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Introducción: Un Psicoanalista en el equipo interdisciplinario:
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4/5/2018 El psicoanalista en un equipo interdisciplinario: Hacer lugar al sujeto. | Introducción al Psicoanálisis - ElSigma
Los médicos suelen centrar el Programa de Salud Reproductiva en la anticoncepción.
Pero es muy importante reconocer que al ocuparnos de la anticoncepción estamos
hablando de la sexualidad. El abordaje de este tema es siempre difícil porque toca la
subjetividad no sólo del “paciente”, sino que necesariamente pone en juego prejuicios,
juicios, ideologías, mitos, miedos, tabúes de los profesionales de la salud que
intervienen. Y al sujeto se le juegan cuestiones que no siempre el médico puede tener
en cuenta, básicamente porque no se presentan como algo manifiesto. Por ejemplo: una
mujer puede consultar por un método anticonceptivo, y parecer muy convencida de
usarlo según lo que el médico le indique. Sin embargo, a la hora de cumplir con esto, se
pueden jugar para ella cuestiones en relación a su pareja (que él no esté de acuerdo,
que haya una relación violenta que no permita un acuerdo, que se jueguen cuestiones
de género que no permitan a esa mujer una “negociación” con el hombre, etc.); se
pueden poner en juego mitos que el profesional no pudo escuchar en la consulta (por ej.
que en determinadas circunstancias no va a ocurrir un embarazo o el contagio de una
ITS); se puede jugar también su deseo de ser madre, más allá de su pedido expreso de
buscar un método anticonceptivo.
También se puede poner en juego la negación. Se niega un saber sobre cómo cuidarse,
se niegan las consecuencias, se niega inconcientemente.
Estas cuestiones son las que el Psicoanalista debe escuchar, trabajar y advertir a su
colega médico, para intentar evitar un embarazo no buscado, o una ITS.
Pero también son cuestiones a tener en cuenta en el trabajo de prevención y promoción
de la salud con la comunidad, para favorecer la libre elección, y reducir los
condicionamientos sociales, culturales, de género que forman parte de la subjetividad.
Es importante abordar estos temas desde una perspectiva de género.
Esto implica diferenciar “género” de sexo. Podemos decir que el sexo está determinado
por la naturaleza y designa las características biológicas de un ser humano al nacer. El
género, en cambio, se refiere a la construcción social y cultural de lo femenino y lo
masculino. Hablamos entonces de comportamientos, valores, actitudes, roles,
sentimientos que la sociedad considera propios de los varones o de las mujeres.
Entonces uno escucha frases como: “los hombres no lloran”,” las mujeres tienen instinto
maternal”, “los hombres se hacen a golpes”, etc.
Los roles que la sociedad y la cultura adjudican a hombres y mujeres, condicionan
necesariamente las relaciones entre ellos, y las conductas que pueden llevar a una
situación de riesgo con respecto a su salud (la de ambos). En una relación de pareja y
en una relación sexual entre dos personas, se pone en juego todo aquello que el
imaginario social, la cultura y las cuestiones de género, imprimen a esa relación.
Por otro lado, es importante reconocer la vulnerabilidad de las mujeres: son las que
quedan embarazadas y corren el riesgo de morbimortalidad por un aborto provocado;
biológicamente, la mujer es más vulnerable que el hombre a contraer VIH u otras ITS; y
socialmente las mujeres son vulnerables porque a menudo no están en condiciones de
negociar un “sexo seguro” con el uso del preservativo, porque suelen depender
emocional y económicamente de los hombres y esto las lleva a aceptar situaciones de
riesgo con respecto a su salud, como el NO uso de preservativos para cuidarse.
Tengamos en cuenta que si estamos hablando de salud reproductiva, no podemos
olvidar que el único método que protege de las ITS es el preservativo, y que una sola
relación sexual sin protección, puede producir un contagio.
En esto es necesario intervenir desde el primer nivel de atención, en el marco de la
promoción de la salud, de las actividades con la comunidad, que no sólo son para
informar sino para reconocer actitudes y marcas culturales y sociales, que son las que
ponen en riesgo a los sujetos. En esta tarea el psicoanalista, con su escucha y la
posibilidad de tener en cuenta la subjetividad, tiene un rol fundamental dentro del
equipo de salud. La promoción de la salud es básica para disminuir el contagio de ITS,
especialmente el SIDA, para evitar los abortos provocados que origina un embarazo no
buscado, y para la prevención de los embarazos precoces en las adolescentes.
En el marco de estas premisas de interdisciplina, trabajo comunitario y promoción de la
salud, es que se inscribe el mencionado proyecto de formación de PROMOTORES
COMUNITARIOS.
En uno de los talleres de formación, estábamos hablando del uso del preservativo y las
dificultades de muchas mujeres su “negociación”. Durante la charla la psicóloga dice: “si
mi pareja, el hombre con el que yo esté, se niega a usar preservativo, yo tendré que
decidir si quiero continuar con esa relación o no”. Ante este comentario, uno de los
participantes del taller, un chico de 15 años, dice espontáneamente: “Y sólo por eso lo
cambiarías por otro?”.
Ese comentario permitió hablar de que está en juego la vida, y que ese hombre que se
niega a usar un preservativo no está cuidando a la mujer, pero tampoco SE está
cuidando. La mayoría de los participantes ni había pensado en eso.
Esos talleres que formaron parte del proceso de capacitación produjeron modificaciones
interesantes en la forma de pensar de los participantes. Por ejemplo: el mismo chico de
15 años algunas semanas después, hablando nuevamente de los riesgos de contagio del
VIH, dice otra vez espontáneamente y muy preocupado: “Es para toda la vida!”.
Lo que sucedió en esos talleres, también nos mueve a pensar que, si bien en nuestra
sociedad actualmente se puede hablar de sexualidad de una manera que antes no se
podía, todavía las cuestiones de género y los roles sociales adjudicados al hombre y a la
mujer, el desconocimiento y/o “mal” conocimiento, llevan muchas veces a situaciones de
riesgo. Por ejemplo: La mayoría de los jóvenes que empiezan a ejercer su sexualidad
sabe básicamente qué es el SIDA y cómo tienen que cuidarse. Pero la información no
siempre es la adecuada o no siempre es recibida adecuadamente, o tienen la
información pero no actúan en consecuencia. Entonces tal vez usan preservativos, pero
no desde el principio de la relación sexual, o lo usan sólo a veces, o en la primera
relación sexual no porque suponen que la primera vez “no pasa nada”, etc.
El lugar de la mujer en la sociedad ha ido cambiando. Pero todavía los roles de la mujer
y el hombre siguen marcando la vulnerabilidad de la mujer. Cuando en el mismo Centro
de Salud estábamos haciendo un diagnóstico de situación de los adolescentes del Barrio,
junto con los futuros PROMOTORES COMUNITARIOS, para diseñar la estrategia de
abordaje de la problemática de ese barrio, uno de los puntos que se marcó para tener
en cuenta fue el rol y presiones sociales diferenciadas para la mujer y el varón respecto
a la manera de practicar la sexualidad. Por ejemplo: un hombre que sale con muchas
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4/5/2018 El psicoanalista en un equipo interdisciplinario: Hacer lugar al sujeto. | Introducción al Psicoanálisis - ElSigma
mujeres es un “ganador”, pero una mujer que sale con muchos hombres es una
“cualquiera”. Esto implica que podemos hablar de cierta conciencia de la sociedad acerca
de esta situación desigual, pero que todavía queda un largo camino por recorrer para
acercarnos aun más al objetivo de que las diferencias de género no impliquen riesgos
para la salud.
Para Concluir:
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