países en desarrollo, al igual que lasolidaridad y la cooperación
entre los distintos actores del sistema internacional.
- Promover la integración latinoamericana y caribeña, para afrontar con mayor empuje las
desigualdades sociales y los profundos niveles de pobreza que afectan a los países de la región.

Soberanía de Venezuela
La Soberanía es el "poder absoluto y perpetuo de una República", y soberano es quien tiene el
poder de decisión, de dar leyes sin recibirlas de otro, es decir, aquel que no está sujeto a leyes
escritas, pero sí a la ley divina o natural.
La Soberanía venezolana es hoy absolutamente autónoma y sus directrices son concebidas en
el gobierno nacional, como fiel representante de su pueblo, y ejecutadas y evaluadas por
sus instituciones y el apoyo popular. Ningún centro de poder influye en la concepción de las
relaciones exteriores de Venezuela.
En 1817, en plena lucha por la independencia de Venezuela, El Libertador
Simón Bolívar defendió de manera categórica y contundente la soberanía nacional cuando
ordenó la captura y confiscación de las goletas norteamericanas Tigre y Libertad por haber
violado el bloqueo decretado por los patriotas al pretender suministrar armas a las tropas
realistas en el Orinoco. A través de su representante, John B. Irvine, Estados Unidos solicitó la
devolución e indemnización de las goletas, a lo que El Libertador se negó rotundamente
respondiendo en una carta fechada en Angostura el 24 de julio de 1818
El desarrollo y consolidación de una política soberana e independiente para la estimulación de
nuevas alianzas, con una mirada hacia el Sur, constituyen el signo más importante
en materia de política exterior venezolana. Irán, Bielorrusia, Rusia, Latinoamérica y el Caribe
centraron las relaciones internacionales que se han profundizado a través de una dinámica e
intensa agenda de actividades desarrolladas.
La soberanía es el ejercicio de la autoridad suprema que reside en el pueblo y que se ejerce a
través de los poderes públicos de acuerdo a su propia voluntad y sin la influencia la
autodeterminación de la voluntad colectiva de un pueblo es la soberanía La soberanía no es una
mera formalidad, es un principio jurídico que a pesar de estar expuesto a las corrientes de
la globalización financiera que caracteriza al contexto
internacional actual, debe ser defendida para garantizar la seguridad del Estado las Naciones
Unidas establece que las relaciones de amistad entre las naciones están "basadas en
el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos y
en el "principio de la igualdad soberana de todos sus Miembros.

Integración de Venezuela al contexto mundial


Se entiende aquel proceso dinámico que posibilita a un país que está excluido a participar en el
bienestar socio vital, bien sea económico, político, y cultural.
- La creación de empresas regionales de petróleo, como Petroandina, Petrocaribe y Petrosur,
con facilidades de pago, y el llamado Gran Gasoducto del Sur, con la incorporación de
Venezuela, Argentina, Brasil y Bolivia, para lograr la liberación energética de América Latina,
grafican la expansión de las ideas contenidas en esta forma de integración.
- La Operación Milagro también se hizo presente en Bolivia, uno de los países más pobres de
América, Como muestra de que la integración gana más fuerza en el continente, hasta Bolivia
viajaron 3 277 pacientes argentinos y 1 938 peruanos, para dejar atrás la terrible ceguera.
- Nuestro país se beneficia de la compra de petróleo a Venezuela sobre las bases del Pacto
Energético de Caracas, cuyos fundamentos se aplicaron en la constitución de Petrocaribe, para
el suministro a naciones caribeñas de muy escasos recursos con precios y condiciones de pago
preferenciales.
La integración entre Venezuela al contexto mundial va mucho más allá del aspecto comercial,
apunta al desarrollo pleno, endógeno de las naciones latinoamericanas, Constantemente se
habla del proceso de integración en el Continente Americano. Día a día incrementa el número
de convenios de carácter multilateral que arropan el esquema geopolítico interamericano bajo
una estructura económica regional colmada de vectores comerciales comprometidos a las
necesidades de los países que se suscriben a los distintos acuerdos de la región. Esta ola de
propuestas comerciales en las Américas ordena un nuevo diseño en la política exterior entre los
vecinos inmediatos a las fronteras nacionales, lo que invita a explorar nuevas iniciativas de
orden binacional impregnadas de conceptos de desarrollo mutuo. Venezuela ante el mundo
converge en una coyuntura que refleja la diligencia que se le imprime al proceso de integración
donde el clima de paz y armonía en que reposaban unas relaciones exteriores adormitadas, hoy
contrasta con la activa visión de un panorama de integración política social y económica.

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